Aventuras de Marta (5)
En esta ocasión, a petición de un admirador, Marta pasea su cuerpo completamente desnudo por un parking.
Hola amigos morbosos,
Esta aventura se la debéis a Morgan, uno de los admiradores de mis aventuras, que fue quien nos la propuso. Aprovecho esto para pediros que nos enviéis propuestas de aventuras morbosas (cuanto más morbosas mejor, por eso no os corteis) para que las lleve a cabo. Eso sí, que sean morbosas pero factibles. Ya sabéis que se trata de que me desnude en sitios "peligrosos", pero siempre tratando de que no me pillen, a menos que sea algo como lo del probador de los grandes almacenes. En cualquier caso, no os quepa duda de que por morbosas que sean las llevaré a cabo aunque eso suponga que un día de estos me pillen completamente desnuda, cosa que os detallaré, si ocurre, con pelos y señales para que os pongáis tan morbosos que no podáis más.
Bueno, esperamos ansiosos vuestras peticiones. Entre tanto, aquí va mi última aventura:
Tuvo lugar ayer mismo en un parking que hay cerca de donde trabaja Jorge. La idea, tal y como nos pidió Mrgan, era entrar al parking y nada más entrar, yo me desnudaba completamente e iba a aparcar el coche. Mientras tanto, Jorge con toda mi ropa en una bolsa, se dirigía a la salida y me esperaba en las escaleras que llevan a la calle. El parking tiene 4 plantas y aparcamos en la -3. Jorge me esperaba en la -1 para darme el abrigo y los zapatos. Como sé que esto os excita igual que a mí (o casi), os diré que me quedé completamente desnuda. Me gusta no llevar ni zapatos, ni nada. Además me excita mucho bloquearme posibles escapatorias, así que en el coche no dejamos ni un trapo para evitar la tentación de cubrirme con él. Por si fuera poco, llevábamos dos juegos de llaves y Jorge me obligó a cerrar el coche y dejar las llaves dentro de manera que no pudiera meterme en el coche en caso de peligro. Uufff, me mojo otra vez solo de acordarme.
Pues nada, Jorge se marchó con la bolsa y yo, totalmente desnuda, conduje hasta el sótano 3 donde aparqué el coche. Me crucé con dos conductores que salían pero no parecieron darse cuenta de nada (peor para ellos). Dejé el coche aparcado, respiré hondo y cerré con las llaves dentro. Casi en el acto empecé a mojarme. Estaba allí, completamente desnuda y tenía que andar así unos veinte metros hasta las escaleras y subir dos plantas. Iba a echar a andar, cuando bajó un coche. Me agazapé detras del mío y esperé. Para mi excitación, el coche aparcó a dos o tres plazas del mío, y encima la pareja se quedó dentro como cinco minutos. No se quedaron más (Dios sabe lo que estarían haciendo) porque pasó el vigilante que suele hacer la ronda. Debió darles corte y salieron. Yo por mi parte estaba como una moto imaginando las cosas que me haría el vigilante con la porra si me pillaba. Me estaba dando pellizcos en los pezones (es algo que me encanta), y estaba chorreando oyendo los pasos del guarda. No os imagináis qué excitación oir sus pasos y pensar que si se asomaba me vería todo lo que quisiera, hasta podía obligarme a enseñárselo todo :-)
Al final se fue la pareja y el vigilante dio la vuelta y subió por la rampa hacia la planta de arriba. Yo salí de mi escondite y con cuidado me dirigí a las escaleras. Empecé a mojarme otra vez pensando que podía haber gente en algún otro coche dándose un festín con mi cuerpo totalmente desnudo. Me acaricié un poco. Por fín llegué a las escaleras. Me quedé un ratito dudando si subir o qué y con el oído atento pero la duda me duró poco porque bajó otro coche por la rampa y no me quedó más remedio que subir. Por el hueco de las escaleras vi a Jorge que se asomó para enseñarme cómo se estaba haciendo una paja. Me puse a mil y empecé a poner caras de vicio y a pasarme la lengua por los labios y a sobarme las tetas mientras subía. Entonces salió alguien de la planta que había inmediatamente encima de mí. Me pegué a la pared todo lo que pude y Jorge también se ocultó. Recé para que fuese hacia arriba (era lo lógico y así ocurrió, pero en esos momentos una no piensa con mucha claridad).
Pasado el susto, seguí subiendo y llegué donde estaba Jorge que, después de un rato de tira y afloja me dió el abrigo y los zapatos. Justo a tiempo porque no había hecho más que ponérmelo cuando dos chicos bajaron por las escaleras. Yo incluso dudo si no vieron que iba desnuda debajo del abrigo porque si no lo hicieron fue por un pelo. Les vi cuando ya estaban encima. Además me miraron con caras un poco lascivas, aunque quizá fueran figuraciones mías.
Bueno, pues otra aventura más. Espero que os haya gustado y ya sabéis, enviadnos vuestras peticiones que si son factibles las haremos y luego las escribiré aquí para deleite general.
Besos y hasta la próxima,
- Marta -