Aventuras de un Hetero (La mejor mamada)
Siempre lo que mas me ha atraido del mundo gay, ademas de la facilidad de conseguir sexo rapido, es la maestria de muchos hombres en lo que se refiere a hacer una mamada. Me han hecho muchas mamadas en mi vida, varias mujeres y muchos hombres, y la verdad es que no tiene punto de comparacion, los hombres saben hacer disfrutar a otros hombres con su boca.
Siempre lo que más me ha atraído del mundo gay, además de la facilidad de conseguir sexo rápido, es la maestría de muchos hombres en lo que se refiere a hacer una mamada. Me han hecho muchas mamadas en mi vida, varias mujeres y muchos hombres, y la verdad es que no tiene punto de comparación, los hombres saben hacer disfrutar a otros hombres con su boca.
Esta historia, como todas las anteriores que he contado, es cien por cien verídica.
Tenía por aquel entonces unos 25 años, y como la mayoría del tiempo y a pesar de tener novia, estaba bastante caliente. Decidí entrar en un chat gay de mi zona y no tarde en pescar. Estuve hablando con un hombre maduro, de 50 años, que tenía sitio discreto y no me pedía nada para quedar, es decir, ni foto ni móvil ni ningún dato, por lo que decidí arriesgarme. El tipo me dijo que era casado, así que la discreción estaba garantizada.
Eran las 12 del mediodía, quedamos en el portal del bloque donde tenía su "picadero", al parecer es un piso de veraneo que alquila para los turistas. De repente le vi aparecer, un hombre de la edad que me dijo, con gafas de sol, y pelo calvo rapado. Nos saludamos y entramos. Nos metimos en el ascensor y había un poco de tensión, yo estaba nervioso y él lo noto. Me dijo que me tranquilizara y a continuación paso su mano por mi paquete para acariciarlo.
Entramos en el piso y me invito a sentarme en el sofá, ambos teníamos claro lo que iba a pasar, yo solo quería una mamada y eso iba a ocurrir. Me baje los pantalones y ya tenía la polla semierecta. Tengo que decir que estoy bien dotado, 19 centímetros y bien gruesa. El tipo se arrodillo delante mía, me la cogió y me dijo que le encantaba, que la tenía muy bonita. Se la metió en la boca y la verdad es que empecé a alucinar, la comía con auténtica maestría, y lo mejor de todo es que se la tragaba entera, cosa que solo me había hecho una persona en toda mi vida. Estaba muy excitado y me la notaba a reventar, el cada vez que se la sacaba de la boca lo que hacía era alabar lo bonita que era, de repente se va y vuelve con un metro, y sí, me midió la polla porque decía que me media más de lo que yo le había dicho, y dio 21 centímetros, lo cierto es que yo nunca la había visto tan grande tampoco por lo que fue una gran sorpresa para mí. Hizo algo que no me gustó mucho, y es que saco una botella pequeña, abrió el tapón y olió, le pregunte que era y me dijo que era para ponerse más cachondo y me ofreció, le dije que no, que pasaba de drogas. Me cortó un poco el rollo, pero siguió a lo suyo y me vine otra vez arriba. El tío la comía como si fuera la última que se iba a comer, salivándola bien, acompañando el movimiento con la mano... un maestro vamos.
La mamada estaba durando ya bastante y yo quería correrme en breve, así que se lo avise. El tipo me pregunto que si estaba sano, le dije que si evidentemente, y me dijo que se quería tragar mi leche. Flipe un poco pero le dije que vale, nunca me lo habían hecho antes, así que no me importaría probar.
Se puso a comerla con más ganas aun, y empecé a correrme, notaba las pulsaciones de mi polla al expulsar el jugo de mis huevos, estaba soltando muchísimo y el tipo tragaba y tragaba. Cuando termine, el tipo siguió chupando, hasta dejármela totalmente limpia. Le dije que había estado de puta madre y que había sido la mejor mamada de mi vida, su respuesta fue que en cinco minutos repetiríamos, que se ha quedado con ganas de más leche.
Y así fue. Seguimos quedando esporádicamente durante un tiempo, pero un día desapareció, creo que la mujer le pillo.
Pronto os contaré alguna que otra historia más.