Ayúdame a recordar 33

Yo: Me has engañado de nuevo- murmuré intentando soltarme de sus manos, pero ella me las apretó fuerte.Ali: Dime que no te he perdido otra vez, por favor- me rogó sollozando. A²

Me escurrí el pelo, salí de la bañera, me envolví en una toalla atándola por el pecho y fui a abrir la dichosa puerta con un humor de perros y maldiciendo a la persona que había interrumpido nuestro momento. Observé por la mirilla de la puerta para ver quién era, mi furia acrecentó más aún.


¿Qué coño hacía ella ahí? No podía ser más inoportuna. De mala gana abrí la puerta y la miré. Ella se quedó un poco sorprendida al verme, observó el número de la puerta por si se había equivocado y volvió a mirarme.

Yo: Hola- la saludé intentando sonar amigable.

Jenny: Ho-hola- respondió sonrojada- Creo que me he equivocado.

Yo: No, este es el piso. Alicia está dentro- contesté, puse mi cabeza detrás de la puerta y grité- Mi amor, tienes visita.

Volví a mirar a Jennifer la cual se veía muy confusa y sorprendida. Me sentía realmente enfadada.

Yo: Pasa, pasa- le dije apartándome para que pudiera entrar pero no cerré la puerta.

Jenny: Yo soy Jennifer, pero puedes llamarme Jenny- se presentó.

Yo la conocía porque Alicia me la había señalado de lejos, pero ella a mí no.

Yo: Ya, ya sé quién eres.

Jenny: ¿Y tú eres…?

Me extrañó que me preguntara eso. Sabiendo que Ali tenía novia y viendo tal y como estaba en su casa ¿quién demonios se pensaba que era?

Yo: Soy Ainhoa.

Jenny: Encantada de conocerte- me dijo un poco cortada.

Yo: Igualmente- fingí una sonrisa- Alicia me había dicho que tenías muchas ganas de conocerme.

Su cara era de desconcierto.

Jenny: Pues es un poco raro que tuviera muchas ganas de conocerte cuando este mismo día he sabido de tu existencia- me contestó riendo un poco.

Mi cara debió de ser un poema, no podía ser, me estaba gastando una broma. Sentí los pasos de Alicia venir hacia nosotras cuando ella me preguntó.

Jenny: ¿Quién eres?- volvió a preguntar y no precisamente para saber mi nombre.

Justo en ese momento Alicia llegó a nosotras y la miré, su cara no era demasiado reconfortante. En ese momento me sentí… ¿cómo decirlo? La palabra más acertada sería engañada.

Ali: Jenny, ¿qué haces aquí?- le preguntó sorprendida y para cambiar de tema.

Jenny: Mira si eres despistada. ¿No te acuerdas que nos dijiste de quedar a Samu y a mí para hacer el trabajo hoy?

La expresión de su cara cambió completamente, se llevó las manos a la cara y cerró los ojos.

Ali: Mierda mierda mierda, se me había olvidado- murmuró sin atreverse a mirarme.

Yo por mi parte estaba más que mosqueada y molesta, pude sentir las mejillas calientes de la rabia. Toda la excitación que había podido tener antes se había esfumado en un segundo.

Jenny: Creo que ella y yo no nos conocemos, ¿quién es?- le volvió a preguntar amistosa y sin ninguna maldad, si supiera en el lío en el que la acababa de meter… Bueno, mentira, Alicia se había metido ella solita.

Ali: Eh esto, yo…

En ese momento apareció por la puerta Samu que, al verme, abrió los ojos atónito.

Samu: Ay madre mía Alicia, no sabía yo que tenías amigas tan guapas- comentó mirándome descaradamente.

Aquello fue la gota que colmó el vaso, miré asesinamente a Ali. No, no me molestó que me viera estando tapada tan solo por una toalla, me molestó que dijera ‘amigas’. Ella no pudo ni devolverme el gesto. Jenny al notar la tensión entre Ali y yo le pegó un fuerte codazo. El chico aun así no pudo dejar de observarme.

Ali: ¡Samu deja de mirarla así ahora mismo!- le gritó celosa poniéndose delante de mí para taparme.

Samu: ¡Lo siento! Pero es que si entro en tu casa y me encuentro con una mujer así pues…- le contestó encogiéndose de hombros- Por cierto Ali, ¿quién es ella?

Yo: Sí Ali, ¿quién soy?- le pregunté mirándola fijamente y cruzándome de brazos.

Ali: Te lo puedo explicar Ainhoa, yo…

Yo: ¿Qué hay que explicar Alicia? ¿Que ellos esperaban encontrarse un hombre junto a ti y no a mí, una mujer, y por eso nos mentiste?- la encaré perdiendo los nervios.

Ali: ¿Nos disculpáis un momento?- les preguntó mirándolos.

Jenny y Samu: Cla-claro- murmuraron a la vez sorprendidos por la escena que le estaba montando.

Ali me cogió de la muñeca y me llevó al pasillo. Antes de que entráramos a su cuarto les dije:

Yo: ¡Ah, un placer conoceros! Soy su novia.

Me estiró del brazo y me metió en la habitación sin poder evitar que dijera aquello. Nos quedamos en silencio, yo estaba esperando a que ella hablara pero no se atrevía.

Yo: ¿Cuándo ibas a decirme que después de dos semanas enteras sin verte habías quedado para hacer un trabajo uno de los dos únicos días a la semana en los que podemos vernos?- le pregunté alzando la voz.

Ella iba a decir algo pero no se lo permití.

Yo: ¿Cuándo ibas a decirme que en tu clase nadie tiene la menor idea de que eres lesbiana?

Antes de que pudiera decir nada volví a hablar.

Yo: No espera, esta es mejor. ¿Cuándo cojones ibas a decirme que tus amigos los cuales supuestamente estaban deseando conocerme no tienen ni puta idea de quién soy?- le pregunté bastante agresiva.

Ella me miró tristemente, la había cagado triplemente.

Ali: No les dije nada porque no sabía si iban a reaccionar bien o no. Quería llevarme bien con todo el mundo- se atrevió a hablar.

Yo: Ya, y no sabías cómo iba a reaccionar yo si me enteraba ¿verdad? Qué digo,  probablemente pensabas que era tan imbécil que no me enteraría nunca.

Ali: No es verdad.

Yo: ¿Sabes qué es lo que más me molesta de todo esto? Ellos a mí me dan igual porque estoy saliendo contigo y me importa una mierda si les parece bien o mal. Lo que no logro entender es que tú misma hayas quedado hoy para hacer un trabajo sabiendo que nos íbamos a ver- le reproché mirándola.

Ali: Te juro que no sé en qué coño estaba pensando ese día, hoy ni siquiera me acordaba de ello. Quería estar contigo- me aseguró.

Yo: La semana pasada me dejaste tirada por lo mismo y por eso no nos pudimos ver. Hace dos semanas te dije que no podíamos quedar porque tenía que estudiar, por eso mismo te entendí y te dije que no pasaba nada. ¿Pero esta semana también? Tenéis siete días a escoger y ¿tienes que elegir justamente el día que tenemos para vernos? No quiero privarte de nada y que solo estés conmigo, pero te extraño, te echo de menos y quiero tener al menos dos días contigo porque los necesito, me hacen falta. ¿Y con qué me encuentro? Mi novia ha quedado para hacer un trabajo y de rebote me entero de que me ha ocultado de sus amigos- le expliqué realmente enfadada.

Ali: Tienes razón- murmuró con los ojos aguados.

Me giré, me quité la toalla y empecé a vestirme. En un movimiento tiré mi bolso al suelo desparramando un par de cosas. Alicia se agachó, recogió lo que se había caído y se quedó mirando los folletos del restaurante al que quería llevarla.

Ali: ¿Y esto?- me preguntó mirándome sentada en el suelo

Yo. Esa era tu sorpresa- le dije con indiferencia.

Cerró los ojos haciendo que sus lágrimas cayeran, puso su brazo en la cama y se apoyó en su mano.

Ali: Soy gilipollas- se dijo a sí misma.

La miré con expresión neutra mientras acababa de ponerme los shorts, ella estaba al tanto de lo que costaba hacer reserva en ese restaurante.

Ali: Voy a decirles que se marchen para que vayamos a comer.

Yo: No te molestes, hace media hora que tendríamos que haber llegado y dudo mucho que nos hayan guardado la mesa. Quédate haciendo el trabajo- respondí cogiendo mi bolso.

Ali: Lo siento mucho Ainhoa- se disculpó mirándome avergonzada.

Yo: Yo también siento que te avergüences de tenerme como novia- dije abriendo la puerta para marcharme.

Ali: Eso no es cierto- me detuvo cogiéndome de la muñeca, pero me zafé de ella- ¡Ainhoa!

La ignoré y caminé por el pasillo hasta llegar donde estaban Jenny y Samu, probablemente habrían escuchado todo ya que no es que hubiera hablado precisamente flojo.

Samu: Lo siento muchísimo Alicia, no tenía ni idea de que era tu novia. De haberlo sabido te juro que no la habría mirado así- se disculpó, ella venía tras de mí.

Alicia lo miró pero no hizo caso al comentario.

Yo: Que lo paséis bien.

Abrí la puerta pero ella empujándola volvió a cerrarla.

Yo: No quiero montar otro espectáculo delante de ellos.

Ali: Escúchame bien. Jamás vuelvas a decirme que me avergüenzo de que seas mi novia porque no es verdad, ¿me has oído? Jamás- me dijo con la voz quebrada ignorando lo que le había dicho.

Yo: Pues no lo parece- la miré fijamente.

Se acercó para besarme pero giré mi cabeza de manera que me lo dio en mi mejilla, al ver que había hecho esta acción apoyó su frente justo encima de mi oreja y me cogió las manos (para que veáis lo alta que era en comparación a mí)

Yo: Me has engañado de nuevo- murmuré intentando soltarme de sus manos, pero ella me las apretó fuerte.

Ali: Dime que no te he perdido otra vez, por favor- me rogó sollozando.

Giré mi cabeza y la observé llorar. Ella juntó nuestras frentes y cerró los ojos.

Ali: Dime que no, dime que no por favor- repitió en un susurro y negando con la cabeza, tragó saliva- No me hagas pasar por esto otra vez.

Yo: Eso tan solo depende de ti.

Me separé de ella, abrí la puerta y la miré por última vez antes de salir dando un portazo. Me sentía engañada, triste, enfadada, decepcionada, furiosa… ¿El embarazo le daba un poder mágico para mentir o qué? Salí de su edificio y entrando en mi coche la pude escuchar gritar desde su piso.

Ali: ¡Esto me pasa por imbécil!

Encendí el motor y pisé el acelerador. Conduje durante varios minutos, aparqué y comencé a caminar junto al Paseo Marítimo, ver el mar, los barcos y escuchar las olas me relajaba mucho. Durante un buen rato mi móvil no dejó de sonar, Alicia trataba de conectar conmigo pero lo último que me apetecía hacer era hablar con ella. Apagué el móvil para que dejara de incomodarme. No entendía a Alicia, de verdad que por mucho que lo intentara no encontraba el sentido. ¿Qué necesitad tenía de mentirme? ¿Por qué me había dicho que sus amigos sabían que era lesbiana y que estaba conmigo? ¿Por qué no me lo dijo? Intentó convencerme de que no le avergonzaba ser mi novia pero ¿y si era mentira? ¿Y si de verdad le avergonzaba que fuéramos novias? No, tampoco era posible. La cara de felicidad que puso al pedírselo no podría ser fingida. Entonces ¿qué? Quizás ella no se sentía preparada para contarlo aún y quizás inconscientemente la había presionado para que lo hiciera y optó por mentirme. Pero de ser así ¿por qué no me dijo que no quería? ¿Y si me estaba siendo infi… no, no podía tan siquiera imaginármelo, Alicia no sería capaz de hacerme eso. Pero también pensaba que no sería capaz de hacerme lo que me hizo aquella noche y mira, resulta que la niña estaba llena de sorpresas. No, ella me amaba, me lo había demostrado mintiéndome con lo del embarazo… mintiéndome otra vez. Si lo pensaba bien nuestra relación tanto amistosa como sentimental había estado envuelta en un manojo de mentiras. ¿Y si de verdad me estaba poniendo los cuernos? Si se pensaba todo tenía sentido. Ella me decía que sus amigos sabían que tenía novia y así de esa manera yo no insistía en ese tema, mucho más sabiendo que Jenny no me caía muy bien que se diga. Luego por otro lado se acostaba con su amante que bien podría ser Jenny o Samu teniendo la certeza de que no le pedirían ninguna explicación ni compromiso, total, ella no tenía pareja aparentemente. Al pensar en todo esto no pude evitar sentir cómo se me caía el mundo al suelo. ‘Espera espera espera, ¿pero tú te estás escuchando? ¿Eres consciente de la película mental que te has montado? Para empezar, en el caso de que Alicia te estuviera poniendo los cuernos cosa que no es en absoluto, ¿te crees que sería tan imbécil de quedar con sus supuestos amantes en su propia casa sabiendo que ibas a estar tú? Alicia no es estúpida Ainhoa. Ahora, con todo lo que te has imaginado e inventado no puedo poner en duda que tú lo seas. ¡Deja de hacer el imbécil niña!’ Madre mía tienes razón, estoy haciendo una montaña de un grano de arena. Pero aun así, ¿eso justifica que me haya mentido durante este tiempo? ‘No, no lo justifica, pero no puedes juzgarla de esa manera sin tener ninguna prueba fiable’

Durante los siguientes minutos estuve comiéndome la cabeza hasta que el rugido de mi estómago me sacó de mis pensamientos. Me fijé en la hora y me quedé sorprendida, habían pasado dos horas. Tenía veinte llamadas perdidas y varios mensajes en el buzón de voz de Alicia, ¿es que no se iba a cansar nunca? Decidí pararme a comer algo sencillo en un bar y volví a casa cansada, tanto pensar me había dado dolor de cabeza.

Lucía: Ainhoa ¿qué haces aquí? ¿No estabas con Alicia?- me preguntó sorprendida al verme.

La cara que puse le hizo saber la respuesta.

Lucía: Os habéis peleado- dijo intuyendo lo que había pasado.

Yo: Me ha vuelto a mentir.

Lucía: ¿Quieres hablar de ello?

Asentí con la cabeza mientras me sentaba en el sofá, ella se acercó a mí.

Yo: Necesito que me des tu opinión porque yo ya no doy para más, me va a explotar la cabeza.

Le expliqué con todo detalle lo que había ocurrido (lo del baño no, no entré en tanta especificación) y cómo se habían dado las cosas. Al acabar mi madre estaba tan sorprendida como yo.

Lucía: Si te soy sincera no le encuentro mucho sentido a la situación.

Yo: Hasta ahí he llegado yo también- le dije poniendo mi brazo en el sofá y apoyando mi cabeza en la mano- No la entiendo, si no quería decírselo a sus amigos ¿por qué no me lo dijo?

Lucía: Lo mejor que puedes hacer es hablar con ella y preguntárselo.

Yo: No, hoy no. Estoy demasiado enfadada como para hablar con ella y no quiero decirle nada de lo que después me pueda arrepentir ahora que estoy en caliente.

Lucía: Te aconsejo que dejes de pensar y de preguntarte por qué lo hizo, porque te vas a hacer una idea equivocada de lo que es en verdad. ¿Cómo has podido pensar que te ha estado siendo infiel?

Yo: No lo sé mamá, son muchas las cosas que he pensado. Pero te puedo asegurar que de todas esa es la idea más estúpida que he tenido- admití mirándola.

Lucía: No hace falta más que observar un poco para darse cuenta de que Alicia te ama con locura. Se le nota en la mirada, se le nota en su actitud y hasta en la cara. Y lo mismo puedo decir de ti.

Yo: Lo sé, no me siento bien al haber dudado de ella habiéndome demostrado mil veces que me ama, pero eso no quita que esté cabreada con ella.

Lucía: Mira, deja ya de torturarte. Lo que hizo lo hizo por una razón y hasta que no se te pase el mosqueo no podrás averiguarlo.

Estuvimos un par de segundos en silencio, pensaba en lo que me había dicho.

Yo: Tienes razón.

Lucía: Pues claro que tengo razón. Antes de ser madre he sido adolescente y puedo asegurarte que ya he pasado por esto.

Yo: Gracias por escucharme y aconsejarme- le agradecí mirándola.

Ella me sonrió, se levantó y me besó con ternura en la frente.

Lucía: Sabes que siempre voy a estar para lo que me necesites, no hace falta que me agradezcas nada.

Le sonreí y ella reanudó lo que estaba haciendo antes de que yo llegara. Me quedé tumbada en el sofá intentando relajarme un poco tal y como me había dicho ella. Mi padre se levantó de la siesta, como le habían cambiado el turno y ahora trabajaba por las noches no tenía más remedio que dormir por el día. Mi madre le explicó por encima la razón por la cual estaba un poco distante y él se encargó de sentarse a mi lado y sacarme un par de sonrisas. Aquella era la razón por la cual los quería tanto, me parecía increíble que hubiera podido olvidarme de ellos, de preguntarme quiénes eran y de no sentir nada hacia ellos. Mi madre nos informó que aquella noche iríamos a cenar fuera para que me animara, me pareció una idea estupenda para poder desconectar un poco. Decidimos arreglarnos un poco para no ir del todo casual, esperamos que fuera una hora razonable para ir a cenar y nos dirigimos al restaurante. La noche transcurrió sin ningún incidente, cenamos, charlamos amenamente y bromeamos. A mi parecer fue una noche bastante buena y divertida, sobretodo porque había conseguido mi objetivo, olvidarme durante un par de horas de Alicia. Al salir del restaurante el frío caló en mis huesos, había empezado a llover bastante fuerte y hacía un frío de perros, por suerte íbamos en coche. Al llegar a casa mi madre aparcó un poco lejos del portal así que nada más salir del coche tuvimos que sacas los paraguas y correr porque aun así hacía tanto viento que era imposible no mojarse. Al llegar al portal tanto mis padres como yo nos quedamos sorprendidos. Alicia estaba sentada en el suelo completamente empapada y tiritando de frío, al levantar la vista se me quedó mirando.

Yo: Alicia ¿qué haces aquí?- reaccioné inmediatamente corriendo hacia ella para ponerla bajo la protección del paraguas.

Ali: Q-quería hablar cont-tigo de lo que p-pasó hoy. L-lo siento mu-cho- se disculpó tartamudeando.

Yo: Shh no digas nada ahora- me agaché y llevé una mano a su mejilla, el tacto me hizo querer apartarla al instante- Estás helada.

Antonio: Que suba a casa para que pueda calentarse.

Ali: N-no es neces-sario, t-tan solo q-quiero…

La interrumpí cogiéndola por el brazo con mi mano libre para levantarla, mi padre ya había abierto la puerta así que entramos todos juntos y subimos al ascensor. Estuvimos en silencio, yo tenía su mano cogida y la frotaba con las mías o le echaba mi aliento para intentar que tuviera una temperatura normal. Se abrieron las puertas del ascensor y entramos a casa.

Lucía: Alicia dúchate para entrar en calor- le aconsejó.

Ali: De v-verdad que no hace f-falta, me conf-formo con poder ha-blar con Ainhoa- rechazó intentando sonar lo más normal posible pero no podía evitar seguir temblando.

Yo: Dúchate no seas tonta- insistí.

Ali: P-pero…

Yo: Hasta que no te duches y estés en condiciones humanas me voy a negar a hablar contigo- la advertí muy seriamente.

Ella me miró durante un par de segundos, sus dientes castañeaban sin que ella pudiera hacer nada. Me dio mucha lástima verla así.

Yo: Por favor- le rogué con la voz calmada y mirándola preocupada- Te vas a poner enferma.

Ali: E-está bien- aceptó finalmente.

Mientras mi madre ponía el termo yo le preparé el baño dejándole ropa mía y me fui a mi cuarto para ponerme el pijama y con una toalla secarme el pelo, se había mojado un poco. Volví al comedor y me senté junto a mis padres. Ellos no me preguntaron mucho, no era muy difícil adivinar que en ese mismo instante sabía lo mismo que ellos. No podía evitar seguir sintiéndome enfadada con ella, más que enfadada decepcionada de que no confiara en mí para decirme las cosas, pero verla de aquella manera había hecho que ya no lo estuviera tanto. Me daba mucha pena y no podía dejar de preguntarme cuánto tiempo habría estado ahí esperándome y congelándose. Que hubiera estado expuesta al frío, a la lluvia y al viento todo ese rato tan solo para poder hablar conmigo me dio mucha ternura.

Al cabo de un buen rato sentimos la puerta del baño abrirse y Alicia apareció por el comedor.

Antonio: ¿Ya te sientes mejor?- le preguntó amistosamente.

Ali: Sí, muchas gracias por dejar ducharme- agradeció sonriendo.

Lucía: Toma, te he hecho un café con leche bien calentito, no sé si te apetecerá- le ofreció saliendo de la cocina con la taza.

Ali: Ahora mismo es justo lo que necesito, muchísimas gracias.

Lucía: De nada, si necesitas algo más tan solo pídelo.

Ella le sonrió y luego me miró a mí, yo me levanté del sofá y nos dirigimos a mi cuarto en silencio.

Ali: ¿Me puedo tapar con las mantas?- me preguntó un poco cortada.

Yo: No hace falta que me preguntes esas cosas después de todo lo que hemos pasado- le contesté mientras se me escapaba una pequeña sonrisa ante la ocurrencia de su pregunta.

Ella me sonrió, se sentó en mi cama apoyando la espalda en la pared, se tapó hasta la cintura y con sus manos agarró la taza para coger todo el calor posible.

Yo: ¿Por qué has venido? Es decir, ya sé que has venido para hablar pero ¿lloviendo y sin paraguas?

Ali: No quería esperar más para arreglar las cosas contigo y la lluvia me pilló a mitad de camino de tu casa. Toqué el timbre pero como no respondía nadie supuse que o estabas pasando de mí o no estabas en casa- me explicó después de dar un largo trago.

Me senté a su lado en la cama y la miré.

Yo: ¿Por qué me mentiste Alicia? ¿Qué necesidad tenías de hacerlo?

Ella dejó la taza en mi escritorio y me cogió las manos temerosa de que volviera a rechazarla, al ver que no las aparté cogió confianza. No me gustaba estar así con ella.

Ali: Fui una estúpida, quería asegurarme de que si lo decía en clase nadie me iba a juzgar o putear, ya bastante tuvimos con Sergio y Andrés como para que cualquier otro imbécil se interpusiera entre nosotras. Temía que si te decía eso me dijeras justamente todo lo que me dijiste, que me avergonzaba que fueras mi novia. Pero créeme mi amor, si hay algo de lo que jamás me arrepentiré es de ser tu novia, mi hijo y tú sois lo más importante que tengo.

Yo: ¿Es que acaso no tenemos confianza? Sé sincera por favor, te prometo que no me voy a enfadar con tu respuesta sea cuál sea porque me interesa mucho saberlo. ¿No confías en mí?

Ali: Si te mentí fue justo porque quería evitar esto. Claro que confío en ti, te confiaría hasta mi vida y podría vivir bien tranquila. Es solo que no sabía cómo ibas a reaccionar.

Yo: Si me hubieras dicho todo esto tal cual como me lo estás contando te habría entendido perfectamente. Lo que me duele es que pensaras que no lo iba a hacer y que prefirieras mentirme.

Ali: Ya lo sé, y lo siento mucho a pesar de que sé que no merezco perdón. Te mentí una vez y perdí toda la confianza que tenías en mí por no decir que casi te pierdo a ti, y ahora que lo he recuperado todo por ser una inconsciente e imbécil te he vuelto a defraudar. No te merezco- me explicó evitando mirarme.

Yo: No digas eso- le dije suavemente mientras con mis manos levantaba su cara para mirarla.

Ali: Es la verdad Ainhoa, no te merezco. Pero soy tan egoísta que te voy a pedir que me perdones porque no soporto la idea de estar sin ti, no lo soporto- me dijo negando con la cabeza mientras sus ojos empezaban a aguarse.

No aguantaba más esa escena. Ella se estaba menospreciando demasiado y la culpa era mía por permitirlo. Me acerqué a ella y la besé para que dejara de seguir insultándose a sí misma, cada palabra que decía me dolía más a mí que a ella.

Yo: No eres imbécil y mucho menos egoísta, creo que eso ya ha quedado más que claro- le susurré muy cerca de su cara.

Ali: ¿Entonces me perdonas?

Yo: Te perdono siempre y cuando me prometas, esta vez de verdad, que vamos a hablar las cosas- le contesté mirándola, verla de aquella manera hizo que mi enfado se esfumara en cuestión de segundos.

Ali: Te lo prometo- me dijo abrazándome con fuerza.

Pude notar que su piel aún seguía bastante fría y que a ella de tanto en tanto le daban escalofríos.

Yo: Cariño ¿sigues teniendo frío?- le pregunté separándome de ella.

Ali: Un poco.

Yo: ¿Quieres que te traiga más mantas?

Ali: Me basta con que me abraces bien fuerte y no te separes de mí.

Sonreí antes de volver a besarla, nos tumbamos de lado y pasé mi brazo por su costado pegándola lo máximo posible a mí, ella hizo lo mismo conmigo. Nos tapamos hasta arriba con las mantas.

Yo: ¿Mejor?

Ella asintió y juntó nuestras frentes, yo empecé a frotar su espalda.

Ali: Siento mucho lo del restaurante, sé lo difícil que es hacer reserva ahí. Cómo no, he tenido que fastidiarlo todo.

Yo: Bueno, eso sí que me va a costar aceptarlo- reí un poco para quitarle importancia al asunto- Pero no te preocupes, no pasa nada.

Ali: Te lo recompensaré.

Yo: Eso espero- le sonreí- ¿Al final acabaste el trabajo?

Ali: Sí, salir a buscarte no era muy buena idea ya que estabas realmente enfadada así que ya que había jodido el día con el trabajo decidí acabarlo. No quiero ni imaginarme qué habrás pensado de mí.

Yo: Créeme, no quieres saberlo. Mi cabeza se ha lucido en llegar a un nivel de estupidez muy alto.

Ali: ¿Qué nivel de estupidez es ese?

Yo: El nivel de llegarme a cuestionar si me habías sido infiel. No me siento orgullosa de haberlo pensado.

Ella se quedó unos cuantos segundos sin decir nada con expresión neutra, yo estaba empezando a temer que se molestara por ello. Entonces empezó a reírse a carcajadas.

Ali: Eso es un nivel de estupidez muy alto jajaja. ¿Cómo has podido llegar a esa conclusión?

Sonreí aliviada y también me reí.

Yo: Ni siquiera lo sé yo. Empecé a pensar y a pensar y me monté una película mental muy grande.

Ali: No hace falta que lo jures.

Yo: ¿No te molesta que haya pensado eso de ti?

Ali: Me ofende un poco pero entiendo que estabas enfadada y sé que en esos momentos se piensan cosas que no se sienten.

Moví mi cabeza y la besé tiernamente, ella correspondió inmediatamente. Estuvimos así durante incontables minutos, besándonos, separándonos, mirándonos y acariciándonos. Ella poco a poco fue cerrando los ojos hasta que se quedó dormida, la pobre debía estar reventada. Yo a diferencia de ella no tenía nada de sueño así que con cuidado me levanté, la tapé bien y la besé. La diferencia de calor de dentro de la cama y fuera era brutal. Fui al comedor e hice compañía a mi padre, mi madre ya se había ido a dormir.

Antonio: ¿Habéis arreglado las cosas?

Yo: Sí. Si me hubiera explicado todo tal cual como lo ha hecho ahora desde un principio nos habríamos ahorrado un mal trago pero bueno, ya está hecho.

Antonio: Me alegro por vosotras. ¿Dónde está ella?

Yo: En la cama, se ha quedado dormida.

Antonio: Déjala dormir aquí, debe estar cansada.

Continuamos hablando de un poco de todo durante un buen rato hasta que mi padre me abandonó y se fue a dormir. Como en la tele no estaban dando nada productivo al poco rato fui a mi cuarto y me metí en la cama. Me pegué mucho a Alicia para calentarme y empecé a observarla, se me hizo imposible no pasar un dedo por sus facciones, acariciándola. Me acerqué a ella y le robé un pequeño beso de buenas noches antes de quedarme dormida.

La mañana siguiente desperté al sentir mi cuerpo chocar contra el suelo formando un gran estruendo.

Yo: Hostia terrible…- murmuré en el suelo.

Ali: ¡Ainhoa! ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?- se apresuró a preguntar preocupada mientras me ayudaba a levantarme.

Yo: Me duele un poco aquí pero estoy bien- le contesté señalándole el punto dónde me dolía.

Ali: ¿Pero tú estás loca? ¿Qué has hecho?- me preguntó mirándome, yo me senté en la cama apoyando la espalda contra la pared.

Yo: ¡Yo qué sé! Antes de que pudiera abrir los ojos ya estaba en el suelo.

Nos quedamos en silencio un par de segundos, los labios de Alicia empezaron a curvarse en una sonrisa hasta que se convirtió en una carcajada, yo la imité y empezamos a reírnos ante lo absurdo del momento.

Ali: Eres boba- me dijo sonriendo sentándose a horcajadas sobre mí.

Yo: Pues no sé tú, pero estás saliendo con una boba.

Ali: Sí, pero es la boba más tierna y guapa del mundo, y ¿sabes una cosa?

Yo: Dime.

Ali: La amo con locura- susurró antes de besarme.

Rodeé con mis brazos su cintura y acaricié su espalda lentamente mientras nuestros labios y lenguas se saludaban. En ese momento la puerta se abrió, abrí los ojos y miré a mi madre que acababa de entrar a la habitación, Alicia también se giró para mirarla.

Lucía: Perdón, ¿he interrumpido algo?

Yo: No, para nada- le respondí con una sonrisa.

Alicia se quitó de encima de mí un poco avergonzada.

Lucía: Tan solo he entrado porque he escuchado un ruido y no sabía qué era.

Alicia y yo nos miramos y empezamos a reírnos.

Yo: Me he girado durmiendo y me he caído al suelo, la cama es bastante pequeña para dos personas.

Lucía: Me lo imagino jajaja. ¿Te has hecho daño?

Yo: No mucho, quizás tendré un pequeño morado pero nada más.

Lucía: Me alegra ver que ya habéis arreglado las cosas.

Ambas sonreímos, le cogí la mano y la besé.

Yo: Es como una niña pequeña, no puede evitar meterse en líos.

Ali: ¡Oye! Eso no es verdad.

Yo: Sí que lo es.

Ali: Jum, pues ahora no te hablo- puso cara de enfado, se giró y cruzó los brazos.

Me reí, me puse de rodillas y la abracé abalanzándome un poco sobre su espalda. Empecé a hacerle cosquillas mientras le besaba el cuello, ella no podía dejar de reír e intentar quitarme de encima.

Yo: Con que no me quieres hablar ¿eh?- le dije al oído sin dejarla en paz.

Ali: Ainhoa no jajaja para por favor jajaja- me rogó entre carcajadas.

Decidí hacerle caso y paré, pero no la solté. Ella giró su cuello y me miró sonriendo, se acercó y me besó. Yo le acaricié el pelo.

Yo: Te amo.

Ali: Y yo a ti.

Lucía: Bueno, cuando queráis desayunar apareced por la cocina, ya está todo listo.

Yo: Ali se tiene que ir, dejamos los domingos para terminar deberes de clase- respondí un poco desanimada, no quería que se fuera.

Ali: Mi amor, creo que ayer no fui clara. ‘He acabado el trabajo’ significa que he acabado con todo el trabajo que tenía.

Yo: Pero si me dijiste que tenías mucho que hacer.

Ali: Ya, pero ayer por la tarde por ser una estúpida e imbécil tuve mucho tiempo libre.

Le sonreí y le cogí de la mano.

Yo: ¿Te quieres quedar?

Ali: Claro, siempre que no sea una molestia- respondió mientras miraba a mi madre.

Lucía: Ya eres de la familia, y a mí mi familia no me molesta.

Ali: Entonces sí, me quedo.

Le di un pequeño beso y nos levantamos para ir a desayunar. Pasamos todo el día juntas, se quedó a comer y por la tarde intentó ayudarme con mis deberes ya que yo no los había terminado. Estando ella ahí a mi lado era imposible concentrarse, o bromeaba, o nos besábamos o se reía de mí por mi cara de concentración. Tuve que dejarla en el comedor junto a mis padres viendo la tele para quedarme sola en mi cuarto y poder acabar con tranquilidad. Al cabo de media hora pude escuchar un poco de barullo en el comedor y a mi madre llamarme.

Lucía: ¡Ainhoa!

Yo: Estoy con los deberes- le contesté lo suficientemente alto.

Lucía: ¡Es Alicia!

En ese mismo instante solté el lápiz y el bolígrafo que tenía en mi mano, me levanté rápidamente y corrí hasta el comedor. Alicia estaba entre los brazos de mi padre, sin consciencia.

Yo: ¿Qué ha pasado?- pregunté preocupada mientras me acercaba a ella.

Antonio: Se ha levantado porque quería ir un momento a ver qué tal te iba y se ha desmayado, por suerte me ha dado tiempo a cogerla antes de que cayera.

Yo: ¿Pero por qué? ¿Es normal?- miré a mi madre, estaba hecha un manojo de nervios.

Lucía: Tranquilízate, a veces suele ocurrir en los embarazos. Al cambiar de posición rápidamente le habrá bajado la tensión provocando el desmayo, cuando estaba embarazada de ti también me pasó- me explicó intentando calmarme, cosa que no consiguió.

Yo: ¿Qué hacemos? ¿Llamamos a una ambulancia?

Lucía: No exageres, no será necesario. Antonio levántale las piernas y tú Ainhoa desabróchale el sujetador- nos indicó.

Yo: ¿Para qué tengo que desabrocharle el sujetador?

Lucía: Cuando estaba embarazada de ti me dieron algunos consejos por si me desmayaba, uno de ellos era desabrochar el sujetador porque podía dificultar la respiración- me explicó- Yo voy a traer un poco de agua para cuando despierte.

Me acerqué a ella, metí mis manos por debajo de su camiseta y al encontrar el broche del sujetador de un pequeño movimiento lo desabroché. Retiré un poco las tiras de sus brazos pero no se lo quité por estar mi padre delante. Me arrodillé junto a su cabeza y llevé mi mano a su mejilla, dándole pequeños golpecitos.

Yo: Mi amor despierta- le susurraba.

Noté que mi madre llegó, me giré y la miré.

Yo: ¿Cuándo se va a despertar?

Lucía: No creo que tarde mucho, un par de minutos nada más, estate tranquila.

Yo: ¿Seguro que es normal? ¿Y si algo va mal? ¿Y si hay alguna complicación con el embarazo?- volví a preguntarle inquieta, preocupada sería poco para definir cómo me encontraba en ese instante.

Lucía: ¡Ainhoa, respira un poco! A menos que el médico le haya dicho lo contrario no tiene por qué haber algo mal, tanto ella como el feto están bien. ¿Te ha comentado si el médico le ha dicho que es un embarazo de riesgo?

Yo: No, me dijo que todo estaba bien.

Lucía: Pues entonces cálmate, no debes de ponerte tan nerviosa.

Antonio: Decirlo es muy fácil Lucía, lo complicado es hacerlo. Yo estuve en su situación y puedo asegurarte que hasta que no te despertaste estuve casi pegándome cabezazos contra la pared. Entiendo perfectamente cómo se está sintiendo, y debo decirte que también es normal ponerse así.

Sonreí un poco y volví a girarme para mirar a Alicia, su respiración era lenta y pausada. Estuvimos un par de segundos así, mi padre seguía sosteniendo sus piernas, se había puesto de rodillas en el sofá y había puesto los pies de ella en su hombro para que fuera más fácil y cómodo. Yo seguía llamándola de tanto en tanto, acariciándole la mejilla y pegándole suavemente. De cada vez estaba más preocupada, el tiempo pasaba y ella no reaccionaba. Cuando estuve a punto de volver a preguntarle a mi madre si era normal que estuviera tanto rato así ella abrió los ojos lentamente y movió la cabeza, mirándome.

Yo: Mi amor por fin despiertas- le dije sonriendo con gran alivio y acariciando su mejilla.

Ali: ¿Dónde estoy?- preguntó en un susurro y mientras miraba alrededor.

Mi padre le dejó las piernas en el sofá y se sentó.

Yo: Estás en casa.

Ali: ¿Qué ha pasado?- preguntó frunciendo el cejo.

Yo: Te has desmayado. ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? ¿Estás mareada?- le pregunté preocupada mientras la miraba.

Ali: Estoy bien, un poco desorientada pero no es nada.

Yo: ¿Segura?

Ali: Tranquila mi amor, estoy bien- me aseguró con una sonrisa.

Le retiré el pelo de la cara pasando mi mano por su frente y uní nuestros labios, ella me cogió la mano. Al separarnos hizo el ademán de sentarse pero la voz de mi madre la detuvo.

Lucía: Quédate tumbada durante unos minutos más, después si eso ya te sientas- la aconsejó.

Ali: De acuerdo.

Antonio: No nos tomamos la molestia de preguntar qué tal te encuentras porque ya vemos que Ainhoa se encarga de ello- le dijo, ella sonrió.

Ali: Estoy en buenas manos.

Lucía: Deberías haber visto cómo se ha puesto al verte, quería llamar a una ambulancia y todo- le dijo a posta para hacerme avergonzar.

Alicia al escucharla se rió y me miró con ternura.

Ali: El médico ya me avisó que esto podría ocurrir.

Yo: Lo que no entiendo es porque tú no me has avisado. Me has asustado mi amor.

Ali: Lo siento cariño, se me ha pasado. Cuando me lo dijo el médico aún ni siquiera nos hablábamos.

Yo: No me recuerdes esa época y ven aquí- le dije pasando mi mano por su nuca y acercándola para besarla.

Pasaron unos cuantos minutos y ella se sentó, en ese momento notó que no llevaba sujetador ya que este se le bajó al no estar abrochado e inmediatamente se llevó las manos a sus pechos.

Ali: ¿Por qué no llevo el sujetador?- preguntó un poco alterada y confusa.

Nos miramos mis padres y yo y reímos.

Yo: Era para que pudieras respirar mejor- le expliqué mirándola.

Ella sonrió un poco avergonzada y se lo volvió a abrochar. Mi madre le ofreció el vaso de agua que había traído anteriormente para ella y lo aceptó gustosa. Se empezó a hacer tarde y Alicia decidió que ya era la hora de irse a su casa, por más que intenté convencerla de que se quedara en casa por miedo a que volviera a desmayarse me fue imposible hacerla entrar en razón, por lo tanto no me quedó más remedio que auto invitarme a dormir en su casa. Sabía que a mis padres no les importaba y aunque Alicia intentó hacerme ver lo contrario sabía que a ella tampoco, es más, lo estaba deseando. Así pues me despedí de mis padres, cogí las llaves del coche y conduje hasta su casa.

Ali: Sabes que yo mañana madrugo ¿no?

Yo: Sí, lo sé. Mi idea era invitarte a desayunar tempranito y llevarte a la universidad en coche- le expliqué mis planes- Pero tranquila, intentaré que no me vean para que no sospechen, si quieres incluso puedo dejarte un poco antes.

Ali: No es necesario, compórtate como si fueras una amiga, nadie al verte va a pensar que eres mi novia.

Yo: Por cierto, siento mucho haberles dicho a Jenny y a Samu que eras mi novia, estaba muy cabreada y decepcionada porque pensaba que te avergonzabas de mí.

Ali: Te dije que no volvieras a decir eso, ¿cómo quieres que me avergüence de ti? Todo lo contrario, me enorgullezco de ello. No tienes que disculparte.

Yo: ¿Qué te dijeron?

Ali: ¿Podemos hablar de eso mañana? Estoy algo cansada- quiso evitar hablar del tema abriendo la puerta y saliendo del coche.

Yo: No te han aceptado ¿verdad?- le pregunté cerrando el coche.

Ali: Por favor Ainhoa, mañana.

Subimos a su piso en silencio, me sentía mal por haber descubierto algo que ella no quería haciendo que sus amigos probablemente la juzgaran. La culpa me carcomía. Al llegar a su casa lo primero que hice fue meterme en la cocina para preparar la cena, ambas estábamos famélicas. A pesar de que la cocina no se me daba muy bien Alicia me dio un voto de confianza. No estuve más de veinte minutos en la cocina preparando macarrones ya que la pasta nos encantaba. Serví los platos y nos sentamos a comer.

Ali: ¿Qué es lo peor que me puede ocurrir al probar esto?- bromeó antes de empezar a comer.

Yo: Que mueras intoxicada- le seguí el rollo.

Mientras ella se llenaba el vaso de agua me atreví a probar los macarrones, y una vez en la boca deseé no haberlo hecho. Era incomible.

Ali: ¿Qué tal está?- preguntó con curiosidad.

Yo: Compruébalo tú misma- contesté antes de beberme el vaso entero de agua.

Me fijé expresamente en su cara al probar los macarrones, tuve que aguantarme las ganas de reír ante la cara que puso.

Yo: ¿Te gustan?- pregunté simulando no tener ni idea de la bazofia que se estaba llevando a la boca.

Ali: Sí, están muy buenos mi amor- mintió después de beberse el vaso para quitarse el sabor como yo había hecho antes.

Yo: ¿Segura?

Ali: Que sí, te han salido muy buenos- dijo volviendo a meterse el tenedor en la boca, tragó con rapidez y volvió a llenarse el vaso de agua.

Me causó gracia y ternura que quisiera ocultarme que no le gustaba para nada el sabor. Pero no la detuve, quería saber hasta dónde era capaz de llegar.

Yo: Pues entonces te los haré a menudo- dije con naturalidad.

Me llevé la servilleta a la boca simulando estar limpiándome para que no viera la sonrisa que me había sacado la expresión que puso al escuchar eso.

Ali: Estaré encantada de comerlos- volvió a mentir con una sonrisa que se notaba a leguas que era falsa.

Con el tenedor removió la pasta, pinchó algunos macarrones y se llevó el tenedor lentamente a la boca. Antes de que lo hiciera decidí acabar con su agonía.

Yo: Por Dios Alicia no finjas que te gusta y suelta esa porquería ahora mismo, no se lo comería ni un cerdo.

Ella sin dudarlo tiró el tenedor al plato, se recostó en la silla y suspiró aliviada.

Ali: Madre mía, gracias, no habría aguantado comerme el plato entero.

Yo: Creo que tú y yo tenemos un grave problema con esto de la comunicación- dije mientras ponía los macarrones de mi plato en el suyo y luego mi plato debajo de este.

Pude escucharla reír.

Ali: No quería ofenderte diciéndote el vomitivo sabor que tenía.

La miré con la ceja levantada.

Yo: Se dice ‘Gracias, la intención es lo que cuenta’

Ella rió, se acercó a mí y se sentó en mis piernas, rodeó mi cuello con sus brazos.

Ali: Gracias, la intención es lo que cuenta- repitió con un tono de voz burlesco.

Le pegué con suavidad en el brazo e intenté levantarme pero me lo impidió besándome apasionadamente dejándome bastante ida.

Ali: Haré salsa de tomate para las dos y la pondré con los macarrones blancos que han sobrado- me avisó al separarse de mí.

Recogí la mesa y tiré los macarrones que había hecho yo, me sabía mal desperdiciarlos de esa manera pero es que ni las moscas se acercarían a ellos. Alicia hizo la salsa en menos de diez minutos y cenamos, tuve el placer de poder comer algo comestible y que estaba buenísimo. De ella no esperaba menos. Al terminar de cenar recogimos todo y nos pusimos el pijama, ya se empezaba a hacer tarde. Yo fui más rápida que Alicia por lo tanto me quedé observándola mientras se quitaba la ropa. Tan solo el hecho de verla desnuda me puso a mil y se lo hice saber. Me acerqué a ella, la abracé por la espalda y empecé a besarle el cuello. Como tan solo tenía puestas sus bragas con cada mano cogí sus pechos y los estrujé entre mis manos delicadamente.

Ali: Mi amor, como no pares no voy a poder controlarme- me avisó en un suspiro.

Yo: Pues no lo hagas.

Le di la vuelta y empecé a besarla apasionadamente, cuando la tumbé en la cama me detuvo.

Ali: Para Ainhoa.

Me separé de ella mirándola fastidiada, no podía creérmelo. ¿Qué le pasaba ahora?

Yo: ¿Qué ocurre?

Ali: Te juro que tengo tantas ganas como tú pero…- la interrumpí.

Yo: ¿Te pasa algo conmigo Alicia? Hemos intentado incontables veces hacer el amor y nunca hemos podido porque o nos han interrumpido, o me ha bajado la regla o nos hemos calentado en un momento equivocado y poco oportuno, y últimamente estoy sintiendo que me estás evitando en la cama poniendo excusas- le dije un poco alterada- ¿Qué te ocurre? ¿Es que ya no te gusto?

Ali: ¿Por qué siempre te hago pensar justo lo contrario de lo que siento o pienso?- se preguntó a sí misma- Mi amor pues claro que me gustas, me gustas muchísimo, tienes un cuerpo de infarto y escandalosamente llamativo. Puedo asegurarte que no me es desapercibido.

Yo: ¿Entonces qué ocurre? ¿No te gusta cómo lo hago? Si es eso puedo aprender, eres la primera mujer con la que hago el amor y no sé cómo tratarte, te hago lo que a mí me gustaría que me hicieran pero si a ti no te basta eso no sé, puedo cambiar mi forma al hacerlo o tú puedes enseñarme qué es lo que te gusta- le dije tratando de encontrar una manera que le gustara- Quiero que disfrutes tanto como yo.

Ali: Ainhoa deja de decir cosas que no son. Te prohíbo rotundamente que cambies tu forma de hacerme el amor porque así sí que estarás a dos velas, me encanta todo lo que me haces.

Yo: ¿Entonces por qué no quieres hacerlo?

Ali: Son las doce y media y mañana nos tenemos que levantar a las siete y si ahora nos ponemos a hacer el amor vamos a estar toda la noche, porque créeme que con las ganas que tengo te voy a dejar seca, por no hablar de que yo al menos voy a despertar a todos los vecinos porque no podré contenerme a gritar. No es que no quiera hacerlo, es que no podemos- me explicó cogiéndome las manos a lo último.

Bajé la cabeza y me avergoncé inmediatamente por haberle reprochado eso, me sentía un poco estúpida.

Yo: Tienes razón, lo siento.

Ali: No te preocupes, es normal. Sabes que yo estoy igual que tú o incluso peor- me dijo levantándose para ponerse el pijama.

Yo: Es que llevo tanto tiempo sin sexo…- murmuré cerrando los ojos dejando caer mi cuerpo en el colchón.

Ali: ¿No has vuelto a satisfacerte desde la última vez que lo hicimos?- preguntó un poco sorprendida.

Yo: Mi amor, me he puesto cachonda con tan solo verte dos segundos desnuda, creo que eso demuestra hasta dónde llega mi necesidad.

Escuché cómo reía mientras terminaba de ponerse el pijama, cuando se tumbó junto a mí en la cama aún estaba sonriendo.

Yo: No te rías de mí, lo estoy pasando muy mal.

Ali: Jajaja no me rio de ti, es que me ha hecho gracia. Yo también llevo el mismo tiempo que tú.

Yo: ¿Ah, sí?- le susurré acercándome a ella y mordiendo y lamiendo el lóbulo de su oreja

Ali: Mi amor no juegues con fuego porque te vas a quemar- me advirtió susurrando.

Sonreí maliciosamente, bajé a besarle el cuello, subí por su mandíbula y acabé en su boca. Su respiración estaba agitada.

Yo: ¿Qué pasa mi amor? ¿Tienes calor?- le susurré al oído sonriendo.

Ella se puso encima de mí y empezó a besarme agresivamente, cuando quise acariciarla no me dejó. Su mano izquierda masajeo mi pecho derecho por encima de mi camiseta, y su mano derecha se aventuró a posarse en mi intimidad, empezando a acariciarme por encima de la ropa.

Yo: Ahh Alicia- gemí en su oído.

Ali: ¿Qué pasa mi amor? ¿Tienes calor?- repitió con burla.

Su comentario me sacó una sonrisa que se vio rota al abrir la boca y volver a gemir, su mano se había metido en los pantalones del pijama y mis braguitas y sus dedos estaban haciendo pleno contacto con mi clítoris. Antes de que volviera a gemir audiblemente ella me calló de un beso, continuó moviendo lentamente sus dedos sobre mi clítoris y de repente paró, sacó la mano de ahí y se tumbó.

Yo: ¿Qué ha-ces?- le pregunté agitada.

Ali: Te dije que no jugaras con fuego, te advertí y ahora te has quemado. Me voy a dormir porque me levanto en menos de siete horas.

Yo: Mi amor no puedes hacerme esto, no puedes dejarme así- le reproché casi sin poder creerme lo que me estaba haciendo.

Ali: ¿Cómo que no? Lo estoy haciendo ahora mismo. Ahí tienes una baño por si quieres darte una ducha o bien puedes acabar tú solita- contestó mirándome maliciosamente, hasta ella era consciente de lo cruel que estaba siendo conmigo en ese momento.

Yo: Hace demasiado frío como para darme una ducha ahora y no pienso tocarme delante de ti.

Ali: ¿Por qué no?- me preguntó mirándome con una ceja levantada, sabía la gracia que le debía estar causando esa situación.

Yo: Pues porque no Alicia, me da corte.

Ali: Sí bueno, ¿pero me vas a decir que no te excita la idea de masturbarte mientras te observo?

La muy…me conocía muy bien y se estaba aprovechando de ello para hacerme sentir avergonzada.

Yo: Sí, pero no pienso hacerlo.

Ella sonrió, yo aparté la mirada.

Ali: Entonces tendrás que esperar hasta el viernes porque no pienso tocarte antes.

Yo: ¿Por qué hasta el viernes?

Ali: Te dije que te compensaría por lo del restaurante, llevaba un par de semanas planeando llevarte a un hotel para pasar un fin de semana tan solo tú y yo y la oportunidad para decidirme del todo se ha presentado así que…

Yo: Nada de nada hasta el viernes- concluí.

Ali: Exacto, a no ser que quieras acabar con tus grandes ganas en solitario-volvió a decir sonriendo.

La miré con ganas de matarla, apagué la luz y me tumbé dándole la espalda. Estaba excitadísima y no me convenía mucho juntarme a ella para dormir, necesitaba relajarme.

Yo: Buenas noches.

Ali: ¿Ni me das un beso de buenas noches ni me abrazas? Qué sosa que te estás volviendo.

Yo: Alicia por favor no juegues conmigo de esta manera, bastante mal me has dejado ya.

Ali: No te he hecho nada que tú no hayas querido hacerme. ¿O me vas a negar que no querías dejarme exactamente como yo te he dejado?- sentí su voz en mi oído al sentir su cuerpo contra mi espalda.

Metió su mano bajo mi camiseta y empezó a acariciarme circularmente la barriga, simulaba que iba a bajar hasta mi intimidad pero al rozar el pantalón volvía a subir. Estaba completamente mojada, notaba incluso las palpitaciones en mi clítoris que ya estaba más que duro e hinchado.

Yo: Por favor mi amor si vas a hacerlo hazlo ya y si no, no me tortures más- le rogué al sentir que mi clítoris estaba a punto de explotar.

Ali: Está bien- dijo finalmente al notar que estaba que no podía más.

Suspiré cuando ella quitó su mano de mi estómago, iba a tardar mucho en poder calmarme y conciliar el sueño. Ella se echó un poco sobre mí, giré mi cuello para mirarla y me besó tiernamente, no noté que lo hiciera para seguir incitándome.

Ali: Buenas noches, te amo- me susurró al oído.

Antes de que se separara cogí su cara entre mis manos y volví a acercarla para besarla, aquel pequeño beso me había sabido a poco.

Yo: Yo también te amo.

Se separó de mí y se acomodó en su lado.

Ali: ¿Crees que podrás aguantar hasta el viernes?

Yo: No tengo tiempo para mí sola así que supongo que no me queda otra.

Ali: Merecerá la pena, ya lo verás.

Yo: Con lo mal que me lo estás haciendo pasar más te vale. Te juro que me las vas a pagar.

Ali: A palabras necias oídos sordos- evadió el tema.

No hablamos más. Estuve pensando en cosas bastante desagradables que no tomaré la molestia de nombrar para que mi excitación disminuyera y al cabo de unos pocos minutos pareció dar resultado, había conseguido tranquilizarme bastante. Pero aun así seguía estando demasiado agitada como para poder dormirme así que fui al baño para mojarme la cara con agua bien fría. Ay Alicia, ¿por qué tenía que gustarte tanto devolver las cosas? Si no fuera porque la amaba más que a mi propia vida le habría dicho cuatro cosas bien dichas. Realmente no podía culparla del todo, me lo había buscado yo solita. Pero ya se lo devolvería el viernes, mi cabecita había empezado a maquinar un plan.

Volví a la cama y me tapé hasta arriba, hacía un frío de perros. En esos momentos extrañaba sentir el cuerpo de Alicia junto al mío, sabiendo que la tenía a menos de un metro de mí era bastante difícil contenerme, tanto por lo excitada que estaba y por lo que me encantaba dormir junto a ella. En ese momento ella pareció leer mis pensamientos, se acercó a mí y me abrazó.

Ali: Mi amor ¿te molesto si te abrazo? Es que hace frío y tú estás muy calentita, no lo digo con doble sentido.

Reí ante lo que dijo, giré el cuello y la miré, la luz de la luna alumbraba tenuemente la mitad de su cara. Estaba preciosa.

Yo: Mi vida tú nunca me molestas.

Ali: Lo decía por lo de antes, si ves que va a ser mucha tentación para ti no pasa nada- me explicó, no noté burla en su comentario.

Me giré y le besé la cabeza.

Yo: Ya se me ha pasado un poco. El sentimiento que me embarga al dormir abrazadita a ti me compensa.

Ella se acurrucó en mi pecho y yo pasé mi brazo izquierdo sobre ella, abrazándola. Se sentía tan bien al estar así con ella.

Ali: ¿Te encuentras bien?

Yo: Sí, ¿por qué lo preguntas?

Ali: Es que puedo sentir tu corazón y palpita bastante más fuerte de lo normal- me contestó inocentemente.

Sonreí al escucharla.

Yo: Eso es porque estoy así contigo, no lo cambiaría ni por todo el oro del mundo.

Ella se acurrucó más a mí y respiró profundamente, la conocía y sabía que aquello significaba que estaba dispuesta a dormir. Yo la imité, cerré los ojos y traté de dormirme. No fue fácil, la verdad es que estuve alrededor de una hora mirando cómo dormía Alicia pero acabé cayendo rendida junto a ella.


¡Hola a todos! Aquí os dejo la continuación, es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora si no me equivoco así que espero que la tardanza haya valido la pena. Muchísimas gracias a todos por tomaros la molestia de leer, valorar y comentar esta historia, de verdad, es una gran ayuda a la hora de escribir. Como siempre, querría agradecer especialmente a:

Patricialeon: Jajajaja bueno, eso del affaire me lo tendré que pensar. Tranquila, en el próximo capítulo pondré sexo, viciosilla. O sea, que por fin les doy un poco de descanso de tanto drama ¿y tú me pides que la líe? Cuidado que después te arrepentirás eh jajaja. En este capítulo creo que ya hay drama suficiente de momento. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Aurora la Diosa: Bueno, dado que no dejas del todo claro si te gusta que estén acarameladas o no supongo que tendré que tomar mis decisiones jajaja. Y sobre el tema de recomendarte a un odontólogo ¿sabes que yo estoy estudiando odontología? Jajajaja quizás podría hacer mis prácticas contigo, ¿qué te parece? A mí la idea de tenerte tumbadita en una silla replegable que para nada va a tener cuerdas para mantener tus manos y piernas quietecitas me suena de lo más tentador. Tranquila, pondré 'amor físico' en el próximo capítulo, lo prometo. Oh, ¿admites querer a Ainhoa? ¿Después de todas las despreciables palabras que has dicho en su contra? Qué feliz me siento, si he podido lograr esto ya nada es imposible jajaja. Pues no, no sé por qué la idea de Ali matando a su queridísima Ainhoa te resulta rara viniendo de mí, porque ni estoy majara como tú... cof cof perdón, se me escapó, ni soy malvada, o sea, que soy bien buena :D Jajaja sí, lo de los suegros psicópatas tanto hombre como mujer da miedo, rezaré para que en nuestros caminos aparezcan esos a los que se les suele llamar normales. Bueno, espero que eso de que se me da bien poner intriga y generar interés sea cierto, no creo que tarde mucho en finalizar la historia así que os quedan pocos capítulos pero algo extensos. La verdad es que sí, si algún protagonista de cualquier historia no acaba en el hospital es raro jajaja. Probablemente será que los autores sabemos que un hospital es el remedio perfecto para las reconciliaciones (con Sarah no se notó pero para nada eh, ni de cerca xd) Na na, aquí te quiero ver yo como amenazadora, no otra sucesora, cada uno en esta página tiene su trabajo y ahí está el tuyo. No creas que vas a librarte de mí tan fácilmente, que te veo las intenciones. Bueno, con lo del gen Andreusergín te dejaré ser feliz dejándote decir que no, que no lo tienes, a pesar de que ambas sabemos que eso no es cierto jajaja. Mmm, me estoy acordando de un dicho: 'Darle la razón como a los tontos'... ¿por qué será? Jajaja. Ah, gracias, no sabes el alivio que me das diciéndome que ahora no vas a buscarme. Quizás me da tiempo para prepararte alguna trampa, no sé, mientras tu dominas nuevas lenguas ( cierto es que lo mío sonó más mal jajaja, si no me tenías en esas pues ya sabes, soy una cajita de sorpresas jojojo) Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Labrys28: Me ha matado lo de: 'Yo siendo Ahinoa que ya me hubiera secuestrado a mi novia para ya tu sabe que' jajajaja, me ha hecho gracia la expresión. Pues sí, conincido contigo, yo también la habría secuestrado. Cuando la hora llega, llega. Ainhoa como habrás podido comprobar es la reina del romanticismo jajaja. Pero si es muy cuca a su manera, le dice que la amará gorda o como esté. Tranquila, en el próximo capítulo podrás ver lo que tu ya sabes qué con estas dos chiquillas jajaja. Espero que te haya gustado la continuación. ¡Besos!

Paulita800: Jajaja me alegra que te gustara como le pidió que fuera su novia, lo estuve pensando durante un buen rato jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Romina: ¿Copiar y pegar? ¿Eso qué es? ¿Se come? Jajajaja. Si eh, debería darles un poco de felicidad en la cama, pero es tan divertido haceros sufrir a todos que me lo estoy replanteando jajaja. Que va, en el próximo capítulo hay acción, no desesperes. Puede ser eh, si el robot funciona creo yo que no tendrán ningún problema en acostarse contigo, al menos así podrías sentirte feliz con tus amores platónicos durante unos minutos jajaja. Todo va bien en casi todos los aspectos, pero algo siempre falla, típico. ¿Y quién creías que era el de la puerta? Tengo curiosidad. Jajaja, gracias por decerme los derechos de A², de verdad que fue un puntazo (si te fijas en el pequeño resumen delrelato hay una sorpresita al final :$) . Por supuesto, no tengo ningún problema en que llames así a tú robot, que para algo es tuyo. Espero que te haya gustado, y no desesperes tanto jajaja. ¡Besos desde España!

Angie: Jajaja alegría les daré en el próximo capítulo, ya verás. ¿Cómo intuías que era Jenny la que había llamado? Me ha sorprendido un poco que la sacaras así de repente jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Penelope: Jajaja creo que yo tampoco abriría la puerta, demasiada tentación. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Yuliana3000: Gracias por los ánimos, la verdad es que ya está casi todo solucionado en mi vida así que estoy feliz. Les daré el relax en el próximo capítulo, lo prometo jajaja. ¿Esperabas que fuera Jenny la de la puerta? La chica más inoportuna no podría ser. Su aparición complicó un poco la existencia de Ali. Jajaja la verdad es que la escena del viejete y el joven cuando Ainhoa le pide ser la novia de Ali estaba escrita a posta para dar un toque humorista, veo que al menos en tu caso lo he conseguido así que puedo darme por satisfecha. ¿Otra que se queja de la dulzura de estas chicas? Mira que como me de por ser mala de verdad de nuevo os arrepentiréis jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Pelirrojita: Prometo que en el próximo capítulo tendrán muuuucho tiempo para estar juntas jajaja. Bueno, eso de que nací con el acento español y ya me he acostumbrado pues sí que es cierto, ¿pero que usamos palabras graciosas? Dame un ejemplo, porque los latinos también usáis palabras graciosas jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Capricornio7: Acción en esta no, pero en la próxima ya verás que estas niñas tendrán jajaja. Sí, lo sé, soy mala :) Espero que te haya gustado. ¡Besos!

ElhilodeAriadna: Ala, mira que he escuchado palabras feas hacia mi persona, pero ¿psicótica sádica? Eso se lleva el primer puesto jajaja. Tranquila, que me lo tomo a bien. Pues si realmente existieran no te digo yo que el suicidio no pasara por sus cabezas, pero creo yo que no jajaja. Jo, que yo lo hago para que luego todo resalte más. En el próximo capítulo se darán amor. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Shaned: Pues no pongo en duda que tú estés más frustrada que Ainhoa, es posible jajaja. Ya tendrán su momento en el próximo capítulo. ¿Que quizás estoy yo frustrada? Tampoco lo pongo en duda, tranquila que no me siento ofendida ni nada jajaja. Uff, sí que estás grave si sueñas con personajes de relatos, ve al médico o algo que eso no puede ser bueno jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Natzi: Jajaja ya, ya sé que me he pasado haciéndolas sufrir ante tanta abstinencia, en el próximo capítulo se pondrán a tono. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Caroo: La verdad es que algo me suena, pero no tengo ni idea del nombre del relato, siento no poder ayudarte. Quizás si me dijeras hace cuanto tiempo se publicó la historia podría ayudarte, y si averiguo cuál es dedicarte un comentario en un capítulo con el nombre, pero no creo que sirva de mucho. ¡Saludos!

Artwork: Bueno, pues aquí ya tienes la tan ansiada continuación. Veremos qué me pones, si es que llegas a hacerlo, en el próximo capítulo. ¡Besos desde España!

Danni: Sin duda alguna el tema estrella de hoy ha sido la poca actividad sexual de Ainhoa y Alicia jajaja. En el próximo capítulo, no desesperéis. Me alegra que te guste mi forma de escribir. Espero que te haya gustado este capitulo. ¡Saludos!

Damita: Anda que vaya memoria la tuya, mira que olvidarte del nombre de usuario jajaja. No pasa nada, no te preocupes. Pues sí, mi vida personal ya está casi arreglada así que estoy en condiciones de seguir adelante, gracias por preocuparte :) Sí tranquila me acuerdo muy bien que os tengo en intriga, ya hasta tengo pesadillas con vosotros jajaja. ¿Qué intriga haré aparecer? De momento este pequeño sustito que hay en este capi es suficiente, luego ya veo qué os pongo. ¿Sexo? En el próximo capítulo, esta noche voy a soñar con esa frase jajaja. Bueno, cochinos somos todos en algún momento, así que no te preocupes jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Muchas gracias a todos. ¡Besos desde España!