Ayúdame a recordar 35

Ali: Sabes, vida mía, que cuando cae el sol y se apaga el día, la luna brilla pura y limpia pues tú la iluminas con tu amor, con tu belleza y con tu olor, con tu cariño, tu alegría y con tu voz.

Me acerqué un poco y la besé con dulzura, ella puso su mano en mi cintura. Las dos estábamos muy cansadas así que fue inevitable que al poco rato cayéramos en un profundo sueño.


Aquella mañana volví a despertar agitada y con un grado de excitación muy alto, no podía ser. ¿Había vuelto a tener un sueño erótico con Alicia? Pensaba que la situación se me estaba yendo de las manos cuando me di cuenta de que no era un sueño. Abrí los ojos y pude contemplar a Alicia entre mis piernas mimando muy cariñosamente a mi clítoris, su mano izquierda apretujaba uno de mis pezones. Gemí mientras me mordía el labio, cerré los ojos con fuerza y eché mi cabeza hacia atrás apoyando tan solo la parte superior en la almohada. Ella al notar que estaba despierta puso más empeño en su tarea, enterré mis uñas en el colchón. Esa mujer era una experta en hacer el amor, sabía exactamente dónde y cómo tocarme para volverme loca, y lo mejor era que ella parecía disfrutarlo muchísimo. Aquello me llevó a preguntarme con cuántas mujeres habría estado Alicia aparte de mí para hacer las maravillas que me estaba brindando en ese instante. Inmediatamente al pensar en eso me quedé con mal cuerpo, pero decidí apartar ese pensamiento de mi cabeza para poder disfrutar de las caricias que tan dulcemente Ali me estaba dando.

Su mano derecha empezó a acariciar mi vientre y mi pierna izquierda, que era la que estaba a su alcance, y sentí la extraña pero grata combinación del placer y las agradables cosquillas que su mano al recorrer mi piel me causaba. Su mano izquierda abandonó mi pecho, bajó lentamente hasta mi intimidad y se quedó allí empezando a jugar con mi entrada vaginal. Embadurnó dos de sus dedos en mis flujos y empezó a moverlos lenta y circularmente sin penetrarme. Me estaba desesperando.

Yo: Mi amor, por favor- le reclamé gimiendo.

Ali: ¿Qué ocurre?- me preguntó sin despegarse de mi clítoris.

Yo: Te necesito ya.

Ali: ¿Qué necesitas de mí?- volvió a preguntar juguetona, después de todo lo que la había hecho esperar la noche pasada no me extrañaba en absoluto lo que me estaba haciendo.

Yo: Te necesito dentro de mí, por favor- volví a pedirle desesperada.

Al decir eso ella succionó con fuerza mi clítoris y deslizó un dedo dentro de mí, gemí audiblemente. Retiró el dedo lentamente y volvió al juego de antes. Estuvo un par de minutos metiendo de tanto en tanto un dedo, el índice o el corazón,  e incluso a veces metía los dos pero luego volvía a sacarlos para repetir todo el rato lo mismo. Aquello se sentía extremadamente bien y a pesar de que estaba deseando que me penetrara salvajemente ese jueguecito que ella hacía con sus dedos me estaba matando del gusto. Lo que más me fascinaba era la delicadeza y la ternura con la que me hacía el amor. Se tomaba su tiempo en cada zona para deleitarse ella misma con mi cuerpo y lo hacía todo con una lentitud que lejos de impacientarme me enternecía y excitaba a la vez. Podría ser que a veces sus movimientos por ejemplo al penetrarme fueran rápidos, pero podía notar que trataba por encima de todo no hacerme daño y, como no, buscaba siempre darme el mayor placer posible.

Ali: ¿Te gusta?- preguntó, noté que había levantado su vista.

Yo: Me encanta, no pares mi amor- le contesté entre gemidos, no encontré la fuerza suficiente para mirarla al responderle.

Ella hundió más su cara entre mis piernas y movió rápidamente su cabeza de lado a lado, había agarrado mi clítoris entre sus labios. Me estremecí y llevé mis manos a su cabeza apretándola más aún a mí. No podía dejar de gemir, o más bien gritar, una mezcla entre los dos. Pensaba que no podría sentir más placer cuando noté entrar en mí tres de sus dedos a la vez, empezando a penetrarme a un ritmo medio pero constante y fuerte. El grito que pegué debería haberse escuchado en todo el hotel. Mi cadera empezó a moverse acompañando el vaivén que hacía Alicia con sus dedos, arañé y estiré con fuerza las sábanas de la cama y arqueé mi espalda de una forma casi inhumana. Ella continuó con lo suyo unos pocos minutos más cuando sentí explotar en mí el mayor de los orgasmos que había tenido nunca.

Yo: ¡ALICIA!- grité con todas mis fuerzas al alcanzar el clímax.

Mis piernas empezaron a temblar por sí solas y a esto le siguieron las brutales convulsiones de mi cuerpo. Ella sacó sus dedos de mí y subió a abrazarme, yo me aferré a su espalda con fuerza. Estuve un minuto entero sintiendo espasmos mientras Alicia me besaba dulcemente el cuello y me repetía todo el rato al oído que me amaba. Al cabo de un rato mi cuerpo dejó de estar tenso y encontró descanso en el colchón, mi agitada respiración chocaba contra el cuello de Alicia. Ella se alejó un poco de mí, me miró y me sonrió de la manera más tierna e inocente que en mi corta vida había visto jamás. Se me ablandó el corazón.

Ali: Buenos días princesita- me saludó besándome tiernamente, pude notar perfectamente mi sabor en su boca.

Yo: Buenos días mi amor. Créeme cuando digo que daría todo lo que tengo por poder despertarme cada día así contigo- le contesté un poco más calmada acariciándole la espalda.

Ali: Quería devolverte todo lo que me hiciste sentir anoche- me contestó sonriendo y besándome la frente.

Yo: ¿Acaso no te lo devolví yo ayer?

Ali: Bueno, debo confesar que no me habría negado ante uno o dos orgasmos más, pero estabas tan cansada que decidí dejarte dormir- me contestó acariciándome la mejilla.

Yo: Qué boba que eres Ali, ¿por qué no me lo dijiste? A mí no me habría importado continuar haciéndote el amor, es más, todo lo contrario. Me encanta tocarte y hacerte gozar- le dije sintiéndome mal, yo encantada habría aceptado.

Ali: Ya lo sé mi amor, a mí también me encanta hacerte el amor, pero viendo que casi te dormiste encima de mí y al notar que tú ya estabas bien me dio vergüenza pedírtelo.

Yo: ¡Ay, qué tonta!-reí con ternura mirándola- No debes avergonzarte por eso mi vida, sé que en la cama no soy la mejor pero tú sabes que yo lo hago con gusto.

Ali: No digas tonterías, de todas has sido la mejor- me contradijo sonriendo, luego al darse cuenta de lo que había dicho su rostro cambió inmediatamente.

Aquello me hizo recordar lo que había pensado antes, no pude evitar que se reflejara en mi rostro lo mal que me había sentado ese comentario a pesar de que estaba completamente segura de que no lo había dicho a propósito.

Yo: De todas- repetí con mala cara, lo había dicho de una manera que me dio a entender que había estado en la cama de muchísimas mujeres, o ellas en la suya.

Ali: Ainhoa yo… lo siento muchísimo, no quería…- no sabía qué decirme, su cara demostraba el arrepentimiento y la metedura de pata que acababa de cometer.

Yo: ¿Sabes qué? Olvídalo- comenté antes de abalanzarme sobre sus labios.

Ali: Pero- intentó separarse de mí para poder disculparse de nuevo, pero no la dejé.

Volví a besarla agresivamente, me moví y la dejé debajo de mí. Pude sentir la rabia de los celos apoderarse de mí, ¿cuántas mujeres habrían estado en mi misma situación, tocándola, besándola y haciéndole el amor? Pero yo no era ninguna de ellas, e iba a esforzarme en dejárselo saber. Le haría el amor de tal manera que al acabar no se acordaría de ninguna más que yo.

Mientras nuestras lenguas jugueteaban yo llevé mis manos a sus pechos y empecé a acariciar sus pezones, estos se pusieron duros al instante y ella gimió en mi boca. Mordí con fuerza su labio inferior con la intención de que lo notara y bajé a su cuello. Me fijé y vi que tanto en el lado derecho como en el izquierdo tenía varios chupetones míos, sonreí al verlo y decidí hacerle más. Primero pasé mi lengua de abajo a arriba en el lado derecho, acabando en su oreja. Ella se estremeció ante esto. Después besé y mordí suavemente la zona que había cubierto con mi saliva y succioné su piel durante unos segundos. Al separarme toda esa zona estaba rojiza. Sonreí y repetí el mismo proceso en el otro lado. Ella se abrazó a mí y empezó a arañar mi espalda suavemente mientras de tanto en tanto gemía en mi oído. No sabía bien si era por la estimulación de sus pezones, por las lamidas, los besos, los mordiscos y succiones en su cuello o ambas, pero me gustaba muchísimo escucharla.

Ali: Me encantas- gimió.

Me separé de ella un poco y la miré, apenas tenía los ojos abiertos.

Yo: ¿Más que ‘todas’?- pregunté mirándola fijamente.

Ali: Bueno, Ana tenía una fogosidad y una sensualidad al tocarme…- me picó, sabía perfectamente el efecto que tendría aquel comentario en mí.

Reaccioné exactamente como ella quería. Me acerqué a besarla con brusquedad y apretujé con fuerza sus pezones, ella gritó en una mezcla de placer y dolor. Sabía que lo había dicho para ponerme celosa y que fuera más agresiva al tocarla, pero no podía evitar sentirme furiosa al pensar que varias mujeres la habían poseído. Decidí dejar su boca libre y descendí por su cuello hasta sus pechos. Observé su pezón izquierdo antes de metérmelo en la boca y empezar a lamerlo, succionarlo y morderlo durante un buen rato. Mientras empezaba a mimar su otro pezón mi mano se dirigió a su sexo, estaba mojadísima. Masajeé lenta y circularmente su clítoris y Ali empezó a mover su cadera contra mi mano, en ningún momento dejé de estimular sus pezones con mi boca de todas las maneras posibles. Los gemidos de Alicia poco a poco dejaron de ser tan inaudibles dado que había aumentado el ritmo con el que masajeaba su clítoris. La mano que me quedaba libre se dedicó a arañar suavemente la piel de Ali: sus piernas, su abdomen, sus brazos… todo lo que estaba a su alcance. Descubrí que a ella le gustaba mucho que lo hiciera, así que no me detuve.

Lentamente fui descendiendo de sus pechos a su barriga, y de esta a su sexo palpitante. A pesar de que mi cara estaba a escasos centímetros de él mi boca no lo tocó, el dedo pulgar de mi mano izquierda se encargó de su clítoris y los dedos de mi mano derecha fueron turnándose para penetrarla. Lo hacía lentamente pero con fuerza, doblando mis dedos en su interior. Ella ya se estaba retorciendo de placer y ni siquiera había utilizado mi boca.

Ali: Amor no seas mala- me dijo en un gemido.

Llevó sus manos a mi cabeza e hizo presión para que utilizara mi boca, pero lo único que consiguió fue que mis labios entraran en contacto con su piel. Detuve todos los movimientos que había estado ejecutando.

Ali: Por favor- rogó moviendo más aún sus caderas en busca de contacto.

Yo: ¿Ana y ‘todas’ no te hacían sufrir? ¿O eran más benévolas que yo?- le pregunté mientras en ese momento volvía a meter mis dedos en su interior con fuerza, ella gritó.

Ali: No me hacían sufrir y eran muy benévolas, pero tú les das un millón de patadas- me confesó mirándome.

Al acabar de escucharla decir eso continué con las embestidas de mis dedos y decidí prestar atención a su clítoris, ella cerró los ojos, se mordió el labio con fuerza y soltó un gran gemido. Dirigí mi mano izquierda, que había sido reemplazada por mi boca, a sus pechos, y fui intercambiando las caricias de uno a otro. Me mantuve así durante bastantes minutos, penetrándola, succionando y lamiendo su clítoris y retorciendo sus pezones. Al poco rato no pudo soportarlo más y después de una serie de contracciones en su vagina un agudo y largo grito me hizo saber que había alcanzado el orgasmo.

Saqué mis dedos de ella y fui subiendo lentamente dando pequeños besos a su piel. Al llegar a la altura de su cara me quedé mirándola durante unos instantes, luego sonriendo le acaricié la mejilla y la besé.

Ali: ¿Cómo pudiste llegar a pensar que no me gustaba tu forma de hacerme el amor?- me preguntó agitada.

Me encogí de hombros con expresión neutra y me tumbé a su lado, ella me miró fijamente.

Ali: ¿Qué pasa?- habló al cabo de un par de segundos.

Yo: ¿A cuántas mujeres hacías referencia antes con ‘todas’?- le pregunté con un tono suave, casi acusador.

Ella cerró los ojos, se giró para que quedásemos cara a cara y volvió a abrirlos mirándome.

Ali: Se me escapó, no quería decirlo. Luego cuando empezaste a tocarme pude notar lo celosa que estabas, me hizo gracia y por eso volví a comentártelo.

Yo: No contestas a mi pregunta.

Ali: ¿Es necesario que te responda eso?

Yo: Sí, y no me mientas.

Ella se quedó unos instantes cavilando la respuesta.

Ali: No puedo recordarlo.

Yo: Alicia- la llamé para que me diera una respuesta completa.

Ali: He… estado con tantas mujeres que no puedo recordarlo- se resignó a darme mi respuesta.

Por la expresión en su rostro pude notar que mis ojos habían reflejado lo que sentí al escuchar su respuesta. Sí, lo admitía, era masoquista.

Ali: Lo siento, de haber sabido que iba a molestarte tanto no habría vuelto a decírtelo antes- se disculpó avergonzada.

Yo: ¿Cómo no quieres que me moleste saber que unas manos que no eran las mías te hayan tocado, que unos labios que no eran los míos te hayan besado, que una mujer que no era yo te haya hecho el amor?

No pude evitar que mis celos hicieran presencia y ella lo notó. Sabía que no tenía derecho a enfadarme con ella, de hecho no lo estaba, más bien estaba molesta. ‘Ni enfadada ni molesta ni leches en vinagre, tú lo que estás es celosa perdida’

Ali: Lo sé mi amor, lo sé, y de verdad siento ser tan bocazas por haber soltado el comentario más ingenioso en el momento más oportuno, pero te equivocas en una cosa.

Yo: ¿En qué?

Ali: Lo máximo que he podido hacer con esas mujeres ha sido tener sexo. No puedo asegurarte que eres la primera que me ha hecho el amor porque sería mentir, pero lo que sí puedo asegurarte es que eres la primera a la que se lo hago- me contestó mirándome con ternura.

Aquello irremediablemente me sacó una sonrisa.

Ali: Sé que para ti no es fácil pensar que he estado con más mujeres, si estuviera en tu situación yo también me pondría así, pero antes yo era de esa manera. Buscaba mujeres para pasar un buen rato, me acostaba con ellas y nada más, luego si te he visto no me acuerdo. Ni siquiera me importaban sus sentimientos, no me paraba a pensar en si les podía estar haciendo daño o no.

Me quedé bastante sorprendida ante lo que me dijo, no me lo esperaba en absoluto.

Yo: Perdóname, pero me cuesta muchísimo creer que hayas podido ser así. Eres una de las personas más solidarias que conozco, siempre te has preocupado por todos los que te han rodeado.

Ali: Ahora sí, pero antes era todo lo contrario. Mi mundo se basaba en yo, yo, yo y más yo.

Yo: ¿Qué te hizo cambiar?- pregunté con curiosidad.

Ali: Quién, más bien- me dijo sonriendo-Tú- me miró, mi asombro fue en aumento- Antes me tomaba la vida a la ligera, salía de fiesta, me emborrachaba día sí y día también, pasaba de cama en cama y de mujer en mujer… a ese ritmo no era de extrañar que repitiera curso. Y entonces te conocí a ti- en ese momento acarició mi mejilla y me miró con dulzura- Pusiste mi mundo patas arriba Ainhoa, cambiaste por completo mi forma de pensar y de ser. Me enamoré perdidamente de ti.

Yo: No tenía ni idea, no sé qué decir.

Ali: Eres la primera persona a la que se lo cuento, no tienes que decir nada.

Yo: Gracias por confiar en mí para contarme cómo eras antes, me gusta que lo hayas hecho- le dije cogiéndole la mano.

Ali: No tienes que agradecerme nada.

Yo: Aun me cuesta creerlo, simplemente  no puedo imaginarte siendo así.

Ali: Lo sé, apenas podía creerlo yo. No estoy muy orgullosa de lo que hice, me arrepiento muchísimo de mi primera vez. La virginidad es algo que he empezado a valorar en los últimos dos años.

Yo: Bueno mi amor, ya pasó. Yo no puedo decir lo mismo porque a pesar de que la perdí con Sergio la perdí amándole y en su momento me pareció algo muy especial y bonito.

Ali: Me alegra que puedas conservar bonitos recuerdos de ello.

Le sonreí y me acerqué para besarla, por alguna razón saber de su pasado me hizo sentirme más unida a ella.

Yo: ¿Te gustó el baile y la sorpresita de ayer?

Ali: Decir que me encantó sería quedarme corta mi amor. En un principio al verte bailar me causó un poco de gracia, pero poco a poco a medida que los segundos pasaban aquel bailecito se convirtió en lo más sensual, sexy y excitante que había visto en mi vida. Minutos después tuve que corregir esa última frase al verte con el corsé puesto. Me encantó muchísimo, sin duda es la mejor noche que he tenido nunca y que no pienso olvidar.

Yo: Me alegra que te gustara, estuve una semana entera buscando el corsé ideal.

Ali: Puedo asegurarte que lo encontraste. ¿Cómo te las arreglaste para ponértelo?

Yo: Le pedí a Marta que viniera un par de horas antes de que me recogieras para que me ayudara a ponérmelo- al decir esto su rostro cambió.

Ali: ¿A Marta? ¿Te pusiste desnuda delante de Marta?

Yo: ¡No me puedo creer que te estés poniendo celosa de Marta!- exclamé empezando a reír- Mi amor, ella y yo llevamos viéndonos desnudas desde que somos unas crías. Además, te recuerdo que ella está saliendo con nuestro querido Javier, y por si eso no te es suficiente, ¿te acuerdas de que ella es heterosexual?

Ali: Ya ya, ya lo sé, lo siento. Es que la idea de estar tú desnuda delante de alguien más…

Yo: Te pone celosa- añadí mirándola con una sonrisa.

Ali: Me pone celosa- admitió respondiéndome con otra sonrisa de su parte.

Yo: ¿Y entonces qué se supone que tendré que hacer yo cuando des a luz y tengas a todos esos médicos alrededor tuyo mirando expectantes?

Ella soltó una carcajada y me miró.

Ali: Entonces supongo que no tendrás otro remedio que aguantarte.

Yo: Mmm iré empezando a afilar los cuchillos por si veo que alguno se sobrepasa con las miraditas- comenté entrecerrando los ojos.

Ella volvió a reír, se acurrucó a mí abrazándome por la cintura y se tapó hasta el cuello, dada la postura en la que estaba ella mi torso seguía descubierto, cosa que me importó poco.

Ali: Gracias por todo- me dijo de repente.

Yo: ¿Por qué me dices eso ahora?- pregunté desconcertada.

Ali: Explicarte cómo era antes me ha hecho revivir toda esa época, lo despreocupada que era y la manera en la que me comportaba. Me alegro de haberte conocido no por estar ahora así contigo, que también, sino porque si no lo hubiera hecho probablemente seguiría siendo de la misma manera.

Yo: Estoy segura de que tarde o temprano habrías cambiado- le contesté acariciándole el hombro.

Ali: Probablemente, pero con toda seguridad lo habría hecho demasiado tarde como para poder hacer algo de provecho con mi vida. Te estoy agradecida por ello- me dijo levantando la cabeza para mirarme.

Yo: No debes agradecerme nada mi amor.

Ella me sonrió, me besó la barriga y volvió a recostar la cabeza sobre esta. Levanté la mirada y miré las preciosas vistas al mar y la montaña a través del gran ventanal que había en la pared, el cielo estaba nublado y eso para mi gusto aumentaba la belleza del paisaje. Volví a posar mi mirada sobre Alicia, parecía que se había quedado dormida. No me extrañaba, no debían ser más ocho de la mañana, al parecer se había levantado con ganas de fiesta. Estuve observándola durante un par de minutos más hasta que decidí continuar durmiendo. Entonces, poco después de haber cerrado los ojos, su voz me llamó.

Ali: ¿Mi amor?

Yo: Dime.

Ali: Ven a vivir conmigo.

Al escucharla decir eso abrí los ojos, ella no se había movido ni un centímetro.

Yo: ¿Me vas a permitir coger un trabajo por la mañana para ayudarte con los gastos?

Ali: No.

Yo: Entonces ahí tienes tu respuesta.

Ali: Pero…- empezó a decir girándose para mirarme.

Yo: No quiero que me mantengas, una cosa es que lo hagan mis padres y otra muy diferente que lo hagas tú- la interrumpí.

Ali: A mí no me importa Ainhoa. Después de ver lo mucho que te has preocupado por mí estos dos meses, de ver lo bien que me has aceptado con el embarazo, de entenderme, de no juzgarme, de no reprocharme nada, de ni tan solo preguntarme algo siento que es lo mínimo que debo hacer.

Yo: ¿Con qué derecho podría juzgarte Alicia? ¿Quién soy yo para reprocharte que te hayas quedado embarazada? No me debes nada.

Ali: Estás metiendo en tu vida una carga de la que no tienes que ser responsable si no quieres, no quiero obligarte. Si no quieres responsabilizarte del bebé te voy a entender, no pienso echarte nada en cara.

Yo: Para para para, nos estamos desviando mucho del tema y estás diciendo cosas que no son. Para empezar quiero aclararte que el bebé no es ninguna carga para mí y si me estoy responsabilizando de él es porque lo quiero, quiero tener un hijo contigo porque te amo- le dije muy seria mirándola- Que un imbécil el cual supuestamente decía que te amaba se acostara contigo, te dejara embarazada y luego se desentendiera completamente del niño huyendo como un puto cobarde no significa que yo vaya a hacer lo mismo.

Ali: Tan solo quiero asegurarme de que es esto lo que quieres para tu vida.

Yo: Formar una familia es lo que quiero para mi vida, así que sí, esto es lo que quiero.

Ali: Entonces ven a vivir conmigo.

Yo: ¿Crees que no sé que a duras penas estás pagando el alquiler y todos los demás gastos? No puedes permitirte que otra persona viva contigo y lo sabes de sobra.

Ali: Iríamos bastante justas pero si nos apretáramos el cinturón podríamos vivir bien.

Yo: ¿Y cuando nazca el bebé qué? No llegaremos a fin de mes ni queriendo.

Ali: Entonces haré uso del dinero que me ha dejado Andrés y de lo que tengo yo ahorrado.

Yo: No quiero…- antes de que pudiera seguir hablando me interrumpió.

Ali: Solo serán dos años Ainhoa, cuando acabes el FP y tengas trabajo entonces si quieres podremos mudarnos a una casa más grande y ahí pagaremos la casa a medias. Piénsalo, ¿vale? Con el bebé ya nos las arreglaremos.

Me quedé unos segundos mirándola, ella no apartó la vista.

Yo: Está bien, me lo pensaré, pero que conste que con esto no estoy diciendo que sí.

Ella me sonrió, se acercó a mí y tumbándose encima de mí me besó. Al separarnos empecé a hacerle cosquillas, se retorció encima de mí tratando de apartarse pero con un brazo evité que lo hiciera. Entonces ella también empezó a hacerme cosquillas. Estuvimos así un par de minutos hasta que Ali decidió que la mejor manera de pararme era besarme. Como pudo se escapó un segundo de mis manos y me besó, su lengua buscó la mía. Al instante dejé de hacerle cosquillas, pero mis manos no se quedaron quietas, empecé a acariciar su espalda con suavidad.

Ali: Ya sé cómo llamar tu atención rápidamente- comentó sonriendo al separarse.

La miré y también le sonreí, le besé la mejilla, luego los labios, la nariz y para finalizar la frente. Ella me sonrió tiernamente y bajó la mirada.

Ali: ¿Tienes frío?- me preguntó sin mirarme.

Seguí con la vista hacia donde ella estaba mirando, su mirada estaba posada en mi pezón que debido al frío se había puesto duro. Reí y ella me miró.

Yo: Un poco- admití.

Se tumbó un poco en el colchón, pero aun así dejando la mitad de su cuerpo sobre el mío, y subió el edredón hasta mi cuello. Al terminar de hacer eso ella recostó su cabeza en el hueco de mi cuello y suspiró, yo apoyé mi cabeza sobre la suya y la rodeé con mis brazos. Su mano, que estaba en mi hombro, me acariciaba suavemente.

Ali: Te amo muchísimo- me susurró.

Yo: Yo también te amo, más de lo que te puedas imaginar.

Puso sus manos a ambos lados de mí y volvió a acurrucarse, se quedó dormida en cuestión de minutos. Poco tiempo después yo me uní a ella. Al cabo de un par de horas desperté al sentir un movimiento brusco sobre mí y algunos gritos. Abrí los ojos y vi a un hombre en la puerta del cuarto mirando hacia la cama con los ojos muy abiertos. Me costó entender un poco que lo que estaba mirando era cierta parte de mi cuerpo que estaba descubierta.

Ali: ¡¿Se puede saber qué coño estás haciendo aquí y quién diablos te crees para mirar el cuerpo de mi novia?!- le gritó furiosa tapándome con el edredón al instante.

Hombre: Y-yo lo siento mucho, pensaba que no había nadie- se disculpó con la cara roja y apartando la mirada rápidamente.

Ali: No no, déjalo, si quieres te traes una silla, una cervecita y así continuas comiéndote a mi novia con los ojos- espetó con un tono de voz realmente agresivo, echaba chispas por los ojos.

Yo: Ali, tranquila- le susurré al oído.

Yo, a diferencia de ella, estaba realmente calmada. Entendía que el pobre hombre al entrar a limpiar el cuarto se quedara un poco impresionado al ver a dos mujeres juntas en una cama y una de ellas con el torso al descubierto. Y claro, los hombres son hombres así que…

Aquel chico al escuchar lo que le dijo salió disparado del cuarto, pudimos escuchar perfectamente el portazo que dio.

Ali: Pienso ir a quejarme- comentó molesta.

Me daba mucha ternura y gracia que se pusiera tan celosa por mí, estaba realmente mona cuando se enfadaba de esa manera.

Yo: Mi amor, no hace falta que lo dramatices tanto, ¿qué iba a saber él que estábamos desnudas, o para empezar, que estábamos?

Ali: Ha sido entrar en el cuarto y mirarte descaradamente las tetas, suerte que no me he levantado porque se habría tragado la zapatilla.

No pude evitarlo más y comencé a reír.

Yo: ¡Es un hombre, si se encuentra a una mujer desnuda en la cama está claro que va a mirar aunque no quiera!

Ali: ¡Como si es un mono! Que se le vaya un poco la vista puedo llegar a entenderlo pero no que te mirara como te ha mirado. Y qué coño, ¡ni aunque se le hubiera ido la vista un poco! No me da la gana que nadie te mire, voy a hacer que…

En ese momento la interrumpí besándola y poniéndome encima de ella. Al separarnos ella continuó con los ojos cerrados debido a la intensidad del beso.

Ali: Le despidan- acabó la frase que había dejado a medias abriendo los ojos.

Yo: No vas a hacer que despidan a nadie, bastante mal está la cosa como para que al pobre chaval le despidan por un incidente completamente normal- cogí sus manos y las llevé a mis pechos- Esto- luego las llevé a mis nalgas- Esto- para acabar llevé su mano derecha a mi pubis- Y esto, es todo tuyo, así que deja de ponerte tan celosa porque por mucho que me miren todo eso seguirá siendo tuyo, y yo seguiré queriéndote a ti- murmuré muy cerca de su cara.

Ella empezó a masajear lentamente mi clítoris mientras me miraba fijamente.

Ali: Y todo esto de aquí dentro, ¿también es mío?- me preguntó metiendo su dedo corazón dentro de mí y removiéndolo.

Yo: Mmmm sí- gemí en su boca.

Ali: Bueno es saberlo.

Yo: Mi amor, de verdad que me quedaría aquí todo el día contigo haciendo el amor, pero tenemos que salir. Me estoy muriendo de hambre- le dije antes de que me excitara demasiado.

Ali: Jajaja está bien- dijo sacando su dedo de mí- Aunque yo podría comerte a ti.

Yo: Yo también, pero si quieres más de lo de anoche tendrás que aguantarte- le dije mirándola con una sonrisa pícara y levantándome de la cama.

Ali: Estaría un día entero en ayunas si hiciera falta para que me repitieras lo de anoche- murmuró mirándome de arriba abajo con descaro.

Le sonreí, recogí mi ropa del suelo y cogí el corsé.

Yo: Si te portas bien otro día te lo repetiré, y no hará falta que ayunes para ello- le prometí guardando mis cosas en mi maleta y sacando ropa limpia- Voy a darme una ducha bien calentita, ¿vienes o vas a quedarte en la cama hasta que salga?

Ali: Voy, voy- bostezó estirándose.

Mientras ella terminaba de estirarse yo fui metiéndome al baño, me puse frente al espejo y me giré un poco viéndome el trasero.

Ali: ¿Qué tanto te miras?- me preguntó al cabo de un rato.

Yo: Mi culo, lo odio. Creo que voy a operármelo, he encontrado una oferta bastante barata- mentí a lo último, quería ver qué decía.

Ali: Estás de coña- murmuró riéndose, luego al ver mi cara de seriedad añadió- ¿Verdad?

Yo: Lo digo muy en serio Alicia.

Ali: No serías capaz.

Yo: ¿No? ¿Estás completamente segura de ello?

Ali: Pero ¿por qué? Así está perfecto mi amor, a mí me encanta. Sabes de sobra que es la parte de tu cuerpo que más me gusta- puso una cara de angustia con la que me costó muchísimo aguantar la risa.

Yo: Y tú sabes de sobra que es la parte de mi cuerpo que más detesto.

Ali: Pues no entiendo por qué, deberías sentirte orgullosa. Mi admiración por tu trasero es enorme.

Yo: Tan enorme como él mismo. Está decidido, voy a hacer algo con él.

Ali: Como le hagas algo a ese pedazo de maravilla de la naturaleza tendré que replantearme seriamente nuestra relación, o al menos nuestras relaciones sexuales.

Yo: O sea, que nuestra relación o relaciones sexuales dependen de lo que decida hacer con mi culo, ¿no?

Ali: Ahí le has dao.

Yo: ¿Me tengo que tomar tu ultimátum en serio?

Ali: ¿Me tengo que tomar tu decisión de operarte el culo en serio?

Yo: No.

Ali: Pues entonces tampoco.

Yo: Perfecto- concluí con una sonrisa.

Se acercó a mí, me besó y nos metimos juntas en la ducha. Las duchas, cuando las tomábamos ella y yo juntas, podían alargarse minutos y minutos, incluso llegando a las dos horas. No podíamos contenernos a besarnos, a acariciarnos y a jugar con el agua como si fuéramos niñas pequeñas, cambiando la temperatura del agua a traición o cortándola de repente. Pero así éramos felices, ver su sonrisa y escuchar su preciosa risa me hacía feliz. Ella lo significaba todo para mí, absolutamente todo, y el simple hecho de imaginarme que algo pudiera ocurrirle a ella con el embarazo hacía que se me viniera el mundo a los pies.

Ali: ¿Qué te ocurre?- me preguntó abrazándome por la espalda notando mi malestar ante ese pensamiento.

Yo: Nada, es que me parece muy fuerte que pongas por delante a mi culo que a mí misma- mentí girando el cuello y sonriéndole.

Ali: Pondría mi vida por delante de la tuya si hiciera falta sin dudarlo ni un segundo, ¿pero tu culo? Eso nunca- rió besándome el cuello.

Yo: ¿Por qué te gusta tanto? No lo entiendo- negué con la cabeza.

Ali: No sé, es que es grande, redondo, duro, está justo en su sitio… es perfecto- dijo agarrándome las nalgas con cada mano.

Ante esto reí, me giré y rodeé su cuello con mis brazos antes de besarla.

Yo: Tu culo tampoco se queda atrás, pero tus pechos… son mi perdición.

Ali: Vaya, ahora la sorprendida soy yo. ¿Por qué te gustan?

Yo: Son suaves, tersos, perfectamente redondos, bien subiditos, son bien blanquitos y tienen el tamaño perfecto. Me encantan.

Ali: ¿Te gusta que sea tan blanca?

Yo: Dado que no es una palidez con apariencia enfermiza sí, me gusta mucho.

Me miró unos instantes, al parecer sorprendida por mi respuesta, y volvió a hablar.

Ali: Tú y yo sabemos bien que son pequeñas- murmuró refiriéndose otra vez a sus pechos.

Yo: ¡Eso no es cierto! Y aunque lo fueran me daría igual, te seguirían haciendo a mis ojos igual de sexy y femenina.

Ali: Pensaba que eso era mi forma de morderme el labio.

Yo: Me refería sexualmente hablando. Lo que más me atrae de ti normalmente….no podría escoger nada, me encantas tú entera.

Ella me sonrió y unió nuestros labios. Poco rato después nuestro beso se vio interrumpido por el rugido de mi estómago. Alicia y yo nos separamos riendo.

Ali: Alguien tiene hambre.

Yo: Me parece que sí. ¿Te das cuenta que llevamos alrededor de diez minutos abrazadas y hablando con el agua cayendo habiendo acabado ya hace un buen rato nuestra ducha?

Ali: Ahora que lo dices, sí. Contigo el tiempo pasa demasiado rápido- dijo esto último con fastidio.

Yo: Menos mal que no soy la única que piensa eso- murmuré volviéndola a besar, de nuevo mi estómago sonó.

Ali: Vamos a comer algo antes de que el hambre te consuma por dentro- comentó con una sonrisa.

Yo: Exagerada.

Salimos de la ducha y entre besos y risas conseguimos vestirnos. Cogimos un par de cosas y salimos de la habitación. Justo cuando yo estaba cerrando la puerta el mismo hombre que había entrado a nuestro cuarto aquella mañana sacando el lado más celoso de Alicia estaba sacando el carrito de la limpieza de la habitación de enfrente. Aquel hombre se nos quedó mirando avergonzado.

Ali: No quiero que la mires ni con ropa, ¿entendido?- le susurró amenazadoramente pensando que no la estaba escuchando, el hombre se quedó de piedra.

Yo: ¡Alicia!- la regañé empujándola un poco para quedar yo delante de él, pude leer en su traje que se llamaba Luís- Discúlpela por favor, esto del embarazo le afecta un poco en la cabeza.

Noté como Ali me echó una mirada asesina, pero la ignoré.

Luís: El que debe disculparse soy yo, no debí haberla mirado de aquella manera, pero no tenía ni idea de que ustedes estaban dentro. Ruego que me disculpen, por favor.

Yo: No se preocupe. Ahora que la habitación sí que está vacía puede entrar a limpiarla con total tranquilidad.

Luís: Eso haré, y de verdad lo siento mucho.

Yo: Tranquilo, no pasa nada. Que pase un buen día- me despedí con una sonrisa.

Luís: Igualmente.

Empezamos a caminar alejándonos de él, noté que Alicia me estaba mirando así que volteé a verla.

Ali: ‘¿Esto del embarazo le afecta un poco en la cabeza?’ ¿En serio?

Empecé a reír y le cogí la mano.

Yo: Ay mi amor, era para quitarle tensión al momento. ¿Has visto cómo se ha quedado con tu comentario?

Ali: Y debería haberle dicho algo más.

Yo: Ya vale. Entiendo que te ponga celosa que alguien me haya mirado estando semi desnuda,  pero te estás pasando- comenté mientras nos metíamos en el ascensor.

Ali: Vale, tienes razón, lo siento- se disculpó al fin.

Yo: Bien, menos mal que entras en razón.

Estuvimos unos segundos en silencio, como aun notaba su mirada en mí volví a mirarla.

Yo: ¿Qué?

Ali: ¿Has visto cómo coqueteaba contigo?

Puse los ojos en blanco, suspiré y volví a mirarla.

Yo: Alicia, soy una humana completamente normal e igual al resto. Que a ti te parezca atractiva no significa que vaya a gustarle a todo el mundo.

Ali: ¡Pues entonces tendría que insultarle por estar tan ciego!

Conciencia, dame paciencia en estos últimos pisos que quedan, por favor. ‘Conciencia, paciencia, te ha quedado bien y todo eh’ O sea, que según tú/yo estás para hacerme la vida lo más llevadera posible, pero para una vez que te pido que me ayudes te distraes a la más mínima tontería. ‘Luna quiere ser maaaaadre, y no encuentras querer que te haga mujer, lala lala la laaaa lalala lala’ Ajjj.

Yo: Sí, le insultarías por estar ciego y luego volverías a insultarle por mirarme, formándose así un bucle vicioso del que no saldrías nunca. ¿Quieres por favor dejarlo ya?

Ali: Pero…

Antes de que continuara me abalancé sobre ella arrinconándola contra la esquina del ascensor y empecé a besarla apasionadamente, la agarré de la cintura. Mi lengua recorrió su cavidad bucal ya que ella se había quedado tan sorprendida que ni tiempo tuvo de corresponderme. El ascensor se paró y se abrió, así que me separé de ella y caminé hacia el pasillo. Me giré y vi que Ali aún seguía contra la pared bastante despistada, y cuando empezó a caminar para salir del ascensor las puertas de este se cerraron.

Ali: ¡Eh!- pude escucharla decir antes de que las puertas metálicas se juntaran.

Hice un gesto de negación con la cabeza y sonriendo empecé a subir las escaleras corriendo. Al llegar al tercer piso pude ver que las puertas ya se habían abierto, una pareja de ancianos ingresaba al ascensor mientras Alicia salía muy seria y ruborizada. Ante esto lo único que pude hacer fue empezar a reírme escandalosamente. Ella pasó rápidamente por delante de mí.

Ali: Vamos a desayunar.

Yo: Espera Ali, es muy tarde para desayunar, hagamos tiempo y así comemos directamente- le dije cogiéndole la mano entre carcajadas.

Se giró y me miró fijamente.

Ali: Está bien- respondió fríamente.

Yo: ¡Vamos, ha sido gracioso!- exclamé estirando de su mano para que quedáramos frente a frente.

Ali: ¡Habrá sido gracioso para ti!

Yo: Venga, ¿una sonrisita?- ella negó con la cabeza- Por mí, anda- volvió a negar- ¿Y si te digo que eres la mujer más preciosa del mundo?

Ali: Uhum- murmuró.

Yo: ¿Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida?

Ella volvió a negar, pero no pudo evitar que las comisuras de sus labios se curvaran un poco hacia arriba. Me acerqué a ella y pegué mi boca a su oído.

Yo: ¿Y si te digo que esta mañana una preciosidad de mujer, que casualmente es lo más bonito que me ha pasado en la vida, me ha despertado haciéndome el mejor sexo oral que he tenido en mi vida?- esta vez pude notar que se rió, me separé un poco más de ella y la vi sonreír- Oh, eso sí que te saca una sonrisa ¿eh? Ya veo por lo que te mueves.

Ella volvió a sonreír, me atrajo hacia ella y atrapó mis labios con los suyos. Varias personas se nos quedaron mirando pero no nos importó en lo más mínimo.

Ali: ¿Dónde quieres ir?- me preguntó apartándome un mechón de pelo de la cara.

Yo: Podríamos aprovechar las vistas que hay para hacernos un par de fotos, ¿no?

Ali: ¿Has traído la cámara?

Yo: Sí, la tengo en el bolso. Es que me he dado cuenta de que no tengo ninguna foto nuestra desde que empezamos a salir, ¿con qué voy a recordarnos cuando llevemos mucho tiempo sin vernos?

Ali: Pues con las otras muchas fotos que nos hemos hecho a lo largo de los años.

Yo: ¿Sabes cuál es el problema? Que en ninguna de esas fotos salimos besándonos, ni abrazadas, ni haciéndonos cariñitos y mimitos. Además, esas fotos me recuerdan que aún faltaba mucho para que estuviéramos juntas.

Ali: Mmm tienes razón, qué época más mala. Y pensar que no sabías lo que era tener sexo conmigo, pobrecita.

La miré levantando la ceja.

Yo: Primero, no te lo creas tanto. Segundo, ¿eso es lo que es para ti, sexo?

Ali: Sabes muy bien que es una forma de hablar.

Yo: No, no me refería a eso- dije empezando a caminar con una sonrisa- Es que lo que haces no puede llamarse sexo- observé la reacción de su rostro.

Ali: Pues perdona, pero los gemidos y súplicas de esta mañana y ayer noche no decían lo mismo- me siguió picada.

Me paré y me giré, al estar Alicia justo detrás de mí quedamos completamente pegadas, nuestros rostros estaban a escasos centímetros.

Yo: Para súplicas, las que me soltaste tú por la noche. Pero es que lo que tú me haces es tan bueno, me gusta y lo gozo tanto, y hace que me corra de una manera tan brutal como exquisita que hace que la palabra sexo se le quede enormemente pequeña- concluí susurrando sacándole a ella una enorme sonrisa.

Ay su sonrisa, era tan perfectamente preciosa que no podía evitar perderme en ella cada vez que la veía asomar entre sus perfectos carnosos labios.

Ali: ¿Sabes que me encanta que me digas estas guarradas?

Yo: Por supuesto que lo sé, eres así de viciosa- reí cogiéndole la mano- ¿Vamos?

Ali: Vamos.

Bajamos las escaleras, salimos del hotel y empezamos a caminar.

Yo: Tonto el que no entienda, cuenta una leyenda, que una hembra gitana conjuró a la luna hasta el amanecer- empecé a cantar bajito.

Ali: ¿Y ahora? Mira que hace tiempo de Mecano.

‘Jajajaja ¿ves? Admite que la canción es pegadiza’ Mierda.

Yo: No sé, me ha venido a la cabeza- contesté sonriendo.

Caminamos hasta que lo único que nos separó del mar fue un muro a la altura de nuestras cinturas. Bueno, a la altura de la cintura de Alicia, a mí me quedaba un poquitín más arriba. Saqué la cámara y empecé con la sesión de fotos. Estuvimos alrededor de una hora haciéndonos fotos en todas las posturas posibles, pero abundaban sobre todo fotos en las que salíamos besándonos. Noté que Alicia se estaba empezando a cansar ya que íbamos de un lado a otro así que guardé la cámara para no quitarle tanta energía, con las fotos que habíamos hecho estaba más que satisfecha. Volvimos al hotel, entramos en el buffet y comenzamos a comer hambrientas. Había de todo, pastas, ensaladas, carnes, verduras, sopas y postres de todo tipo. Ali y yo nos hinchamos hasta reventar, pero bien a gusto que nos quedamos, estaba todo riquísimo. Aunque, para ser sincera, donde hubiera un plato de comida de mi queridísima novia que se quitara todo lo demás.

Para bajar la comida un poco decidimos volver a dar una vuelta pero en dirección contraria a la que habíamos ido antes. Entonces recordé un lugar en el que había estado muchas veces con mis padres que estaba segura que a Alicia le encantaría.

Yo: Ali, ¿me dejas enseñarte algo?

Ali: Claro que sí.

Hice que nos desviáramos un poco del camino que estábamos siguiendo para adentrarnos en terreno montañoso. Después de un par de minutos encontré lo que estaba buscando. El lugar era un parque completamente rodeado de almendros, al ser otoño las hojas cubrían la mayor parte del suelo, dejándolo así con una tonalidad blanca y un poco amarillenta. Yo, que conocía el amor de Ali por la flor de ese árbol,  no dudé ni un instante en adentrarme en aquel paraíso.

Ali: Madre mía- murmuró maravillada adelantándose a mí y observando a su alrededor.

Saqué la cámara y discretamente le hice un par de fotos sin que se diera cuenta, la fascinación de su rostro junto a la belleza de nuestro entorno hacían de esas fotos unas de las más hermosas que había visto nunca. Alicia notó que no dejaba de mirarla, así que se giró, me sonrió y al acercarse a mí me cogió las manos.

Ali: Esto es precioso, me encanta.

Yo: Al recordar este lugar supe que te gustaría.

Ali: Estabas bien encaminada. Gracias por traerme- me agradeció apretándome las manos.

Yo: No hay de qué- respondí besándoselas- ¿Quieres sentarte allí?- le señalé con la cabeza un banco que estaba muy cerquita de un almendro.

Ali: Claro.

Nos acercamos y nos sentamos. Al poco rato un niño de unos cinco años disfrazado de Batman vino por el mismo lugar que nosotras minutos antes. Corría con el brazo derecho estirado y la mano cerrada en un puño, imitando a Superman, por lo cual nos fue inevitable a Alicia y a mí reír un poco ante la confusión de los super héroes. Aquel chiquitín se acercó a nosotras y cuando estuvo enfrente nuestra se paró y se enderezó.

Ali: ¿Te has perdido chico?- le preguntó al no ver a sus padres.

Niño: ¡No soy un chico! Soy Batman y lucho contra los malvados de la ciudad- le explicó, Ali sonrió ampliamente y yo me limité a observarlos.

Ali: Oh, perdón- se disculpó ella- ¿Y atrapas a muchos malvados?

Niño: Oh sí, a muchos- afirmó el orgulloso.

Ali: ¿Estás aquí solo?

Niño: Sí, estaba dando una vuelta con mi mamá y mi papá y luego ya no los ví- le dijo poniendo una carita realmente tierna, tanto a Alicia como a mí se nos estaba cayendo la baba.

Ali: O sea, te has perdido.

Niño: Sí.

Ella volvióa enderezarse (se había inclinado para hablar con el niño) y me miró.

Ali: No podemos dejarlo solo- me dijo.

Yo: Entonces ayúdemoslo a encontrar a sus padres- decidí, ella sonrió- Dime, ¿cuál es tu nombre?- me dirigí al pequeño.

Niño: Ya lo he dicho, soy Batman.

Reí y negué con la cabeza.

Yo: Perdona, es que tengo mala memoria. ¿Crees que podrías decirnos dónde viste a tus padres por última vez?

Él asintió enérgicamente con la cabeza, así que Ali y yo nos levantamos y nos dejamos guiar por el niño. Estuvimos un buen rato caminando por el bosquecillo, y Alicia no dejaba de bromear y jugar con el niño, haciendo como si realmente fuera Batman. Yo también interactuaba un poco, pero me gustaba más ver cómo Ali se desenvolvía con él, no dejaba de sonreír y reír, ambos estaban encantados. Al cabo de media hora vimos a una pareja a lo lejos, que al reconocer a su hijo salieron corriendo inmediatamente hacia nosotras.

Mujer: ¡Marcos! Gracias a Dios que estás bien, no vuelvas a desaparecer así de esta manera- dijo con gran alivio abrazando al pequeño.

Hombre: ¿Sabes el susto que nos has metido?- le regañó, luego nos miró a nosotras- Muchísimas gracias por cuidar de él, casi nos da algo al ver que no estaba con nosotros.

Ali: No ha sido molestia, es un encanto de niño- restó importancia revolviéndole el pelo a Marcos con una sonrisa.

Mujer: Es un desastre, no hace más que correr de un lado a otro- comentó mirándolo con cariño.

Yo: Hemos podido notarlo- dije sacándonos las risas a todos.

Hombre: ¿Vamos a casa?- le preguntó extendiéndole la mano a su hijo.

Este asintió, pero en vez de cogerle la mano se acercó a nosotras y extendió la mano a Ali.

Marcos: Acepto dinero para luchar contra los malvados.

Ella me miró, no pudimos evitar reír.

Mujer: ¡Marcos! ¿Cómo se te ocurre?- le dijo avergonzada- Por favor, no le hagáis caso, bastante habéis hecho ya.

Ali: No, no te preocupes no pasa nada- dijo ella buscando en su bolsillo- Toma, para que sigas protegiéndonos de la gente mala- le dijo dándole un euro.

Marcos: ¡Muchas gracias!- exclamó como si un euro fuera una enorme cantidad.

Mujer: Gracias por todo de verdad, habéis sido muy amables.

Yo: Ha sido un placer.

El pequeño se despidió de nosotras con un gran abrazo y luego se marcharon. Nosotras volvimos al parque ya que aun seguíamos cerca y volvimos a sentarnos en el mismo banco.

Yo: Serás una madre estupenda, estoy segura de ello, disfrutabas tanto jugando con él que la niña parecías tú- le dije con una gran sonrisa.

Ali: Es que me encantan los niños, ¿no te gustaría tener uno así?

Yo: Sería maravilloso, y estoy segura de que lo tendremos- le aseguré sonriéndole y cogiéndole la mano.

Nos quedamos un rato ensimismadas en nuestros pensamientos, al cabo de un rato giré mi cuello y miré a Alicia. Estaba con los ojos cerrados, disfrutando del lugar, del canto de los pájaros y del sol que poco a poco se estaba haciendo lugar entre las nubes. Me quedé un buen rato mirándola hasta que ella abrió los ojos y me descubrió observándola.

Ali: ¿Qué?- me preguntó sonriendo.

Yo: Nada- reí negando con la cabeza- Es solo que me gusta mirarte, realmente se te nota en la cara que te gusta este sitio.

Nos quedamos mirando a los ojos durante un par de segundos sin que ninguna de las dos hablara.

Ali: Antes cuando estábamos en la ducha y me dijiste que no podrías decirme qué era lo que más te gustaba de mí sin hablar sexualmente iba a contestarte que yo tampoco, pero no habría dicho la verdad porque siempre he sabido que había algo en ti que me gustaba por encima de todo, pero no sabía exactamente el qué.

Volvió a mirarme fijamente y le sonreí.

Yo: Bueno, no pasa nada, yo no lo sé y tú no lo sabes.

Ali: La cosa es que me acabo de dar cuenta de qué es.

Yo: ¿Y qué es? ¿O me vas a dejar con la intriga?

Ali: Pues mira, sí que te voy a dejar con la intriga. Si no hubieras dicho eso probablemente ya lo sabrías.

Yo: ¡Oh vamos, eso no se hace!- exclamé riendo, ella me miraba divertida.

Ali: Quizás algún día te lo diga, pero no ahora.

Yo: Si me lo dices seré consciente de ello, y entonces trataré de hacerlo a menudo- intenté convencerla.

Ali: Es que no lo haces a menudo, lo haces siempre, ahora mismo lo estás haciendo. No sé cómo no he podido darme cuenta antes.

Yo: Ali no seas mala, quiero saberlo.

Ella negó con la cabeza. Me acerqué y me puse tentadoramente cerca de sus labios.

Yo: Por fi, y te doy un beso de los que tanto te gustan- le susurré mirándola con carita de pena.

Ali: Bueno, si me lo pides así…

Acorté la distancia entre ella y yo y la besé con pasión, rodeé con mi brazo derecho su cintura. El beso duró bastante, justo como a ella le gustaba, largo, intenso y húmedo.

Ali: Si me lo pides así podré obtener uno de los besos que tanto me gustan y tú seguir sin saber qué es lo que me gusta tanto de ti- me dijo con una sonrisa pícara cuando nos separamos.

Yo: Oye, yo ya no vuelvo a hacer tratos contigo- dije alejándome bastante de ella.

Ali: En ningún momento he dicho que con el beso iba a decírtelo- se defendió.

Yo: ¡Se sobreentendía que era así!

Se movió, puso los pies encima del banco y se recostó sobre mí.

Ali: Si no te lo digo es porque sé que cuando lo sepas te aprovecharás de ello y en los momentos de interés lo utilizarás en mi contra, por mucho que me resista me tendrás a tus pies y jo, yo necesito hacerme la dura un poco.

La manera en la cual me lo dijo y la última frase me hizo reír.

Yo: A ti lo que te gusta es que te ruegue.

Ali: Ja, pues como a ti, no será la de veces que te he tenido que rogar para hacerte feliz.

Yo: ¿Perdona?- le pregunté separándome de ella un poco y mirándola con los ojos y la boca abiertos.

Ali: Estás perdonada- me contestó sonriendo.

En ese momento me moví, pero ella que ya sabía lo que ocurriría con su respuesta se levantó y echó a correr hacia la zona de juego de los niños, yo fui tras ella. Al llegar trepó por la pared del pequeño castillo que había y se metió en una red para pasar al otro lado del castillo, debido a su altura tenía que ir encorvada.

Yo: ¡Ali, baja de ahí! A ver si te vas a caer y te vas a hacer daño- le dije preocupada mirándola desde abajo.

Ali: Disfruta un poco de la vida y relájate Ainhoa, de pequeña era la reina del parque- me contestó, justo en ese instante el pie se le quedó enganchado en la red provocando que cayera suavemente hacia delante. Yo, al estar justo debajo, pude observar que se había formado una gran sonrisa en su rostro.

Yo: Tú lo has dicho, de pequeña, ya no eres ninguna cría- le contesté mirándola a los ojos- ¿Te has hecho daño?

Ali: Estoy bien, tranquila- dijo arrastrando las palabras- No entiendo cómo tú siendo menor que yo te tomas algunas cosas con tanta seriedad.

Yo: No entiendo cómo a ti, teniendo veinte años, aún te divierte jugar en el parque como si fueras una niña pequeña- respondí sonriendo.

Ali: Será que aún lo sigo siendo- dijo girándose e intentando sacar el pie del pequeño agujero- Anda, sube aquí y ayúdame a sacar el pie de este trasto.

Yo: Con lo guapa que estabas quietecita.

Trepé por la pared justo como lo había hecho ella minutos antes y al llegar a su lado me agaché y me senté. Con una de mis manos cogí su pie y con la otra la red, tratando de separar ambos lo máximo posible para que el pie le cupiera y pudiera sacarlo. Al cabo de un par de segundos lo conseguimos. Ella se tumbó, se llevó las dos manos a la nuca y suspiró satisfecha.

Yo: ¿Estás cómoda?

Ali: Mucho, pero ¿sabes cómo estaría mejor?

Yo: ¿Cómo?

Se levantó un poco, me cogió de las dos manos y me estiró haciendo que cayera encima de ella y que nuestros rostros se quedaran tan solo a escasos centímetros.

Ali: Así- susurró mirándome, su aliento pegó en mi cara haciendo que se me erizaran todos los pelos de mi cuerpo.

Dado que nuestras manos seguían cogidas entrelacé nuestros dedos y las coloqué cerca de los lados de su cara. Me acerqué a sus labios para besarla, pero justo antes de que se tocaran me aparté, las dos sonreímos. Volví a acercarme pero de nuevo tan pronto como estuvieron a milímetros de rozarse nuestros labios me separé, esta vez ella rió mientras me miraba divertida. De nuevo me acerqué y sin querer hacernos esperar más a ambas la besé con delicadeza y ternura. Esos momentos junto a ella eran los que más me gustaban, ¿por qué hablar si podíamos actuar?

Separé mi mano derecha de la suya para llevarla a su mejilla y acariciarla y ella llevó la suya a mi nuca, enredando sus dedos en mi pelo. Cuando nos separamos nos sonreímos y después de que me besara la frente recosté mi cabeza en su pecho. Al poco rato, sin dejar de jugar con mi pelo, empezó a cantarme con suavidad y lentitud una canción que sin duda alguna me sabía de memoria.

Ali: Sabes, vida mía, que cuando cae el sol y se apaga el día, la luna brilla pura y limpia pues tú la iluminas con tu amor, con tu belleza y con tu olor, con tu cariño, tu alegría y con tu voz.

Al escucharla inmediatamente sonreí mientras un escalofrío me recorría de arriba abajo, apreté la mano que aún estaba entrelazada con la suya y suspirando cerré los ojos para seguir escuchando su voz.

Ali: Pero si tú no estás, si tú te vas, la luna mengua y desaparece y las estrellas la encontrarán, y descubrirán que mis lágrimas mece en algún lugar sin más amparo que mi propia soledad.

Estuve los siguientes minutos escuchándola cantar, notando su calmado palpitar bajo mi cuerpo mientras suavemente se movía de lado a lado al compás de lo que estaba cantando. Cuando acabó giré mi cuello y la miré, ella estaba con una pequeña sonrisa.

Yo: Cantas muy bien, tienes una voz muy bonita.

Ali: Gracias. ¿Te ha gustado?

Yo: Mucho. Ya de por sí la canción es preciosa, pero con tu voz lo es aún más.

Ali: Si algún día llegas a dudar de lo que siento por ti, te sientes triste, tienes miedo o por el contrario estás rebosante de alegría quiero que te acuerdes de esta canción para que recuerdes todo lo que te amo. Por alguna razón cada vez que la escucho hace que me acuerde de ti.

Yo: Lo haré- le aseguré acercándome para besarla, ella me correspondió al instante- Hace un buen rato que tengo la sensación de que me olvido algo.

Ali: ¿Qué es?

La miré enarcando una ceja.

Yo: Mira que te amo con locura, pero a veces eres realmente tonta, o te lo haces.

Ali: ¿Qué pasa?

Yo: Veamos, ¿qué parte de ‘Hace un buen rato que tengo la sensación de que me olvido algo’ no comprendes? Si te estoy diciendo que tengo la sensación de que me olvido algo ¿cómo quieres que sepa qué es lo que me estoy olvidando?

A lo largo de mi explicación ella no dejó de sonreír, entonces lo comprendí.

Yo: Aunque no sé quién es más tonta de las dos, tú por hacerte la tonta aposta o yo por no darme cuenta de que lo haces para sacarme de mis casillas.

Ali: Veo que vas conociéndome.

Yo: Qué remedio me queda…-dije  encogiéndome de hombros, entonces recordé lo que me había olvidado-¡Mi bolso!

Ella giró rápidamente su cuello en dirección al banco en el que habíamos estado antes.

Ali: Está ahí.

Yo: ¿Ves? Ya sabía yo que algo me dejaba, y justo ahora recuerdo qué me ha hecho salir corriendo- le dije quitándome de encima suya mientras le miraba con los ojos entrecerrados.

Ali: Te amo- me dijo besándose la mano y soplándosela mientras me guiñaba un ojo.

Negué con la cabeza mientras reía y empecé a caminar a gatas para salir de ese lugar, Ali se había colocado justo detrás de mí. En ese momento mi pulsera se quedó enganchada en una pequeña obertura metálica que la goma del puente no cubría.

Yo: Espera mi amor que se me ha quedado enganchada la pulsera- la avisé apoyándome en mis antebrazos para tener la mano izquierda libre.

Ali: Tranquila, tú tómate tu tiempo que yo estoy aquí muy bien- escuché que decía.

Giré el cuello para mirarla, al apoyarme en mis antebrazos había dejado mi trasero completamente en pompa, accesible a la perversa mirada de Alicia. Cuando la miré estaba observándolo con descaro, y cuando notó que la estaba mirando me dedicó una sonrisa triunfal. Me reí, volví a girarme y continué con mi tarea. Al cabo de un par de segundos no noté tan solo la mirada de Alicia sobre mí, sino que también sentí su mano acariciar mis nalgas. No pude evitar sonreír.

Yo: Alicia, no te pases.

Ali: Aprovecho para acariciar lo que es mío, ¿o no me has dicho antes que toda esta maravilla me pertenecía? Si quieres también puedo recordarte qué otras cosas más me pertenecen…

Yo: No gracias, me acuerdo muy bien. Adelante, disfruta y deléitate de lo que es tuyo por favor- le dije pues sabía que si se le antojaba era completamente capaz de tocarme entera y hacerme el amor ahí mismo.

Ali: Bien- murmuró satisfecha con mi respuesta.

A los pocos segundos conseguí por fin separar mi pulsera así que gateé rápidamente hasta poder ponerme de pie, Ali hizo lo mismo.

Ali: Eres una corta rollos- comentó resoplando.

Yo: Y tú una abusona- le contesté riendo.

Bajamos del castillo y fuimos hasta el banco, una vez allí revisé si me habían robado algo, por fortuna estaba todo. Estuvimos allí unos minutos más y luego nos marchamos. La tarde se nos pasó volando, antes de que pudiera darme cuenta ya había oscurecido así que como ambas empezábamos a tener hambre fuimos a cenar al hotel. Al acabar subimos a nuestra habitación y nada más cerrar la puerta Ali se echó sobre mí besándome apasionadamente, íbamos a aprovechar muy bien nuestra última noche allí. La tumbé delicadamente en la cama e hicimos el amor, sin exagerar, durante horas. Le brindé ni más ni menos la friolera de cinco orgasmos para que no ocurriera lo de la noche pasada, mientras que yo con tres quedé más que satisfecha.

Cuando acabamos caí rendida y sudorosa al colchón con el corazón a punto de explotar de lo rápido que me iba, reventada sería poco en comparación a cómo estaba.

Yo: Dios mío Alicia, eres insaciable- comenté agitada y mirándola, ella también cayó agotada a mi lado.

Ali: No sé qué me pasa, a la mínima me excito y cada vez que te veo tengo unas ganas terribles de tocarte y besarte.

Yo: Mi madre ya me avisó de que esto podría ocurrir, qué ingenua yo al pensar que exageraba- murmuré sonriendo al recordar sus palabras.

Ali: ¿Qué te dijo?

Me tomé unos segundos para calmarme antes de responder.

Yo: Me dijo que con el embarazo tu apetito sexual cambiaría y que quizás no querrías tocarme ni con un palo o por el contrario no me dejarías tranquila ni dos segundos. En un principio no la creí, pero viendo lo de esta noche…- le expliqué, lo último lo dije riendo.

Ella abrió los ojos asombrada y se puso roja de la vergüenza.

Ali: ¿Tu… tu madre sabe que tú y yo nos acostamos?

Yo: Ay Alicia, pues claro que lo sabe, se imagina que como toda pareja hacemos el amor. ¿O te piensas que cree que me invitas a pasar un fin de semana en un hotel para hacer una fiesta de pijamas?

Ali: No, pero no sé…- se encogió de hombros- ¿No te avergüenza que lo sepa?

Yo: Pues la verdad es que no.

Ali: No le hablarás sobre ello, ¿verdad?

Yo: Que no me moleste que lo sepa no significa que le hable deliberadamente de eso. Lo que hacemos en la cama se queda entre tú y yo cariño- respondí acercándome para besarla- Me has dejado muerta mi amor, no sé si podré aguantar este ritmo los próximos seis meses- dije sonriendo.

Ali: Si ves que me paso o no te apetece dímelo ¿vale? No quiero que te sientas obligada porque a mí sí me apetezca.

Yo: En condiciones normales puedo asegurarte que lo único a lo que no podrás obligarme jamás es a hacerte el amor.

Ella me sonrió y me besó.

Ali: ¿Dormimos?

Yo: Sí, por favor.

Mientras ella se giraba para apagar la luz yo cogí el edredón y las mantas y nos tapé, luego la abracé por la espalda.

Yo: Te amo.

Ali: Yo también te amo.

Llevé mi mano a su vientre, ella puso su mano sobre la mía y entrelazó nuestros dedos.

Yo: Álvaro me gusta mucho.

Ali: ¿Eh?

Yo: Hace tiempo me preguntaste un nombre de niña que me gustara para nuestro hijo, ahora te digo uno de niño que también me gusta aparte de Iván.

Ali: ¿Nuestro hijo?

Yo: Lo siento, es que como me lo dijiste la otra vez- me disculpé con rapidez- ¿Te molesta?

Ali: Mmm no, todo lo contrario, suena increíblemente bien- suspiró apretándome la mano.

Sonreí, le besé el cuello y me apreté contra ella más aún.

Yo: Buenas noches amor.

Ali: Buenas noches mi vida- fue lo último que escuché antes de quedarme dormida.


¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Bueno, yo os dejo aquí la continuación que a pesar de que ya sé que tardo mucho, trato de hacerla lo más larga posible para que compense el tiempo que no publico. Muchísimas gracias a todos por todo el apoyo que me dáis cuando comentáis y valoráis, o a los que leen sin hacer ninguna de estas dos cosas, es realmente reconfortante para mí y un verdadero gusto ver que lo que escribo gusta tanto. Como siempre, quisiera agradecer especialmente a:

Patysalaz: Desde luego que sí se tenían merecido una buena dosis de sexo, creo que Ainhoa a partir de ahora va a estar realmente satisfecha y en muy buena forma jajaja. Me alegra que te guste mi historia, espero que haya sido de tu agrado este capítulo. ¡Saludos!

Bonny: Jajaja la verdad es que Ali babeó por completo el suelo al ver a Ainhoa así. ¿Todo lo que termine en 'o'? Entonces también te horrorizó, te aborreció, te aburrió y demás cosas. Jo, ahora estoy triste :( Jajaja, espero que te haya gustado. ¡Besos!

Aurora la Diosa: ¿Verdad que es bueno que las haga sufrir con tanta abstinencia? Luego la recompensa es mucho mejor, con actuación y atuendos especiales incluidos jajaja. ¿Que qué música me inspiró? Pues realmente estaba escuchando melodías de piano, cuando escribo siempre me gusta escuchar música, muy acorde no va la cosa ¿verdad? Jajaja. Puede ser que Alicia vuelva a picar a Ainhoa, o Ainhoa a la pelirrojita, no sé, si lo digo ahora no tiene gracia. Bueeno, que Ali se dio cuenta de que por una tontería no iba a permitir que Ainhoa se molestase, así que decidió que si sus amigos no la aceptaban pues bien por ellos, pero eso de que les gusta complicarse la vida es completamente cierto (¿O será que a mí me gusta complicársela a ellas?) Sí, ya pensaba yo que en esta vida no sería que tú le cogerías cariño a Ainhoa, era demasiado bonito para ser verdad. Y qué mona que quieras volver a encontrártela, si en el fondo por muy mal que te lo haga pasar te gusta :). Vale, si me dices que soy tan buena como tú entonces voy a empezar a creerme que no soy para nada buena, es más, soy lo peor del mundo jajaja. Que no, que no dudo que seas buena, algo malvada eso sí, pero no mala. Ya suponía que tendrías algo que decir con el remojón, pero como ves no ha causado nada negativo en Ali, así que puedes quedarte tranquila. Y sí, también sé que me he ganado a pulso que la gente desconfíe de cada palabra que escribo, pero ¿acaso no os dáis cuenta de que yo estoy igual o más emperrada que vosotros con Ali? Ay madre mía, si esta mujer de verdad existiera no la dejaría sola ni para ir al baño jajaja. Por eso podrías empezar a pensar que no me gustaría hacer que abortara ni que tuviera ningún problema. Uh, no quisiera saber qué te puso de malas ese día en el que mi maldad te reconfortó, tienes pinta de, con todo mi cariño y como decimos aquí en España, tener una mala leche de la hostia jajaja. Si es así me identifico contigo, yo también suelo ser de carácter bastante fuerte. Eh, pues por muy increíble que te parezca no se me ocurrió escribir que Ali perdiera la memoria, lo que sí admito y ya he dicho con anterioridad es que la idea pasó por mi cabeza, pero en ningún momento tuve la intención de escribirlo. Oye, pues qué remedio me queda que estafar a mis clientes, para empezar no sé ni siquiera si tendré trabajo, y si lo tengo puedo asegurarte que lo último que haría sería engañar a mis pacientes, era una pequeña opción por si mi sueldo no era demasiaod gratificante. Pues claro que no podrías llamarme torturadora, hasta que no te tuviera entre mis manos no podrías afirmar si eso es cierto o no:) No por favor, más honor es el mío de tenerte como mi conejillo de in... como paciente, de verdad que sí. Yo te aseguro que de mis favoritas serás y que te trataré bien, de eso no hay duda, pero eso de que te haga las prácticas bien... Te fijas el nombre que tiene ¿no? Prácticas, para practicar por primera vez, a mí sinceramente como paciente no me reconforta jajaja. Y bueno, si te me pones rebelde y dices que encontrarás la manera de ultrajar mi cacheo me veré obligada a tomar medidas drásticas... No preguntes, estoy pensando en ello jajaja. Menos mal que aclaras que eso de ir matando a la gente por la regla no es normal,  cuando vea que a alguna de mis amigas le ocurre la mandaré inmediatamente a que reciba ayuda. Jajaja pues déjame decirte que cuando escribí esa parte no estaba afectada de ninguna manera, te lo puedo asegurar jajaja. Bueno, si tú dices que es plausible que la pelirrojita mate a Ainhoa, te digo que la pena, el dolor y la culpa de haber matado al amor de su vida no le hará ningún bien a Ali, y entonces ahí no me podrás echar nada en cara si hago que aborte, porque la depresión en la que se sumiría Ali sería enormemente inmensa y sería muy falso que en ese estado no perdiera el bebé. Así que sí, tienes toda la razón del mundo :). Bueno, eso de que soy culpable de que mis protas (véase Sarah)se encuentre con gente psicópata es cierto, ahí te doy la razón. Es verdad que aún hay gente que prefiere el parto en casa, pero vamos, ¿me estás diciendo que ves a Ali dando a luz en su propia casa? Nah, irá al hospital cuando el bebé decida salir porque quiere y tampoco porque sea un embarazo de riesgo, te lo juro. ¿Estás más tranquila así? Oh, cómo echaba de menos ese '¿Capisci?' Me has vuelto a amenazar, mi alegría es inmensa. Jajajajaja perdón por mi lentitud, es que como estabas hablando sobre torturas físicas y psicólogicas y luego me dijiste que era la mejor en esa categoría pues me hiciste pensar que te referías al sadomasoquismo jajaja. No te discutiré eso de que era de forma sarcástica porque sé perfectamente que ni de lejos soy la mejor en esta categoría, creo que hay autoras realmente buenas y puedo asegurar que me estoy esforzando por mejorar de cada vez más. Sí, a Ainhoa con ese traje le faltaba absolutamente todo el kit de masoquismo para hacer una sesión de tortura -.- Anda, no exageres tanto que estoy segura que Ali pensó de todo menos eso jajaja. Por supuesto que te quieres librar de mí, con veintiún años no te da ni para lumbago. Pero vale, si tantas ganas tienes adelante, autorizo tu jubilación, esa no te la esperabas ¿cierto? Pues ale, disfruta y déjame con tu sucesora, vaga, que eres una vaga ¬¬ Ya ni escribir puedes jajaja. Y no, por más que tú te quieras autoconvencer no te quiero perder de vista, me es agradable discutir tontamente contigo, es divertido. Jo que no iba con segundas esa frasecita. ¿Tú, un ser inocente? JA. ¿Debo recordarte quién fue la que empezó a decir que un consolador de no sé cuántos centímetros de diámetro para Andrés y Sergi vendría de perlas? ¿O eso de que alguno de los dos tendría que poner el pompis para el enculamiento? Anda anda, tus palabras se vuelven en tu contra querida. Oh, yo creo que sí sería divertido que vinieras a buscarme relajada, lo que quizás ya no lo sería tanto es que te me pusieras histérica perdida, porque como ya he dicho antes, tienes pinta de tener muy mala hostia jajaja. Pero como tú veas, ven cuando quieras, eres más que recibida. ¿Una de la madrugada? Estás hecha una trasnochadora ¿eh? Tranquila, no me molesta que me escribas la biblia, es la mar de divertido leerte, y puedo asegurarte que no por ello dejaré a otros usuarios sin su comentario. Tenía que disculparme por siempre dejarte una parrafada y no dividir mi comentario en párrafos, pero es que si lo hiciera ocuparía más espacio que el escrito en sí y no me agrada del todo la idea. Aunque si te es incómodo (que no dudo que lo sea) puedo hacerlo sin problema, tampoco es cosa de cansar la vista así porque sí. Bueno, espero que haya sido de tu agrado este capítulo. ¡Besos desde España!

Gia: Pues claro que a Ali se le puede perdonar todo, creo que Ainhoa serñia capaz de perdonarle incluso una infidelidad. Jajajaja ya sé que Ainhoa daba mucho la lata al principio, pero es que la pobre como tú bien has dicho se ahoaba en un vaso de agua que incluso estaba a la mitad xd. Qué se le va a hacer, hay personas así. Coincido completamente contigo, mejor morir de placer que de ganas jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Daga545: Sí, una noche realmente buena, eso ya podrás decírselo a ellas jajaja. Al bebé quizás le queda algo, la gente piensa que ya está apunto de acabar la historia pero creo que no se hacen una idea de la manera que he decidido alargar la historia, espero que no se haga pesada y aburrida. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Max: Bueno, venganza venganza no creo que haya sido del todo, viendo como ha acabado jajaja. Así me gusta, no más lágrimas, como mucho de felicidad, que tampoco creo que llegues a ese punto. Vaya, ¿necesito continuar o tú necesitas que continúe? Jajaja, me parece que es la segunda opción :P Gracias por la inspiración, de verdad que me hace falta para no tornar aburrida la historia. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Lucerla: Vaya, me ha sido imposible no leer tu comentario con una sonrisa, creo que te has esforzado en hacer que rime y de verdad que lo agradezco, ha sido algo fuera de lo normal y en cierto modo divertido., lo cual debo decirte tiene mucho mérito. Sobre eso que has dicho que tarde un poco el final te diré que sí, aun queda bastante para el final así que me alegra poder complacerte en ese sentido. Acerca sobre lo que dices de la fuerza de un comentario es completamente cierto, puedo asegurarte que si apenas tuviera comentarios publicaría porque me gusta escribir, pero no con tantas ganas como lo hago después de leer todos los comentarios que me escribís todos. Así que como bien has dicho, es por esa la razón por la que me gusta responder a cada comentario, si vosotros me comentáis ¿por qué no debería yo contestaros? Es mi forma de agradecer personalmente a aquel que se toma las molestias de dejarme su opinión. En absoluto te disculpes por comentar tanto, este tipo de comentarios son los que más me gusta, además que tengo que añadir que el tuyo me ha sonrojado y admito que me ha subido el ego un poquitín jajaja. Considero que no es para tanto, pero agradezco de corazón cada palabra que me has dedicado. No tengo que permitirte nada, eres libre de sentirte seguidora mía, yo encantada. Debo decir que yo también leí tu publicación pero que por ciertas cuestiones no me pude parar a comentar, pero me pareció realmente precioso lo que escribiste. La manera de transmitir los sentimientos y de hacer que cada palabra rime con la otra tiene para mí muchísimo más mérito que cualquiero otra cosa, por lo cual soy yo la que también te felicita. Y no me agradezcas nada, soy yo la que lo hace por tomarte la molestia de tomarte tiempo para dejarme un comentario. Espero que este capítulo te haya gustado. ¡Un beso!

Vane: Jajaja ya sabía a qué te referías, y no, no enviaré a ninguna de las dos al hospital por ningún accidente, lo prometo. Uy, bueno, de momento no tengo la necesidad de hacer ningún casting para buscar novia jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Barker: Me alegra que te gustara, espero que este capítulo también haya sido de tu agrado. ¡Besos!

Puropogo: Jajajaja bueno, ya sé que lo que querías era a Batman Batman, pero creo que la adaptación junior que he hecho de él no ha estado del todo mal, ¿no? Jajaja. Debo decirtte que aun quedabastante de historia, espero que no os llegue a aburrir. Puede ser que Ainhoa sintiera algo por Ali desde antes del accidente, quizás no se daba cuenta o lo sabía y no quería hacer caso. Espero que hayas quedado satisfecho con lo de Batman y que te haya gustado la continuación. ¡Besos desde España!

Yuliana3000: Jajaja, me alegra que consiga sorprenderte con cada capítulo, me esfuerzo para conseguirlo. ¿Sabes qué pasa con lo de devolverle el enfado a Ainhoa? Que es que aun así, cuando Ali se tenga que 'enfadar' (porque no es enfado del todo) con Ainhoa la cosa es que se disculpará y se sentirá culpable jajaja. Ya sé que adoras a Ali, hazme caso que yo también aunque parezca lo contrario, pero es que no sé cómo siempre se me ocurren situaciones para que sea Ainhoa la que se cabree con ella, o que Ali tenga que disculparse. Lo siento por ello, pero es que es así jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Labrys28: Jajaja pues no, no me han podido castigar porque estoy soltera :) Quizás ahora entiendas la verdadera razón de su abstinencia jajajaja. Que no, que era para generar tensión entre ellas, no todo podía ser tan fácil. Jajajaja me ha gustado eso de 'Vips', era viernes sí, qué cosas que os inventáis jajaja. Oh, qué considerada tú al perdonar a Ali por lo de la mentirijilla, si es que eres un caho pan. Bueno, creo que no sería una buena escritoa si te dijera si van a sufrir por algo más ¿no? Buen intento, casi me hiciste picar jajaja. Lo que tenga que ser será, tú no te preocupes que ya me encargo yo. Espero que te haya gustado. ¡Besos! 'Transmitiendo desde el mullido sofá de mi casa... Fin de la transmisión'

Penelope: Me alegra que te gustara, y espero que también te haya gustado este capítulo. ¡Saludos!

Artwork: Ya sé que se lo merecían, por eso una buena noche les di jajaja. Yo más bien soy de leer historias antiguas y que ya han acabado, a pesar de que también leo las nuevas que se publican. Si quieres leer mi anterior historia ruego que tengas paciencia, pues recuerdo que me dijiste que te gustaba que estuviera bien escrito y sin faltas de ortografía y como era mi primer escrito precisamente estas dos cositas no abundan mucho jajaja. Estoy bastante orgullosa de ver el cambio que he dado a la hora de escribir, y sé que aun me queda mucho por mejorar. Sí que fue tierno cuando le besó el vientre, ¿verdad? ¿Que por qué un nombre tan complicado de escribir? Jajaja bueno, Ainhoa para mí no es un nombre difícil de escribir, aquí en España es bastante común, cierto es que está su variante sin 'h', que sería Ainoa. A mí personalmente me gusta más con 'h', pero desde luego que no tengo ningún problema en que si tienes que escribir su nombre sea sin 'h'. Tranquila, que por escenas cursis no será jajaja, puedo asegurarte que habrá bastantes. Bueno bueno, ¿aquí quién ha hablado de una boda? Jajaja, aunque son bastante jóvenes como para casarse no descarto nada, eso se verá a medida que se lea. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Karin9: Bueno, no prometo nada con lo de la histeria de Ainhoa eh jajaja. Me alegra que te guste mi forma de escribir, y me alegra aun más que te parezca que sigo de la misma manera. No te preocupes si no puedes comentar, hazlo cuando puedas, no es ninguna obligación hacerlo jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Lita: Jajaja sí, más bien fueron las dos las que decidieron dejar de hacerse esperar tanto y se dieron una buena sesión de sexo. A ver cuando puedes continuar tú con tu historia, que créeme que me hacen falta Sabrinita y Audrey jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!