Ayúdame a recordar 36

-Mmm Ainhoa- gimió mordiéndose el labio. Al escucharla decir eso me paré por completo, sentí cierto calor en mi sexo. Descubrirla masturbándose me había calentado un poco, pero descubrirla masturbándose pensando en mí me había excitado muchísimo.

  • Buenas noches mi vida- fue lo último que escuché antes de quedarme dormida.

-¡AINHOA!

Me desperté de inmediato, salté de la cama, cogí la lamparita que estaba en la mesita de noche y corrí hacia la voz de Alicia, arrancando así de cuajo el enchufe.

-¿Qué ocurre?- me planté en el baño agitada, preparada para enfrentarme a cualquier agresor.

‘Claro, desnuda vas a poder enfrentarte perfectamente a cualquier agresor. Di que sí mujer, con dos ovarios’ ¿Te callas un poquito? Gracias.

-¿Se puede saber qué es esto? ¿Qué has hecho con mi cuello?- me preguntó horrorizada sin apartar la vista del espejo donde se veían reflejados su cuello y todos los chupetones que le había hecho los dos días anteriores.

Suspiré aliviada y me calmé.

-Joder Alicia, me has asustado- reproché- Pues son chupetones, ¿qué van a ser?

En ese momento ella se giró y me miró, se me quedó observando un rato.

-¿Qué cojones haces con una lámpara en la mano?

Me miré la mano y volví a posar mi mirada en sus ojos.

-Ha sido instinto, pensaba que había entrado alguien a la habitación- me defendí encogiéndome de hombros.

-¿Con una lámpara Ainhoa, con una lámpara pretendías atacar a alguien?- me preguntó mirándome con los ojos entrecerrados.

-De nada eh, perdón por intentar defenderte- murmuré volviendo al cuarto.

-¿Defenderme de quién? Si la que me ha atacado has sido tú. ¿Te has parado a mirar cómo me has dejado el cuello? Qué querías sacarme ¿sangre, petróleo?- se quejó siguiéndome.

Dejé la lamparita en la mesa y me senté en la cama mirándola.

-Anda no exageres, déjame ver- le dije haciendo un gesto con la mano para que se acercara.

Ella me obedeció, se sentó a mi lado y estiró su cuello dejándome ver todas las marcas que había en su piel. Había que ser sincera, no estaba exagerando en absoluto, me había pasado. Incluso tenía un morado con la forma de mis dientes.

-¿Te duele?- le pregunté con voz suave pasando el dedo encima de esa zona, ella pegó un pequeño brinco.

-Solo ahí- contestó calmada al notar que me había dado cuenta de que me había pasado.

-Lo siento, no pensé que me había sobrepasado tanto.

Ella giró el cuello y al ver mi mirada de culpa me sonrió.

-¿Qué, no encontrabas otro lugar donde descargar tanta pasión?- bromeó.

-Así es, es que me encanta besarte el cuello- contesté riendo un poco, pero luego volví a entristecerme.

-Mi amor no te sientas tan culpable.

-Es que…parece que te he pegado- murmuré con el cejo fruncido.

Al mirarla no podía evitar sentirme mal, verla así no me gustaba ni un poquito.

-Ambas sabemos que eso no es verdad.

-Pero lo parece- repetí apartando la mirada.

-Ainhoa, sé que serías incapaz de ponerme una mano encima y mucho menos sabiendo que estoy embarazada, así que deja de pensar en eso, ¿vale?- me dijo cogiéndome la mano, yo le sonreí- Piensa más bien qué vamos a hacer con la lámpara.

-¿Qué pasa con ella?- pregunté girándome para mirarla, entonces me di cuenta de que la había roto- Mierda- murmuré llevándome una mano a la frente.

-Bueno, eso me deja claro que si se trata de mi seguridad te da igual los daños colaterales que puedas causar para ayudarme.

-Pues claro que sí- le dije rápidamente y mirándola.

-¿Incluso si eso significara matar a una persona?

Me quedé unos segundos en silencio.

-Incluso si eso significara matar a una, dos, tres y cien personas- aseguré con firmeza y apretándole la mano.

Ella me sonrió con dulzura.

-Tendremos que avisar en recepción- dijo refiriéndose a la lámpara.

-Qué remedio- suspiré- A todo esto, ni siquiera me has dado los buenos días.

Ella me miró, me tumbó en la cama y se puso encima de mí. Empezó a besarme ambos lados de mi cuello, subió por mi mandíbula derecha a mi mejilla y de ahí a mis labios, besándome con pasión y delicadeza a la vez. Mis manos recorrieron con tranquilidad su espalda y sus nalgas.

-Buenos días mi amor.

Sonreí, abrí los ojos y la miré intensamente mientras acariciaba su cabeza.

-Buenos días mi vida, eso sí es un saludo como Dios manda.

-Podría hacerlo todos los días durante el resto de mi vida.

-Tendría la vida más perfecta que jamás haya podido tener nadie.

-Si te mudas conmigo- añadió mirándome divertida.

-Entonces de momento no me queda más que vivir la vida igual que todos los demás.

-Lo conseguiré, cueste lo que cueste lo conseguiré- me aseguró con los ojos entrecerrados.

Reí y la besé.

-¿Sabes que tengo unas agujetas bastante importantes en mi brazo y en ciertas partes de mi cuerpo?- comenté mirándola con picardía.

-¿Y eso?- me preguntó inocentemente.

-¿Y eso?- repetí incrédula- Cinco orgasmos Alicia, hice que tuvieras cinco orgasmos para que la señorita no quedara insatisfecha y usé varias partes de mi cuerpo para conseguirlo, ¿aún me preguntas que a qué se deben mis agujetas?

Ella se sonrojó un poco.

-¿Qué quieres que le haga? Siento como si tuviera un gran incendio dentro de mí que cada vez que se apaga al cabo de un par de horas vuelve a resurgir- no pude evitar reír ante su explicación.

-Estos meses voy a estar más en forma que en toda mi vida- dije, ella sonrió mientras la besaba.

-Tendríamos que ir recogiendo nuestras cosas- comentó quitándose de encima de mí.

-Es una pena, podría acostumbrarme a esto- me compadecí estirándome- Al menos podremos desayunar antes de irnos, ¿no?

Ella rió y me miró.

-Realmente eso es lo único que te importa, ¿verdad?

-Un poco- admití sonriendo, ella negó con la cabeza.

-El desayuno aún nos entra, así que date prisa antes de que alguien quiera entrar a limpiar el cuarto y tengamos otro desagradable accidente.

-Sí, será mejor, que luego tengo que aguantarte con la mala leche que tienes…- susurré levantándome y empezando a recoger mis cosas junto a Ali.

-¿Qué has dicho?

-Nada, que te amo muchísimo y que eres la mujer más afortunada del mundo por tenerme a tu lado- dije mientras le besaba la mejilla.

-Modestia aparte, ¿verdad?

-Por supuesto que sí.

Nos vestimos, terminamos de recoger nuestras cosas y bajamos a desayunar. Después de eso fuimos a informar del desperfecto de nuestra habitación, a pesar de la mala cara que nos puso aquel hombre nos dejó marchar sin pagar la lámpara así que cogimos nuestras maletas y Ali me llevó a casa acabando con aquel mágico fin de semana. Aparcó justo en frente del portal de mi casa y bajó conmigo del coche para despedirse.

-Me han encantado estos dos días contigo, desde luego que nos hacían falta- dije eso último con una gran sonrisa que se vio respondida por otra de parte de Alicia.

-Estoy completamente de acuerdo- rió- Espero no tener que volver a pasar por esta sequía porque me veo subida a las paredes.

-Siempre puedes complacerte tú sola, ya sabes que a mí no me importa.

-Ya sé que te da igual pero a mi amiguito de ahí abajo no- volvimos a reír- Puedo asegurarte que después de todo lo que me has hecho estos dos días cualquier cosa que pruebe me va a saber a poco.

-Pues supongo que entonces no te quedará otra que esperar a que nos veamos- dije mientras la abrazaba por la cintura.

-Ya lo estoy deseando con ansias.

-¿Ya? ¿Tan pronto?- pregunté asombrada, ella asintió un poco avergonzada- Joder Ali, si es que no aguantas nada mujer.

-¿Cómo que no aguanto? Estoy segura que aguanto más que tú.

-Ja, sí claro. ¿Estás segura de ello?

-¿Quieres que lo comprobemos?- me retó levantando una ceja.

-Pues claro. Deja que piense algo y la próxima vez que nos veamos se verá cuál de las dos consigue contenerse más.

-Está bien- aceptó mirándome.

Acorté la poca distancia que nos separaba y la besé con ternura, ella rodeó mi cuello con sus brazos justo como solía hacer siempre. Había que admitir que la situación se nos fue un poco de las manos ya que la intensidad con la que nos besábamos era bastante elevada. Yo la tenía arrinconada contra el coche y ella había dejado sus manos en mis caderas, con la punta de los dedos peligrosamente cerca de mi culo. Cuando al fin nos separamos ambas teníamos las respiraciones agitadas.

-Creo que ahora mismo acabamos de dejar claro que no tenemos resistencia alguna contra la otra- me susurró entrecortadamente.

-Tendremos que desempatar otro día.

Alicia iba a contestar pero una voz a mis espaldas la interrumpió.

-¡Vaya par de caramelitos!

Me di la vuelta y la miré.

-Natalia, ¿qué haces aquí?- le pregunté mientras la saludaba con un abrazo y dos besos, haciendo esto tuvo que soltar la mano del hombre que la acompañaba.

-He venido a ver a mamá y a papá- me dijo separándose y saludando a Alicia de la misma manera que yo- Hola Ali, ¿qué tal?

-Muy bien, ¿y tú?

-Excelente. Mira, este es mi chico- me dijo con una gran sonrisa.

-Vaya, con que tú eres el famoso Santiago- lo saludé con dos besos.

-Llámame Santi, por favor- comentó con una sonrisa- Y tú eres la famosa Ainhoa, tu hermana me ha hablado mucho de ti.

-Espero que cosas buenas- bromeé.

-Pues claro que sí, puedes estar tranquila. Un placer conocerte al fin.

-Lo mismo digo.

-Y esta es Alicia, la novia de mi hermana- los presentó Natalia.

Ellos dos se quedaron mirando fijamente y con una expresión un tanto extraña, pero se acercaron y se saludaron con dos besos también.

-Encantada de conocerte- dijo al fin Ali sonriendo, dado que la conocía perfectamente no me fue para nada difícil darme cuenta que detrás de esa amigable y agradable sonrisa se escondía una gran hostilidad.

-Igualmente- respondió algo tenso.

-¿Se lo has presentado a mamá y a papá?- quise saber.

-Sí- afirmó cogiéndole la mano.

-¿Y qué tal? Seguro que no ha podido ir peor que cuando yo les presenté a Alicia como algo serio- bromeé sonriendo.

-Ha ido muy bien, de hecho el domingo que viene vamos a hacer una cena en casa para que se conozcan mejor. Yo sé que los domingos no os veis y que tú el lunes tienes clases temprano- dijo esto mirando a Alicia- pero me haría mucha ilusión que pudierais estar las dos.

Giré mi cuello y miré a Ali en busca de la respuesta.

-No te preocupes, no creo que tenga ningún problema- afirmó sonriendo.

Estuvimos los siguientes minutos charlando un poco y conociéndonos mejor, él era un chico bastante normal. Alto, pelo castaño, ojos verdes, atractivo y delgado, la verdad es que hacían buena pareja. Noté a Ali bastante incómoda durante toda la conversación. Al cabo de un buen rato, cuando se marcharon, aproveché para preguntar.

-¿Pasa algo Alicia?

-No, nada, es solo que creo que ya lo he visto antes.

-¿Ah sí? ¿Dónde?

-Creo que me lo crucé una vez por la calle. ¿Hace cuánto empezaron a salir?

-Pues creo que hace dos meses, ¿por qué lo preguntas?

-Curiosidad- contestó sonriendo- Tendría que ir yendo a casa ya.

-Detesto esto- comenté cogiéndole las manos.

-¿El qué?

-Pasar cada semana dos maravillosos días a tu lado y después separarnos.

-Ven a vivir conmigo- volvió a proponerme incansable acariciándome la mejilla.

Puse mi mano sobre la suya, la llevé a mi boca y se la besé delicadamente.

-Ten cuidado al conducir- le dije a modo de negativa.

Ella bajó la cabeza decepcionada ante mi respuesta.

-No te enfades- le dije poniendo dos dedos en su barbilla levantando su cabeza para que me mirara.

-No me enfado, es solo que eres demasiado testaruda y orgullosa.

-¿Orgullosa? ¿Qué tiene que ver mi orgullo en esto?

-No dejas que nadie más que tus padres te pague nada o te invite a algo, y si alguien lo hace ya estás remugando e intentando por todos los medios devolver el dinero que se han gastado en ti.

-Eso no es cierto.

-¿Ah no? ¿Y qué hacía este sobre con cincuenta euros en mi bolso?- me preguntó enseñándomelo, bajé la mirada incómoda- No quiero tu dinero, ni siquiera sabes si me he gastado más o menos.

Cogió mi mano e hizo que cogiera el sobre.

-Dado que sé que nunca les pedirías tanto dinero a tus padres por la cara ya estás metiendo inmediatamente el dinero de nuevo en tu banco.

-Pero Ali…- me interrumpió.

-Pero Ali no Ainhoa, entiendo que no quieras ser una mantenida y eso está bien, pero me quitas la ilusión de poder invitarte a algo. Si te pago alguna que otra cosa es porque quiero, tú lo haces conmigo y a pesar de que me resisto un poco dejo que lo hagas porque sé que te hace ilusión. ¿Por qué no me dejas hacer lo mismo?

-Porque sé que tu economía no es la mejor. Por favor, acepta el sobre, ya no por devolverte el dinero del hotel, si no para cualquier gasto- le pedí extendiéndoselo.

-Te piensas que me estás haciendo un favor pero me estás haciendo sentir pobre- me dijo apartando la mano rechazando el dinero.

-Dios, ¿por qué siempre se lían las cosas tanto?- murmuré mirando el suelo, luego volví a mirarla- Mi amor, no he dicho eso en ningún momento y tampoco lo pienso.

-Pues es lo que me estás dando a entender.

Le cogí las manos y se las apreté.

-No quiero que por invitarme te falte nada en casa, ni siquiera la más mínima y estúpida cosa. Mereces vivir como una reina.

-¿Y me vas a decir qué es una reina sin su rey, o en este caso sin su reina?- eso me hizo sonreír.

-Te dije que me lo pensaría, tengo tantas ganas de irme a vivir contigo como tú. Estoy pensando opciones para ayudarte en casa sin tener que ponerme a trabajar por las mañanas ya que eso no te gusta ni un poquito de nada- comenté besándole la punta de la nariz, ella por fin sonrió.

-¿Sabes qué es lo que me gusta menos que eso? Tener estas tontas discusiones contigo- dijo mirándome y acariciándome el dorso de mi mano derecha.

-Pues la verdad es que yo no. Prefiero esto a tener una relación sin discusiones, porque si no tuviéramos ningún problema eso significaría que tendríamos un gran problema.

-Tienes toda la razón- dijo antes de besarme- Ahora sí que me voy.

-Está bien, ve con cuidado- le repetí mirándola.

-Toma esto- me dijo metiendo su mano en su bolsillo trasero y sacando una llave- Puedes venir a casa cuando quieras, esté o no esté.

Cogí la llave y la miré con una sonrisa.

-Gracias, por esto y por este fin de semana, y perdóname por ser tan difícil a veces ¿vale? No me gusta que me inviten porque quiero demostrar que me puedo valer por mí misma.

-Lo sé mi amor, pero a mí no me tienes que demostrar nada.

Le sonreí, me acerqué a ella y la besé sabiendo que en cinco días no podría hacerlo.

-Antes de que te vayas, ¿qué tipo de mujeres te gustan?- le pregunté al separarnos.

-¿Qué?- preguntó desconcertada y frunciendo el cejo.

-Morenas, rubias, castañas, pelirrojas… ¿Cuál es tu tipo? Te prometo que no me voy a enfadar, quiero que contestes con honestidad, necesito saberlo para eso de cuál de las dos aguanta más.

-Eh, pues no sé, nunca me lo había planteado. Supongo que las morenas- dijo rascándose la cabeza, entonces me miró- Espera, no estarás pensando en traerme a una stripper ¿no? Porque estás loca si piensas que voy a tocarla y mucho menos estando tú delante.

-Y tú estás loca si piensas que voy a traerte a una mujer para que la toques y te toque. No es eso, ya verás- dije besándola- Que te vaya bien la semana.

-Gracias, igualmente- me volvió a besar con intensidad esta vez, ninguna de las dos queríamos separarnos- Te amo.

-Yo también te amo- nos besamos por última vez y con mucha fuerza de voluntad me separé, giré un poco mi cuerpo para ir a casa pero continué mirándola- Por cierto, es un gusto saber que soy de tu tipo- dicho esto le guiñé un ojo y cogiendo mi maleta caminé hacia el portal.

Pude ver cómo sonrió ante mi comentario antes de girarme por completo. Cogí mi maleta, abrí la puerta del portal y me giré para mirarla por última vez. Ella ya estaba metida en el coche, me mandó un beso y aceleró hasta que la perdí de vista. Me giré con una sonrisa y subí al fin a casa, al abrir la puerta y llegar al comedor me encontré a mis padres tumbados y abrazados cariñosamente en el sofá viendo la tele.

-Buenos días- saludé sentándome junto a ellos.

-Hola cariño- respondió al saludo mi madre.

-Anda, pero si la desaparecida se ha dignado a aparecer por casa- bromeó mi padre, los tres reímos- ¿Qué tal estás?

-Estupendamente, ¿y vosotros?

-Muy bien, esto ha estado muy tranquilo- dijo ella- ¿Qué tal os ha ido en el hotel?

-No nos podría haber ido mejor, ha sido…fantástico- resumí esbozando una gran sonrisa.

-Nos alegramos mucho por ti- me sonrió él-

Asentí y me puse seria.

-Veréis, hay algo que tengo que deciros- dije mirándolos a los dos.

-Tú dirás- comentó mi madre mientras los dos se sentaban para ponerse cómodos.

-Alicia me ha pedido que me vaya a vivir con ella, y lo único que me ha impedido decirle que sí es que no quiero que me mantenga, así que voy a buscar un trabajo por las mañanas para ayudarla con la casa- solté sin más observando la reacción de sus caras.

Ambos tenían expresiones neutras, y no sabía si eso era bueno o malo. La primera en hablar fue mi madre.

-¿Estudiar y trabajar Ainhoa? Eso es un suicidio- me dijo mirándome fijamente.

-Sé que será duro pero tengo que intentarlo, os puedo asegurar que si es demasiado para mí dejaré el trabajo. Necesito el dinero.

-¿Alicia qué dice de esto?- quiso saber él.

-No lo sabe, me lo prohibió rotundamente así que os tengo que pedir que me guardéis el secreto.

-¿No crees que es un poco pronto?

-Sé que apenas llevamos mucho juntas, dos meses es poco tiempo, pero después de lo que hemos pasado siento como si hubiera estado saliendo con ella durante todo este tiempo, y eso es un año. Ambas nos echamos mucho de menos, me estoy perdiendo todo su embarazo y que ella pase tanto tiempo sola no me parece bien- respondí mirándolo.

-No, si eso lo entendemos pero…- murmuró mientras miraba a mi padre.

Entonces entendí lo que les pasaba, no pude evitar sonreír un poco.

-Sé que os entristece ver que me hago mayor pero que me vaya a vivir con ella no significa que no os vuelva a ver. Puedo venir a veros, comer los domingos aquí, vosotros venir a casa de Ali o lo que sea, podemos ir viéndolo, tampoco es que me vaya mañana.

-No sé qué decir, me ha pillado por sorpresa- admitió un poco desanimado.

-Mirad, no quiero sonar brusca, ni grosera ni maleducada, pero no os estoy pidiendo permiso, os estoy informando, y de verdad me gustaría que me apoyarais con esta decisión porque yo también tengo miedo del cambio que irme de aquí supondría- dije empezando a mostrarme nerviosa.

Mi padre se incorporó y me acarició la rodilla mientras me brindaba aquella sonrisa que de pequeña siempre me calmaba, y esta vez no tuvo efecto distinto en mí.

-Creo que ya estarás harta de escuchar esto, pero si eso te hace feliz voy a apoyarte en lo que haga falta a pesar de que no esté del todo de acuerdo- me aseguró mirándome.

-Digo lo mismo que tu padre, no me parece del todo bien que tengas que ponerte a trabajar pero si es lo que tú quieres no puedo prohibirte nada, ya eres mayor de edad.

Me levanté y los abracé con fuerza a los dos.

-Gracias, esto es muy importante para mí. Sois los mejores.

Ellos me sonrieron y yo volví a mi lugar.

-¿Y de qué pretendes trabajar?

-Pues en la panadería de la esquina han puesto un cartel de que están buscando personal, me informaré y si los horarios son lo que estoy buscando dejaré mi currículum a ver si hay suerte, y si no pues probaré otra cosa.

-Y cuando estés viviendo con ella ¿cómo harás para que no descubra que estás trabajando? Porque probablemente tendrás uniforme, y ¿qué pasará cuando Ali no se encuentre bien una mañana, decida no ir a clase y tú tengas que irte?

-Cuando empiece a vivir con ella se lo diré, y como ya tendré el trabajo no me hará dejarlo. ¿Si se cabreará? Me tiemblan las rodillas nada más de imaginarme el cabreo que cogerá, pero no me siento mal porque sé que estoy haciendo lo correcto.

-Parece que estás muy segura de todo.

-Realmente lo estoy- les aseguré mirándolos.

Me levanté del sofá, cogí mi maleta y fui a mi cuarto para colocar mi ropa, al sacar el corsé no pude evitar sonreír. Lavé a mano la media que había entrado en contacto con los flujos de Alicia y la dejé secándose en el baño. Acto seguido pasé las fotos de la cámara al portátil y puse de fondo de pantalla una foto nuestra. Después de eso empecé a hacer mi currículum, lo cual no me llevó mucho, e imprimí unos cuantos para tenerlos preparados. Al acabar mi madre me llamó para comer, así que dejé de lado mis tareas y me di un descanso.

La tarde se me pasó realmente rápida, me concentré en acabar los deberes, estudiar un poco y preparar el reto que nos habíamos puesto Ali y yo. La mañana del día siguiente me desperté temprano, fui a la panadería y pregunté acerca de los días y las horas que cubriría en el caso de trabajar ahí. Cuando me lo dijeron pensé que no podría tener más suerte, los horarios eran de siete a doce de la mañana de lunes a viernes, no dudé en dejarles mi currículum con una gran sonrisa. Me dijeron que ya me llamarían tanto como para decirme que sí o que no, pero como sabía que probablemente no recibiría ninguna llamada me pasé toda la mañana buscando trabajo. Preguntaba los horarios, y si coincidían con lo que andaba buscando les dejaba mi currículum y me marchaba, el dinero que me pagaran realmente no me importaba, si no salía del lugar y buscaba en otra parte. A media mañana tan solo había conseguido encontrar dos locales que se ciñeran a lo que quería, pero lo cierto era que cada vez que salía por la puerta de cualquier lugar con una respuesta negativa entraba por otra con más ganas y entusiasmo.

Al llegar a casa me tumbé en el sofá con los pies hechos polvo, no podía dar ni un paso más.

-¿Qué tal te ha ido?- me preguntó mi padre mientras se ataba las botas del trabajo.

-He conseguido dejar dos currículums. El que diga que no hay trabajo es porque no busca, pero eso sí, se tendrá que patear toda Palma entera para encontrar algo- le contesté suspirando.

-¿Estás segura de poder trabajar y estudiar?

-Te lo diré esta noche al llegar a casa cuando esto de levantarme temprano y caminar durante cinco horas después de estudiar toda la tarde me haya pasado factura.

Él me miró compadeciéndose de mí, se acercó y me besó en la frente.

-Me voy a trabajar cariño, que te vaya bien.

-Gracias, igualmente.

Escuché que se despidió de mi madre y se fue.

-¿Quieres que te caliente la comida?- me preguntó ella.

-Sí por favor, me estoy muriendo de hambre.

Me levanté, comí junto a mi madre, empecé a preparar la mochila y salí de casa a quince minutos de que empezaran las clases, de los cuales tardé diez en llegar. Pasaron las horas y llegué a casa a las diez de la noche como en la mayoría de los días. Cené junto a mis padres y me fui a dormir enseguida, estaba reventada. Lo único bueno que había tenido ese día fue el momento en el que nos dijeron que al día siguiente por un par de motivos no había clase, la alegría de todos fue inmensa. Estuve repasando mentalmente el día todo el tiempo que me fue posible hasta que me quedé dormida.

Al día siguiente estuve esperando alguna llamada en mi móvil por lo del trabajo, pero nada. No era cuestión de un día y lo sabía, pero realmente tenía ganas de empezar a trabajar. Por la tarde decidí hacer una visita a Ali, no la avisé dado que quería que fuera una sorpresa y como me había dado la llave la situación era perfecta.

Cuando llegué a su casa abrí la puerta con sumo cuidado y la cerré de la misma manera, sabía que a esa hora ella aprovechaba para dormir un poco para no cansarse tanto. Con delicadeza dejé el maletín que llevaba mi portátil en el suelo y me acerqué silenciosamente a su dormitorio, la puerta estaba entreabierta. A mitad de camino empecé a escuchar pequeños ruidos que al irme acercando a su cuarto fueron aumentando de volumen. Al llegar a la puerta sonreí al darme cuenta de que esos ruiditos eran gemidos. Asomé la cabeza y pude ver a Ali tumbada en el centro de la cama completamente desnuda y con los ojos cerrados, su mano izquierda apretujaba su pezón izquierdo mientras que la derecha masajeaba con rapidez su clítoris y, de tanto en tanto, se penetraba con dos dedos. Sonreí traviesamente, volví al comedor, me quité las botas para no hacer ruido al caminar y volví a su dormitorio. Con el mayor sigilo posible me colé en su cuarto y empecé a caminar de puntillas muy despacio, pensaba que si no me descubría merecería un premio.

-Mmm Ainhoa- gimió mordiéndose el labio.

Al escucharla decir eso me paré por completo, sentí cierto calor en mi sexo. Descubrirla masturbándose me había calentado un poco, pero descubrirla masturbándose pensando en mí me había excitado muchísimo. Volví a reanudar mi camino y al llegar al pie de la cama me tumbé entre sus piernas.

-Si quieres puedes dejar de pensar tanto en mí para que acabe yo el trabajo- murmuré seductoramente.

Ella gritó asustada y se movió, con tan mala suerte que al hacer esto su pie me dio una fuerte patada en la nariz tirándome al suelo. Me llevé las manos a la cara y me las miré, estaban ensangrentadas al igual que la parte superior de mi camiseta y el suelo, me había dado de lleno.

-Joder, con un simple ‘no’ bastaba- me quejé adolorida con las manos en la nariz.

-¡Ainhoa!- exclamó levantándose de la cama y corriendo hacia mí- Dios, lo siento muchísimo, ¿estás bien?

-Estoy estupendamente, esto de las patadas en la cara me encanta, es una maravilla- contesté irónica.

-Déjame ver- dijo acercando su mano derecha a mi cara, pero la detuvo a mitad de camino al darse cuenta de que sus dedos estaban pringados en sus flujos- Pero será mejor que con esta mano no te toque- apartó la mano sacudiéndola un poco.

Eso hizo que empezara a reír a carcajadas, lo cual era una combinación extraña dado que estaba completamente manchada de sangre, mientras que la incrédula mirada de Alicia sobre mí hacía que me riera más.

-Espera un momento.

Se levantó, se vistió rápidamente, me ayudó a levantarme y me llevó al baño.

-Quítate la camiseta, a ver si con suerte al ponerla en agua no te deja mancha- me ordenó.

Le hice caso, me quité la camiseta y volví a llevarme las manos a la nariz para que no goteara al suelo. Ella salió un momento del baño, yo de mientras eché la cabeza hacia arriba para que dejara de salirme sangre. Cuando Ali entró y me vio se escandalizó.

¡Ni se te ocurra ponerte así!- exclamó poniéndome la cabeza hacia abajo enfrente del lavamanos, de manera que la sangre cayó ahí. Abrió la llave del agua y me miró- Límpiate un poco y cuando acabes ponte papel, pero en ningún momento subas la cabeza porque podrías ahogarte con tu propia sangre.

-Ali por favor, no seas tan exagerada- dije poniendo jabón mis manos.

-No exagero, es la verdad. Es obvio que no podrías ahogarte porque estás despierta, pero imagina que estuvieras inconsciente. Lo último que haría sería ponerte la cabeza hacia arriba- me explicó.

Mientras yo me limpiaba la sangre ella fregó el suelo donde esta había caído. Al cabo de un buen rato salí del baño y me senté en la cama, Ali aún estaba terminando de limpiar el suelo.

-Ya decía yo que serías mi enfermera sexy- comenté mientras la miraba fijamente.

Ella se giró y me sonrió.

-Uy sí, soy una enfermera súper sexy, sobretodo estando embarazada.

-Eh no no, para empezar no eres una enfermera súper sexy, eres mi enfermera súper sexy, y el hecho de estar embarazada no te quita encanto, más bien te lo da.

-Mejor empieza por explicarme por qué estás aquí y no estudiando- dijo dejando la fregona, cruzándose de brazos y mirándome fijamente con una ceja levantada, como si fuera mi madre.

-Ayer nos dijeron que hoy no teníamos clase así que decidí darte una sorpresa y venir a verte para que cuando despertaras de tu siesta me vieras al lado, solo que la sorpresa me la he llevado yo al entrar y escuchar que gemías mi nombre mientras te masturbabas- al decir esto ella se sonrojó- Y luego la patada ya ha puesto la guinda al pastel.

Ella se acercó y se sentó en mis piernas.

-Veamos cómo está esto- dijo cogiendo el papel y separándolo de mi nariz, había un hilillo de sangre que se apresuró a limpiar- Al menos ha dejado de sangrar.

Durante los siguientes minutos estuvo tocándome la nariz e indicándome que hiciera un par de cosas y que le dijera si me dolía o no.

-Bueno, parece que no está rota pero no lo des por descartado hasta dentro de tres días, ahí es cuando normalmente suelen aparecer los síntomas. Si te duele mucho y la notas rara ve al médico ¿vale?

-Vale- asentí mirándola.

Ella me sonrió y me la besó con cuidado.

-Lo siento mucho de verdad, pero es que me has pegado un buen susto- se disculpó.

-No te preocupes. ¿Necesitas que te ayude a acabar con lo que estabas haciendo antes?- le pregunté mientras le besaba el cuello.

-La verdad es con todo esto se me ha bajado el calentón de golpe, pero desde luego no me importaría que me ayudaras a empezar otra vez- me susurró al oído.

-¿Y si vemos una peli?- le pregunté separándome de ella y mirándola.

-¿Una peli?- repitió desanimada.

-Sí- afirmé con sonrisa de niña pequeña sabiendo que le había cortado el rollo por completo.

Se me quedó mirando un rato, pero luego sonrió.

-Claro- dijo acariciando mi pelo- Vamos a verla.

La acerqué a mí y la besé con ternura, luego ella se levantó y fuimos al comedor cogidas de la mano.

-Ainhoa, no tengo DVD- cayó en la cuenta.

-Tranquila, lo tengo todo controlado- dije sonriendo y sacando mi portátil.

-Voy a traerte una camiseta.

-No, da igual, te aseguro que no me hará falta- la detuve mientras colocaba mi portátil en una silla cercana a la televisión y conectaba el cable HDMI, de manera que lo que se veía en mi portátil pasó a verse en la tele.

-¿Estás segura?

-Tú espera y verás.

Ella se sentó en el sofá, yo cogí el ratón inalámbrico y me senté junto a ella. Al ver la foto que tenía de fondo de pantalla sonrió.

-Anda que has tardado en ponerla.

-¿Te gusta?

-Mucho, de todas fue la que más me gustó.

Sonreí complacida y empecé a abrir carpetas desde el sofá.

-¿Y qué película veremos?

-Pues te voy a dar a escoger. En una salen dos morenas, y en otra una rubia y una morena, tú decides- dije mirándola.

-Pero ¿de qué van?

-Las dos van de lo mismo- sonreí- Venga, ¿cuál de las dos?

-Me da igual, la de las dos morenas mismo- decidió.

Estaba completamente segura que ni siquiera se acordaba de aquel reto del que hablamos.

-Ya que no me quieres decir de qué trata, ¿crees que me gustará?

-Oh, puedo asegurarte que al final te encantará- sonreí perversa- Quizás ni siquiera veamos el final, puede que nos quedemos a la mitad o a los quince minutos, depende, pero seguro que te gustará.

-¿De qué depende?

-De lo que seamos capaces de aguantar.

Dicho esto cliqué en la película y me recosté. El principio era normal, dos mujeres que se saludan y entran en una casa, mantienen una pequeña conversación hasta que una de ellas se abalanza sobre la otra y bueno, no hay mucho más que contar, la ropa comenzaba a sobrar. Empecé a reírme al ver la cara de Ali cuando se dio cuenta del tipo de película que era.

-¿Me has traído una película porno?

-¿Algún problema? ¿Acaso temes no poder aguantar la película entera sin tener que hacerme el amor brutalmente?- pregunté con una gran sonrisa.

-Pienso demostrarte que tengo más aguante del que tú te piensas- dijo decidida- Conque no ibas a necesitar la camiseta…- murmuró mirándome, yo volví a sonreír.

-¿Te molesta? Si quieres me tapo.

-Como si estuvieras en tu casa.

Después de eso nos concentramos en la película. Poco a poco los minutos pasaron y las imágenes que Ali y yo veíamos no pasaron desapercibidas por nuestros cuerpos, a los quince minutos las dos empezábamos a removernos inquietas en nuestros lugares, producto de la excitación que comenzábamos a sentir.

-Quizás soy algo estúpida o tan solo te soy demasiado fiel, pero no puedo evitar sentirme un poco mal al excitarme por otra mujer que no eres tú- al decir esto ella me miró y sonrió.

-Eso es muy tierno. ¿Te sientes mejor si te digo que tienes mi permiso para excitarte viendo esto?

-Un poco- admití.

La película siguió transcurriendo y yo podía notar perfectamente la humedad entre mis piernas, estaba terriblemente excitada y no sabía cuánto tiempo más podría aguantar. Mi mirada fue a parar a Alicia, lo cual fue un error. Mordía su labio de la manera que a mí me volvía loca, bajé un poco la vista y pude notar perfectamente sus pezones porque ella no llevaba sujetador, inmediatamente unas ganas irrefrenables de arrancarle la camiseta y manejar sus pechos a mi antojo se hicieron presentes, pero rápidamente tuve que descartar la idea.

‘Contrólate Ainhoa, contrólate por tu vida porque como la pilles no la dejas viva’ Dios mío, ¿por qué es tan sexy? ¿Cómo puede ser tan sexy? ‘Ahora mismo en el estado en el que estás hasta una tortuga te parecería sexy’ Hombre, bien visto… ‘¡Asquerosa!’

En ese momento Alicia replegó su pierna izquierda y la dejó con la planta del pie en el sofá, pero el talón de este quedó sospechosamente cerca de su sexo.

-Alicia, aparte ese pie inmediatamente de ahí, ¿es que no aguantas más?

Me hizo una mueca de fastidio pero me obedeció y estiró la pierna. Debieron pasar diez minutos más hasta que decidí apartar la mirada de la pantalla, me dolían los pezones y podía notar perfectamente las palpitaciones en mi clítoris. Había fijado mi mirada cerca de Alicia, levanté la vista y vi que ella también me estaba observando, nos aguantamos la mirada un par de segundos.

-A la mierda todo- escuché que dijo.

Entonces como si lo hubiéramos tenido planeado ambas nos acercamos y nos besamos con desespero, su piel ardía en contacto con la mía. Ella no perdió tiempo, en seguida llevó sus manos a mi espalda y me desabrochó el sujetador, no dudó en aplastar mis pechos haciendo que gimiera en sus labios. Sin dejar de besarme me tumbó con cuidado y se entretuvo en mi cuello, aproveché para quitarle la camiseta dejándola en las mismas condiciones que yo. Ella atacó mis pechos con voracidad, el alivio y el placer que sentí en ese momento fue indescriptible. Desabrochó el botón de mis pantalones y su mano se coló entre ellos, acariciándome por encima de mis braguitas.

-Tan mal no te estarías sintiendo por excitarte mirando a otra- murmuró al notar mi humedad.

-Y no lo hacía, no pude evitar pensar en ti- susurré entrecortadamente.

Sin desatender mis pechos bajó el cierre del pantalón y con rapidez lo despojó de mí. Me incorporé un poco y cambié nuestras posiciones dejándola a ella debajo de mi cuerpo. Atendí sus pezones y apreté con fuerza la tela de sus vaqueros en la zona de su intimidad haciéndola gemir audiblemente, pude notar perfectamente su calor. Le quité sus vaqueros y sus bragas a la vez dejándola completamente desnuda, no tardé en hacer un camino de saliva desde su cuello hasta su clítoris, lo atrapé con mis labios. Estuve un rato succionándolo y penetrándola con mis dedos, pero yo no aguantaba más y Ali se dio cuenta de ello. Me cogió la cara con sus manos e hizo que subiera para besarla.

-Acabemos juntas- me dijo agitada entre beso y beso.

-¿Acabar? Ni siquiera he empezado- dije, ella sonrió.

-Bueno, eso se puede arreglar.

Llevó su mano a mi vagina y después de mojar sus dedos con mis flujos empezó a masturbarme, nada más al tocarme sus dedos empecé a gemir.

-¿Mejor así?

-Mmm mucho mejor.

De tanto en tanto me penetraba brevemente con dos dedos y luego volvía a prestar atención a mi clítoris. Cuando encontré que ya estaba bien me separé de ella, no sin antes besarla intensamente, y después de quitar de mi cuerpo la única prenda que evitaba que sintiera a Ali coloqué mi sexo entre sus piernas, de manera que el mío y el suyo chocaron entre sí dándonos gran placer a ella y a mí. Como sus piernas eran largas y le resultaba bastante incómodo dejar la pierna derecha sobre la parte superior del sofá se la levanté dejándola sobre mí, con el gemelo apoyado en mi hombro. Entonces empecé a mover mis caderas lentamente, ella y yo gemimos a la vez.

-Jo-der- murmuró cerrando los ojos y estirando el cuello hacia atrás.

Me abracé a su pierna con fuerza mientras de cada vez aceleraba más la rapidez con la que la embestía, ella puso sus manos en mi cadera, acariciándome y acercándome más a su cuerpo. Se escuchaba perfectamente el ruido que nuestros sexos hacían cada vez que se juntaban y se separaban debido a los abundantes flujos que tanto ella como yo habíamos soltado, lo cual a mi parecer era extremadamente excitante. Tenía la cara caliente por el esfuerzo y que fuera invierno e hiciera un frío de perros no evitó que comenzara a sudar, y este mismo tampoco evitó que moviera mis caderas a una velocidad vertiginosa. Mis pechos botaban de arriba abajo debido al movimiento, lo cual al parecer agradó a Alicia ya que no despegó la mirada de ellos.

-Te ves tan sensual moviéndote así, creo que podría correrme tan solo de mirarte.

Sonreí ante eso, ella alargó sus brazos para acariciármelos y pellizcar suavemente mis pezones, en respuesta a su acto le acaricié la pierna que tenía sobre mi hombro y le besé parte del gemelo y la rodilla. Estuve incontables minutos así, el orgasmo parecía llegar pero cuando estaba a punto de alcanzar el clímax todo se venía abajo y volvía a empezar, haciendo que gruñera de frustración y aumentara mi ritmo, si eso aún era posible. Alicia se retorcía de gusto debajo de mí, sin poder evitar moverse un poco también, dándome la satisfacción de verla disfrutar de aquella manera y oírla gritar del placer que le daba. Apoyé mi mano izquierda en la pared y con la otra acaricié su vientre, sus costillas y sus senos, cuando pasé por su cadera me cogió la mano y entrelazó nuestros dedos, yo la apreté con fuerza sintiendo cómo al fin se desencadenaba en mí el orgasmo que había estado reteniendo durante tanto tiempo.

Grité con fuerza y me desplomé exhausta sobre el respaldo del sofá, pero el descanso no me llegó tan rápidamente.

-Ainhoa- se quejó llevando su mano derecha a su clítoris y moviéndola con rapidez- No pares ahora.

Entonces entendí que ella no había acabado aun.

-Lo siento- me disculpé avergonzada. Entre eso y lo del otro día que la dejé con ganas de más llevaba una rachita…

Volví a enderezarme y retomé el acelerado vaivén que había detenido un par de segundos antes. Ella retiró su mano y volvió a posar sus dos manos en mi cadera, acompañando el movimiento. Dado que yo ya había acabado y no sentía nada más que su piel me preocupé por si ella estaría disfrutando igual que antes, ya que no tenía nada por lo que guiarme, así que sin importarme lo cansada que estaba arremetí contra ella igual de rápido que con anterioridad. Poco a poco sus manos fueron cerrándose con fuerza en mi cadera hasta que por fin también llegó al orgasmo. Detuve mis movimientos poco a poco, apoyando mi mano en su pubis durante unos segundos antes de volver a dejarme caer sobre el respaldo del sofá, sudorosa y con el corazón a mil por hora.

-¿Te has quedado bien? ¿Quieres que continúe?- le pregunté sin aliento para asegurarme de que estaba satisfecha.

-No, ha sido…intenso- dijo riendo un poco, también con el pulso acelerado- Te prometo que te avisaré cuando tenga más ganas.

Yo asentí tragando saliva, tenía la boca seca.

-Ven aquí- me indicó haciendo gestos para que me pusiera encima de ella.

Me separé del sofá, dejé con suavidad su pierna encima de este y me recosté con cuidado sobre ella, metiendo mi cabeza en su cuello sin fuerzas ni siquiera para poder besarla. Ella me abrazó y acarició tranquilamente mi espalda.

-No tenías por qué esforzarte tanto a lo último, se te va a salir el corazón del pecho- me dijo suavemente al oído cuando se calmó, yo por el contrario no había mejorado mucho.

-Quería que disfrutaras igual, como yo ya había acabado no sabía si era placentero o no- conseguí decirle entrecortadamente.

-¿Placentero? Ha sido maravilloso, ¿cómo consigues mover las caderas tan rápido sin romperte nada?- me preguntó fascinada mientras me acariciaba el pelo, su pregunta me hizo reír pero no contesté dado que quería evitar una situación incómoda- ¿Sergio?- acabó por deducir.

-Sí- contesté apenada.

Noté que su cara se ensombreció un poco, pero antes de que pudiera decir nada sonrió.

-¿Te das cuenta de que a pesar de no saber nada de él, de Andrés e incluso de las mujeres con las que me he acostado seguimos teniéndolos presentes de una manera u otra?

También sonreí y aproveché para besarla al fin.

-No me molesta hablar de Sergio porque tú le dejas mal en todos los aspectos, al menos en mi caso.

-¿Al menos en tu caso? ¿Estás poniendo en duda que contigo no siento tanto placer?- preguntó alzando una ceja.

-Ni dudo ni dejo de dudar, tan solo no hablo por ti.

-¿Por qué estás empeñada en pensar que no estás a la altura?

Me quedé asombrada de que supiera exactamente lo que estaba pensando.

-Te conozco, y sé perfectamente que mentalmente te estás repitiendo que no estás a la altura para mí, que me he acostado con muchas mujeres, perdón por repetirlo tanto, todas ellas lesbianas y piensas que es imposible que tú, siendo yo tu primera experiencia lésbica, y espero que única- ante esto no pude evitar sonreír- seas mejor en la cama que ellas, ¿me equivoco?

-No, no te equivocas.

-Pues tú sí. Primero, no hay ninguna altura, no tendría la cara tan dura de encima requerirte experiencia o que seas buena, no lo he hecho nunca y jamás lo haré. Y segundo, ¿cómo voy a hacerte lograr entender que lo que me das es mucho más de lo que pido? Ser tocada por la persona que amo y que me ama es lo más placentero para mí, así que ¿puedes quitarte de la cabeza esa estúpida idea? ¿Es que no ves cómo me retuerzo de placer cada vez que me haces el amor?- me dijo ella incluso más frustrada que yo por pensar todo lo anterior dicho.

Le sonreí reconfortada.

-¿Entonces de verdad te gusta?- volví a preguntar con voz suave para asegurarme.

-No hay palabras para definir lo que me haces sentir.

-Pero seguro que…- empecé a decir, pero me detuve al mirarla. Había levantado su ceja mientras me miraba fijamente, no pude evitar reírme de su expresión- Vale vale, está bien, no lo pondré más en duda.

-Ah, por fin- murmuró besándome con pasión- ¿Sabes que esto podría ser mucho mejor si pudieras quitar esos gemidos de fondo? Con los nuestros tengo más que suficiente.

Reí, volví a besarla y me levanté para quitar la película, lo cual no me llevó ni medio minuto. Al acabar fui de nuevo al sofá, me quedé unos instantes enfrente de sus piernas y me detuve a observar su cuerpo. Su preciosa cara de porcelana, sus pechos con sus rosados pezones, su vientre de cada vez más abultado, sus largas piernas abiertas y dobladas en forma de eme con sus características rodillas rojas y su sexo, también enrojecido, con escaso vello púbico.

-¿Pasa algo?

-Eres preciosa Alicia, jamás me cansaré de decírtelo. No entiendo cómo la naturaleza ha podido crear un cuerpo con tanta belleza junta, tanto física como psicológicamente hablando. Eres una persona muy bella, por dentro y por fuera- le dije con toda la sinceridad del mundo.

Pude notar que se sonrojó un poco, lo cual me pareció extremadamente tierno. Sonreí y volví a acomodarme en ella, acercándome a sus labios para besarlos con lentitud.

-Creo que si alguien estuviera encerrado con nosotras en un cuarto no tardaría en vomitar miel, ¿no te parece que somos verdaderamente cursis?- me preguntó mirándome con una sonrisa.

-Realmente me da igual- apoyé mi cabeza en su pecho, suspiré y cerré los ojos, relajándome- Lo único que sé es que estoy enamorada de ti, y no puedo evitar decir todas estas cosas que me nace decir solo cuando estoy contigo. Nunca me había sentido así, y tengo miedo de que todo esto se acabe, de que sea un sueño o de que algo haga que nos separemos.

Ella me acarició la cabeza y me la besó.

-A pesar de que odio a Sergio con toda mi alma siento mucha pena por él.

-¿Por qué?- pregunté extrañada.

-Por ser tan tonto de dejarte ir. Si hubiera sido él jamás habría dejado que una mujer como tú se fuera de mi lado, me habría esforzado para enamorarte cada día, lo cual no habría sido para nada difícil porque tú le amabas muchísimo.

-Te amo más a ti de lo que le amaba a él- al decir esto pude notar como sus ojos brillaron de emoción.

-Fue imbécil, lo reitero.

-Yo pensé justo lo mismo de Andrés.

-La situación no es la misma, soy lesbiana. Andrés no habría conseguido nunca que le amara.

-Y yo soy heterosexual y estoy saliendo contigo. Eres una excepción Alicia, conseguiste lograr que te amara aun cuando yo estaba completamente segura de que las mujeres no me gustaban ni atraían. De hecho, lo sigo estando.

-Eso no es muy tranquilizador.

Levanté mi cabeza y la miré.

-Pero te amo Ali, te amo con locura, a ti y a esta pequeña cosita de aquí- murmuré acariciándole la barriga y sonriéndole, ella me respondió con otra de su parte.

-No pienso cometer contigo los mismos errores que él, no voy a permitir que te marches de mi lado- me aseguró abrazándome con fuerza.

-Tampoco pensaba irme.

Me acerqué a ella y nos envolvimos en un tierno beso, no era capaz de entender la adicción que tenía a sus besos y a sus labios.

-A todo esto, ¿quién ha ganado el reto?- me preguntó una vez nos separamos.

-Está claro que yo, has acercado tu pie ahí abajo para intentar aliviar tus ganas.

-Eso no es verdad, tan solo estaba buscando una posición cómoda- intentó excusarse.

-¡Eres una mentirosa!

-Estaba en desventaja clara, ya tenía ganas de antes cuando estaba en pleno proceso de autoestima y sabes perfectamente que con el embarazo mis ganas de sexo son incontrolables, y aun así he conseguido aguantar el mismo tiempo que tú. He ganado yo.

  • ¿Sabes? Podría quedarme discutiendo e intentando darle la vuelta a las cosas para que aceptaras que he ganado yo, pero estoy tan cansada que prefiero darte la razón. Estabas en lo cierto, aguantas más que yo- acabé admitiendo, realmente se había contenido.

-Qué bien suena eso- dijo estirándose y bostezando- ¿Quieres darte una ducha? Has sudado bastante.

-Pues ya que me lo ofreces no voy a rechazar esta oferta. ¿Vienes conmigo?- pregunté dándole besos rápidos en el cuello y las mejillas.

-De verdad que iría, pero me he duchado nada más llegar de clase. Además, si nos metemos en la ducha tú y yo vamos a estar un largo rato y tengo que empezar a ahorrar agua.

-Vale- volví a besarla de la misma manera pero ahora en los labios- ¿Vas a quedarte ahí?

-Ahora me levantaré.

Asentí, me quité de encima de ella y recogí mi ropa del suelo, la suya la dejé a un lado del sofá. Traté de ser lo más breve posible con la ducha por lo que había dicho Ali del agua, por lo que tras quince minutos ya estaba fuera. Cogí un jersey de Alicia, ya que mi camiseta estaba en remojo por la sangre. Me fijé que ella aún seguía en el sofá, al acercarme me di cuenta de que se había quedado dormida, seguía desnuda. Me apresuré en cerrar del todo la corredera del balcón ya que la habíamos dejado un poco abierta y toqué el cuerpo de Alicia, estaba fría. Cogí su ropa interior, que tan solo trataba de la parte inferior, y con la máxima cautela posible se la puse. No quería despertarla, aunque sabiendo el sueño profundo que tenía no sería muy complicado vestirla sin que se inmutara. Fui a su cuarto, busqué en sus cajones su pijama y decidí ponérselo, si la dejaba desnuda por mucho que la tapara se resfriaría. Con mucha cautela conseguí ponerle los pantalones, y con más precaución aun pude ponerle la camiseta. La tapé con una manta hasta el cuello y empecé a recoger mi portátil, pero no lo apagué, lo puse en la mesa y decidí repasar los apuntes de clase para no ir tan apurada.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero de la hora no me escapaba. Estaba realmente concentrada con lo mío cuando unos brazos me rodearon el cuello y unos labios me besaron la mejilla.

-Deberías haberme despertado, ahora por la noche tardaré en dormirme y mañana estaré muerta de sueño- me dijo con la voz algo ronca, como siempre la tenía cuando acababa de despertarse.

Giré mi cuello y la miré.

-Es que estabas tan mona dormida, me daba pena- me excusé, ella sonrió.

-Pues por las mañanas no te da ninguna pena.

-Eso es porque mis ganas de besarte y escuchar tu voz son más fuertes que cualquier otra cosa. Además, antes de despertarte siempre me quedo mirándote un rato- contesté cogiéndola de las manos y haciendo que se sentara en mis piernas.

-Gracias por vestirme- me agradeció algo avergonzada.

-No podía dejarte desnuda con el frío que hace, aunque las vistas habrían sido realmente buenas- bromeé, las dos sonreímos.

-¿Vas a irte ya?

-Supongo, se está haciendo tarde. Estaba esperando a que te despertaras para poder darte una buena despedida.

-Qué tonta, podías haberte ido antes si querías.

-¿Y no darte tus bien merecidos besos de despedida? Ni hablar, bastante poco te veo ya como para irme sin más- le dije acariciándole la pierna.

-Qué considerada. Y bien, ¿dónde están mis besos?

-Eso tendrá que esperar un poquito, después de que recoja mi portátil- dije besándole la punta de la nariz.

Se levantó y yo empecé a guardarlo, luego hablamos durante un buen rato hasta que oscureció del todo y decidí que ya era hora de irme. Le di la sesión de besos que con anterioridad le había prometido y me acompañó a la puerta.

-El viernes cuando vengas tendrás tu camiseta lista, no creo que quede ninguna mancha de sangre.

-Bien, gracias- le dije, entonces recordé una cosa- Ah, ya decía yo que me olvidaba de decirte algo. El jueves mis padres se van al pueblo de mi tía porque tienen que solucionar un par de cosas y no vuelven hasta el sábado por el mediodía. Sé que mi cama no es la más espaciosa ni la más cómoda, pero si te apetece en vez de ir yo puedes dormir en mi casa, para cambiar un poco- le expliqué.

-Pues claro que sí mi amor. Además, nos falta tu cama por estrenar así que…-no pude evitar reír ante lo que dijo.

-Alicia, eres insaciable.

-Creo que eso ya me lo habías dicho- admitió con una sonrisa.

-Y me da que no será la última vez que lo haga.

Volvió a dedicarme una sonrisa, se acercó a mí y me besó por largo rato.

-Ten cuidado al conducir.

-Eso siempre- contesté colgándome el maletín donde llevaba el portátil- No te librarás de mí tan fácilmente- bromeé.

Ella me miró fijamente y después me pegó en el brazo como siempre hacía cuando algo no le hacía gracia.

-No digas eso ni en broma- al ver que sonreía ante su reacción añadió me fulminó con la mirada- Idiota.

-Ali ya sabes que es una broma, no sé por qué te lo tomas tan mal.

-Porque cuando me haces este tipo de bromas no puedo evitar imaginarme que tienes un accidente con el coche o lo que sea. Si algo te ocurriera yo…

-Ya, ya lo sé mi amor, no pienses más en ello ¿vale?- la interrumpí acariciándole la cara cariñosamente- No me va a pasar nada.

Ella suspiró y acarició la mano que estaba en su mejilla, yo le sonreí levemente para tranquilizarla.

-Te amo muchísimo- dijo mirándome fijamente.

-Sabes que yo también.

Dicho esto me acerqué a besarla por última vez.

-Adiós- me despedí abriendo la puerta.

-Adiós mi amor- me miró y antes de cerrar la puerta con lentitud y delicadeza me brindó una pequeña sonrisa que me hizo no querer irme de allí.


¡Hola a todos! Sí, ya sé que he tardado más de lo normal en publicar, lo siento, entre que ya he vuelto a empezar las clases y demás cosas apenas he tenido tiempo, pero aquí os dejo la continuación. Muchísimas gracias a todos los que aun seguís esta historia a pesar del tiempo que ha pasado desde que publiqué el primer capítulo, la verdad es que ni yo misma pensé que pudiera ser tan larga. Como siempre, quería agradecer especialmente a:

Silvia: Sí, ya era hora de que le dieran al tema, ahora aprovecharán cada instante que tengan en hacerlo jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Labrys28: Espero que esta espera también haya valido la pena, juro que apenas he tenido tiempo. Oye, ¿qué pasa con los gatos y las solteronas? No hace falta que me traigas más gatos, que ya tengo dos jajajaja. A ver si al final será verdad que me volveré loca y acabaré con cien gatos a mi alrededor. Verdad que sí que eres un amor por perdonar a Ali ¿eh? Seguro que fue porque te sentiste identificada con ese despertar jajaja. Quizás tú no habrías reaccionado tan grosera, pero Ali tan tierna que es puede volverse toda una fiera en cuestión de segundos, y si miran a su mujer pues ya ves lo que ocurre jajaja. Y coincido en lo que dices, Ainhoa regañándola, pero si hubieran mirado a Ali la historia sería diferente. Pues sí puedo resolver tus dudas, tengo catorce años y mi nick se debe a que soy la pequeña de la familia y me llaman así cariñosamente :) Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España! Transmitiendo también desde mi mullida, espaciosa y cómoda cama (Jajajaja, ¿sensual, acogedora y sexy cama? Me mataste jajaja)

PD: No, no tengo catorce años, era coña jajaja. Tengo veintidos, y mi nick viene a que cuando era más pequeñita se cogió la costumbre de llamarme así, aparte de que también soy chiquitina, la estatura no es lo mío jajaja.

Aurora la Diosa: Bueno, comencemos a responder la Biblia en verso que es tu comentario jajaja. Vaya por Dios, te hizo gracia el comentario tan inoportuno de Ali, y yo que pensaba que me ibas a decir de todo por atreverme a escribir eso jajaja. Pero yo siendo Ainhoa no la habría mandado a cierto lugar con mal olor, si la pobre en verdad lo que quería era halagarla y decirle lo buena que era en la cama. Lo del pasado de Ali no lo esperabas, ¿verdad? Estaba hecho a propósito, que tan dulce y tierna que es Ali ahora pero también tuvo su pasado rebelde. Ali es algo pervertidilla en el fondo, ya ves con el trasero de Ainhoa, y creo que en el tema sexual se verá reflejada la confianza que de cada vez abunda más entre ellas, pues se van diciendo cosillas más subidas de tono y van probando cosas distintas. Ah sí, lo del tipo en la habitación, recuerdo que incluso a mí me hizo gracia imaginarme la escena, estoy tratando últimamente de meter algo más de humor en la historia dado que bueno, creo que ha habido demasiados malos momentos y algo de diversión para los lectores nunca viene mal, y como estoy leyendo en los comentarios que la gente me recalca que les ha hecho gracia según que cosas pues sigo trabajando en ello. Pero sí, el pobre hombre consiguió seguir con vida, y Ainhoa también, que con la súper ayuda de la concienda le dieron unas ganas tremendas de matarla jajaja. Ya sabía yo que te gustaría que el yo interior de Ainhoa fuera cabroncete con ella. Yo, si fuera Alicia, también habría cedido con el tema de que Ainhoa pagara la mitad de los gastos para que fueran a vivir juntas, pero como Ali es Ali y la escritora soy yo ya verás que ocurre jajaja. Aunque como habrás podido comprobar Ainhoa no es que se haya tomado muy enserio la prohibición de su novia con lo de que trabaje. Con lo de la abstinencia igual te equivocas, seguro que estarás pensando: Han pasado de no hacer nada a estar cada dos por tres haciéndolo, y ya te adelanto que en el próximo capítulo también le dan al temilla, pero todo tiene su explicación. Digo que el piano no tiene mucho que ver con esas escenitas que tanto te gustan (porque te gustan, lo sé xd) porque el tipo de melodías que escucho no van muy acorde con ese tipo de escenas jajaja. Ya sé que no te gusta que te haga rabiar, pero a mí sí :) Y claro que tengo una parte buena, solo está un poco escondida y hay que rascar para encontrarla, pero ahí está, ¿o no lo estoy demostrando escribiendo tanto amor entre estas dos? Bueno, la verdad es que te digo que haces bien en desconfiar de mí con lo de que no voy a hacer que Ali tenga algún problema con el embarazo, pues nunca se sabe qué dirección voy a tomar, pero creo que te puedo asegurar que no provocaré ningún aborto ni nada por el estilo. Jajajaja bueno, con la regla igual sí que estoy un poco más asesina que de costumbre, pero yo y muchas mujeres, seguro que tú también, que seguro que te cortaste con la pasta de dientes con la regla y te pusiste echa una fiera (¿¿cómo alguien puede cortarse con un tubo de pasta de dientes??) pero de ahí a matar o hacerle algo al bebé y a Ali... Hay un buen trecho jajaja. Puedo asegurarte que su embarazo será de lo más normal, con mucho amor por parte de Ainhoa. Gracias gracias, sé que seré buena dentista jajaja, tranquila que no estafaré a nadie, ni a ti tampoco, a pesar de lo que pienses, y tampoco te haré nada malo ni daño ni nah de nah, saldrás bien contenta y con una bonita sonrisa (fuera ironías, en serio, hoy me siento de buen humor) ¿Pues sabes que te digo? Ya te afirmé que Ali no mataría a Ainhoa por un arranque hormonal, pero quizás sí que lo haga, no del modo que tú te piensas pero lo más seguro es que Ainhoa se sienta así. ¿Que qué será? Ya tendrás tiempo de descubrirlo, o si no esperar a leerlo :) Pues claro que de esta categoría soy la que mejor se porta con sus protas, a una hago que el malnacido de su padre la golpeé y abuse de ella, a otra que tenga un accidente y pierda la memoria, que el amor de su vida tenga que ver con eso... Eso es amor en estado puro hacia mis personajes jajaja. Oh, me siento halagada de que pienses que soy una de las mejores, en serio, mucha gente me dice que soy muy buena y es muy fácil leerlo, pero lo complicado es creerlo, porque luego vas y lees otras historias y piensas: Hay gente realmente buena aquí. Jo que no exageraste con el lado sado de Ainhoa, ¿que probablemente Ali pensó lo buenorra que estaba su chica? Seguro, pero nada de sado, quizás eres tú que te van ese tipo de rollos y ves cosas que no son... Pillina, que te he calado jajajaja. Bueno, si realmente dices que ya no habrá más amenazas para mí por tu parte tendré que creérmelo y resignarme a ello, a pesar de que he hecho el intento de que te quedaras. Como no voy a saber quién será tu heredera mejor que ella sea buenita conmigo, peeeero me voy oliendo quién puede ser. Esperare a tener más información antes que nada. Jajaja bueno, eso de que al fin me libraréde tus comentarios kilométricos es cierto, pero no me desagradan, más bien todo lo contrario, paso gusto leyendo y comentando. Pues claro que me acuerdo de las torturas que decías que había que hacerles a Sergio y a Andrés a pesar del tiempo que ha pasado, yo me acuerdo siempre de todo de lo que me decís vosotros (Y tan inocente no era ¿eh?) Que vinieras a por mí mansa sería divertido para mí, para ti probablemente no, así que estaré esperando a que consiga sacarte de tus casillas para venir a buscarme :) Creo que esta respuesta también es la más larga que te he escrito, lo cual es normal ya que si de cada vez vamos añadiendo más cosas lo lógico es que se tarde más en responder a todo. Pues nada, espero que te haya gustado y que estés bien. ¡Besos desde España!

Artwork: Sí, la verdad es que Adi y yo nos extendemos mucho a la hora de respondernos, y eso que empezamos apenas con cuatro líneas. Si ella tarda una hora en escribirme imagínate lo que tardo yo en responder a su comentario y a todos los demás. Aunque claro, yo con gusto lo hago. Si te gustan las cursilerías creo que te gustarán ciertas partes de los capítulos que me queden por subir hasta finalizar la historia.  Yo también en su momento me puse a leer algunos relatos antiguos, pero no todos, tan solo entraba a los que me llamaba la atención el título, y la verdad es que he leído historias muy muy buenas y realmente preciosas. Si ya has empezado a leer mi relato anterior espero que te guste o te haya gustado, dependiendo de si lo has acabado o no, y probablemente (probablemente no, seguro que te has dado cuenta porque lo habrás visto nada más empezar a leer xd) te habrás dado cuenta que seguí tu consejo de eliminar el nombre de la persona que habla para utilizar los guiones. Era un paso que quería hacer, pero no sé por qué lo encontraba algo difícil de hacer, y cuando me decidí a hacerlo vi que no tenía complicación alguna y que quedaba muchísimo mejor, así que te agradezco en cierta parte que me hayas impulsado a mejorar este capítulo y los demás escritos que en un futuro quizás escriba. Jajaja bueno, me resulta extraño que nunca hayas visto el nombre de Ainhoa, pero como ya he dicho supongo que es porque en España es bastante común, y como bien has dicho estás lejos de aquí, pero bueno, eres libre de escribirlo como quieras. Sí, ya sé que tú hablas de una boda jajaja. Que Ali le haya pedido que se vaya a vivir con ella no significa que tengan que casarse, quizás con lo del bebé tengas más razón, no sé no sé, en un principio no enía pensado nada de una boda, pero ya que lo has mencionado... Ya veremos qué hago, tendré que imaginarme si encajaría bien para el final de la historia o no. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Bonny: Algo de pena se siente por Ainhoa ¿no? Con una novia así nadie tiene necesidad de un gimnasio jajaja. El chico del hotel estaba ahí en especial, algo habría que liar un poquito. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Lucerla: Siento que te doliera eso de que Ali se qudara insatisfecha, pero quizás en su momento le dolió más a ella ¿no? Bien vista la cosa, ella se queda con ganas, su novia desnuda al lado y claro, la pobre se queda a dos velas, pero ¿qué iba a saber Ainhoa que Ali quería uno o dos orgasmos más si no se lo decía? Y luego ya que se quedara dormida encima de ella, la guinda al pastel jajaja. Y sobre todo, la guinda de la guinda, comparación con sus exs. ¡Zasca! Realmente eso es un halago, muy en el fondo, pues le está diciendo que la prefiere a ella, pero claro, bonito bonito no es que fuera jajaja. Me mató eso de '¡Clávale algo!' Jajaja. Es bien sabido que nada es perfecto, ni siquiera si se pretende las historias, por eso escribir estas pequeñas cositas creo qu ele dan algo más de realidad. Hay que pensar que en verdad para Ainhoa lo de estar con una mujer es totalmente nuevo, pasar de estar con un hombre a una mujer, y la pobre tiene sus fallos, quizás por eso lo de 'floja', pero como bien has dicho tiene un corazón muy grande. ¿Si soportará todo lo de su Ali? La respuesta yo ya la sé, tan solo os queda a vosotros seguir leyendo para descubrirlo. Ali es una pillina, por eso o de los celos, sabe muy bien cómo funciona su novia y no duda en picarla, y Ainhoa, que es como es, pues claro que le sigue el rollo. Jajaja, es cierto, la piel blanca me gusta mucho, lo cual no me parece ridículo que lo comentes ni mucho menos. Oh, ahora estoy realmente halagada, ¿mi historia te animó a escribir? Claro que me siento orgullosa de ello, es como un halago para mí, me alegra muchísimo. Tu historia no he tenido tiempo de leerla, apenas he tenido tiempo para escribir, pero créeme que en breve le echaré un vistazo. Bueno, anormal no te he llamado a ti, más bien a tu comentario jajaja. Pero en el buen sentido, nunca he recibido un comentario en el que todo rimara perfectamente, y eso es algo fuera de lo normal, anormal jajaja. Evidentemente no me enfado, tranquila, todo me lo tomo con muy buen humor. Además, ¿enfadarme por qué? Eres tú la que te llamas a ti misma anormal, no yo jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Cami: Bueno, con todo lo que me dices que te hace sentir mis relatos déjame decirte que me dejas muy satisfecha de que mi historia provoque tantas cosas en ti, muchas gracias. Respecto a lo personal ya he comentado varias veces que no me gustaría pasar de comunicarme con los usuarios fuera de los comentarios por ciertas malas experiencias que tuve en internet. Espero que no te lo tomes a mal y que me comprendas, yo encantada estaré de responderte tus comentarios por aquí. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Puropogo: Me alegra que te gustara el pequeño cameo de Batman jajaja, era obvio que al mayor no podía meterlo, pero vi una oportunidad pcon el chiquitín. Debo decirte que fue completamente improvisado, así que puedes estar contento, lo esribí especialmente para ti :$ Ali Ali, es una furia constante si tocan o miran lo que no deben jajaja. Bueno bueno, si dos personas me dicen que Ainhoa es difícil de escribir tendré que empezar a creérmelo jajaja. Puedes suprimir la 'h' para que quede Ainoa y sea más fácil de escribir, a mí me da igual :) Espero que te haya gustado y que sea como has imaginado. ¡Besos!

Penelope: Jajaja seguro que sí que se quitan algunos quilitos de tanto sexo, y lo que les queda, estoy siendo bastante generosas con ellas después de tanta abstinencia. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Patricialeon: No desesperes, tranquila, pronto llegarán las complicaciones jajaja. No será en el próximo capítulo, pero quizás en el otro sí, tenía que compensar un poco después de liarla tanto para liarla por última vez. A mi parecer sí que se te da bien escribir, que cueste o no es otra cosa. Sea lo que sea, lo espero con ganas :) Espero que te haya gustado. ¡Besos desde Mallorca!

Cintiuspame: Me alegra que te guste la historia y cómo se está desarrollando, espero que este capítulo también haya sido de tu agrado. ¡Saludos!

Hel: Si cuando yo pubico es paro nacional cuando tú lo haces es mundial, ¡también me tienes muy enganchada! Jajaja, por supuesto nunca puede faltar un toque de ternura, si está Alicia en esta historia de eso no faltará. No, no eres la primera que me lo pregunta. ¿En qué me inspiro? Pues exactamente no lo sé, con toda seguridad una de mis fuentes de inspiración es la música. Si no hay música, no escribo. Voy por la calle con mis cascos puestos y según la canción me voy inventando pequeñas historietas que duran lo que dure la canción, y depende del tipo de música que sea es de una manera u otra. Si algo de lo que me imagino me gusta mucho, llego a casa, abro el word y lo escribo en esta historia, luego pongo mi lista de reproducción y tan solo me van saliendo las palabras, aunque hay veces que ni eso me ayuda y ya dejo lo de escribir para el día siguiente jajaja. Espero que esto conteste a tus preguntas. ¿Que si tengo algo planeado después de esta? Pues la verdad es que sí, tengo una idea en mente que probablemente lleve a cabo, escribir me gusta mucho y aunque no tengo demasiado tiempo libre me encanta ocuparlo escribiendo. Espero que te haya gustado y también espero tu relato, está muuuy emocionante jajaja. ¡Besos desde España!

Daga545: Me alegra que te parezca bien que alargue la historia y que no te parezca aburrida ni pesada, es un alivio. Espero que te haya gustado. ¡Saludos! Pd: ¡Siempre me equivoco con tu nick! En vez de poner 545 pongo 454 jajaja.

Vane: Jajaja bueno, no pasa nada si no puedes ponerme un testamento, lo que valoro es que publiques y des tu opinión. Espero que te haya gustado. ¡Besos!