Ayudando a mi cuñada (2)
Chupé, lamí y absorbí cada milímetro de sus labios vaginales, dedeé y al mismo tiempo que no deje de relamer y besar su clítoris, no dejando de jugar con su vulva. Todo esto, mientras se retorcía de placer, acabando por venirse en mi boca y continuar hasta que con el segundo orgasmo me maldijo.
Ayudando a mi cuñada (2)
Y nos hemos despedimos como una pareja recién salidos, salí de su casa y escabulléndome para no ser visto por sus vecinos chismosos, no porque fuera raro el ver salir a su cuñado de su casa, sino porque cuando he salido eran las cinco de la mañana, hora bastante extraña.
Ha pasado unas semanas, y aunque hemos hablado por el móvil por saber cómo nos va, no dejamos de decirnos que necesitamos volver a repetirlo, pues ya no es solo por la emoción de hacerlo sino por la misma adrenalina. Laura me cuenta que mientras escucha hablar a su hermana Elena, parece que está en las nubes, pues ni le echa cuenta, confesándome que no está enamorada de mí, pero sí disfruta ahora del sexo. Y en nuestro último encuentro en casa de sus padres, esta me ha dado una llave de su casa, sorprendiéndome al escucharla decirme…
- “Quiero que cuando vengas a casa, me hagas lo que quieras, pero siempre que los críos no estén, debemos de mantener las apariencias y esto en secreto”.
Y le hice caso a su petición, pues me ha hecho saber que, por las mañanas, una vez ha llevado a los críos al colegio luego está sola en casa, distrayéndose con los quehaceres del hogar. Me dice para que pueda pasarme y poder follar como animales, cosa que ese mismo lunes hice. Eran las diez menos cuarto de la mañana, salí de casa y me encaminé hacia el bloque de mi cuñada, entrando por el portal y subiendo hasta su planta. Nada más llegar, cogí la llave que me había dado de su casa, y abrí con cuidado, no deseando hacer ruido, entrando hasta la cocina de donde provenía el ruido del grifo.
Y entre sigilosamente en la cocina, percibiendo que mi cuñada ni me había escuchado, me acerque hasta ella y la rodee entre mis brazos al tiempo que le besaba la cabeza, sorprendiéndose inicialmente al no esperarme. Y comencé a besar su sien, cuello, cara y al mismo tiempo que le acariciaba los senos, notando la ausencia de sujetador, ¡pero al mismo tiempo me frotaba contra sus nalgas… uuummm!!. Soltándome ella…
- “Que malo que eres, veo que mi hermana aún continúa dejándote a palo seco”.
No le contesto, pues no hace falta, simplemente no dejo de mirarla, mirada penetrante que ella misma, me dice…
- “No me mires así tan fijo a los ojos, que me pones nerviosa”.
Y me da por volver a besar sus labios, mejillas y cuello, ¡observando cómo se estremece al tiempo que magreo sus pechos y pezones… uuummm!!. Y todo esto sin que mi cuñada deje de fregar el desayuno, no deteniéndose y dejándose hacer. Como veo el poco caso que me hace, me da por magrear sus nalgas, soltándome está en ese momento… ‘eso es juego sucio’.
Pero para juego sucio como ella dice, es cuando aprovecho para desabotonar el botón de su vaquero, bajar la cremallera y al tiempo que volvemos a besarnos, ¡me da por tirar de la cinturilla de su pantalón hacia abajo… uuummm!!. Prenda que se la dejo por debajo de sus nalgas, poniéndome a magrear sus nalgas mientras comenzamos a besarnos, y dejarse besar su punto débil… su cuello (cosa que tienen en común las hermanas).
Siendo ella misma quien retrocede con sus nalgas, apretándola contra mi miembro, soltar un sonido de satisfacción y mientras sonríe pícaramente, dándome por bajar su pantalón hasta las mismas rodillas. Comenzar por levantarle la camiseta y verle las braguitas, acabando por soltarle…
- “Nuevas… me gustan”.
Y ella respóndeme…
- “Uuuffff!!, echaba de menos que un hombre se fijara en algo nuevo que lleve, aunque sean unas braguitas”.
Dice y comienza a comerme la boca, entregándome la lengua y me entretengo en amasar esos enormes pechos que tiene, ¡deseando llevarme sus pezones a la boca y amamantárselos… ooohhh!!. No dejando de chupárselos, como si deseara sacarle leche de ellos, ¡mientras mi cuñada no deja de gemir… ooohhh!!.
Dándole por girarse, comenzando nuevamente a comernos la boca, mientras mis manos acarician sus nalgas, subirse ella la camiseta y mostrarme sus pechos. Y acabar por comérmelos de nuevo, mordisqueando con suavidad sus pezones mientras no deja de gemir, chupando y lamiendo sus mamas. Sintiendo como ella misma me magrea mi miembro, como me masturba sobre el pantalón y decirme…
- “Deja de jugar y métemela ya coño… uuummm!!”.
Dándome por girarla, bajarle las braguitas y arrodillarme, introduciendo mi rostro entre sus nalgas, comenzando a lamer sus orificios. Ayudándome con la lengua y mis dedos mientras ella no deja de gemir y suspirar, no dejando de hacerme saber lo malvado que soy. Y en esos momentos uno de mis dedos la penetra al mismo tiempo que acaricio sus pechos y muerdo su cuello, ella gime y solloza, rogándome que se la meta de una puta vez.
Y comenzar a hacerle un dedo, ayudándome ella misma y conduciéndome mis dedos hacia donde tocar, ¡mientras con su otra mano acaricia uno de sus senos y yo saboreo su cuello… ooohhh!!. Volviéndome a suplicar que me la folle, acabando por arrodillarse, soltar el cinturón y con mi ayuda desabotonar el botón de mi pantalón, bajar la cremallera y ella tirar de mis prendas hacia abajo, saltando como un resorte mi erecto miembro. Polla que coge ella con ansias y tras tomarla con ambas manos, ¡comenzar a comerme mi glande y disfrutar de mi verga… aaahhh!!.
Mientras me da una mamada de campeonato, le hago saber que como siga así… poco le voy a durar, cosa que me hace saber que poco le importa, pues bien sabe que luego cumplo de sobra.
Viendo como la muy cabrona de mi cuñada, lame y chupa mi glande, dedicándole una soberana mamada, pajeándome y me mira, sonriente y sabiendo lo mala que es. Acabando por hacerla levantar, girarla e inclinarse hacia delante, apoyando sus brazos sobre la encimera y tomando mi polla, ¡acabo por deslizarla entre sus glúteos hasta su coñito… uuuffff!!.
Y comenzar a follármela, yendo lentamente, y ser ella la que acelera con su propio cuerpo, dándome ‘culeadas’ hacia atrás a modo de sentir mi glande lo más profundo posible. Y mientras le como el cuello y la boca, me da por acabar por quitarle la camiseta, dejándole sus senos desnudos, pechos que amasado mientras le penetro y ella gime por cada una de las embestidas. Y cuando más estamos disfrutando, suena el móvil, observando que quien la llama es mi mujer, siendo mi cuñada quien me dice…
- “Ni se te ocurra contestar, ¡no pares y deja que sepa ella esperar… aaahhh!!”.
Comenzando a acelerar, dándole fuertes y precisas embestidas, mientras no deja de gemir y suspirar, penetraciones bestiales que acaban por sacarle mi polla. Y esa tensión, hace que comience a descargar, soltando hasta tres lechazos que acaban en sus nalgas, acabando por coger ella misma el móvil y responder. Escuchándole decirle a su hermana que no podía coger el móvil pues estoy en el baño, mientras siente como malvado de mí, me da por esparcir mi semen por su cuerpo, pringando nalgas, espalda, cuello e incluso senos.
Viéndome como me giro y me visto, escuchándole a Laura discutir con mi mujer Elena, algo respecto a cómo lleva su vida, momento en que me quito del medio. Y esa misma noche, siendo las doce menos cuarto, comienza a ‘whasearme’, sabiendo de sobra que puede hablar conmigo pues su hermana duerme. Contándome como le ha recriminado su hermana su forma de vivir, pero lo mal que ella que se lo recriminen a ella, y cosas así…
Haciendo una pausa y hacerme una video llamada, enseñándome como esta acostada, haciéndome saber lo malita que la he dejado, dice y me hace saber lo buena que estaba todo mi semen, ¡pues lo recogió y lo saboreo… uuummm!!. Dice y dirige el móvil hacia su coñito, enseñándome como se lo depilado, todo por el hecho que cuando le coma el coñito y luego me coma su boca, no le llene su boca con sus vellos. Y antes de despedirme, me suelta primero…
- “Como me gustaría que pudieras escaparte y venir a mi casa, podríamos dormir junto toda la noche, echo de menos esa sensación de tener a un hombre en la cama”.
Pero sabiendo que eso no es posible, acaba por decirme…
- “Podrías venir mañana sobre las nueve de la nueve de la mañana, me voy a duchar y me gustaría que me frotaras la espalda”.
Y tras despedirse y colgar, no me queda otra que masturbarme, no solo por la imagen que me ha mostrado, ¡sino por todo lo que me ha dicho… uuuffff!!. Ya os imagináis donde estuve a las nueve menos cuarto de la mañana, pues como el día anterior entre sigilosamente en su casa, escuchaba desde el mismo salón el agua de la ducha. Me encamine hacia su dormitorio y entre, viéndola la puerta del baño un poco entornada. Observándola desde detrás de la puerta como mi cuñada estaba en albornoz delante del lavabo, peinándose mientras se veía reflejada en el espejo, cosa que no comprendo cuando se iba a duchar.
Y al momento veo como desliza el nudo del cordón del albornoz y se lo abre, mirando su cuerpo desnudo, girándose de un lado hacia el otro, tomando sus senos con sus manos y levantándoselo. Acabando por girarse, levantarse el albornoz y fijarse en sus nalgas, viendo cómo se acariciaba sus glúteos, y todo esto mientras yo no perdía detalle de ella, mientras me tocaba mi miembro, ¡pues venia ‘empalmadísimo’… uuuffff!!.
Y tras acabar de admirarse, acabar por quitarse el albornoz y entrar en el interior del plato de ducha, momento en que aprovecho para entrar en el baño. Dándome por ver como se ducha, como se enjabona todo su cuerpo, como magrea senos, nalgas y bueno en general, y ver como la muy puta, ¡acaba por limpiarse bien a fondo su orificio anal… uuufff!! (dándome la sensación que sea dado cuenta que estoy). Acabando por salir y preguntarme…
- “Aun estas vestido”.
Y tras desvestirme, comienza Laura a comerme la polla como el día anterior, dedicándome una atención que en esta ocasión no iba a permitir que me hiciera que me corriera, pues me dio por apartarme de mi cuñada. Cogerla y hacerla sentar sobre la encimera junto al lavabo, separar sus piernas e introducir mi cabeza entre sus muslos, comenzando a saborear su coñito. Chupé y lamí cada milímetro de sus labios vaginales, dedeé su punto G, mientras comencé a chupar y absorber su clítoris. No dejando de jugar con su vulva, mientras se retorcía de placer, acabando por venirse en mi boca y continuar hasta que con el segundo orgasmo… me maldijo.
Acabando por ayudarla a bajarse y aunque ella se quería colocar encima y cabalgar sobre mi polla, acabe por penetrarla desde atrás, cosa que resignada acabo por dejarse follar, ¡no dejando de gemir y suspirar… aaahhh!!. Y tras un tiempo que no sabría precisar, tras separarla, acabe por sentarme sobre la taza del wáter y deje que mi cuñada se me sentara encima, tomando ella misma mi polla e introducírsela dentro de su coñito, comenzando a cabalgar como una posesa mientras yo le besaba y comía el cuello, pero al mismo tiempo que saboreaba sus senos y chupaba sus pezones. Acabando por darme por introducirle uno de mis dedos con sumo cuidado dentro de su culito y ella disfrutar de ese momento, moviéndose con más fuerza y ahínco, como si deseara que me viniera dentro de ella, ¡cosa que no fue muy difícil finalmente, pero no antes de que mi segundo dedo le provocara un nuevo orgasmo… ooohhh!!. Y decirme ella…
- “No sabes lo mal que me siento de las veces que no te trataba con justicia, todo a raíz de mi divorcio, porque creí que al ser uno de tus mejores amigos, siempre tirarías a su favor, y que equivocada estaba”.
Dice y sin dejar de acariciarle tanto el pelo como la cara, no dejando de besar esos labios carnosos, no dejando de juguetear con esos otros labios. Y decirme ella de nuevo…
- “Me parece que al final nos equivocamos de pretendientes, tenía que haber acabado yo contigo y el cabrón de mi exmarido con otra, ¡menuda pareja hubiéramos sido… eeehhh!!”.
Pero para encuentros, aquel que tuvimos en el Roció, cuando nos dio por perdernos entre los pinos, fingiendo que íbamos a coger ramas, y acabar en un claro follando. No dejando de decirle en todo momento que bajara la voz, pues nos iban a descubrir, ¡mientras ella gemía y suspiraba… aaahhh!!.
Y antes de despedirme, debo deciros que finalmente hemos logrado ese deseo de mi cuñada, no siendo este que el poder compartir cama durante toda la noche, donde hemos tenido sexo, pasión y ternura. Y mientras gemía en una de tantas veces, no dejaba de decirme que no importa el tamaño, pues su exmarido poseía un buen ‘vástago’, pero el pequeño bastardo no sabía cómo satisfacerla. Mientras tú como mucho menos, me has demostrado el disfrutar de mi cuerpo, y sobre todo del sexo. Finalizando al final como todo en la vida, pues ahora sale con un viejo amigo de la facultad, habiendo quedado esos momentos tan satisfactorio para nosotros.
Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos, y sabiendo de sobra que peco sobre todo del gerundio. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.
No me tengo que excusar porque amo el sexo como el que más, considerándome un adicto, disfrutando en toda su plenitud y disfruto mi vida con pasión. No importándome a veces la apariencia de libertinaje que doy, pero disfrutando aún más al poder compartirlo con todos vosotros como manera de desahogo.
Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ Gmail . com (obviamente todo junto).