Ayudando a mi Vecino
Siempre me gusto mi vecino, fantaseaba con el, y un día cumpli mi mas grande sueño y estuve con el.
Desde que llegue a mi urbanización, me sentí atraído por Franco, mi vecino. El vive unas casas antes de la mía, en una esquina.
Primera Parte:
Un día, venia llegando de la universidad, me quede en la parada y camine hasta la entrada de mi urbanización; y de ahí hasta mi casa. Llovía. Yo iba molesto porque normalmente no me gusta la lluvia y desafortunadamente no tenía paraguas así que iba mojándome por lo tanto caminaba a paso acelerado.
Al doblar la esquina iba con la vista fija en mi casa, ansioso de llegar a refugiarme del agua. Pero algo desvió mi atención: a la entrada de la casa de la esquina, había alguien en el suelo. Si hubiese estado en la ciudad, habría pasado sin importarme quien pudiese ser (acostumbrado a ver vagabundos tirados en la calle), pero esta vez era distinto, estaba en mi urbanización y allí eso no era común, así que despertó mi curiosidad y me acerque a ver quien era.
Era Franco, el hijo de los dueños de esa casa. Lo vi: con sus veinti-tantos años, de complexión normal, medio rellenito (acuerpadito, mas no musculoso), blanco, su cara de facciones caucásicas; un bombón para mi gusto. Pero todo esto medio eclipsado ante la escena de verlo en el piso, dormido, mojado y evidentemente ebrio por su olor a alcohol. Todo esto despertó en mí un pesar ante semejante escena, así que decidí ayudarlo.
-Franco? – Dije- Oye Franco levántate!- y le moví los hombros hasta que reaccionó.
-Qué? – dijo sin abrir los ojos aun.- Qué pasa?
Finalmente abrió los ojos y miro a su alrededor. Parpadeó sorprendido se miró a si mismo y vio la escena: él tirado en el suelo, mojado, embarrado, y yo arrodillado a su lado en medio de la lluvia.
-Qué paso? -Pregunto mirándome con ojos preocupados.
-Estás borracho? Cómo es que llegaste hasta aquí y estas en este estado?- Pregunté
-Estaba en una reunión con unos panas y empezamos a tomar, luego me mandaron en taxi y cuando llegue intente abrir la puerta pero luego no supe mas.
-Jum, eso pasa por andar tomando sin control. Ven y te ayudo a levantarte.
Lo tome de un brazo y lo ayude a ponerse de pie. El pobre apenas podía mantenerse en recto, así que pase la mano por su hombro y lo lleve hasta la puerta de su casa, una vez allí le pregunte que dónde tenia las llaves y me dijo que no lo sabia. Las busque entre su chaqueta y no estaba. Las vine a encontrar en el piso, cerca de donde estaba acostado. Abrí la reja y la puerta y entre a su sala.
Nunca antes había estado allí, estaba bien amoblado y decorado. Su mama tenía muy buen gusto. Por suerte todas las casas estaban distribuidas igual, así que supe exactamente donde llevarlo.
-Ven, te llevare hasta tu habitación para que te acuestes y esperes a que lleguen tus padres. -Dije
-No, así como estoy de embarrado volveré mi cama un chiquero y cuando mi mama lo vea se volverá un fiera. Mejor llévame hasta donde pueda limpiarme.
La primera opción que se me vino a la mente fue la de llevarlo al patio para que se limpiase el mismo, pero no encontré la llave de la puerta, de modo que decidí llevarlo al baño. Y le dije que entrase y se aseara y yo lo esperaría fuera. El entro pero no había ni cerrado la puerta cuando ya estaba en el piso. Entre al baño y lo lleve hasta la ducha y la abrí, se sentó en la bañera y vi como le caía el agua y quitaba los rastros del barro.
-Gracias-dijo
-No te preocupes, mas bien báñate.
En otra ocasión, habría estado embobado de tenerlo tan cerca y saber que estábamos en un baño juntos, pero ahora no había espacio en mi mente para eso al ver el estado en el que se encontraba. La verdad Franco siempre me había gustado, desde el momento en que llegue a vivir allí. Lo veía pasar en el carro y quedaba bobo. Al principio siempre pensaba que tal vez el también podría ser gay, pero todos esos pensamientos se vinieron abajo cuando me entere que estaba comprometido y que iba a ser papá, así que evite pensar en el.
El agua seguía cayéndole en su cuerpo y sobre su ropa, pero de un momento a otro empezó a desvestirse. Yo sorprendido le pregunte que qué hacía y me dijo que quería limpiar bien su cuerpo. Le pregunte si quería que saliera y me dijo que no importaba, que me quedara porque me necesitaría para levantarse. Yo asentí y siguió desvistiéndose hasta quedar en bóxer.
Bueno, esta bien, hasta ahí no había sentido nada, pero no negare que ahora al verlo en bóxer, si se activo algo dentro de mi, y volvieron las fantasías, pero de igual forma intente controlarme. E iba muy bien con ese autocontrol hasta que sin previo aviso, se quito también el bóxer! Yo estaba casi en shock, al parecer era uno de esos chicos a los que no les importa desvestirse frente a otros. Yo estaba subidísimo al verlo así e intente desviar la mirada recordando que Franco era hetero y para no quedar en evidencia; pero que demonios, el había sido mi fantasía y no podía creer que tendría la suerte de ver lo que tantas veces me imagine, así que no me importo y lo mire bien esta vez.
Hace rato me había percatado de el gran bulto que se hacia en su pantalón, tanto adelante como atrás. Y ahora supe por qué. Tenía un pene de tamaño normal, medio grueso y de un color bonito. Mas arriba había unos cuantos vellos púbicos, apenas naciendo. Y más abajo unos testículos grandes y redondos, protegidos por un escroto medio oscurito y totalmente lampiño. Su torso era blanco trigueño, con alguna que otra peca, un abdomen medio escondido por un pequeño rollito, pectorales definidos y un hilito vellos desde el ombligo hasta el pubis. Sus brazos eran fornidos y sus piernas igual, estas ultimas con algo de vello fino.
Ante semejante espectáculo no pude evitar una erección instantánea. Mis sentidos estaban a millón por hora. Y desafortunadamente ese día llevaba un pantalón tan ajustado que delataba completamente mi pene, al delinearlo con detalle. No me importo, seguí viéndolo enjabonarse, él no pareció notarlo. Finalmente cerró la llave y se puso en pie.
Noté, que el baño le había servido un poco, ya que parecía un poco, solo un poco más lucido. Me pidió que le alcanzara una toalla. Y así lo hice. Luego se secó y se la enrolló y me pidió que lo acompañase hasta su habitación. Yo asentí y lo ayude a dirigirse hasta allí. En el camino iba apoyado en mí y de un momento a otro tropezó y cayo al suelo, al ser más pesado que yo, me llevó con él. En la caída se le resbalo la toalla y quedo desnudo junto a mí en el piso. Yo aproveche para poner mi mano “accidentalmente” en sus partes. El contacto con sus genitales, me provoco una erección aun más grande. Él se rió. Me disculpé y lo ayude a levantarse dejando intencionalmente la toalla en el piso. El no parecía consciente de su desnudez. Lo ayude a caminar y llegamos hasta su habitación.
Era una bonita estancia: paredes verdes con algunos posters de futbol, un pequeño mueble, una mesa con televisor y un closet empotrado. Sobra decir que había una cama (matrimonial), en la cual se acostó con mi ayuda.
-Pásame un bóxer, por favor, están en la primera gaveta del closet.- Pidió
Fui hasta el closet y moví la puerta corrediza, luego abrí la primera gaveta y agarre un bóxer negro. No lo podía creer! Tenia la mano en los bóxers de Franco, lo había visto desnudo, había tocado su pene, y lo mejor, lo tenia desnudito y acostado en su cama! Mis fantasías estaban cobrando vida y yo estaba calientísimo.
Le entregue el bóxer, pero le dije: - deberías quedarte así, de este modo estarás más fresco y se te pasara más rápido.
Él me a los ojos y no dijo nada. Como debatiendo dentro de si. Y de repente bajo su mirada y vio mi gran erección a través de mi pantalón. Vi en sus facciones una fugaz sorpresa, luego sonrió.
-Maldita sea- pensé yo. – me delato mi erección, ahora sabrá que soy gay y le dirá a todo el mundo. Lo vi pensar un instante, temiendo su reacción. Hasta que finalmente dijo:
-No. Si me quedo desnudo me resfriare. Debo ponerme algo, pero estoy demasiado borracho para eso. Será que tú me puedes ayudar a ponérmelo?
Para mi fue la gloria oír eso! Mis fantasías estaban volviéndose realidad. Me contuve un momento, dudando si estaba hablando en serio o era solo para desenmascararme. Al fin decidí que me daba igual y me fui hasta su lado y se lo empecé a poner.
Cuando el bóxer iba por sus rodillas, estiro su mano y la coloco en mi pene. Para mí fue como un corrientazo en todo el cuerpo. Detuve la subida de su ropa interior y él dijo:
-Noté tu gran erección, si tanto te excita verme desnudo y ver mi pene, entonces por qué no lo mamas?
Segunda Parte:
Desde ese momento supe que nada era imposible. Estaba allí, con Franco, en su cuarto, en su cama, el desnudo, diciéndome que se lo mamara. Parecía que lo que había deseado hace tiempo se hubiese cumplido como por arte de magia o del destino.
-Estas seguro? Dije intentando controlar un poco mis inmensas ganas de tener su pene en mi boca.
-Si no lo estuviese no te lo dijera, yo me di cuenta como me mirabas y tu erección me lo confirmo.
-Y tu padres no llegaran? Me da miedo que nos sorprendan. Y tu prometida?-Pregunte
-Mis papas están en la finca de mi abuela y no volverán hasta mañana. Y mi novia, bueno, en casa de sus padres y no tiene por qué enterarse.
Eso era todo lo que necesitaba oír. Si pensarlo mas, tome su pene y me lo lleve a la boca. Aun estaba flácido, y podía sentir su piel en mi lengua. Poco a poco fue ganando tamaño hasta tener un pene no tan largo, pero medio grueso y cabezón en mi boca, era un pene hermoso. Lo chupaba como si fuese un helado. Me encantaba su sabor, le daba lengüetazos a esa cabecita roja, me lo metía hasta donde llegaba en mi garganta. Y el me agarro del cabello y me lo metía mas y mas. Luego empezó a mover la cintura y me estaba cogiendo la boca. Yo arrodillado y feliz de la vida de lo que estaba pasando.
Luego me subí a la cama y seguí mamándoselo un rato. Luego levante la cabeza y le intente dar un beso, al principio como que no quiso, pero luego no le importo y me devolvió el beso, el cual me supo a gloria, espere ese anhelado beso por mucho tiempo. Me desabroche el pantalón y empecé a masturbarme. El me agarro de los hombros y me empujo hacia abajo para que le hiciera el oral de nuevo. Yo con gusto lo hice otro rato. Luego volví a subir la cabeza para que me besara de nuevo. Y me agarró el pene y empezó a masturbarme. Me encanto la sensación de tener su mano en mi pene. Y pensé: yo no me voy a ir de aquí sin que él también me haga algo. Le dije que también me hiciera oral, y al principio se negó, pero le insistí un poco mas y lo hizo. Me daba lengüetazos al principio inseguros, luego mas frenticos, aunque sin mucha experiencia. Aun así me encanto. Nos movimos he hicimos el 69 y ambos nos dábamos placer. Seguimos un ratito así, hasta que empezó a tocarme las nalgas, yo sabía qué quería y me voltee.
Mientras me volteaba le pregunte que si era bi. Y me dijo que no sabia qué era, que le gustaban las mujeres, pero que de vez en cuando algún hombre le llamaba la atención, como yo. Le pregunté que si había estado con otros hombres y me respondió que dos veces con un amigo de la secundaria, pero que también había estado borracho. Luego me dijo:
-mejor no hablemos y sigamos con esto.
Yo accedí con mucho gusto mientras él se me tiro encima (recordemos que yo estaba boca abajo), y empezó a hacer como si me cogiera, pero sin metérmelo. Luego me abrió las nalgas y empezó a restregar su pene por mi ano. Finalmente me dijo que si me iba a dejar coger, yo el dije que si, que buscara crema y que yo tenia preservativos en la billetera. Así fue, cuando teníamos eso, le puse el condón y el me echo crema en el ano y se echo en su pene. Luego empezó a metérmelo.
Yo tenía tiempito sin ser pasivo y me dolió un poco, luego fue pasando poco a poco, pero hubo un momento en el cual ya no quería pasar pues estaba muy cerrado, así que opte por un truquito que conozco: le dije que se acostase boca arriba y yo me senté encima de el, me eche crema en el ano y luego me senté encima de el. Como cabalgando y fui metiendo su hermoso pene dentro de mi. Al yo controlar hasta donde podía, fue entrado, cuando me dolía me detenía y me quedaba un ratito así hasta que mi recto se acostumbraba al tamaño. Mientras hacia eso lo besaba y el me masturbaba. Finalmente pasó completo y yo empecé a moverme, el hacia muecas lindas de placer. Los dos disfrutábamos. Luego él me puso boca arriba en el colchón y me abrió las piernas. La curvatura hacia arriba de su pene era perfecta porque estimulaba mi próstata y me ponía a volar. Luego intentamos unas posiciones más, hasta que empezó a gemir y un gran orgasmo se delato en sus facciones; sentía las contracciones de su pene dentro de mi ano, mientras eyaculaba dentro de mí. Yo le pedí que me masturbara sin sacármelo y así lo hizo hasta que me vine. Luego me beso, me lo saco y se acostó a mi lado.
Nos acariciábamos y nos quedamos abrazados como media hora. Ahora él estaba muy consciente, su borrachera había desaparecido. Hablamos un rato, y hasta bromeábamos. Así pasaron como tres cuartos de hora, hasta que yo empecé a tocarlo de nuevo, y ambos nos ereccionamos de nuevo y empezamos con la segunda ronda. Claro, esta vez solo nos hicimos sexo oral, yo quería pedirle que fuese pasivo pero no me atreví, tal vez otro día, así que seguimos mamándonos en varias posiciones, hasta que empezó a venirse de nuevo cuando yo tenía su pene en la boca, y no me importo sacarlo, sentí sus contracciones, oí sus gemidos y se corrió en mi boca. Sentí su semen calientito y dulce en mi lengua, me agrado su sabor, era la primera vez que me gustaba el sabor del semen de alguien. Luego me vine sobre su pecho y nos acostamos de nuevo.
Duramos un tiempito así, hasta que vi la hora y supe que mi mama estaría preocupada por mi, así que fuimos y nos bañamos, sin hacer nada mas que besarnos y me vestí y me fui a casa. Me despedí de él con un besito.
Ese día fue el mejor de mi vida. Cumplí una fantasía que tenia desde hacia mucho, y de la cual había desistido. No puedo creer que logre estar con el chamo que mas me gusta y todo fue muy bonito. La verdad empecé a sentir algo bonito, aun contra mi cordura y mi consciencia. Él y yo antes de eso solo nos tratábamos de saludo, pero no sé como serán las cosas de ahora en adelante. Espero algún día se repita, aunque este comprometido y valla a ser papá. Espero que sea la primera vez que estoy con mi él: mi fantasía, el chamo que de algún modo empecé a querer, mi adorado vecino Franco.