AVH: Avril Vs. Hilary

Rivales dentro y fuera del escenario, las dos cantantes deciden competir entre ellas de una forma muy especial por ver quien es la mejor.

AVH: AVRIL VS. HILARY

Primero fue Bing Crosby contra Frank Sinatra, luego los Rollings Stones contra los Beatles, después fue Michael Jackson contra Madonna, más tarde Blur y Oasis, Mariah Carey y Whitney Houston, y finalmente Britney Spears y Christina Aguilera. Siempre ha habido encontradas rivalidades en el mundo de la música, pero ninguna fue tan arraigadamente profunda ni alcanzó cotas tan altas como la producida por las dos jóvenes estrellas de la canción Avril Lavigne y Hilary Duff.

Todo ocurrió en Los Ángeles, durante una fiesta benéfica de ayuda a los niños con Cáncer, a la que acudieron algunos de las estrellas más rutilantes del panorama actual, mientras que otras ya eran clásicos: Bruce Willis, Cameron Diaz, Topher Grace, Jake Gyllenhaal, Antonio Banderas y Andy Garcia entre otros, eso en representación del cine; por la música acudieron Britney Spears, Coldplay, Ricky Martin, Christina Aguilera y Chayanne, entre otros. Si bien todos los invitados se comportaron de manera informal y desenfadada, las otras dos cantantes no pudieron hacer lo mismo, una vez se encontraron cara a cara mientras posaban para los fotógrafos de la prensa. Cuando quedaron a solas una al lado de la otra se miraron con llenos de furia(los diálogos han sido traducidos del inglés).

-¡Vaya!, en este sitio dejan entrar a cualquiera-protestó Avril-. Si es la niñita "rubia-pija-mona". ¿No ha venido tu mami para limpiarte la boca de lefa?.

-Pues no, mira-replicó Hilary-. ¿Y tú no has traído a tu puñetero padre para que te dé por el culo?.

-Para eso está el tuyo, que a gusto se lo pasa tirándose a la furcia de tu hermana mientras tú acudes a las entrevistas.

-Sí, claro, pero yo no he conseguido mis contratos chupándosela a todos los productores musicales con los que me he encontrado.

-No, pero tú te dejabas meter dos pollas por el culo en las orgías que se montaban esos productores para conseguir un solo concierto de mala muerte.

-Pero yo no tengo un hermano al que le gusta sodomizar a su propia madre vistiéndola de látex y vendiéndola como simple ganado.

-Gracias a dos yo no tengo una hermana que disfruta cuando la violan en plena noche y luego decide no contarlo.

-Quizá, pero no tengo unos hermanos que gozan mientras sus padres abusan de ellos ni una hermana que desea quedar embarazada del padre.

-Por lo menos no tengo una madre prostituta que hace la calle gratis buscando uno que la folle de verdad y le dé bien por el culo.

-Y me lo dice la misma tía de la que lo último que escuché fue que ánimo a todo el equipo de Los Ángeles Lakers en los vestuarios abierta de piernas y tomando biberones de leche hasta que se le caía por la comisura de los labios.

-¡Ja!, mira quien habló, la que animó a todo el equipo de baseball de los Dodgers incluido al entrenador, la mascota del equipo y dos internos que pasaban por allí.

-Al menos no tengo una madre que se pincha coca mientras se la están follando una pandilla yonquis malolientes.

-Cierto, tú tienes un padre que se mete crack y speed mientras le dan por el culo un grupo de negros senegaleses.

-Mira quien va a hablar, la que tiene una madre que la última vez que la vi estaba follando con los osos del zoo y pedía a gritos que le dejaran irse con los gorilas.

-Al menos mis padres han criado a una hija que es una artista de verdad, no como "otras", que en este negocio ahora aceptan a cualquiera. Y para que te enteres, artistilla, si tienes éxito es porqué pones cachondo a los abuelos de 60 años que satisfacen contigo y con la fulana de tu hermana sus instintos pedófilos. Ahora entiendo porqué cuando Hailey sale de los asilos lo hace medio desnuda y con la cara enrojecida. La de veces que habré tenido que ir detrás de ella para devolverle las bragas cuando de las encontraba tiradas en el hall

-¡¡HIJA DE PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!...

Hilary se lanzó directa contra Avril cogiéndola del pelo y lanzándola contra la pared. Avril cogió a su rival del cuello y ambas se hubieran apalizado mutuamente de no ser porqué fueron separadas por dos de las asistentes a la fiesta. Quiso el Azar que esas dos fueran Britney Spears y Christina Aguilera, que llegaron al mismo sitio por caminos diferentes. Mientras Britney cogió a Avril y la separó, Christina hizo lo propio con Hilary, evitando que se enzarzasen de nuevo en la pelea.

-Bien, basta las dos, ¿pero que demonios está pasando aquí?.

-Suéltame Britney, voy a cargarme a esa hija de perraaaaaa

-¡¡Se acabó-gritó Christina-!!. ¿Es que no podéis comportaros?. Que estamos es una gala benéfica por amor de dios.

-Déjame, quiero joder a esta cabronaaaaaaaaaaa

Tanto una como otra intentaban que las otras dos no se matasen entre sí, lo que no era nada fácil.

-¿A quien vas a matar, eh?. Tú no me llegas a la altura del tobillo-dijo Hilary-.

-Soy mejor que tú en todo lo que me dé la gana zorrón-contestó Avril-.

-¡¡Y una mierda!!. Eres una rompecojones sin talento.

-Tú eres la rompecojones. Eres una mierdecilla, pelo paja.

-¡¡Yo tengo el talento, cacho zorrón!!. Yo te venceré en lo que quieras.

-¿¡Ah sí!?. ¡¡TE RETO!!.

Tanto Britney como Christina y Hilary quedaron inmóviles al escuchar como se lanzaba ese desafío. Una tensa calma se apoderó de ese momento y tanto Avril como Hilary se miraban con tanto odio que parecía que iban a estallar en llamas.

-¿Me retas, retaco?. Muy bien, mediometro. ¿Qué propones?.

-Escúchame bien, larguirucha. Nos veremos en el Hotel Ambassador dentro de dos días, fideo, ¡y tú te vienes de testigo-dijo volviéndose hacia Britney-!.

-Eh eh, a mí no me metas-protestó ésta-

-O te vienes o digo a todo el mundo que no te has cambiado de bragas en los dos últimos años-amenazó Avril-.

-Entonces tú te vienes conmigo para ser testigo de cómo aplasto a esa tonta como si fuera una hormiga-dijo Hilary a Christina-.

Aún siendo rivales entre sí, tanto Britney como Christina se cambiaron miradas de verdadero rechazo por verse metidas en semejante embrollo, pero a ambas les entró el mismo gusanillo de saber que se traía la pequeña Avril entre manos, de modo que al cabo de dos días Hilary y Christina acudieron al Ambassador, donde el recepcionista, que ya estaba advertido, les dio el Nº de la habitación donde tenían que ir. Al llegar, tanto Avril como Britney estaban allí, acompañadas por un chico. Ésta y Christina se sentaron en una de las esquinas de la habitación mientras las dos otras se preparaban para el duelo.

-¿Y quien es éste-preguntó Hilary-?.

-Este es Kevin, uno de los camareros del hotel-contestó Avril-.

-¿Y se puede saber que hace aquí-volvió a preguntar Hilary-?.

-Ya lo verás. ¡¡Edward-gritó para hacer salir a un chico del cuarto contiguo-!!. Muy bien, esto es un concurso de polvos. La que primero consiga que el chico se corra gana, o dicho de otro modo: la que mejor folle debe ser la que antes sepa ponerlo cachondo hasta que se corra por todo lo alto. Quien antes lo haga sacar semen habrá ganado, ¿qué te parece?.

El resto de los asistentes quedaron perplejos por semejante prueba, pero el odio que se tenían era tan profundo que Hilary no se planteó ni por un momento el rechazar el desafío para no darle una victoria tan fácil a aquella flacucha de pelo lacio.

-Muy bien, palillo. Acepto el duelo.

-¡¡No tan pronto!!. Falta la última regla.

-¿Cuál, si se puede saber?.

-Que ellos deberán hacerse los estrechos, si no es demasiado fácil. Dicho de otro modo: más que follarnos, ellos, nosotras los follaremos. Eso le añade dificultad a nuestra prueba, y la primera que consiga que el tío se corra, gana. ¿Conforme, muchachos?.

Tanto Edward(que era botones del hotel) como Kevin asintieron son el gesto serio, aunque en su mente estaban en pleno festejo: ¡¡los iban a utilizar como juguetes sexuales!!. ¿Alguien daba más?. Mientras Edward fue la elección de Hilary, Kevin fue la de Avril. Por su parte, Britney y Christina se encontraban mirando la escena y mirándose entre ellas, a la espera de ver que ocurría.

-De acuerdo, ¡acepto!.

Ambas, a regañadientes, se dieron un apretón de manos para sellar su pacto y lanzaron a los chicos a las dos camas contiguas que había, buscando la forma de desvestirlos cuanto antes, mientras éstos, tal y como habían prometido, aguantaban todo lo que podían, haciéndose los estrechos para que ellas tomaran el control. Pantalones, sudaderas y calzado salieron volando por la habitación, para luego desnudarse ellas, mostrándoles los no pocos encantos que ocultaban debajo de sus camisetas y sus pantalones: Hilary tenía mucho más pecho que Avril, pero ésta tenía un culo mucho más respingón y una buena mata de pubis recortado en forma de triángulo, mientras que Hilary estaba depilada como una estrella porno. Casi parecía una niña pequeña de no ser por aquellos sonrosados pezones que coronaban unas tetas perfectas, redondas como manzanas. Tanto una como otra, ya desnudas y sobre los chicos, cogieron con fuerza los miembros de éstos, metiéndolos en su boca, haciéndoles dos soberanas mamadas como dos montañas de grandes. Succionaban con los labios, aspiraban para ponérsela dura, lamían incansablemente la punta roja del glande, subían y bajaban sus cabezas en una maniobra que parecía no tener fin. A ambas las invadía una terrible furia sexual y un deseo ardiente de vencer aplastantemente a su contrincante. Hilary, en una jugada magistral, se sentó sobre la cara de Edward, lo que convirtió una simple mamada en todo un 69, ya que masajeando y lamiendo sus testículos fue convenciéndolo para que probase su panocha de superstar. Avril, que vio como la rubia estaba tomando la delantera, llevó una mano de Kevin a su panocha y la hizo metérselo para que la masturbara un poco, completando la tarea de dejarlo bien empalmado. Los gemidos de ambos, que resonaban por todo el cuarto, llegaban a los oídos de las testigos como si fuesen invitaciones a participar de aquello, pero tenían que conformarse con ser voyeurs , algo que, por ciencia infusa, estaba calentándolas a marchas forzadas. En un determinado momento en que Christina miró a Britney, ésta ya se encontraba masajeándose por dentro del pantalón con mucha lentitud, eso sin dejar de mirar la competición. Christina fue incapaz de decir nada y torció la cabeza para volver a mirar aquello, aunque lo hacía de mala gana, pues el morbo de ver como Britney se dedeaba a su lado aumentaba el que ya tenía de ver a aquellas dos en plena acción.

Hilary, mientras Edward se lo estaba comiendo todo, seguía lamiéndole la polla, cogiéndola con firmeza y meneándola ligeramente, masajeando sus testículos y logrando, por fin, que aquello pasase de morcillona a erecta en un abrir y cerrar de ojos, pero al mirar a Avril vio que estaba la había aventajado, pues la polla de Kevin había sido succionada en plan serpiente, enroscando la lengua a su alrededor y yendo de un lado a otro mientras daba pequeños besos en su glande y chupando de tal manera que parecía haber ido a cámara rápida. Viendo aquello Hilary apretó el ritmo de sus mamadas para igualar a la escuchimizada cantante, y justo cuando ya se la había puesto dura Avril se las apañó para poner la cabeza de Kevin entre sus piernas y que le comiera toda la cuca, algo que Hilary imitó, tomando la delantera debido a su vulva depilada, la cual hacia estragos en la calentura de Edward, al cual ya le dolía la tremenda erección que tenía, mostrando un verdadero mástil por verga. Sabiendo que estaba por delante continuó chillando y pidiendo más lengua, más besos, más lametones en sus labios vaginales, más toqueteos en su clítoris, más succión, más, más, más…ambas gemían, jadeaban como perras en celo, pedían más placer a sus coños hambrientos de rica polla. Como si hubieran pensado lo mismo ambas pusieron a los chicos boca abajo y se sentaron sobre ellos, clavándose los manubrios ellas mismas y cabalgándolos lentamente, gozando de sentir como se colaban por sus empapadas puchas, lo rico que era tomar el control y lo fantástico que era montarlos como conejas salidas.

Christina, sentada en aquel rincón, ya no podía más: por un lado veía a aquellas dos follándose al bailarín de la otra, y por otro tenía a Britney metiéndose mano, sobándose hasta que ya hacía rato no cumplía con su deber de testigo. De repente, metiendo mano en su bolso, sacó un enorme vibrador de látex que la dejó atónita.

-¿Te vas a meter todo eso-preguntó-?.

-Síiiiiiiiiiiiiiiiiii…ya no puedo máaaaaaaas…necesito follar Christina, tengo que echar un polvo, y solo tengo dos opciones: o me follo yo sola metiéndome todo esto o te follo a ti, y francamente, preferiría follarte. Si ellas que se llevan tan mal lo hacen, ¿por qué no nosotras, que nos llevamos tan bien?.

-¿Pero tú no tienes novio, o marido, o algo por el estilo?.

-¿Acaso importa?. Quiero follar contigo. Quiero follarte. Vamos déjame Chris, déjame gozarte, que yo me dejaré gozar de ti

La propuesta no sorprendió demasiado a la explosiva y provocadora rubia, pues llevaba conteniéndose hacía rato. La única respuesta que recibió fue ver como Christina se abría un poco de piernas, subiéndose la falda y mostrando un chochito que ya estaba goteando sobre el sofá en el que estaban. Cuando se subió el top enseñando sus empitonadas tetas, Britney posó una mano acariciándolas, para luego bajar por el vientre hasta acariciar su clítoris y meterle dos dedos por dentro.

-Oh díos mío, estás toda mojada…como deseaba poder montármelo contigo…ven aquí Chris, que quiero probarte toda…¿verdad que te gusta?.

-Oh sí, me encanta…y luego eres tú la que va de santa por la vida y yo la putona…si la gente supiera

-No hables y bésame. Llevo queriendo besarte desde nuestra actuación con Madonna.

Pegadas la una a la otra Britney y Christina se enzarzaron en una profunda exploración de sus cálidas y húmedas bocas, profiriéndose unos largos besos de tornillo con lengua, descubriendo la dulzura del sabor de cada una, poniéndose más excitadas según se iban besando más apasionadamente, según se tocaban en sus respectivas conchas, a las cuales poco les faltaba para chorrear como un río desbordado. Tomando el papel de sumisa Christina se dejaba hacer por los caprichos de su nueva amante, y la excitaba estar sentada abierta de piernas con el coño el aire y con la mano de ella en él, tocándola y masturbándola con toda la dedicación del mundo, agitando los dedos por cu clítoris y jugando a meterlos y sacarlos de sus labios vaginales perfectamente dilatados. Britney bajó un poco dejando de besarlo y se metió un pezón en la boca, mamando de él con frenética desesperación, como si le fuera la vida en ello. La forma que tenía de lamerla ya la tenía rendida a sus pies: era su juguete, su esclava, su sirvienta, su todo. Britney se encontraba en el cielo viendo como Christina se dejaba follar con toda la pasividad y placer del mundo, y gustaba de verla así de obediente, con el coño empapado y las tetas como mármol. Le hizo recostarse en el sofá y se dispuso para meter la cabeza entre sus piernas. Christina no perdía detalle y veía como poco a poco ella acercaba su cara a su entrepierna hasta que finalmente la enterró, clavando su lengua certeramente, moviéndola arriba y abajo, chupándola y bebiendo con gula todos los jugos que salían como agua de mayo. Nunca imaginó que pudiera gustarle tanto follar con otra tía, pero desde luego no quería parar. Quería ser follada por ella allí mismo, lo deseaba, lo necesitaba. Ardía en deseos de gozar con las caricias de Britney, con su lengua follando su coño, con los dedos en su culo, en su coño, en sus enhiestos pezones, en todas partes.

Los gemidos de Christina llamaron la atención de Avril y Hilary, pero de haber parado para protestar habrían dado ventaja a la otra, por lo que solo pudieron seguir follándolos a horcajadas, como si estuviesen domando potros salvajes. Hilary se había dado la vuelta de modo que le daba la espalda a Edward, teniendo mejor postura para montarlo. Tenía una buena herramienta el chico, tenía que admitirlo, quizá no por larga pero sí por gruesa. La estaba copando toda su pucha de lado a lado y clavársela era una sensación maravillosa, una mezcla de dolor y placer a partes iguales que la estaba llevando a la locura, al delirio más absoluto. Lo mismo le pasaba a Avril pero ésta era por larga. Casi le parecía más una estaca de empalar que una verga. A cada cabalgada parecía que le iba a salir por la boca, casi podía sentirla atravesándola de un lado a otro. Con una mano en su base cogiéndola evitaba sacársela de su coñito, el cual recibía con grandes exclamaciones cada milímetro de carne caliente, de pura hombría. Con la mano libre Avril hizo que Kevin la cogiera de las tetas y le retorciera los pezones, pellizcando y estrujando para hacerla gemir más aún, incorporándolo sobre la cama para que pudiera lamérselas y metérselas en la boca, a este punto que ya ambos eran incapaces de seguir resistiéndose y participaban activamente en la faena. Loco de sexo Kevin ardía de ganas con cada lametada a los oscuros pezones de Avril, con cada instante que su lengua rugosa y ardiente tocaba aquellas puntitas de cereza y saboreaba su rico néctar, al mismo tiempo que su congénere cogió a Hilary por las caderas para follarla algo más duro y más profundo. Aún así, llegado cierto momento, Edward puso a Hilary a cuatro patas y se la follaba sin bajar las ganas por correrse, y Kevin tumbó a Avril bajo él para penetrarla casi como si estuviera violándola, martilleando como un herrero que estuviese forjando una gigantesca espada.

A su vez Britney estaba follándose a Christina con tanto ardor que parecían verdaderas enamoradas: puesta una sobre la otra, ambas se devoraban las conchas como si llevasen días enteros sin beber, pasándose la lengua por los labios vaginales, metiéndose uno o dos dedos en sus ortos, que previamente habían calentado a base de dos sendos besos negros que las pusieron en órbita. Resultó que Christina era una experta haciéndolo, y puso tan caliente a Britney que a punto estuvo a de provocarla varios orgasmos seguidos. Ahora, sin embargo, ambas estaban follándose con la boca a todo volumen, gimiendo a cada instante, sacando la lengua para tomar posesión del clítoris y luego volver a sus conejitos, dibujando en ellos algunas letras, recorriéndolos de arriba abajo, bebiendo sus fluidos, retorciéndose en el sofá, retozando desnudas como auténticas lesbianas. Si bien a Britney la volvía loca el poder follarse a su rival en la música, no era menos que Christina también estaba obsesionada con poder tener a Britney entre sus manos, y entre sus piernas. Las dos rubias prosiguieron sexo oral largo rato hasta que, en un alarde de imaginación, ambas se colocaron en el sofá con las piernas abiertas y cruzadas como si fuesen tijeras, de modo que se rozaban las panochas, meneando las caderas para simular el movimiento de penetración, cogiéndose de las manos para acentuar su placer y llegar a ese orgasmo que a poco más las aguardaba. La iniciativa de Britney era impresionante, sabía hacer cosas que a Christina la volvían caliente como un volcán en erupción. No quería parar nunca de follar con ella.

Mientras tanto, tanta Avril como Hilary ya estaban cerca del colapso sexual, ya no podían aguantar más la tremenda embestidas que aquellas dos mulas pardas las estaban metiendo entre pecho y espalda. Una por gruesa y otra por larga, tanto una como otra verga hacían las delicias de la rubia de cándida cara como de la morena de marcada rebeldía. Los jadeos que proferían ya eran casi alaridos y las embatidas ya parecían penetraciones de violador. Hilary, montada a cuatro patas, se apoyaba en la cabecera de la cama para aguantar la acometida de Edward, que se aferraba a ella cogiéndola de las tetas y arañándolas a ratos, estrujando los pezones, pellizcando, lamiéndola el cuello y haciéndola chupetones. Avril, mientras tanto, se abría de piernas tanto como podía para cruzarlas por la cintura de Kevin, poniéndoselo fácil para que la montara hasta el fondo de su coño. Lo abrazaba con fuerza y lo atraía hacia ella con desesperado frenesí. Hilary movía las caderas para acompasar el rítmico "mete-saca" de su arrollador amante, las contoneaba para que aquella rica verga pudiese llegar más profundo dentro de ella. El paroxismo que se estaba alcanzando tenía a los cuatro sudando como si una ola de claro se hubiera desatado allí mismo. El olor a sexo inundaba el lugar por doquier y elevaba más aún el deseo. Kevin y Edward se entregaban profundamente a follarse a aquellas dos cantantes, a simular que estuvieran forzándolas, y casi parecía que así era. La sensación de estar siendo violadas las ponía más excitadas, tanto que parecían que iban a explotar en un millón de pedazos. Ya se acercaba el momento, ya estaba cerca…ambas querían ganar, ambas querían gozar la primera, hacerlo goza, ordeñarlo, beberse su caliente semen, dejarse encular, dejarse sodomizar…sí, síiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…ya estabaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Los gritos de placer que se oyeron primero fueron los de Britney y Christina cuando acabaron corriéndose copiosamente sobre el sofá, abrazándose luego y besándose larga y plácidamente. Se mojaron los dedos en sus húmedos coños y se lo dieron de probar a la otra, volviendo a besarse con mezclando en sus bocas el dulzón sabor de sus panochas ardientes. Se chuparon glotonamente hasta dejarse secas y relamerse con cara de viciosas. Britney guiñó un ojo a Christina y se volvió a tumbar en el sofá y atajo a Christina con un dedo, diciéndola que ahora la tocaba ser sumisa y que se dejaría hacer de todo. Ésta se puso encima de Britney, tocándola el coño con los dedos y acariciándolo de arriba abajo, volviendo a ponerlo a punto para un nuevo asalto, besándose nuevamente y usando sus lenguas para enroscarse entre sí. Christina susurraba en los oídos de Britney cuanto la quería y también lo mucho que disfrutaba tomando el control, la apasionaba poder devolverle el polvo anterior. Pegando su boca al coño de ella chupó, lamió, succionó, aspiró y volvió a lamer para penetrarla con la lengua y proseguir hasta que arrancando varios espasmos de Britney hizo que ésta se corriera en su boca, manando todos los jugos y dejándola la cara inundada. Abrazadas y lascivas las dos se prometieron mantener aquel secreto y de proseguirlo en el futuro añadiendo cosas nuevas con las que disfrutar. Sellaron su momento con un largo beso interrumpido por los gritos de los chicos cuando ambas los hicieron gozar y logrando a su vez hacerlas gozar a ellas. En el tiempo que tardaron en correrse con los chicos una sola vez las otras dos se habían corrido la una a la otra y viceversa.

Edward se corrió con roncos gritos dentro de Hilary, la cual se salió con toda la prisa del mundo para poder tragarse algo en la boca, cayendo algo por sus mejillas y dándola el aspecto de toda una viciosa, mientras que Avril, que no quería ser menos, hizo lo propio, quedando semen en la comisura del labio y en su pelo. Acabaron tumbadas en las camas jadeando, exhaustas, agotadas y bañadas en sudor, lo mismo que ellos. Ambas se miraron entre sí y luego miraron a Britney y Christina, viéndolas desnudas y abrazadas tras follarse entre sí.

-¿Quién ha ganado?, ¿¡quién ha sido!?.

-No lo sé Hilary-contestó Britney-. Ambos se han corrido a la vez, o eso me ha parecido. ¿Tú que dices Chris?.

-Brit tiene razón. Me ha dado la impresión de que se han corrido a la vez.

-¡¡Putas voyeras-gritó Avril-!!. Lo que pasa es que no habéis mirado porqué estabais demasiado ocupadas follando entre vosotras.

-¡Eh eh, que hemos cumplido-protestó Britney-!. Ya habíamos gozado cuando vosotras no habíais acabado.

Tanto Avril como Hilary se miraron con verdadero odio debido a aquel empate.

-Muy bien, ¡un Deathmatch!. ¡¡Follémonos entre nosotras hasta el final!!.

-¡¡De acuerdo-contestó Hilary-!!. ¡¡Voy a darte tanta caña que te será imposible fingir, zorra de mierda!!.

-¡¡Lo mismo te digo putón!!.

Cambiando los roles, los chicos se fueron para montárselo con Britney y con Christina mientras las otras se entregaban las una a la otra, tocándose y besándose con tanta saña que parecían estar forzándose entre sí. Avril tiró a la cama a Hilary y empezó a lamerle las tetas con fruición y pasión incendiaria, chupando de ellos con fuerza, tirando y estrujando a placer para sodomizarla. Hilary se dejó hacer unos momentos, pero luego devolvió el favor cogiendo muy fuerte de la panocha a Avril y metiéndola dedos haciendo que se convulsionase de pies a cabeza. La sesión de sodomía que se estaban dando estaba poniendo a mil a las otras dos, las cuales tenían a los dos chicos con la cabeza entre sus piernas devorando sus húmedas y palpitantes panochas, preparándolas para la penetración. En el centro del cuarto ambas, imitando a sus amigas, estaban practicándose un 69 lésbico en toda regla, devorándose como caníbales, chupándose con rabia, buscando el modo de vencer sobre la otra provocándole ese orgasmo que la dejaría indefensa y derrotada, y cada una estaba disfrutando con ello, disfrutando con sodomizar a su rival, con pervertirla, con follarla, con violarla si fuera preciso.

Britney se abrió de piernas de par en par para dejar paso a Edward, al cual deseaba montar para probar aquella gruesa palanca, y Christina hizo lo propio con Kevin para disfrutar de aquella enorme estaca. Ambos no querían perder la ocasión de gozarse de aquellas preciosidades y se felicitaban a sí mismos por semejante oportunidad que se les había presentado. Acometían con formidable vitalidad a las dos chicas, a la vez que Avril y Hilary seguían dándose tanta caña que parecían querer destrozarse la una a la otra, y así fue cuando una vez más quedaron empatadas, gozándose mutuamente y corriéndose en sus respectivas bocas, no dejando ni gota, como si cualquier detalle que estuviera por encima pudiese darles la victoria. Jadeantes y sudorosas ambas se miraron.

-Uuuuuff uuuuuuff uuuuuuuufff…¿te hace un…un empate-preguntó Hilary, agotada-?.

-Acepto…de momento…ya volveremos…a intentarlo

Pasadas cuatro horas, y caída la noche, la orgía que allí se había desatado había terminado en una fantástica sesión que los había dejado casi satisfechos, a excepto de Avril y Hilary, las cuales no habían conseguido vencer. Al salir de allí ambos hablaron por última vez.

-Te espero la semana que viene, y pienso derrotarte-dijo Hilary-, y lo demás también venís, ¿queda claro?.

-Desde luego-contestó Avril-. Yo seré la que gane.

Y mientras todos se daban cuenta de que aquello volvería a repetirse y que posiblemente fuera mucho más salvaje que aquella primera vez, los chicos se relamieron para sus adentros, Avril y Hilary se miraban con furia asesina pensando sin cesar en derrotarse mutuamente, y Britney y Christina, que se miraron fijamente con gesto divertido y mirada intensa, estallaron en risas al pensar lo mismo, y con tono irónico y jocoso dijeron al mismo tiempo:

-Ahí vamos otra vez