Ayúdame a recordar 9
Pocos minutos después nos despedimos todos y cada uno se fue a casa. No sabía por qué tenía la extraña sensación de que no tenía que asistir a aquella salida, decidí hacer caso omiso y seguí la tarde tranquilamente.
“¿Por qué no dejas de mentirte a ti misma Ainhoa? ¿Es tan malo reconocerlo? No eres un monstruo sigues siendo la misma persona, no sigas ocultándote lo que es obvio” Por una vez decidí hacer caso a mi consciencia y decidí dejar de fingir. Estaba locamente, perdidamente y irreprochablemente enamorada de Alicia.
¿Cómo había pasado? No tenía absolutamente idea, tan solo sabía lo que sentía, y era un enorme y fuerte sentimiento hacia ella. Para mi todo eso era nuevo, un hormigueo aparecía en mi estómago cada vez que la veía, tontas sonrisas se me escapaban al pensar en ella, sudaba y suspiraba cada vez que la tenía cerca, con tan solo verla o escuchar su nombre bastaba para que mi corazón se volviese loco. Si eso era el amor, era un sentimiento extraño y bonito a la vez. Pero al igual de maravilloso que era, también podía ser realmente doloroso , bastaba con que Andrés la besara para que mi corazón sintiera pinchazos, era una tortura si se pensaba bien.
Me levanté del suelo, encendí el termo y me di una ducha, no sabía para que había puesto el termo ya que me duché con agua congelada, no tenía gana alguna de pensar y una buena ducha fría era un remedio maravilloso.
Tres días después
Voz: ¡No tiene gracia!
Voz: Quieta ahí, no te muevas.
Voz: Acaba con esto ya, te estás excediendo.
Voz: No pasará nada no os preocupéis, solo unos minutos más.
Voz: ¿Qué ha sido ese ruido?
Voz: Algo va mal.
(Pasos)
Voz: ¡Oh Dios mío!
Desperté por el infernal ruido de mi alarma. Esta vez había ocurrido algo diferente, al soñar con la conversación como cada noche las voces me sonaron bastante familiares aunque no podía aún averiguar quien eran los dueños, todo era muy confuso. Me levanté, me duché y fui a desayunar.
Yo: Buenos días- los saludé.
Los dos se levantaron a saludarme y darme dos besos y un abrazo, yo efusiva también los abracé.
Antonio: ¿De verdad te has acordado de Alicia?- me preguntó tiernamente.
Yo: Si, no estoy del todo segura cómo pero la he recordado- le contesté sonriendo.
El también sonrió se volvió a abrazarme con fuerza.
Antonio: Hay mi niña, después de todo lo que hemos pasado por fin has logrado recordar algo- me dijo besándome la cabeza.
Lucía: Tienes cita hoy a las cuatro y media en el hospital, el señor Giménez también está muy contento- me anunció abrazándome.
Yo: ¿Te ha dicho algo más?- le pregunté interesada.
Lucía: No, me ha dicho que nos contará todo cuando vayamos- contestó.
Antonio: En ese caso voy a pedir un día libre en el trabajo, mi jefe también te conoce desde pequeñita así que cuando le diga la razón estoy seguro de que me dejará- nos dijo.
Yo le sonreí a modo de aceptación. Nos sentamos, desayunamos y me fui enseguida al instituto, esta vez quise ir en bus. Al cabo de quince minutos llegué, caminé unos cinco y entré en el instituto. Me dirigí a las taquillas, a lo lejos estaban los chicos. Marta fue la primera en verme y cuando lo hizo fue corriendo hacia mi y me abrazó fuertemente, en todo el trayecto no había dejado de lado su sonrisa.
Marta: Dime que es verdad lo que me ha dicho Alicia, dime que es verdad, que la has recordado- me suplicó, yo estaba intentando aguantar el equilibrio ya que me había abrazado con mucha fuerza.
Yo: Es verdad, me acuerdo de ella. Me acuerdo cuando hicimos una excursión con el instituto a la montaña y nosotras tres nos perdimos durante dos días, me acuerdo de tú cumpleaños...- me callé enseguida, de nuevo me vino un enorme dolor de cabeza y me agitaron miles de sentimientos, voces y imágenes.
Lo que sentí en ese momento no fue diferente a lo que sentí en mi casa con Alicia. Me separé de Marta, ella me miró extrañada, yo cerré los ojos para asimilar todo lo que acababa de ocurrir. A los pocos segundos lo tuve claro y abrí los ojos.
Yo: No me lo puedo creer, no me lo puedo creer- dije abrazándola fuerte mientras comenzaba a llorar, ella no vio que detrás de esa cortina de lágrimas se escondía una gran sonrisa.
Marta: ¿Qué? ¿qué pasa? ¿no te acuerdas de ella? ¿has vuelto a olvidarla?- me preguntó impaciente y preocupada- ¿Qué es lo que no puedes creer?
Reí un poco aunque no dejé de abrazarla, a nuestro alrededor algunos nos miraban con curiosidad ya que estábamos en medio del pasillo.
Yo: No puedo creer que te haya olvidado, que haya olvidado todos los momentos que hemos pasado juntas, no puedo creer que haya olvidado aquel día en el que con cuatro años me perdí en el centro comercial al igual que tú- enumeré.
Marta: Pero el día del centro comercial fue el día en el que nos co...- se calló de repente analizando bien lo que le había dicho.
Yo: Fue el día que nos conocimos- terminé su frase con una risa de incredulidad.
Elle me abrazó con fuerza al entender que significaba lo que le había dicho, incluso pude escuchar como sollozaba un poco.
Yo: Marta sé quién eres, sé todo lo que hemos echo y vivido, sé exactamente todos tus pensamientos, gustos, manías y demás- le dije, intenté separarme para mirarla pero no me dejó, ella siguió abrazada a mi.
Supuse que sería por la emoción, seguramente eso para ella era muy importante y que la noticia de mi laguna mental había sido un golpe muy duro, para mi lo hubiera sido. Finalmente se separó de mi y la miré a los ojos, estaban un poco húmedos pero ya no lloraba.
Marta: ¿Cómo es posible?- preguntó emocionada.
Yo: No tengo ni idea, la cuestión es que ya te recuerdo, te recuerdo- afirmé sonriendo.
Ella volvió a abrazarme feliz, vi como los chicos se acercaban a nosotras ya que hacía bastante rato que Marta había ido hacia mi.
Alicia: ¿Qué pasa? ¿por qué os habéis parado aquí en medio?- nos preguntó curiosa.
Javi: Marta ¿has llorado?- comentó al verle los ojos mojados.
Ella se llevó las manos a los ojos y secó lo que quedaba mojado, su maquillaje se había corrido por todas partes.
Sergio: ¿Ha ocurrido algo?- preguntó al no contestar ninguna de las dos.
Marta: ¿Quién lo dice?- me preguntó mirándome.
Me quedé pensando unos pequeños segundos la respuesta, en seguida lo tuve claro.
Yo: Hazlo tú- contesté, sabía que le hacía más ilusión a ella que a mi.
Marta: Ainhoa me ha...me ha recordado- anunció con una sonrisa que reflejaba su alegría.
Todos se quedaron con la boca abierta, les había pillado por sorpresa.
Alicia: ¿En serio?- dijo emocionada.
Yo asentí sacándole una gran sonrisa, se acercó a mi y me abrazó efusivamente, todos estuvimos todo el día con una gran sonrisa en la cara.
Pasaron todas las clases y me fui emocionada a casa. Dejé la mochila y comí, esperé al último momento para anunciar la gran noticia. Cuando lo dije Lucía y Antonio apenas pudieron creérselo, nos abrazamos todos entre lágrimas y sonrisas. Después de la gran noticia nos preparamos y partimos hacia el hospital, llegamos en menos de veinte minutos. Esperamos en la sala de espera y en poco tiempo nos hicieron pasar.
Doctor: Buenas tardes, siéntense por favor- nos indicó amablemente.
Nosotros obedecimos y nos sentamos en unas sillas que había enfrente de su escritorio.
Doctor: Bien, explíquenme de nuevo si no les importa cómo ocurrió todo- nos pidió.
Entre Lucía, Antonio y yo le contamos todo lo que había sucedido, lo que había sentido y lo que había experimentado.
Antonio: Además señor Giménez Ainhoa nos ha dado hoy la expléndida noticia de que también ha recordado a su mejor amiga- le explicó, no cabía duda por su voz de que lo decía con orgullo.
Doctor: ¿Enserio? Eso es una noticia maravillosa- contestó alegre- Ainhoa si no le importa me gustaría hacerle unas pequeñas pruebas, nada fuera de lo normal.
Yo: Por supuesto.
Doctor: Siéntese aquí por favor- me indicó señalándome una camilla.
Haciéndole caso me senté en la camilla, cogió su estetoscopio, me apartó un poco la camiseta que llevaba y empezó a auscultarme. Después con sus manos fue tocándome la cabeza, apretando mi nuca, en general palpando toda mi cabeza. Cuando acabó me senté y doctor Giménez nos comunicó su diagnóstico.
Doctor: La inflamación que tenía su cerebro a causa del traumatismo ya está completamente desinflamada, he echado un vistazo a la herida y ha cicatrizado bien, su corazón no tiene ninguna alteración así que todo está perfectamente- nos indicó.
Lucía: No sabe la tranquilidad que nos da escuchar eso doctor- dijo emocionada ella.
Doctor: Pues aún hay más. Me ha dicho que ha recordado a sus dos mejores amigas ¿verdad Ainhoa?- yo asentí- Bien, pues siendo así hay una probabilidad enorme que logre recuperar por completo su memoria, mis más sinceras felicitaciones- nos indicó sonriendo.
Me giré hacia Antonio y Luía, no dudé en abrazarlos llena de euforia. Esas palabras me habían dado una seguridad y felicidad inigualables ¡en cualquier momento podría recuperar los recuerdos de mi vida! Tras recomendaciones del doctor y darnos de nuevo la enhorabuena salimos del hospital hacia casa con una gran sonrisa en la cara, que me dijeran que probablemente iba a recuperar mi memoria no era algo para tomárselo a la ligera.
Como cada mañana sonó el despertador, me duché, desayuné y fui a clase. Nada más llegar fui a buscar a los chicos ya que les había avisado que iba a ir al médico y me dijeron que querían que les contase todo lo que me dijese. Los encontré en la cafetería y me acerqué a ellos lentamente, nos saludamos.
Javi: ¿Has ido al médico? ¿qué te ha dicho, qué te ha dicho?- me preguntó un poco nervioso.
Marta: ¿Qué tal ha ido? ¿Hay buenas noticias?
Alicia: ¡Di algo Ainhoa!- exclamó ella.
Yo: ¿¡Pero queréis callaros!?- grité haciéndome oír entre el barullo que habían formado, se callaron al instante, se pusieron en linea, se enderezaron y se llevaron la mano a la sien como si fueran militares, reí ante lo tontos que eran- Gracias.
Marta: ¿Pero qué te ha...- la interrumpió Javi que le golpeó suavemente con el brazo en el vientre.
Javi: ¡Cállese sargento Rubiales!- exclamó intentando no reír.
Marta: ¡Eh a mi no me manda a callar ni Dios, y menos usted sargento '¿Qué es, niña o niño?'- le contestó partiéndose de risa.
Javi se puso muy colorado y optó por callarse. Yo no entendí por qué Marta había dicho eso y por qué se había avergonzado tanto.
Yo: ¿Por qué se ha puesto así? ¿por qué le has dicho eso?- pregunté con curiosidad a Marta.
Javi: ¡No se lo cuentes!- exclamó al ver que iba a decírmelo.
Marta: Oh venga ya, si ella ya lo ha sabido y tan solo te estuvo amargando toda la infancia- rió ella.
Yo: Eh, yo jamás me reiría de alguien y mucho menos joderle la infancia- reproché mirándola.
Marta: Ya, eso ahora.
Yo: Anda cuéntamelo- le dije.
Javi: ¡Marta te lo prohíbo!- replicó- Y sabes muy bien que no puedes desobedecerme.
Marta: Mierda. ¡Serás capullo!- le dijo pegándole suavemente en el brazo.
Yo: ¿Por qué no puedes decírmelo?.
Marta: Hicimos un trato hace mucho tiempo. Si el no decía nada a mis padres de que había faltado una semana entera a clase por estar con mi novio de aquel entonces cada vez que el me prohibiera algo tendría que privarme de hacerlo, el trato dura un año- me contó.
Javi: Si, y aún te quedan tres meses- se burló.
Ali: Bueno como a mi no me has prohibido nada ni hago tratos ni apuestas estúpidas puedo contárselo yo- se adelantó ella que había estado un buen rato sin decir nada.
Javi: Está bien, pero no te rías Ainhoa- me pidió resignándose.
Ainhoa: Que no pesado- le contesté.
Ali: Pues verás, aquí donde ves a un hombre bien musculado, aunque un poco flacucho, con su barbita que le queda muy bien, muy atractivo y varonil cuando era chiquitín no se sabía con exactitud si era una niña o un niño- me contó riéndose.
Yo: No me lo creo- dije firme.
Marta: Que si, que tenía el pelo por los hombros, la cara con una piel y unos rasgos muy finos y una vocecita de pito- me contó.
Ali: ¿Ah sí? Eso no lo sabía jajaja- empezó a reírse.
Yo: Hasta que no vea una foto no me lo creo- le contesté sonriendo,
Javi: Ainhoa lo admito hasta yo, parecía una niña- me confirmó agachando un poco la cabeza.
Yo: Jajaja tengo que ver una foto, menuda panzada de reír me meteré.
Marta: Oh si, yo tengo una foto en mi casa, un día te la enseñaré- me dijo.
Yo: ¿De verdad? ¡Yo quiero verla!- exclamé.
Javi: Bueno bueno bueno ya basta, que nos estamos desviando del tema que en verdad nos interesa- nos cortó el.
Yo: A mi me interesa mucho este tema- dije levantando la mano.
Marta: Y a mi.
Ali: Y a mi.
Javi nos echó una mirada asesina a cada una que nos hizo reír.
Marta: Está bien, está bien. ¿Qué es lo que te ha dicho médico?- me preguntó dejando de reír.
Yo: Ah, pues me ha dicho...- dije bajando la cabeza y poniendo un tono serio.
Ali: ¿Te ha dicho...?
Yo: Me ha dicho que...
Marta: ¿Te ha dicho qué?- repitió.
Yo: El médico que ha dicho que...- volví a dejarlo en suspense.
Javi: ¡Ainhoa que te ha dicho el médico joder!- me zarandeó impaciente.
Yo: Me ha dicho que...¡qué lo más probable es que recupere la memoria!- exclamé.
Todos abrieron los ojos asombrados, la primera en reaccionar fue Marta que gritó audiblemente.
Marta: ¡Ahhhhh! ¡No me lo puedo creer!- me abrazó.
Cuando escapé de sus brazos observé como Alicia y Javi contenían una gran sonrisa en sus rostros. Alicia se acercó a mi y también me abrazó con fuerza.
Ali: No sabes la alegría que me das diciéndome esto- me dijo, podía sentir su cuerpo totalmente pegado al mío provocándome escalofríos.
Javi: Felicidades Ainhoa- me dijo cogiéndome y elevándome.
Marta: Tus padres tienen que estar muy contentos ¿verdad?- me dijo con una sonrisa cálida.
Yo: Sí, estamos todos muy emocionados- admití.
Javi: ¡Esto hay que celebrarlo! Como hoy es viernes nadie tiene excusa para no venir, así que hoy os quiero ver a todos- nos dijo.
Ali: ¿Y qué quieres hacer?- preguntó ella mirándolo.
Javi: Propongo una cena formal, todos muy bien vestidos y firmes para después volvernos locos en la discoteca bailando salvajemente toda la noche- dijo moviéndose bruscamente.
Marta: ¡Pero mira que eres imbécil jajaja! Bueno, a mi me parece bien- contestó mirando a Ali.
Ali: A mi también- me miró a mi.
Tenía ahora tres miradas inquisitivas sobre mi, seguramente que ante una negación me saltarían a la yugular matándome en el acto.
Yo: Está bien, me parece perfecto- afirmé sonriendo.
Marta: Sabia elección- me dijo mirándome con los ojos entrecerrados.
Javi: Estupendo, pasamos a recogerte a las ocho y media ¡ponte guapa!- me dijo.
Yo: Oye como si no supiera que tengo que ponerme guapa. ¡No hace falta que me lo repitas cada vez que salimos!- le dije mirándolo.
Javi: Ya lo sé, no te pongas así enana- me dijo revolviéndome el pelo.
Yo: ¿Enana?- le dije con un tono de reproche ya que le sacaba un año.
El se acercó a mi de manera que su brazo estaba muy cerca del mío, y con su mano marcó mi estatura.
Javi: Enana- afirmó sonriendo.
Le pegué en el brazo cariñosamente, si que era verdad que me sacaba bastantes centímetros. Tocó el timbre y nos dispersamos para entrar en clase, que agonía la que me esperaba, tan solo llevaba cinco días y ya estaba contando cuantos quedaban para acabar de una vez el instituto. Las horas fueron pasando sin mayores incidentes hasta que llegó la hora de castellano. La profesora me pidió amablemente que leyera un texto en voz alta, como había mejorado bastante en ese tema ya que leía claramente aunque si un poco lento no me importó. El problema llegó cuando mis ojos detectaron un fragmento que me fue imposible leer, y no sabía la razón ya que era de lo más corriente. Lo intenté pero de mi boca solo salieron incomprensibles fonemas y algún que otro tartamudeo.
Chaval: Por favor no leas en chino que encima con lo penoso que lo haces y el tartamudeo pareces retrasada. Que pasa ¿también te has olvidado de como leer y hablar? Jajaja- se burló un chaval que estaba en la esquina.
Profesora: ¿Quién te piensas que eres Pedro? No pienso permitir esta conducta y ofensa hacia otros compañeros de clase, tienes una falta de disciplina, un castigo y probablemente la expulsión del centro, esta no es la primera vez que te llamamos la atención, nos tienes hartos- le dijo ella muy cabreada.
Marta: ¿Eres gilipollas? Ven aquí que te parta la cara desgraciado- saltó en mi defensa ella furiosa.
Alumnos: Uhhhh- hicieron de coro al escuchar lo que le dijo.
Pedro: ¿Qué me vas a partir tu eh, microbio?- le vaciló.
Lo último que vi fue a Javi levantarse también en mi defensa, yo me levanté y salí corriendo ante la mirada de aprobación de la profesora, escuché a alguien que quiso detenerme pero no identifiqué la voz. Corrí hasta llegar al baño, una vez ahí me senté en el suelo, replegué las rodillas y di rienda suelta a mi llanto. Sus palabras me habían echo daño, me habían echo mucho daño, y que mi desgracia fuera tema de diversión para los demás no hacía más que humillarme y entristecerme más.
De repente se escucharon unos gritos en el pasillo diciendo mi nombre, pocos segundos después se abrió la puerta dejándome ver ante la vista de Alicia, que estaba agitada de correr. Supuse que era ella la que me siguió antes.
Alicia: Ainhoa- susurró al verme sentada.
Se acercó a mi, se agachó y me abrazó, separé mis brazos de mis rodillas y la rodeé también en busca de consuelo.
Alicia: No le hagas caso por favor Ainhoa ese tio es un imbécil, siempre lo ha sido y siempre lo será, no vale la pena ponerse así por alguien que no tiene nada en la cabeza- me dijo ella.
Yo: Eso no significa que no duela- le contesté cerrando los ojos.
Se separó de mi, puso ambas manos en mis mejillas y con el dedo pulgar me limpió las lágrimas.
Alicia: El que tiene deseos de aprender aprovecha cada oportunidad para hacerlo, y no conozco persona que aún habiendo olvidado algo tan simple le haya puesto tantas ganas en ello como tú- dijo mirándome fijamente- Te admiro por ello ¿Sabes? Yo jamás hubiera tenido el valor para afrontar lo que significa olvidar toda tu vida, todo lo básico que aprendes desde los cinco años. Pero tú si, y eso te hace una de las personas más grandes que he conocido nunca. Por tú superación, por tú fuerza, por tus ganas de aprender, por tú ímpetu, por tú actitud, por tú motivación, por todo.
Le sonreí y la abracé fuertemente, no hizo falta que le dijera nada, supe en el mismo instante en que la abracé que sabía lo agradecida que estaba de que me hubiera reconfortado.
Alicia: Te quiero mucho- me susurró.
Yo: Yo también- le contesté, mi corazón pedía a gritos que ella me quisiera de la misma manera en que yo lo hacía, pero sabía que era más probable que me partiera un rayo en dos que obtener su amor.
Alicia: Venga vamos a clase, ya habrán echado a ese gilipollas- dijo tendiéndome sus manos para ayudarme a levantarme.
Caminamos hasta la clase, entramos y nos encontramos a Marta y a la profesora hablando, Javi también estaba a su lado, todos los demás estaban sentados en su sitio.
Yo: ¿Qué ha pasado?- pregunté acercándome.
Profesora: ¿Estás mejor Ainhoa?- me preguntó eludiendo mi pregunta.
Yo: Si, gracias.
Antes de que pudiera volver a preguntar algo nos mandó a mi y a Alicia a sentarnos. Sebas, que se sentaba a mi lado, se giró hacia mi.
Sebas: ¿Te encuentras bien?- me preguntó preocupado
Yo: Tranquilo, estoy viva- bromeé, el sonrió- ¿Qué ha ocurrido?
Sebas: Pues después de que te fueras Marta se abalanzó encima de Pedro y le enganchó un buen puñetazo. Pedro iba a devolverle el golpe pero Javi se metió empujándole y insultándole, ha tenido que venir hasta el profesor de educación física para separarlos- me contó el, casi no lo creía.
Yo: Que me dices.
Sebas: Lo que oyes.
Yo: ¿Y Pedro?- le pregunté.
Sebas: Se lo han llevado a enfermería, Marta le ha roto la nariz- contestó sonriendo.
Yo abrí al boca sorprendida, no me quería imaginar el problema en el que se había metido por mi culpa.
Profesora: ¡Callaros por favor!- exclamó, tuvimos que dejar de hablar para que no nos llamaran más la atención.
Con el silencio sepulcral que se hizo la conversación que tenían Marta, Javi y la profesora se escuchaba perfectamente, no sé por que nos habían mandado a sentar.
Profesora: Marta lo que has echo no ha estado bien, no tendrías que haberle pegado. ¿Sabes en el problema que te has metido?- la reprendió.
Marta: Y que esperaba ¿qué me quedara de brazos cruzados? Tanto usted como toda la clase ha oído lo que Pedro le ha dicho a Ainhoa, y me da exactamente igual el problema en el que me haya metido, el golpe que le he dado se lo merecía, lo sabe hasta usted- dijo ella firmemente.
Profesora: La violencia no es una solución Marta, ni tampoco la agresión verbal Javier, tampoco has actuado bien.
Javi: Tal y como ha dicho Marta yo no iba a quedarme como un pasmarote, ha insultado, humillado y ofendido a mi mejor amiga, y después estaba en camino de agredir a mi otra mejor amiga, yo no estaba dispuesto ha dejar que eso sucediera- contestó.
Profesora: Intentaré que salgáis lo mejor parados posible pero no prometo nada- les dijo- Podéis sentaros.
El día pasó normal, en cuestión de minutos todo el instituto se había enterado de la pelea y del puñetazo de Marta a Pedro, se pasaron el resto del día felicitándola y rememorando el momento, no había quien no se riera al ver a Pedro pasar por los pasillos con unas tiritas y unas vendas en la nariz. Finalmente acabaron las clases, todos nos reunimos en el parque del tubo (estaba justo detrás de la plaza).
Sergio: Ahora mismo me encuentro a ese tio y lo parto en dos- dijo imitando cómo le golpearía.
Andrés: Déjale, ya habrá tenido suficiente con el golpe de Marta, no sabía que era una fiera- dijo bromeando, Marta levantó una ceja.
Marta: Pero bien a gusto que me he quedado, nariz rota, posible expulsión del centro, humillación duradera...todo un gusto- dijo estirándose, todos nos reímos.
Yo: Vuelve a hacer eso y seré yo quien te rompa la nariz, no quiero que vuelvas a hacer lo mismo ¿entendido?- le dije seriamente.
Marta: Si mamá- contestó mirándome y imitando la voz de una niña pequeña.
Yo: ¿Todo tienes que tomártelo a broma?- le pregunté.
Marta: Posiblemente- contesto asintiendo y con una sonrisa.
Yo: Idiota.
Marta: Imbécil.
Yo: Te odio.
Marta: Me amas.
Yo: Más quisieras.
Marta: Sí claro.
Después de unos cuantos segundos discutiendo tontamente nos cortaron la conversación.
Sergio: Entonces hoy a las ocho vamos a recoger a Ainhoa ¿verdad?- preguntó para asegurarse.
Javi: Exacto.
Sergio: Bueno, pues nos vemos esta tarde. Hasta luego- se despidió y se fue.
Pocos minutos después nos despedimos todos y cada uno se fue a casa. No sabía por qué tenía la extraña sensación de que no tenía que asistir a aquella salida, decidí hacer caso omiso y seguí la tarde tranquilamente.
¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Bueno, aquí os dejo este capítulo, espero que os haya gustado. Puedo permitirme el lujo en esta entrega de comentaros a cada uno de vosotros personalmente:
Capricornio7: Me complace saber que te gusta esta historia. ¡Besos!
Biittersweet: Puede ser que haya pasado algo entre ellas dos antes, puede ser que no...pero lo que sí es seguro es que Ainhoa tiene MUCHAS ganas de estar con Ali, vamos, que le hacía de todo jajaja. ¡Saludos!
Sandokan: Me alegra que te haya gustado este capítulo, se hace lo que se puede jejeje. ¡Un beso!
Lyniose25: Baaah, ¿qué sería una historia mía sin hacer sufrir a la gente? No, eso no puede ser, no es mi estilo jajaja. ¡Saludos desde España!
HombreFX: Bueno, no podrían faltar tus comentarios, siempre estando ahí leyéndome. Muchas gracias por todo, ¡un besazo!
Damita: Bueno, no faltará mucho para saber que es lo que piensa Calabaza, o Zanahoria, como quieras jejeje. ¡Saludos!
Gia: Uff por Dios, las dudas dudosas tienen demasiadas dudas, ¿no crees? Son muy malas ellas jajaja. Y bueno, la conciencia de Ainhoa hace su trabajo, todos tenemos esa típica voz que nos saca de nuestras casillas en algún momento. Me alegra saber que te gusta como va esta historia. ¡Besos!
Karina: Gracias a ti por leer mujer, para mi siempre es un gusto escribir, y mucho más cuando puedo saber la opinión de mis lectores. ¡Besos y abrazos!
Aurora la Diosa: Sí, la pobre ha tardado en admitir que le gusta Alicia, y también que la ha recordado jajaja. Andrés más que cocinado a la plancha, en una torrada con las brasas, ¿no crees? xd Bueno todo es empezar, Ainhoa deberá intentar frenar esos instintos humanos que tenemos todos y dejar de babear por el cuerpo de Alicia. ¡Un besazo para México!
Abbey22: ¿Lo que pasará entre las dos? Te aseguro que pasará de todo, ya verás, ¡sigue leyendo y lo descubrirás! (anuncio con rima y todo jajaja) Te mando un gran abrazo.
Romina: Lo que siente Alicia, de momento tan solo lo podréis intuir, pero os prometo que dentro de poco os lo haré saber. ¡Saludos!
Dream of me: Me halaga que pienses que está perfecto, pero sin Andrés la cosa estaría mejor, ¿verdad? Que pena que los hombres sean así de pesados y no quieran irse jajaja. ¡Besos!
Secretos22: Aquí te dejo el capítulo, me alegra saber que te gusta tanto mi relato, intento subir lo antes posible, ¡lo juro!. Un beso.
Vane: Si esperas aunque tan solo sea un besito, puedes quedarte esperando muuuuho tiempo jajaja. Nah, el beso llegará, algún día llegará, pero nadie sabrá cuando (¿soy muy mala? xd) ¡Saludos!
Angie: Bueno, si tanta gente dice que le ha encantado me lo tendré que creer, jamás imaginé que esta segunda historia tuviese tanto éxito. ¡Espero que lo hayas disfrutado!
Yulianaspy: Con Mi Salvación he tenido muchas emociones al saber que ha tenido tanto éxito y que ha gustado tanto, aparte también de todos los sentimientos que haya podido ocasionar. Sí que es una histori amuy fuerte, incluso hasta yo escribiendo se me saltaban las lágrimas nada más de imaginarme como lo tendrían que pasar las chcias que por desgracia sufren lo que ha sufrido Sarah en esa historia. Y por supuesto, yo siempre voy por la vida pensando que nada es imposible, porque no hay nada más importante para mi que tener un poco de esperanza, eso siempre es maravilloso, saber que no todo está perdido. No agradezcas mujer, soy yo la que lo hace por tomarte el tiempo de leerme. ¡Besos desde España!