Ayúdame a recordar 38

-¿Que qué pasa? ¡Alicia se ha puesto de parto! -¿Cómo?- exclamé sorprendida y abriendo los ojos- ¿Cuándo? Pero si aún le faltaba un mes. Ahora mismo voy.

Pasé mi mano de su cabeza a su espalda para abrazarla, cerré los ojos y suspiré, al poco rato me uní a Ali. De las dos fui la primera en despertar por un rayo de sol que me estaba dando en la cara, entrecerré los ojos ante tanta luz. Cuando me hube acostumbrado lo primero que noté fue cierto dolor de cabeza, lo siguiente fue que el salón estaba hecho un asco, todo por el suelo, ciertas cosas tumbadas, la mesa movida y la silla tumbada… Se formó una sonrisa en mi rostro al recordar la agresividad con la que empezamos a tocarnos al principio. Miré a mi izquierda y observé cómo Ali estaba abrazadita a mí, con cara de niña buena, que por cierto esta seguía prácticamente entre mis pechos. Acaricié su espalda desnuda, pues la manta se había bajado hasta su cintura, y le besé la cabeza, la mejilla izquierda y el cuello. Entonces noté una tercera cosa que tendría que haber notado en primer lugar: mis padres estaban en el marco de la puerta, mirando todo con asombro.


Abrí los ojos desmesuradamente y la sonrisa que tenía en mi rostro al estar observando a Alicia se desvaneció en un segundo. Lo primero que hice fue comprobar que tanto a Ali como a mí no se nos veía nada, ambas estábamos tapadas con la manta hasta la cintura, sus pechos no se veían porque estaba de espaldas a ellos y los míos los tapaba ella.

-Y-yo…- murmuré nerviosa sin poder decir nada más.

Entonces, para mejorar la situación, Ali se despertó. Abrió los ojos poco a poco, se estiró, me miró y sonrió.

-Buenos días mi amor- me saludó besándome el cuello y acariciándome el costado- ¿Qué tal has dormido?

-B-bien- respondí mirándola un segundo- Ali…

-Definitivamente tenemos que jugar a billar a menudo y tengo que hacer que bebas más, lo de anoche fue increíble.

-Alicia- la llamé rápidamente y con tono de voz fuerte mientras miraba a mis padres aún más avergonzada, ellos todavía no salían de su asombro.

-¿Qué?- me preguntó ella sonriendo.

Como vio que estaba mirando detrás de ella giró su torso lentamente. Con una rapidez sobrehumana llevé mis manos a sus pechos justo a tiempo para que no se le viera nada, yo agaché mi cuerpo un poco para taparme también. Cuando ella vio a mis padres la sonrisa se le esfumó en un abrir y cerrar de ojos y se puso completamente roja, y cuando decía completamente era completamente, un tomate comparado con ella estaría pálido. Por instinto lo primero que hizo fue llevarse las manos a sus pechos para taparse, pero no contaba con que yo ya lo había hecho, de tal manera que al hacerlo lo único que consiguió fue aplastar mis manos más contra ellos, lo cual fue aún mucho más incómodo. Me miró con reproche y con ganas de matarme, como si hubiera sido yo la culpable de que sus senos estuvieran más aprisionados por mí, y lo que hice fue quitarlas rápidamente dejando tan solo las suyas. Volvió a mirar a mis padres con una vergüenza extrema y se giró tal y como había estado antes de todo aquel rollo.

-La vida me odia, me odia mucho- susurró ella cerrando los ojos con fuerza.

-¿N-no veníais a la hora de comer?- hablé por primera vez en todo aquel rato mientras cogía mi sujetador, que estaba en el respaldo del sofá, y comenzaba a vestirme. Mi padre se había girado desde el momento en el que casi estuvieron a punto de observar la delantera (perfecta y preciosa, todo hay que decirlo) de Ali.

-Y así iba a ser, pero como acabamos antes decidimos comprar algo para desayunar los cuatro juntos- contestó mi madre lentamente y levantando una bolsita donde se suponía que estaba el desayuno.

Ya me había puesto la ropa interior así que me levanté y le dejé la manta a Ali, se enrolló en ella y se levantó también para buscar su ropa.

-Toma Ainhoa, creo que esto es tuyo- dijo mi padre cogiendo un sujetador que estaba colgado de un pequeño y redondo pomo de la puerta de un armario y extendiéndomelo.

-Eh, no, e-es mío- dijo Ali muerta de vergüenza y acercándose a él. Mi padre probablemente de los nervios no se había fijado en que yo ya estaba vestida, y había que admitir que el suyo se parecía bastante a uno que tenía yo.

-Oh- murmuró mientras sus mejillas se teñían ligeramente de rojo- Pues…ten.

-Gra-cias.

-¿Por qué no dais una vuelta y volvéis en quince minutos? Así recogemos todo esto más tranquilas- les propuse a mis padres tratando de evitar más situaciones incómodas.

-Me parece bien, me parece excelente. Vamos cielo- le dijo mi padre a mi madre rápidamente y yéndose, él estaba bastante más avergonzado que ella.

-Sí, será mejor- coincidió mi madre. Dejó la bolsa que traía en la mesa y se fue junto a mi padre.

Cuando cerraron la puerta Ali se sentó en el sofá con la mirada perdida y el sujetador en la mano.

-Dios mío, tus padres van a pensar que soy una fresca. Me invitan a pasar un fin de semana en su casa y yo lo agradezco tirándome a su hija en su sofá- dijo cerrando los ojos y llevándose las manos a la cara.

-Bueno, solo el sofá no, la mesa también tiene que ver en todo esto- bromeé para tratar de calmar el ambiente, pero lo único que conseguí fue recibir su mirada asesina.

-¿Siempre tienes que bromear con todo? ¡Un poco de seriedad!- me atacó realmente enfadada, aquel tono no me gustó para nada.

-Tranquilízate Ali, sabes que no te viene bien alterarte- traté de calmarla y calmarme a mí misma, repitiéndome que con el embarazo se tomaba todo a la tremenda.

-¿Que me calme? Tu padre va a odiarme.

-Eso no es cierto.

-Oh, pues claro que es cierto. Absolutamente todos los padres son igual de sobreprotectores con sus hijas en ese aspecto.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque lo sé de sobra Ainhoa, créeme, con todas las que me tiré pasó lo mismo- me contestó fría y agresiva, aquello me dolió.

No añadí nada, me di la vuelta y comencé a recoger las cosas del suelo.

-Ainhoa- escuché tras de mí con una voz completamente diferente, tranquila y suave- Mi amor- susurró esta vez en mi oído, acto seguido sus brazos rodearon mi cintura con cierto temor y apoyó su cabeza en mi hombro.

Giré el cuello y la miré a los ojos, estaba arrepentida.

-Perdóname, te he gritado sabiendo que no tenías la culpa de nada y además he vuelto a sacar el maldito tema de mi pasado, pero es que me he exaltado tanto viendo a tus padres ahí, con el salón tal y como está y nosotras desnudas… Lo siento mucho, no quería gritarte ni decirte eso.

Sabía que se había arrepentido de sus palabras nada más decirlas. Suspiré, volví a mirarla y le brindé una pequeña sonrisa.

-Lo sé- me acerqué a sus labios y le di un pequeño beso.

-Tienes una paciencia de oro.

-No me queda otra, si tuviera que tomarme en serio cada discusión que hemos tenido desde que empezamos a salir me volvería loca.

-En serio, perdóname- me repitió.

Me giré entre sus brazos y pasé los míos por su cuello.

-Te perdono, bobita con mal genio- le dije frotando nuestras narices.

-Gracias- sonrió antes de besarme.

En ese momento a Ali se le desató la manta y cayó al suelo, yo bajé la mirada.

-Bobita con mal genio pero muy buen cuerpo- comenté mirándola, ella rió- No sabes lo que daría por ver tu cara si mis padres ahora mismo volvieran a entrar por esa puerta.

Ella abrió los ojos y corrió a buscar su ropa interior con rapidez, pues sabía que no era tan poco probable. No pude más que reír mientras la miraba.

-¿Se puede saber qué hiciste ayer con mi ropa?- me preguntó divertida mientras se ponía de puntillas para coger sus bragas que estaban encima de una lámpara de pie.

-Estorbaba, y lo que se pone entre mi camino y mi objetivo acaba muy mal parado.

-Ya veo- contestó con una sonrisa cogiéndolas al fin y poniéndoselas.

Ambas terminamos de vestirnos y comenzamos a recoger el salón, estaba hecho un asco, casi todo estaba por el suelo. Al cabo de un par de minutos acabamos, decidimos ir haciendo el café para el desayuno. Poco después escuchamos el ruido de las llaves indicando que mis padres habían llegado.

-Si me escondo en el baño un rato para no encontrármelos ahora justo de frente no te molestas ¿verdad?- me preguntó rápidamente y suplicándome con la mirada.

La miré y sonreí.

-Corre- le dije, y no se lo pensó dos veces, se levantó y fue corriendo hasta el baño.

Pude escuchar el portazo de las dos puertas al cerrarse, y segundos más tarde mis padres entraron a la cocina.

-Buenos días- los saludé mirándolos con una pequeña sonrisa y algo avergonzada.

-Buenos días- me contestaron los dos a la vez y acercándose para darme dos besos.

-¿Café?- les pregunté señalando la cafetera con la cabeza y abriendo un armario para sacar las tazas.

-Sí por favor- contestó mi madre, mi padre se limitó a asentir.

Dado que ya sabía cómo les gustaba el café lo preparé yo todo.

-¿Y Alicia? No se habrá ido ¿no?- preguntó mi padre.

-Está en el baño.

Saqué leche de la nevera y la vertí en una de las tazas después de haberle puesto dos cucharaditas de azúcar, con otra hice lo mismo, solo que sin leche, y a la última le puse sacarina. A Alicia, sabiendo que por las mañanas no acostumbraba a beber café, le puse un vaso de zumo.

-Mamá, papá- los llamé, ambos se giraron y me miraron- Siento mucho lo de antes, ha sido algo muy vergonzoso e incómodo y vosotros no tenéis por qué vernos así, medio desnudas, pero como pensaba que ibais a venir al mediodía…Lo lamento- me disculpé un poco ruborizada.

Mis padres se miraron y luego volvieron a posar su mirada en mí.

-Lo entendemos, sí que ha sido algo bastante embarazoso, sobre todo para Alicia, creo que nunca la había visto tan roja- comentó mi madre sonriendo- Pero son cosas que pasan. ¿Cuántas veces lo habéis hecho aquí?- quiso saber mi madre.

-Solo una, esta es la primera vez.

-A nosotros no nos importa que mantengáis relaciones sexuales en casa porque sabemos que Alicia no es una chica cualquiera, sino podrías olvidarte incluso de que pisara este suelo, y es completamente normal en dos personas que se aman, pero sed más cuidadosas la próxima vez. Ali será una chica muy hermosa y atractiva, con buen cuerpo a pesar de estar embarazada y todo lo que tú quieras, pero puedo asegurarte que no me interesa ver ninguna mujer más que la mía- dijo mi padre abrazando a mi madre al decir esto último y besándole la cabeza, sonreí al verles.

-Está bien, aunque viendo el susto que se ha llevado no sé si habrá otra próxima vez.

-Sus reacciones siempre me hacen gracia- admitió mi madre- Es muy vergonzosa.

En ese momento pude escuchar que Ali salió del baño.

-Y tanto, y a mí me encanta avergonzarla e incomodarla. Ahora veréis- les dije.

Se asomó poco a poco por el marco de la puerta y miró a mis padres.

-Hola- los saludó con una sonrisa tímida.

Ellos, que ya sabían cómo actuar con Ali, se mostraron igual que siempre saludándola con dos besos en la mejilla.

-Ya pensaba que te me habías caído por el váter- le dije acercándola y apretándola muchísimo a mí. En una situación normal aquel acercamiento no habría supuesto nada para ella, es más, le habría encantado, pero con el incidente que habíamos tenido con mis padres aquello le incomodó muchísimo. Ellos sonrieron al darse cuenta.

-No, soy patosa pero no tanto- contestó sonriendo un poco y alejándose de mí, cosa que no permití.

-¿Qué pasa? ¿Ya no te gusta que te abrace? Antes te encantaba- murmuré acercándome a sus labios.

-N-no es eso, es solo…-contestó apartando la cara avergonzada.

-Oh vamos, deja de incomodar a la pobre, ya sabemos cómo se pone- dijo mi padre divertido, yo sonreí.

-Al menos un besito sí que me darás ¿no?- le pregunté haciendo un puchero- O dos, o tres, o cuatro, o mil- ella rió.

-Todos los que tú quieras mi amor.

-Entonces no nos separaríamos nunca- dije antes de besarla, ella acarició mis mejillas.

-Bueno, nosotros vamos llevando las cosas para el comedor, ¿os parece?- preguntó mi madre mirándonos con una sonrisa.

-Sí- contestamos ella y yo a la vez.

Mi madre salió de la cocina con dos tazas de café y mi padre la siguió con la otra taza y el vaso de zumo de Ali.

-¿Ves? Aún sigues viva- le dije acariciándole la espalda.

-Pensé que iba a ser peor- admitió- Voy a disculparme con ellos.

-Ya lo he hecho yo.

-Da igual, quiero dejarles claro que en la cama lo principal eres tú y no yo, que lo último que querría sería hacerte sentir molesta, que un no es un no…

-Mi amor, no creo que sea necesario.

-Necesito que lo sepan Ainhoa, no quiero que piensen que tan solo busco acostarme contigo y ya, que solo quiero a alguien a quien encasquetarle el bebé ya que Andrés ha renunciado a él, quiero dejar bien claro desde el principio que tú no eres como ninguna de las mujeres con la que me he acostado. Quiero hacer contigo lo que no hice con ellas, asegurarles a tus padres que realmente te amo y que voy completamente en serio contigo. Lo necesito, por mí y por tus padres, ¿me entiendes?

-Te entiendo- asentí cogiéndole las manos- Hazlo entonces.

Me miró y me robó un pequeño beso.

-Vamos, me estoy muriendo de hambre- le dije separándome de ella y golpeándole cariñosamente una nalga.

Ella asintió y nos dirigimos al salón. Cuando nos sentamos en la mesa notamos que justo donde yo estaba sentada había estado Ali la noche anterior al hacerle el amor, yo la miré con picardía y ella sonrió tímidamente.

-Antes que nada, quisiera disculparme por lo que ha ocurrido esta mañana, no os hacéis la idea de lo avergonzada que estoy por ello- empezó a decir Ali mirándoles.

-No te preocupes, ya hemos hablado con Ainhoa de esto- le dijo mi madre tranquila.

-Ya, me lo ha dicho ella, pero no es solo el único tema del que quiero hablar- comentó mostrándose algo más avergonzada ahora.

En un principio me parecía algo innecesario que fuera a decir lo que estaba a punto de decir, pero ya no me parecía tan mala idea. Mi madre tenía mucha influencia sobre mi padre, y era perfectamente capaz de hacer que él se mostrara tranquilo ante estas situaciones cuando quizás en el fondo se estaba muriendo de ganas de matar a Alicia por haberme tocado. Mi madre había tenido tiempo de sobra en aquellos quince minutos que se fueron para obligarle a tragar lo que pensaba realmente tan solo para no entristecerme a mí, por lo tanto que Ali dijera eso y dejara bien claro algunas cosas quizás era necesario. Aunque, para ser sincera, no creía que a mi padre le hubiera nacido el instinto asesino con eso.

-Bueno, tú dirás- la animó él.

-Quiero que sepáis que yo a Ainhoa la respeto muchísimo, que cuando la… que cuando la toco lo hago desde mi más profundo amor, cariño, delicadeza y ternura y que jamás se me pasaría por la cabeza obligarla a hacer algo que no quisiera, forzarla ni muchísimo menos hacerle ningún daño. Para mí nuestra relación es completamente seria, y esto no son cuatro revolcones sin importancia para pasar un buen rato y ya, no, no es sexo. Es una mujer excepcional y pienso aprovecharme de lo que otros no han sabido valorar y apreciar para tratar de amarla tal y como se merece- suspiró al decir todo esto, apoyó los codos en la mesa, cerró los ojos y se llevó las manos a la cara para intentar contener su vergüenza- Sé que esto quizás os ha parecido una estupidez, otra cosa incómoda y quizás Ainhoa tenía razón y era innecesario, pero necesitaba que lo supierais, no soportaría que pensarais, ni muchísimo menos ella, que la considero un juguetito para pasar el rato.

-No te avergüences por lo que has dicho ni pienses eso, de hecho esto es justo lo que un padre querría escuchar de la pareja de su hija.

-¿En serio?- preguntó ella aliviada.

-Pues claro. Sé que nuestra relación como suegro y nuera no empezó demasiado bien, pero siempre te he tenido mucho cariño y ahora en especial. Hace unos meses si me hubiera encontrado a Ainhoa y a Sergio igual que a vosotras le habría faltado isla para huir de mí, pero que seas tú la que se acueste con mi hija lo cierto es que no me molesta. Primero porque Sergio era un gilipollas integral y me caía como el culo, segundo porque él jamás demostró amar a mi hija como lo haces tú, y tercero porque que seas mujer hace que piense que sabrás tratar bien a Ainhoa, y veo que no me equivocaba con todo lo que nos acabas de decir.

-En pocas palabras, no hay persona, ni hombre ni mujer, que sea más perfecta para Ainhoa que tú. Estamos muy contentos de tenerte como alguien más en la familia- añadió mi madre.

Sonrió emocionada, para ella esas palabras de parte de mis padres significaban mucho. Entonces, sin motivo aparente, se le llenaron los ojos de lágrimas y comenzó a llorar.

-¿Qué pasa?- le pregunté mirándola y sentándome bien ya que me había echado hacia atrás.

-Lo siento, no he podido evitarlo- se disculpó ella limpiando sus lágrimas.

-¿Pasa algo?- volví a preguntarle acercando mi silla a la suya para quedar justo a su lado.

-Tú estarás acostumbrada a esto, a tener unos padres que te digan lo contentos que están de ti, lo mucho que te quieren y que te apoyen en todo incondicionalmente pero yo…- hizo una pausa.

Hice que se girara para poder abrazarla, coloqué mi cabeza en su hombro y acaricié con mis manos su espalda suavemente. Luego de unos segundos acaricié su cabeza y besé repetidamente sus labios, sus mejillas y su cuello para que riera, cosa que conseguí. Cuando nos separamos me miró, me sonrió con ternura y volvió a besarme, noté que lo hizo como si me estuviera agradeciendo algo.

-Tus padres siempre han sido muy duros contigo ¿verdad?- le preguntó mi padre mirándola con algo de pena.

-Muchísimo, querían que fuera perfecta en todo, ya os imaginaréis entonces el por qué decirles que era lesbiana era impensable. Cuando salía el tema por la tele o en cualquier lado los comentarios e insultos que decían me dolían tanto como si me los estuvieran diciendo a mí, pero desde luego no era ni la mitad que lo que me dijeron a mí cuando les dije que me gustaban las mujeres. Jamás se me olvidará- explicó ella acariciando mi mano.

-Bueno, dejemos de hablar de eso y vayamos a comer ya. Toma Ali, esto es para ti- le dijo mi madre pasándole un donut bastante grande de chocolate blanco y negro, pude ver cómo se le iluminaron los ojos al ver que todo eso era para ella.

-Muchas gracias, no teníais por qué- agradeció ella cogiendo el papel que lo envolvía y dejándolo enfrente suya.

-Bah, no es nada, estaban bastante baratos en la panadería en la que Ainhoa ha echado el…- en ese mismo instante se calló al recibir mi mirada asesina y recordar que le había pedido expresamente que no dijeran nada del trabajo a Ali.

-¿En la panadería en la que Ainhoa ha echado el…?- quiso saber ella.

-El ojo, la panadería en la que ha echado el ojo- improvisó mi padre rápidamente y sacándome de aquel apuro. Se lo agradecí con la mirada.

-Mmm, pues están buenísimos- comentó al probarlo- Realmente no debería comer esto.

-Sí bueno, pero bien que te comes una tarrina entera de helado sin ningún remordimiento- le dije yo para chincharla.

-Ya estamos de nuevo- murmuró soltando el donut y mirándome- Te lo he dicho mil veces, si no te gusto gorda déjame.

-Y yo te he dicho otras mil veces que por muy gorda que estés voy a seguir queriéndote igual.

-¿Entonces qué le reclamas?- se coló mi madre en esa pequeña ‘discusión’

-Nada, es solo que me gusta molestarla con eso- admití sonriendo, Ali me hizo cara de fastidio.

-De verdad, esta hija mía…- comentó negando con la cabeza, luego se dirigió a Ali- Mira, tú no te preocupes, come lo que quieras con los antojos que ya sé muy bien que son difíciles de controlar, pero sin pasarse claro está. Tu cuerpo es de complexión delgada así que no creo que tengas ningún problema con el peso después de dar a luz. Cuando llegue el momento puedo darte una serie de ejercicios que vienen muy bien para recuperar la forma después del embarazo.

-Ah, gracias, por fin alguien que me comprende y dice algo de ayuda- dijo mirándome, echándomelo en cara en broma.

-Oye, hago lo que puedo, todo esto es nuevo para mí- me defendí partiendo un trozo de donut y mojándolo en el café, ella rió.

-Ya lo sé mi amor, lo estás haciendo fenomenal- me dijo besándome.

Mis padres se pasaron los minutos siguientes preguntándole que qué tal la trataba y esas cosas, y ella muy orgullosa les contó lo que me gustaba acariciarle y besarle la barriga, y en especial, hablarle al bebé, que sabía que a pesar de tan solo haberlo hecho una vez se convertiría en nuestro momento favorito y más especial. Lo que más me sorprendió de toda la conversación fue que Alicia seguía hablándoles igual que siempre, lo cual me extrañó muchísimo dada la escenita que tuvimos nada más despertarnos. Eso podía significar dos cosas, o Ali al fin había dejado de ser tan tímida o estaba tan a gusto con mis padres y les tenía tanta confianza que cosas como esas ya no suponía que diera cien pasos hacia atrás y volviera a ser la misma chica vergonzosa del principio. Fuera lo que fuera, era un gran avance.

-¿Qué?- me preguntó ella sonriendo.

-¿Qué de qué?

-¿Por qué me miras así?

-Porque me gusta mirarte- dije cogiendo su mano y besándosela.

-¿Estás bien? Te encuentro un poco rara, entre lo de ayer que me preguntaste sin venir a cuento si sabía que me amabas y esto me dejas algo confusa.

-La verdad es que no lo sé, tengo muchas ganas de acariciarte y besarte todo el rato. Seguro que me tiene que venir la regla, por eso estoy tan mimosa.

-Pues entonces me encantaría que tuvieras la regla siempre.

-¿Estás segura?- le pregunté levantando la ceja.

-S…- siseó para decirme que sí, pero luego cayó en la cuenta de lo que supondría el que yo tuviera la regla siempre y empezó a negar rápidamente con la cabeza- No no no, una vez al mes es más que suficiente.

Mis padres y yo reímos, me acerqué a ella y la besé. Terminamos de desayunar tranquilamente, recogimos todo y luego, a pesar de que mis padres insistieron en que nos quedáramos en casa, les acompañamos a comprar todo lo que necesitarían para la cena del día siguiente. Por la tarde de nuevo tuve que hacer mis deberes en su presencia, la muy cabrona como la última vez no me dejaba en paz, se reía o me distraía fácilmente. Mirándome de esa manera, mordiéndose el labio y besándome el cuello ¿quién no lograría desconcentrarme? Claro, como ella había acabado todo en clase y se aburría no tenía nada mejor que hacer, en el fondo la entendía.

-Mi amor- me llamó.

-¿Sí?- contesté sin mirarla.

-Nada.

-Vale.

-Mi amor.

-¿Qué?

-¿Te queda mucho?

-No.

-Mi amor.

¿Qué?

-¿Sabes que la cosecha de albaricoques ha bajado un dos por ciento este año y que por eso no se ha podido celebrar el concurso de coca de albaricoques?

-No.

-Pues ahora sí.

-Interesante.

-Mi amor.

-¿Qué?

-Te amo.

-Y yo a ti.

-Mi amor.

-Dime.

-Tu cara me deprime.

-¿Estás contenta?

-No.

-Vale.

-Mi amor.

-¡Vale, ya acabaré los deberes el lunes por la mañana!- exclamé cerrando el libro.

-No, si en verdad ahora me iba a ver la tele con tus padres- me dijo besándome- Te dejo acabar tranquila.

Se levantó y yo me quedé mirándola con cara de imbécil. Ella sonrió, me guiñó el ojo y salió del cuarto dejándome sola. Suspiré y antes de que pudiera abrir el libro volvió a entrar.

-En verdad era mentira, tan solo quería ver tu cara de molestia- admitió tumbándose a mi lado y pasando un brazo por mi cintura- ¿Crees que podrías hacer los ejercicios explicándomelos? Así no me aburro y me entero de lo que estudias.

Inspiré profundamente y fui soltando el aire poco a poco.

-Si lo hago ¿te estarás calladita y quietecita?

Ella asintió, yo sonreí negando con la cabeza, la besé y empecé a terminar los ejercicios explicándole por encima de qué trataban. La verdad es que haciendo esto se me hizo más divertido, y me gustaba hacerlo porque veía que a ella le interesaba bastante lo que le decía. Al cabo de una hora acabé todo, después de eso no hicimos gran cosa, pasamos el resto de la tarde en casa.

Al día siguiente desperté con el cuerpo un poco adolorido debido a que me había tenido que poner en una posición algo incómoda en la cama para que Alicia estuviera a gusto, cosa que ella no sabía porque si lo hubiera sabido no me habría permitido dormir de esa manera. Todo fuera para que ella estuviera bien atendida. Natalia y Santi vendrían a las ocho y media para cenar, así que cuando Ali y yo fuimos a dar una vuelta esa tarde procuramos ir vigilando el tiempo, y a medida que este pasaba la noté más rara.

-Ali, ¿realmente quieres venir a la cena de esta noche o has aceptado por compromiso?- le pregunté cuando ya no pude contener mi intriga durante más tiempo.

-Claro que quiero ir, no es eso.

-Entonces es algo- dije mirándola- ¿Es por Santi, te cae mal?

-No sé, hay algo en él que no me gusta.

-Ni siquiera te has dado la oportunidad de conocerlo- le reproché- A mí me parece un tipo muy majo.

-A mí no me lo parece tanto- susurró creyendo que no la había oído.

Sabía que me ocultaba algo pero decidí dejar el tema ahí, no solucionaríamos nada y lo único que conseguiríamos si insistía en que me lo contara sería discutir tontamente. Confiaba en ella, así que si era algo importante tarde o temprano me lo diría.

Le cogí la mano para calmar un poco el ambiente y después de recibir una sonrisa de su parte continuamos con nuestro paseo. Dar esa vuelta me sirvió de mucho, ya que además de disfrutar de un buen rato con Alicia vi que iban a abrir un nuevo local no muy lejos de mi casa y que estaban buscando personal, así que aquel sería mi próximo objetivo para el día siguiente. No había recibido ninguna llamada, y al contrario de lo que yo pensé en un principio aquello me desanimó mucho, pero no tardé en transformar ese desánimo en más entusiasmo y ganas de encontrar algo.

Fuimos a casa de Ali para que se arreglara ya que quería escoger ropa un poco más formal y ‘ponerse guapa’.

-Mi amor, no entiendo por qué tienes que tardar tanto en arreglarte, tú ya eres preciosa sin maquillaje ni ropa de ningún tipo- le grité tumbada desde su cama, ella estaba en el baño.

-Pues entonces quiero estar más guapa para gustarte más- me respondió de la misma forma.

-A estas alturas creo que ya es imposible que me gustes más.

Ella no contestó, yo cerré los ojos hasta que al fin escuché sus pasos venir hacia el cuarto. Me incorporé y esperé a que entrara, y cuando lo hizo me dije a mí misma lo equivocada que estaba.

-O sí- murmuré en relación a lo que había dicho antes y mirándola de arriba abajo.

Llevaba una blusa roja algo escotada que le quedaba de maravilla y resaltaba el color de su pelo, unos pantalones negros y unas botas encima de estos hasta justo debajo de su rodilla. Pero como siempre lo que me había llamado más la atención y siempre me gustaba más era su cara, maquillada de una forma exquisita y perfecta, casi tanto como ella misma. Ella sonrió al saber que, al igual que muchas otras veces, había conseguido hacer que me tragara mis propias palabras.

Se acercó a mí, se inclinó un poco y me besó apoyando sus manos en mis muslos, su aroma me dejó embobada durante unos segundos.

-Siempre te superas- le dije separándome escasamente de ella.

-Admito que es difícil, con tanta belleza mejorar es un gran reto.

-Creída- murmuré riendo y besándola.

-Solo un poco.

Después de unos pocos besos más nos dirigimos a mi casa, Natalia y Santi ya habían llegado.

-Perdonad el retraso, es que esta mujer ha estado cinco horas para arreglarse- me disculpé saludando a Natalia y luego a Santi.

-No pasa nada, nosotros acabamos de llegar- dijo él sonriendo.

Cuando Ali fue a saludarlo de nuevo empezaron las miradas intensas e incómodas, realmente no entendía a qué se debía aquel mal rollo entre ellos dos. Mis padres salieron de la cocina, nos saludaron también y nos sentamos en la mesa a charlar un rato y picar algo, no sin antes no haber halagado a Ali por su vestuario y buen gusto.

De Santi descubrí que tenía veintisiete años, era fotógrafo y amante de la naturaleza, por lo tanto era muy común que hiciera largas excursiones a la montaña y se llevara su cámara para captar lo que más le llamara la atención. También era bastante aficionado a la pesca, y como el hombre no es que tuviera poco dinero acostumbraba a irse algunos fines de semana con su padre en su barco a pescar en alta mar. En resumen, su vida no era monótona en absoluto, quizás incluso me parecía demasiado ajetreada, pero él parecía estar acostumbrado a ello y la verdad es que se notaba que disfrutaba de todo lo que hacía, pues la manera y el entusiasmo al explicar sus actividades lo demostraba.

A pesar de sus esfuerzos no consiguió agradar a Ali, trataba de darle conversación pero es que no había manera, ella se cerró a cal y canto y no dejó que pasara a conocerla un poco mejor, lo cual me enfadó bastante. Cuando decidimos servir la cena nos quedamos solas ella y yo ya que mis padres, Natalia y Santi fueron a ayudar.

-¿Se puede saber qué coño te pasa? Ni siquiera le estás dando una oportunidad. Esto es muy importante para mi hermana, con su ex lo pasó realmente mal y ahora que por fin ha encontrado a alguien lo menos que podrías hacer después de todo lo que ella ha hecho por nosotras sería interesarte un poco- la regañé bastante molesta.

-Ya, ya lo sé, pero es que…

-No, no lo sabes- la interrumpí- Por lo que he podido comprobar es un chico majísimo, educado, divertido, sociable y amistoso, además de tener una sonrisa encantadora. ¿Se puede saber por qué diablos te cae mal?

-¡Si tan majo te parece sal con él!

-Dios mío, ¡no me puedo creer que te estés poniendo celosa de él!- exclamé incrédula.

-¡No me estoy poniendo celosa! Sé que lo soy, y mucho, pero eso no significa que cada dos por tres tenga que celarte. ¿Quieres saber por qué no me cae bien? Está bien, no trago a este tío porque…

-¿Va todo bien?- preguntó mi hermana algo entristecida y asomándose por la puerta interrumpiendo a Alicia.

-Va todo perfecto- contestó ella levantándose- Voy a traer los platos.

Dicho esto salió y nos quedamos Natalia y yo solas.

-¿Qué le pasa? Ella nunca suele comportarse así.

-No lo sé, está muy rara- admití levantándome para ayudar también.

La cena transcurrió con un ambiente muy cómodo, para mi alivio pude comprobar que Alicia se relajó bastante y empezó a mostrarse más amigable con Santi, llegando a mantener incluso una conversación tan solo ellos dos. Parecía ser que mi bronca había servido para algo.

-¿Dónde está el baño?- preguntó él al acabar de cenar.

-La primera puerta del pasillo a la derecha- le indicó mi madre, él le agradeció con una sonrisa y se fue.

-Yo también voy al baño, iré al de tu cuarto- me informó Ali.

Nos quedamos mis padres, Natalia y yo comentando qué tal nos parecía Santi, lo majo que era, bromeando y esas cosas. Poco a poco el tiempo fue pasando y ni Ali ni Santi volvieron.

-¿Estos dos se han dormido meando o qué?- preguntó mi hermana extrañada.

-Voy a buscarles, quizás se han quedado hablando- dije levantándome, ella me siguió.

Nos dirigimos al baño del pasillo pero ahí no estaban, así que nos dirigimos a mi cuarto. Cuando abrí la puerta Natalia y yo abrimos los ojos como platos. Santi mantenía a Ali acorralada contra la pared, con su frente apoyada en su mejilla y su mano derecha en el blanquecino y suave cuello de mi novia. Ella tenía sus manos en sus hombros para tratar de alejarlo.

Mi reacción fue inmediata, me acerqué rápidamente a él, le cogí de ambos lados de su polo y lo lancé con violencia contra la pared, ocasionando que él gritara y que un marco cayera al suelo rompiéndose.

Ella se dobló y empezó a toser un poco y a jadear para coger aire, una lágrima recorría cada mejilla suya.

-Alicia, ¿te encuentras bien? ¿Estás bien?- pregunté preocupada y acariciando sus mejillas.

-Estoy bien, estoy bien.

En ese momento llegaron mis padres.

-¿Qué ha pasado?- preguntó sorprendida mi madre, pero nadie le hizo caso.

-¿Se puede saber qué estabas haciendo cabrón?- le pregunté a Santi enfurecida y caminando hacia él, pero Alicia me cogió la mano para que me detuviera.

Él aún estaba en el suelo, Natalia estaba a su lado y le ayudó a levantarse.

-¿Que qué estaba haciendo yo? ¡Más bien que estaba haciendo ella! Iba a ir al baño y de repente me metió aquí y se me echó encima- se defendió.

-¡Es mentira!- exclamó Ali- Tú me metiste aquí y me empezaste a acorralar.

-¿Tengo que recordarte que tú me seguiste?

-¿Tengo que recordarte que eras tú el que me estaba ahorcando?

-¡Fue la única manera que se me ocurrió para apartarte de mí!

Mientras ellos seguían discutiendo Natalia y yo nos miramos sin saber qué decir, demasiada información para ser digerida en tan poco rato.

-Mi amor te lo juro, fue ella quien se abalanzó sobre mí, ahora se inventará cualquier cosa para justificarse- le dijo Santi a Natalia acercándose a ella.

-Le sacas una cabeza y probablemente tienes el doble de fuerza que ella, ¿cómo explicas que haya conseguido besarte si tú no querías?- le pregunté desafiante.

-Tiene más fuerza de lo que aparenta. Te lo juro Ainhoa, yo no he hecho nada, fue ella quién me siguió- trató de convencerme.

-Si te seguí fue porque te vi la semana pasada morreándote con otra y quería aclarar todo antes de decírselo a Natalia, no estaba del todo segura de que fueras tú y yo no iba a acusarte así como así- le respondió agresiva, luego me miró- Por eso estaba así con él, estaba casi segura de que era Santi pero necesitaba hablar a solas con él.

-¿Ves Natalia? Se está inventando todo, yo nunca te sería infiel, no como ella.

-¡Serás cínico!- explotó Ali, luego se acercó a mí y me cogió las manos- Mi amor, te juro que ha sido él el que ha empezado todo, sabes de sobra que sería incapaz de engañarte. Ainhoa por favor, créeme- me rogó desesperada.

-Gracias Santi por hacerme ver a la persona que tengo a mi lado- murmuré separándome de Alicia y acercándome a él.

-Ainhoa por Dios, mi vida, te juro que te…

-Shh- la interrumpí suavemente, luego me dirigí a Santi- Te agradezco que me hayas hecho ver la gran persona que tengo a mi lado, que se haya puesto de esta manera para convencerme de lo que ya sabía a pesar de no estar dudando de ella me hace ver que por más que pienso que es imposible ella me ama mucho más de lo que me pueda imaginar.

Pude escuchar el suspiro de alivio de Alicia y el grito de Natalia para detenerme al acercarme rápidamente a Santi. Mi padre, actuando con velocidad, consiguió agarrarme de la cintura justo a tiempo.

-Así que cabrón, como vuelvas a acercarte a mi hermana aunque ella te perdone te juro que te desmonto, y como te atrevas a volver a tocar a mi novia te reventaré la cara de tal manera que no te podrán reconocer ni por la ficha dental, ¿te has enterado?- lo amenacé intentando soltarme de los brazos de mi padre, cosa que no conseguí.

Por un segundo su cara demostró algo de miedo ante la firmeza y decisión de mi amenaza, pero volvió a poner expresión de preocupación y se dirigió a mi hermana.

-Por favor Natalia, dime que me crees- le pidió, ella aun no reaccionaba.

-Me da igual lo que pienses y lo que diga este payaso, confío en Alicia y si dice que no ha sido ella y que ha empezado él la creo- cogí su mano, ella me la acarició y me sonrió aliviada.

-Yo…quiero creerte Santi, de verdad que quiero, y podría hacerlo si no supiera lo que Alicia ama a mi hermana y que sería incapaz de traicionarla de esa manera- murmuró mi hermana a punto de llorar, y justo después de decirle eso le pegó una gran bofetada.

-¡Se lo está inventando todo!- exclamó acercándose a Alicia, me puse delante de ella para impedirle el paso.

-Le pones un solo dedo encima y te arranco la mano, gilipollas.

Él retrocedió negando con la cabeza en un claro signo de desesperación, pero no sabía qué tipo de desesperación, porque por convencer a mi hermana de que Alicia estaba mintiendo seguro que no era.

-Natalia, yo te amo, en estos dos maravillosos meses que he estado a tu lado no te he dado ningún motivo para que ahora desconfíes de mí.

-Lárgate, no quiero volver a verte en mi vida- le dijo lentamente y sin poder contener sus lágrimas.

Santi hizo una mueca extraña, luego se giró y miró con furia a Alicia.

-¡Me cago en la puta! ¿Quién coño te mandó tropezarte conmigo ese día tirando todas tus cosas al suelo?- vociferó cabreado y empujando a Ali con su mano derecha. El pobre hombre hizo muy mal.

Sin que nadie pudiera detenerme lo estampé violentamente contra la pared de nuevo y empecé a golpearlo a diestro y siniestro. Para cuando mi padre me cogió en brazos separándome de él ya me había hinchado a golpearle la cara, y aunque traté de evitarlo yo también recibí un golpe en mi costado que en el momento no me dolió en absoluto, mi ira era demasiado grande como para que me fijara en eso.

-¡Te dije que no la tocaras! ¡Suéltame papá!- exclamé enfurecida y pataleando como si fuera una niña pequeña.

-¡Cálmate Ainhoa!- me ordenó mi padre bajándome al suelo.

La verdad no es que hiciera mucho caso a sus palabras, lo único que me detuvo fue que Alicia se puso enfrente de mí y me abrazó con delicadeza.

-Ya pasó mi amor, yo estoy bien, no ha sido más que un empujón de nada- me susurró calmadamente al oído.

Poco a poco me tranquilicé, suspiré, cerré los ojos y rodeé con mis brazos su cintura mientras depositaba un beso en su mejilla y volvía a meter mi cabeza en su cuello.

-Te abrimos las puertas de par en par, vienes a mi casa, agredes a mi nuera embarazada y aun sabiendo que el único que había sido infiel aquí eras tú tienes la cara de tratar de echarle la culpa a ella. Mira chaval, desaparece ahora mismo porque si no puedo asegurarte que Ainhoa no será absolutamente nada comparado conmigo- escuché que le dijo mi padre a Santi de fondo, pero ni siquiera los miré, me encontraba bastante relajada así tal y como estaba.

No sabía exactamente cuánto tiempo había pasado cuando abrí los ojos, pero mi padre y Santi no estaban, y mi madre estaba abrazando a Natalia, quien lloraba desconsoladamente en sus brazos. Me separé lentamente de Ali, le besé la frente y nos acercamos a mi hermana.

-Lo siento muchísimo Natalia, quizás tendría que haberte avisado el día en que nos presentaste- se disculpó Ali bastante entristecida.

-No te preocupes, si en verdad la culpa es mía por enamorarme de todos los tíos cabrones- le dijo separándose de mi madre y limpiándose las lágrimas.

-No digas eso, sabes que no es verdad- aproveché y la abracé yo con fuerza- Los tíos son tan imbéciles que no saben ver la pedazo mujer que tienen al lado. Mira, eres guapa, divertida, amable, cariñosa y dulce, y sabes que si te lo propones puedes tener al tío que quieras babeando por ti. Tan solo es cuestión de tiempo que encuentres a alguien que de verdad te merezca.

-A veces eso me parece imposible- murmuró ella.

-¿Imposible? Cuando Javi y Marta nos encerraron a mí y a tu hermana en un cuartito en su cumpleaños y la besé por primera vez pensé que eso era imposible, y luego cuando ella me besó a mí pocos segundos después pensé que eso era más imposible aún. Cuando dos días después vino a mi casa y la escuché decir que me amaba pensé que era imposible, y para qué mentir, cuando hicimos el amor por primera vez también pensé que eso era imposible. Nuestra relación era imposible, las dos con pareja, ella heterosexual y yo lesbiana, y míranos ahora, llevo tres meses con la persona que más amo en este mundo, y a pesar de que muchas veces pienso que esto es imposible me obligo a mí misma a sacar esa idea de mi mente, porque si he aprendido algo con Ainhoa es que nada es imposible. Mi relación con ella es un ejemplo claro de ello. Así que no digas que es imposible que puedas encontrar a alguien solo porque un gilipollas no haya sabido apreciarte, porque así como Sergio no ha sabido tratar a tu hermana y yo me he aprovechado de ello puedo asegurarte que miles de hombres harán lo mismo contigo.

Para cuando Ali acabó de hablar Natalia ya se había separado de mí y se había calmado bastante.

-Tienes razón, no pienso ponerme así de mal por alguien que no lo merece- dijo decidida ella.

-Pues claro que sí. Y en el remoto caso que me esté equivocando la verdad es que tú eres muy parecida a Ainhoa, y si lo nuestro no acaba de ir bien desde luego que no me importaría probar contigo, quién sabe.

Tanto ella como mi hermana y mi madre rieron ante la cara que puse a ese comentario. A pesar de que sabía que lo había dicho en broma no pude evitar reaccionar así.

-¿Serías capaz?- le pregunté incrédula.

-Pues claro que no mi vida, sabes que para mí no existe ninguna mujer más que tú.

Sonreí y la besé con ternura. Nosotras continuamos hablando durante un rato, y mi padre volvió al cabo de unos minutos. Nos dijo que había estado hablando con Santi, pero no especificó de qué, tampoco había que ser muy inteligente para adivinarlo.

Pasó el tiempo y como ya era bastante tarde Alicia se despidió y la llevé a casa. Cuando llegamos apagué el motor y nos quedamos en silencio unos segundos.

-Gracias por creer en mí antes- me dijo ella mirándome.

-Por favor Alicia, no me lo agradezcas, si creyera en la palabra de un desconocido antes que en la tuya podríamos cortar ahora mismo.

Ella me brindó una pequeña sonrisa y me cogió la mano.

-¿Cómo empezó todo? Es decir, ¿cómo te encontraste con él?- quise saber.

-Fue un día camino a mi casa después de la universidad. Iba bastante distraída y cansada ese día, apenas miraba por dónde iba y me choqué con Santi dado que él también estaba distraído besándose con una mujer. Como se me cayeron los libros que llevaba en la mano él se agachó para ayudarme a recogerlos, por eso es que recuerdo su cara.

-Bueno, al menos ahora todo tiene sentido.

-Me costó reconocerlo al principio, pero lo hice, ambos lo hicimos, de ahí el ambiente tan tenso. Como ya dije antes quería estar completamente segura de que fuera él, o asegurarme de que no había ningún malentendido, por eso le seguí al baño, para hablar con él. Antes de que me diera cuenta me llevó a tu cuarto y me acorraló contra la pared llevando su mano a mi cuello. Me amenazó diciéndome que si contaba que le había puesto los cuernos a tu hermana se aseguraría de que deseara no haber abierto el pico. El resto de la historia ya lo sabes.

-Juro que si me lo encuentro me lo cargo.

-No me cabe en la cabeza que seas tan tierna y dulce y luego puedas ser así de agresiva.

-Puedo decir lo mismo de ti- ella rió.

-Tendría que ir subiendo ya a casa, si no mañana no habrá quién me levante.

-Podría quedarme a dormir y levantarte así de esa manera que tanto te gusta- le propuse sabiendo de antemano que se negaría.

-Debes ir a casa, tu hermana se va a quedar a dormir ¿no?- yo asentí- Tienes que estar con ella.

-Ya- dije sonriendo al haber acertado sobre su negación- Mañana hablamos.

Se acercó y me besó con algo de intensidad.

-Te amo- me dijo mirándome.

-Y yo a ti- volví a besarla.

-Adiós, agradece la cena a tus padres de mi parte.

-Lo haré- le aseguré- Que duermas bien.

Salió del coche, me sonrió, se sumergió en la oscuridad de su edificio y volví a casa. Traté de hacer el menor ruido posible al abrir la puerta, mi hermana se había quedado dormida en el sofá, no se había quitado ni los zapatos. Silenciosamente me acerqué a ella, le quité las botas, le puse un cojín debajo de la cabeza y la tapé con una manta. Después de eso fui a mi cuarto, me cambié y me dormí en cuestión de segundos.

Poco a poco fueron pasando los días, cada día me levantaba por las mañanas y continuaba buscando sitios para poder dejar mis currículums. Unos días tenía suerte, otros no tanta, pero no desistí hasta que después de un mes mis esfuerzos se vieron recompensados con una entrevista de trabajo en una cafetería en la que al fin me dieron el puesto. Trabajaba cinco horas, de siete a doce de la mañana de lunes a viernes, y con tan solo imaginarme que después de eso tendría que estar mínimo seis horas estudiando me entraba un malestar en todo el cuerpo bastante importante, pero luego al recordar que lo hacía por Ali se me iba todo en dos segundos. Así entonces empecé a trabajar, debía admitir que no era en absoluto como pensaba, qué equivocada estaba al pensar que podría aguantar el ritmo de matarme por las mañanas trabajando y matarme por las tardes estudiando. No era fácil, la verdad que no, pero sabía que valía la pena. Lo único que faltaba era irme a vivir con Alicia, cosa que hice no mucho después.

Las dos estábamos en su cama después de haber hecho el amor, y con asombro ‘Y alivio, no mientas’ pude comprobar que últimamente sus ganas de sexo habían disminuido bastante, cosa que me venía de perlas ya que a pesar de que no había cosa que me gustara más que hacerle el amor estaba que no podía con mi alma. Ella se abrazó a mí mientras sus pulsaciones se iban calmando, yo besé su cabeza y con mi mano derecha empecé a acariciar su cintura.

-Mi amor, ven a vivir conmigo- volvió a proponerme como cada fin de semana pensando que como siempre me negaría.

-Está bien.

Se quedó en silencio unos segundos, levantó la cabeza y me miró sorprendida.

-¿Qué has dicho?- preguntó no dando crédito a lo que había oído.

-Quiero irme a vivir contigo- le repetí sonriendo.

-¿Estás hablando en serio?- volvió a preguntarme emocionada.

-Bueno, yo no me veo bromeando con esto.

Ella me abrazó con fuerza y metió su cabeza en mi cuello mientras soltaba un par de grititos agudos de felicidad. Yo no pude más que reír ante su reacción y abrazarla también.

-Te amo, te amo te amo- me dijo entre besos.

-Podríamos ir a cenar hoy para celebrarlo, y así de paso te cuento otra noticia que tengo- propuse mirándola.

-¿Debo preocuparme?

-No, no es una noticia ni buena ni mala, tan solo es una noticia.

Ella sonrió y volvió a besarme. Agradecí que la emoción del momento le impidiera preguntar el porqué de mi cambio de parecer, que le dijera que me había puesto a trabajar a la hora de cenar después de que hubiera estado toda la tarde imaginando cómo sería vivir conmigo sin duda alguna haría que le fuera imposible negarse a que viviera con ella aun teniendo que trabajar. Pequeños truquillos que al ir conociéndola adquiría poco a poco.

Así pues terminamos de pasar la tarde por ahí fuera y luego nos dirigimos a un pequeño restaurante baratero pero con comida muy sabrosa. Nos sentamos en una terracita que había al otro lado del local, había unas estufas que impedían que te congelaras en la silla. Cenamos muy tranquilamente y a gusto, y al final Ali no pudo contener su curiosidad.

-¿Cuál es esa noticia que tenías que darme?

Di un sorbo a la cerveza que había pedido antes de comenzar a hablar.

-Bueno, antes que nada quiero pedirte que no te enfades y que no me regañes.

-¿Por qué iba a hacerlo?

-Porque te conozco- respondí sonriendo.

-Espera, no me digas que has dejado de estudiar- sacó sus propias conclusiones.

-No, no es eso precisamente.

-¿Precisamente?

Decidí dejar de alargar la cosa y enfrentar su inminente enfado. Le cogí la mano y se la acaricié.

-He estado el último mes dejando currículums por todos lados, el otro día me llamaron y al fin he empezado a trabajar.

Arqueó sus cejas y me miró fijamente.

-¿Que has hecho qué?

-Llevo una semana en una cafetería no muy lejos de mi casa, pagan bien y estoy ahí de lunes a viernes de siete a doce de la mañana- le informé.

Me miró enfadada y retiró la mano. Estaba bastante mosqueada.

-¿Por qué lo has hecho?

-Porque deseaba vivir contigo, pero no siendo una mantenida.

-¡Dios, lo sabía!- exclamó- Me prometiste que no lo harías.

-Yo no te prometí nada. Mira Alicia, ya no soy una niña, puedo tomar mis propias decisiones.

-Pero no de una manera tan inconsciente, ¿tú sabes en lo que te has metido? Con diecisiete años hice lo mismo que tú porque quería demostrarles a mis padres que me las podía apañar sin ellos, y a los dos meses tuve que dejarlo porque no podía ni con mi vida.

-Sé perfectamente en lo que me estoy metiendo, y sí, es duro y difícil, pero puedo con ello. Llegar a casa por la noche reventada y verte ahí esperándome, tumbada en el sofá viendo la tele o incluso durmiendo hará que mi cansancio se convierta en alegría.

-Estás loca Ainhoa- dijo negando con la cabeza.

-Sí, estoy loca, estoy loca por ti Alicia, ¿es que no lo ves?- volví a coger su mano- Me da igual hacer esta locura por ti, aunque sea por poder dormir abrazada a ti todas las noches, me da igual, sé que vale la pena.

-Esto es demasiado, tú eres demasiado- me acarició la mano.

-Si es por ti nada es demasiado.

Se llevó mi mano a sus labios y me la besó cariñosamente. La verdad es que estaba sorprendida de cómo se había tomado la noticia, pensaba que sería mucho peor.

-¿Qué dicen tus padres?

-Ellos lo sabían desde el principio, no les pareció bien pero no les quedó otra que aceptarlo.

-Gracias por esto y por todo lo que has hecho y haces por mí.

-No agradezcas nada mi amor, no es ningún esfuerzo.

Tardé menos de una semana en mudarme completamente a su casa, ahora nuestra casa. Mis padres se entristecieron bastante al ver que ‘su polluelo había abandonado el nido’ tal y como había dicho mi padre, pero sabía que se alegraban muchísimo por mí y Alicia. Había encontrado al amor de mi vida, y eso no podía negarlo nadie.

La convivencia con ella en ocasiones no era fácil, nuestros carácteres y personalidades chocaban mucho y teníamos nuestras peleas como toda pareja, pero muy en el fondo me gustaba aquello porque nuestras reconciliaciones tenían lugar en la cama y eran simplemente magníficas. Fuera eso, vivir juntas fue el mejor paso que pudimos dar en nuestra relación.

Me levantaba a las seis de la mañana, me quedaba diez minutos mirando cómo dormía Alicia y me daba una buena ducha, luego desayunaba, le dejaba una notita en la mesita de noche y después de besarle la frente me iba a trabajar. Volvía a las doce y media, hacía la comida, estudiaba y hacía deberes y cuando llegaba Ali a las dos comíamos juntas, aprovechábamos para estar juntas un ratito y me iba a clases. Solía llegar a las nueve, y cuando lo hacía ya tenía un plato de comida bien calentito esperándome en la mesa, cenaba, me relajaba junto a Ali y nos íbamos a dormir. Los sábados por la mañana hacíamos limpieza general de la casa, luego por la tarde siempre nos quedaba un rato para estar con Javi y Marta y los domingos íbamos a comer a casa de mis padres. Mi rutina a pesar de ser algo cuadriculada nunca me acababa de cansar del todo, pues Alicia marcaba la diferencia de un día a otro con sus detallitos y sorpresas que siempre cambiaban mi humor y hacía que recordara el por qué la amaba y la razón por la que había decidido complicarme tanto la vida con el trabajo.

En cinco meses conseguimos cambiar por completo el aspecto de nuestro piso. Compramos muebles, sofás nuevos, una televisión en condiciones, decoración de todo tipo, remodelamos la cocina y el baño, y lo más importante, convertimos un pequeño dormitorio que teníamos en la habitación de nuestro hijo, porque Ali ya estaba de ocho meses y en breves podríamos tenerlo en nuestros brazos de una vez. No habíamos querido saber si sería niño o niña, saberlo en el momento del parto haría que fuera un momento más emocionante aun. En todo ese tiempo yo la había acompañado a un par de clases preparto, algo que hizo que nuestra relación fuera más fuerte aún.

El verano se acercaba y Ali había acabado el primer año de carrera con bastante buena nota, pero para mí la cosa no estaba tan fácil. Había una asignatura que era obligatoria aprobar para pasar de curso y yo justamente la había suspendido. Era la más complicada de largo y por más que me había esforzado no había conseguido sacar ni un puñetero cinco. La recuperación de esa asignatura la pusieron una semana después de haber acabado el curso, lo cual me extrañó bastante, pero me puse a estudiar como una loca durante toda la semana. La noche anterior al examen Alicia y yo tuvimos la mayor discusión de toda nuestra relación, y es que ella tenía los nervios tan a flor de piel y yo estaba tan amargada por haberme pasado los últimos seis días estudiando sin salir de casa que por una estupidez montamos un auténtico espectáculo.

-¿Por qué todo te lo tomas siempre a risa? ¿Alguna vez te pondrás seria? ¡Estoy harta de soportar tus tonterías de niña inmadura!- me gritó ella.

-¿Que estás harta de soportarme? ¿Que estás harta de soportarme? ¡Yo sí que estoy harta de soportarte a ti y a tus putos berrinches, a tus putas lloreras y a tu jodida bipolaridad! ‘Ainhoa que me duele esto, Ainhoa que estoy mareada, Ainhoa que tengo antojo de helado’- imité su voz de forma burlesca- ¡Me tienes hasta los cojones!

-¡Pero si eres tú la que está todo el día encima de mí! Nada más te hace falta bajarme las bragas y limpiarme cuando voy a mear, que me tienes amargada y controlada las veinticuatro horas del día macho, no puedo ni mover un solo músculo sin que tú lo sepas. ¡Eres una jodida controladora!

-¿Controladora? Lo único que hago es preocuparme por ti, desde que empezamos a salir es lo único que he hecho, vivir para ti, me puse a trabajar por ti y ahora por eso estoy a punto de echar a perder un año de estudio, ¿y te atreves a llamarme controladora? ¡Te he estado comiendo el culo los nueve meses que llevamos de relación!

-Yo en ningún momento te dije que te pusieras a trabajar, es más, te lo prohibí y como sigues siendo una niñata inconsciente pasaste de mí, no me eches la culpa de eso. ¿Que me comías el culo? ¡Por favor! ¿Entonces qué cojones he hecho yo todo este tiempo?

-Pues comerme el culo no sé, pero el coño un buen rato, y bien que te gustaba ¿verdad?

Entonces lo que pensé que nunca ocurriría, o que ocurriría en un momento muy extremo pasó. Alicia me dio una bofetada que me giró la cara, me dejó calladita y por poco incluso me saca una muela. Pero me la tenía bien merecida. Tanto ella como yo nos quedamos sorprendidas al notar a qué punto había llegado nuestra discusión, y esa bofetada sirvió para empezar a arrepentirnos de todo lo dicho. Pero a pesar de todo nuestro orgullo impidió que nos pidiéramos perdón. Me llevé la mano a la mejilla, bajé la mirada y empecé a recoger mis apuntes y mi libro y los metí en la maleta. Cuando lo hice me la colgué de la espalda y cogí mis llaves.

-¿Adónde vas?- me preguntó mirándome y con un tono de voz completamente distinto.

-A casa de mis padres, allí me concentraré mejor que aquí- respondí abriendo la puerta y también cambiando mi tono de voz- Adiós.

No esperé ni siquiera a que respondiera, cerré la puerta de un portazo y bajé a la calle, me metí en el coche y conduje a la que fue mi casa unos meses antes. Por el camino tuve tiempo más que de sobra para arrepentirme totalmente de cada una de mis palabras, y en especial de aquella última frase. Sabía que esas palabras le habían dolido más que todos los insultos que le había dicho juntos, la había puesto de puta hacia arriba. Joder, ¿cómo habíamos podido pasar a una discusión de tal magnitud habiendo empezado por un: ‘¿Qué quieres comer mañana?’? Dios mío, no lograba entenderlo.

A los quince minutos llegué, mis padres se quedaron sorprendidos.

-Ainhoa, ¿qué haces aquí a estas horas?- preguntó mi padre mirando la hora, como mucho serían las once de la noche.

-He discutido con Alicia- murmuré un poco ida.

Mis padres se miraron entre ellos algo preocupados por la forma en que lo había dicho.

-No es la primera discusión que tenéis, todo bien ¿no?- quiso saber mi madre.

-N-no lo sé.

Nos quedamos unos segundos en silencio.

-¿Qué te ha pasado en la mejilla?- preguntó mi padre levantándose y acercándose a mí.

Recordé la bofetada que me dio y lo miré a los ojos.

-Me ha pegado- musité apenas sin voz.

Esta vez pude notar realmente lo que significaba que ella me hubiera pegado. Los rostros de mis padres se ensombrecieron al notar que la cosa no era ninguna tontería.

-¿Tan grave ha sido?- preguntó mi madre preocupada y acercándose a mí también.

-Eso creo- asentí.

-¿Quieres hablar de ello?- negué con la cabeza.

-He venido a estudiar para el examen de mañana.

Dicho esto fui a mi cuarto y cerré la puerta, aún estaba en shock. Me tumbé en la cama, saqué mis apuntes y traté de estudiar, me fue realmente difícil concentrarme pero poco a poco fui consiguiendo dejar de lado la desagradable conversación que habíamos tenido Alicia y yo. Pasaron tres horas cuando mi móvil empezó a sonar, al mirar la pantalla vi que era ella. Le colgué la llamada, en ese momento lo último que me apetecía era hablar con ella, estaba muerta de sueño y aun me quedaban cuatro temas más que repasar. A pesar de todo ella siguió insistiendo unas tres veces más obligándome a poner el móvil en silencio, ¿acaso no se cansaría nunca? Dejé el móvil a mi lado en la cama y continué estudiando, a los pocos minutos no pude evitar quedarme dormida.

Una vibración en mi brazo me despertó, me llevó unos segundos orientarme y darme cuenta que me había dormido. Pude ver en la pantalla del móvil que eran las cuatro de la madrugada, tenía una nueva llamada perdida de Alicia y otras dos de Marta. Ante eso me quedé extrañada, ¿qué querría a esas horas? A los pocos segundos volvió a llamar, yo respondí.

-¿Qué pasa Marta?- le pregunté adormecida.

-¡Ainhoa! ¿Se puede saber dónde estás? ¿Por qué no me cogías el móvil?- me preguntó alterada.

-Estoy en casa de mis padres, me he quedado dormida.

-¿Y por qué diablos no le has cogido el móvil a Alicia?

-Hemos discutido, estoy en casa de mis padres por ello, y no tenía muchas ganas de hablar con ella. ¿Qué pasa?

-¿Que qué pasa? ¡Alicia se ha puesto de parto!

-¿Cómo?- exclamé sorprendida y abriendo los ojos- ¿Cuándo? Pero si aún le faltaba un mes. Ahora mismo voy, ¿en qué hospital…

-Ainhoa, eso no es lo único- me interrumpió con un tono de voz que me asustó.

-¿Qué ocurre Marta?

Se tomó unos segundos antes de responder, y cuando lo hizo preferí que no lo hubiera hecho.

-Hay complicaciones con el parto, Alicia tiene problemas.

-¿Qué?- murmuré sintiendo que me faltaba la respiración.


¡Hola a todos? ¿Qué tal estáis? Ya lo sé, ya lo sé, he tardado un mes exacto en publicar, pero no soy yo la que no merece perdón sino mis exámenes :( Y mis profesores también, que son ellos los que me los ponen. Aparte de eso he tardado tanto porque quería escribir primero los últimos capítulos antes de publicar este, así que en verdad la historia ya está escrita y finalizada, pero por supuesto estaré muy pendiente de perfeccionarla, probablemente borraré alguna que otra parte y la volveré a escribir, y también estoy abierta a cualquier sugerencia vuestra, si no se sale mucho de lo que tengo pensado para el final y encaja no tendré ningún problema en poner vuestras ideas. Por eso me gustaría mucho que me transmitiérais vuestras opiniones, que ya a falta de dos o tres capítulos para el final, aun no sé si dividir un capítulo por la mitad de lo largo que es, hace bastante falta vuestro punto de pista. Muchísimas gracias por tomaron las molestias de leer, comentar y valorar, ¡es muy gratificante! Como siempre, me gustaría agradecer especialmente a:

Silvia: ¿Cómo que gracias por la continuación? ¡Gracias a ti por leer y comentar! Yo con gusto escribo para vosotros, no es nada que se deba agradecer :) Bueno, Ainhoa es un nombre muy común en el País Vasco, así que probablemente solo será común en España jajaja. Pero me alegra que os gustara tanto el nombre, vaya, como que podría ser el nombre de vuestra hija. Espero que te haya gustado la continuación. ¡Saludos!

Patriciasnow: Interesante cambio del nombre del nick, muy acorde con la época del año que viene ahora, ya me habías desconcertado jajaja. Pues sí, menudo corte para las dos ¿no? Jajaja, pobrecillas, hasta casi me sentí mal y todo (JAJA, qué chiste...) Si es que la táctica del billar es muy útil, ¿verdad que sí? Aplicable a la vida y todo. ¡Toma tus problemillas, tu morbillo, tu vidilla, tus líos! Ya te he dado lo que querías, que la liara parda, ahí lo tienes con mucho amor hacia ti de mi parte :) Esperemos que sea suficiente, aunque si esto aun no ha logrado saciar tu lado perverso seguro que el siguiente lo conseguirá, seguro, y si no... si no ya me doy por vencida porque la historia acabará jajaja. ¿Y tu relato qué? :( Me das falsas esperanzas, yo que pensaba que en una semanita o dos ya tendría de vuelta tu relato y va y resulta que nah de nah, luego te quejarás de mí ¬¬. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde Mallorca!

Puropogo: Oye, que yo no te menciono por que seas hombre, ni mucho menos, no tengo absolutamente nada en contra de vosotros, pero no pretenderás que comente a cada usuario que me ha comentado desde el principio ¿no? Si los usuarios se toman la molestia de comentar, yo muy agradecida les respondo, si tan solo leen, que tampoco pasa nada, pues no puedo seguir comentándoles yo, ¡así no acabaría nunca! ¿O acaso no ves que con los comentarios de la señorita Adi ya tengo suficiente marcha? Jajajaja. ¿Te pareces a Javi dices? Entonces debes ser muy buena persona, sep, y con un lado mafioso también, viendo como ahuyentó a aquel hombre jajaja. Espero que te haya gustado, como ves ahora sí te menciono Puropoguito, no te me enfades :) ¡Besos desde España!

Lucerla: Ya no sé si no me salen las palabras porque tengo mucho sueño ahora mismo o porque de nuevo me dejas sin habla, pero em da que esta vez es más la primera opción jajaja. Depende de lo que mi piel sienta al leerte, me ha gustado bastante lo admito, ya vas ganando de nuevo y tan solo es el principio, ¿qué más me quedará por descubrir hoy en tu comentario? Bueno, si consiguió hacerte reír tanto el inicio del otro relato como para leerlo dos veces será que quizás esto del humor no se me da tan mal. ''No como a una escritora díscola que le da por perder las palabras por el camino...'' Ajam ajam, ¿alguna indirecta o algo que objetar, señorita Lucerla? Me tiras pequeñas puitas, interesante, pero si te consuela te diré que ya he conseguido recuperar mis palabras, solo únicamente se me escapan un poco al leerte pero luego vuelven corriendo a su cajoncito calentito. Puedo asegurarte que tus palabras me son muy muy agradables, gracias por ello.

Eh eh, quieta pará, no he dicho que seas anormal, solo he repetido lo que tú has dicho de ti misma, ¿pues no recuerdas que fuiste tú la que volviste a afirmar que sí que eras anormal? Y en caso de que lo fueras, ¿y qué? Vive tranquila sin que te preocupe lo que piensen o digan de ti, aunque por lo poco que te conozco creo que ya lo haces. Pues sí, me desconcertaste, que me pregunten que cómo es la nariz de una de las protagonistas de mi historia lésbica no es algo que me suelan preguntar muy a menudo. ¿Tienes una teoría sobre Ainhoa? Compártela conmigo si quieres y eres tan amable, por favor, todo lo que mis lectores piensen y tenga que ver con mi historia me interesa mucho.

Hay veces que por mucho que intentes esforzarte en conseguir lo contrario consigues que te hieran, ¿no crees? No, si yo no me reprimo en absoluto puedo asegurártelo, pero es evidente que tendré que cuidar mis palabras para no ofender a nadie.

Ja, venga, que con Adi ya tengo suficiente como para que tú también me vengas con el jueguecito de que en algo tendré que recrearme para escribir  esas escenas única y absolutamente CREATIVAS. Joder, si ella se inspira con mis parrafadas ¿entonces qué hago yo con las suyas? En ocasiones tengo pesadillas, te lo juro jajajaja.

¡Oh, venga ya! ¿Señora? ¿Te parezco una señora? No no, te parezco TODA una señora, ala, una de las cosas que más suele hundir a la mujer, que la llamen señora jajajaja. ¿Tan mayor te parezco? xD. Vuelvo a disculparme por mi falta de atención, realmente eso no tenía que aparecer xD. Claro que culpo a Adi de que desconfíes de mí, ella siempre es la culpable de todo, hasta de que mi gata se asustara por vete tú a saber qué y me arañara la pierna en medio salto ninja (sísísí, yo aun sigo preguntándome qué leches le ocurrió y cómo consiguió hacerlo) Pues hasta de eso es culpable, es lo que tienen las divinidades, están en todo. Pues sí, me complace y entristece decir que seguro que lo máximo que me quedan son tres capítulos más, dos si el próximo lo dejo así de largo tal y como está ahora. Uyuyuy, no he acabao esta y ya me estás preguntando que si tengo más historias jajaja. Pues la verdad es que no lo sé, hace un tiempo dije que quizás sí que publicaría otra pero ahora viendo ciertos problemas personales que tengo, causa también de la tardanza de mis publicaciones, no sé si me veo capaz de arrancar con una historia nueva. Como bien sabrás por ser escritora escribir es algo que también fatiga y cansa bastante, y de momento no tengo la cabeza para ponerme a pensar en la vida de más personas, que encima son ficticias, cuando ni siquiera mi propia vida está en orden xD. No querría dejar de escribir pues es algo que me gusta y me llena demasiado, quizás si quisiérais esperar por más historias mías tendríais que esperar algún tiempo, no lo tengo claro, probablemente en el último capítulo de esta historia lo dejaré claro. Sé que tú acabas de llegar, pero como bien has dicho yo ya llevo bastante tiempo, vaya, que en cuatro meses hará dos años que me uní a TodoRelatos. No es mi intención dejarte sin mis escritos, de verdad, pero de momento me veo incapaz.

Jajaja bueno, habiendo leído este capítulo ¿realmente no adivinas qué es lo que mi mente quiere hacer? Vamos, si ya lo he dicho en verdad. Me temo que eso de no hacer sufrir a tu blandito corazón no depende más que de ti, pues no hace daño quien quiere, sino quien permitas que pueda ¿no? Mira, contigo yo también aprendo, maestra. Sí sí, Santi desaparece de escena pero de un tortazo de Ainhoa, vaya carácter jajajaja. ¡Ala ala ala! ¿Natalia y Ali? ¡Qué cosas se te ocurren! Jajajaja. Pero mira, no habría sido una idea del todo mala eh, en el fondo me gusta bastante, pero tranquila que como has podido comprobar no es eso.

Bueno bueno, si no te gustan mis párrafos para acabar los comentarios es tan fácil como decirlo y yo lo suprimo. ¿Que qué espero que te haya gustado? Pues todo mujer, todo, así que me alegra saber que no te gusta todo, sino que te encanta, mis mejillas ahora están coloradas :$  Jajaja, ¿solo puedo maravillarme yo? Eso será porque tú eres experta en dejarme enteramente maravillada, sí señor.

¿2x1? ¿Oferta? Entonces lo cojo sin pensarlo, me da igual lo que sea jajaja. Hey, ¿dónde ves tanta superación? De verdad que yo no la veo, veo cada capítulo igual.  Bien, tú no sabes lo mucho que me gusta sorprender a la gente.

Ya sabía yo que las palabras en casa de Marta iban a gustarte, mi lado ''cursilón'' hizo presencia. ¿Realmente pensaste que Ali lloraba por otra cosa? Voy a tener que plantearme seriamente eso de lo mala que soy, parece ser que no exagerabais tanto jajaja. Coincido contigo, yo también pienso que el cerebro humano a medida que vamos creciendo va perdiendo sus cualidades. Pues claro, intento buscar la variedad en mis relatos, y en este tocó el western jajaja. ¿Dices que no se puede abusar de un cuello ultra sensible? Sí ya, eso cuéntaselo a Santi, que no se reprimió jajaja. El culo de Ainhoa es el centro del universo,  y punto, ni teocentrismo, ni antropocentismo, ni heliocentrismo ni nada de nada, todo se basa en el culo de Ainhoa jajaja.

Jajajajajaja mira, realmente no quiero comentar mucho de lo último que pusiste en tu comentario porque simplemente me pareció sublime jajajajaja. Realmente me hizo gracia, y de hecho me lo sigue haciendo, sobre todo eso de la 'Photo finish', ¡tú sí que estás creativa e inspirada! Puedo asegurarte que me mataste con eso último, vaya por Dios, qué risitas me he hechado.  ¿Yo, distraer al contrario? Nunca nunca, sí soy un trozo de pan :) Espero que te haya gustado todo en general y que sigas ''enteramente sublimada''. ¡Besos desde Mallorca!

Aurora la Diosa: O.O ¿De verdad que hay un límite de extensión para los comentarios? Madre mía, cuando he visto dos comentarios tuyos se me ha ido la sangre de la cara jajajaja. Intentaré resumir bastante el comentario porque si no de verdad que vamos a superar a la Biblia, me disculpo por ello pero no encuentro otra solución, lo nuestro ya es muy grave xD.

Ya, que yo también acabo con dolor de dedos eh, no te quejes que yo también sufro jajaja. Que no mujer, no me molestan tus comentarios, da pereza en un principio eso sí que lo admito pero una vez me pongo me entretengo bastante.

El embarazo de Ali hace muchas cosas por ahí, que no te sorprenda jajaja. Jajaja sí claro, el bebé le da una patada en la nariz a Ainhoa y la madre sigue tan pancha, sin retorcerse de dolor ni nada ¿no? Qué bruta puedes llegar a ser a veces Adi jajaja. Me alegra que te gustara la parte en la casa de Marta, tenía ganas de desplegar mis armas de cursilería jajaja. Sí, potera son ganas de vomitar, perdón por utilizar palabras que no todo el mundo entiende, cuando a una se le hacen tan comunes no piensa en eso. Jajajaja, quiero pedir que hagan oficial la palabra ''histéricusfuriosusasesinus'' me ha encantado. O.Ox2. ¿He leído bien? ¿Tú compadeciéndote de Ainhoa? No solo son saltos de saltimbanqui, es que vamos, ya puedo morir en paz y sin ningún remordimiento, y tú sabes muy bien que con todas las amenazas que he recibido eso es una de las cosas más imposibles del mundo jajaja.

Que no pesada, que no saco esas escenas de ningún lado más que de la música que escucho. Cada escena importante en esta historia tiene una pieza musical detrás en la cual ha sido basada, o incluso varias. Si te apetece, te voy a dejar un link donde hay una hora de música de piano, un album de un pianista que me gusta mucho, el cual he escuchado bastante a la hora de escribir este capítulo y ciertas partes de los próximos ( http://www.youtube.com/watch?v=OWKgHFFKA-c ) Si le echas un vistazo y te tomas la molestia de escuchar algunas piezas tendrás el maravilloso honor de conocer en primera persona parte de mi primordial fuente de inspiración.

¿Pues sabés qué? En verdad no es una despedida de las escenas sexuales entre estas dos, solo un ''hasta luego'' jajajaja. Con esto quiero decir que la situación me ha parecido lo suficientemente importante como para añadir otra escenita más en un futuro. Mira, si parece ser que eres adivina y todo, ya te adelantas a mis pasos. Como bien pensabas, Santi y Ali tenían un motivo para estar así de raritos, esa escena no es muy importante la verdda, me ha servido más que nada para hacer una transición de un momento de la historia a otro. Juegas conmigo Adi, sabes que no podría por primera vez por máss que me lo propusiera volver a tener el placer de complacerte con otro accidente para Ainhoa, pero aun tengo un as bajo la manga, y creo que aun puedo sorprenderte.

Me parece inteligente que leas mis relatos de noche, así no provocas ningún daño a nadie xd, y en serio que a mñi no me gusta tampoco hacérselo a nadie, me da mucha cosilla. No gracias, creo que paso de intentar cortarme con el borde de la pasta de dientes, necesito mis dedos bien sanitos para poder contestar tus super comentarios a los cuales amo :) Que conste una cosa bien clarita para que  no me lo eches en cara, yo te dije que Ali no sufriría ningún daño con el embarazo, así que no tendrás ningún derecho a reclamarme eso último del capítulo. En el embarazo yo no le he hecho nada, pero no hablamos del parto, eso es otra cosa distinta y por desgracia no estaba a salvo de mi mezquina mente. Tu querida autora malignilla ya ha obrado :)

De verdad que no me gusta el ruido de la máquina, pero como ya te dije es muy distinto sostenerla que ver como se acerca a ti jajaja. ¿Sabes qué? Si te sientes más segura así entonces dejaré que lleves algún instrumento NO filoso NI puntiagudo para ''defenderte'' de mí, ¿qué te parece?. Lo siento, no puedo complacerte ni en la primera ni en la segunda opción, dejar de ser mala no entra en mis planes jajaja. Más que nada la segunda opción no está clara porque no sé si escribiré otra historia por ciertos problemas personales que ya le he comentado a Lucerla.

Créeme, creo que la bolita anti estrés tampoco serviría, seguro que la acabarías rompiendo también jajaja. Ni sacos de boxeo humanos ni nada, ¿quién mejor que yo para desfogar tu rabia? Pues claro, nadie :) Pueeees va a ser que no, que no sabía que te referías a mí como tu sucesora jajaja. ¿Estás segura que no sería capaz de tratarme mal a mí misma?... Ahí lo dejo jajaja (no, no soy tan mala jajaja) Peeero sí que había aceptado con mi suposición, una de las candidatas que estaba pensando como tu sucesora era Hel, o soy muy buena en esto o he tenido mucha suerte jajaja.

Pues claro que amo tus comentario quilométricos, ¿para qué otra cosa podría vivir sino? Gracias Adi de nuevo por darle sentido a mi existencia, de verdad que te lo agradezco de corazón (

Creo que tu bondad conmigo acabará en breves así que puedo imaginarme que quizás vendrás a buscarme como una auténtica loba jajajaja. ¡No puede ser! ¿Será que me están engañando mis ojos? ¡Acabo de recibir tu Capisci mafioso de nuevo! Ahora ya sí que sí puedo morir en paz, imagínate cuánta satisfacción siento que dejaré mi cuello al fin al alcance de tus manos. Sí, has leído bien, al alcance de tus anos, pero primero la foto de la portada de nuestro libro que seguro que una vez te enganchas a mi cuello ya no lo vuelves a soltar.

Bueno bueno, creo que eso de resumir como que no se me da muy bien, quizás tú lo domines mejor que yo jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España! (ACABÉ, ACABÉ AL FIN, GRACIAS AL CIELO Y AL MUNDO)

PD: Cuarenta y cinco minutos... cuarenta y cinco minutos de mi vida invertidos tan solo en ti, o soy muy lenta o de verdad esto conlleva mucho trabajo.

Patysalaz: Un poquito cruel sí que fue la broma ¿no? Quizás me pasé un poquito, peeeero bueno, a lo hecho pecho jajaja. Ya ves, no hay nada como que tus padres te encuentres desnuda junto a u novia después de tantos trabajitos encantadores jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Gaspar: Me siento importante, no es la primera vez que alguien me dice que se ha creado una cuenta solo para comentarme, realmente eso significa mucho para mí. La espera desespera, me ha gustado me ha gustado jajaja. Lo siento de verdad, pero es que estoy con los exámenes que no puedo más, hago lo que puedo. Me alegra muchísimo que te guste, exactamente ¿qué es ese algo que no has encontrado en los demás? Me pica la curiosidad la verdad, exceptuando la trama de la historia, que es lógico que en cada relato será distinto, no la veo tan diferente a las demás. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Gaga descoteca: No agradezcas nada, soy yo la que os agradece a vosotros las molestias que os tomáis en leerme, valorarme y comentarme. Espero que te siga gustando tanto. ¡Un beso!

Labrys28: Jajaja claro, ahora la señorita tiene internet en casa y ya apenas sale de su cama tan mullida y cómoda ¿no? Hay que evitar el sedentarismo, que luego se nos pone el culo gordo de no hacer nada y nos quejamos jajaja. Sí que estás como conejos, por supuesto que aprovechan muy bien los momentos que tienen juntas, solo que esta vez no lo han claculado tan bien y como que el plan al final les ha salido algo mal... Ser padres para ver estas cosas jajaja. ¿Quieres un buen final? ¿Cómo te lo imaginas? Dame tu opinión :3 Jajajajajaja sí que me imagino tu cara sí, tendrías que haber cómo me reí al leer tu comentario. ¿Vil mentirosa? ¿Por qué? Si supuestamente tuviera catorce en lo único que habría mentido sería en la edad, mentirosa vale pero ¿vil? Mmmm, quizás, puede ser jajaja. Pero como tengo ocho años más, pues de mentirosa nah, y de vil tampoco xd.  Pues sí, pequeñiita de todo :( ¿Con 1.71 de altura y te quejas? Mujer, el zape te lo voy a meter yo a ti, ¡no te quejes! Sé humilde con los que la genética ha sido mala. ¿Pretendes ser inmortal? Ya me dirás si lo has conseguido... claro, si es que yo llego a verlo. Transmitiendo desde mi cómodo sofá, con mi gata que me acompañará en mi futuro de solterona con veintinueve gatos más y que me da mucho calorcito en mi regazo, esperando acabar los comentarios para irme a mimir. ¡Besos desde España!

Daga545: Tú y todos nos moriríamos si nos llegara a ocurrir lo de Ali y Ainhoa jajajaja, pobrecillas. ¡Hola Daga! No te preocupes, mejor tarde que nunca ¿no? Espero que te haya gustado, ¡saludos!

Vane: Tenía que ser algo cruel, y la idea de hacer que los padres de Ainhoa regresaron pronto me pareció demasiado buena jajaja. Pensé en poner que las pillaran en pleno acto, pero luego pensé que para continuar la historia me iría mejor de la otra anera así que no quise complicarlo tanto jajaja. Bien, me gusta que no puedas dejar de reír, esperemos que siga siendo así. ¡Un beso!