Ayúdame a entender una situación

Quedando de espalda a este, ¡sintiendo como comienza a comerme el culo… mmmm!!... uuuffff!!, ayudándose con uno y dos dedos al introducirlo… ooohhh!!. Incorporándose, besando espalda, cuello y orejas al tiempo que caricia mi pecho… uuummm!!.

Ayúdame a entender una situación

No hace mucho un lector, me preguntaba en su email…

  • “¿En realidad eres hetero, o simplemente te gusta y te dejas hacer?”.

Sin llegar a responderle, vuelve a preguntarme y quizás ante las dudas que tiene actualmente a raíz…

  • “¿Me podrías ayudar a entender una situación?”.

No respondo, más por mi ignorancia a saber que le ha ocurrido, pero un nuevo email con rasgos de desesperación, me hace finalmente contestar…

  • “Me es difícil contestarte pues ni yo mismo sabría decir que me considero, me considero heterocurioso, pero no hace mucho te puedo decir que dicen que soy heteroflexible. Te podría sugerir esto último, ya que todo depende de la experiencia que hayas tenido y lo que sientas”.

No sabría explicarle, me siento hetero cuando estoy con una mujer… aunque cuando me la chupa, me viene a la cabeza el poderle confesar que yo las chupo mejor. No me siento atraído por los hombres, pero si es verdad que veo un cincuentón y mis ojos se clavan en su entrepierna, siendo muchos de ellos que me dicen…

  • “Se te nota que te van los rabos”.

Cuando en verdad no hago nada por evidenciarlo, considerándome heteroflexible a día de hoy pues mi juventud, digamos adolescencia podría decir que siento más curioso, podría encuadrarme en heterocurioso. Ya que en su momento cuando te inicias, buscan otras cosas, buscan que sea hetero, ya que les va chupármela aunque acaben por meterme sus dedos… uuummm!!.

Pero bueno dejando aparte estas cuestiones, voy a haceros participe de una experiencia que tuve, experiencia que hace unos años… bueno bastante, quizás haga ya al menos ocho o nueve años, estando en Ávila por trabajo, me dio por salir por las noches a cenar algo y ante las sugerencias de compañeros, acabar por acercarnos a algún local o pub de la zona. Cuya idea era la de tomar una copa y de paso buscar compañía, local que encontramos algunos, cuya copa inicialmente fue acompañada por el ritmo y la música. Entramos en locales cuya edad del personal podría decir que pasaban de la barrera de los cuarenta, dando por hecho que aquellos como nosotros, buscábamos una noche de ligoteo y ante el personal femenino que había, estas iban más con la intención de ligar a nosotros.

Mis dos compañeros encontraron con rapidez compañía, unas damas que rondaban los cincuenta y quizás algunos más, dama que se acercó alguna y que recline la oferta, no porque no quisiera compañía, pero soy de esos que en mujeres pongo a veces el listón alto, pues para mujer del montón… ‘tengo la mía en casa’ (lo siento, pero soy muy cabrón pa eso).

Creo recordar que me quede en el extremo de la barra, cuando se me acerco un cincuentón a pedir una copa al camarero, comenzando este a darme conversación. Comenzado precisamente una, persona que me hizo saber que había venido con su mujer a ese local, mujer que precisamente se había ido con uno de mis amigos al reservado. La verdad me dejo blando con la naturalidad que me lo dijo, pues no me creía que este hombre y con su edad, pudiera ser tan abierto hablando.

Él hombre llevado por la confianza quizás llevado a raíz por la confesión, mientras hablaba poso su mano en mi hombro, como un gesto amigable, comenzado a preguntarme cosas como…

  • “Tú no eres de aquí. ¿De dónde sois?”.

  • “Estáis por ocio o por trabajo”.

  • “¿Cuánto tiempo os quedareis?”.

En cada una de sus preguntas, tuvo su correspondiente respuesta, viéndonos interrumpido por su mujer y mi compañero, mujer que se acercó a su esposo y decirle algo al oído al tiempo que le daba un pikito. Mientras mi compañero, cogió y se me acerco a mí, diciéndome…

  • “Menuda hembra está esta echa, es una loba hambrienta de rabo, no deja de decirme que su marido es impotente”.

Rio y le dejo hablar, volviéndome a decir mi compañero…

  • “No te quedes aquí tío, no me seas tan fiel a tu mujer, búscate una tía de esta y le das rabo toda la noche, demuéstrale como nos gastamos los Sevillanos”.

Unas risas y acabaron marchándose, quedándonos solos los dos. Volviendo este a hablarme de su mujer, conversación que noto como su mano vuelve a mi hombro, notando como la desliza hasta posarse en mis nalgas. Mano que fui a apartarla pero cuando estés con fuerza entre mis glúteos… uuummm!!, como que me deje hacer… ooohhh!!. Soltándome este…

  • “No veas como la tengo… uuuffff!!, tócala… venga tócala”.

Mostrándome contraído y temeroso, siendo este mismo quien cogiendo mi mano la condujo hasta su entrepierna, ‘obligándome’ a magreársela y notando que este hombre impotente como que poco. Pero nada más soltar mi mano… acabe por retirarla, siendo el mismo quien poso la suya sobre mi miembro, palpando al principio para ser el mismo quien acabo por sacármela allí mismo. Intente evitarlo, pero sin poner mucho énfasis, soltando este…

  • “No te hagas ahora el estrecho coño, se te ve de lejos que tu busca polla más que un coño”.

Quedándome cortado ante las palabras de este, pues no pensé que al rehusar a aquella mujer hayan dado por hecho que debe de irme los hombres. De todas formas… ese cincuentón no dejo de magrearme mi miembro, no dejo de masturbarme allí mismo en esa esquina… uuuffff!!. No dejando de decirme…

  • “Tranquilízate… no te pongas nervioso, aquí no nos vera nadie y menos estando yo delante”.

Viendo mi intranquilidad, suelta mi miembro y me dice…

  • “Bueno como veo que no se te levanta, quizás te de otra cosa para que te entretengas y te tranquilice”.

Viendo como el tío coge y se saca allí mismo su polla, polla que para nada parece la de un impotente sino precisamente todo lo contrario, pues no era muy grande a pesar de sus diecisiete centímetro, pero sí que bastante gruesa… uuuffff!!. Empecé a masturbarlo mientras fingía conversar y tomar la copa, mientras él me sonreía y emitía su sonido de satisfacción, volviéndome a soltar…

  • “Te voy a confesar una cosa… soy el dueño del local”.

Le escuchaba, pero claro esta no le creía, dando por hecho que este fanfarrón estaba de farol a modo de llevarme al huerto. Volviéndome a soltar…

  • “Sabes… me estas poniendo malísimo, ¡estoy por vaciar el local y follarte sobre la barra… uuummm!!”.

Cogiendo y dándole por rozar mis pezones con sus dedos, notando el estado de estos, volviéndome a soltar…

  • “Uuuffff!!, como estas… tío, no sé cómo me contengo… uuummm!!, como me gustaría abrirte la camisa y comerte tus duros pezones… mmmm!!”.

No dejo de pajearlo, bien despacio y disfrutando ambos, no dejando de decirme alguna lindura o proposición. Volviéndome a preguntar…

  • “¿Te gusta besar?”.

Contestándole…

  • “No… la verdad, quizás en algún momento, pero todo depende de la situación”.

Volviendo este a decir…

  • “Pero te gustara que te coman a beso todo el cuerpo, como tu darlo”.

Respondiendo…

  • “Sí… claro”.

Su polla estaba para hincarme de rodillas y ponerme a tragar, viendo este como mis ojos estaban clavadas precisamente en su pollon. Vuelve a preguntarme…

  • “Te gusta mamar o ser follado, o prefieres ambas cosas”.

Mirándole con deseo, acabo respondiéndole…

  • “Ambas cosas, ¡pero hago lo que quieras… uuummm!!”.

Sonrie y tomando mi mano, me hace que vaya más despacio y que llegue hasta sus genitales. Soltándome…

  • “Que suerte la mía, un tío que además de guapo… tiene un buen culo y además es pasivo y parece que sumiso, ¡eso me gusta… uuuffff!!... me voy a poner las botas… uuummm!!”.

Vuelve a sonreír al tiempo que me da unas indicaciones y dice…

  • “Te voy a confesar una cosa, mira hacia aquella esquina, vez a esos tres hombres, pues antes de venir no estábamos haciendo una apuesta los cuatro que esta noche tu caías con alguno”.

Replicando…

  • “Tú en un momento dado y no me refiero a esta noche… ya que te quiero solo para mí, te atreverías a estar con los cuatro al mismo tiempo”.

Contestándole…

  • “No se… ya veríamos”.

Momento en que una chica de dentro de la barra se nos acerca, refiriéndose a este como ‘Don’ y decirle…

  • “El reservado seis esta ya preparado, puede entrar usted cuando desee”.

Fue irse esta y el cincuentón tomarme por la cintura a modo de que caminara, conduciéndome hacia uno de estos reservados que estaba este en particular en el interior de una habitación. Cuyos muebles había un sofá al estilo con cheslón, una mesita con dos sillones y una especie de mini bar, donde pude ver una serie de cosas en el interior de una bandeja que me dejaron que no soy el primero en entrar. Fue cerrar la puerta, y soltarme…

  • “Siéntate”.

Cosa que obedecí, acercándose este al tiempo que se bajaba la cremallera del pantalón, hurgar un poco hasta acabar por sacársela, rodear mi nuca con su mano izquierda y presionar al tiempo que sujetaba su miembro con la derecha. Deslizándola primero por mis labios, ¡introduciéndome su glande y dedicarme un rato a este… ooohhh!!, lamiendo y chupando su capillo, mientras este masajeaba mi nuca. Soltando eso de…

  • “Joder que bien la chupas cabrón… ooohhh!!”.

Empujando mi cabeza a modo de que me la pudiera tragar en su totalidad, cosa que hice muy a duras penas, trague poco a poco hasta que con arcadas y nauseas me topé con sus genitales… aaahhh!!. Soltando…

  • “Ostias como la chupas… aaahhh!!, no pares… traga… aaahhh!!”.

No para… pero por el rabillo del ojo, veo como el comienza a desnudarse, comenzando por la camisa y continuando por el cinturón, mientras yo me dedico a desabotonar los botones de mi camisa, acabando y quitármela. Soltando este el botón de su pantalón, tirando de este hacia abajo y con este se lleva sus calzoncillos, ¡comenzando a pellizcar mis pezones… uuummm!!, sintiendo sus dedos húmedos… quizás impregnados en saliva, mientras yo no dejo de tragar y el a su vez de gemir, jadear e insultarme… ooohhh!!.

Me hace detenerme… para descalzarse y quitarse pantalones y calzoncillos, haciendo yo lo mismo mientras este se acerca a la barra de ese minibar, viendo como coge una especie de cañita pequeña y esnifa algo… acabando por ofrecerme. Tras rehusar esto, me ofrece Popper… cosa que si con gusto cojo. Acercándose no deja de mirarme sonriente, acercando sus labios a los míos y yo rehusándolos, ¡conduciendo este sus labios a mis orejas… uuummm!!, continuando por cuello y hombros mientras me acaricia, ya sea espalda como vientre, pecho o nalgas… uuummm!!.

Acabando por girarme, ¡quedando de espalda a este y sentir como comienza a comerme el culo… aaahhh!!... mmmm!!... aaahhh!!... uuuffff!!, ayudándose con uno y dos dedos al introducirlo… ooohhh!!. Incorporándose, besando cuello y orejas al tiempo que caricia mi pecho… uuummm!!, aprovechando por girar mi rostro y comerme la boca, no poniendo mucha objeción… uuummm!!. Sintiendo su tronco ajustarse entre mis glúteos, ¡sintiendo su glande en mi orificio anal… uuummm!!, notando como presiona y al tiempo que echo mi trasero hacia atrás, siento con dolor y al mismo tiempo placer como me entra su capullo… ooohhh!!.

Creyendo que me iba a penetrar… da por sacármela, viendo cómo se tiende en el sofá y abierto de piernas, me hace saber que se la chupe nuevamente, cosa que hago sin decir nada. No sin antes de volvérmela a tragar… cojo y le doy otro esnifamiento al popper, trago hasta los genitales al tiempo que magreo sus testículos, saco su polla de mi boca para dedicarme a comerme y saborear sus genitales, lamiendo y chupando su perineo… ooohhh!!. Todo esto mientras este no deja de gemir, jadear y sollozar, pero eso si… sin dejar de soltar obscenidades. Soltándome…

  • “Como sigas así, ¡me voy a correr en tu boca y vas a tragar… eeehhh!!”.

Fue separarme de malas maneras y hacerme tender en el sofá, colocándome de manera que quede con el trasero hacia él, colocando su polla y de una sola embestida me la mete más de la mitad, pegando yo un sonoro grito al tiempo que suelta el otro, otro que es más un gemido… aaahhh!!. Pero eso sí… y bien que lo recuerdo, cuando en esos precisos momentos, coge y se abre la puerta, apareciendo la chica de la barra y preguntar…

  • “Le ocurre algo ‘Don…’”.

Qué vergüenza que sentí… Dios mío, mi erección la perdí nuevamente ante aquello, sentí bochorno. Este pegando un grito a está, soltó…

  • “Coño… esa puerta que nos van a ver todos, cierra y márchate o si quieres… quédate, pero por Dios cierra esa maldita puerta”.

Fue cerrarse la puerta y una nueva embestida me dio… aaahhh!!, me estuvo penetrando con fuerza… ooohhh!!, llegándome e incluso a tirar de mis pelos hacia él… aaahhh!!. No dejándome de insultar mientras me hacía besarle, pellizcando mis pezones o tirando de ellos… aaahhh!!, no dejándome de decir que me iba a preñar… uuuffff!!.

Me estaba destrozando… me estaba partiendo en dos, como me penetraba… como me follaba… aaahhh!!. ¡Me insultaba y me menospreciaba sin dejar de penetrarme… ooohhh!!, llegándome a escupir en la espalda y con su mano lo esparcía por mi espalda… uuummm!!. Soltándome…

  • “Esta noche vuelves a tu hotel cojeando, preñado y con el culo abierto, pero si quieres te quedas aquí descansando, ¡así cuando vuelva por la mañana te vuelvo a follar… uuuffff!!”.

Oferta tentadora… pero tuve que declinar más por mis compañeros, pues mi ausencia podría levantar quizás habladuría, por no hablar de la camarera… cosa que el mismo me aseguro que no. Acabando por ofrecérmela si tenía ganas y fuerza, camarera que me la podría follar pero que quizás acabara follado por ella misma, pues le iba dominar en la cama a los hombres… uuummm!!. Estba pensando en que quería decir eso referente a la camarera, cuando dos gritos y la violencia al cogerme por las caderas y embestirme, me hizo pensar y con efectividad que se venía, sacándola de mí y sentir varios chorros en mi espalda… uuummm!!. ¡Volviendo a sentirla como me la volvía a meter… ooohhh!!. Estuvimos cerca de dos horas, ignoro si su virilidad era natural suya o de aquello que se esnifaba, pero que puedo asegurar que le daba un aguante de órdago, dejándome mi agujero bastante abierto… uuummm!!.

Recuerdo que cuando salí, aquella camarera llamando mi atención, me dijo…

  • “Adiós corazón… cuando quieras conmigo, me avisas”.

Me marche dolorido de un local que estaba ya vacío, quedando solo el personal limpiando aquello, me marche dolorido que apenas podía caminar, acabando por coger un taxi que me llevara al hotel. Donde tuve la suerte que no me sintieron llegar, también es verdad es que cuando por la mañana nos vimos, ambos me confesaron que pasaron la noche en casas ajenas. Contándonos las batallitas, claro está las suyas reales y la mías fingidas, pues en el caso de la mía… la ‘hembra’ era yo, pues mi macho me dio guerra para mucho.

Pero bien recuerdo que, en mi segunda noche, si es cierto que fui yo quien le fui a buscar, como si no hubiera salido satisfecho y lo cierto es que parecía que me esperaba, pues nada más llegar me llevo al reservado. Son cosas que recuerdas no por como paso sino por cómo se originó, pues hay detalles o causas que te dejan mella esa experiencia, anécdotas que te dejan un buen recuerdo. Como aquella que nada más entrar en el reservado, coge el cincuentón y me da una capucha de esas de BDSM, una de esa que te cubre la cabeza completamente y deja la boca libre, cuyos ojos están ocultos, pero puedes ver perfectamente. Es nada más ponérmela y soltarme…

  • “No perdamos el tiempo, desnúdate”.

Y cojo y comienzo a desvestirme, abriéndose la puerta y entrando tres hombres, cuyas edades comprenden con la del cincuentón, bueno uno parecía mucho más mayor. Siendo precisamente este el que pregunta…

  • “Sabe comer pollas”.

Saliendo el cincuentón a responderle…

  • “Si sabe comer pollas… estarás de coña, no te imaginas come las comes… más habilidad que una tía, a la muy cabrona le encanta comer pollas y vas a ser el primero en comprobarlo”.

Cogió y sin decir nada más, comenzó a desabotonarse el botón del pantalón, bajarse la cremallera y tras bajar los calzoncillos, saco del interior un pedazo de pollón. No me lo podía ni creer, pensé… “suerte la mía que es menos gruesa que la del cincuentón”. cogió este finalmente y tras colocarse frente a mí con su polla en mano, me soltó…

  • “Cuando quieras tú, puedes comenzar y demostrar lo que dicen de ti”.

Cogí y tras colocarme en cuclillas, comencé por lamérsela, ¡haciendo hincapié en su glande y genitales sin dejar de pajeársela… uuummm!!, viendo como los otros dos conversaba con el cincuentón, cayendo en la cuenta que en verdad no conozco sus nombres. Chupar su glande y comenzar a introducírmela, poco a poco hasta tragar su totalidad, tendría el viejo unos veintiún centímetros o un poco más, sientes arcadas y más aún cuando pasa de las amígdalas. Este sonríe y toma mi cabeza con ambas manos, comenzando de forma violenta a emular la penetración, convirtiéndose las arcadas en nauseas. Soltando este entre gemidos y suspiros…

  • “Joder… pues sí que es verdad, como traga la maricona”.

Ríen y veo como se acercan hacia nosotros, colocándose ambos a mi lado, uno detrás y el otro a mi vera, siendo este precisamente el que comienza a pajearme, mientras el que esa detrás comienza a untar mi orificio con algo viscoso… uuummm!!. Viendo como no pierden el tiempo, como con estos tres van al trapo, como trago… qué coño trago si me están follando la boca, mientras me pajean y me masturban… ooohhh!!.

Mientras el tercero, ¡está dedicándose a dilatarme… ooohhh!!, dedeándome con uno de sus dedos… uuummm!!, pasando a ser dos en minutos y poco después son tres… aaahhh!!. Pues he llegado a escuchar, ¡que estos desean follarme de forma simultanea dos al mismo tiempo… ooohhh!!, no dejando de escuchar a uno eso de preñarme mientras otro dice…

  • “No tíos… hay que usar protección”.

Momentos en que sientes y de forma traicionera como me la introduce, notando como este tiene una polla normalita, midiéndole unos dieciséis centímetros y poco más… aaahhh!!. Escuchaba a este decir…

  • “Menudo culito de puta que tiene, está bien duro y muy bien puesto, este con peluca, pintada, zapatos y vestida pasa por una puta… os lo digo de verdad”.

Acto seguido, franquearon al viejo el cincuentón y el que me la estaba pajeando, colocándome estos sus pollas delante y que se me ocurrió agarrar ambas con mis manos, acercándomelas a mi cara. Gesto que sacándome la polla del viejo a pesar de su malestar, me dedique también a hacer disfrutar un poco a estos, mientras continuaba siendo penetrado… ooohhh!!.

La noche se me hizo muy larga, tanto que la pasamos allí en ese reservado, juraría y lo digo ahora a pesar de los años pasado, que allí rulo el viagra entre estos pues el popper y otra cosa me dieron a mí que me pusieron como una moto. El cincuentón y otro no dejaron de esnifarse, cosa que vi muy mal pues no estaba yo para muchos trotes, para no alargarme demasiado más diré que preñado acabe por tres de ellos, borracho de sus corridas claramente por los cuatro. Y los cuatro por turnos de dos me penetraron al mismo tiempo, mientras comía las pollas de los otros, finalmente acabas destrozado, acabas por no querer irme al hotel y pase lo que quedaba de la mañana allí.

Mis compañeros se extrañaron de mi ausencia, saliendo al paso por mí la camarera, asegurando a estos que había pasado la noche con ella, echándome un capote por decirlo de algún modo. Mientras en otra ocasión, me tocaría a mí echarle otro tipo de capote, cosa que no fue precisamente como me imagine, pero bueno, viendo que se me ha alargado demasiado e incluso acortando mi orgía con esos cuatro maduros. Muy a mi pesar os debo dejar, espero que les haya gustado y que hayáis disfrutado, espero vuestros comentarios, ya sea animándome a continuar, como críticas. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).