Ayúdame a recordar 26

Se quedó pensativa durante un momento, entonces se acercó a mí, rodeó mi cuello con sus brazos y me besó. Me quedé quieta sin hacer nada y con los ojos abiertos, aquello no me lo esperaba. Sentir sus labios rozar los míos me provocó un fuerte hormigueo en mi vientre

Sergio: Ainhoa tenemos que hablar- contestó evadiendo mi pregunta.


Yo: ¿Cómo me has encontrado?- volví a preguntar enfadada bajando el tono y cerrando un poco la puerta para que Natalia no nos escuchara.

Sergio: Te he estado siguiendo- contestó sin vacilar.

Yo: ¿Quieres que te denuncie por acoso?- le pregunté seriamente.

Sergio: ¿Cómo pudiste ponerme los cuernos? Y además con una mujer- me dijo mirándome decepcionado.

Yo: ¿Cómo puedes tener la cara de reprocharme nada? Eres un hijo de puta- contesté mirándole con odio.

Sergio: Ainhoa, yo te amo- me dijo cogiéndome de las manos.

Yo: ¡No me toques!- me aparté bruscamente de él- No quiero volver a verte en mi vida.

Sergio: Lo siento muchísimo de verdad, pero si hubiera ido a ayudarte tú querrías haber llamado a la policía. Hubieran empezado a investigar, habrías descubierto la verdad y te habría perdido para siempre- intentó justificarse.

Yo: Me has perdido igual- respondí tajante.

Sergio: No me digas eso- susurró con voz triste.

De cada vez me cabreaba más. Había puesto mi vida en peligro, ¿y ahora esperaba a que le perdonara? ¿De qué iba? Me hervía la sangre que se hiciera la víctima.

Yo: O te vas ahora mismo de aquí o te juro que te denuncio- le amenacé.

Sergio: ¿La amas?- me preguntó de repente.

Lo miraba fijamente, sin indicios de contestar a esa pregunta.

Yo: No tengo que darte explicaciones- concluí entrando en la casa.

Él me cogió con fuerza por el brazo evitando que entrara.

Sergio: Contéstame Ainhoa. ¿La amas?- volvió a preguntar enfadado.

Su mano hacía mucha presión en mi brazo, me hacía daño.

Yo: ¡Suéltame, me haces daño!- intenté zafarme de él.

Sergio: ¡Responde joder! ¡¿La amas?!- preguntó exclamando mientras me zarandeaba violentamente.

Yo: ¡Sí, la amo!- grité liberándome por fin de su mano.

Se formó un silencio incómodo, él me miraba fijamente con una expresión extraña en su rostro, yo me sobaba la parte del brazo que me dolía.

Sergio: ¿Qué es lo que he hecho mal para que te enamoraras de una mujer?- preguntó con un hilo de voz.

Pude notar como su orgullo masculino caía en picado, y estaba dispuesta a hacer que fuera más abajo aún.

Yo: ¿Que qué es lo que has hecho mal?- volví a preguntar.

Él no contestó, esperaba mi respuesta.

Yo: Permitir que una gilipollez borrara por completo mi memoria y que hiciera que me enamorara de Alicia, eso es lo que hiciste mal. Pero desde luego a mí me has hecho un favor. Ahora sé que no pasaré ni un minuto más con un imbécil- contesté tajante.

Sergio: Ella no te ama Ainhoa, está jugando contigo, está experimentando lo que se siente al estar con una mujer- me intentaba explicar en vano.

Yo: No te creo Sergio, no te creo nada- le dije mirándole.

Sergio: Piénsalo bien Ainhoa, es mejor que vuelvas conmigo- me di la vuelta para entrar en casa- Ella no puede darte lo que yo en la cama, seguro que no te hace gozar como yo.

Me quedé quieta al escuchar lo que dijo, me di la vuelta, le miré y no pude evitar reír.

Yo: Esto realmente no te interesa en absoluto pero tan solo me he acostado con ella dos veces. ¿Y sabes qué? Tienes razón, no me ha hecho gozar como tú- dije acercándome a él, tenía una sonrisa de satisfacción en su cara.

Sergio: Ya lo sabía.

Yo: No me ha hecho gozar como tú en absoluto, sería un insulto comparar el placer que me ha dado ella con lo que me has dado tú- le dije, su cara fue cambiando de expresión.

Sergio: Eso no te lo crees ni tú- comentó evidentemente ofendido.

Yo: ¿Seguro? Ella ha sabido encontrar algo llamado clítoris que si estimulas con delicadeza puede resultar millones de veces más placentero que el típico mete-saca desenfrenado al que estaba acostumbrada contigo- le dije.

Su cara tenía una mueca de desagrado bastante importante, se había puesto totalmente rojo. Aquello me acabó divirtiendo así que aproveché para continuar.

Yo: Ah por cierto, mis tetas no son dos pequeñas pelotas que puedas estrujar y golpear con toda la fuerza del mundo. Tienen una sensibilidad que Alicia sí ha sabido aprovechar y que con tan solo pasar su lengua por ahí ya me tenía gimiendo en su oído pidiendo más. ¿Cuántas veces te he rogado yo para que continuaras con tu labor?- le pregunté mirándole fijamente.

Él se quedó callado mirando el suelo cabreado.

Yo: Ninguna, ¿verdad? Dime Sergio, ¿aún sigues pensando que me has dado más placer que ella? Para igualarla no tienes ni para empezar- le susurré cara a cara.

Sergio: ¿Si tanto placer te da y tanto sabe hacerte gozar por qué no estás con ella ahora mismo? ¿Eh? ¿Por qué te ha engañado y ha puesto tu vida en peligro, puede ser? Hazme caso, ahora mismo ella está disfrutando de tenerte alejada de una vez por todas, nunca le importaste una mierda- me contestó con furia a la vez que chuleaba.

Aquello acabó con mi paciencia y cordura. Puse mis manos en sus hombros y con mi rodilla le golpeé en la entrepierna lo más fuerte que me fue posible. Gritó y se llevó las manos ahí mientras se retorcía casi en el suelo de dolor.

Sergio: ¡Hija de puta!- me gritó con lágrimas en los ojos.

Yo: Agradéceme que evite que un humano tenga como padre un ser tan gilipollas como lo eres tú- le dije furiosa.

Me di la vuelta, entre en casa y cerré con un portazo¿Cómo se atrevía a buscarme y encima a pedir explicaciones? Estaba segura que mi rostro estaba rojo de rabia.

Natalia: ¿Qué pasa? ¿Quién era?- me preguntó entrando en mi campo visual.

Tenía puesto un albornoz, con una toalla se estaba secando el pelo.

Yo: Nadie, no era nadie- contesté tensa y yéndome de ahí.

Natalia: Oh, que bien. Ahora resulta que me estoy volviendo paranoica y que escucho voces. Tendré que hacérmelo mirar- respondió con ironía mientras me seguía.

Me senté en el sofá, ella todavía estaba de pie esperando mi respuesta.

Yo: Era Sergio- contesté con fastidio.

Natalia: ¿Sergio? ¿Cómo te ha encontrado?- preguntó sorprendida.

Yo: Dice que me ha estado siguiendo- le respondí rascándome la cabeza.

Natalia: ¿Qué quería?- me preguntó sentándome a mi lado.

Yo: Me reclamaba el que le hubiera puesto los cuernos. Quiso justificarse de lo que me hizo intentando darme pena, pero más que pena me ha dado asco- le contesté mirándola.

Natalia: Será imbécil. ¿Qué pretende? ¿Qué le perdones?- dijo incrédula.

Yo: Parece ser- contesté.

Natalia: Ya bastantes problemas tienes como para que venga este a dar la lata. Como me lo encuentre lo echo a patadas- dijo levantándose.

Yo: No creo que vuelva por aquí, he herido su orgullo masculino- respondí negando con la cabeza.

Natalia: Nada mejor para alejar a un hombre que herir su orgullo- dijo riendo.

Yo: Y tanto- comenté mirando al vacío.

Nos quedamos en silencio, yo me adentré en mis pensamientos.

Natalia: Ainhoa si quieres puedo cancelar mi cita y quedarme aquí contigo- me dijo con voz suave.

Levanté mi cabeza y la miré.

Yo: No, no quiero que dejes de tener vida por mí. Estaré bien sola- reproché.

Natalia: Ya pero mi vida también es mi familia. Sabes que te quiero más que a nada, eres mi hermana pequeña- dijo sentándose a mi lado y acariciándome la mejilla.

Yo: Pero no quiero que dejes de lado tu vida social. Ve con ese chico, es muy guapo- le dije mirándola.

Natalia: Tan solo es un compañero del trabajo, no me mires así- dijo sonriendo- Solo somos amigos.

Yo: Bueno, toda relación sale de una amistad, ¿no?

Natalia: Pues sí. ¿Seguro que estarás bien sola?- volvió a preguntarme.

Yo: Que sí, tranquila. Es más, hoy pienso salir de fiesta- dije mirándola.

Natalia: ¿Enserio?- me preguntó sorprendida.

Yo: Sí, me agobia estar todo el día aquí metida- le contesté.

Natalia: ¿Con quién vas?- quiso saber.

Yo: No hace falta ir con alguien para poder salir de fiesta- le respondí sonriendo.

Natalia: No hagas ninguna tontería, por favor- me pidió angustiada.

Yo: No voy a hacer nada, tan solo saldré a bailar y a tomar unas cuantas copas, ya está- dije para tranquilizarla.

Natalia: Te quiero de una sola pieza- me advirtió entrecerrando los ojos.

Yo: Sí, mami- contesté riendo.

Esbozó una sonrisa y me tiró un cojín a la cara, lo detuve con mi mano, salió del salón y escuché como subía las escaleras. En menos de una hora Natalia ya estaba saliendo por la puerta destino a su cita. Cogí un libro y me tumbé en el sofá para leer un poco. Tan solo conseguí leer tres páginas antes de pensar en todo lo ocurrido. Todo lo que había dicho de Alicia era completamente cierto, jamás había gozado tanto con el sexo. Pero aquello no cambiaba lo que pensaba de Alicia, lo que me había hecho me seguía doliendo igual que el primer día. Cerré el libro fastidiada, sabía que no podría conseguir concentrarme para enterarme de lo que aparentemente estaba leyendo así que dejé el libro en la mesa y encendí la tele con la esperanza de distraerme. Fui pasando los canales hasta que encontré uno en el que justo estaba empezando una película, decidí dejarla. Tras hora y media sentada en el sofá acabó finalmente, era tan mala que ni siquiera me había quedado con el título. Miré el reloj y decidí arreglarme para salir. Me duché, me vestí con una falda y una camisa ajustada y me sequé el pelo. Cogí un bolso, metí un par de cosas y conduje hasta un bar en el paseo marítimo.

Yo: Un whiskey, por favor- le pedí al camarero al sentarme en la barra.

Mi intención era ponerme a tono allí en el bar ya que era muchísimo más barato y después dirigirme a la discoteca. El motivo de aquella salida era, como no, por Alicia. Hiciera lo que hiciera no dejaba de estar presente en mis pensamientos, y si por las buenas no salía de mi cabeza, entonces tendría que salir por las malas.

Julio: ¿Ainhoa? ¿Eres tú?- preguntó una voz masculina detrás de mí.

Me di la vuelta, al ver su cara le recordé de inmediato.

Yo: ¡Julio! ¿Qué haces aquí?- le pregunté sorprendida.

Julio: Pues iba a tomarme unas copas. ¿Y tú?- contestó sentándose en el taburete que estaba a mi lado.

Yo: Más de lo mismo- respondí dando un trago a mi vaso.

La primera y última vez que le vi casi acabé acostándome con él, justo antes de decidir que iba a tratar de odiar a Alicia. (Véase capítulo 10 por si no os acordáis)

Julio: Cuanto tiempo sin vernos- dijo al pedir su consumición al camarero.

Yo: Mucho, pensaba que ya no iba a volver a verte- le respondí mirándolo, él sonrió.

Julio: Mmm, ¿cómo se llamaba?- se dijo a sí mismo- ¡Alicia! ¿Qué pasó al final con ella?

Instantáneamente la expresión de mi rostro cambió de una sonrisa a una cara larga, bajé la mirada.

Julio: Tema delicado ¿verdad?- preguntó con una mueca en su rostro.

Durante bastantes minutos estuve resumiéndole todo lo que me había pasado desde la última vez que le vi. ¿Que por qué le contaba mi vida prácticamente  un desconocido? No lo sabía ni yo. El chico era majo y a pesar de conocerme poco me comprendió muy bien en su momento. Básicamente aquello fue lo que me impulsó a contárselo.

Julio: Estoy seguro que te llevarías un best-seller si te animases a escribir un libro- bromeó cuando acabé de contarle todo.

Yo: Estoy segura de ello- reí- Oye, ¿te apetece ir a bailar? Necesito distraerme y divertirme un poco.

Julio: Claro, pido la cuenta y nos vamos- asintió con una sonrisa.

Tras varios minutos insistiendo no pude evitar que me invitase a lo que yo había tomado y salimos a la calle. Cada uno condujo con su coche, en menos de diez minutos ya estábamos dentro de la discoteca. Empezamos a bailar todas las canciones que pudimos. Muchos tíos me entraban y algunos intentaban manosearme, gracias a Julio, que era un tío que imponía (musculoso y mínimo 1.85 de alto), todos se iban con el rabo metido entre las piernas. Me lo estaba pasando realmente bien cuando sentí una mirada en mí. Miré a mí alrededor para localizar a quién quiera que me estuviera observando. Cuando me crucé con mi mirada me quedé de piedra. Julio notó que había dejado de bailar y me habló.

Julio: ¿Qué ocurre?- me preguntó.

Yo: Alicia está ahí- contesté apartando mi mirada de ella.

Julio: ¿Dónde?- preguntó mirando a los lados.

Yo: Detrás de ti, está mirando hacia aquí. Gírate con discreción- le dije.

Él, haciendo buen uso de la palabra discreción, se giró bruscamente y exageradamente para mirarla.

Yo: ¿¡No te he dicho que te giraras con discreción!?- le regañé volviéndole a dar la vuelta.

Julio: ¡Madre del amor hermoso y Santa Virgen María!. ¿La pelirroja era Alicia?- me preguntó alucinado.

Yo: Sí, es ella- contesté fastidiada sin poder evitar mirarla, mi mirada era agresiva.

Julio: ¡Joder, si está para meterle de todo menos miedo!. Es todo un bom…-se calló al echarle una mirada asesina- Es mona, muy guapa- rectificó avergonzado.

Yo: No puedes imaginarte el odio que ahora mismo le tengo- comenté.

Julio: Pues no deja de mirarnos. Bueno, más bien mirarte. Te está comiendo con la mirada- me dijo.

Yo: Me has dicho que estás soltero, ¿verdad?- le pregunté mirándolo.

Julio: Así es. ¿Por qué?- me preguntó extrañado.

Llevé mis manos a su cara y empecé a morrearme con él. En un principio se quedó quieto y asombrado, luego intentó separarse de mí.

Julio: ¿Pero qué haces? ¿Estás loca? Alicia nos está viendo- me advirtió agitado.

Yo: Esa es la idea, vamos a ponerla celosa- propuse volviéndolo a besar.

Julio: Espera, espera. ¿Estás segura de querer tentarla de esa manera?- me preguntó para asegurarse.

Yo: Muy segura- contesté.

Él pasó su brazo por mi espalda y antes de besarle miré a Ali, su mirada era como la de un cachorrito abandonado que por un momento hizo que sintiera un pinchazo de angustia en el corazón. Pero al recordar lo que me hizo aquella pena se convirtió en rabia lo cual hizo que mi beso con Julio fuera realmente apasionado. Había que aclarar que los chupitos que había bebido antes de entrar a la discoteca se me estaban subiendo a la cabeza y que eran probablemente la causa de mi atrevimiento para besar a Julio.

De repente sentí como me cogían de la mano y me separaban bruscamente de Julio, no me hizo falta pensar mucho para adivinar quién era. ‘La historia se repite…’ Ali me llevó a un sitio un poco más apartado de la gente, luego me soltó la mano y me miró.

Yo: ¿Qué coño te pasa?- le pregunté enfadada.

Ella tan solo se quedó mirándome sin decir nada, a pesar de la poca luz que había pude preciar que tenía los ojos aguados.

Ali: ¿Puedes, por favor, no hacerme esto?- me pidió con la voz rota.

Yo: Tú y yo ni fuimos ni somos nada, no te debo nada- le susurré muy cerca de su oído.

Ali: Si te hicieras la idea de lo arrepentida que estoy por hacerte eso- me dijo frustrada- No puedo estar más tiempo sin ti, no lo soporto.

Yo: Estuviste dos años sin mí, ¿qué diferencia hay ahora?- le pregunté.

Ali: ¿Cómo puedes preguntarme eso? La diferencia es que por mucho que te pese sé que me amas, sé lo que es besarte, sé lo que es despertarme por la mañana y verte dormida a mi lado después de haberte hecho el amor, sé lo que es amarte. Esa es la diferencia- me contestó agitada y mirándome fijamente- Te amo Ainhoa.

Yo: ¿Sabes cuál es el problema de todo esto?- le pregunté mirándola- Que si tú no me hubieras mentido durante todo este tiempo quizás podría creerme algo de lo que has dicho.

Y aquello era una mentira de las gordas, porque bien sabía que ella me amaba, me lo había demostrado más de una vez. Pero mi enfado y decepción hacia ella era tan grande que ni siquiera quería creer que me amaba.

Ali: Si yo no hubiera hecho lo que hice y no te hubiera mentido durante todo este tiempo no habría llegado ni a decirte te amo porque tú estarías saliendo con Sergio, pero enamorada de verdad- me contradijo.

Otra vez acertaba de lleno en la diana, tenía razón. Yo no habría tenido aquel accidente, no la habría amado y ella seguiría haciéndolo en silencio. Lo único bueno que habíamos sacado de todo es que las dos nos habíamos deshecho de unos inútiles e imbéciles.

Yo: ¿Cómo sabes que no habría acabado enamorándome de ti? Si lo he hecho cuando no te conocía también lo podría haber hecho conociéndote- le planteé.

Ali: Lo sé porque en dos años de amistad no te fijaste en mí como mujer, sé notar esas cosas. Y en el caso de que lo hubieras hecho jamás habrías cogido el valor de dejar a Sergio y decirme lo que sentías- me contestó segura- Por supuesto al igual que yo.

Nos quedamos sin decir nada un par de segundos, cada una ensimismada en su mundo.

Ali: ¿Qué tengo que hacer para que vuelvas a confiar en mí?- me preguntó dulcemente.

Yo: Demostrarme que me amas lo suficiente como para poder enfrentar a tus padres sea cuales sean las consecuencias- le respondí mirándola.

Ali: Te juro por mi vida que no pienso volver a traicionarte- me dijo ella muy seria.

Yo: No me bastan palabras Alicia, yo quiero hechos- le reproché.

Se quedó pensativa durante un momento, entonces se acercó a mí, rodeó mi cuello con sus brazos y me besó. Me quedé quieta sin hacer nada y con los ojos abiertos, aquello no me lo esperaba. Sentir sus labios rozar los míos me provocó un fuerte hormigueo en mi vientre. Mi primera reacción fue intentar alejarla de mí pero ella puso resistencia. Al final no pude evitarlo y empecé a responder al beso, llevé mis manos a su cintura. Ella finalizó el beso alejándose fastidiándome, no quería que lo hiciera.

Ali: ¿Te basta esto?- me preguntó, yo aún tenía mis ojos cerrados.

¡Mierda, lo ha vuelto a hacer!, pensé. La rabia que sentí en ese instante, no porque me besara, si no por ser vulnerable a su presencia y no haber podido evitar el beso me llevó a abrir los ojos y pegarle un bofetón.

Yo: No vuelvas a hacer eso si yo no te he dado permiso- la advertí, más bien era una justificación para mí misma.

Dicho eso me di la vuelta y me fui de allí.

Julio: Ainhoa, ¿estás bien? ¿Qué te ha dicho?- empezó a bombardearme a preguntas, yo tan solo quería irme de allí.

Yo: Vámonos por favor- le pedí.

Él me miró un poco extrañado pero cogió sus cosas y salimos de allí. Caminé hasta mi coche y me apoyé en el con los brazos cruzados, Julio salió poco después que yo.

Julio: ¿Qué pasa?- me preguntó confuso- Cuando te cogió de la mano y te llevó estabas bien y ahora mírate.

Yo: ¿Que qué pasa? Pasa que a pesar de lo enfadada que estoy, de lo decepcionada que me siento, soy débil ante ella. Me ha besado, y no he sido capaz de alejarla de mí, no quería que lo hiciera. Después de lo que me ha hecho lo único que quería era llevármela de aquí y pasar la noche junto a ella- le expliqué.

Julio: Dime una cosa. ¿No estás con ella por lo que te ha hecho o por tu orgullo?- me preguntó mirándome.

Me quedé unos segundos pensativa antes de contestar.

Yo: Ambas cosas. Pero principalmente la primera- admití suspirando.

Julio: Y si ahora mismo dejaras el orgullo de lado, ¿qué ocurriría?- volvió a preguntar tan solo por mera curiosidad.

Yo: Que lo que siento por ella sería más fuerte que mi enfado, y entonces no tardaría ni un segundo en entrar allí y buscarla- contesté sincera.

Julio: Estabas realmente enfadada con ella- comentó.

Yo: Entonces ya te haces una idea de cuánto la amo- respondí seria.

Julio: ¿Por qué no lo haces?- me preguntó después de unos segundos de silencio.

Yo: ¿No lo he dejado claro antes? Soy demasiado orgullosa.

Julio: Me refiero a dejar de lado tu orgullo.

Yo: Porque detrás de él oculto la inseguridad que me trae pensar si volverá a hacerme daño o no- confesé.

Nos quedamos sin decir nada, yo estaba ensimismada en mis pensamientos.

Yo: Creo que debería irme a casa ya- dije rompiendo el silencio.

Julio: Sí, yo también debería.

Mientras yo me separaba del coche el sacó su móvil.

Julio: Dame tú número, si te apetece salir de fiesta o hablar puedes contar conmigo- me dijo.

Le sonreí y le dicté mi número, luego yo hice lo mismo con el suyo y nos despedimos.

Julio: Buenas noches, conduce con cuidado- me dijo.

Yo: Gracias, igualmente- le contesté.

Se metió en su coche y yo en el mío. Estaba muerta de sueño, agotada y un poco bebida, lo cual dificultó mucho mi llegada a casa de Natalia. Más lejos no podría vivir, pensé. Cuando finalmente llegué me quité los tacones y me tumbé reventada en la cama, concilié el sueño nada más tocar el colchón.


¡Hola a todos! Esta vez no os podréis quejar, he subido rápido aposta para vosotros, ahora quiero vuestras amenazas caer sobre mí, las hecho de menos jajaja. Gracias a todos por seguir con esta historia, por leerla, valorarla y comentarla, os lo agradezco mucho. Quisiera agradecer especialmente a:

Linyose25: Sergio te cae mal a ti y a todos jajaja. Pero ya le he dado su merecido, y aun me he quedado corta... Sí, creo que la versión en la que aparecía una motosierra era mejor jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Setsuna: Supongo que con eso te refieres a que se repite lo del sueño, pero era para explicar cómo ocurrió exactamente su accidente. Me entristece un poco no poder complacerte del todo con esta historia, pero supongo que puedo hacer que le guste a todo el mundo. Agradezco mucho que te hayas tomado las molestias de hacerme saber tu opinión. ¡Besos desde España!

Pau: Me alegra que te guste tanto esta historia, espero que te haya agradado el capítulo. ¡Un beso!

Penelope: Tú y todos le dábamos una buena patada, como bien ha hecho Ainhoa jajaja. Espero que te haya gustado este capítulo¡ Besos!

Aurora la Diosa: Pues puede ser que quizás no se tarde tantos milenios como tú crees en perdonar a Ali, en capítulos te adelanto que no, pero en tiempo real más o menos jajaja. Ale, ya te he dejado un adelanto. Pa que luego digáis que soy mala... Quizás te tomo la palabra y me vuelvo rebelde, todos dejarían de querer lincharme para dirigirse a ti jajaja. Sería muy bueno. Y sí, por increíble que parezca por una vez estoy de acuerdo contigo, Ali es tan tieerna y dulce, tan solo por eso no las separo jajaja. Pero como muchos me habéis dicho, la he hecho sufrir un poco este capi, que como ya ves lo he publicado pronto. Dios, tendré que ir al médico...  Pues como yo decía, nunca he hecho sufrir a ninguno de mis personajes. ¿Qué es eso de un padre enfermo y una exnovio psicópata? Tonterías, eso no es nada. Y lo del accidente mucho menos, eso es un pequeño...contratiempo. Me halaga mucho que digas que siempre consigo haceros enfadar y gritar, muchas gracias :D Jajaja. Sí sí, sin mi admito que estarías mucho más sana, pero bastante más aburrida. Puede que mis historias no sean las mejores, pero creo que tienen lo suficiente como para enganchar algo, y te ayuda a mejorar tus amenazas. Todos ganamos jajaja. Puesto que soy atea eso de pedirle a Dios que escuche vuestras plegarias de que sea buena no me parece factible, tan solo podéis esperar que me vuelva sola por mí misma jajaja. Os podéis ir olvidando... Y deja de insistir, NO voy a dejar mi cuello en tus manos, aunque consigas protección para evitar los pinchos que me pondré. Si no me queda otra correré mientras tú me persigues, que como hago deporte tengo resistencia y velocidad jajaja. Amenázame ya, por favor, porque si no es ahora puedo asegurarte que luego no será. Tendré que dejarlo para la otra vida jajaja. Espero que te haya gustado este capítulo. ¡Besos desde España!

Hombre FX: Me alegra que te guste y que comentes siempre, espero que haya sido de tu agrado. ¡Besos desde España!

Biittersweet: No exageres mujer, no escribo tan bien como lo pintas jajaja. Me alegra que te gustara saber cómo fue el accidente de Ainhoa realmente, creo que era algo que le daba intriga a la historia. No quiero pedir otra cosa menos complicada, yo quiero que me toque la lotería :( Jajaja. Pues estudio odontología, me ocupa mucho tiempo jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Martin: Ya he hecho que Sergio tenga su merecido, patada en sus partes y orgullo por los suelos. ¿Qué le puede doler mñas a un hombre? Jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

FarruKo: Realmente iba a poner que Ainhoa pegase a quien aplastó a las hormigas, pero me dio pereza jajaja. Era algo de lo que podía prescindir. Te hice caso, y le metí una buena patada jajaja. Que sepas que escribí esa parte pensando en ti. No sé yo si te gustará que tenga tanto drama mi próxima historia, quizás es demasiado deseperante. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Yulianaspy: Ya lo he puesto en su lugar, como bien has visto jajaja. Esto es una página de amor, no de sadismo, lo otro lo dejaré para un futuro proyecto jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Paulita800: No les tengas en cuenta a sus amigos lo que le hicieron, ellos están justificados. Alicia no, la mujer fue muy tonta jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Stephys: Tú y todos le stenemos odio a Andrés y Sergio jajaja. Yo creo que un poco sí que se merece Ali lo que le hace Ainhoa, se pasó bastante para mi punto de vista. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

LiveAndDreams: Pues ya sabes de lo que quería hablar Sergio con ella, y una buena patada que se llevó jajaja. ¿Pues sabes que te digo? Te doy permiso para que lo mates, es todo tuyo jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Karin9: No sé si alegrarme o entristecerme por haberte desgarrado el corazón con este capítulo jajaja. Dejaré que me lo dejes saber si vuelves a comentar. Sí, reconciliación habrá, ya estaba prometido. No, no pudes esperra  un adelanto jajaja. Estamos de acuerdo en que Ali fue una tonta, veremos que hace para solucionarlo. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Capricornio7: Créeme, hay veces que no es bueno tener una hermana jajaja. Fastidian mucho... Jajaja, más bien sería qué coño, pero sí, también se puede decir así jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Pingu: Pues me alegra que te guste mi historia, ya me contarás si Mi Salvación te ha gustado, me gustaría saber tú opinión. A mí también me gusta leer historias que ocurren en el lugar que vivo, se me hace más cercano jajaja. ¿Tú dónde vives? Si se puede saber, si no, no pasa nada :D. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Labrys28: Jajajaja. En un principio había leído tan solo que te den, ya me estaba poniendo triste jajaja. Ya ves que no he tardado, no podrás echarme la culpa por eso jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Muchas gracias a todos por todo.