Aventuras en el metro 1: Un encuentro casual
Sus ojos dejaron la sorpresa inicial para llenarse de un toque de disgusto y molestia para luego pasar de adormecidos a estimulantes con un toque de pasión e intriga en su mirada, también pude ver algo de provocación en la profundidad de sus ojos. Era interesante ver como la expresión de su rostro
Mientras esperaba tranquilamente el metro, miraba a mí alrededor en busca de una “presa” por así decirlo. Poco a poco las personas se iban amontonando detrás de la línea amarilla esperando su llegada, mientras tanto las observaba detalladamente para saber quién sería mi objetivo esta tarde y gracias a mis lentes oscuros nadie se daba cuenta de mi mirada, pues no pasaba mas de unos segundos enfocado en una misma dirección para evitar ese problema.
Más y más personas se alineaban ocupando el poco espacio que quedaba en la estación, cosa que luego sería más favorable para mí, seguí buscando hasta que se pudo ver las luces del metro que se acercaba y ahí fue donde la vi. Estaba parada alrededor de un metro a mi izquierda y, aunque era pequeña, la pude ver a la perfección. Llevaba un conjunto de ropa un poco juvenil para su edad que debía rondar entre los 26 pero, debido a su baja estatura de entre 1.20 a 1.10 metros, le quedaban bien. Cabe decir que no tengo ningún fetiche por mujeres que se ven tan jóvenes pero, a pesar de su baja estatura estaba bien equipada y eso llamo mi atención, di pocos pasos en su dirección mientras el metro se detenía y quede justo detrás de ella. Cuando las puertas se abrieron las personas comenzaron a empujar ya que nadie se quería quedar fuera, yo también empuje caminando hacia delante mientras me aseguraba de estar lo más cerca posible de ella para no perderla.
Por fin las puertas se cerraron y todos quedamos como si fuéramos sardinas en una lata. Tal como esperé quedó frente a mí, aunque para ella yo estaba a su lado, me quede tranquilo hasta que nos pusimos en movimiento. En el momento en que el metro arranco todos en el vagón se movieron con él, aproveche el movimiento para enterrar mi “paquete” en su hombro y lo dejo ahí unos segundos y me retire lentamente. A medida que el vagón se movía así los hacía yo, oscilando entre su hombro y el lugar donde estaba parado y cada vez duraba más tiempo apoyándome en ella hasta quedar fijo pegado a su brazo. Estuve así durante unos 5-7 minutos para que se acostumbrara a sentir mi paquete y, aunque no sé si es porque ella es muy pequeña o yo muy alto o tal vez ambas, su hombro estaba en perfecta alineación con mis huevos entonces se les restregué para que los sintiera mejor.
Fui moviendo mi pelvis lento de un lado a otro y a veces en círculos, y aceleraba conforme pasaba el tiempo soportando lo mejor posible el no tener una erección pues quería que primero sintiera bien mis huevos y luego como mi polla se iba poniendo dura en su hombro. Durante todo el proceso nunca deje de mirarla aunque ella no se daba cuenta, la veía ver disimuladamente mi entrepierna mientras me movía, ella se apartaba lo mas que podía de mis huevos, lo que solo eran unos centímetros pues estábamos todos pegados, pero no se lo permitía. Cada vez que se alejaba yo volvía y me pegaba, así lo hizo dos veces más hasta que por fin se quedo quieta.
— Al fin — Pensé, es hora de comenzar.
Me aparte un poco, lo suficiente para apartar mis huevos y dejar ahora mi polla que comenzó de inmediato a crecer. Me movía mientras crecía, sus miradas disimuladas ya no eran tan disimuladas, se quedaba mirando fijo mi polla aprisionada en mis pantalones los cuales no estaban tan ajustados pero si eran de una tela muy delgada, lo que permitía que se me marcara bien y cuando me apoyaba la sentía como si la tuviera fuera de él. Atrás y adelante, arriba y abajo, de un lado a otro, le restregaba mi polla de todas las formas posibles para que sintiera tanto su grosor, su largo como su dureza.
Estuve así durante minutos que parecían eternos, y vi como poco a poco su mano izquierda ascendía sobre su brazo derecho. Lo hacía lento, como si dudada si hacerlo o no, no me impaciente mientras seguía enterrándole mi ya erecta polla en su hombro. Tardo una eternidad en subir pero valió la pena. El reverso de su mano toco tímidamente y la aparto rápido, aparentando como si simplemente pasara su mano por su hombro y me tócala por error, no paso ni dos segundos cuando nuevamente volvió a pasar su mano y me tócala “erróneamente” otra vez pero, a diferencia de la anterior, la dejo un momento y luego la aparte lentamente. Esto se repitió una y otra vez y en cada una se tomaba más tiempo para apartarla, era lo mismo que si estuviera tanteando el terreno hasta que tuviera suficiente confianza para dejar su mano quieta, se tomo alrededor de 5 minutos para que la dejara el reverso de su mano pegada al tronco de mi polla.
El tiempo pasó y su mano se quedo fija en mi polla hasta que por fin lentamente la volteaba. Su dedo índice fue el primero en tocar, lo paso desde el tronco hasta la cabeza, de la cabeza a la base y luego a los huevos. Repitió el movimiento una vez más para luego tocar la cabeza con su palma — O Siiiii — pensé. Hacía pequeños círculos con su palma hasta que sentí como sus otros dedos me tocaban mientras cerraba la mano. Me apretaba y me soltaba, alargaba el brazo para tocarme los huevos, los sujetaba uno a uno y luego juntos y volvía a subir, me estaba haciendo un lento y placentero masaje.
Durante todo nuestro “encuentro” el metro seguía avanzando, dejando pasajeros y subiendo siempre más de los que se bajaban lo que nos apretaba más. Para mí que estaba recibiendo semejante masaje, mientras más apretado mejor pero no podía seguir así, era hora de pasar al siguiente nivel.
Mientras su mano se paseaba sobre mi polla, dirigía su vista a ella durando unos minutos con su miraba fija luego miraba hacía otro lado para disimilar aunque su mano nunca se aparto o dejo de moverse. En uno de los momentos el que apartaba la vista me eche hacia atrás, vi su mano tratando de encontrar mi polla, me despegue de ella, baje mi mano hasta el cierre del pantalón y lo baje luego procedí a sacarme la polla. Una vez tenerla fuera, fui acercándome hasta que mi punta toco sus dedos, se asusto y su mano retrocedió, yo seguí adelante y la coloque en su hombro. Me moví un poco para que la sintiera en todo su esplendor, vi como su mano volvía donde estaba, justo sobre mi polla. Al principio la toco con uno de sus dedos, luego otro y otro hasta tenerla toda sujeta al mismo instante volteo la mirada y ahora la miraba fijamente. Fui excitante ver su cara de sorpresa y éxtasis, solo se quedo ahí mirándola mientras la sujetaba con su mano, le tomo unos minutos recuperarse y otra vez empezó su masaje solo que esta vez no había tela de por medio.
Sus movimientos fueron algo torpe al principio aunque puedo entenderla, no todos los días en el metro te encuentras a un tio que se te arrime en el hombro para luego sacar la polla y tu se la jales en medio de toda la gente, eso el algo que hay que vivirlo para entenderlo. Solo le tomo un minuto para retomar su confianza y volver a lo suyo. Me tocaba los huevos, apretando el tronco cuando subía y terminar con su palma asiendo círculos en la punta para luego bajar y repetir — QUE EXCITANTE— al principio era lento unos minutos después fue cogiendo velocidad hasta que termino haciéndome una paja a toda potencia — SIIIIIII— No pude evitar dejar escapar uno que otro gruñidobajo, ella lo tomo con gracia dejando que una risita saliera de sus labios y una mirada complacida reflejada en sus ojos, remojaba sus labios cada segundo con su lengua, era toda una delicia verla. Todo esto pasaba mientras usaba mi abrigo para cubrirlo todo y gracias a que estábamos en el fondo del vagón nadie nos vería a menos que intencionalmente déjala que eso pasara pero no lo haría o ¿tal vez si?
Quería correrme ¡enserio quería! Pero todavía no, tenía que resistir y en el momento indicado pasar al siguiente nivel, y ese momento por fin llego.
El metro siguió avanzando y poco a poco iba desacelerando hasta que se detuvo del todo y abrió las puertas en una de las estaciones más concurridas de la ciudad. Tal como preví hubieron muchos que se bajaron dejando gran espacio el cual sería ocupado por los nuevos al subirse, aprovechando el momento en el que dejaron el espacio libre me moví rápidamente, saque mi polla de su mano, me acomode hasta quedar frente a ella y coloque mi abrigo de tal forma que tapaba su cabeza. Ya con todas los arreglos hechos mire en dirección a la puerta, como supuse, son más los que intentan entrar que los que se salieron, termine rápido de acomodarme para luego recibir a los nuevos pasajeros que otra vez dejaron repleto el vagón.
Una vez que el metro retomaba su marcha mire así ella, estaba en shock. Mi polla estaba totalmente erecta frente a ella y no sabía cómo responder a mis movimientos por lo que se quedo mirando fijamente sin moverse, se que le tomo por sorpresa el mirarla a solo unos centímetros y no iba a desperdiciar dicha oportunidad. Me puse de puntilla y mi polla quedo justa a la altura de su boca, me fui acercando hasta chocar la punta con sus labios, eso fue suficiente para sacarla de su estado de shock y de inmediato intento retroceder pero no se lo permití. Tenía mi mano sujetando su cabeza con fuerza lo que le impidió moverla, otra vez empuje y presionaba sus labios para que se abrieran. Me costó alrededor de unos cinco intentos para que por fin abriera la boca. En el momento que su lengua me toco vi la gloria. Solo pude introducirle la cabeza pues su boca era demasiada pequeña o mi polla demasiado grande para ella, no lo sé pero no importo.
Sus ojos dejaron la sorpresa inicial para llenarse de un toque de disgusto y molestia para luego pasar de adormecidos a estimulantes con un toque de pasión e intriga en su mirada, también pude ver algo de provocación en la profundidad de sus ojos. Era interesante ver como la expresión de su rostro iban cambiando de un momento a otro. Al final pude ver algo que al principio no pude comprender bien, era como si estuviera hambrienta, miraba mi polla de una forma tan apetitosa que intentaba tragársela entera solo con los ojos —! DEMONIOS! — Eso me encendió por completo.
Aplique más fuerza tratando de enterrársela completa en la boca, ella me ayudo con su saliva y abriéndola lo más que pudo, cosa que casi logre. Tenía más de la mitad ya dentro, sentí como tocaba el final de su boca, pensé que sería lo máximo que entraría, que equivocado estaba. Al momento que deje de moverme ella miro hacia mí, fue como si me dijera —Déjame que yo lo hago— Así que me quede quieto y deje que hiciera su trabajo. Sujeto mi cintura con fuerza y ella misma poco a poco iba devorando mi polla — ¡OH DIOSSSS! — Siguió hasta tocar sus labios con mis huevos, se la trago por completo — ¡DIOSSSSS! — Sentí mi polla palpitar en su garganta. Estuvo con ella totalmente metida unos segundos luego retrocedió hasta la mitad y nuevamente hasta el fondo para de nuevo sacarla y repetir — ¡DIABLOS! — Esa fue una de las mamadas más espectaculares que he tenido hasta ahora. Fue aumentando la velocidad, se podía oír los choques de sus labios con mis huevos, la succión de su boca y los estímulos de su garganta, en este punto me olvide por completo donde estábamos y todas las personas que teníamos alrededor de nosotros, Estaba en el cielo.
Esta espectacular mamada duro solo 6-7 minutos, los que para mi fueron horas, podía sentir como se acumulaba la leche y en cualquier momento estallaría, ella lo sabía, podía ver su mirada provocativa mirándome y como deliberadamente aumentaba su succión y apretaba sus labios con fuerza. Para decir verdad, solo con ver esa mirada provocativa fue suficiente, no pude aguantar más y explote. Sujete con fuerza su cabeza con mi polla al fondo de su garganta mientras descargaba, que gran corrida la que tuve e hice que se lo tragase todo. Estuve en las nubes por unos segundos hasta que ella comenzó a apartarse y se la saco del todo, tocio pero solo eso, no escapo ni una sola gota de su boca, mire mi polla todavía no había bajado la inflación y había rastro de saliva y semen acumulada, ella también la vio y se la llevo de nuevo a la boca mientras me miraba — ¡DEMONIOS! — Sentí como su lengua recogía lo acumulado y se lo tragaba para comenzar a mover su boca reanudando la mamada mirándome de una forma enloquecida — ¡DIOSS! ¡DIABLOS! — Tuve que detenerla, no porque no quería continuar — ¡DEMONIOS NO!— Mas bien por las personas que notaron los movimientos y sonidos extraños viniendo de aquí. La detuve como pude, no fue fácil pero lo hice, me volví a meter la polla en los pantalones y aparte el abrigo de ella.
Espere unos minutos a que se detuviera el metro para bajar, no sin antes intercambiar números con mi nueva “amiga” para programar un nuevo encuentro en el futuro y espere a que el metro retomara su camino para irme. Subiendo las escaleras para salir de la estación rememoraba lo sucedido, estaba caminando con mi mente en las nubes con la experiencia tan excitante que acababa de pasar, mientras tanto mi polla recobraba fuerzas y el dolor de tenerla aprisionada me devolvió a la realidad, la tenia totalmente lista para batallar. A pocos metros de mi vi a una tia que bajaba con la mirada fija en mi polla —Esta quiere— pensé, como todavía estaba saboreando lo que viví no quise detenerme y tener otro “encuentro” así que solo la deje con un pequeño regalo. Mientras subía y ella bajaba hice un desliz con mi mano derecha tratando de acomodar mi polla, o eso debió pensar ella, en un instante como por “accidente” deje que mi polla saliera de su prisión y quedara totalmente expuesta para que la viera, solo fueron unos segundos pero pudo tener un vistazo completo a lo que escondía en el pantalón. Le pase como si nada y volví a meter al prisionero en su celda, seguí adelante sin mirar a atrás, podía sentir su mirada penetrante en mi espalda, Salí de la estación y mire al cielo con una sonrisa en mis labios pensando en el gran regalo que le di.