Aventuras de Marta (3)

Esta vez Marta exhibe su cuerpo desnudo en un hotel.

Hola amigos,

Aquí va mi tercera aventura, espero que os guste. Como os dije en mi primera publicación, esto son historias absolutamente verídicas. No hay nada inventado. Si en alguna ocasión decidimos publicar alguna historia ficticia, os avisaremos. Prometido.

Esto ocurrió en un hotel estando de vacaciones la primavera pasada. Es también algo a lo que llevábamos dando vueltas bastante tiempo. El caso es que llegamos al hotel como a media tarde, subimos a la habitación, nos duchamos y salimos a dar un paseo. A la vuelta cenamos tranquilamente y después subimos a la habitación a planear nuestra aventura. Jorge daría las órdenes y yo tenía que llevar a cabo todas las tareas que me mandase.

Alrededor de las 23:00 salimos de la habitación. En un principio pensamos que yo llevara un vestido sin nada debajo, aunque para evitar la tentación de ponérmelo en caso de peligro, decidimos que saliera completamente desnuda. Para que os hagáis una idea, todo lo que llevaba puesto era un reloj y un collar. La idea era estar media hora andando por el hotel.

Nada más salir de la habitación giramos a la derecha y Jorge me hizo ir hasta una zona de descanso que había como a 20 metros, a cuatro patas. El iba delante por si aparecía alguien. Llegamos a la sala de descanso y estuvimos allí unos dos minutos mientras oíamos gente por los pasillos que teníamos cerca. Yo estaba empezando a mojarme.

Después nos dirigimos a las escaleras y Jorge me obligó a subir dos pisos, coger el ascensor y bajar hasta donde él estaba. Me puse como una moto. Tenía los pezones como piedras y el coño bastante húmedo. Empece a subir con los oídos bien atentos por si las moscas. Conseguí subir los dos pisos pero aun quedaba lo más difícil. Me quedé agachada en las escaleras mirando a la puerta del ascensor. Aparte de tener que andar totalmente desnuda el trecho que me separaba del ascensor, debía llamarlo, rezar para que no viniera nadie y cogerlo rezando también para que no se parase en ningún piso y bajara directamente adonde estaba Jorge, y que además no hubiera nadie allí con él esperando.

Respiré hondo y me dirigí al ascensor. Pulsé el botón y volví a mi "escondite" en las escaleras. Al cabo de un rato, llegó un ascensor. La puerta se abrió y me levanté para salir disparada y meterme dentro. De repente salieron dos hombres del ascensor. Me quedé muerta y dí marcha atrás. Mientras bajaba por la escalera oí, "¡Eh, oiga, oiga!" Bajé un piso todo lo deprísa que pude y me escondí a la vuelta del pasillo. El corazón se me iba a salir del pecho. Oí como alguien bajaba por las escaleras, se paraba y comentaba, "Que sí tío, que estaba en bolas. Te lo juro por mi madre". El otro contestó algo y siguieron bajando. Cuando me quise dar cuenta, me estaba tocando. Estas cosas me ponen a cien. ¡Si pudiera verme Jorge!".

Decidida a cumplir la tarea, volví a subir y repetí la operación. Esta vez no hubo percances y conseguí montarme sola en el ascensor. Le dí al botón y recé para que Jorge estuviera esperándome. Por fin se abrieron las puertas y allí estaba Jorge. Pero me hizo señas de que no saliera, que venía gente. Me quedé helada. ¿Y ahora qué hago? El ascensor se cerró y empezó a subir. Ahora sí que estoy perdida, pensé. Pude ver que el ascensor se dirigía al piso 7 (estábamos en el 4). Estaba a punto de darme por vencida y resignarme a que me pillaran cuando se me ocurrió lo evidente. Gracias a Dios no era demasiado tarde. Pulsé el botón del piso 6. El ascensor se detuvo en el sexto piso. Afortunadamente no había nadie. Salí y fui hacia las escaleras para planear mi próximo movimiento. Oí pasar el ascensor hacia abajo con gente hablando dentro. Me empecé a masturbar un poco imaginando que me hubieran pillado así. Lo dejé porque iba a correrme.

Entonces oí que alguíen subía por las escaleras. Me levanté para salir pitando pero en ese momento venía gente por el pasillo. Estaba atrapada. Decidí mostrar mi cuerpo totalmente desnudo a quien subía por las escaleras. Fue una buena elección porque se trataba de Jorge. Suspiré entre aliviada y decepcionada :-)

Le conté mis peripecias y se le puso tan dura que empezaba a dolerle. Me dijo que íbamos a coger el ascensor para subir a la última planta donde había una piscina. A esas horas era poco probable encontrar a nadie allí. Otra vez a rezar para que no hubiera nadie esperando el ascensor en la octava planta. Llegamos y no había nadie, así que salimos y anduvimos hasta la piscina. Jorge entró a investigar. Había dos hombres y una mujer nadando. Me dijo que esperase un momento y entró al vestuario de los tíos. Yo mientras allí en la entrada agazapada y totalmente desnuda.

Al poco salió Jorge y me dijo que me metiera en el vestuario de los tíos y me escondiera en un pasillo que había detrás de las taquillas y esperase masturbándome a que entrase alguno de los tíos. Cuando le oyese entrar tenía que asomarme disimuladamente para verle en pelotas si podía, porque luego tenía que decirle a Jorge cómo era. Entré. Había dos filas de unas cinco taquillas una enfrente de otra. Una estaba pegada a la pared y entre la otra y la pared quedaba un pequeño hueco. Lo de pasillo era mucho decir. Me metí allí y empece a tocarme. No llevaba ni medio minuto cuando alguien entró. Se dirigió hacia una de las taquillas detrás de las cuales estaba yo. Le oí hurgar en una bolsa. Muerta de miedo me asomé lo más sigilosamente que pude. Estaba en pelotas secándose con una toalla. Me excitó mucho ver a un tío en pelotas en un vestuario, estando yo también desnuda. Imaginé lo que pasaría si me pillase. Estaba empezando a chorrearme por las piernas. Tuve que esperar a que terminase y saliese. Entonces entró Jorge y me dijo que saliera rápido, no fuera a entrar el otro. Le conté a Jorge cómo era el tío (con pelos y señales). Le encantó.

Después de algún que otro percance conseguimos volver a la habitación. Jorge me obligó a hacerle una mamada en el pasillo, eso sí, con la puerta abierta por si acaso, mientras me masturbaba (aunque ya me había corrido un par de veces). Me volví a correr otra vez allí en el pasillo totalmente desnuda y de rodillas mientras le chupaba la polla a Jorge.

¡Vaya noche más alucinante!. Dormí como una niña.

Espero que os haya gustado aunque hay que experimentarlo para sentir de verdad el morbo y la excitación que sentí yo aquella noche.

Besos.

-Marta-