Ayudando a nuestra vecina en su trabajo (prosti)

Dos amigas de vacaciones rentan un departamento y por un error en la numeración los clientes de su vecina, una prostituta, tocan a su puerta.

Ayudando a nuestra vecina en su trabajo

Con mi esposa tenemos 12 años de casados, una muy buena relación y excelente comunicación sexual. Leyendo estos relatos le consulté si ella tendría alguna aventura como para publicarse y pícara ella me relata una experiencia de antes de conocerme, vivida cuando tenía 23 años.

Salí de vacaciones con mi amiga Carola, por dos semanas a Viña del Mar.

Con un contacto que teníamos previamente, reservamos un departamento en un tercer piso del edificio, el cuarto 33. Aclaro el número porque por secuencia lógica después del cuarto 32 viene el nuestro, las llaves no funcionaron y abrió la puerta una mujer que me pareció estupenda, vestía una bata semitransparente muy bien maquillada como para asistir a un evento y le faltaba vestirse obviamente. De unos 28 años bien formada y sonriente nos indicó que en ese piso la numeración estaba cambiada y el cuarto nuestro era el del frente.

Aclarado el error nos dispusimos en nuestro aposento vistiéndonos cómodamente para planificar nuestros paseos en la hermosa ciudad.

En eso estábamos cuando sonó el timbre, mi amiga se fue a su cuarto yo que estaba vestida de casa abrí y un hombre maduro, bien vestido, me mira y me llama Susana con ademán de entrar. Razonando que traía la dirección cometiendo el mismo error que nosotras, rápidamente le indiqué que el cuarto 34 era el que estaba a su espalda, él un poco turbado se despidió y se retiró.

Sin mucho que comentar con mi amiga no dispusimos una siesta para salir en la tarde. A media siesta volvió a sonar el timbre, esta vez mire por el visor de cristal y era un joven atlético alto con vestuario deportivo. Volví a abrir, y admirando esta vez al escultural ejemplar, escuché que preguntó por Susana, nuevamente de indiqué que el cuarto era el del frente, con una sonrisa que escondía su mirada que me miró los pechos se despidió y esperó que cerrara para dirigirse a su destino. Esta vez espié por el visor y vi. que nuestra vecina salió en las mismas prendas que la habíamos visto y luego de una breve conversación ella lo tomó de las nalgas y lo hizo entrar a su morada.

Le conté a Carola que se había despertado y se desperezaba, y caímos en la conclusión que esta "Susana", podía ser prostituta, y tenía una seleccionada clientela. Decidimos entonces espiarla para salir de toda duda percatándonos que aparte de los que se habían equivocado, otros "amigos" conocían la dirección pudiendo observar en la hora que lo hicimos, ocho buenos especimenes, cada uno con su gracia particular en su aspecto. A esto comentaba con mi amiga lo bien que lo podía pasar aparte de ganar dinero en ese quehacer esa vecinita. Sin mirarnos ella me pregunta… ¿y si alguien mas se equivoca?... Con una sonrisa evitada que se encontró con una cómplice sonrisa mía a la vez.

Entre que reíamos y veíamos lejos el hacernos pasar por ella, eligiendo por supuesto la mercadería. En eso sonó nuevamente el timbre… corrimos a mirar ambas sin tener claro si accedíamos a nuestra diablura.

Era un hombre de unos 30 años, bien vestido que mas alto que nosotras dos era apuesto, nos reímos retirándonos un poco y sin un si estaba decidido salvo quien lo hacía primero. A la cuenta de tres, jugamos piedra papel tijera …y… adivina… la temperatura nos subió a ambas. Era yo quien lo atendería. rápidamente mi amiga se encerró en su cuarto mientras salí a recibir a mi primer cliente.

¿Susana?... si dije yo sonriendo espontáneamente porque el era en verdad un bom bom talvez 1,80 mts. Pelo castaño piel tostada por el sol brazos fuertes y aspecto que daba confianza, le indique si pasaba o no y lo atraje de la mano cerrando la puerta tras él llevándolo a mi cuarto que contaba con una cama matrimonial. Claro estaba que no había preámbulo en esto, la verdad es que no lo necesité ya que sin haberme dado cuenta desde que lo platicábamos con Carola, se había acumulado gran cantidad de mis jugos sexuales y estaba empapada. Lo senté en la cama, percatándome que mi amiga veía toda la situación, lo que me terminó de calentar, dándome ganas de tener sexo como para ser filmado como en las películas XXX, desabroché su camisa dejando casi sin que pudiera mover sus brazos ya que sólo la bajé hasta sus codos de manera que yo era dueña de besar su cuerpo a mi antojo su pecho, con varoniles bellos, sus tetas me resultaron sabrosa estaban tan erectas como las mías. No me di cuenta cuando vi que sus pantalones estaban en sus pies y su camisa ya no estaba y me acariciaba las tetas y me ponía a mil, baje hasta encontrarme con su formidable falo le metí una mano por su espalda debajo del bóxer abrazándole la pierna descansando mi mano en medio de sus nalgas tomando sus testículos mientras con la otra mano bajaba completamente su prenda para liberar aquello que iba a ser mío. Comencé a besarlo primero abriendo mis labios girándo mi cara hacia donde estaba Carola tirándole un beso, masajeándo con la mano sintiendo un aroma limpio y sexual alguna experiencia tenía yo, pero el sentirme puta con cartel, me daba aliento para sentirme una profesional chupando penes y así llegue en un momento a sentir su pelvis en mi nariz, en eso estaba cuando él me toma con ambas manos a cada lado de mi cabeza como no queriendo dejar de sentir mi boca y me dice que quería de verdad culear conmigo, sacándome la polera dejando mis tetas al aire desnuda ya que no había mas prendas que sacar, me tendió boca abajo, (diablos dice entre mi me va de verdad a dar por el culo), pero lo caliente que estaba me hacía gelatina en manos de ese desconocido, metió su mano entre mis piernas levantando mi cola, mientras habría mis piernas lo mas posible para evitar un roce doloroso. Pensaba en eso cuando siento su boca besando mi sexo lamiendo hasta llegar a mi ano, pausadamente. Yo apretaba las sabanas con mis manos por el placer que sentía, hasta que luego de un momento lo siento acomodarse para penetrarme y deliciosa fue mi sorpresa cuando lo siento desplazarse suavemente en mi conchita que ya exigía un pedazo de carne. Cuando hubo entrado todo comenzó a moverse con mi ayuda para sentir hasta lo mas profundo de mi a ese hombre que pagaría por mi profesional y placentero servicio, yo misma llevé una mano de él a mi sexo luego me giré lo que pude para besar a esa maquina que me hacía ver estrellas, el mete y saca era de los dos hasta que comienza a apretarme y a ponerse duro en todo su cuerpo. Mi cuerpo ya no era capaz de controlarlo hasta que siento sus más fuertes empujones y junto con sentir su golpe de esperma en mi interior me vi envuelta en un orgasmo no conocido de esa forma.

Después de vestirse y yo sólo con mi polera que me llegaba hasta un poco mas abajo de mis rubios vellos de la entrepierna me pregunta cuánto es. Disimulando un poco mi desconcierto, le dije que lo que estaba acordado y si deseaba asegurar que yo estuviera libre para él en otra oportunidad lo hiciera presente con algo mas (me sentí como una verdadera puta…ya lo era), lo despedí con un gran beso.

No terminaba de cerrar la puerta cuando mi amiga sale de su cuarto sonrojada diciéndome que vio todo y hasta se había masturbado un poco, lo que comprobé tocando rápidamente su sexo el que estaba mojado, ella se dejó un rato mi mano retirándose luego, diciéndome que ahora sería su turno.

Al cabo de media hora llegó otro cliente. Carola tuvo tiempo de maquillarse y parecer mas puta que yo y contaba con una excitación mayor que la mía, lo que no le dio ganas de elegir su hombre sólo abrió y lo aceptó… creo ser sexualmente normal, pero ver a mi amiga, extender mis pensamientos en esas vacaciones que pasaríamos juntas, era como desaparecer del mundo llegando a otro.

Lo que mi amiga hizo que sea contado por ella.

Para darte una idea de cosas que hicimos, a los tres días de turnarnos para recibir a un tipo nos presentamos ambas…él dijo ¿y vale el doble?… nos sonreímos y contesté.. sólo si crees que lo valió cuando te vallas. Fue la primera vez que sentí a una mujer en la cama y fue tan gratificante como cuando lo hago contigo amor (me dijo mi dulce esposa).

Algo mas que te digo es que competimos por un record y ese fue que en un día (24 horas) me acosté con treinta y dos tipos incluido los que nos pedían a ambas, usando ambos cuartos todos con el mayor placer para mi.

Rody