Ayuda materna 8

Me recibió cerrando y poniéndome de espaldas contra la puerta, me besó ansiosa, metió su lengua en mi de inmediato y me exploró toda....

AYUDA MATERNA 8

Quiero agradecer a todos los lectores que me han contactado para continuar con mi historia, espero que la disfruten y se diviertan, así que a nombre de sus amables peticiones continuaré relatándoles mis vivencias. Poniendo a su conocimiento que es lo que he vivido, no puedo hacerlo mas emocionante o excitante pues me saldría de la realidad y contaría cosas ficticias, no deseo hacer eso y así que me prometí contar solo lo verdadero y solo eso les daré.

Los días pasaron con rapidez, sin darme cuenta ya habíamos cumplido dos meses y días de haber regresado al puerto, Juliana se había instalado en un cómodo y lujoso departamento cercano a mi casa, nuestras sesiones continuaban a diario según lo planeado, yo no había faltado a ninguna de nuestras citas, nuestros senos estaban aumentando su volumen lentamente pero de una manera constante, nuestros pezones crecían en todas direcciones y las areolas se habían aumentado su superficie. Por lo regular después de mamarnos mutuamente terminábamos excitadas y la mayoría de las veces cogíamos, solo cuando yo tenía alguna ocupación pendiente dejábamos de hacerlo.

Fito y yo no habíamos vuelto a tener oportunidad de estar a solas, y por precaución no hacíamos nada que pudiera delatarnos o ser sorprendidos en alguna indiscreción, así que actuábamos tan solo como madre e hijo normales, nadie sospechaba nada, ni siquiera mi hermana Juliana sabia lo de mi hijo, a pesar de que Fito asistía con ella los fines de semana para estudiar inglés, pero él tampoco conocía lo que teníamos July y yo, pues nunca coincidíamos y no había riesgo de ser sorprendidas por él. (Antes de seguir quiero aclarar al lector que a mis hermanas las llamábamos de cariño como July y Yuli, pronunciándose tal y como se escriben en español)

Así llevaba yo mis secretos, tampoco Arturo no sabía nada de mis actividades y ni siquiera las sospechaba, ya que siempre me encontraba dispuesta a tener una deliciosa sesión de buen sexo con él, de momento yo estaba segura que él no tenía ninguna relación con otra mujer, pues me cogía a diario y eso a la vez me mantenía con bastante tranquilidad en mi líbido, como para aventurarme y arriesgarme a buscar sexo con mi hijo.

Solo había algo que me contrariaba y mucho, el recuerdo del video que vi en la caja de Fito, no podía apartarlo de mi mente y aunque lo había visto ya algunas veces más, no me era posible creerlo, jamás lo hubiera imaginado y si alguien me lo contara, no iba a creerlo nunca. Tal vez lo creería de cada uno por separado, pero juntos los dos, jamás.

Yo sentía la urgencia de hablarlo con alguien, pero ¿Con quién podría yo platicarlo? Era demasiado delicado, definitivamente con Fito no iba a hacerlo aun, lo haría mas adelante cuando pudiéramos tener tiempo para nosotros solos, amarnos y cogernos y posiblemente ahí, interrogarlo acerca de esa relación. Con Juliana tampoco podría, pues no sabría cómo justificar mi intromisión en esa relación sexual de mi hijo, tendría mucho por explicar y conociendo a Juliana, no iba a detenerse hasta conocer todo lo sucedido. Lo más prudente para mí era esperar el momento propicio, pues este, tarde o temprano, se iba a presentar. Por lo pronto me dirigía en mi auto al departamento de July. Ella ya me esperaba pues ni siquiera me dio tiempo de llamar a su puerta, abrió justo en el momento de acercarme.

Me quedé sin respiración, se veía bellísima, sensual, su rubio pelo alborotado, cuidadosamente descuidado, vestía solo una batita casual, corta de seda, que se pegaba a su cuerpo, a través de la delgada y fina tela se notaban sus pezones totalmente erectos, y la redondez de sus grandes senos, su cintura se marcaba con el cinto también de seda pero en color marrón, sus caderas apenas estaban cubiertas por el faldoncito de la bata que caía sobre ellas denunciando su redondez un poquito debajo de su pelvis y del contorno inferior de sus nalgas.

Me recibió cerrando y poniéndome de espaldas contra la puerta, me besó ansiosa, metió su lengua en mi de inmediato y me exploró toda la boca mientras yo se la chupaba y sentía como mi vagina vertía en mi canal todo el néctar almacenado en mis entrañas, sentí la viscosidad tibia en mi túnel, que con cada movimiento provocaba la salida de mis fluidos, mojando ya mis labios vaginales, mis manos buscaron ávidas sus senos, sintiendo en mis palmas la dureza de sus enormes pezones, que semejaban piedras de tan duros que los tenía, oprimí ansiosa sus senos y pezones, sentí en mi cuerpo su estremecimiento, mientras ella me tomaba el rostro entre sus manos y no cesaba de besarme y de hurgar con su lengua mi boca, respiraba escandalosamente por su nariz, jalando aire precipitadamente, sin despegar su boca de la mía, yo devolvía el beso con la misma intensidad hasta que mis brazos rodearon su espalda, subiendo y descendiendo desde la cabeza hasta sus macizas nalgas desnudas, acariciándola cada vez con más frenesí.

Me tomó por los hombros y se abocó a mi cuello, besando, lamiendo, chupando y mordiendo, su énfasis era frenético, pocas veces la recordaba así de ansiosa, pero cuando eso ocurría me hacía gozar sin límites, me succionaba intensamente pero cuidaba de no marcarme, yo gozaba a más no poder, ansiosa me sacó la blusa de un tirón por arriba de mi cabeza, en menos de lo que me di cuenta, mis senos estaban por fuera del minúsculo brasier, solo lo jaló hacia abajo y brotaron orgullosos con mis pezones erectos y anhelantes de ser mamados con lujuria, los cogió firmes con sus manos crispadas por el deseo, era tal su ímpetu que llegó a lastimarme un proco con sus estrujadas, pero el placer era tanto que no objeté en absoluto y por mas, sentí también placer en esos apretones inconscientes de mi hermana, su boca resbaló hasta mi pezón izquierdo y experimenté una fuerte succión como pocas veces me había mamado ella, claramente percibí como mi pezón se alargaba al máximo y llegaba casi a su garganta, pues July metió lo mas que pudo de mi teta en su boca, fue resbalándola hacia fuera pero se prendió firme de mi pezón, lo mamó deliciosamente ahí me tenía semidesnuda, con la espalda apoyada en la puerta y mi pelvis meciéndose y frotándose contra ella, con nuestros muslos empiernándose y liberándose al cambiar de posiciones, me sentí como la novia que es disfrutada por su novio contra la pared de un oscuro rincón.

July pasaba de una teta a la otra y en ocasiones unía mis pezones y los mamaba ansiosa juntándolos como si fueran uno solo, yo gemía alocada, entregada a las lascivas caricias de Juliana, me estaba casi violando, sin que yo pusiera resistencia alguna, me dejaba dócil hacer lo que ella deseara, al fin de cuentas me hacia disfrutar el papel de sumisa, permitiéndole todos sus excesos en mí, yo solo gemía y me quejaba débilmente cuando llegaba a lastimarme. Tal como fue cuando apartó mi braga y metió en mi dos de sus dedos en un solo envite, sentí como mi vagina se abrió de golpe para recibir casi toda su mano en mí. Ahí me frotó con lujuria enfermiza, sus ojos estaban desorbitados de placer, su boca abierta chupando y besando mis senos o mis axilas. Metió un tercer dedo en mi y en menos de lo imaginado me hizo venirme, fue un orgasmo escandaloso, las dos gritamos mientras me venía, y por un momento pensé que también se venía ella, sus dedos salieron de mi vagina completamente mojados, en mi viscoso néctar, me miró con sensualidad irresistible, y sin apartar sus ojos de los míos, la vi introducir sus dedos mojados de mi en su boca, chupándolos y lamiéndolos por completo, los sacó de su boca con un fruncido de sus labios y me los ofreció para seguí chupándolos, sentí mi sabor en ellos, mi lascivia no había terminado a pesar del intenso orgasmo, y la de ella aun menos.

Me tendió boca arriba ahí en el piso con las tetas desnudas la falda arremangada y las bragas desacomodadas, exponiendo parte de mi vulva, se montó en mi y poniéndose en cuatro patas, bajó su cara y continuó besándome apasionadamente, con la misma urgencia, sentí sus piernas moverse a mis costados, y sus rodillas avanzaban hacia mi cabeza, separó su boca de la mía con un sonoro chasquido y se acomodó en mi cara, con sus muslos gruesos y torneados a los lados de mi cabeza y guiando su vulva frente a mi cara.

La vulva se me acercaba y la vi abriéndose excitada sobre mi cara, su olor fuerte me llegó a la nariz, me hizo enloquecer, estaba ansiosa por saborearla, vi su humedad dentro de su canal rosado, donde se formaban transparentes hilos de su viscoso flujo vaginal, de un color dorado translucido, lentamente se fue sentando sobre mi cara acomodando su vulva sobre mi boca, yo sacaba ansiosa mi lengua para recibirla a lamidas fuertes y pesadas, amplias para abarcar lo más posible de esa boca vaginal que se me estaba ofreciendo para ser calmada en su ardiente necesidad de placer y lujuria, mi lengua la contactó invadiéndose del fuerte sabor que tenía ese día mi hermana, de por si su sabor y olor era más intenso que el mío pero igual de delicioso en su misma intensidad, por fin mi lengua la recibía a sus anchas lamiendo, penetrándola, saboreándola, su cuerpo se estremecía por la intensa sensibilidad que la embargaba, estaba tensa como cuerda, un solo toque la hacía vibrar toda arrancando sus gemidos quejosos, y anhelantes.

Se apoyó en mi sin ahogarme, con la distancia y la posición adecuadas que conocíamos después de tantas horas de entregarnos de esa y mil maneras más, montada sobre mi cara se separaba los labios para dejarme entrar más en ella, metí mi dedo en ella y mientras me prendía de su clítoris entre mis labios mamándolo como un pequeño pezón masculino, succionándolo rabiosa haciéndola estremecer y bramar de placer, mis mejillas se hundían en mi cara por la intensidad de mi mamada, july apoyó las palmas de sus manos en el piso y se meneaba frenética sobre mi cabeza. En mis labios sentía los espasmos de su clítoris al latir golpeando y cabeceando de cuando en cuando, reaccionando excitado a la estimulación a la que lo sometía con mi boca, eran latidos fuertes que sacudían a mi hermana poniéndola rígida al sobrevenirse una y otra vez, espaciados pero constantes, sus caderas se movieron más rápido me estaba cogiendo, mi dedo frotó inclemente su G, ella bufaba de ansias, no resistía mas gritaba, resoplaba pedía piedad y suplicaba por mas y mas caricias, yo la obedecía ciega, me sentía sudorosa mi vagina era una laguna, mis senos se sacudían temblorosos, como grandes gelatinas pesadas, coronadas por cerezas enormes de color marrón claro.

Su ritmo era por demás acelerado su presión en mi cara aumentó, pero sin asfixiarme, mis labios tenían atrapado su clítoris y lo succionaba ansiosa, sedienta de su néctar, emitió un profundo gruñido que vibró en todo su cuerpo, se paralizó momentáneamente y el gruñido cambio a un desgarrado rugido agudo que fue el preámbulo apenas anticipado de un orgasmo espectacular, su pelvis se sacudió en espasmos y su vagina se desbordó en un río eyaculado en mi cara que casi me ahoga, baño toda mi cabeza y yo traté de beberme lo más posible de su liquido que brotaba a borbotones en mi boca, cerré mi garganta para no ahogarme con tanta cantidad de fluido que manaba de mi hermanita.

Los espasmos la acometían sus piernas se sacudían se dejó desvanecer a mi lado con el cuerpo temblando, aparté su pierna mojada de mi torso, y la abracé besándola amorosa en su pubis con mi cara mojada, ella me respondió sonriente acariciando mi cara, pero sin habla, aun tenía en su cuerpo la intensa sensación de su tremendo orgasmo, poco a poco su cuerpo dejaba de temblar y sacudirse, ella me abrazaba y acomodaba su cuerpo frente a mi agradecida, satisfecha y sonriente. Se veía feliz, me besaba enamorada y cariñosa, acariciaba mi cara tocando los restos de su jugo eyaculado en mí, me lamía la cara limpiándola de su flujo, saboreándose a sí misma en mi piel. Quedamos acostadas sobre el piso besándonos.

  • Que recibimiento tan delicioso —le dije entre besos con chasquidos de nuestras bocas— ¿A qué se debe que estuvieras así?

  • Mmm, alguien me puso así, pero por el momento es un secreto —me dijo sonriendo coqueta— pronto te lo diré.

  • Ahhh, bueno está bien —acepté frunciendo el seño—pero que sea muy pronto ¿De acuerdo?

  • Si amor —respondió traviesa, besándome largo— pero vamos a asearnos.

  • Bien pero tendrás que prestarme ropa, la mía está muy mojada —le dije levantándome mientras le mostraba riendo las prendas mojadas .

  • Bueno pero levántame aun me tiemblan las piernas —dijo extendiendo sus brazos hacia mi— me acabaste

  • Tú me sedujiste —alegué sonriendo mientras acariciaba su hombro— ya estabas así de caliente cuando yo llegué, pero anda vamos a ducharnos me dejaste toda mojada.

Entramos a la ducha riendo y jugueteando como niñas, ahí no acariciamos y nos besamos los cuerpos, yo atrapé su pezón entre mis dientes y lo mordí suave jalándolo un poco, ella gimió y me respondió con la misma caricia, sentía que esa vez iba a ser una sesión de sexo muy larga. July estaba contenta, yo había deducido que ya tenía a alguien con quien acompañarse, y me daba gusto por ella, pues le hacía falta convivir con gente, que la abstrajera de su trabajo, de su divorcio y de nuestras actividades secretas. Salimos y nos secamos una a la otra como siempre que estábamos solas, era para nosotras un autentico signo de intimidad y pertenencia.

Fuimos correteando directo a su recámara, las dos desnudas, felices y satisfechas, habíamos invertido el orden de nuestra rutina, esa vez primero cogimos y ya relajadas nos dispusimos a amamantarnos en su cama, tal y como lo hacíamos la mayoría de las veces por si alguien pudiera llegar nos daba tiempo de vestirnos, afortunadamente hasta ese día no habíamos sido interrumpidas nunca, y estábamos seguras de que seguiríamos así.

  • Ven toma tu primero —me dijo Juliana sentándose apoyando la espalda en la cabecera de la cama, dándose masaje en sus hermosos senos, se veía tan seductora al hacerlo que me volví a excitar— tómame así, ven con mami a comer tetita.

  • Te ves preciosa July, me encanta verte así —le dije enamorada— te voy a comer muy deliciosamente.

  • Si mi nenita, comete a mami, anda —dijo ella tomando sus senos con sus manos levantándolos para ofrecérmelos— recuéstate aquí.

Me recosté en su regazo y July me acunó con sus brazos, guiando con su mano el hermoso seno con su pezón grande y erecto para que yo se lo mamara, tiernamente me acomodó sobre sus piernas y con su mano libre tomó mi pezón entre sus dedos para darle un delicioso y enloquecedor masaje, preparándome y estimulando mi seno para mamarme y ayudarme a producir la tan esperada leche.

Me acomodé y recibí el delicioso pezón en mi boca, succionando suave y acariciante, haciendo que mi hermana se pusiera con su piel erizada por la placentera sensación, gimió y suspiró de deleite, pellizcó con algo de fuerza mi pezón pues sabe que eso me agrada al igual que las mordiditas en él cuando estoy muy excitada, me movió en círculos el pezón girándolo al mismo tiempo hacia un lado y hacia el otro enviando a mi cuerpo las señales de excitación, mientras le mamaba también gemía y me quejaba de gozo, mis manos buscaron mi pubis y me acaricié mientras mi hermana se encargaba de mis senos. De pronto oí su voz hablándome cálidamente.

  • Te he notado muy pensativa desde hace tiempo Naty —me dijo con voz sensual y envolvente, que aunada a las sensaciones que me producían sus manos y su pezón, me llenaron de agitación en mi pecho— He esperado a que tú me digas que te pasa y te preocupa tanto, pero no haces el intento de contarme nada,

  • No es nada July, son cosas sin importancia de la familia, los chicos y Arturo —dije mintiendo mal, pues bien sabía que mi hermana no me creería, me sentía en sus manos, nerviosa pues en realidad no quería contarle nada, porque ella no pararía en preguntar y exigir que le dijera toda la verdad.— ya sabes lo mismo de siempre.

  • Ay Naty, a otra con ese cuento —me dijo sonriente y convencedora— sabes que te conozco mejor que tu, nunca me vas a poder esconder nada, ya dime qué te pasa o dejamos de mamarnos. Y nos quedamos a medias.

  • No serias capaz de hacerlo —la mordí traviesamente en el pezón, haciéndola gritar adolorida— te lo arranco.

  • Ayyyyy, me mordiste fuerte, toma —me dijo mientras pellizcaba con fuerza mi pezón con sus dedos, produciéndome una punzadita dolorosa— anda dime o no hay mas chiche ni mas mamadas para ti.

  • No seas mala mi reina, ¿Qué quieres que te diga? —alegué a sabiendas de que era inútil hacerlo, ya July se había decidido a saber lo que me pasaba y no iba a poder engañarla— en verdad no es nada grave, son cosas de rutina y no te lo he contado por no cansarte con algo que realmente no importa.

  • Mira Natalia, si eso fuera ya lo habrías solucionado y si en verdad no tuviera importancia ya me lo hubieras comentado —me repicó demostrándome lo tanto que me conocía— así que ya dime por favor ¿O ya no confías en mi?

  • Claro que si confió en ti mi amor —dije soltando un instante su pezón— es que en realidad no sé ni como decirlo.

  • Pues es simple —dijo Juliana sobando mi seno en círculos delicados y excitantes— no le des más vueltas por muy difícil que sea tiene un principio y un fin, solo empieza por el principio.

  • Bien, sé que no me vas a dejar en paz hasta que te lo diga —le contesté soltando su pezón en definitiva y recostándome bien en sus piernas pasando mi brazo por detrás de mi cabeza— se trata de Fito.

  • ¿Qué hay con él? —preguntó July interesada— ¿ha hecho algo indebido?

  • Mmm pues, si —contesté en pausas— bueno depende de cómo sea visto.

  • Ahh pues no entiendo bien —respondió July amasando mi seno, pero noté cierta tensión en ella— ¿Qué es lo que hizo?

  • Ay July, no es nada sencillo —dije suspirando profundamente y poniendo mi mano sobra la suya que acariciaba mi seno— te lo diré pero no me harás más preguntas ¿De acuerdo?

  • ¿Naty? Soy yo, tu hermana —me dijo riendo burlona— sabes que no te voy a prometer eso, y me vas a tener que decir todo. Ahora dime que hizo mi ahijado.

  • Pues bien, por el principio —le contesté pensativa en cómo iba a cubrir que Fito y yo somos amantes— la otra vez entré a acomodar el cuarto de Fito, y descubrí unas películas, como estaba aburrida las llevé a mi recámara, puse una a una para encontrar algo que me gustara, entonces vi el inicio de una diferente. Vi una verga erecta, y la curiosidad me ganó, quise saber lo que veía mi hijo, y mi sorpresa fue que era él desnudo, con el pene parado enfocando la cámara para tomar un video.

  • ¿Cómo? —preguntó July mientras su mano se detenía y se ponía rígida sobre mi teta—

  • Así me quedé yo al verlo —dije notando el asombro de July— puso la cámara de tal modo que se viera bien la pareja, pero no hizo falta ver la cara, sé perfectamente quien es esa persona.

Volví mis ojos para mirar a July y noté su rostro pálido, su respiración agitada mirándome con sorpresa.

  • ¿Te pasa algo hermanita? —dije con voz preocupada comprendiendo su angustia— entiendo que te pongas así, yo misma tuve esa reacción al ver todo el video y darme cuenta de las actividades de Fito, ya no es un niñito, ha crecido.

  • Entonces ¿Viste con quien estaba? —preguntó Juliana casi sin voz— ¿Reconociste a la pareja?

  • Claro que vi quien era, la conozco bien y reconocí su voz —dije asombrada por la reacción de July, pensé que se pondría mal por contarle lo que había descubierto— y tú también la conoces perfectamente.

  • ¿Yo, pero cómo? —preguntó muy sorprendida, mirándome nerviosa— ¿Quién es, ya dímelo

  • Dime qué te pasa July —le pedí realmente preocupada por ella pues estaba muy pálida— ¿Te sientes mal?

  • No Naty no me siento mal, me sorprendiste con esa noticia de Fito —dijo respirando hondo, para llenar sus pulmones y darse un tiempo para continuar— sabes que lo quiero mucho y no me gustaría que nada malo le pase.

  • Si, July lo sé y por eso no te había querido decir antes, no sabía cómo podría enfrentarte para decírtelo —mentí pero esta vez sin consecuencia— nunca pensé que a Fito se le acercara esa persona y lo sedujera hasta cogérselo.

  • ¿Cómo dices, se lo cogió? —gritó angustiada por mis palabras— ¿Quién fue? Dime ya por favor, ¿Acaso fue otro hombre, fue Arturo?

Sus preguntas y su reacción me hicieron temer por ella y al mismo tiempo encendieron luces de alarma en mi mente, ¿Acaso Juliana conocía algo de Arturo y Fito que yo desconocía?, me quedé muda, impactada por su comentario, nunca había pensado siquiera en algo semejante, me prometí revisar todos los discos de mi hijo detenidamente sin descartar uno solo. Después de unos segundos de desconcierto, me calmé y le respondí.

  • No hermana, no es otro hombre y mucho menos Arturo —dije con voz calmada para tranquilizar su estado tan alterado, y también el mío que empezaba a alterarse y podía perder el control de la situación— ¿Por qué preguntas eso? Dime.

  • Ay por nada —dijo y sentir el fuerte latido de su corazón— solo se me ocurrió al verte tan alarmada. No me digas que es una de las gemelas.

  • Pues sí, es una gemela —dije pensativa y desconfiada, mirándola fijamente a los ojos, claramente noté como trataba de evitar mi mirada— solo que no es una de sus hermanas.

  • No puede ser, entonces tú ya…… —exclamó July sofocada y pálida y pidió angustiada— anda ya dilo, yaaa

  • ¿Quién mas va a ser? —respondí a su inquietud, pero con mi corazón latiendo fuerte por los nervios y llenándome de angustia al ver su inesperada reacción— esa persona bien sabes que es nuestra hermana Julieta.

  • ¡Nooo! …. —Gritó impactada y sorprendida por la noticia— ¿Con Julieta también?

  • ¿Qué? —exclamé si entender aun lo que esa frase de July significaba pero presintiéndolo y angustiándome cada vez mas— ¿Qué quieres decir con eso de también?

  • No, nada Naty, solo lo dije sin pensar —dijo después de unos instantes de visible desconcierto en ella— es que me sorprendió saber que es Julieta, la que viste con Fito.

  • Ay July, así como tú dices conocerme yo te conozco a ti perfectamente —le solté para no dejarla recuperar la calma y ponerla más nerviosa, bien sabía yo que no soportaría la presión y terminaría por decirme todo lo que yo quisiera saber— así que dime sin rodeos a que te refieres, más vale que lo digas todo ya pues no pararé hasta saberlo.

  • Ay Naty —murmuró July indecisa, me conocía, y también sabía que era verdad lo que le había advertido, vi que su tensión disminuyó, relajó sus hombros y soltó sus manos cesando la presión que hacía con sus brazos, yo me enderecé y me senté a su lado en la cama, esperando su explicación— de todas formas lo ibas a saber y si ya no lo puedo ocultar voy a decírtelo, pero te pido que nos comprendas y sepas entendernos y perdonarnos.

Dejaré hasta aquí mi historia para no cansarlos más, espero que haya sido de su agrado. Pronto seguirá la continuación si es que la desean leer. Gracias.