Ayudando a Jackie - Mi Sobrina
Jackie me pide ayuda... y no se la puedo negar...
Nuestras vacaciones apenas empezaban y por la noche, estaríamos de visita en casa de Cristina, la ex de Arturo, hermano de mi mujer. Ella se había divorciado hacia unos meses y vivía con su hija, Jackie, desde el divorcio. Sus otros hijos, Jenny y Arturito se habían marchado hacia un par de años. Arturito estaba casado y Jenny vivía en el extranjero, donde estudiaba administración de negocios. Ya se estaban acostumbrando a esta vida, pero, de vez en cuando, deseaban la compañía de un hombre que les pudiera ayudar en las tareas de la casa.
Cristina, una mujer de 43 anos, lucia bien. Su cuerpo estaba en perfectas condiciones debido al ejercicio constante. Corría a diario y hacia ejercicio en la maquinas que había dejado allí su ex. Un estomago firme soportaba dos tetas que estaban como para comerse. Estas estaban enmarcadas también por una larga cabellera color castaño. Su cara era bonita y lucia apenas unas pequeñas arrugas que hacían relucir sus hermosos ojos verdes.
Jackie, con sus 19 anos, lucia muy deportiva. Su cuerpo era juvenil, tetas medianas y torso delgado. Sus muslos eran macizos, y su culo también. La faldita que lucía se apegaba a sus nalgas y las hacia relucir. Sus tetas, más pequeñas que las de su madre eran redonditas y sus pezones se mostraban bajo el suéter que lucia. Su cabellera era más ligera que la de su mama, y un poco más corta. Su tez era blanca y sus ojos de un color miel. Era toda una belleza.
Mientras cenábamos, aprendí que Jackie estudiaba en la Universidad y le faltaban dos anos para graduarse. Estudiaba Química y esperaba entrar a la facultad de medicina at terminar. Cristina trabajaba en una compañía de Bienes Raíces y le iba muy bien. Era así que se mantenían, a parte del dinero que aportaba Arturo para su educación.
Después de disfrutar de una comida estilo italiano, y de tomar dos botellas de vino, llego la hora de marcharnos. Antes de salir, Jackie comento que su ordenador estaba fallando y que no quería pedirle a su padre que viniera a revisarlo. Me ofrecí al instante. Quedamos en que yo vendría por la mañana a revisarlo.
A las 9 de la mañana estaba tocando la puerta. Fue Jackie quien abrió. Me quede sorprendido al verla en un pijama que no dejaba mucho a la imaginación. El top era una camiseta vieja, cortada de manera que apenas cubria sus tetas. Podía ver la parte baja de estas cuando ella me abrazo y beso mi mejilla dándome la bienvenida. También vestía unos cortos blancos que parecían pintados sobre su piel. Los labios de su panochita se dibujaban en ellos.
Hola, Jackie. Y tu mama ?
Ya salió a la oficina, tenía una cita a las 9:30
Bien. Donde está el ordenador?
En mi recamara, ahora te lo enseno. Quieres un cafecito?
Sí, me caería bien.
Bueno, mientras prepare el café, entra en mi cuarto. Es la segunda puerta a la derecha, al final del pasillo.
Me dirigí a él y, al entrar, note como el cuarto estaba decorado para satisfacer el gusto de una adolescente. El ordenador estaba sobre su escritorio. Una silla se encontraba frente a él. Lo encendí y la pantalla comenzó a cobrar vida.
Mientras esto sucedía, mire alrededor. Su cama estaba en desorden; como si apenas se hubiera levantado. Junto a la cama, note una tanguita en el suelo. Me preguntaba si sería la que uso la noche anterior Me imagine como se vería cubriendo su panochita bajo la faldita que lucia.
El ordenador ya mostraba la pantalla de Windows y comencé a verificar que el disco duro tuviera suficiente espacio, los programas que allí se encontraban y demás. Mientras hacía esto, llego Jackie con los cafés. Me dio el mío y se sentó al borde de su cama.
Cuál es el problema, Jackie?
Esta algo despacio cuando en el internet.
Bien, déjame checar si tiene algún virus. Inserte un CD y el programa anti-virus empezó a checar. Mostraba que se tardaría 28 minutos. Habra que esperar los resultados, le dije.
No importa, tengo toda la mañana libre, dijo ella.
Sentada allí, con sus piernas medio abiertas, mostrándome sus labios que se marcaban en el short que apenas si cubría algo. Mi verga ya se había puesto dura hacia un rato. Ella se fijaba en el bulto que hacía en mi pantalón. Me miraba como jugando conmigo.
Tío, puedo decirte algo?
Claro Jackie, lo que quieras.
El ordenador si corre despacio, pero es solo una excusa.
Excusa, para qué? Pregunte yo.
Para verte a solas. Anoche, cuando estábamos cenando, me imaginaba haciendo el amor contigo. Mi mama no dejaba de hablar de ti desde hace muchos días. Tal pareciera que ella quisiera cogerte también.
Tu mama? No, siempre hemos sido Buenos amigos, pero eso es todo.
No tío, desde que papa se fue, estoy seguro que ella suena contigo y la verdad es que el oírla hablar de ti me ha hecho preguntarme si yo
Si tú que, Jackie.
Si yo pudiera ser tuya también.
Pues tú eres muy linda. Quien no te quisiera. Pero, estás segura?
Que quisieras que hiciera, tío?
Empieza por quitarte el top que traes
Se paro frente a mí y se levanto la camiseta sobre su cabeza dejando expuestos sus tetas blancas y unos pezones que, duros, apuntaban hacia arriba. Que vista.
Wow, Jackie. Están hermosas.
Me acerque a ella y tome cada teta con mis manos. Las sobe un poco y tome sus pezones entre mis dedos y jugué con ellos.
Mmmm. Te gustan tío? Puedes hacer con ellas lo que quieras
Claro que si, están bellas
Saque mi lengua y comencé a lamer sus pezones. Luego los chupe y después me metí sus tetas en mi boca. Comencé a succionar y ella se arqueaba al sentir las emociones que mi mamada le brindaba
Mmmm. Ahhh. Tío, Me matas. Mmmm.
Con sus manos me apretaba mi cabeza contra sus tetas, indicándome que chupara más fuerte. Así lo hice y deslice mi mano sobre su vientre. Esto la hacía estremecerse aun más. Estaba a punto de estallar en su primer orgasmo.
Mi mano continúo su viaje hasta llegar a su short. Levante la tela e introduje mi mano. No sentí ningún vello. Su monte de Venus estaba depilado por completo. Seguí deslizando mi mano hasta sentir su clítoris. Lo roce levemente y Jackie no pudo más.
Ahhh. Ahhh. Me corro tío. Me corro. Ahhh. Ahhh.
No deje de chupar sus tetas. Segue jugando con su clitoris. Jackie temblaba de placer. Se dejo caer en la cama. Sus ojos cerrados. Una sonrisa en su boca.
Ay tío, que rico. Tu eres un autentico amante. Si que sabes encender a una mujer.
No usas pantys? Pregunte.
Si tío, pero hoy no quise. Por si acaso
Me dejas verte toda?
Jackie se puso de pie otra vez y se quito los shorts. En efecto, su panochita estaba depilada y brillaba con los jugos que de ahí habían salido al correrse.
Tío, te emociona el verme?
Claro, Jackie. Eres muy hermosa.
Tú eres muy bello también, tío. Veo que estas muy excitado. Puedo?
Se acerco a mí y me desabrocho el pantalón. Metió la mano y tomo mi verga en ella. En un instante estaba liberada. La sobaba despacio, como no queriendo dañarla. De repente se arrodillo y se quedo mirándola por unos segundos mientras la meneaba. Al fin abrió su boca y la metió en ella. Su lengua jugaba con mi glande y comenzó a chuparla como si fuera un dulce.
Sus manos jugaban con mis huevos, masajeándolos suavemente haciéndome llegar a un estado de éxtasis. Tome su cabello entre mis manos y comece a mover su cabeza de forma que me estaba cogiendo su boca. Cada embestida hacia que mi verga entrara y saliera de allí, sintiendo sus labios apretar mi verga a punto de estallar.
Oh, Jackie, me voy a correr!
Mmmm. Mmmm. Mmmm. Decía Jackie.
Ahhh, me corro, me corro, anuncie.
Jackie recibió varios chorros de mi leche en su boca. Algo escapaba por la comisura de sus labios, pero no dejo de chupar. Siguio mamando mi verga hasta dejarla limpia. Siguio asi y mi verga comenzó a recuperarse un poco.
Mmmm. Qué bien, tío. Me gusto mucho tu leche. Quisiera que me dieras más.
Oh, Jackie. Si que sabes dar una buena mamada. Esa fue una de las mejores en mi vida.
Ay tío; seguro que mi tía es mejor que yo.
No por mucho hijita, no por mucho.
Ahora, Jackie, relájate.
La senté al borde de la cama y le pedí que se recostara. Al hacerlo, me hinque frente a ella y metí mi cabeza entre sus muslos. Con mi lengua dibuje una línea desde su rodilla hasta su panocha. Descubrí que esto la volvía loca! Repetí la hazaña en la otra pierna y, al llegar a su panocha, me tomo la cabeza y la empujo hacia ella.
Ya tío, comete mi panocha. No juegues mas, cométela toda que me vuelvo loca.
Saque mi lengua y la metí en su agujero. Forme pequeños círculos en él y Jackie no se contenía. Su cuerpo electrizado se arqueaba y sus caderas se movían de manera que podía introducir mi lengua aun más profundamente. Saque mi lengua e inserte un dedo, luego dos.
Avance hacia su clítoris y empecé a chuparlo. Que delicia. Era su clítoris como un pequeño capullo sabor a almendra. Si pudiera, se lo hubiera arrancado para quedármelo como premio. Mientras entretenía su agujero con mis dedos, besaba su monte Venus, su clítoris, sus labios encendidos. Jackie respiraba con ansiedad y estaba a punto de correrse. Su cuerpo temblaba de forma casi violenta.
Tío, me vengo! Ahhh. Ahhh. Me corro. Ahhh!
Su cuerpo se tenso. Seguía gritando al alcanzar su orgasmo. Su cuerpo se arqueo una vez más, soportado por su cabeza en la cama y sus pies en el suelo. Yo seguía mamando lo más que podía. Limpie su panochita de los jugos que emanaban. Le apretaba las nalgas y las tetas, haciendo su orgasmo prolongarse lo más posible.
Ahhh. Me matas tío, me matas. Ahhh.
Quedo tendida en la cama. Yo estaba con la verga durísima. Nada mas de verla tan excitada, mi verga estaba lista para entrar en acción. No la deje descansar. Tome sus piernas y las levante hasta que estas quedaron apoyadas en su estomago. Su panocha y su culo estaban expuestos.
Tome mi verga y la apunte a la entrada de su panocha. Poco a poco la introduje. Comencé a bombear. Entra, sale, entra, sale
Ahhh, Tío me vas a partir. Que delicia, hazme tuya, cógeme mas fuerte!
Te voy a coger hasta que me ruegues que pare!
Seguí bombeando y su respiración comenzó a subir de nuevo. Sentía yo las paredes de su panocha apretar mi verga mientras esta entraba y salía. Después de unos minutos, Jackie alcanzo un par de orgasmos más. Mi verga estaba a punto de explotar.
Jackie, te voy a coger por el culo, anuncié.
Jackie no contesto. Tal vez por el cansancio de sus orgasmos. Tal vez porque estaba disfrutando de otro más. No espere. Saque mi verga de su panocha y me arrodille. Con mi lengua, lamí su culo y su panocha, trayendo sus jugos hasta su agujero para lubricarlo más aun.
Me levante de nuevo y empuje la cabeza de mi verga, introduciéndola en su ano. Ella soltó un grito de dolor mezclado con pasión.
Ahhh. Tío me partes en dos! Cuidado, despacio. Ahhh.
Seguí empujando y mi verga entraba poco a poco. Al estar toda dentro, me detuve. Note que su respiración volvía a normalizarse. Empecé a mover mis caderas para bombear su culo. Jackie también movía sus caderas. Gemía en aprobación de mis embestidas. El dolor se convertía en deleite.
Me voy a correr Jackie. Quieres mi leche?
Si tío. Mmmm. Me encanta que me cojas por ahí. Pero quiero tu leche en mi boca. Por favor.
Bien, estoy a punto. Ven aquí.
Saque mi verga y la tome en mi mano. Jackie se sentó al borde de la cama y abrió su boca justo a tiempo de recibir el primer chorro. Este se introdujo en su boca. El próximo chorro cayó sobre su cachete. Se acerco más y tomo mi verga con su mano. La metió en su boca para no perderse de los próximos chorros. Mamaba como si fuera la última verga que viera jamás. Quede exhausto!
Jackie, que bien lo haces. Me encanto estar contigo.
A mí también tío. Tendré que decirle a mi mama que deberemos invitarte a cenar con las dos.
No Jackie, esto es entre tú y yo.
Tío, entre mi mama y yo no hay secretos. Ella también te desea y me gustaría ver cómo te la coges a ella!
Pedí que me dejara bañarme. Ella me acompaño y me la mamo de nuevo bajo la regadera. Salimos, nos vestimos y al ver el ordenador, el programa anti-virus anunciaba que no había ningún virus presente. Todo estaba en orden.
Eres una pinga, le dije al darle un beso. Dile a tu mama que estaría encantado de venir a visitarlas antes de que terminen nuestras vacaciones