Ayúdame a recordar 16

Ali: Perdóname- me interrumpió mirándome fijamente. Yo: ¿Cómo?- dije sin entender.Entonces se me acercó, cogió mi cara con sus dos manos y me besó

No le respondí, tan solo le dediqué una sonrisa y esperé a que se marchara. Una duda me corroía por dentro. ¿Por qué no le había contestado?


‘Serán los nervios’ pensé para mí misma. Entré en casa y me puse a estudiar un poco, después me duché, cené, vi la televisión con mis padres un rato y me fui a la cama. Allí como siempre me puse a pensar. ¿Estaría enamorada de Sergio realmente? ‘Bueno, es un poco tarde para pensar eso, ¿no?’ (La conciencia, por si no la recordabais jajaja) ¿Y qué quieres que haga? No estoy completamente segura. ‘¿Entonces para que le pides que sea tú novio?’ Pues porque me siento muy atraída hacia él, es muy parecido a lo que siento por Alicia, y me conviene muchísimo más estar con Sergio que ir pensando en ella. ‘¿Entonces por qué te preguntas si estás enamorada de él con lo segura que pareces estar?’ Porque jamás le había pedido salir a alguien, fue él quien me lo pidió por primera vez, estoy agitada. Seguí con mi lucha interna llenándome de preguntas y respuestas, enseguida me cansé y me quedé dormida.

La semana siguiente pasó normal, yendo a clase, haciendo los deberes y estudiando y quedando por las tardes. Cuando me levanté el viernes tan solo tenía ganas de acabar el día para por fin tener las tan ansiadas vacaciones. El día pasó muy lentamente, cuando tocó el timbre vi la luz, enseguida me escabullí y salí de la maldita clase para ir al patio y buscar a Sergio.

Sergio: Hola mi amor- me saludó con una sonrisa.

Yo: Hola cariño- lo besé-¿Qué tal ha ido tú día?

Sergio: Bastante aburrido, estaba deseando verte. ¿Y el tuyo?- me preguntó.

Yo: Muy, muy lento, tenía unas ganas inmensas de acabar ya- contesté cogiéndolo de la cintura.

Sergio: ¿Cuándo contaremos lo nuestro a los demás?- me preguntó mirándome.

Yo: No lo sé, no se ha dado la ocasión- evadí, por el momento no quería hacerlo público.

Sergio: Mira, ahí están, vamos a decirlo- me dijo.

Yo: Pero Sergio…- me interrumpió.

Sergio: ¡Siempre estás evadiendo el tema! ¿Por qué no quieres hacerlo público?- me recriminó.

Yo: Está bien, vamos- empecé a caminar hacia ellos, mantuve mi mirada en el suelo.

Sergio: Tenemos una gran noticia que daros- indicó.

Ellos se miraron entre sí, yo seguí con la mirada baja.

Sergio: Ainhoa y yo volvemos a ser pareja- me estrechó en sus brazos, por fin decidí mirarlos brindándoles una pequeña sonrisa.

Clavé mi mirada en los ojos de Alicia, se había quedado de piedra. Ella escrutó mi mirada intentando descifrar algo que no pude averiguar, sentí un calambrazo al mirar aquellos hermosos ojazos verdes.

Marta: ¿De verdad?- preguntó asombrada.

Javi: ¿No es coña?- dijo tras de ella.

Todos me miraban, me sentí intimidada.

Yo: Es cierto, estoy saliendo con él- les afirmé.

Sergio me atrajo y me besó, yo le atrapé la cara con las dos manos.

Marta: Bueno, supongo que os deseo suerte- dijo rascándose la cabeza.

Javi: Felicidades- nos dijo con una media sonrisa.

Sergio y yo miramos a Alicia, pude notar que no les había alegrado mucho la noticia.

Alicia: Os felicito- dijo secamente.

Antes de que pudiéramos decirle nada echó a correr.

Marta: ¡Ali!- gritó, pero ella la ignoró, subió a su moto y se fue a una velocidad de vértigo.

Javi: ¿Qué le pasa?- preguntó desconcertado.

Marta: No lo sé, pero pienso seguirla. A la velocidad a la que se ha ido puede ocurrirle cualquier cosa- dijo empezando a caminar, se me encogió el corazón.

Sergio: ¿Vamos a ir?- me preguntó cuándo notó que yo también había comenzado a caminar.

Yo: Por supuesto que sí- le solté de la cintura y caminé rápidamente hasta el coche de Marta, Sergio nos seguía de mala gana.

Cuando todos estuvimos dentro Marta arrancó y se fue a una gran velocidad. La tensión se podía notar en el ambiente, yo tan solo esperaba que la encontrásemos y que pudiéramos pararla antes de que le pasara cualquier cosa. Entonces escuché un gran frenazo y un ruido sordo contra el suelo, cuando miré enfrente vi a Alicia volando por el aire e impactando contra el suelo, mi corazón dio un brinco. Abrí la puerta del coche y salí corriendo hacia ella.

Yo: ¡Ali!- grité aterrorizada.

Llegué con la respiración agitada junto donde estaba ella tendida en el suelo, me arrodillé.

Yo: Alicia, ¿estás bien?- le pregunté colocando su cabeza en mis piernas.

Marta: Dios mío, te has hecho sangre- dijo cuando llegó tocándole la cabeza, hasta ese momento no me había dado cuenta de que me había dado mucha prisa.

Ali: ¡Ah! No toques, no toques- pidió alejando su mano.

Yo: ¿Pero estás loca? ¡Cómo se te ocurre ir a esa velocidad, podrías haberte matado!- le grité enfadada y asustada a la vez.

Javi: ¿Queréis dejar de pelearos como niñas pequeña? Hay que llevarla a un hospital- me regañó.

Ali: No, al hospital no, odio los hospitales- contestó poniéndose en pie- Estoy bien.

Dio un paso e hizo una mueca y un grito de dolor que la dejó de rodillas.

Ali: ¡Ahh!- emitió.

Javi: ¿Estás bien?- le preguntó.

Ali: ¿A ti que te parece?- respondió violentamente- No puedo caminar.

Javi: Ponte de pie- le pidió.

Con dificultad le hizo caso, el la cogió en brazos lo más cuidadosamente posible y la sentó en el coche delicadamente.

Yo: ¿Qué hacemos con su moto?- pregunté.

Javi: Toma, quítale las llaves y apárcala en ese espacio de ahí, ponle esto- me contestó entregándome una especie de candado amarillo.

Le hice caso, dejé la moto en la acera, le puse el candado y entré en el coche, estaba a la derecha de Alicia, que cerraba los ojos cada vez más a menudo.

Marta: Dadme algún trapo o prenda, hay que detener la hemorragia- nos pidió.

Cogí la mochila, saqué mi bufanda y le apreté la herida, ella se quejó un poco.

Yo: No cierres los ojos- le dije mirándoselos fijamente.

De vez en cuanto los seguía cerrando, yo le daba pequeños golpes en la cara para que no se durmiera. Tenía algún que otro arañazo en la cara pero seguía siendo la más hermosa mujer que mis ojos jamás hubieran podido ver, y yo estaba perdidamente enamorada de ella. Pero también estaba Sergio, al que también quería muchísimo, estaba completamente confundida. Finalmente llegamos al hospital, Javi cogió en brazos a Alicia y la llevamos a la sala de espera, no tardaron mucho en atendernos y a ella la tumbaron en una camilla.

Enfermera: Si esperan unos minutos vendrá alguien a curarle la herida de la cabeza- nos indicó, nosotros sonreímos amablemente.

Javi y Marta se sentaron en unos sillones, yo iba a hacer lo mismo cuando el brazo de Sergio me detuvo, me llevó fuera de la sala.

Sergio: ¿Vas a quedarte?- me preguntó de mala gana.

Yo: Sí, voy a quedarme-afirmé.

Sergio: ¿No se suponía que la odiabas y que no te caía bien?- me preguntó dejándome completamente en blanco.

Yo: Ya te dije que no era así, tenía que alejarme, aun así ella me importa, me importa muchísimo- le contesté bajando la voz.

Sergio: ¿Te importa más que yo?- volvió a preguntarme.

Yo: ¿A qué viene eso ahora?- lo evadí, no podía decirle que en ese instante ella me importaba mucho más que él, cosa que no quería aceptar del todo.

Sergio: Viene a que siempre cuando ella está cerca nuestra cambias completamente, te vuelves fría y distante conmigo, apenas aceptas mis besos y me rehúyes cuando te doy un abrazo o te acaricio, pero si no está ella te vuelves la persona más cariñosa del mundo- me contestó, hasta ese momento no me había dado cuenta de mi comportamiento.

Yo: No pienso discutir en un hospital, es mejor que te vayas- le dije.

Sergio: ¿Quieres que me vaya? Está bien, me voy- me dijo dándose la vuelta y caminando.

Me sentí mal, no me gustaba pelear a los tan pocos días de relación, pero tenía toda la razón. No tendría que haber empezado una relación sin saber realmente cuáles eran mis sentimientos, pero ya era tarde para eso. Entré en la habitación, cerré la puerta y me senté con Marta y Javi.

Marta: ¿Pasa algo?- me preguntó mirándome.

Yo: No, no es nada- contesté con una sonrisa forzada.

Al poco rato entró una enfermera que empezó a ponerle los puntos a Alicia, no le puso anestesia ya que al parecer se había quedado inconsciente, la enfermera nos tranquilizó diciéndonos que estaba bien. No pasó mucho tiempo hasta que se despertó Alicia, nos dimos cuenta ya que vimos como agarraba fuertemente la camilla con las manos intentando desahogar el dolor que le debería de estar causándole la curación. La enfermera terminó de ponerle los puntos y salió no sin antes decirnos que en seguida vendría un médico para revisarle si tenía alguna lesión más.

Nos hubiéramos quedado en silencio de no ser por la agitada y fuerte respiración de Ali, se notaba que coger aire le dolía y costaba. Entró un médico en la sala, le preguntó si le dolía algo y ella contestó afirmativamente, se quejó de un intenso dolor en su costado. El doctor le quitó la camiseta y pudimos observar un gran morado en su piel. Haciendo eso me sentí realmente mal, pero no pude evitar intercambiar mi mirada entre su morado, lugar donde debería estar mirando, y sus pechos, lugar donde mi vista quería estar mirando. Me quedé completamente embobada hasta que sus gritos de dolor me devolvieron a la realidad. Le estaba tocando el morado, sus lágrimas denotaban el dolor que estaba sintiendo, no pude evitar que se me encogiera el corazón ante la escena.

El médico nos confirmó lo que había sospechado: tenía como mínimo una costilla fracturada, se la llevaron para hacerle una radiografía y esperamos unos cuantos minutos a que salieron los resultados, efectivamente tenía dos costillas fracturadas. Le dieron todo tipo de recomendaciones y medicamentos y nos marchamos. Estábamos en el parquin del hospital, yo era la que más avanzada estaba de todos, sumergida en mis pensamientos.

Ali: Ainhoa- me llamó, yo me giré- Tengo que hablar contigo.

Miré alrededor nuestra y descubrí con temor que estábamos solas, entonces supe que la conversación que evitaba a toda costa estaba a punto de tener lugar. Iba a contarle cualquier excusa para irme de allí pero fue más rápida que yo.

Ali: Por favor- me pidió.

Podría haber salido corriendo de ahí con la certeza de que no podría seguirme pero por alguna razón le hice caso y me acerqué a ella.

Yo: Explícame de verdad que es lo que te pasa conmigo, pero se sincera por favor. No entiendo como un día dices que me odias, nos pasamos dos meses enteros sin contacto y cuando ves que estoy mal vienes, me ayudas y hablas como si no pasara nada. ¿Qué te ocurre?- le pregunté.

Clavé mi mirada en el suelo intentando evitar contestar.

Ali: Ainhoa por favor- me rogó poniendo su mano en mi antebrazo.

No lo pude evitar, dos lágrimas se escaparon de mis ojos. ¿Cómo iba a hacer que me dejara en paz sin contarle la verdad? ‘Quizás podrías contarle la verdad’ Claro, y someterme a la mayor humillación mundial, ¿no?

Ali: Hey, ¿qué te pasa?- me preguntó poniendo su mano en mi mejilla.

Giré mi cabeza, cogí su mano de mi cara y la separé, aun así no le solté la mano.

Yo: No continúes con esto, por favor- le pedí en un susurro.

Ali: ¿Que no continúe con qué?- me preguntó confusa.

Separé mi mano de la suya y me di la vuelta soltando una pequeña risa de la que probablemente no se dio cuenta. ¿Qué no continuase con qué? ¿Era realmente ella la que no tenía que continuar? No, por supuesto que no, la única que no tenía que continuar era yo. Tenía que dejar de continuar con mi papel de amor-odio que interpretaba tan solo cuando estaba ella, tenía que dejar de continuar portándome como una cría inmadura, porque no era más que eso, una niña inmadura incapaz de afrontar los problemas de frente. Tan solo había una cosa que Alicia tenía que dejar de continuar, y era dejar de volverme loca. Claro, eso era algo que no estaba al alcance ni de ella ni de mi propia voluntad, tan solo estaba al alcance de mi corazón.

Volví a darme la vuelta y la miré fijamente a los ojos.

Yo: Me haces daño Alicia, me haces mucho daño- le contesté, pude ver como mi respuesta la dejaba confundida.

Ali: ¿He dicho, hecho o insinuado algo que te haya molestado o dolido? Por favor, si es así dímelo, no sé qué es lo que he hecho- me preguntó.

Yo: La culpa no la tienes tú, la única culpable soy yo- contesté negando con la cabeza.

¿Cómo explicarle que ella no había hecho absolutamente nada? Bueno, no había hecho absolutamente nada intencionadamente, tan solo su presencia hacía estragos en mi interior.

Ali: ¿Entonces qué es lo que has hecho? No entiendo nada.

Yo: ¿Que qué es lo que he hecho? Me he condenado a sufrir- dije riendo tristemente- Lo único que me queda por hacer es odiarte.

Ali: ¿Pero por qué? ¿Qué ha ocurrido? Sigues sin responder a mi pregunta- me dijo exasperada.

Yo: No hagas esto más difícil de lo que ya es, por favor. Hazme caso, es mejor que nos odiemos, tanto para mí como para ti. Si en algo me aprecias deja de insistir- argumenté con la voz quebrada, en ese instante había sido muy egoísta,

Ali: Pero Ainhoa…- en ese momento eché a correr.

No le dejé tiempo para que terminara de acabar la frase.

Ali: ¡Ainhoa!- gritó llamándome.

No le hice caso y salí de allí lo más rápido que pude. A pesar de lo cansada que estaba seguí corriendo hasta que el hospital quedó fuera de mi vista. Me senté en el suelo apoyando mi espalda en una roca intentando recuperar el aliento. Replegué las rodillas y me eché a llorar. No entendía nada, estaba hecha un completo lío. No sabía si amaba a Sergio, no sabía cómo afrontar mi situación con Alicia, no sabía lo que sentía. En su momento alejarme de ella me pareció la mejor decisión que podría haber tomado, pero de cada vez esa sensación me fue abandonando dejándome otra, y era que me había vuelto loca.

Volví a casa caminando, el paseíto fue muy largo pero me vino bien para reflexionar y distraerme un poco. En el portal me encontré a Sergio, me pidió perdón por lo que había ocurrido aquella tarde, le dije que no tenía nada de qué preocuparse. Él quería subir y estar conmigo un rato pero le dije que no quería y lo eché.

Subí a mi casa, estuve un rato con mis padres, cené con ellos y enseguida me fui a la cama, aquel había sido un día largo y agotador. Desperté temprano por la mañana, aproveché para salir a dar una vuelta un rato, después me di una ducha y desayuné. Entonces recibí una llamada al móvil, era Marta.

Yo: Hola rubia- la saludé.

Marta: Hey Calabaza. Como sé que esta tarde no tienes nada que hacer, y si tienes algo que hacer lo cancelas porque soy más importante, hemos quedado en un parque los chicos, Javi y yo tenemos que contaros algo- me explicó.

Yo: Así que eres más importante que cualquier cosa que tenga que hacer…- comenté pensativa.

Marta: Exactamente jajaja- oí que dijo- Bueno, ¿entonces tienes algo que hacer o no?

Yo: No, no tengo nada que hacer- le contesté mirándome las uñas.

Marta: Perfecto, pues hemos quedado a las cinco en el parque de siempre- me dijo.

Yo: ¿A quiénes te refieres con ‘hemos’?- le pregunté frunciendo el cejo a pesar de saber que no estaba frente a ella.

Marta: Sergio, Sebas, Javi, tú y yo- me contestó- Tranquila, Alicia no viene.

Yo: De acuerdo, hasta ahora- me despedí.

Marta: Adiós- colgó.

El tiempo hasta que fue la hora se me pasó realmente rápido, por el camino me encontré con Sergio así que fuimos juntos cogidos de la mano. Estábamos ya en el parque, yo miraba el suelo mientras Sergio me contaba lo que había hecho en todo el día cuando escuché hablar a Marta.

Marta: Bueno, eso tendremos que preguntárselo a tú madre- dijo riendo, levanté mi vista y me encontré con Alicia, ella estaba de espaldas pero su cabello rojizo se me fue imposible de confundir.

Yo: ¿Qué hace ella aquí?- interrumpí, ella se giró y me miró.

Ali: Ho-hola- me saludó.

Yo: ¿Qué hace ella aquí?- volví a preguntar a Marta con el cejo fruncido.

Ali: Espera, ¿ella no sabía que yo venía?- le preguntó confundida- Claro, ella no sabía que yo venía- susurró aunque todos pudimos oírla..

Yo: Si llego a saberlo no vengo- dije mirando el suelo, realmente eso no era del todo verdad.

Marta: Ainhoa…- me llamó a modo de reproche.

Entonces apareció Andrés detrás de ella abrazándola cariñosamente por la cintura.

Andrés: ¿Qué te ha pasado estos días? Te he estado llamando y no me cogías el teléfono- le dijo al oído.

Se giró y lo miró, después se separó.

Ali: No hagas esto nunca más, ¿entendido? Casi me da algo- le regañó.

Andrés: Perdona mi amor, es que te echaba de menos. ¿Qué te ha pasado?- le preguntó, ese tío me daba potera

Marta: Pues ha teni…-la interrumpió.

Ali: He tenido que hacer la maleta, voy a pasar las navidades con Marta- mintió, al parecer no quería que se enterase de su accidente

Andrés: ¿Sí? Me alegro por ti- contestó agarrándola por la cintura y besándola.

Yo: Bueno, ¿para qué nos has hecho venir aquí?- pregunté a Marta visiblemente molesta mientras no despegaba ojo de ellos, odiaba reconocerlo pero estaba extremadamente celosa.

Marta: Tenemos que esperar a Sebas, el también viene- nos indicó.

Al poco rato Marta recibió un mensaje al móvil, precisamente, de él. Decía que se había quedado sin gasolina y que teníamos que ir a buscarle. Como me apetecía bien poco moverme dije que me quedaría, pero Alicia dijo lo mismo que yo. Por mucho que lo intenté quedamos las dos solas, cosa que me puso los pelos de punta.

Ali: Si hubieras sabido que yo estaba aquí, ¿hubieras venido?- me preguntó rompiendo el silencio.

Yo: No, no hubiera venido- volví a confirmar resoplando.

Mi mirada se perdía en unos cuantos árboles, aunque la miraba de reojo para ver

su expresión.

Ali: Cada día que pasa entiendo menos cual es la maldita razón por la cual estás así conmigo- susurró.

Yo: Creo que habíamos dejado claro que no ibas a volver a sacar el tema- dije girándome.

Ali: Pero entiéndeme, tan solo te pido una explicación, una maldita explicación- contestó girándose ella también.

Yo: ¡No puedo decirte la razón! No puedo decírtela, simplemente no puedo- respondí mirándola fijamente.

Ali: ¿Por qué? ¿Qué es eso tan malo que has hecho, Ainhoa? ¿Te están amenazando, es eso?- me preguntó.

Yo: ¡No, no es nada de eso!- respondí impaciente.

Ali: ¡¿Y entonces qué es?!- inquirió.

Yo: Mira, no hay nada, absolutamente nada que puedas hacer para remediar el error que he cometido contigo. Bueno…- me quedé dubitativa.

Ali: ¿Hay alguna?- preguntó esperanzada.

Yo: No no, es imposible- resté importancia.

Ali: ¡Dime cual es!- exigió.

Yo: Jamás podría ocurrir Alicia, no sé ni para que hablo- dije para mí misma.

Jamás accedería a ser mi novia, por lo tanto eso era algo que estaba más que descartado para mi desgracia.

Ali: ¿No ves el daño que me estás causando Ainhoa? ¿No lo ves?- me preguntó con la voz temblando.

En ese momento pensé. ¿Estaría siendo demasiado egoísta al apartarla de mí? Posiblemente, no era justo para ella, nada justo.

Yo: ¿Te piensas que eres la única que sufre? ¡Posiblemente yo sufro más que tú con esta situación! Cada vez que te veo con…- me callé en ese instante.

Ali: ¿Cada vez que me ves…?- quiso saber.

Y: Nada, olvídalo- me volví a apoyar en la barandilla y fijé mi mirada en un punto lejano.

Cada vez que te veo con Andrés, besándolo y abrazándolo, me dije a mí misma.

Ali: ¿Qué sentirías si Javi te hiciese lo mismo que tú me estás haciendo a mí?- me preguntó calmada.

Me quedé callada, no pude evitar que se me mojaran un poco los ojos.

Yo: Lo siento, pero es mejor así, es mejor para las dos, hazme caso- suspiré, esperaba que eso que acababa de decir fuera realmente cierto.

Ali: ¿Existe la posibilidad de que algún día podamos volver a ser amigas?- preguntó.

Yo: No lo sé, no es algo que yo pueda elegir. Ojalá fuera así- me lamenté- No por ahora.

Eso tan solo era cuestión de mi corazón, no podía ir y decirle: Hey, ¿qué tal si dejas de estar hasta las trancas por Alicia y te desenamoras? Ojalá las cosas fueran así de fáciles.

En ese momento me fijé en que Alicia estaba llorando, la miré tristemente queriendo hacer cualquier cosa para que dejase de hacerlo.

Yo: Por favor Alicia, no llores- le pedí con la voz rota.

Me sequé rápidamente la lágrima que se me había escapado, me estaba conteniendo para no dar rienda suelta a mi llanto.

Ali: ¿Puedo pedirte una última cosa antes de que vengan los demás y sigas evitándome?- me preguntó.

Me quedé pensativa intentando averiguar cuál sería su petición.

Yo: Sí- contesté finalmente asintiendo.

Ali: Abrázame- me pidió.

Me sorprendió mucho, no era el tipo de propuesta que hubiera esperado. Me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos, ella metió su cara en mi cuello. Pude sentir su entrecortada respiración chocar contra mi cuello poniéndome la piel de gallina. Me quise separar rápidamente de ella, pero me lo impidió con un ‘Por favor’.

Eché mi cabeza hacia atrás,  le cogí la cara entre sus manos y la miré a los ojos. Ni siquiera lo pensé, me acerqué y le besé en la mejilla deteniendo la lágrima que se deslizaba sobre ella, ella cerró los ojos. Despegué lentamente sus labios de ella aún con las manos a los costados de su cabeza, abrió los ojos y le eché una mirada penetrante

Yo: Lo siento mucho, de verdad que lo siento, pero es la única opción que me queda- me disculpé bajando la mirada.

Me alejé de ella y me metí de lleno en mis pensamientos, apenas me di cuenta cuando vinieron los chicos. Pasamos la tarde juntos, me enteré con sorpresa del noviazgo de Marta y Javi, les felicité, de verdad que esperaba que fueran felices, los dos eran muy importantes para mí. Aquel día acabó y los siguientes los pasé con mi familia, y cuando decía con mi familia me refería también con Natalia, parecía ser que mi accidente nos había vuelto a unir a todos, los días hasta noche vieja fueron muy felices para mí. Para el día de fin de año hicimos una cena, comimos las uvas y nos despedimos del año que me había traído tantos problemas, complicaciones y dolores de todo tipo, físicos, mentales y, sobretodo, sentimentales.

Hicimos un brindis, cada uno se bebió su copa simbolizando su propósito para el nuevo año. No tenía ni idea de cuáles podrían ser los de mis padres y de mi hermana, pero yo, con una sonrisa y después de muchos días dándole vueltas en mi cabeza, brindé y bebí por volver a iniciar mi amistad con Alicia. No era lo que quería, por supuesto, pero era algo con lo que tendría que conformarme. Me había dado cuenta de que su amistad me importaba más que cualquier cosa y no estaba dispuesta a arruinarlo tan solo porque su corazón no sintiera lo mismo que el mío.

Fueron pasando los días y con ello los meses, Alicia y yo volvíamos a ser las mismas amigas de siempre, no se me olvidará jamás la cara de felicidad que puso al ver que yo quería ser su amiga de nuevo. Nuestra relación se hizo más fuerte, ella contaba conmigo para todo, y yo por supuesto contaba con ella también para todo. Aunque sí que era muy feliz de estar de nuevo junto a Alicia eso no significó que no siguiera sufriendo, verla con Andrés me destrozaba por dentro. Por mucho que intentase evitar los momentos en los que estaba con él siempre había algo que acababa doliéndome o llenándome de celos. Pero aun así aguanté, tan solo me bastaba que me dedicase una sonrisa para que todo lo malo que me rodeaba desapareciera.

Antes de que me pudiera dar cuenta ya estábamos a dos días de final de curso, era increíble lo rápido que se me había pasado a pesar de algunos malos momentos que pudiera haber tenido. Aquellos últimos días no hicimos absolutamente casi nada, fue más que nada un gran cachondeo en el que nos lo pasamos bien. Cuando el timbre nos indicó el final de nuestra última clase ene se instituto no pude evitar un sentimiento de tristeza, había pasado muchos buenos momentos allí que se me harían imposibles de olvidar.

Aquella misma tarde teníamos una fiesta de despedida que el director había aceptado. Fuimos todos los alumnos y profesores de segundo de bachiller. Todos reímos, algunos lloraron, otros tuvieron expresión neutra…fue una noche de muchos sentimientos. A los dos días siguientes ya estaba mirando para entrar en la universidad y estudiar la carrera que me había apasionado desde la primera vez que la estudié: psicología. Tampoco me estresé mucho, tan solo estuve buscando información para estar un poco más preparada.

Era 24 de junio y el cumpleaños de Marta se acercaba, el día 27 cumplía ya 19. Yo tan solo era mayor que ella por 4 meses. Una tarde cogí el coche de mi padre y salí de compras, no tenía ni idea de que regalarle. Miré todos los escaparates del centro de la ciudad y no había nada que encajase con lo que buscaba. Decidí mirar en el último escaparate que quedaba, si no abandonaría la operación y tendría que apañármelas de otra manera. Me acerqué y entonces lo vi, la perfección divina. Unos preciosos tacones rojos con unos detalles más preciosos todavía. No lo dudé, entré en la tienda y me lleve un par de la talla 38, me costaron medio riñón, pero aquellos tacones lo valían, estaba segura de que Marta se volvería loca.

Marta: ¡Madre del amor hermoso!- exclamó abriendo la boca al desenvolver mi regalo, yo estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

Yo: ¿Te gustan?- le pregunté pero no hacía falta que contestara, su reacción lo había dicho todo.

Marta: ¿Qué si me gustan? ¡Me encantan! Jamás había creído en el amor a primera vista hasta hoy- exclamó- ¡Gracias gracias gracias!- me abrazó.

Javi: Gracias por la parte que me toca, mi amor- le reprochó haciéndose el enfadado.

Marta: Cari no te pongas así, que yo te amo- dijo abrazándolo, todos reímos ante la cara de enamorada que puso ella.

Sergio le había regalado una cartera (la había elegido yo), Alicia una pulsera de pandora, Andrés una camiseta, Sebas una colonia y Javi le había hecho un especie de mural con muchas fotos suyas, una carta y una caja de bombones, había sido sin duda alguna el regalo que había triunfado más aquella noche. Nos había invitado a cenar a su casa, su madre y Laura se habían ido. Después de los regalos pusimos un poco de música y comenzamos a jugar a un típico juego que siempre jugábamos, a las cartas. Podría sonar un poco aburrido y soso, sí, pero era un ritual que formaba ya parte de nosotros y además con la bebida que ya habíamos ingerido el tema estaba mucho más interesante. Todos íbamos con el puntillo, pero Sebas se había pasado bastante. Aunque insistimos en que se tumbara él se negó alegando que se encontraba bien. Nos fuimos Sergio y yo a la cocina a preparar más bebidas mientras que los demás estaban en el comedor preparando la mesa donde íbamos a jugar a cartas. Sergio me cogió por la cintura y me empezó a besar el cuello, se notaba que también estaba bebido.

Yo: Sergio, aquí no por favor- contesté riendo.

Sergio: Venga ya, ¿me vas a decir que no te pone hacerlo aquí, ahora mismo?- me preguntó en mí oído pasando sus manos de mi cintura a mi culo.

Me dio la vuelta, me arrinconó contra la encimera y comenzó a besarme agresivamente. Iba a separarlo de mí volviéndole a decir que no era el momento cuando el fuerte portazo de una puerta nos asustó haciendo que nos separásemos, vi a Alicia salir enfurecida hacia el comedor.

Yo: ¿Qué pasa Alicia?- le pregunté siguiéndola.

Ella me ignoró, se acercó a la mesa y empezó a colocar los posavasos que llevaba en la mano, todos nos mirábamos extrañados de su comportamiento.

Yo: Ali…-la cogí del antebrazo.

Ali: ¡Suéltame!- exclamó moviendo su brazo con fuerza para soltarse de mí.

Marta: Eh eh eh, ya vale. ¿Qué os pasa?- nos preguntó separándonos.

Yo: No lo sé, estábamos en la cocina y de repente se ha enfadado, ya habéis escuchado el portazo- contesté yo encogiéndome de hombros.

Marta le susurró algo a Javi y este afirmó con la cabeza. Marta me cogió del brazo y Javi hizo lo mismo con Alicia.

Javi: Venid con nosotros- nos dijeron apartándonos del comedor.

Nos llevaron al pasillo, abrieron la puerta de un pequeño cuartito y antes de que pudiéramos hacer nada nos metieron dentro, cerraron la puerta y pusieron el pestillo.

Marta: Hasta que no arregléis vuestras diferencias de una vez no saldréis de aquí, volveremos en quince minutos para ver cómo estáis- nos dijeron.

Ali: ¡Sacadnos de aquí!- golpeó la puerta, no nos hicieron caso.

Estuvimos un par de minutos dando golpes a la puerta, paramos al ver que no nos iban a sacar de allí. Encendimos la luz, que era poca, y nos sentamos en el suelo.

Yo: ¿Estás cabreada conmigo?- le pregunté, ella no contestó- Vale, estás cabreada conmigo.

Se hizo el silencio, ninguna de las dos habló.

Yo: ¿Qué te pasa últimamente? ¿Estás cabreada con Sergio también? Cada vez que estamos los dos juntos te comportas de una manera extraña, nos evitas e intentas  no estar cerca de nosotros, si te habla normalmente le contestas con monosílabos y con mala cara. No sé si te hemos hecho algo pero si es así…

Ali: Perdóname- me interrumpió mirándome fijamente.

Yo: ¿Cómo?- dije sin entender.

Entonces se me acercó, cogió mi cara con sus dos manos y me besó. Mi asombro no podía ser mayor, ¡me estaba besando! Oh Dios, ¿lo estaba haciendo? ¡lo estaba haciendo! Ni siquiera me dio tiempo a reaccionar, me quedé con los ojos abiertos, quieta, pensando que el corazón me explotaría en ese mismo instante de lo rápido que iba. Me había quedado en estado de shock. Sentí un fuerte hormigueo en mi vientre a la vez que un calambrazo me había recorrido la columna vertebral erizándome los pelos, sentía como la piel se me había puesto de gallina. Alicia se separó lentamente de mis labios, abrió los ojos, me miró avergonzada y se alejó, todavía notaba el calor de sus labios en los míos.


Por fin el tan asiado beso ha llegado. Como veréis, he cumplido con mi palabra, luego diréis que soy mala persona jajaja. Mil gracias por leer, comentar y valorar, se agradece mucho. Como siempre, doy gracias especialmente a:

Lizbeth4: Jajaja, soy mala, lo sé, pero esa introducción estaba hecha a posta, para crear falsas ilusiones jajaja. Pero este último beso ha sido bien real. ¿Verdad que dan ganas de correr y abrazar a Alicia? Si la pobre es muuuuuuy dulce. Ya verás lo que ocurre con ellas dos más adelante. ¡Besos desde España!

Gia: Bueno, es normal que quieras matar a Andrés y Sergio, todo el mundo quiere hacerlo. Quizás en un futuro tengas un poco de pena por ellos, eso depende de como continúe la historia. Y si, fue muy tierno cuando se abrazaron, pero de ahí a que te diesen ganas de llorar, quizás soy yo la insensible jajaja. ¡Un beso muy grande!

Aurora la Diosa: Madre mía, ¿eres monja o algo? Siempre me pones la bíblia jajaja. Ojo, que me encanta que me pongas la bíblia eh, comentarios contra más largos, mejor jajaja. Hum, no puedes venir a matarme a España, sinceramente porque así como va el país, te meterían un sablazo por el coste del vuelo, más el barco que te lleve a Mallorca... uff mucho lío y mucho peligro jajaja. Bueno, ahora no me pondré a debatir el penoso estado économico en el que estamos. Y bueno, se dan el beso, ¿que más quieres que les haga, mujer? Si te refieres a separarlas, debo decirte que eso no pienso contestarlo, si tiene que llegar legará, si no, pues no, simple (más que nada para poner nervios xd). Bueno, yo me identifico con todos, porque todos son unaparte de mi personalidad, si te fijas, excepto Javi, todos tienen algo que hacen que destaquen. Y dale con el accidente, ¡que si lo digo no tiene intriga! Jajaja no desesperes, que ya llegará. Y si, si no me regañas, definitivamente no eres tú jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos para México guapa!

HombreFX: Jajaja me alegra que te gusten Ainhoa y Ali, aunque todos quieren matar a Ainhoa por su insensatez pero bueno, la pobre es como es, ¿no? Jajaja. Me alegra que te guste, veo que poco a poco vas comentando más cositas, ¿eh? Jajaja Espero que te haya gustado el beso. ¡Besos desde España!

Yulianaspy: Che, quieta ahí, que yo no soy asesina como para ir dando baños de azufre y dosis de cianuro, aunque ganas no me faltan jajaja. ¿Tan predecible soy? El giro traicionero si llega, llegará. Espéralo con paciencia, o rehúyelo, como tu veas jajaja. Aviso, si muero, la historia se quedará sin acabar. Yo que tú me lo pensaba dos veces eh... No quiero conocer tú desesperación en persona, bastante tengo ya con la mía jajaja. Sí, aunqu eno lo parezca yo también lo paso mal, y eso que soy la que escribe jajaa. Espero que te haya gustado. ¡Un saludo!

Zjen: Creo que si que habías comentado alguna vez en Mi Salvación, no sé, me suena bastante. Si no es así no importa, lo agradezco de todas formas. Me alegra saber que mis escritos te gustan y, como tal, espero que este también . ¡Un beso!

Rocket8: ¿Buena imaginación y forma natural en escribir? Yo sinceramente, en imaginación puede ser, porque ya ves tú las vueltas que pego en mis historias, ¿pero forma natural de escribir? Como se nota que no estás a mi lado a la hora de ponerme manos a la obra jajaja. Me cuesta bastante, ya que en muchas escenas mi cabeza logra mantener la forma perfecta de la escena, pero luego para escribirlo me sale una chapuza y no queda como quería. Aunque si lo dices tú puedo darme por satisfecha jajaa. En el final del comentario te ha dado un chungo ¿a que sí? Jajaja, luego dirás que no eres rara ¬¬ Jajaja. Espero que te haya gustado el besito. ¡Saludos!

Paula: ¿Más rápido? Mujer, hago lo que puedo, si con estos últimos capítulos he tenido un cohete en las manos jajaja. Y sí, ya he dejado el beso, lo que todo el mundo esperaba. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Karina: Espero que te haya gustado este capítulo. Saludos.

Bonny: Ya está, ya no hay que esperar más por el beso, que ya ha llegado. Muchos querréis matarme por dejarlo justamente ahí, soy consciente de ello jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Setsuna: Tranquila, no ofendes, aquí si pido los comentarios es aposta para esto, para que deis vuesra opinión. Y tienes toda la razón, esta historia de momento de lesbiana no tiene nada, lo sé, es tan solo que quería que la histora fuera más larga, ya que de otra manera iba a quedar muy corta. Y lo de la relación entre Marta y Javi pues más de lo mismo, era una expansión del relato, quería hacerlo máas al estilo libro. También sé que hay muchas escenas que se repiten, este capítulo tiene de hecho, pero si lo hago es para dar a conocer los pensamientos de la otra protagonista ante la situación, probablemente cansen y lo que importe sea más centrarme en otras cosas. Ofrezco mis disculpas, ya que una cuando escribe estas cosas hasta que no se leen dos veces no caes en la cuenta de ello, ya que yo tengo la historia formada en la cabeza, pero los lectores no sabéis que es lo que continuará, si acabarán juntas o si le atropellará un camión. Vuelvo a ofrecer mis disculpas, espero que este capítulo te haya gustado, Muchas gracias por tu aportación, como todas la tendré en cuenta. Un fuerte saludo.

Payooya: Jajaja, eso son los nervios, pensar que haces una cosa y después darte cuenta de que no. Me imagino tu cara al no verte mencionada, pobre jajaja. Bueno, ahora sí que estás y te doy muchas gracias por comentar, espero que te haya gustado la parte final del relato. ¡Un beso!

Damita: Ya está, ahí tienes el amor que querías. En futuras publicaciones, te hartarás de tanto amor jajaja. Y bueno, esos hombres si están en la historia, no es para hacer bonito. Alguna función tendrán. Averígualo. ¡Un besp!.

Martin: Jajaja, hay hay con el accidente, tanta intriga que causa. Pues tendrás que esperar, como todo el mundo, hasta que salga, habrá que aguantarse con lo que se tiene, ¿no? Jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Labrys28: ¿Canas verdes? Jajaja, uf, es la primera vez que lo oígo. Temedlas, temedlas mucho jajaja. Espero que te hay agustado. ¡Besos desde España!

Yelyah: Pues sí, cuando las dos estén juntas derramarán miel como tu dices, eso os lo aseguro. Quería contestarte una pregunta que me hiciste en un comentario que me pareció curioso contestar. ¿Qué con que personaje me siento identificada? Pues con todos excepto Javi. En mis escritos siempre dejo algo de mi, y es parte de mi personalidad. En Ainhoa represento mi inestabilidad, indecisión e inmadurez para tomar decisiones importantes, que es lo que le ocurre a ella en relación con Ali. Con Marta represento mi momento de locura, mi forma de actuar descabellada, loca como yo sola, muy bromista, alegre, activa y sin preocupaciones. Con Ali, aunque todavía no me ha dado tiempo de expresarlo, represento mi ternura, dulcura y inocencia algunas veces, es cariñosa y amable, aunque no duda en sacar las garras cuando hace falta: Y con Sergio y Andrés expreso que muchas veces puedo resultar realmente molesta, es mi lado cabroncete e intrometido. Meterme en cosas donde no me llaman es lo que suelo hacer aveces, meto mucho la pata. Espero que te haya resultado interesante mi aclaración. Y supongo que si te sientes identificada con Ali es, como yo he dicho, porque eres dulce y tierna jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Shane23: Me alegra que te gusten mis relatos, me complace saberlo. Gracias por leer. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!:

Lita: Jajaja, ahora sabrás lo que se siente al estar sin uñas, te he dado de tu propia medicina jajaja. Que tú también eres muy mala xd. Espero que te haya gustado. Aunque ya he comentado en tu relato, déjame decirte que me ha encantado. Solo que no hagas que estén más separadas, júntalas ya- Si tú lo haces, yo lo hago con mis protagonistas, ¿trato hecho? Jajaja. ¡Besos desde España!

Muchas garcias a todos por todo, sois unas personas maravillosas. A los que no comentan, gracias también. ¡Espero que os haya gustado!