Ayúdame a recordar 15

Despegó lentamente sus labios de mí aún con las manos a los costados de mi cabeza, abrí los ojos y me encontré con su mirada penetrante.

Se quedó un poco sorprendida y confusa ante mis palabras, parecía que iba a rechazarme pero se acercó a mí y rodeó fuertemente mi cuello con sus brazos, yo puse mis brazos alrededor de su cintura y la estreché contra mí. Dios, ¿cómo podría aguantar sin tenerla a mi lado?


Ella intentó alejarse, pero se lo impedí atrayéndola hacia mí cuerpo, el abrazo había durado como mucho cinco segundos.

Yo: Por favor- le rogué apoyando mi cabeza en su hombro.

Echó su cabeza hacia atrás,  me cogió la cara entre sus manos y me miró a los ojos. Se acercó y me besó en la mejilla deteniendo la lágrima que se deslizaba sobre ella, yo cerré mis ojos. Despegó lentamente sus labios de mí aún con las manos a los costados de mi cabeza, abrí los ojos y me encontré con su mirada penetrante.

Ainhoa: Lo siento mucho, de verdad que lo siento, pero es la única opción que me queda- se disculpó bajando la mirada.

Finalmente se separó de mí y se alejó dirección a un banco.

Yo: Te amo…-susurré inaudiblemente a medida que se alejaba.

Ella claramente no lo escuchó, se sentó, replegó las rodillas mientras las cogía con sus brazos y posó su cabeza sobre ellas. Yo, que no me podía permitir encoger mi cuerpo de esa manera, tan solo me tumbé en el banco que tenía detrás de mí esperando la llegada de los demás. No sé cuánto tiempo pasó, lo suficiente como para que el sol se ocultará tras las nubes y que el cielo azul quedase recubierto de una espesa capa de color gris oscuro.

De repente alguien me tocó la rodilla, levanté mi mirada y vi a Marta, estaba arrodillada a mi lado.

Marta: ¿Habéis hablado?- me preguntó en voz baja.

Me incorporé, suspiré y la miré, ella tenía las cejas levantadas, esperando mi respuesta.

Yo: Sí- afirmé.

Marta: ¿Qué te ha dicho?- volvió a preguntar.

Yo: Prefiero no hablar del tema ahora- contesté levantándome- ¿Y los demás?

Marta: Ahí vienen- me indicó señalándome un punto con la cabeza.

Miré hacia donde me había indicado Marta, venían Sergio, Andrés, Sebas y Javi hablando y riendo montando un gran escándalo. Miré a Ainhoa, esta se giró al escuchar el ruido.

Sebas: Hola Alicia- me saludó con dos besos.

Después se acercó a Ainhoa, la abrazó y la levantó un poco mientras le daba también dos besos, ella empezó a reír, les miré con mala cara. Sergio, que estaba a mi lado, también les miraba. Probablemente y por primera vez en la vida habíamos hecho algo en común: mirar con celos. Mientras los dos hablaban no paraban de reír o sonreír, en ese instante envidié a Sebas.

Andrés me abrazó por detrás y apoyó su cabeza en mi hombro a la vez que Sergio se dirigía a Ainhoa y Sebas, Marta y Javi estaban al lado nuestra.

Sergio: Bueno, creo que es hora de que Marta y Javi nos expliquen a que se debe esta reunión, ¿no os parece?- dijo abrazando a Ainhoa como Andrés lo hacía conmigo apartando inmediatamente a Sebas de ella.

Marta: Sí, creo que sí- dijo mirando a Javi.

Él le cogió la mano, le sonrió y nos miró.

Javi: Tengo el enorme orgullo de poder decir que esta preciosa mujer es mi novia- anunció besándole la mano.

Todos se quedaron un poco sorprendidos, Sergio fue el primero en reaccionar.

Sergio: Vaya, parece que es época de noviazgos- comentó refiriéndose a su reciente relación con Ainhoa.

Ainhoa: ¡No me lo puedo creer!- gritó emocionada, arrancó a correr y abrazó fuertemente a Marta- Te lo tenías bien guardado, ¡nunca me dijiste nada so guarra!- dijo riendo.

Marta: Me daba demasiada vergüenza que lo supieras, ni siquiera sabía si el sentía lo mismo que yo- admitió sonriendo.

Andrés se separó de mí y fue a felicitarles, yo también me acerqué.

Yo: Bueno yo ya lo sabía, pero os vuelvo a desear mucha suerte- les dije.

Ainhoa: ¿Tú ya lo sabías?- me preguntó con el cejo fruncido.

Javi: Nos descubrió besándonos el otro día en su cuarto, todo por no tocar a la puerta- dijo mirándome divertido.

Yo: Perdona, pero yo, si hubiera sido tú, jamás la hubiera besado sabiendo que yo estaba a un paso- le respondí- Bueno, en verdad no la hubiera besado nunca, ¿tú le has visto la cara?- bromeé.

Marta: Habló, ¿alguna vez te has mirado en el espejo?- me siguió el juego.

Yo: Sí hija sí, vi tu cara, no te puedes imaginar el susto que me metí. Después parpadeé y vi mí preciosa cara angelical- le contesté.

Marta: ¿Preciosa cara angelical? Se parece más a la de un orco de Mordor.

En ese momento ninguna de las dos pudo aguantar más y empezamos a reírnos como unas descosidas, yo comencé a toser mientras sentía un tremendo dolor.

Andrés: ¿Alicia estás bien?- me preguntó preocupado.

Me senté y me tranquilicé, al poco rato dejé de toser.

Yo: Tengo que dejar de reírme durante una temporada- dije mirando a Marta.

Andrés: ¿Qué te ocurre?- quiso saber.

Yo: No me pasa nada, tan solo que tengo mucho moco en el pecho y si me pongo a reír me ahogo y empiezo a toser, no es nada por lo que me vaya a morir- mentí rápidamente, todos excepto Sebas y Andrés (los únicos que no sabían de mi accidente) me miraron sorprendidos ante mi improvisación.

Andrés: Te voy a acompañar al médico, esa tos no me parece normal mi amor- me dijo.

Yo: ¡No!, no, no hace falta, estoy tomando un jarabe que me ha recomendado la madre de Marta, se me pasará en seguida, ya verás- dije agitada.

Me miró extrañado, como si no se creyese del todo lo que le había dicho.

Andrés: Está bien, pero como no mejores de aquí a tres días te llevo al médico- me avisó.

Yo: De acuerdo- le sonreí.

Se acercó, me abrazó y me besó.

Andrés: Te amo- me dijo.

Yo: Y yo a ti- mentí sonriéndole.

Los dos días siguientes, nochebuena y Navidad, los pasamos metidos en casa, con comidas familiares, juegos, risas y muy buen rollo. Eran las primeras fiestas en las que no estaba sola, y sobre todo, las primeras en las que por primera vez me divertía y me sentía a gusto. Mis padres me enviaron un correo felicitándome y contándome lo precioso y maravilloso que era Miami, no me sorprendió en absoluto que el tema principal del correo fuera expresar lo bien que se lo estaban pasando y lo felices que eran. Yo les envié mi respuesta, copié, pegué y envié el mismo correo que enviaba todos los años: Me alegro de que lo estéis pasando bien, feliz Navidad y próspero año nuevo. Atte.: Alicia. Aún seguía esperando que se dieran cuenta de que siempre les enviaba el mismo texto, pero en el fondo sabía que eso no sucedería.

Los días pasaron y antes de que me diera cuenta faltaban tan solo un par de minutos para las campanadas de fin de año. Tan solo estábamos Marta, Javi, Laura y yo, la madre de Marta, después de muchos intentos para convencerla, se fue con sus amigas de fiesta. Ella se negaba a ir ya que no nos quería dejar solos, y mucho menos porque yo era una invitada, al final conseguimos que aceptara ir. La familia de Javi, como no solía darle mucha importancia a este tipo de celebraciones, no encontró ninguna pega para que el no pudiera venir con nosotros.

Empezaron a sonar las campanadas, y nosotros comenzamos a comernos las uvas al ritmo de estas. Lo único que odiaba era comérmelas, me encantaban las uvas, pero cada año parecía que las campanadas iban más rápido, ¡cualquiera puede comerse las uvas sin atragantarse! Gracias a Dios la última uva se deslizó por mi garganta a la vez que los petardos de fondo nos indicaban que habíamos dejado un año atrás y que otro comenzaba.

Yo: Feliz año- felicité a Marta, a Javi y a Laura abrazándolos, ellos también me felicitaron.

Después ellos también se felicitaron, y Laura se fue a dormir porque decía que tenía mucho sueño, era tarde para lo que ella estaba acostumbrada. Después de eso Marta y Javi se dieron abrazos y besos por doquier, yo ya no pintaba nada ahí. Apagué la tele y, con la copa y botella de vino, me fui a la terraza, les dejaría que lo celebraran como quisieran. Me quité los tacones que me estaban matando, me senté y apoyé mi espalda contra la pared mientras el vientecillo me daba en la cara. Me serví una copa y me la bebí, yo ya iba un poco bebida, lo suficiente como para, después de todo un día viendo lo cariñosos y felices que estaban Javi y Marta y todos los besos que se daban, acabara llorando pensando en que jamás estaría de esa manera ni con Ainhoa ni con nadie, al menos no con nadie que yo amase.

Marta: Al fin te encuentro, pensaba que te habías ido- me dijo detrás de mí- Javi está aquí en la terraza- le gritó.

Giré mi cara y la miré, ella al ver que yo estaba llorando se sentó enfrente de mí y me cogió las manos.

Marta: Hey, ¿qué te ocurre?- me preguntó preocupada.

Javi: ¿Dónde te habías metido? Te esta…- en ese momento vio que estaba llorando- ¿Qué te pasa?- se sentó a mi lado.

Aumenté mi llanto, Marta se acercó y me abrazó, con su mano acariciaba mi espalda, pude notar que con la mano libre se estaba comunicando con Javi mediante gestos.

Marta: ¿Qué te pasa? ¿Te duelen las costillas?- preguntó en un intento de averiguar que me pasaba, negué con la cabeza.

Yo: Soy una imbécil, una completa imbécil- conseguí decir.

Javi: No eres una imbécil, ¿por qué dices eso?- me preguntó.

Yo: Estoy enamorada de una persona que pasa completamente de mí- sollocé.

Marta: ¿Andrés no te quiere? ¿Ha cortado contigo?- me preguntó desconcertada.

Yo: No es Andrés, nunca he estado enamorada de Andrés- confesé bajando la mirada.

Javi: ¿Cómo que nunca has estado enamorada de él?- negué.

Marta y Javi se miraron extrañados, seguramente jamás lo habrían imaginado.

Javi: ¿Entonces por qué empezaste a salir con él?- quiso saber.

Yo: Porque quería sacarme de la cabeza a esa persona, me sentía muy sola y verla con su pareja me destrozaba. Pensé que algún día llegaría a sentir algo por él, cada día me doy cuenta de que eso jamás pasará.

Marta: Entonces si no le amas, ¿por qué no le dejas?- me preguntó.

Yo: Ya te lo he dicho antes, me siento terriblemente sola y este amor cada día me desuela más- le contesté.

Entonces me formularon la pregunta que evitaba a toda costa, pero que su llegada era inminente.

Javi: ¿Quién es el?- quiso saber.

“¿Quién es ella?” le corregí mentalmente. Durante toda la conversación había evitado hacer referencia al sexo de esa persona, para ellos era evidente que me refería a un hombre. ¿Estaría preparada para contarles que realmente era Ainhoa la autora de todos mis males?

Yo: Por favor, entendedme y perdonadme, pero no quiero deciros quien es. No es cuestión de que no confíe en vosotros, pero quiero reservármelo para mí- les contesté.

Marta: Está bien, te entendemos- respondió tranquilizándome al instante.

Javi: Déjame decirte una cosa. No sé quién es, pero estoy seguro de que no merece ni que tú estés así por él ni que finjas una relación, tampoco es justo para Andrés- me dijo poniéndome una mano en la rodilla.

Yo: Ya, ya lo sé, no me siento bien haciéndole esto. Él se porta muy bien conmigo- admití- Soy una egoísta- comenté bebiendo de la botella de vino.

Marta: Creo que será mejor que dejes esto, ya es suficiente por hoy- me dijo quitándome la botella.

Me levanté cogiéndome a la barandilla y entré en la casa, tan solo dos pasos fueron suficientes para casi caerme al suelo, Javi evitó la caída.

Javi: No camines, mejor te llevo al cuarto- dijo cogiéndome de la cintura.

Después de unos cuantos segundos en los que yo no paraba de tropezarme y perder el equilibrio llegamos a la habitación de Marta y me tumbó en la cama.

Yo: Odio mi vida- dije sin motivo alguno empezando de nuevo a llorar, desde luego el alcohol no me sentaba para nada bien.

Javi: Por Dios, no dejes que vuelva a tomar alcohol en su vida, mira cómo se pone- se dirigió a Marta.

Marta: Voy a prepararle un café, a ver si se le baja un poco la borrachera- informó.

Al poco rato volvió con una taza, me la dio y se sentaron los dos a mi lado

Javi: ¿Puedo preguntarte desde cuando estás enamorada de ese chico?- me preguntó cauteloso.

Di un sorbo al café, lo dejé unos instantes en mi boca y después me lo tragué.

Yo: Dos años- contesté sin vacilar.

Marta: ¡¿Dos años?!- exclamó sorprendida.

Yo: Dos años- afirmé.

Javi: ¿Lo conocemos?

Yo: Sí.

Se miraron incrédulos, no tenían ni idea de quién era.

Marta: Entonces saliste con Andrés para intentar olvidarle, pero eso no ha dado resultado- me dijo.

Yo: Exactamente.

Javi: ¿Y por qué no te atreves y le cuentas lo que sientes?- me propuso.

Yo: Ni de coña, está en una relación. Si se lo digo, además de rechazarme y quedar en ridículo, se alejaría más de lo que ya está- conté.

Marta: ¿No os lleváis bien?

Yo: Antes sí, pero ahora ya no- contesté sin ganas.

Claramente estaba describiendo mi situación con Ainhoa, pero ellos jamás se darían cuenta a no ser que yo les dijera que de quién estaba enamorada era una mujer, cosa que no pasaría. Terminé de beberme el café, me había sentado de maravilla, ya estaba mucho mejor. Javi se fue, yo me cambié junto con Marta y después de un interrogatorio en la cama sobre ese ‘chico’ del que estaba completamente loca nos dormimos.

Ainhoa

Desde que había tomado la decisión hacía dos meses de evitar a Alicia e intentar odiarla había pasado un par de cosas. La primera es que a los pocos días me di cuenta de que mi plan para sacarme a Alicia de mi cabeza no furulaba bien, no sabía si le hacía más daño a ella o a mí, pero por alguna razón seguí insistiendo. Seguía preocupándome por ella, le pedí a Marta que discretamente me dijera que tal estaba, me rompía el corazón escucharla decir que estaba destrozada y que no entendía qué era lo que había hecho para que me alejase y que la tratase de aquella manera. Marta me amenazó muchas veces con contarle que yo me preocupaba por ella, después de miles de súplicas mías conseguía convencerla, ella no entendía porque me comportaba así, yo no tenía ninguna intención de contarle que estaba enamorada de Alicia.

Hubo un día en el que si hubiera tenido un poco más de coraje se lo hubiera contando. Aquel día perdí los nervios dándole una bofetada, ver su carita y sus ojos llorosos me hicieron sentir la persona más cruel y ruin del mundo, y eso se me notó en la cara. Le dije de todo para intentar ocultar mis sentimientos y me marché, estaba muy agitada. Más lo estuve cuando Javi y Marta me llevaron al baño y me acorralaron pidiéndome explicaciones, apenas me dejaban respirar y los brazos de Javi no dejaban que me moviese ni un milímetro. Allí estaba Alicia en el fondo, con la mano todavía en la mejilla pidiendo que me dejaran en paz, no comprendía porque me seguía defendiendo a pesar de la manera en la que la traté, ¡incluso la había pegado!

Javi y Marta aun así no desistieron y me siguieron presionando y estresando. Al final no lo pude soportar más y me zafé de los brazos de Javi, me dirigí a Alicia con la intención de contarle todo lo que me hacía sentir, todo lo que la amaba, todo el sufrimiento que me causaba estar alejada de ella. Yo no podría estar más nerviosa, en ese momento mi cerebro ganó la batalla al corazón y le dije justamente todo lo contrario. Después de eso salí corriendo como la cobarde que era, ese mismo día no la volví a ver.

Los dos meses siguientes pasaron bastante lentos para mí, no había día en el que Alicia y yo no discutiésemos o nos mirásemos agresivamente. Aunque no me extrañaba que Alicia hubiera pasado de ser un corderito a un lobo, sí que me dolía mucho cada palabra que me decía. Sin duda alguna me lo tenía bien merecido. Desperté un sábado por la mañana bastante extraña, fui a desayunar como siempre a la cocina dónde ya estaban Antonio y Lucía. Cuando fui a pedir a Lucía si podía pasarme la mermelada en vez de llamarla ‘Lucía’ como hacía siempre, se me escapó ‘Mamá’. En ese mismo instante un terrible dolor de cabeza acudió a mí, cerré fuertemente los ojos y me llevé las manos a la cabeza. Ruidos, imágenes, fragmentos de conversaciones, sentimientos… Cuando el dolor pasó abrí mis ojos, estaba de rodillas en el suelo con las lágrimas cayéndome por la cara y a mis padres a mí lado con cara de preocupación. No hizo falta muchos segundos para darme cuenta de que los había recordado, y no solamente a ellos, había recuperado por completo mi memoria.

Cuando lo dije a mis padres, estos se miraron como si hubieran visto un fantasma, después me miraron a mí y me abrazaron con mucha fuerza, llorábamos de completa felicidad. No tenía ni idea de cómo había ocurrido, pero no tardé ni un segundo en llamar a Natalia y contarle todo, ella enseguida empezó a llorar y esa misma tarde quedamos en casa. Cuando llegó me miró y nos abrazamos, las dos acabamos llorando como una magdalena. Pasamos todo el día en familia, incluso con mis padres, estaban tan alegres que habían dejado de lado sus problemas con Natalia y me hicieron disfrutar de un día que hubiera deseado que no acabara jamás.

Al día siguiente llamé a los chicos, con éstos me refería a Sebas, que se había integrado no hacía mucho, Marta, Javi y Sergio. No quería llamar a Alicia ya que no quería escuchar su rechazo. Mientras los chicos venían me puse a pensar en lo que sentía. Había recordado a todos y eso conllevaba al cariño y afecto que tenía por cada uno, eso me llevó a una conclusión: Había estado o estaba enamorada de Sergio. Al pensar en él me embargaban los mismos sentimientos y sensaciones que cuando pensaba en Alicia. Eran iguales, pero tenía que admitir que no eran tan fuertes como los que sentía por ella. El timbre de la puerta me sacó de mis pensamientos. Fui a abrir y entraron todos. Los senté en el sofá y les pregunté si querían algo de beber, me contestaron que no hacía falta. Entonces les conté la gran noticia, todos se quedaron muy sorprendidos y cada uno fue abrazándome. Fuimos a dar una vuelta, pude notar que desde que había contado el motivo por el cual los había citado Sergio me miraba de una forma especial, y justo cuando íbamos a despedirnos caí en la cuenta de lo que era.

Yo: ¿Te acuerdas de lo que me dijiste en el hospital cuando nos quedamos solos?- le pregunté cuando se marcharon todos.

Sergio: No lo he olvidado en todo este tiempo- me contestó con los ojos brillantes.

Bajé la mirada y suspiré, estaba nerviosa.

Yo: Si recuperaba la memoria y sentía algo por ti me dijiste que te lo contase- dije mirándole a los ojos, el asintió- Bueno, pues, quería decirte que, sí siento algo por ti- suspiré aliviada.

La expresión de su rostro cambió inmediatamente, una sonrisa se dibujó en sus labios dejando ver sus blancos dientes y me abrazó dándome un beso en la cabeza.

Sergio: ¿Qué me quieres decir con esto?- me preguntó aun abrazado a mí.

Yo: Pues me gustaría que lo volviéramos a intentar- respondí.

Él se separó de mí y me cogió la cara entre sus manos.

Sergio: ¿Me estás pidiendo que sea tú novio?- me preguntó mirándome fijamente a los ojos.

Ese contacto visual con él me inquietó bastante.

Yo: Sí- afirmé sonriendo mientras ponía mis manos encima de las suyas que estaban en mi cara.

Me devolvió la sonrisa, se acercó lentamente a mí rozando nuestros labios. No se volvió a mover, esperó a que yo diera el último paso. No lo pensé mucho e hice desaparecer la distancia que separaban nuestros labios. Fue un beso lento y largo, cargado de pasión. Cuando nos separamos me sonrió.

Sergio: Te amo- dijo caminando hacia atrás.

No le respondí, tan solo le dediqué una sonrisa y esperé a que se marchara. Una duda me corroía por dentro. ¿Por qué no le había contestado?


¡Hola a todos! Tan solo queda un capítulo para el gran beso, quizás sea mala y no lo ponga en la siguiente entrega... Si decido hacer esto puedo declararme oficialmente muerta jajaja. Quería agradecer especialmente a :

Aurora la Diosa: Jumm, todos aquí me decís cosas feas como: ¡Qué se besen ya, o te mato! ¡Dios, que desesperante eres! ¡Mala persona (¬¬)! Y cosas por el estilo. Pues ahora me cabreo y no publico más, ale, ¡ahí os quedáis! Jajaja. ¿Si yo no hago que la gente quiera matarme sería yo? Por supuesto que no, eso lo sabes tú muy bien jajaja. No desesperes, el beso llegará en el siguiente capítulo, aunque tengo por seguro que cuando acabes de leerlo querrás matarme, ya verás jajaja. Si quieres venirte pa España bien recibida eres, tan solo si vienes con buenas intenciones, eh, no te me emociones. Espero que te haya gustado, ya me contarás. ¡Besos para México!

HombreFX: ¿Te está gustando Ainhoa o Alicia? Lo siento, pero tengo que decirte que ninguna de las dos están disponibles jajaja. Espero que te hayagustado, muchas gracias por comentar. ¡Un beso muy fuerte!

Gia: Si hubiera pedido un beso, la cosa no tendría gracia jajaja. Relax, relax, sé que euieres matar a todos, pero relax, cuenta hasta diez y respira hondo, que ya falta poco para el beso jejeje. Gracias por leer y comentar, espero que te haya gustado. ¡Besos desde España!

Labrys28: Seguramente haré que Alicia se quede soltera, pero eso será más adelante, ten paciencia. Espero que te haya gustado. ¡Saludos!

Yulianaspy: No desesperes mujer, que no es bueno para la salud. El beso ya está más cerca, pero siempre encontraré algo con lo que hacer que la gente no esté a gusto del todo jajaja. ¿De verdad crees que he superado a Mi Salvación? Yo creo que aún le queda, pero si lo dices será por algo, muchas gracias de todas formas. Espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Lizbeth4: ¿De verdad quieres que Alicia se busque a otra chica menos problemática? ¿De verdad lo quieres? Si es así, lo haré, pero ten cuidado con los demas usuarios, quizás quieran matarte ante la posibilidad de que la chica que le busque a Ali (que coincido en que es muy tierna y adorable xd) no la ame. Allá tú... jajaja. Espero que te haya gustado. ¡Besos!

Karina: Espero que te haya gustado, muchas gracias por leer. ¡Saludos!

Martin: Tranquilo, explicaré lo de la noche del accidente, tarde o temprano lo haré jajaja. Te adelanto quE no falta mucho. ¡Besos!

Yelyah: Espero que te haya gustado, gracias por las molestias. ¡Un beso!

Rocket8: Eres rara, todo el mundo odia a Ainhoa, ¿y tú la amas? Jajaja, espero que sea porque has sabido ver el gran lío mental que tiene la pobre. Lo que le hizo Sergio lo pondré más adelante, paciencia que no queda mucho. Espero que te haya gustado. ¡Un besazo!

Capricornio7: Sí, Alicia es más tierna que Ainhoa y a pesar de ser mayor, también es más inocente, eso te lo aseguro. Pero eso no quita que cuando se enfada no sea un tigre jajaja. Gracias por las molestias, espero que te haya gustado. ¡Un beso!

Damita: ¿Cómo puede tratar así a la linda pelirroja? Pues porque la pobre está hecha un lío. Yo, si fuera Ainhoa, ya me hubiera derretido ante tanta ternura jajaja. Si es que Alicia es un amor... No esperes tan ansiosa en capítulo 16, ¡que el estrés estresa mucho! Jajaja. ¡Besos desde España!

Muchas gracias a todos, por leer comentar y valorar. Tengo que decir que mientras leía los comentarios he estado desde el primero hasta el último con una sonrisa de maliciosidad en la cara jajaja. ¡Espero que os haya gustado!