Ayudando A Jackie - Mi Sobrina (Parte 2)
Ya había ayudado a Jackie...ahora era su mamá quien queria mi ayuda...
Ver parte I aqui (Leida mas de 58,000 veces!): http://todorelatos.com/relato/72694/
... Saque mi verga y la tome en mi mano. Jackie se sentó al borde de la cama y abrió su boca justo a tiempo de recibir el primer chorro. Este se introdujo en su boca. El próximo chorro cayó sobre su cachete. Se acerco más y tomo mi verga con su mano. La metió en su boca para no perderse de los próximos chorros. Mamaba como si fuera la última verga que viera jamás. Quede exhausto!
Jackie, que bien lo haces. Me encanto estar contigo.
A mí también tío. Tendré que decirle a mi mamá que deberemos invitarte a cenar con las dos.
No Jackie, esto es entre tú y yo.
Tío, entre mi mamá y yo no hay secretos. Ella también te desea y me gustaría ver cómo te la coges a ella!
Pedí que me dejara bañarme. Ella me acompaño y me la mamo de nuevo bajo la regadera. Salimos, nos vestimos y al ver el ordenador, el programa anti-virus anunciaba que no había ningún virus presente. Todo estaba en orden.
Eres una pinga, le dije al darle un beso. Dile a tu mama que estaría encantado de venir a visitarlas antes de que terminen nuestras vacaciones…
Pasaron varios días antes de que mi mujer me dijera
Hoy me hablo Cristina. Dijo que su computadora tiene problemas como los que tenia la de Jackie. Quiere que vayas a verla para lo que se pueda hacer.
Bien, vamos hoy por la noche. A que hora dijo que llegaramos?
Dijo que a las siete, aprovecha para hacerte una cena para darte las gracias. Pero te vas tu solo. A mi me aburre eso de las computadoras. Mejor me quedo aquí, en casa de mi hermana…
No lo podía creer, en unas horas me encontraría con Cristina. Seguro que Jackie ya le habría contado lo del otro día. Y Jackie, estaría allí también?
Como ya les había contado anteriormente, Cristina es una mujer de 43 anos, y luce bien. Su cuerpo esta en perfectas condiciones debido al ejercicio constante. Corre a diario y hace ejercicio en la máquinas que había dejado allí su ex. Un estómago firme soporta dos tetas que están como para comerse. Estas están enmarcadas también por una larga cabellera color castaño. Su cara es bonita y luce apenas unas pequeñas arrugas que hacen relucir sus hermosos ojos verdes.
Al llegar la hora indicada me dirigí a casa de Cristina. Al abrir la puerta pude ver que estaba vestida con una falda corta, apretada a su cuerpo, mostrando sus muslos bien torneados por el ejercicio. Su torso era cubierto por una blusa floreada, suelta y con buen escote, dejando relucir la parte superior de sus tetas.
Hola Cristina, que gusto verte.
Hola… Pasa
Nos dimos un pequeño abrazo y el beso en la mejilla de compromiso. Todo normal.
Donde esta tu maquina con el problema?
Arriba, en mi recamara, pero antes de ir allí, tomate un trago conmigo.
Bien, que tomas?
Tengo un tequila que me acaba de mandar un amigo de Guadalajara. Quisiera abrir la botella para probarlo.
Abrí la botella que me entrego. Era un tequila añejo. Se veía riquísimo y sabia aun mejor.
Mmmm. Está buenísimo. Me encanta, le dije.
Si. Esta delicioso. Aunque yo no se de estas cosas. Me emborracho luego luego… Ha ha ha.
Tomamos un par de caballetes y le dije que me mostrara la computadora. Me tomo de la mano y nos dirigimos a su recamara. En su otra mano estaba la botella de tequila.
Llegamos a la recamara y abrió la puerta. La luz estaba a medias y al entrar me di cuenta que en su escritorio estaba su ordenador encendido.
Pero, si funciona…
Si, ese no es mi problema…
Entonces? Dije.
Es que no se como usar unas funciones. Quiero meterme a hacer unas compras y no se ni como…
Ah, bueno. Eso es muy fácil.
Abrí el programa de internet y me dirigí a un buscador. Le enseñe a Cristina como usarlo por unos minutos. Nos tomamos dos mas caballitos de tequila y me di cuenta que si se le estaba subiendo.
Gracias, Miguelito. Ya entiendo. A ver…si busco lencería lo escribo aquí…
El programa llego a varias tiendas de lencería. Cristina abrió una y otra, preguntándome si algo me gustaba. En una de ellas, salía una pagina de juguetes para adultos.
Ha ha ha. Mira esto. No es lencería pero se ve divertido…
Si, claro. Para los que les guste eso..
Ay, ay, ay… a poco ustedes no los usan… porque yo si. Desde que se fue el cerdo de mi marido he recurrido a ellos.
Bueno, de algo han de servir.
Cristina, que estaba sentada junto a mi, dejo su caballito en el escritorio. Puso su mano sobre mi pierna y comenzó a masajear hasta que se topo con mi verga. La agarro y la acaricio. Su cara estaba ya frente a la mía y me dio un beso que le correspondí. Metí mi mano izquierda bajo su falda y recorrí sus muslos hasta llegar a su panocha. No usaba pantys. Mis dedos recorrieron su raja que ya estaba empapada.
Cristina, yo…
Calla. Calla y sigue que hace mucho que necesito esto.
Me mordió el labio inferior y su mano ya desabrochaba mi pantalón, dejando mi verga expuesta.
Que rica se siente. Estoy segura que sabrá igual o mas…
Pues, déjame tu saber. A ver si te gusta.
Bajo su cabeza y se comió mi verga entera. Chupaba y lamia como una condenada. Se puso de rodillas para hacer mejor su trabajo y metí mi mano en su blusa para jugar con sus tetas. Eran medias de tamaño, redondas con pezones pequeños. Tome uno de ellos entre mi pulgar e índice y lo apreté.
Ahhh. Suspiro, soltando mi verga por un segundo. Mmmm.
Continuo mamando y mi verga se sentía como en su casa. La lengua pasaba por debajo del glande para luego formar círculos sobre la cabeza. Luego, chupaba de tal manera que sentía sus cachetes en los laterales de mi palo endurecido.
Mmmm. que bien lo haces Cristina. No pares que me quiero venir en tu boca. No pares.
Ella siguió mis instrucciones. Seguía succionando con mas esmero. Sus manos jugaban con mis glúteos y sus dedos se paseaban por mi culo y mis huevos. En algún momento sentí un dedo que jugaba con mi culo, dando pequeños piquetes. Sentí rico y no le prohibí el hacerlo.
Mmmm. Estoy por venirme. Yaaaaaaaa!
Cristina chupo mi verga sintiendo el primer chorro en su garganta. No la soltó. Seguía chupando y, antes que el segundo chorro de mi leche le regara su boca, sentí que me metía un dedo en el culo. Que sensación. Al tiempo que su dedo me penetraba, mi verga parecía crecer aun mas y bombeaba mi leche con mas fuerza! Que corrida. Uno y otro chorro de mi leche inundaron su boca y ella seguía tragando. Al terminar, chupo y lamio mi verga dejándola limpia y brillante.
Te gusto? Lo hice bien? Dijo.
Mas que bien, hace tiempo que no disfrutaba de una mamada así. Creo que me has dejado vacío…
La levante, tomándola por las manos. La bese, dejando que mi lengua explorara cada rincón de su boca, saboreando los restos de mi leche en ella. Ella hacia lo mismo con la mía. Mis manos agarraban sus nalgas, levantándola casi del suela para que mi verga quedara a la altura de su panocha. Sentía como Cristina se refregaba contra mi palo que quería conseguir estar duro de nuevo.
La guié lentamente hasta la cama. Allí la recosté, antes quitándole la blusa y la falda. Quedo desnuda con sus pies en el suelo. Su culo estaba justo al borde de la cama. Tome sus muslos y levante sus piernas. Me arrodille frente a su panocha y mi lengua recorrió su raja de sur a norte. Empezando en su culo, pasando por sus labios lentamente rumbo a su clítoris. Ya allí, mis labios chupaban ese botoncito haciendo que ella se arqueara en éxtasis. De pronto lo soltaba para dejar que mi lengua recorriera su raja hasta llegar a su culo. Mi lengua dibujaba círculos en el, y empujaba como queriendo entrar. Esta técnica se repetía una y otra vez.
Cristina agarraba el cubre cama como queriéndolo arrancar a la vez que gritaba.
Ahhh. Mmmm. Me matas, cabrón. Me matas. Métemela ya! Cógeme como nadie lo ha hecho nunca…. Ahhh.
Cristina se arqueo al tiempo que gritaba, corriéndose de forma tremenda. Sus jugos emanaban con un sabor singular. Yo trataba de lamer y tomar de su néctar mientras ella no dejaba de gritar.
Quedo completamente relajada sobre la cama. De nuevo tome sus piernas y las levante hasta que sus pies descansaban sobre mis hombros. Apunte mi verga en su agujero y la introduje lentamente. Ya toda dentro de su panocha, moví mis caderas en forma circular. Ella movía sus caderas como queriéndose comer mi verga y mis huevos a la misma vez. Comencé a bombear mas duro y ella hacia lo mismo con sus caderas.
Te gusta así Cristina? Sientes mi verga en tu panocha? Te gusta?
Si. Si. Si. Ahhh. Sigue, mas, mas, mas… Ahhh.
Y se corrió de nuevo. Su cuerpo vibraba como electrizado. Yo seguía bombeando sin parar hasta que mis huevos se pusieron tensos, listos para dejar fluir mi leche en su panocha.
Ahhh. Me corro yo también, le dije. Aquí…voy….Ahhh.
Ahhh. Dame tu leche cabrón, lléname! Dámela toda!
Y explotó mi verga, mandando varios chorros en su agujero. Caí rendido sobre ella. Chupe sus tetas y la bese mientras mi palo seguía en ella. Poco a poco, mi verga retrocedió hasta salir de su panocha, seguida por un hilo de mi leche. Escurría por sus muslos y su culo.
Ya estábamos por enderezarnos cuando oímos
Que bonitos, no me han esperado?
Era Jackie. Mi sobrina había llegado sin que nos diéramos cuenta. Se acerco a mi y me beso frente a su madre que nos veía con algo de sorpresa. Su mano masajeaba mi verga que aun estaba mojada de nuestros jugos.
Mmmm. Que bien esta tu verga. Tengo ganas de chupártela a ver a que sabe… Mamá, no te importa si yo me la como verdad? Te prometo que yo lo comparto contigo… Mmmm. Que delicia. Puedo probar tus jugos también. Mira…
Y se acerco a su madre dándole un beso, dejando que su lengua se metiera en su boca y así, las dos disfrutaban de nuestros sabores. Yo, me preparaba para lo que seguía…