Aventuras Eróticas del Sonic Clan: Knuckles (1)

Amy Rose es pillada por Knuckles en medio del bosque mientras se masturbaba. Knuckles promete no decir nada a cambio de sexo.

CAPÍTULO 1. KNUCKLES SE CEPILLA A AMY.

Amy Rose paseaba por el bosque, pensando como siempre en Sonic. El erizo azul no le prestaba demasiada atención hacia ella, que quería conquistarlo, pero ella procuraba poner buena cara, convencida de que tarde o temprano obtendría el fruto a su constancia. "¡Algún día dejarás de correr, Sonic! Recuerda mis palabras, ¡Nos casaremos!", pensaba.

Sin embargo, la inquietud le corroía en esos momentos. Pues, a pesar de que recientemente Sonic la cogió por banda

(Para saber sobre esa anterior aventura, ver relatos del autor altanak de esta misma página web)

¿Realmente era Sonic el indicado para ser su pareja, con la cabeza en tantas misiones y aventuras? Y esa fulana de la princesa Sally, ¿No se lo querría quitar? Se tumbó sobre la hierba y observó las copas de los árboles "¿Qué estará haciendo ahora? " –pensaba – "Con este calor que hace, no creo que haya salido de aventuras por ahí. O tal vez sí...Podría ir a verle... pero él sólo me trata como una amiga, estoy segura que de hoy tampoco conseguiría nada. ¡No sabes lo que te estás perdiendo!" sin darse cuenta, pronunció esto último en voz alta.

La erizo rosa levantó la cabeza por si alguien la había oído. Pero no vio a nadie por ahí. Se volvió a tumbar; el calor del día, la soledad y la aparente intimidad que le ofrecía el bosque, unida a los deseos hacia Sonic, la hacía poner cachonda, e hizo que, sin apenas enterarse de lo que hacía en un principio, se llevara una mano por debajo del vestido y empezara a palparse la vulva, primeros suaves toquecitos sobre las braguitas, así durante un rato, pero luego fue a más y, metiendo la mano por debajo de la prenda íntima empezó a sobarse su sexo, describiendo movimientos circulares cada vez más concentrados sobre su hendidura, mientras empezaba a suspirar de placer. Para entonces, ya se había abierto de piernas y la otra mano se la había llevado a los pechos, que empezó también a sobárselos suavemente, mientras que los suspiros dejaban paso a los jadeos, pues había empezado a meterse los dedos hasta llegar a tocarse el clítoris. Cerró los ojos y se imaginó a Sonic montándola.

Ohhh oh Sonic, sigue así... ha siiiii....IIIIIIH.....vamos cariño métemela toda, vaaaa...AAAA...mos....

Así estuvo durante un rato, jadeando siempre y hablando sola de vez en cuando, totalmente desconectada del mundo, hasta que...

¡¡AAAAAMMM, me voy a CORREEEEEER AAAAAAAAAAaaaaaaaaahh...!!

Siguió de esta guisa un poco más de tiempo, sus fluidos vaginales le habían inundado las braguitas y parte del vestido, antes de caer rendida hacia atrás. Se llevó a la boca la mano con la que se había estado pajeando, chupando el jugo de sus dedos mientras que con la mano que antes sobaba a los pechos se acariciaba de arriba a abajo la vulva. Había dejado de jadear.

De pronto, abrió los ojos. Inmediatamente se dio cuenta de que no estaba sola en aquél paraje. ¡Knuckles estaba enfrente de ella, con los ojos saltones! Y no sólo eran los ojos lo que se le habían excitado... Prácticamente, estaba ahí mismo desde que Amy cerró los ojos. El equidna rojo, iba para casa de Sonic (por lo visto, otra misioncita), había escuchado a Amy gritar aquello de "no sabes lo que te estás perdiendo" y se acercó sigilosamente a ver qué ocurría.

  • Ah... en verdad, no sabía lo que me estaba perdiendo.

En la vida Amy se había buscado semejante situación bochornosa. Aturdida, angustiada y colorada como un tomate, cerró las piernas y no acertaba con las explicaciones.

  • ¡AH! ¡K...KNUCKLES! ¡HOLA! YO... bueno... esto... yo...yo...- empezó a decir, ruborizada y tan roja como el pelo de su observador, mientras se incorporaba y evitada mirarle a la cara.

Sin embargo, Knuckles sí que la miraba a ella fijamente. Y Amy, angustiada y sin saber qué hacer ni qué decir, empezó a brotarle lágrimas de sus ojos.

¿Por qué lloras?

Me has visto masturbarme, Knuckles, no nos engañemos. Me has espiado, eso no se hace.

¿Pero cómo iba a imaginarme que...? No estás en casa, sino en el medio del bosque.

Pensé que estaba sola... ¡Ojalá me trague la tierra ahora!- dijo, mientras se echó a llorar sobre el hombro de Knuckles, que la abrazó y trató de consolarla.

Por favor Knuckles, no se lo digas a nadie, si Sonic se entera...

Yo no diré nada, pero, como me has calentado, a cambio...

¿A cambio, qué?

A cambio quiero follarte.

Amy le miró sorprendida, pero poco más pudo hacer. Knuckles, sin dejar de abrazarla le obsequió con un prolongado beso que a ella le fue intenso y eterno. La lengua de Knuckles se había adueñado rápidamente de la boca de Amy, a pesar de la resistencia de la chica, que sólo pudo cerrar los ojos y dejar pasar mil pensamientos por su cabeza. Estuvieron con esta estampa durante un rato, hasta que Knuckles despegó la boca de la de su compañera.

Estás muy guapa cuando te sonrojas...

Knuckles, para, esto no me parece buen trato...

Voy a darte placer, lo que no te da Sonic.

Knuckles empezó a darle besitos en el cuello, mientras que con sus manos aferró la cintura de la chica. Amy empezó a forcejear en vano para soltarse, pero poco a poco iba cediendo, Knuckles era muy fuerte y Amy no podía hacer nada. Mientras Knuckles pasaba ahora a darle besos a los pechos, la chica empezó a suspirar nerviosamente. Lamentaba no tener su martillo Pikko-pikko a mano.

No, estate quieto, Knuckles, no... qué van a pensar si nos ven...

¡Chssst! Déjame hacer a mí...

Dicho esto, la tendió en la hierba, mientras continuaba sobándola, le estaba lamiendo los pechos, metiéndose los duros pezones de la chica en su boca mientras que una de sus manos empezó a moverla sobre el coño de Amy. La chica ya no sabía que era lo que quería. Por un lado, de alguna forma estaba consintiendo ser violada por aquél irreflexivo. Por otro lado, de esta forma Knuckles no le diría a nadie nada de lo que vio. De cualquier modo, no sabía cómo iba a salir de aquél embrollo que se había buscado.

De pronto, Knuckles paró de masturbarla y empezó a halar del vestido.

Venga, quítate este vestido ya... –dijo, quitándoselo.

NO, no hagas eso, me da mucha vergüenza...

Vamooos- respondió, quitándole el vestido y lanzándolo a un lado-... eso es... qué linda eres... Y las bragas también fuera...

Knuckles, no, POR FAVOR...

En unos segundos, Amy se vio tendida y desnuda, sólo vestida por sus botas, a merced de Knuckles.

Éste había reemprendido los lamidos a los pechos, pero enseguida empezó a bajar hasta llegar a la vulva de la chica, donde empezó a lamer el labio izquierdo pasando al derecho y así sucesivamente, en tanto que en el momento de pasar de un labio a otro, metía la lengua dentro de la raja, y la hacía bailar dentro. Amy había empezado a jadear y apoyó sus manos en la nuca de Knuckles. Se había dado por vencida.

MMMmmm ¡¡Aah estoy ardiendo!! Está bien, maldito cabrón chantajista, tú ganas... TÓMAMEE...

Knuckles no decía nada. Su lengua había pasado exclusivamente al interior de la vagina, calentando todavía más a la infeliz (o feliz) muchacha. Sus lametones pasaban rozando fuertemente el clítoris, y Amy se retorcía del gusto. Más aun cuando Knuckles empezó a meterle el dedo en el culo, primero uno, despacio y hasta la mitad, para luego acabar metiendo tres dedos hasta el final que acabaron por enloquecer a Amy.

Fue entonces cuando Knuckles decidió pasar al siguiente nivel. Cogió su pene, lo encaró en el coño de Amy y sin más dilación lo encajó dentro. Adentro y afuera, adentro y afuera. Enseguida, Amy se puso roja de tanto jadear. Sentía como aquél trozo de carne se desplazaba por su interior como si fuera un pistón, golpeándole en el fondo y rozándole en las paredes ajustadamente. Los jadeos de Amy fueron cada vez más fuertes y desesperados.

AH ah AH ah AOUFF AAAH AAAH vamos cabrón, sigueeeEEEH, ESSSO ES, NO PARES, ah...

Mm, MM, voy A CORRERME EN TU COÑO...

AAAAAhh... SI, KNUUUUCKLEEEEEEEEES... SIIIII, ME VOOOOOY....

¡¡¡Ya ... yaaa...AAAA....AAAAAAAHHH, ME CORROOOO...!!!

Amy sintió como un líquido caliente y espeso salía de aquél pene y se alojaba por dentro de su vagina, antes de que Knuckles se lo sacara y, se empezara a pajear en la cara de Amy. La chica, no entendiendo muy bien qué era lo que quería su follador, aunque más o menos lo intuía, abrió la boca y trató de tragarse el semen, pero salía mucho, no pudo tragárselo todo y se atragantó, tosiendo. Mientras Amy se recuperaba, Knuckles se sentó en el suelo triunfante.

  • Bueno, pues ya está

Pero a Amy le había parecido poco tiempo y se había quedado con ganas.

¿Ya está? –preguntó, ávida, limpiándose el semen de sus labios.

Ya está.

Pero... ¿cómo que ya has terminado?

Ya acabé. Me voy.- sentenció Knuckles, levantándose para irse ya.

¡No me dejes así! ¿Por que me haces esto? ¡Por favor, no te vayas aún! Joder, ¡sólo un poco más!

Knuckles suspiró y volvió con Amy.

Entonces, ¿te ha gustado?

Sí, pero duró poco.

Eso lo puedo arreglar.

Colocó a Amy a cuatro patas y se situó detrás. Cogió su pene y lo juntó con el ano de la chica. Iba a meterlo, pero ahora Knuckles estaba quiero, mirando al bosque.

¿Ocurre algo, cielo?

Mmm, bah, nada, me pareció oír algo, debió ser un pajarito.

Quiero sentir el tuyo.

Pues allá va.

Las primeras embestidas del equidna fueron suaves y sin llegar al fondo, cosa que agradaba a Amy, pero poco a poco empezó a ir más rápido y metiéndola hasta el final, tanto que los huevos rebotaban sobre el culo de la chica, que nuevamente comenzó a jadear, esta vez ya no tanto de placer, sino de dolor.

Aaaay, aaah, con cuidado, máas des... desp...aaaah...cio...

¿No querías más? Pues toma –dijo manteniendo un ritmo rápido.

Amy se hincó de codos y agarró fuertemente la hierba que tenía cerca de sus manos, sintiendo que de un momento a otro iba a reventar por detrás, donde sentía un enorme boquete rellenado por un duro brazo que se desplazaba adentro y afuera, le provocaba dolor y era algo que no podía soportarlo por mucho más tiempo. Dos ríos de lágrimas le brotaban de sus ojos.

Kn...Knuckles, para, no puedo MAAAAAAAS...

Mmm...calla, aguanta un poco...

¡¡AAAH... AH, YA, YAAAA, AAAAAY!! ¡¡ PARA KNUC... KNUCKLES POR FA... ¡AAAH, AAH, AAAYAAAH AAY AAAY AAAY!!

¡¡YA CASI....!!

¡¡AAAH AY, AH DIOOOSSSSS VOY A REVENTAAAAAAR!!

¡¡Ya casi estáaa...AAAAH.... AAAAAARRF, ME CORROO...!!

Amy soltó la hierba de sus manos y Knuckles la lefa, primero inundándole el culo, y luego esparciéndola sobre el pecho de Amy, la cual, aún sintiendo un gran dolor en su trasero, le hizo la cubana a la polla de su follador, metiéndola entre sus tetas y apretándolas con las manos hacia el centro, como si el pene quisiera escaparse, mientras empezaba a mamársela, primero con la puntita de la lengua sobre el capullo, metiéndola por el agujerito buscando las últimas gotas de semen, luego metiéndosela en la boca y jugueteando con ella con su lengua, y luego, lo que es una mamada en sí, para dentro y para fuera, hasta que a Amy le empezaron a doler los músculos de la boca. Entonces, subió para arriba y se morreó con la boca de Knuckles.

Ha sido realmente fantástico. Me atrevería a decir que eres mejor que Sonic.

Vaya, hace un rato te masturbabas pensando en él...

Pero tú no cabalgas tan rápido como él, me acuerdo que cuando me folló iba más rápido y me hacía más daño. Tenía que mamársela para evitar sus envestidas.

¿Cuándo te folló?

La anterior aventura, que Eggman secuestró a Tails y Cream, y... ¡Oh, bueno, es una larga historia!

Pues precisamente iba a ver a Sonic. Me había llamado, solicitando mi presencia. Creo que otra misión...

Por favor, no le digas nada de todo esto.

Descuida, mujer, tu cumpliste con tu cuerpo, yo cumpliré con mi silencio. Bien, me voy para allá.

¡Y tened cuidado si salís de misión!

Eso haremos, hasta luegoooo... – dijo, mientras se alejaba.

CONTINUARÁ...