Aventuras de Marta (12)

Continuación de "Esclava en Pelotas por un Día". No os lo perdáis.

Hola amigos y admiradores :-)

Después del episodio de los jardineros nos dirigimos al campo. Es una zona en la que no suele haber casi nadie. Simplemente ir totalmente desnuda en el coche ya me ponía a cien. Entonces llegamos y Jorge eligió (el muy bastardo) una zona con pocos árboles y pocos matorrales, para que estuviera completamente expuesta (sabe que es lo que más me moja). El saber que pueden verme desde cualquier lado y que no tengo donde esconderme para que no me vean el culo, las tetas y el coño.

Bueno, aparcamos el coche al lado de un sitio al que Jorge tenía echado el ojo. Una casa junto a una especie de prado con vacas. Con suerte habría un pastor o algo. Y lo había, no uno si no dos. Estaban relativamente lejos (como a 30 ó 40 metros) y nos separaba una valla de alambre y piedra y algunos árboles. Pero me podían ver claramente si miraban hacia donde estábamos.

Entonces Jorge cogió la cámara y fingió hacerme fotos. Realmente me hizo alguna, pero si me llega a hacer tantas como fingió, no hubiéramos tenido memoria suficiente. Yo ponía poses y él fingía sacar fotos mientras con un ojo vigilaba a los dos campesinos. De repente me dijo, "No te vuelvas, sigue posando". Nos habían visto. Estábamos como a diez metros de la valla y ellos al otro extremo del prado. Jorge los vio gesticular y entonces, como no podía ser de otra manera me dijo que estaban acercándose disimuladamente, supongo que para verme mejor :-)

Yo seguía posando obediente y empapada. Jorge no los perdía de vista por si las cosas se complicaban. Afortunadamente teníamos el coche al lado. Al cabo del rato estaban casi pegados a la valla. Nosotros mirábamos hacia otro lado fingiendo no enterarnos de nada. Jorge me obligaba a poner posturas eróticas (poniendo el culo en pompa, agarrándome las tetas,..). No quiero ni imaginarme cómo estarían aquellos dos pobres hombres viendo tan cerca a una tía completamente desnuda. Y no es por nada pero creo que tengo un cuerpo que no está mal. Por lo menos el tipo que les gusta a los hombres. Con buenas tetas y algunas curvas. Sé que muchos preferiríais a una jovencita de veinte en lugar de a una vieja de cuarenta y tantos, pero esto es lo que hay. Tenéis una muestra más abajo :-))

Después de un rato de ponerles a mil, Jorge me dijo que fuéramos hacia el coche. Cuando llegamos nos situamos de lado, de manera que todavía pudieran vernos bien y Jorge me obligó a apoyar las manos en el coche y separar las piernas como si me fuera a cachear. Y vaya si me cacheó. Se puso a sobarme el coño y el culo allí en medio, delante de los dos tíos. Me decía en voz baja que gimiese un poco pero sin exagerar y la verdad es que tuve que contenerme para no gritar de gusto. Allí en medio del campo dejándome hacer de todo delante de dos desconocidos. Después de un rato, Jorge me dijo que le hiciese una paja. Yo obediente me arrodillé y empecé a moverle la polla, a sobarle los huevos y a chupársela. No tardó en correrse y no me extrañaría que con el espectáculo que dimos también se corrieran los dos campesinos. Es más, estoy segurísima de que se corrieron.

Bueno, pues esto es casi todo, lo que quedaba de tarde lo pasamos andando en coche por allí y a la vuelta a casa tampoco hubo problemas aunque casi me pillan porque justo cuando entramos en casa oímos cómo abrían la puerta unos vecinos. Por supuesto cené desnuda y Jorge me hizo asomarme un par de veces a las escaleras e ir andando hasta el otro extremo del pasillo.

Espero que os haya gustado. Estoy segura de que lo repetiremos y tendréis la crónica correspondiente para poder disfrutarla.

Besos, - Marta –