Ayúdame a recordar 34

Ali: Me has dejado sin palabras, decir que estás preciosa sería el mayor insulto que podría decirte, pero no encuentro otra palabra. Estás preciosa, y muy, muy buena- me dijo saliendo de su asombro.Yo: Y soy tuya- concluí besándole el cuello.

Ella se acurrucó más a mí y respiró profundamente, la conocía y sabía que aquello significaba que estaba dispuesta a dormir. Yo la imité, cerré los ojos y traté de dormirme. No fue fácil, la verdad es que estuve alrededor de una hora mirando cómo dormía Alicia pero acabé cayendo rendida junto a ella.


La mañana siguiente me desperté abruptamente y muy agitada, me sentía tremendamente excitada y mojada. No tardé mucho en recordar el sueño que acababa de tener. Suspiré, cerré los ojos y me llevé las manos a la cara, vaya despertares que había tenido últimamente. De nuevo había tenido un sueño erótico con Alicia, me había parecido sumamente real. Joder, ¿de verdad estaba tan necesitada como para tener que soñar eso y ponerme así?

Ali: Buenos días mi amor.

Di un brinco asustada, tan cegada estaba que ni siquiera me había dado cuenta de su presencia. La miré, ella estaba con una sonrisa un tanto extraña.

Yo: Buenos días- la saludé con un corto beso, no me convenía alargarlo.

Ali: ¿Qué tal has dormido?

Yo: Bien- recordé el sueño- ¿Y tú?

Ali: Estupendamente- se estiró haciendo que crujiera algún que otro hueso y bostezó- ¿Qué soñabas?

Mi cara cambió por completo de expresión al escucharla decir eso. ¿Se había enterado de lo que había soñado? ¿Cómo?

Yo: No sé, no me acuerdo- mentí avergonzada.

Ali: ¿Segura?

Yo: ¿Por qué lo preguntas?

Ali: Es que me he levantado más temprano de lo normal y decidí verte mientras dormías. Acabo de descubrir que hablas mientras duermes- me dijo sonriendo ampliamente.

Cerré los ojos y me llevé una mano a la frente, fuera lo que fuera lo que había dicho mientras dormía fue suficiente para que supiera qué había soñado. Se tumbó encima de mí de manera que su boca quedó en mi oído.

Ali: ‘Mmm Alicia’ ‘Ahh no pares’ ‘Sigue Ali, sigue’- dijo repitiendo lo que supuse que había estado diciendo mientras trataba de contener la risa.

Noté que la cara se me puso roja e intenté quitar a Alicia de encima de mí, pero se abrazó más a mí mientras reía ahora sin contenerse.

Yo: Vete por ahí.

Levantó la cabeza y me miró, al ver que estaba completamente roja sonrió más, yo aparté la vista.

Ali: ¿De verdad tantas ganas tienes?

Yo: Viendo tal y como me dejaste ayer no debería sorprenderte tanto, no puedo controlar lo que sueño- dije atreviéndome a mirarla.

Ali: Soy tan buena en la cama que no puedes evitar soñar conmigo.

Yo: No te lo creas tanto, eres normalita tirando para abajo- bromeé para ver qué decía.

Ali: ¿Ah, sí? Eso no era lo que decías antes.

Volví a sonrojarme y ella volvió a reír.

Ali: Jajaja mi amor no tienes por qué avergonzarte, es algo normal que sucede a veces- me dijo después de haber estado un buen rato carcajeándose de mí.

Yo: ¿Cómo quieres que no me avergüence diciéndome lo que me dices?

Ali: Sabes que lo hago aposta, no es algo para sentirse así. A mí de echo me gusta porque así sé que me deseas- me dijo acercándose y robándome un beso.

Yo: Quien no te deseara está loco- volví a besarla.

Ali: Eso tiene sentido ahora que sé que te gustaba desde un principio, explica muchas cosas.

Yo: ¿Qué cosas?

Ali: Diciéndote que las dos veces te pillé mirándome el culo me entenderás- me dijo sonriendo.

Empecé a reírme bastante fuerte al recordarlo, había que admitir que fui muy obvia al hacerlo.

Ali: Por aquel entonces no quise darle mucha importancia dado que no quería ilusionarme tontamente, pero luego todo tuvo sentido.

Yo: La discreción no es lo mío.

Ali: No hace falta que lo jures.

Yo: Vaya, pues yo sinceramente pensaba que no te habías dado cuenta.

Ali: Pues pensabas mal.

Yo: Es que mujer, así tal y como te pusiste las dos veces era imposible no mirar.

Ali: Lo sé, lo hice a propósito- admitió sonriendo.

La miré con las cejas levantadas.

Yo: ¿En serio?

Ali: Sí, realmente no sé por qué pensé que quizás podría funcionar para intentar llamar tu atención pero parece que dio resultado.

Yo: Te puedo asegurar que las dos veces tuviste mi atención por completo.

Ella sonrió y me besó. Estuvimos así un buen rato, a pesar de que yo ya estaba agitada por el sueño no quise dejar de besarla, prefería quedarme con las ganas que contenerme a besarla. De repente un sonido agudo y repetitivo inundó la estancia interrumpiendo nuestro beso.

Ali: Hora de levantarse- murmuró mientras se estiraba para apagar el despertador.

Yo: No quiero- dije bostezando.

Me tumbé boca abajo y me tapé hasta arriba con las mantas, se estaba muy calentita ahí dentro.

Ali: Vamos Ainhoa, no seas una cría- me regañó destapándome la cabeza.

Me acerqué a ella y la abracé poniendo una pierna por encima de las suyas.

Yo: No vayas a clase, quédate aquí conmigo- le dije sabiendo que aquello no le haría cambiar de opinión, ella era muy responsable.

Ali: Me parece muy fuerte que me estés incitando a hacer novillos.

Yo: Si cuela cuela.

Ali: Y si no me la pela, ¿no?

Yo: A mí no se me puede pelar nada.

Rió ante lo que había dicho y volvió a intentar convencerme de que me levantara. Como vio que no podía me destapó por completo y metió sus manos debajo de la camiseta del pijama, estaban heladas.

Yo: ¡Me cago en la madre…- grité intentando sacar sus manos, pero ella se había agarrado bien a mi cintura- ¡Alicia sácalas de ahí ya!

Ali: La niña no quiere salir de la cama, pues mis manos tampoco quieren.

Para que no me acostumbrara al frío giró las manos y las puso esta vez en mi abdomen, di un pequeño brinco.

Yo: Está bien, está bien, me levanto pero ¡saca las manos!

Riendo me hizo caso y sacó los dos hielos que tenía por manos de mi piel, antes de que se le ocurriera volver a hacerlo me senté para demostrarle que iba a levantarme.

Ali: Lo que no consiguen dos manos congeladas en invierno no lo consigue nada- dijo levantándose y abriendo su armario para elegir qué ponerse.

Yo: Ja ja ja. ¿Puedo tomarme la ducha que me ofreciste ayer? Creo que me hace más falta ahora.

Ali: Mi amor, quiero que sepas que esta casa es tu casa. Puedes hacer lo que quieras sin tener que pedirme permiso.

Yo: No puedo considerarla mi casa sin estar pagando nada.

Ali: Entonces realmente tu casa no es tu casa porque tú no estás pagando nada.

Yo: Pero mis padres sí.

Ali: Bueno, yo soy tu novia y también pago.

Yo: No es lo mismo.

Ali: Sí que lo es, pero como no quiero seguir discutiendo tontamente te doy permiso para que te duches.

Me levanté, me acerqué a ella y la abracé por la espalda.

Yo: Si dejaras que te ayudara con el alquiler sí que podría considerarla mi casa- le susurré al oído.

Ali: No digas tonterías Ainhoa, no tienes dinero.

Yo: Puedo conseguir un trabajo a tiempo parcial por la mañana.

Ali: Ah no, eso sí que no pienso permitirlo.

Yo: ¿Por qué no?

Ali: Pues porque no.

Yo: Pero Ali…- me interrumpió.

Ali: Se nos va a hacer tarde, ve a ducharte.

Decidí hacerle caso para que no llegara tarde y nos diera tiempo a desayunar.

Yo: Vamos a hablar de esto tarde o temprano te guste o no- le advertí saliendo del cuarto.

Me metí en el baño y me di una buena ducha con agua caliente, tardé bastante. Después de veinte minutos salí, estaba sentada en el sofá esperando.

Ali: ¿Ya estás?

Yo: Sí.

Se levantó lentamente para evitar mareos o desmayos, antes de que se acercara a la mesa para coger su mochila me adelanté y lo hice yo.

Ali: ¿Qué haces?

Yo: Se supone que las embarazadas no deben hacer esfuerzos y coger peso y ya que hoy estoy yo no pienso permitir que la lleves tú- le contesté colgándomela de la espalda.

Ella se acercó a mí y me sonrió.

Ali: Gracias.

Yo: De nada- la besé durante unos cuantos segundos- ¿Tienes hambre?

Ali: Bastante.

Yo: Pues venga, vamos a desayunar.

Bajamos a la calle, nos metimos en el coche y empecé a conducir hasta una pequeña cafeteria, al llegar allí pedimos y empezamos a desayunar. Hacía un muy buen día, el sol brillaba y no había ni una sola nube pero aun así hacía muchísimo frío. Estuvimos hablando de un poco de todo y me explicó qué es lo que estaban dando en clase. Aquello me recordó a Jenny y a Samu, no pude contenerme a preguntarle de nuevo por ellos.

Yo: ¿Me vas a contar ya lo de Jenny y Samu?- le pregunté mientras pagaba en caja.

Ali: Dentro de poco lo sabrás- me dijo sonriendo.

La miré sin entender a qué se refería pero no seguí insistiendo. Si ella decía que lo sabría, pues lo sabría. Nos metimos en el coche y puse rumbo a la universidad, en un par de minutos llegamos.

Ali: Aún faltan diez minutos para que empiecen las clases, ¿te apetece quedarte un rato o tienes algo que hacer?- me preguntó al salir del coche.

Yo: Puedo quedarme pero ¿estás segura de que quieres que me quede?- quise asegurarme apoyándome en el coche.

Ali: Que sí mi amor, tú tranquila- me abrazó por la cintura.

No la entendía, me decía que no quería decir lo nuestro y ¿ahora me cogía de las manos y se ponía cariñosa delante de medio campus? A lo lejos tres personas miraron hacia Ali y empezaron a acercarse, entre ellos estaban Samu y Jenny.

Yo: Alicia, sepárate que vienen tus amigos- la avisé, pero aun así siguió abrazada a mí.

Desconocido: Hey Alicia, ¿qué tal el finde?- le preguntó amistoso al llegar a nuestro lado, había que admitir que no era para nada feo.

Ali: Hola Diego, ha estado bien. ¿El tuyo?- mientras hablaba había cogido mis dos manos.

Yo: Ali, ¿qué haces?- le pregunté en un susurro.

Ella me miró un momento pero no me dijo nada, estaba escuchando lo que le decía su compañero.

Diego: Alcohol, alcohol por todas partes- le respondió con una gran sonrisa.

Ali: Jajaja no esperaba menos de ti.

Samu: Por favor Alicia, dime que el trabajo al final te lo quedaste tú, yo no lo encuentro por ninguna parte- le dijo un poco desesperado.

Jenny: Yo tampoco lo tengo, así que o lo tienes tú o se ha perdido.

Ali: Tranquilos, está ahí en mi maleta- me señaló a mí ya que la tenía yo, acercándose más aun poniéndome bastante nerviosa, ella lo notó.

Yo: Alicia, nos están mirando todos- le dije al oído aprovechando su cercanía.

Ella me sonrió y me guiñó el ojo, pero siguió sin decirme nada. Me estaba poniendo muy nerviosa así que opté por separarme un poco.

Diego: ¿Quién eres?- me preguntó mirándome.

Yo: Soy Ainhoa, una amiga de Alicia- me presenté sonriendo.

Ali me miró y rió, se acercó a mí y me besó ahí, delante de todos. Tanta fue mi sorpresa que ni cerré los ojos. Se separó al cabo de no mucho y me abrazó apoyando su cabeza en mi hombro.

Ali: No es mi amiga, es mi novia. Y debo decirte que si no lo aceptas y quieres apartarte de mi lado adelante, hazlo porque no pienso permitir que lo que más amo en este mundo se atreva a volver a pensar que me avergüenzo de ella.

Se nos quedó mirando un poco sorprendido, podía jurar que yo lo estaba más que él.

Diego: Vaya, me sorprende bastante pero no pienso apartarme de ti tan solo porque tus gustos no sean los que la gente considera normales. Un placer conocerte Ainhoa.

Yo: L-lo mismo digo- le contesté aun asombrada.

Alicia se giró y me miró con una gran sonrisa.

Ali: Cuando te fuiste el sábado ellos dos se quedaron tranquilizándome un poco, entonces me di cuenta de que me daba igual que lo supieran o que no me aceptaran, lo único que me importaba e importa es estar contigo. Siento no haberme dado cuenta antes y haberte mentido.

Yo: No pasa nada mi amor- le contesté acariciando su mejilla.

Ella me sonrió y me volvió a besar, esta vez sí que le respondí.

Jenny: Me alegra ver que lo habéis arreglado, al irnos de su casa nos sentimos bastante mal- nos dijo una vez hubimos acabado el beso.

Samu: Y yo siento muchísimo haberte mirado así Ainhoa, de verdad, tanto por ser la novia de Ali como por mi descaro. Hay veces que soy así de imbécil y baboso- se disculpó un poco avergonzado.

Yo: No pasa nada, puedo asegurarte que eso fue lo que menos me importó en ese momento.

Samu: Aun así quiero disculparme.

Yo: Estás perdonado- le sonreí.

En ese momento se escuchó el timbre a lo lejos indicando que las clases habían comenzado.

Diego: Ale, de vuelta a empezar la semana- comentó cogiendo su maleta.

Ali: Qué tortura.

Yo: No te quejes, que tú al menos estudias por las mañanas y luego tienes toda la tarde libre.

Ali: Es verdad, es un lujazo- sonrió riéndose de mí.

Yo: Venga ve, que vas a llegar tarde.

Ali: Gracias por invitarme a desayunar y por traerme.

Yo: De nada mi amor- la acerqué a mí y la besé- Estudia mucho.

Ali: Eso haré- volvió a besarme y se acercó a mi oído- El viernes paso a por ti a las ocho- susurró.

Le sonreí perversamente mientras le daba la mochila y empezaba a caminar hacia atrás.

Yo: Te amo.

Ali: Y yo a ti- se giró y alcanzó a sus amigos que ya iban un poco más adelantados.

Sonreí inconscientemente sin saber del todo por qué, bueno sí que lo sabía. Era más feliz aun si era eso posible. Iba a meterme en mi coche cuando una voz me interrumpió.

Marta: ¿Ainhoa?

Me giré y la vi, Javi estaba a su lado.

Javi: ¿Qué haces aquí?

Me acerqué a ellos y los saludé con dos besos a cada uno.

Yo: He traído a Ali a clase.

Marta: ¿No era que los domingos no estabais juntas?

Yo: Una larga historia… ¿y vosotros? ¿No deberíais estar en clase?

Javi: Deberíamos, pero ambos tenemos la primera hora libre y nos hemos acordado demasiado tarde de ello, así que decidimos pasearnos por aquí un rato.

Yo: Podemos ir a tomar algo si queréis hasta que pase el tiempo.

Ellos asintieron y conduje hasta la misma cafetería en la que había estado minutos antes con Ali ya que ellos no habían comido nada. Como yo estaba llena no pedí nada. Estuvimos hablando durante un buen rato de todo, les conté la discusión que tuvimos Alicia y yo y ellos opinaron lo mismo que mi madre y yo, no le encontraban sentido. Se alegraron de que lo hubiéramos arreglado y continuamos charlando. Al cabo de un buen rato pagaron lo que habían consumido y los acerqué a la universidad ya que no faltaba mucho para que entraran a clase. Nos despedimos y fui al centro de la ciudad para mirar un par de tiendas.  Lo que miré no fue de mi agrado así que decidí volver a casa, ya seguiría buscando, tenía tiempo de sobra.

Los días hasta el viernes pasaron con una lentitud realmente agobiadora y exasperante, contra más lo deseaba más lejos lo veía. Cuando por fin llegó el tan ansiado día al salir de clase estuve todo el día nerviosa e impaciente, a las seis en punto justas tocaron el timbre de casa indicándome que Marta había llegado. Le abrí y cuando estuvo arriba la hice pasar a mi cuarto.

Marta: Veamos, enséñame lo que tienes para Ali esta noche- me dijo frotándose las manos con rapidez.

Sonreí, abrí mi armario, removí un par de cosas y saqué una bolsa blanca que dejé en la cama. Mientras yo volvía a colocar mi armario Marta no tardó en sacar el contenido de la bolsa.

Marta: Ay madre mía ¡qué pícara!

Yo: ¿Te gusta?

Marta: Opinaré mejor cuando te lo vea puesto.

Había estado toda la semana buscando por todas las tiendas de Palma un corsé especialmente para aquella noche, después de tres días cuando ya casi estaba por desechar la idea encontré justo lo que iba buscando. Le había pedido a Marta que me ayudara a ponérmelo ya que tenía que ajustarme la lazada posterior y era bastante complicado hacerlo yo sola. El corsé era negro con un bordado que hacía una forma de espiral realmente bonito.

Empecé a desnudarme quedándome tan solo en bragas. Fui indicándole cómo colocármelo tal cual me había dicho la mujer de la tienda, me cerró unos cierres metálicos por delante casi imperceptibles y después pasó a estirarme y a ajustarme el corsé por detrás.

Marta: ¿A qué hora pasará a recogerte?- me preguntó mientras apretaba la lazada.

Yo: A las ocho.

Marta: ¿Dónde lo compraste?- dijo refiriéndose al corsé.

Yo: En una tienda al lado de la Plaza Mayor. Me ha costado bastante, pero estoy segura de que valdrá la pena.

Marta: No lo dudo- en ese momento lo estrechó demasiado.

Yo: Marta se trata de que se me marque la figura un poco, no de quitarme la respiración. Me han dicho que tengo que estar cómoda- la advertí al sentir cómo me apretaba.

Marta: Lo siento, esto no es fácil.

Estuvo un par de minutos hasta que encontramos que estaba lo suficientemente ajustado.

Yo: Espera un momento, no digas nada. Tengo que terminar de ponerme una cosa- le dije entrando al baño.

Me quité las bragas que tenía puestas y me puse un culotte negro semitransparente con un bordado que a mi parecer eran unas rosas. Luego enfundé mis piernas en unas medias de encaje negras que me llegaban hasta un poco más arriba de la rodilla. Dado que el corsé llevaba incorporado un liguero uní las cuatro tiras (dos por delante y dos por detrás) a las medias. Por último me calcé con unos tacones negros también y me puse enfrente del espejo para mirarme, aún no me acostumbraba a verme vestida de aquella manera. Me veía completamente sexy y provocativa. Salí del baño y me dejé observar por la atenta mirada de Marta, la cual al verme esbozó una gran sonrisa. Me di la vuelta e hice un poco el idiota para sacarnos unas risas, luego me acerqué a ella.

Yo: ¿Qué tal?

Marta: Dios mío Ainhoa, te queda como un guante.

Yo: ¿Crees que a Alicia le gustará?

Marta: Estaría loca si no lo hiciera, me gusta hasta a mí. Debo admitirlo, con eso puesto estás muy buena.

Yo: Gracias, espero que ella piense lo mismo- dije mirando el reloj- Joder parece que el tiempo no pasa, las ganas me están matando.

Marta: Tranquila mujer, tan solo te queda una hora.

Suspiré tratando de no pensar más en ello porque entonces más lento se me haría. Lo único que deseaba era estar junto a ella y al fin sentirnos la una a la otra. Marta me ayudó a elegir qué ropa ponerme, aprovechando que no hacía mucho frío ese día me decidí por una falda hasta las rodillas y una camiseta roja, me maquillé ligeramente y me despedí de Marta ya que faltaba menos de media hora para que Alicia viniera a buscarme. Me miré en el espejo y tuve que admitir que estaba preciosa, el corsé mantenía mis pechos más firmes aún y marcaba muchísimo más mis curvas. Tan solo esperaba que Ali no se diera cuenta de lo que llevaba debajo hasta que decidiera quitarme la ropa. Cuando sonó el timbre apenas pude creerlo, casi se me salió el corazón del pecho. Cogí una pequeña mochilita que había preparado para cambiarme y bajé a la calle, ella estaba apoyada en el coche que muy rara vez usaba. No me llevó mucho tiempo averiguar que lo hizo por el embarazo.

Ali: Hola mi amor- me saludó efusivamente con un abrazo y un beso, al llevar el abrigo encima no notó el corsé.

Yo: Hola mi vida, casi me vuelvo loca esperando.

Ali: Estás preciosa- me dijo separándose de mí y mirándome.

Yo: Tú también- la volví a besar.

Ella me sonrió y nos metimos en el coche. Condujo hasta el hotel y subimos a nuestra habitación, era muy espaciosa y tenía unas vistas preciosas al mar.

Yo: Mi amor ¿cuánto te has gastado en esto?- le pregunté asombrada.

Ali: Eso no se dice.

La miré y me acerqué a ella.

Yo: Déjame pagarte mi parte, por favor- le pedí mirándola, ella sabía que no me gustaba eso.

Ali: Es un regalo que quiero hacerte, tú también ibas a invitarme a comer a aquel restaurante y las dos sabemos que es caro.

Yo: Pero…

Ali: Pero nada, deja tus cosas y vamos a dar una vuelta.

La miré un poco fastidiada y ella me dio un pequeño beso. Le hice caso, dejé mis cosas y fuimos a dar una vuelta por la costa y cenamos en un pequeño pero muy acogedor restaurante, se me hacía inaguantable estar tantos días sin ella y después tan pocas horas a su lado. Al terminar cada una se pagó lo suyo a petición mía y volvimos al hotel, tanto ella como yo estábamos deseando lo que iba a ocurrir en cuestión de minutos. Al llegar a nuestra habitación yo me metí en el baño y la dejé en el dormitorio, que por cierto, la cama era enorme y había un par de rosas y pétalos que estaba segura que Alicia se había encargado de colocar. Me miré en el espejo nerviosa por lo que iba a hacer, traté de calmarme y cogiendo aire decidí abrir la puerta, al hacerlo me quedé de piedra.

Alicia estaba recostada en la cama con un camisón prácticamente transparente, lo único que no se veía del todo eran sus pechos. Tenía una sonrisa extremadamente sexy que… qué coño, ¡ella entera era extremadamente sexy! Le sonreí y me acerqué lentamente, ella se sentó en el borde de la cama queriendo levantarse pero se lo impedí sentándome encima de sus muslos con las piernas abiertas.

Yo: Estás preciosa mi amor- le susurré al oído.

Le mordí y besé el lóbulo de su oreja, ella suspiró. Antes de que se emocionara y comenzara a besarme y a tocarme me levanté y saqué mi móvil, ella se quedó desconcertada. Puse una canción, dejé mi móvil en la mesita de noche que estaba a nuestro lado y empecé a bailarle lo más provocadora, sexy y excitantemente posible. Ella en un principio me miraba sonriendo probablemente sorprendida de que empezara a bailar, pero poco a poco al moverme tan cerca y comenzar a provocarla más aún dejó esa sonrisa de lado para mirarme atentamente e intentar tocarme, cosa que no permití. Intentaba mover mucho mis caderas y dejar mi culo lo más cerca de ella, tentándola.

Ali: Déjame tocarte, por favor- me pidió mirándome fijamente.

Yo me reí y negué con la cabeza. Me quedé de espaldas a ella y fui desabotonando la camiseta sin dejar de contonearme al ritmo de la lenta y suave música, cuando me la quité sin mirarla la lancé hacia atrás estando completamente segura que le había caído encima y que la había apartado rápidamente. No me di la vuelta, lentamente fui bajando la falda hasta que tocó el suelo y con cuidado de no caerme, ya que estaba con los tacones, la aparté de una pequeña patada. Entonces fui girándome dejando que me viera por delante y la miré, la cara que tenía me sacó una sonrisa enorme. Me acerqué a ella y dejé que siguiera deleitándose con mi cuerpo.

Ali: Mi amor, estás…- murmuró sin acabar mirándome de arriba a abajo.

Volví a sentarme en sus piernas como antes sin dejar de moverme y la miré fijamente a los ojos mientras le sonreía.

Ali: Me has dejado sin palabras, decir que estás preciosa sería el mayor insulto que podría decirte, pero no encuentro otra palabra. Estás preciosa, y muy, muy buena- me dijo saliendo de su asombro.

Yo: Y soy tuya- concluí besándole el cuello.

Ali: Y eres mía.

Al decir esas tres palabras succioné su cuello durante bastante tiempo, besé aquella zona y subí a besarla agresivamente. No había hecho nada, ni siquiera me había tocado y ya estaba excitadísima, verla vestida de aquella manera fue suficiente para mí. Nuestras lenguas se acariciaban con una intensidad y furia inigualables, tanto tiempo de abstinencia había sacado nuestro lado más pasional y feroz. Empecé a mover mis caderas lentamente en un suave vaivén que nos empezó a excitar a las dos. Cuando aquella posición ya me estaba comenzando a resultar molesta me levanté, pasé mis brazos por debajo de su cuerpo y la tumbé en el centro de la cama, yo me puse encima de ella. Volví a besar sus labios con un poco más de calma mientras me quitaba los tacones empezando a tocar sus caderas, su cintura y sus pechos. Ella empezó a pasar sus manos por mi espalda, cuando noté que se dirigían a mi culo me detuve y se las cogí poniendo sus brazos por encima de su cabeza.

Ali: ¿Por qué no quieres que te toque?- me preguntó agitada.

Yo: Porque sé que lo deseas y hoy pienso vengarme de lo que me hiciste la semana pasada.

Besé y lamí su cuello todo lo que quise, ella ya empezaba a suspirar. Subí mis manos por su cintura y atrapé sus senos con mis manos, no dudé en apretarlos delicadamente. Noté que ella ya estaba muy caliente así que eso me animó a continuar con su tortura.

Bajé por su cuello besándola hasta sus pechos, sus pezones se notaban bajo la fina tela. Apoyé mi barbilla en el comienzo de su estómago y empecé a estimularlos pasando mis dedos por encima, jugando con ellos. Ali empezó a gemir, eso la había vuelto loca. Con ellos hice de todo, los aplasté, los masajeé, los apretujé y los retorcí siendo consciente de que con el embarazo toda ella estaba mucho más sensible y, por tanto, más placer sentía ante cualquier estímulo. Sabía que la estaba haciendo sufrir, se estaba muriendo por que sustituyera mis manos por mi boca, y aquello me divertía y me encendía más. A pesar de que se lo había prohibido había intentado tocarme obteniendo siempre mi negación. Había tenido que atarle las manos al cabecero de la cama con una pequeña cinta que había encontrado, lo cual añadió más morbo a la situación.

Ali: Mi amor por favor, ya que no me dejas tocarte al menos no me hagas sufrir más- me rogó con una mirada suplicante.

Yo: No pensaste lo mal que se pasaba ¿verdad? ¿Te haces ya una idea de cómo me dejaste la otra vez?- le pregunté en un susurro al oído, en ese momento posé mi mano sobre su intimidad ejerciendo presión.

Ali: Sííí- gimió al sentir mi mano ahí.

Yo: Pues pienso dejarte peor- concluí apartando mi mano de esa zona.

Su cara me hizo reír, me lanzó una mirada asesina. Volví a besarla y para que no se desesperara tanto empecé a levantar aquel fino camisón, como sus manos estaban atadas a la cama no tuve más remedio que dejarlo enrollado en sus muñecas. Masajeé sus pechos mientras me entretenía en el lóbulo de su oreja y su cuello impacientándola aún más. Bajé al lugar que se encontraba entre sus senos y luego me dirigí a su pecho izquierdo. Lejos de lo que ella creía no presté atención a su pezón. Empecé a besar y a lamer cada rincón de su seno, pero no me acerqué a la areola. Hice justo lo mismo con su otro pecho. Cogiéndola desprevenida metí finalmente su pezón en mi boca empezando a mover mi lengua sobre él, ella pegó un gritó. Estuve durante un par de minutos intercambiando las lamidas de un seno a otro, mordisqueando y succionando ambos pezones mientras su pecho de cada vez subía y bajaba con más rapidez.

Fui descendiendo poco a poco, al llegar a su vientre lo acaricié y besé con una lentitud y un cuidado que no tenía nada que ver con lo que había hecho hasta el momento, sentí el cuerpo de Ali estremecerse. Levanté mi vista y la vi mirándome y sonriéndome con ternura, yo también le sonreí y continué con mi trabajo. Me había instalado ahí, acariciando, lamiendo y besando cada una de las pecas y lunares que tenía por toda aquella zona. Alicia sabía que me volvían loca, quizás por eso ya se había mentalizado de que al llegar a esa zona pasaría incontables minutos ahí, pero tampoco podía quejarse. Sabía que a ella le encantaba que le hiciera aquello. Estando donde me encontraba podía notar el calor que emanaba de su intimidad y hasta incluso podía oler su excitación, si ella se pensaba que hacerla sufrir era todo diversión estaba equivocada, me estaba muriendo por probar su sexo de nuevo.

Reanudé mi camino, bajé un poco y tuve su intimidad frente a mi cara, a simple vista se notaba que sus bragas estaban inundadas en sus flujos vaginales, aquello me llevó a plantearme si la estaba haciendo sufrir demasiado. Levanté mi vista y la vi con la espalda arqueada, la respiración agitada, los ojos cerrados y mordiéndose el labio. Verla así me hizo amarla más. Decidí hacerla esperar un poco, estaba siendo cruel con ella pero luego me esforzaría tanto en pagarle su sufrimiento que estaba segura que no lo olvidaría jamás. Su clítoris estaba ligeramente marcado en sus bragas, lo besé haciendo que Ali se agitara aún más y me lamí los labios que habían quedado mojados ante esa acción, su sabor seguía siendo igual de exquisito.

Ali: Mi amor…- gimió moviendo sus caderas al ver que no continuaba.

Sonriendo me desvié y fui besando y lamiendo su ingle izquierda, pasando por su muslo interno, su rodilla y llegando hasta su pie. Hice el mismo caminito, volví a besar su clítoris esta vez haciendo más presión y repetí el mismo proceso con su otra pierna. Entonces abrí sus piernas un poco más, me acomodé entre ellas y le quité las bragas. Al observar su intimidad pude notar un cambio, no estaba el típico y pequeño triángulo de pelo que acostumbraba llevar, esta vez había dejado crecer escasamente su pelo por todo su pubis. Como siempre, sus labios y toda la zona cercana a ellos estaba más que depilada. Ese cambio de ‘look’ me había gustado mucho. La palidez de su piel en esa zona se veía interrumpida por el color rojizo de toda su vagina, su clítoris y sus labios estaban hinchados y podría decirse que su entrada se había convertido en un río de flujos, decir que estaba empapada era quedarse corta.

Acerqué mi cara y di un lametón empezando por su raja y acabando en su clítoris, su sabor en mi boca me excitó más.

Ali: ¡Ainhoa!- gritó impaciente.

Repetí aquello diversas veces, daba un lametón y esperaba un par de segundos, Alicia estaba que no podía más.

Ali: Mi amor por favor, te lo suplico. Siento haberte excitado la semana pasada sabiendo que no iba a continuar, de verdad que lo siento, pero por favor deja ya de…

Su súplica había quedado interrumpida al ella pegar un gran gemido. Había escuchado justo lo que quería, así que decidí que ya era hora de hacerla disfrutar como se merecía. Acogí su clítoris con mis labios y lo estiré ligeramente, llevé mis manos a sus pechos y empecé a estimular sus pezones. Ella gritaba y gemía sin cesar mientras movía sus caderas. Empecé a succionar su clítoris, a lamerlo y sobre todo morderlo, me encantaba hacerlo. Claro, siempre con su debido cuidado. Pasé fugazmente mi lengua de izquierda a derecha durante un buen rato, no dejaban de emanar flujos de ella. Dejé libre su pecho izquierdo y metí de golpe en su interior dos dedos, estos se deslizaron sin ninguna dificultad. Mientras seguía lamiendo su clítoris empecé a penetrarla con cambios de ritmo regulares: lento, rápido, medio, lento otra vez… y aquello parecía que a Alicia le encantaba. Estuve así un buen rato, lo suficiente para que me empezara a doler el brazo hasta que al fin poco a poco fui notando las contracciones en su vagina, así que comencé a penetrarla lo más rápido que pude. Su cuerpo se tensó y empezó a convulsionarse agresivamente mientras ella lanzaba un gran grito, me había quedado impresionada de la fuerza de su orgasmo. Saqué mis dedos de ella, los lamí y empecé a subir besando cada parte de su cuerpo lentamente mientras este temblaba, su respiración era veloz. Besé su vientre, sus pechos, su cuello y antes de ir a sus labios me estiré un poco más y desaté sus manos de la cama. Ella bajó sus brazos y lo primero que hizo fue abrazarse a mí con fuerza. La miré con una sonrisa en la cara, ella respondió al acto y la besé con toda la ternura que fui capaz mientras acariciaba su cabeza.

Yo: ¿Te he hecho sufrir mucho?- pregunté con la voz calmada.

Ella asintió con cara de pena, aún no podía ni hablar.

Yo: ¿Ha valido la pena?

Ali: Mi amor, pensaba que me iba a morir del gusto- respondió agitada.

Yo: Me tomaré eso como un rotundo sí.

Ali: Puedes tomártelo como un rotundísimo sí- afirmó sonriendo empezando a calmarse.

Volví a besarla e instantáneamente sus manos se posaron sobre mi culo, eso me sacó una sonrisa. Noté que me empezó a desabrochar los ligueros, tanto por delante como por detrás, y al acabar pudo meter sus manos por dentro del culotte que llevaba puesto con más facilidad, empezando a agarrar, a mover y a arañar mis nalgas. Era la parte de mi cuerpo que más le gustaba y, precisamente, la que más odiaba yo. Pensaba que iba a ponerse encima de mí, pero me sorprendió al hacer que yo subiera un poco dejando mi cuello a su entera disposición, me hacía una idea de lo que quería hacer. Mientras ella jugaba con mi cuello empezando a agitar mi respiración llevé mis manos a la lazada trasera del corsé para aflojarlo y poder quitármelo pero Alicia se dio cuenta de ello y me interrumpió.

Ali: No te lo quites aún.

Yo: ¿Por qué?

Ali: A pesar de que quiero tocarte y sentirte mejor me pone muchísimo vértelo puesto. Aunque si te incomoda quítatelo.

Yo: No, da igual. Me lo he puesto para que tú disfrutes- respondí con una sonrisa.

Volvimos a besarnos mientras ella apretaba con fuerza la zona de mis pechos, aunque lo que yo quería era que utilizara su boca no podía quejarme, me gustaba bastante lo que me estaba haciendo y si a ella le gustaba verme así yo estaría más que dispuesta a complacerla. Abandonó mis labios para volver a mi cuello y, haciendo que subiera un poco más, alcanzó a llegar también mi clavícula. Sus manos se dirigieron de nuevo a mi culo y cogiendo los bordes del culotte lentamente y con mi ayuda me lo quitó. Fui ascendiendo por su cuerpo mientras ella no dejaba de besar el mío hasta que ella empujándome un poco hizo que me sentara sobre su cara. Me agarré al cabecero de la cama al notar la lengua de Alicia en mi clítoris, jugando con él.

Ella empezó a hacer virguerías con su lengua, o bien me penetraba o estimulaba mi clítoris con ella de una manera divina. Para mí esa posición era de lo más excitante posible, bajar la vista y ver cómo Ali me miraba mientras me hacía subir al cielo me ponía demasiado, y por la manera en la que me miraba sabía que a ella también le encendía ver la cara de placer que ponía. Al sentir dos dedos de Alicia penetrarme me agarré con más fuerza al cabecero de la cama y apoyé mi mejilla contra la pared mientras un grito escapaba de mi garganta, lo que me hacía me estaba gustando demasiado. Empecé a mover suavemente mi cadera instintivamente, ella de cada vez intensificaba más sus caricias haciendo que yo gimiera más fuerte y a menudo. Llevé una mano a su cabeza al ella morder mi clítoris y agarré suavemente su pelo. Rodeó mis piernas con sus brazos para apartar mis labios dejando así más expuesto aquel pequeño botoncito de gran placer. No podía más, sentía que estaba a punto de explotar, y así fue. Empecé a sentir las contracciones en mi vagina hasta que explotó en mí un gran orgasmo, me agarré con más fuerza aún al cabecero de la cama al sentir cómo temblaba mi cuerpo. Estuve un par de segundos sin moverme, tratando de calmarme un poco mientras Alicia me acariciaba y besaba mis piernas donde llegaba. Al cabo de un rato me quité de encima de ella y bajé a besarla, tenía mis flujos un poco esparcidos por su barbilla y alrededor de sus labios.

Yo: Eres una cerdita, te has pringado por todos lados- le dije sonriendo mientras la limpiaba con mi mano.

Ali: ¿Cerdita yo? Tú, que te mueves mucho y sacas demasiada cantidad- me dijo mirándome, eso me avergonzó un poco- Eso sí, a mí me encanta cómo sabes.

Mientras decía esto se llevó mis dedos con los cuales la había limpiado a su boca. La miré mientras pensaba: ¿Podría volverme más loca esta mujer?

Yo: Cuando me enamoré de ti me di cuenta de una cosa- le dije mientras le acariciaba el pelo.

Ali: ¿De qué?

Yo: Las pelirrojas me ponen muchísimo- confesé besándola.

Ali: Espera, espera. ¿Todas las pelirrojas te ponen muchísimo?- preguntó mirándome alzando una ceja.

Yo: Solo mi novia preciosa, sexy y pelirroja me pone muchísimo, y además en especial porque es natural.

Ali: Mmm eso está mejor- murmuró besándome.

Empecé a tocar sus pechos y en cuestión de segundos sus rosados pezones se pusieron erectos, no dudé en apretujarlos entre mis dedos. Comenzó a gemir en mi boca así que me dirigí a su cuello y al lóbulo de su oreja, luego de un par de minutos dando atención a aquella zona bajé a sus pechos de nuevo. Jugueteaba con ellos, los movía de lado a lado, pasaba mis dedos por sus pezones y los lamía. Mientras prestaba toda mi atención a esas dos preciosidades mi mano bajó hasta la entrepierna de Alicia, ya volvía a estar empapada y su clítoris hinchadísimo. De un rápido movimiento ella se levantó y quedó sentada a horcajadas encima de mis piernas mientras volvía a buscar mi boca. Nuestras lenguas se entrelazaban, acariciándose, gustosas de la compañía que le ofrecía la otra. Alicia bajó por mi mandíbula hasta mi cuello y se quedó ahí un buen rato.

Ali: Mi amor, ¿cómo se quita esto?- me preguntó susurrándome al oído.

Sonreí, cogí sus manos y las llevé a mi espalda.

Yo: Estira de aquí suavemente- le indiqué antes de besar su hombro.

Ella obedeció y estiró con cuidado de la lazada, noté cómo empezó a aflojarse y solté un suspiro de alivio, estaba empezando a molestarme bastante. Cuando Alicia notó que ya estaba lo suficientemente flojo volvió a mirarme sin saber qué hacer, yo le señalé la parte central del corsé y lo entendió. Empezó a desabrochar por arriba los pequeños broches metálicos y a medida que mi piel iba quedando expuesta ella me dio pequeños besos. Al acabar de quitarme todos los broches lanzó con suavidad el corsé al suelo y se me quedó mirando.

Ali: Con el corsé estabas preciosa, pero sin duda alguna te prefiero así- comentó antes empezar a besar y acariciar mis pechos.

Gemí y me abracé a ella mientras se metía un pezón en la boca, después de tanto tiempo teniéndolo erecto sin que le prestaran atención me había empezado a doler. Fue intercambiando los mimos de un pecho a otro y poco a poco volví a estar excitada. Mi pierna derecha estaba entre las de Ali y empezó a moverse suavemente encima de ella. Al entender lo que quería hacer la detuve.

Yo: Mi amor no hagas esfuerzos, déjame a mí- le dije tumbándola y poniéndome encima de ella.

Ali: Pero Ainhoa…

Yo: No me molesta, y no quiero que te esfuerces- le repetí besándole el cuello.

Me cogió la cara entre sus manos y me miró con ternura.

Ali: Te amo tanto- me susurró acariciándome la mejilla.

Yo: Y yo a ti mi amor, muchísimo- le contesté besándola.

Empecé a moverme encima de ella, mi sexo se frotaba contra su pierna y el suyo contra la mía, se sentía bastante diferente pero no por eso era menos placentero. Lo que más me gustaba de esa postura era que mientras nosotras nos satisfacíamos a la vez podíamos besarnos. Sentir los gemidos de las dos mientras lo hacíamos era muy excitante.

De cada vez empecé a moverme con mayor rapidez, siempre trataba de ejercer la mayor presión posible con mi pierna derecha para darle mayor placer a Alicia, y cuando me cansaba intentaba moverla con rapidez. Apoyaba parte de mi peso en mis brazos para no chafar a Ali, lo cual también hacía que me cansara con rapidez. Aun así no bajé el ritmo, de echo incluso lo aumenté. Empecé a besar su cuello y ella me abrazó con fuerza, sus gemidos en mi oído era música para mí. Estuvimos incontables minutos así, mi respiración de cada vez estaba más agitada y nuestros gemidos pasaron a ser gritos. Nuestras bocas apenas se separaban, y si lo hacían era para que pudiéramos respirar un poco.

Ali: Si-gue mi a-mor, no pa-res- gemía ella.

A pesar de que estaba agotada continué moviéndome, al cabo de pocos minutos empezaron las contracciones en mi vagina, y por la expresión y los gemidos de Alicia pude adivinar que ella estaba en la misma situación que yo. Al no poder contenernos más ambas tuvimos un gran orgasmo a la vez, Alicia arañó mi espalda y yo me desahogué succionándole el cuello. Me desplomé sobre ella exhausta, con el corazón a mil por hora y el cuerpo temblando. Alicia volvió a abrazarse a mí con más ternura mientras me besaba el cuello y los hombros, en ese momento noté una gota de sudor resbalarme por la mejilla. Mi respiración fue calmándose lentamente, estaba quedándome dormida encima de Alicia y ella se percató de ello.

Ali: Mi amor, me estás chafando y te estás durmiendo- me dijo al oído suavemente.

Yo: Perdona, lo siento- me disculpé levantándome de ella, tanto mi pierna como la suya estaban pringadas de nuestros flujos- Voy a traer algo para limpiarnos.

Me levanté de la cama y me metí en el baño. Me quité las medias, la de la pierna derecha estaba un poco mojada por los flujos de Ali que habían resbalado hasta llegar a ella. Limpié mi muslo y mi vagina en el bidé y me sequé con una toalla, cogí una más pequeña, la mojé un poco con agua y volví al cuarto. Había un extraño olor en el ambiente. Me tumbé entre las piernas de Alicia y con la toalla le limpié el muslo, cuando acabé hice lo mismo con su entrepierna. Traté de hacerlo con cuidado sabiendo que la zona estaría aún un poco sensible y al acabar deposité miles de suaves besos por toda su intimidad, luego subí un poco y empecé a acariciar y besar con ternura su vientre, imaginándome el diminuto tamaño que debería tener nuestro pequeñín. Al hacer esto ella me miró, me sonrió y cogió mi mano, yo se la apreté con fuerza mientras levantaba mi vista y le dedicaba también una sonrisa. Estuve un par de minutos así, luego subí a sus labios, le di un apasionado beso y me levanté para dejar la toalla en el baño. Cuando entré en la habitación de nuevo pude notar aún aquel olor.

Yo: Mi amor, aquí huele demasiado a sexo- comenté con una sonrisa.

Ali: Abre la ventana.

Yo: ¿No tendremos frío?

Ali: Si nos tapamos bien y te abrazas mucho a mí no- me miró desde la cama.

Volví a sonreír, abrí la ventana y fui junto a Ali a la cama. Nos tapamos y tal y como dijo me abracé a ella quedando cara a cara.

Yo: Te amo.

Ali: Yo también te amo.

Me acerqué un poco y la besé con dulzura, ella puso su mano en mi cintura. Las dos estábamos muy cansadas así que fue inevitable que al poco rato cayéramos en un profundo sueño.


¡Hola a todos! ¿Qué tal estáis? Bueno, aquí os dejo la continuación, sé que puede resultar corta en comparación al otro capítulo pero no os engañéis, es que el otro era muy largo jajaja. En algunos comentarios he podido comprobar que teníais más ganas vosotros de que tuvieran por fin una noche de sexo desenfrenado que ellas mismas jajaja. Muchas gracias a todos por leer, por valorar y por vuestros comentarios, siempre me sacan una sonrisa. Como siempre, quería agradecer especialmente a:

Angie: Aquí tienes la continuación, espero que te haya gustado tanto como el capítulo anterior o incluso más. ¡Besos desde España!

Romina: Nah, poner a Andrés sería tentar demasiado a Ainhoa de matarle y a Andrés de hacerle algo a Ainhoa, un poco de tranquilidad que estoy segura que en un futuro no muy lejano se agradecerá jajaja. Jennifer era la mejor opción. Lo que no sé es por qué algunos le tenéis asco, ¡si la pobre no ha hecho nada! Y tampoco tiene por qué hacerlo (o sí) Sea lo que sea, ya veréis si ocurre algo o no con ella. Hombre, es que si te llegas a cabrear más con Ainhoa que con Alicia, teniendo en este caso la culpa esta última, pues sería un poco raro jajaja. Pero sí, como tú dices es tan tierna que a ella se le puede perdonar todo jajaja. ¿Los robots tampoco quisieron? Bueno, menos mal que estaba tu novia por ahí y... y esas cosas jajajajaja. Me alegra que te hiciera gracia lo de A², estaba puesto ahí a posta, pequeños detallitos jejeje. La verdad es que este capítulo no sé si viene con tuti dado que es la primera vez que escucho esa palabra, así que como supongo que te refieres a que si le van a dar al temilla, debo decir que sí, que sí que ha venido con tuti jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

PD: Sí, ya me has dicho que te encanta como escribo, no me lo digas más que me lo creo y se me suben los colores :$

Yayis: Me alegra que te guste esta historia y que te parezca una buena escritora, aunque a veces creo que exageráis, hay cositas que siempre se pueden mejorar, pero aun así lo agradezco jejeje. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Aurora la Diosa: Creo que sí, la falta de sexo no solamente a mis protas, sino a todo el mundo hace bastante mal jajajaja. Jo, yo que pensaba que había conseguido que tuvieras cierta estima por Ainhoa, cachis, quizás en otra vida será. Y perdona, pero que yo no soy buena, soy muy buena, otra cosa es que en lo que escribo me vuelva mala. Pero bueno, ¿por qué todos pensáis que a Alicia o al bebé les voy a hacer algo? ¿Os compincháis o qué? Y todo por un simple remojoncito de nah. Si les hago algo a Alicia o al bebé puedo asegurarte que no será por un poquito de agua fresca, que oye, repito que no tengo por qué hacerles nada. Vaya, que poca confianza. Pues no me extraña que te haya hecho gracia la pequeña pelea entre Alicia y Ainhoa, creo que ya te has ido al bando maligno. Mira, así tan mala que dices que soy al menos te echarás unas risas jajaja. Ya les he dado amor, tranquila, y lo que les falta, la pobre Ainhoa se va a quedar seca jajaja. Como habrás podido comprobar sí que se la ha devuelto a la pelirrojita lo que le hizo sufrir, si es que Ainhoa es rencorosilla. ¿Pues sabes que lo de la amnesia de Alicia pasó fugazmente por mi cabeza? Jajaja Tan solo fueron unos segundos en los que pensé que os quedariais a lo: 'Esta mujer me está vacilando' pero no, no estaba entre mis planes usar esa idea para que me odiárais más. Oye, ¿cómo que torturadora? Torturadora seré tan solo para ti, queyo con mis pacientes seré muy maja, haré mi trabajo mal para que luego vengan de nuevo y siga cobrándoles :3 Jajajaja que no, tan mala gente no soy. Bueno bueno, si piensas traer algún objeto filoso, o ya por decir, cualquier objeto, tendré que someterte a un examen de estos para asegurarnos de que no lleves nada encima. Pero total como te voy a tortu... como te voy a tratar y a hacerte las prácticas bien no creo que tengamos ningún incidente. Pues no, no sé por qué la idea de que Ali mate y su novia en un arranque hormonal te parece rara. No sé tú, pero cuando estoy sensibilona que la regla está que cae o no cae y tengo las hormonas revolucionadas y eso pues no me pongo a matar gente como una descosida, quizás soy yo la rarita y eso es lo más normal del mundo, pero como mi hermana tampoco lo hace pensaré que esas cosas afectan a Adrianajam ajam cof cof... a cierto tipo de mujeres. Ya sabía yo que saldrías con lo de los hospitales jajaja. Mira, Sarah fue a uno porque tenía a una exnovia psicótica, ¿qué culpa tengo yo de que haya gente así? Y si me estás haciendo la indirecta de que mandaré a Alicia también a uno, no te lo voy a negar, más que nada porque Alicia está embarazada, y las embarazadas se desembarazan en los hospitales, así que es obvio que voy a mandar a Ali al hospital jajajaja.  Pero bueno, la cosa es que según tú soy la mejor en la categoría del sadismo, y oye, eso me halaga :3 Sí sí, seguro que no es por mí que te quieres jubilar, con lo vieja que estás... Pero no, no voy a dar mi autorización para que te den el pase de jubilación, más que nada porque me llevas repitiendo mucho tiempo que soy mala y ya he empezado a creérmelo... Hazme caso, no es nada personal, ni que quiera que sigas aquí teniendo que aguantarme y que no quiera que descanses, para nada eh. Una cosa, eso de: yo sé que te quieres librar de mí y que te deje de molestar, tener más tranquilidad en tus relatos y por las noches cuando estés solita en casa ;), admítelo, va con segundas ¿verdad? Sobretodo eso último de: Por las noches cuando estés solita en casa;), esa carita no me da buenas vibraciones... y creo que esa última frase no es de las más ingeniosas para hablar del tema jajajaja. Lo del gen Andreusergín creo que será mejor dejarlo aparte, que ambas sabemos muy bien cuál es la verdad y discutir por discutir es tontería.  Jajaja pues mujer, si quieres venir a buscarme hazlo, tampoco podré hacer mucha cosa por detenerte, prefiero que vengas así de mansa y no que lo hagas cuando pilles algún cabreo. Venga trasnochadora, hasta aquí dejo yo también mi comentario, que aunque aquí no es tarde, sí que estoy algo cansada y aún me quedan muchos comentarios que responder jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Gia: Pero bueno, ¿qué culpa tiene Ainhoa ahora de que Ali le haya mentido? Yo creo que ya directamente le habéis cogido manía y que haga lo que haga nada será bueno jajaja. Pero que aunque Alicia tenga la culpa, a palos no le podemos caer, que la pobre espera un retoño y podríamos hacerla abortar (ojo, que no estoy diciendo en ningñun mometo que la vaya hacer abortar, ¿vale? que luego estáis con lo de: A Ali no le hagas nada, no le hagas nada al bebé. Lo que tenga que ser, será jajaja) La verdad es que el final y lo de que Ainhoa se cayera de la cama estaba pensado para eos, para hacer reír, así que me alegro de haberlo conseguido al menos contigo. Y creo que ya me habías comentado que te gustaba bastante cuando hablaba con su conciencia porque te parecía graciosa, pero esto del humor es bastante complicado. Normalmente se me suelen ocurrir cortos diálogos espontáneos, puedo asegurarte que todas las veces que interviene en un principio no estaba previsto que apareciera, todo depende de la escena y de cómo se dan las cosas. Pero sí, de tanto en tanto trataré de meterla más en la historia si eso gusta.  Jajaja pues no, ya vemos que Ainhoa no ha muerto ni de combustión interna ni na, pero quizás Ali, como siga con esas ganas que le tiene, la mate del esfuero físico jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Karin9: Vaya, pues sí, no solo capítulo treinta y tres, sino que con este treinta y cuatro, y pensar que hace más de un año que empecé a escribir esta historia... (porque claro, una cosa es cuando empecé a escribirla y otra cuando publiqué el primer capítulo)  Y sí, ¿qué sería de esta historia si la histérica de Ainhoa no hiciera honor a su nombre? Jajaja. La verdad es que sí, Alicia siempre hace aterrizar a Ainhoa, que siempre está imaginando y pensando, por eso es que disfruto tanto escribiendo esta historia, creo que he creado a dos personajes que se complementan bastante bien y eso me complace. Una cosa hay que admitir, esta vez Alicia se merecía el mal trago que pasó en el capítulo anterior, ¿o me lo vas a negar? El orgullo de Ainhoa aquñi no tiene nada que ver, fue Alicia la que la engañó y la pobre, pues haciendo bueno uso del adjetivo histérica, así se puso jajaja. Pero siempre acaba por perdonarla. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Paulita800: Bueno, no andes tan triste porque se va a acabar la historia ya porque admito que aun le queda algo jajaja. Esperemos que no se haga demasiado pesada la historia y no empiece a aburrir, porque me daría mucha pena que acabara así después de tanto esfuerzo. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Patricialeon: Jajaja pues sí, Jenny ha aparecido en un momento no del todo oportuno, algún escarmiento habrá que darle jajaja. Nah, la pobre al fin y al cabo no ha hecho nada. Mmm, con que sexo y drama... Bueno, ya veremos si tienes la oportunidad de comentar si he conseguido superar el reto y te he sorprendido. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde Mallorca!

Bonny: Me alegra que te haya gustado el capítulo y en sí el final te haya parecido gracioso, es lo que estaba buscando jajaja. Bueno, si no puedes comentar no pasa nada, yo sé que mucha gente que no lo hace me sigue leyendo, así que no te preocupes, hazlo cuando puedas :D. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Artwork: Bueno, cierto es que si que has empezado a leer la historia estando muy avanzada, pero tanto como tarde no creo jajaja. Comentes mucho, comentes poco o no comentes y solo leas, voy a agradecerlo igual. Me alegra que te guste mi historia, si te soy sincera tampoco soy fan de las historias interminables y espero que mi historia no se convierta en eso, ya que decidí alargar un poco más la trama antes de acabarla. Estoy contenta con eso de ver que me he ganado a una nueva seguidora, siéntete libre de darme tu opinión sea cual sea, preguntar o cualquier tontería que se te ocurra, yo estaré encantada en contestar. Jajaja sí, la verdad es que cuando una usuaria me comentó por primera vez lo de la A al cuadrado me pareció gracioso, y pensé que ponerlo al final del resumen sería un detalle bonito jeje. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Maly: Pues la verdad es que la idea de dejar a Alicia sin memoria pasó unos segundos por mi mente, pero tuve que rechazarla al pensar que sería demasiado jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Yuliana3000: Bueno, eso de que soy mala ya no se me hace tan raro leerlo. Jo, que en verdad soy muy buena. Ay ay tu pobre Ali cómo la lía, sí que es cierto que quizás Ainhoa lo exageró un poco, pero no se lo tengas en cuenta, ya sabemos cómo es de histérica jajaja. Si en el fondo ama a Ali con locura. Bueno, si hablamos de dulzura no te preocupes, en los próximos capítulos, a pesar de las peleas y problemas que pueda meter de por medio, estas dos jovenzuelas tendrán momentos de dulzura extrema jajaja. Si es que Ali es un trozo de pan con miel. ¿Me estás pidiendo que Ali se cabree con Ainhoa? Creo que podré satisfacerte en ese sentido, no hace falta que te pongas como tu hijo hace cuando te pide un dulce jajaja. ¿Cuándo? Eso ya no lo digo jajaja. Pero hazme caso, Alicia quizás se enfadará con Ainhoa, pero creo que sentirás pena por Ainhoa, a pesar de que Ali te gusta cien veces más que Ainhoa creo que te dará pena. Bueno, espero que te haya gustado y que no te canses tanto con el trabajo. ¡Besos desde España!

Penelope: Bueno, cada una es como es, quizás si Alicia y Ainhoa no fueran cosa de mi imaginación y yo no os quisiera hacer esperar sí que se habrían pegado una trasnochada jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Danni: La verdad es que sí, cualquiera que tuviera las ganas que se tienen Alicia y Ainhoa habría matado a alguien ya jajaja. Felicidad han tenido ya en este capítulo, ya las he dejado ser felices jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Labrys28: Ala ala, mira que ya sé que Ali se pasó mintiendo a Ainhoa, pero tampoco eso de morirse de hipotermia, pobrecita mía jajaja. Pues sí, la expresión me resultó de lo más graciosa jajaja, si es que usáis palabras muy graciosas :3. Uy uy uy, ¿has insinuado que piensas que me tienen a dos velas y por eso no quiero que estas dos tengan su final feliz en la cama? Eso son cosas privadas mujer, no sabía yo que eras tan pícara y viciosilla jajajaja, que es broma, que es broma. Pues como habrás visto ya no las he hecho esperar más, ha sido divertido ver cómo queríais ya la escena de sexo pero ya tuve que acabar con el sufrimiento de todo el mundo. Ya sé que se que os hago esperar, pero si os hago esperar es precisamente porque los hago largos jajaja, prefiero más hacerlo así.  La modestia es lo tuyo, ¿verdad? Lo digo por eso de: Saludos desde Colombia patria de las mujeres más bellas jajaja, que ojo, no lo pongo en duda eh, tan solo me hizo gracia. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Daga545: Jajaja pues sí, muchos estaban sufriendo con la falta de sexo de estas dos mujeres. Pero como ya habrás visto falta de sexo es justamente lo que no ha faltado en esta continuación jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Vane: Pues sí, creo que ya me has dicho que te encanta como escribo, gracias mujer :$ Sí, ya sé a que te refieres, han tenido su noche especial jajaja. Jajaja pues sí, como decimos por aquí en España soy maja, a pesar de que muchas me dicen lo contrario, pero si me suplicas que no mande a nadie al hospital y te tomo la palabra, ¿cómo diantres me las voy a arreglar para que Alicia tenga al niño? Porque yo eso del parto en casa no lo veo eh jajaja. Es inevitable que mande a alguien al hospital, que sea Ali o no ya es otra cosa, pero al hospital tengo que mandarla xd. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Saray: Me alegra que por fin hayas podido comentar y que te guste, lo que pasa es que eso de la enseñanza, como no sea que hay que perdonar, no la veo jajaja. Me alegra que te guste como escribo y espero que te haya gustado la continuación. ¡Un beso!

Max: No mujer, no me llores, que escribo esto para que la gente se divierta, se enfade y me quiera matar, no para que lloren jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Barker: Pues ya ves, ha sido justo entrar en mi cuenta para subir el relato y ver tu comentario jajaja. Ya tienes el capítulo aquí, sé que he tardado pero espero que haya valido la pena y que te haya gustado. ¡Besos!