Aventuras de Marta (2)
Otra excitante aventura de Marta exhibiendo su cuerpo desnudo.
Hola amigos,
Aquí tenéis otra de nuestras aventuras. Esta ocurrió ayer, así que la tenemos fresquita. Espero no olvidarme de nada.
Se trata de algo que llevaba tiempo proponiéndole a Marta aunque ella no acababa de atreverse a hacerlo. Se trataba de exhibirla delante de un extraño. Dejando que la viera bien vista. Como os comentó Marta en su anterior relato, le encanta desnudarse en el campo, en los parkings, etc.,. Pero siempre tratando de que no la vean porque le da un cortazo tremendo (aunque también se pone como una moto).
En fin, ayer fuimos a un centro comercial que hay lejos de casa (no queríamos correr el riesgo de que la viera algún vecino). Fuimos a una tienda de ropa y estaba bastante tranquila así que decidimos llevar a cabo nuestra idea. Marta cogió algunas prendas de ropa interior y se fue hacia los probadores. Dejó la cortina medio abierta de manera que se la pudiera ver bien desde donde yo estaba (a escasos 10 metros). Entonces se desnudó completamente y comenzó a probarse la ropa interior que había cogido, pero siempre manteniéndose lo más desnuda posible. Fue entonces cuando vi a un hombre de unos 45 ó 50 años que venía que ni pintado para nuestro excitante plan. Afortunadamente, al poco rato se acercó por donde yo estaba, así que decidí aprovecharlo y, tratando de mostrarme sorprendido, le dije: "Oye tío, mira eso, ¿puedes creerlo?". Me miró confuso y luego miró en la dirección que yo le indicaba. "¡Hostias!", fueron sus primeras palabras. Y es que allí estaba Marta, completamente desnuda de la cabeza a los pies. Como digo, estábamos relativamente cerca y aquel hombre podía verle a Marta perfectamente las tetas, los pezones, el culo y el chocho. TODO. Mientras tanto Marta vigilaba de reojo el espejo para cerrar la cortina si las cosas se nos iban de las manos o aparecía alguno de los vendedores. El hombre no podía creérselo. Yo podía notar como se le ponía tiesa (y él podría haber notado también como se me ponía a mí, porque la tenía como una piedra).
Nunca había estado tan excitado. No sé si me entendéis. He visto miles de veces a Marta totalmente desnuda en exteriores y en sitios comprometidos pero esto era demasiado. Y creo que la razón era que aquel extraño estaba contemplando el cuerpo completamente desnudo de mi mujer y yo lo estaba viendo todo.
Entonces el hombre metió su mano en el bolsillo y comenzó claramente a hacerse una paja mientras admiraba el cuerpo desnudo de mi mujer. Yo le imité.
Mientras tanto Marta estaba realizando una actuación espléndida. Se cogía las tetas, se probaba un sujetador sin bragas, dejaba caer algo al suelo y se inclinaba a cogerlo, enseñándonos su culo y su coño,... Una de las veces incluso dejó caer un pendiente y se puso a buscarlo por el suelo a cuatro patas. ¡Aquello fue demasiado!, el tío se volvió loco. Pensé que se corría allí mismo. "Hostia Puta", fue todo lo que pudo articular.
Ya habían pasado unos cinco minutos y entonces, según lo acordado, Marta fingió darse cuenta de que la cortina estaba medio abierta y la cerró. El hombre se marchó directamente a los servicios (ya imagináis a qué).
De verdad que no podéis imaginaros lo excitante que fue. Desnudarse en el campo o en algún lugar poco transitado de la calle es muy excitante pero esto era otra cosa. Porque Marta tenía total impunidad para hacer lo que quisiera, por así decirlo. Quiero decir que lo normal en unos probadores es desnudarse, ¿no?. Nadie puede decirte nada por desnudarte en un probador. La cortina medio abierta era sólo un accidente. Sin embargo ella estaba allí mostrando su cuerpo completamente desnudo a un extraño para que disfrutase de él. Generalmente cuando lo hacemos en otros sitios tratamos de que no la pillen porque le da mucha vergüenza, pero aquí podía enseñarlo todo y aun así no sentirse culpable. Además nunca se sabe como va a reaccionar un tío si se encuentra una mujer completamente desnuda en mitad del campo, por ejemplo.
Pero esto era distinto, aquel hombre probablemente pensó que había tenido mucha suerte. Y Marta (aparentemente) no se daba cuenta de lo que estaba pasando, lo que hacía la experiencia todavía más excitante para el hombre porque estaba viendo las tetas, el culo y el coño de una mujer que de otra forrma no se lo hubiera dejado ver de ninguna manera. La verdad es que me excité tanto que si la cosa llega a durar dos minutos más, me corro. Más tarde Marta me confesó que a ella le había excitado muchísimo también y que cuando cerró la cortina para vestirse, estaba empapada hasta los tobillos.
Definitivamente tenemos que probar esto más veces con algunas variaciones que se nos han ocurrido. Ya os contaremos.
Besos de Marta y Jorge.