Ayudando a mi cuñada

Se le notaba el alcohol, pues comenzó a decir cosas impropias de ellas, como… “no te lo puedo negar, pero echo de menos una polla”. Dice y sin creérmelo que me lo diga a mí, está prosigue... “Y pensar que lo único bueno que tenía mi exmarido era su polla, pero encima el cabrón ni sabía usarla”.

Ayudando a mi cuñada

Y solo pensar que fue Laura quien estando con un amigo mío, acabo por traer a su hermana (mi mujer) al grupo de amigos, grupo que ya en su mayoría todos tenían pareja. Y fue la misma Laura la que previno a su hermana Elena de mí, no dejándole de decirle...

  • “Ten cuidado con ese, pues es muy mujeriego, y un cacho de cabrón de cuidado”.

Pero con el paso de los años, donde Laura entro en un torbellino de mala suerte con su marido, pasando de separarse al divorcio, donde fue su propia hermana Elena. Mi mujer, llego a pedirme que ayudara a su hermana Laura en todo lo que pudiera, ya sea en cualquier tipo de gestión o documentación, o en alguna tarea de la casa donde tuviera que mover algún mueble.

Y eso hice, llegándome a enfrentar al que en su día era uno de mis mejores amigos, persona que ahora parecía otro hombre, pues no solo amenazaba a la que en su momento era su mujer, sino por una serie de cosas que no voy a entrar. Desde ese día Laura se mostraba muy agradecida conmigo, pues en verdad se comportaba muy mal conmigo. Ya que creía que, al ser amigo de su exmarido, yo tiraría más hacia esté sin llegar a comprender que deseaba ser neutral, no queriendo posicionarme ni de un lado ni del otro. Pero que finalmente, tuve que tomar partido por unos acontecimientos, viendo ella que su recelo hacia mí, no era justo.

Meses después a Laura le dio por estar por su casa con tan solo un tanga, prenda que le echaba en cara que debía de taparse algo más, aún más al ser yo su cuñado y sobre todo un hombre. Y con mayor razón al saber los problemas que había entre mi mujer (su hermana) y yo, cuñada que me defendía a mi ante que a su hermana.

Este mal rato se fue acumulado en el momento en que me pidió que le comprase un estimulador, y ante mi ignorancia, no torpe, pero si a propósito, pues deseaba verla como se explicaba (si malo... je je je). Ella avergonzada y sabiendo bien que en estas cosas no me corto, pues sabe bien que a mi mujer le compre en su día una buena colección, donde había de todo desde bolas chinas hasta vibradores o consoladores de varios tamaños, e incluso doble, entre otras cosas.

Y ante sus palabras abochornada, acabe por pedirle dos juguetes, explicándome mientras ella escuchaba muerta de vergüenza, describiéndole uno de ellos… como un succionador de clítoris. Haciéndole saber que es el más vendido y que por ello, pienso que debe de ser el más efectivo, succionador que no es otro que el ‘Satisfyer Pro 2’, explicándole y hacerle saber cómo funciona (para vergüenza la mía, mira que tener que llegar a explicarle esto). Y recordar como mi cuñada, me decía…

  • “Por favor repítemelo otra vez, ¡pero esta vez más despacio… eeehhh!!”.

Y con las instrucciones en mano, le cuento que cuenta con hasta 11 intensidades diferentes para estimular el clítoris, debiéndoselo de colocar sobre el mismo, eso y que además es sumergible por si desea utilizarlo mientras esta dentro de la bañera.

Viéndola más convencida, me toco explicarle el segundo objeto que no era otro que un vibrador tipo ‘conejito’, y le dije que este también era muy recomendado por algunas conocidas. Continuando por explicarle que este le proporciona un efecto de calor corporal, eso como que además tiene 3 velocidades, y 7 modos de vibración. Y ante su rostro de incrédula, acabe por decirle…

  • “Mira cuña, esto te proporciona por su diseño una doble estimulación, pues te dará placer en tu clítoris y al mismo tiempo en tu punto G”.

Cosa que ella me soltó…

  • “No tengo ni idea ni donde lo tengo”.

Y ahí preferí mejor callar, no queriendo entrar al trapo de lo que acababa de escuchar, pudiéndole decir donde lo tiene su hermana, pero mejor era que lo averiguara ella. Y bueno, tras nada más llegar los pedidos, ella estaba de lo más nerviosa, no dejando de decirme incluso que me quedara con ella para abrirlos, donde mi negativa fue rotunda.

Y bueno, tras esos días han pasado meses, donde hace unos días se había enterado de lo mal que esta mi matrimonio con su hermana, eso como que suelo quedarme solo los fines de semana. Pues aprovechamos para dejar a los críos con los abuelos, dejándolos los viernes y dependiendo de los abuelos, acabo por recogerlos el sábado.

Cosa que mi cuñada Laura le ha dado por invitarme a cenar en su casa, ya que no deseaba cenar un viernes noche más sola, acabando por aceptar, y esta citándome en su casa a eso de las ocho de la tarde. Y aceptas en verdad porque no tenía otro plan, además pensé que, tras la cena, veríamos alguna película y me marcharía pronto a casa.

Pues fue llegar y esta recibirme como solía hacerlo, me recibió con tan solo un tanga de encajes negro, prenda que le eche nuevamente en cara como tantas veces (uno no es de piedra). Acabando esta por marcharse al dormitorio a ponerse algo más para la ocasión, o al menos eso soltó, apareciendo al cuarto de hora estupenda. Debo dejar claro que mi cuñada no es una mujer espectacular físicamente, no lo había sido de joven y menos lo es ahora, es rellenita, con grandes pechos y un gran culo, y de rostro no está mal.

Mientras ella se metió en la cocina a acabar de preparar la cena, yo comencé a colocar la mesa, trayendo de primero cóctel de camarones, y de segundo pollo al jengibre. Colocando también diferentes platos con alimentos para picar, desde ostras a gambones, acompañándole con vino blanco y luego finalizando con el postre. Conversamos de todo, no deseando entrar en lo mal que nos va las relaciones, viendo lo bueno de la vida y poco más. Y tras su tercera copa, recordé que ella es una mujer que no aguanta el alcohol, intentando no darle más pero que ella misma me dijo...

  • “Un día es un día”.

Acabando por rellenarle la copa, y comenzar ella a contarme que desde que le compré esos juguetes sexuales, pude decir que su vida sexual a cambiado completamente. Se le notaba ese grado de alcohol de mas, quizás cuando me conto... ‘hombre no te puedo negar que echo de menos, una polla de verdad’. Dice y prosigue...

  • “No vez, eso era lo único bueno que tenía mi exmarido... ‘una buena polla’, pues le mediría unos dieciocho o diecinueve centímetros, pero el pobre no sabía ni cómo usarla, por no mentar el poco aguante que tenía”.

Y comencé a sentirme algo incómodo por la conversación, no porque me cortara de este tipo, sino por hablarlo con ella, continuando Laura y mentar ahora a su hermana Elena. Sabes tú mujer o sea mi hermana, siempre me había dicho de ti... ‘que tú nunca te cansa de follar’, y la verdad es que sentía celos de mi hermana, ya que tú siempre erres tan atento y bueno, cosa que mi ex como que ni de lejos. Continuando con...

  • “Y ahora míranos, yo separada a punto de divorciarme, y tú soportando a la puta de mi hermana que, la muy guarra se estará tirando a una o a uno”.

Dice y sigue...

  • “Y mientras yo descubrí el sexo desde que tengo esos juguetes, y ver porno por internet, donde deseo que me follen duramente mientras gimo y grito de placer. Me pregunto... ¿qué haces tú al respecto...?”.

Y obviamente calle, pero no me quedo otra que acabar por responderle, contándole que a veces practicamos sexo entre su hermana y yo, pero siempre que ella le apetece, y cuando no hay más remedio siempre queda la masturbación, o una ducha fría. Era de comprender que no le iba a confesar que tengo otras amiguitas, aunque ella misma se lo imaginaba, más aún cuando ya me conocía de antes. Laura llego a conocerme cuando salía con mi amiga Susana, pibón que estaba comprometida con otro, y que como decía...

  • “No comprendo que le das tú a las mujeres, pues mi hermana me decía que no la tienes muy grande, pero que ganabas en aguante, grosor, y que eras un pervertido nato”.

Suelta y continua...

  • “Quizás por ese motivo Ana, hizo un trio contigo y con Susana, ¡no!”.

Y ver el grado de embriaguez en mi cuñada cuando quiso levantarse, pues torpemente o al menos eso pensé yo, cuando se le subió el vestido, ¡y enseñándome que llevaba medias de ligas con ligueros... uuuffff!!. Ver aquello y me puso malísimo, e intente que esta no se moviera, ofreciéndome a quitar el resto de la mesa, cosa que veo como enojada se levanta, entre sollozos y quejas le da por quitarse el vestido. Diciéndome...

  • “No me digas que no te gusto, me he puesto así por ti, y como los demás me desprecias, no te cortes y dime que es por lo gorda que soy”.

Y la verdad que como que no me ha importado lanzarme a mi cuñada, ¡dándome por comerle la boca mientras mis manos se apoderaban de sus enormes pechos y de su culo... uuummm!!. Tirándome esta hacia el sofá y como una loca, sacar mi miembro del interior del pantalón para acabar por metérsela en la boca, tragándosela con demasiada facilidad, aunque si recuerdo la longitud de mi excuñado como que tampoco me extraña. Y después de un buen rato chupándola, acabar por hacer lo que tanto deseaba, no siendo otra cosa que colocarse encima, ¡echando hacia un lado la tela de su tanga y clavársela de un solo empujón... ooohhh!!.

Viéndola como botaba la muy hija de puta, parecía que iba a salir despedida contra el techo, eso como chillaba y gemía mientras no dejaba de follar, pareciendo que la estaban torturando... o que se yo. Pero eso sí, me dejo que disfrutara de que le comiera esos enormes pechos, por no decir esos empitonados pezones, ¡alcanzando está un improvisto orgasmo... aaahhh!!.

Tras sosegarse un poco la aparte con sumo cuidado hacia un lado, levantándome y agachándome entre sus piernas, haciéndole saber una de las cosas que tanto me gusta, y que últimamente su hermana comenzaba a detestar. Dije y coloqué mi boca sobre su coñito, comenzando a saboreárselo, chupando su clítoris y labios vaginales, ayudándome con uno de mis dedos, mientras ella gemía y me recordaba lo ‘hijo de puta’ que soy. Continúe chupando y absorbiendo sus labios vaginales y su vulva, ¡y ahora era dos de mis dedos los que entraba… uuuffff!!.

Mi cuñada no dejaba de blasfemar y de decirme lo cornudo que era, mientras chillaba y presionaba mi cabeza contra sus piernas, ¡cómo sino deseara que me apartara… ooohhh!!. Tras un cuarto de hora al menos de saborear ese enorme coñito que tiene medio peludo, ¡donde la muy cabrona llegó por venirse hasta dos veces y encima de forma simultánea… uuummm!!.

Casi desvanecía me pidió descansar, cayendo al momento que yo aún no me había corrido, y coge y le da por pedirme una postura en la cual yo suelo venirme con facilidad, y claro está con mayor satisfacción. Y recuerdo que me lo pensé, pero acabe por soltarle una postura… no era precisamente mi favorita, pues en verdad pienso que todas depende del placer. Exclamando ella...

  • "Entonces no te gusta más tú ponerte encima, o que yo me ponga en plan amazona sobre ti”.

Acabando por contestarle...

  • "Mira que quieres que te responda ‘cuña’, aunque la verdad yo arriba no me gusta demasiado, pues tú apenas te puedes mover, y aunque arriba en otras posturas no te digo, esa encima ya lo hemos probado".

Continuando...

  • "A ver qué te parece, mira vamos a hacerlo por detrás".

Ella asustada me dice...

  • "No por detrás no, que nunca lo he hecho por el culo".

Es cuando sorprendido le digo...

  • "Perdona Laura, no me he explicado bien, te digo que tú te pongas de rodillas sobre el sofá que yo te la introduciré por tu coñito".

Digo, y ella confiando en mí, sigue mis instrucciones, momento en que caigo y vuelvo a decirle...

  • "Laura, yo tengo condones, voy a tener que pararme cuando vaya a venirme".

Ríe ella, y dice...

  • "Mira que eres cachondo, anda que no sé qué tanto tú como yo, ¡ya no tenemos ese problema... mmmm!!".

Y arrodillada sobre el sofá con su cuerpo inclinado hacia delante, coge y me pone ese pedazo de pandero expuesto. Tomando yo mi miembro y lo acerco a sus nalgas, viendo y sintiéndola temblar, como sino las estuviera con ella donde iba a introducir mi glande. Pero cuando siente mi glande deslizarlo por entre sus hinchados labios vaginales, ¡y voy introduciéndoselo muy lentamente hasta que ella misma es la que súplica que la meta hasta los huevos… uuuffff!!.

Hay es cuando comienzo un mete saca endiablado, dándome hasta por tirarle de sus cabellos hacía mí, ¡mientras ella no deja de gemir y suspirar… uuuffff!!. Mientras mis manos alternan caderas con pechos o incluso coñito, aunque ella misma aprovecha para hacerse un dedo, ¡acabando al rato y encima al mismo tiempo… ooohhh!!. Quedándonos desechos, y encima con mi verga dentro de ella, sintiendo como se me pone flácida… aaahhh!!. Mientras ella no deja de decirme…

  • “Joder… menuda corrida, y pensar que iba diciendo de ti antes que no eras bueno en nada, mira por donde gano la santurrona de mi hermana… que ‘cacho puta’”.

Y es sacarla y ambos nos quedamos tendido en el sofá, acabando ella misma pasado unos minutos por proponerme pasar la noche con ella, cosa que acepté, pues como dije… ‘planes no tenía’. Y antes de acostarnos en la cama, nuevamente mi cuñada me sugirió darnos una ducha, cosa que nuevamente acepte.

Y cuando la vi en el baño retirarse las prendas que le quedaba, quedándose desnuda del todo, como que mi verga reacciono y comenzó a pedir guerra de nuevo. Me acerque a ella y se alegró, comenzando a comernos la boca y a magrearnos, metiéndonos en la ducha, ¡donde me dejo saborear de nuevo su coñito… uuummm!!. Y ver como ella más tarde, tras arrodillarse y tomar mi polla, acabo por metérsela en su boca, chupar y llegar incluso a escupir, ¡tragándose toda… ooohhh!!. Mientras entre palabras malsonantes e insultos, acabo por pedirme que se la metiera por el culo... uuuffff.

Y no os imagináis la satisfactoria noche y fin de semana que hemos pasado, donde la muy cabrona me suelta que conmigo ha descubierto el sexo. Como si no hubiera follado con el semental de su exmarido, pues longitud tenia tela el muy cabrón, pero se ve que no la dejaba satisfecha. Ya que ahora encima, no paro de follar con ella cada vez que podemos, ¡se me ha vuelto una ninfómana y le gusta que la pervierta… uuummm! Encantándole sobre todo que le coma el coñito, y que me la follé duramente mientras le hago de todo, no dejando ella de gemir de placer.

Y antes de despedirme, debo decir que para nada es inventado, eso como deciros que desde ese día hasta el día de hoy, raro es el día que no me manda una foto suya. Imagen que ya sea desnuda como con alguna prenda interior nueva, o sexy, dándole igual que sea en su casa como en los aseos de su trabajo. Y encima me manda videos donde me enseña cómo se hace un dedo, o como utiliza los juguetes que le pedí, videos que le gusta que los visualice mientras estoy con su hermana, ¡no deseando que me acueste con ella… uuummm!

Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos, y sabiendo de sobra que peco sobre todo del gerundio. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.

No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida con pasión, y de una forma de libertinaje, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo. Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ Gmail . com (obviamente todo junto).