Ayudando a las amigas de Ame 1: Erika

Ame le pide a su padrino que le enseñe a su amiga Erika a disfrutar sel sexo con un hombre y este acaba enculándola.

Ayudando a las amigas de Ame 1: Erika

Hasta el relato anterior, narro de las experiencias propias con mi padrino, como dije anteriormente, seguir con ellas sería como redundar en las posiciones, en los estímulos y en los sentimientos, lo que haría una lectura repetitiva y aburrida, por lo que mejor doy paso a narrar algunas historias de mi padrino con algunas de mis amigas a quienes se los presté con la condición de que no se quisieran quedar con él, sólo experimentaran algunas de sus enseñanzas y que después cada quien por su lado me contara de dicha experiencia.

Es importante recalcar que en estos actos yo no estuve presente, mucho menos participé con ellos, pues ni a mi padrino ni a mí nos gustan los actos lésbicos o las orgías, yo solo cumplí con contactarlos y ellos solitos hicieron sus cosas.

Para evitar confusiones en la lectura, a partir de este relato dejo de hablar en mi propia persona, para hablar como lo haría mi padrino.

Ame

ame02007@yahoo.com.mx

Cuando Ame me comentó que tenía unas amigas de la secundaria que querían que yo las iniciara en el sexo y otras que querían experimentar algo distinto a lo que hasta ese momento eran sus experiencias, la tenía ensartada por el culito a punto de terminar… por supuesto eso me desconcentró al instante y deteniendo los embates que en ese momento le propinaba, le dije casi gritando, "pero bebé, acordamos que a nadie le contarías de lo nuestro… tú sabes todo lo que está en riesgo!", ella moviendo sus anchas caderas, para mantener mi verga en erección pues ya se me quería dormir de la preocupación, me dijo, mirándome de costado, sonriendo, "no te preocupes padrino, aún no les digo que eres tú, solo les dije que yo tengo a alguien muy querido que me ha enseñado estas lindas cositas y en todo caso te conocerán hasta el mero día y tengo su promesa de que no dirán nunca nada, ellas solo quieren aprender, además te presentaría una a una, no a todas de a montón, anda padrinito, dí que sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii??", al decir esto último, Ame inició un movimiento oscilatorio con su divino culito, al mismo tiempo que con él parecía succionarme la verga; en verdad yo sentía esa rica mezcla entre el estrangulamiento de verga por un apretado culo y una mamada a la vez… hizo que me preguntara será eso a lo que llaman "mujer con perrito?", pero hasta donde sé eso es en la vagina y Ame lo tiene en sus dos hoyitos.

Pero, concentrándome para responder a su pregunta, le dije, "Mi linda bebé, me gustaría mucho aceptar, pero mi amor, el riesgo que corremos es muy grande, mejor sigamos solo tú y yo"; pero la diablilla que tenía enculada sabía muy bien cómo tentarme para hacerme aceptar, me dijo, "ándale padrino, yo sé que no te vas a arrepentir, de hecho sólo te prestaré con aquellas amigas que además de ser discretas, tienen cuerpos casi como el mío o que al menos si se les estimula como a mí lo llegarán a tener hasta mejor, como yo sé que te gustan; por ejemplo, te acuerdas de Erika?, la que te presenté en el ballet?"… haciendo memoria, recordé que una vez que fui a recogerla de su clase de ballet, me presentó a una mulatita veracruzana que estaba como para chupetearla toda, saboreándola y para después hacer maravillas con su cuerpecito de sirena, era chaparrita, muy esbelta, pero con unas prominentes nalguitas, redondas, paraditas, respingonas; entonces le respondí "la morenaza aquella de Veracruz?", ella sonriendo ahora con picardía, me dijo, acelerando los movimientos de sus caderas, sabiendo que ya estábamos a punto de terminar, "Ajá!, bien que te caché como te la comiste con los ojos, a poco no te gustaría estrenarle ese culito?"… Ja!, de solo imaginar ese culito prieto ensartado en mi verga, arremetí en unos salvajes movimientos de cadera contra el culito de Ame, al mismo tiempo que le tallaba con salvajismo el clítoris con mi dedo medio de la mano derecha, y le respondí con voz entrecortada al tiempo de vaciarle mi leche, inundando sus intestinos, "está bien chamaca del demonio, pero que conste que lo hago solo por ti, para no hacerte quedar mal con tus amigas y por lo pronto sólo con Erika, ok?"; ella primero lanzó un profundo suspiro y dijo, "Aaaaaaaaaaaaaaaah, así mero padrino!, qué bien me sabes llevar al cielo con esa divina verga que tienes, y así quiero que lleves a algunas de mis amigas que las pobrecitas no saben de lo que se han estado perdiendo!, gracias por aceptar padrino, verás que no te vas a arrepentir". Yo me dije para mis adentros, "pues si se me hace romper ese culito, claro que no me voy a arrepentir!".

Cuando nuestra respiración se hubo calmado, recostados en la cama del motel al que había llevado a Ame, oculta en el asiento trasero de mi camioneta, me dijo, "padrino, necesito contarte algo de Erika…", como ví que prolongaba la pausa antes de continuar, le pregunté intrigado, "qué es?", contándome la siguiente historia:

Erika tuvo su primera experiencia cuando iba en primero de secundaria allá en su natal Veracruz, con un primo que ya tenía 22 años, por lo que supuso que ya debía saber manejar la verga y por lo tanto le daría una buena cogida, pero se llevó una gran decepción porque su primo solo la desgarró de la vagina sin estimularla para nada y una vez que se la hubo metido se dedicó a arremeter contra ella hasta vaciarse adentro sin condón y sin preguntar si estaba en su periodo fértil, afortunadamente no quedó embarazada, pero sí muy adolorida y sangrando abundantemente, sin disfrutar ni un tantito de la cogida, de ahí que ella haya decidido a partir de ese momento negarse a tener novio y a que ningún hombre la volviera a tocar siquiera y aunque no siente repulsión hacia ellos si les tiene cierto temor… Allá mismo al finalizar el primer grado, por una semana estuvo a cargo de una vecina ya cuarentona, quedándose en su casa, y dice que la segunda noche que quedaba ahí despertó sintiendo una sensación muy agradable, estaba destapada y semidesnuda por el calor que hacía, pero el placer que en ese momento sentía le estaba llegando de su vagina, entonces despertando totalmente se dio cuenta que la vecina que la cuidaba le estaba chupando su vagina de manera muy suave, metiéndole casi la mitad de su lengua; pero sentía tan rico, que no se movió, quiso prolongar más la sensación que estaba sintiendo, hasta que de pronto sintió como una descarga eléctrica en todo su cuerpo y aquello se volvía cada vez más rico, por lo que optó por empujar la cabeza de la mujer contra su vagina, al mismo tiempo que ella se restregaba con fuerza contra su boca, alcanzando un orgasmo fenomenal, cuyos espasmos le duraron como 5 minutos.

A partir de esa experiencia, Erika buscaba cualquier pretexto para que a escondidas de su mamá se fuera con su vecina a disfrutar de esas experiencias, que según ella son lo máximo que ha vivido… pero se terminó… el segundo año de secundaria lo inició acá y ya no pudo volver a su Veracruz querido. Ame se enteró de esto cuando en un viaje de estudios, la maestra las hospedó juntas y durante la noche sintió que ella la andaba manoseando y cuando durante la madrugada la cuestionó le hizo la confesión. Y aunque Erika no era propiamente una lesbiana, pues ella nunca acarició a su vecina cuarentona, solo se dejaba acariciar por aquella hasta alcanzar sus orgasmos, ahora buscando sentir lo mismo era ella quien andaba manoseando a Ame.

Esa madrugada ambas tuvieron una larga conversación sobre con quien era mejor sentir esas sensaciones, con un hombre o con otra mujer, sin lograr ponerse de acuerdo, decidieron hacer lo siguiente: Ame le presentaría a un hombre con quien experimentar mejores sensaciones a las que le dio aquella mujer, pero si no lo lograba, entonces Ame aceptaría experimentar hacerlo con ella. Era un reto peligroso, además que para Ame la sola posibilidad de tener que hacerlo con otra mujer, le causaba mucha repulsión… pero aceptó… y así fue cómo su padrino, su querido padrino entraría en escena.

Después de escuchar la anterior historia, me quedé meditando un rato, vaya compromiso que tenía enfrente, pues dicen que cuando un hombre trata de que su amigo gay se vuelva macho es más fácil que ambos acaben siendo gays… y en el lesbianismo pasa algo similar, rescatar a una mujer que ya probó mujer no es nada fácil

Cuando le hice saber mis cavilaciones a mi linda Ame, ella dirigiéndose a mi verga semidormida, dijo: "Qué pasó mi campeona?, te me quieres rajar?, yo creo que puedes ganar, estoy segura que ganarás!".

Esas palabras de ánimo, además de la evaluación que hice sobre todo lo que podía perder si no lograba despertar mejores sensaciones a Erika, pues hasta Ame se me podría desviar del camino, decidí hacerlo, diciéndole a Ame que me dejara recargar completamente las baterías, por lo que durante una semana no me pidiera que me la cogiera a ella, que solo haría lo posible de cumplir al mínimo con su tía, mi mujer.

Acordamos que el encuentro fuera el siguiente viernes por la tarde, al salir de la escuela… Las esperé a la salida, cuando Erika vio mi camioneta, se asustó y le dijo a Ame, "Cuidado, ahí está tu padrino!", Ame sonriendo le contestó, "no te preocupes subamos a su camioneta"; una vez dentro, arranqué al mismo tiempo que las saludaba de besito en la mejilla y después de avanzar una cuadra, Ame le dijo a Erika, "pues mi querida amiga, te presento a mi maestro, al que desde este momento te presto con mucho cariño, disfrútalo y ya me cuentas mañana cómo te fue", Erika abrió la boca y peló tamaños ojos, quedándose muda por un momento, mientras yo detenía la camioneta para que Ame se bajara y antes de cerrar la puerta Erika pudo balbucir "p-pero Ame…" pero Ame se regresó corriendo a la escuela donde más tarde llegaría su mamá a recogerla.

Cuando quedé solo con Erika, ella me lanzó una mirada tímida… Carajo!, se veía preciosa, su pelo cortito rizo, carita de muñeca, boquita de labios carnosos y ese cuerpo… oh! divino cuerpo, enfundado en la blusa blanca y su falda tableada del uniforme escolar que le llegaba arriba de media pierna… y qué piernas!, prietas y suculentas… después del agasajo visual le sonreí y le dije con voz suave… "mi chiquita linda, no te preocupes, si gustas solo damos una vuelta, platicamos y cuando ya te sientas más tranquila podemos ir a tomar algo y dejamos lo del "encuentro" para otro día, hoy tu mandas, yo solo soy tu siervo… un siervo que cuando gustes te puede llevar a alcanzar el cielo", durante mis palabras, miré que se iba relajando y cuando escuchó esto último de sus ojos escapó un brillo especial, casi lujurioso, se veía que esta jarochita traía por dentro fuego puro!

Entonces me sonrió tímidamente y me dijo, "no, mejor lléveme de una vez a donde me ha de llevar, pero no me haga nada… hasta que yo le diga"; a lo que respondí devolviéndole la mejor de mis sonrisas, "claro que sí mi princesita, pero por favor tutéame para ir entrando más en confianza". Ya con su permiso, le pedí que se recostara en el asiento de atrás y enfilé rumbo al motel más cercano; al recostarse en el asiento, su falda quedó atorada en el respaldo, ofreciéndome por el espejo retrovisor una vista total de sus muslos y parte de la braguita blanca que traía puesta, se me comenzó a hacer agua la boca tan solo de pensar en el banquete que me daría con esa criaturita.

Ingresamos al garage de la habitación y después de pagar al cuidador que ya había corrido la cortina ocultando mi camioneta, le abrí la puerta y le ofrecí mis brazos, para meterla cargando al cuarto… por su esbelto cuerpo era más ligerita que Ame… mientras entraba la sentí estremecerse como conejito. Suavemente la deposité en la cama, pero ella rápidamente se incorporó diciendo, "Ame me dijo que te gustan recién bañaditas, así que con permiso"; tomó una bolsita y se metió al baño.

Me quedé solo, cavilando en la tarea que tenía por delante, controlándome para no abalanzarme como desesperado sobre ella, pues necesitaba que la chamaca en verdad disfrutara el encuentro, no quise encender la tele para ver la película porno que normalmente ponen, para no alterarla, quería que todo fuera natural… solo ella y yo.

La visión del ser maravilloso que surgió del baño quedará grabada por siempre en mi memoria; la nena traía puesto un baby doll vaporoso de color blanco, bajo el cual se veía un hilo dental también de color blanco, lo que resaltaba la oscuridad de su piel y esas formas… vaya formas de la mulatita!, se veía suculenta. Cuando me incorporé y quise acercarme a ella, me dijo con mirada traviesa, "A-a, primero a la regadera también como con Ame", yo sonriendo me dirigí al baño diciéndole, "claro mi amor, como con Ame".

Salí del baño con mi trusa puesta, para no ponerla nerviosa, pero era semitransparente de color azul, por lo que a trasluz se adivinadaba mi verga a todo su tamaño dada la imagen que traía de la niña.

Al acercarme a la cama, ella se recorrió más al centro, invitándome a recostarme a su lado, así lo hice y comenzamos a charlar, de la escuela, de la gimnasia, de su natal Veracruz, en fin, tardamos casi media hora charlando, pero ya para entonces ella reía a carcajadas contándome unos chistes jarochos, bien colorados; como durante la plática ella me interrumpía a cada rato, estiraba su mano y me la ponía en el pecho para que yo dejara de hablar y hablara ella, yo comencé a hacer lo mismo, a tocarle el hombro, su cabeza, el pelo y más tarde una rodilla, pues ya para entonces estaba sentado junto a ella; en un momento dado puse mi mano sobre su pierna y en vez de retirarla comencé a acariciarla muy suavemente mientras ella hablaba y hablaba.

Cuando vi que ya estábamos en confianza plena, guarde silencio solo observándole su rostro, sin dejar de sobar su pierna, ella de pronto calló y también me miró a los ojos, ahí con voz susurrante le dije, "mi negrita linda, estás divina", acercando mi rostro al de ella, que me respondió, "qué agradable eres, no sabía que fueras así, con razón Ame te quiere tanto!"… yo rozando sus carnosos labios con los míos, me puse a juguetear un momento chocando nuestras narices, lo que le arrancó nuevas risitas juveniles, le dije, "a ver mi chiquita preciosa, a ver a qué huele esta carita de ángel?", ella riendo me dijo, "supongo que huelo a muchacha"; yo le respondí comenzando a recorrer su rostro con mi nariz y mis labios, "estás equivocada, yo creo que hueles a niña linda, hummmmm, qué rico hueles", así llegué hasta sus orejitas, haciendo que se retorciera poniéndose chinita, pero me dejaba hacer… hasta que el lóbulo de su oreja me quedó en los labios abrí mi boca y con delicadez se lo chupé, ahí escuché su primer suspiro, "aaaaah qué rico se siente!", ya con esa confianza que da el hecho de saber que vamos bien, mis manos comenzaron a trabajar, primero acariciando con suavidad su rostro, ella cerró sus ojos y entreabrió su boquita, por lo que ni tardo ni perezoso me prendí de ella, ¡qué rico besaba la jarochita!, nuestras lenguas se entrelazaron en una danza erótica, mientras mis manos bajaban por su cuello, le abría su baby doll y le sobaba el estómago, totalmente plano y duro, entonces subí una de mis piernas sobre ella, montándome, con lo cual mi verga quedó sobre su vagina aún protegidos por la trusa y su tanga, pero sintiendo claramente el fuego que de ella emanaba, el rose de sus piernas en mis piernas era como de terciopelo, comenzó el recorrido de mi boca, pasando por los lugares que antes habían recorrido mis manos, pero me regresé unos centímetros para saborear sus pechos pequeñitos pero ya suculentos, coronados por unos pezoncitos pequeños y puntiagudos, que engullí golosamente; para entonces la pequeña Erika se retorcía sensualmente emitiendo quejiditos que me sonaban como música en los oídos, "Aaaaah qué delicia, qué ricura, aaaaaaaah".

Cuando sus pezones lucían amoratados por la mamada que les propinaba, seguí bajando mi boca, recorriendo con mi lengua su estómago hasta llegar a su ombligo, profundo, como me gustan, pero que al roce de mi lengua le causaba cosquillas, por lo que ella misma me empujó hacia abajo, con mis manos le deslicé la tanga, me costó safarla totalmente pues estaba perdida en las profundidades de su prieto culo, totalmente aprisionada con sus apretadas nalguitas, quedando ante mi vista una vagina pequeñita, recubierta por una pelambrera negra, rizada y pequeña, a la cual me prendí con avidez, arrancándole un gritito de placer y entre gemidos me decía, "Aaaah, yo no sabía que también ustedes los hombres podían hacer esto, aaaaah qué rico, aaaaah se siente divino, tu bigote también me hace ricas cosquillas, sigue, sigue!".

Ya llevaba más de diez minutos chupando y lamiendo la vagina de Erika y parecía que no iba a llegar al orgasmo, que por supuesto le iba a interrumpir, para luego cogérmela, pero antes necesitaba que me diera indicios de querer acabar; después de otros tres minutos en los que le metí mi lengua hasta los bigotes y le arranqué gemidos de placer, le pedí que se volteara bocabajo, quitándose totalmente su baby doll; Oh gran Dios, que espectáCULO, eso era un verdadero culo, con una armonía perfecta entre lo delgado de su cintura y lo rotundo de sus fabulosas piernas, qué manjar para mis ojos!

Colocando mi verga sobre sus nalgas, me recosté en ella, mordisqueando su nuca y sus orejas por la parte de atrás, ella cerraba sus ojos y suspiraba, le recorrí la espina dorsal con mi lengua húmeda y bingo!, también paraba las nalguitas como Ame, así me fui moviendo hacia abajo, hasta que pude saborear cada una de sus redondas nalgas, cuanta carne se les sentía!, eran suaves al tacto pero macizas, producto de los años de gimnasia que la niña practicaba, las besé, las lamí, las mordisqueé, me las quería comer!... poco a poco fui bajando más, abriendo con mis manos las grandes esferas de sus nalgas buscando su anito, pero en verdad las tenía apretadas, muy hasta el fondo se veía el prieto y diminuto ano… estiré lo más que pude la lengua entre sus nalgas pero solo alcanzaba a lamérselo con la puntita, al primer contacto ella dio un respingo que hasta se golpeó la cabeza con la cabecera de la cama, entonces la sujete con más firmeza de las caderas y continué intentando llegar más adentro de su ano con mi lengua, logrando por fin meterle la puntita, se sentía suave y calientito, le palpitaba, bajé más mi lengua hasta alcanzar su vagina, que comencé a lamer desde atrás, ella paraba más sus nalgas para que la alcanzara mejor, por lo que ahora la podía succionar, comiéndomela entera, ya para entonces los gemidos de la jarochita eran gritos de hembra en brama, "Aaaaaaaaaaaaaah, ya me ganó Ame, esto es muchísimo mejor que lo que me hacía mi amiga, aaaaaaaaaaaaaaah, sigue más adentro por favor, sigue!", hasta entonces le sentí deseos de acabar, por lo que interrumpiendo mi trabajo, me incorporé, quedando de pié a la orilla de la cama, ella volteándose me miró y dijo… "Qué bueno que te detuviste, ya iba a acabar y no quiero hacerlo, quiero prolongar más este placer". Yo le respondí "así es mi linda chiquilla, mira lo que te voy a meter", al momento que liberaba mi verga de la trusa; ella abrió sus ojos y la tomó con sus manitas, sentándose en la cama, "es igual que la de mi primo, m-me dolerá igual?", yo le dije, "te prometo que no mi amor, verás que te lo haré de la forma más delicada, a ver chúpalo un poquito".

La nena se introdujo casi media verga en la boca y comenzó a succionármela, pero la detuve un momento, eso sí no sabía hacerlo, me estaba lastimando con sus dientes, le dije, "espera mi amor, debes hacerlo solo con tus labios y tu lengua, cuidado con esos filosos dientes"; ella haciendo un gesto de aprobación se volvió a aplicar… distaba mucho de lo que Ame sabía en estas lides y solo se metía hasta tres cuartos de verga, pero para ser su primera mamada, estaba muy bien, ya habría tiempo de que aprendiera… conmigo o con otros

Después de unos minutos de mamada, le pedí que me la ensalivara abundantemente… había llegado la hora de metérsela

Volví a recostar bocarriba a Erika, yo seguía de pie en el piso, a la orilla de la cama, la jalé de las piernas, dejando su vagina al borde de la misma, le dí unas rápidas lamidas, dejándole saliva y avancé con mi verga enhiesta apuntando jactanciosamente a la cuevita del placer, cuando ella sintió la punta rozando sus labios mayores, la invadió un temblor y hasta me quiso empujar con sus pies sobre mi estómago, pero le lancé una mirada dulce y firme a la vez y solo balbuceó, "suavecito por favor…", le sujeté una nalga en cada mano y así se lo fui dejando ir… muy suavecito, mientras ella emitía leves gemiditos abriendo su boca… de las vaginas que mi verga ha probado, nunca he sentido alguna con tanto calor, parecía que sus jugos hervían en su interior… abriéndole totalmente las piernas, me recargué sobre ella, metiéndole mi verga hasta el tronco… el grosor de sus lindas piernas enroscadas en mi cintura y el movimiento de sus suculentas nalgas me estaban llevando al paraíso… no me había equivocado, esta negrita era fuego puro… la dejé moverse sensualmente unos minutos más, para luego dar paso a un delicioso metisaca; cuando lo sacaba, mi verga se estiraba aún más por la forma en que ella me lo apretaba y cuando se lo empujaba hasta el tope ella abría su boquita jalando aire, dejando escapar palabras apenas entendibles, "aaa-aaah, q-que r-rico s-sabe e-esto, e-esto e-es lo ma-aximo, A-ame te-enía ra-azón, no-o ha-ay co-osa ma-as ri-ica que-e e-esto, ah, ah, ah, ha…", la nena se estaba viniendo en incontrolables convulsiones, me tiré sobre ella succionándole alternadamente sus chichitas, que por poco me hacen acabar a mí también, pero pude controlarme hasta que ella se controló y quedó reposando lánguidamente, dejando caer sus piernas a mis costados.

Cuando ya se hubo calmado, me dijo, poniendo una carita de ángel, "pero porqué tú no terminaste?, si piensas darme otra cogida, te cuento que estoy frita", yo sonriendo le dije, "bueno a mi me gustaría terminar en otro lado y ahí no necesitas trabajar tanto"… ella respondió sorprendida, "¡No estarás pensando en metérmela por mi colita, verdad?, dicen que eso duele mucho!", yo con calma le dije, "mi amor, eso depende de quien y cómo te lo hagan, a ver, por ejemplo, el anterior que te lo hizo por la vagina te lastimó y yo no, así que si me permites te haré gozar también por ahí", nuevamente la traicionó el brillo lujurioso de sus ojos, la tentación de probar nuevas sensaciones la hizo responderme, "pero nuevamente lo harás con mucho cuidado", yo levantándola en mis brazos le dije al tiempo que le daba un beso, "mi amor, te prometo que lo haré con más cuidado".

Le pedí que se subiera al centro de la cama, acostándose bocabajo, levantando sus nalguitas en pompa y que se relajara, mientras yo tomaba mi pomo de gel lubricante que llevo siempre que tengo planeado entrar por un culito, vacié un poco en mi mano y se lo comencé a untar en el ano; con este gel sus apretadas nalgas se relajaron y permitieron que mis dedos llegaran hasta su anito, donde continué untando el gel, hasta sus primeros pliegues pero sin intentar introducir ninguno, a mi no me gusta dilatar anos con los dedos, siento como si yo no fuera el devirgador, eso se lo reservo directamente a mi verga, así que solo estimulé el relajamiento de su esfínter desde afuera, untando el gel; de vez en cuando, dejaba resbalar mis dedos hasta su vagina para mantenerla en calentamiento y contribuyera también a su relajamiento.

Cuando ya la sentí lista al tacto y dándome cuenta de su estado de disposición por sus gemidos, me coloqué tras ella, le abrí los cachetes del culo, ahora ya más relajados y le rocé el anito con la cabeza de mi verga que ya también iba embadurnada de gel, yo esperaba que respingara otra vez al roce, pero no, en verdad estaba relajada, así que procedí a empujar muy suavemente, entro media cabecita mientras ella boqueaba, lanzando suaves gemidos, empujé con más fuerza y entró de golpe toda la cabeza, al momento que ella lanzaba un grito de dolor, su esfínter se cerró, dejando atrapada la cabeza de mi verga; creí que me pediría que se lo sacara, pero solo estiró su mano hacia atrás, deteniendo mi avance y diciendo, "espera, espera tantito, ya pasa el dolor…", vaya que era valiente la jarochita!

Cuando retiró su mano de mi pierna, entendí su permiso para avanzar más y empuje suavemente, avanzando lenta pero ininterrumpidamente, sintiendo cómo los pliegues de su culito se iban estirando dando paso al intruso que iba cubriendo cada huequito que había entre ellos y bueno, donde no había hueco, mi verga los iba abriendo… cuando ya llevaba tres cuartos de verga adentro, nuevamente me detuvo, preguntando, "falta mucho?, porque siento que me estás partiendo en dos"… yo le dije, "ya queda poquito mi amor, y después verás que solo será disfrutar"; ella al borde de las lágrimas me dijo, "eso espero, porque la verdad que no me está gustando", entonces decidí enviársela toda, al mismo tiempo que estiraba mis manos atrapando sus deliciosas chichitas, sentí su estremecimiento, dándome cuenta que le volvía la calentura, deteniéndome un momento con mi verga totalmente incrustada en sus intestinos… ahí cavile un poco sobre mi hazaña, al fin tenía ensartado en mi verga ese culito prieto y respingón!.

Me di cuenta que ya no le dolía tanto cuando ella misma se empezó a mover hacia atrás y hacia delante, por lo que inicié el delicioso metisaca, se lo sacaba hasta el tope de mi frenillo y se lo volvía a empujar hasta el tronco, escuchando en su estómago un sonido sordo a cada embate, ella comenzó a gritar, "aaaah, me estás llevando nuevamente al paraíso, no creí que fuera tan rico esto…. Aaaah, definitivamente Ame tiene razón, para hacer estas cosas no hay como un hombre… gracias… gracias por aceptar, padrinito".

Entonces decidí brindarle una venida más y con mi dedo medio le comencé a apretar su clítoris continuando con los embates de mi verga en su culito, hasta que sentí los estremecimientos de su venida, con lo cual me apretaba aun más mi verga, que también le comenzó a lanzar los chorros de leche, inundando sus intestinos… me tiré sobre ella, sin dejar de embestirla con mi verga, que poco a poco fue perdiendo fuerza, hasta quedarme quieto arriba de ella totalmente recostado.

Dejé que mi verga se durmiera dentro de su culito, para así sacarla sin lastimarla con mi frenillo, pero aún así ella dio un gritito de dolor cuando se la saqué totalmente y me di cuenta que venía con manchas de sangre.

Ella se dio cuenta mientras se metía al baño, pero se le veía feliz y contenta con la experiencia recibida.

Así fue la experiencia vivida con la jarochita Erika y aunque ella ha querido repetir, Ame dice que será después que pasen otras, para evitar que se enculen conmigo… así que… a esperar!

Padrix

nuevo_padrino@hotmail.com