¡Ay, princesa!

El trabajo de disfrutar de la unión con la persona amada siempre trae su recompensa... aunque también un deseo de más.

¡Ay, princesa!

Un suspiro y el aire opaco

se vuelve sólido y nos pesa.

Rebota tu voz por los espacios

que dejan libres nuestros cuerpos.

Ay, melena, cuántos ratos

viviría con mis manos en tu selva...

Tu voz suena desde el alma

en la unión carnal y plena:

que no pare este vaivén,

que la vida nos desborde.

Ay, mirada, cuántos ratos

pasaría en tus profundidades...

La caricia íntima y profunda

ahonda aún más nuestro goce.

Queda para el después el pensamiento:

ahora mismo, sólo cuerpos.

Ay, nariz, cuántos ratos

te ofrecería mi olor a cuerpo desnudo...

Cabalga la amazona

poniendo a su bestia al galope,

cruzando las fronteras todas

del sentido y la memoria.

Ay, boca, cuántos ratos

jugaría con tu serpiente primigenia...

¡Ven aquí, cuerpo desnudo,

que no quiero que esta noche

se quede ningún rincón

sin recibir mi visita!

Ay, cuello, cuántos ratos

viviría mi boca en ti...

Las manos buscan la carne,

la encuentran, la tocan toda...

La carnalidad inunda

los poros de nuestra piel.

Ay, pechos, cuántos ratos

gastarían mis manos en conoceros...

Se tensa el cuerpo entero,

más profundo en tus entrañas.

Quiero llenarte de mí,

que sientas hueca mi ausencia.

Ay, pezones, cuántos ratos

os morderían suavemente mis dientes...

Encajados hasta el extremo,

todo el cuerpo es puro roce:

jadeos, gemidos, gritos...

sinfonía de los amantes.

Ay, ombligo, cuántos ratos

mi lengua buscaría tu fondo...

Respiras entre suspiros

que provoco desde dentro,

mientras me empapo entero

por ti, de ti y en ti.

Ay, vientre, cuántos ratos

pasaría deseando tu promesa...

Mueres entre sonrisas,

tiembla ya tu cuerpo todo.

El orgasmo que te inunda

anticipa el mío propio.

Ay, sexo, cuántos ratos

pasaría sentado a tu mesa...

Inundo tus interiores,

se vacía en ti mi vida.

¡Y que vengan otras noches

en que el placer nos envuelva!

Ay, princesa, cuántos ratos

perdería alabando tu monarquía...