Aventuras con Amanda

Quiero compartir algunas cosas que he vivido con Amanda, mi novia, nuestro amor secreto y libre, y su grande y hermoso dote... ;)

Disculpen el anterior relato porque debía estar en la categoría de transexuales, aunque debería llamarse hembras con verga para mi gusto :D

Ahora les quiero contar muchas aventuras que he pasado con mi hermosa novia, esta será de la primera vez que empezamos a andar y la siguiente en el cine.

Como dijera en mi anterior relato, dejé a Jorge, que al parecer lo tomó bien, o mejor de lo que esperaba, y no fue hasta entonces que busqué a la chica con la que había tenido aquella mágica experiencia. En primera, no sabía su nombre, donde "trabajaba", ni cuántos años tenía. Espero no ser tan mala porque me considero buena chica, pero acudí a Jorge que era el único que sabía su paradero. Me lo dijo tranquilo junto a la frase "quiero que seas felíz, pero si necesitas algo, aquí estaré".

Me dirigí un día, muy nerviosa la verdad, al lugar que me había indicado Jorge, a eso de las nueve de la noche, vestida con mi pants holgado y el cabello recogido. Recuerdo que miraba de un lado a otro, buscando que nadie me reconociera, como si eso pudiera pasar jeje, y buscando también a la chica que tenía mis pensamientos. Cuando por fin dí con ella se encontraba con sus amigas, a las que ví de lejos, y me mantuve de pie, deseando que volteara para mi lugar. No tardó mucho cuando una chaparrita me miró y dijo algo, que imagino fue "a alguien buscan", se enfocaron en mí y mi rubia se acercó mientras las demás reían como secundarias :)

-Hola, yo me acuerdo de tí. - Me dijo.

Me quedé pasmada, pensando que hacer, estaba alegre porque se había acordado de mí y no me dí cuenta pero he de haber tenido la sonrisa de tonta enamorada más grande del mundo.

-¿Quieren otra fiestecita tú y tu novio?

-Noup... - le dije con voz temblorosa - Ya... ya no ando con él... ¿te gustaría un café conmigo?

Ante su cara de asombro recapitulé lo que acababa de decir, ni siquiera había podido formularlo bien jeje. Me sonrojé y me tomó ambas manos y las levanto a la altura de mi pecho. Fue muy accesible al decirme que sí, claro, después de un "ay mi vida" para sonrojarme más. Yo no cabía en mí misma de tanta vergüenza y después de su respuesta.

-Claro que si preciosa, ¿cómo le hacemos?

-Te parece... mmm... ¿si pasas por mí a la uni? voy aquí cerca, salgo a las tal horas ;)

Respondió con un beso en la mejilla, y ya que estaba tan pasmada y mi corazón detenía mis palabras, se alejó mientras veía como intencionalmente se contoneaba para mí. Tendría mucho que pensar en la regadera esta noche :D

Al día siguiente esperaba que los segundos pasaran rápido y terminara mi suplicio, y para no hacerlo largo con mis divagaciones del momento, llegó mi salida. Me despedí de mis amigos y esperé no por mucho tiempo.

Llegó con un pantalón justo a la cadera, un top negro que favorecía enormemente sus atributos femeninos y unos lentes oscuros. Al acercarme un poco más segura solo podía ver entre sus piernas, de lo cuál se dio cuenta y abrió un poco su postura, para que pudiera tal vez contemplar lo que sabía se escondía en su interior. La abracé con ganas y ella regresó el abrazo, no tan fuerte como el mío porque su sorpresa debió ser grande, tal vez pensaba que me daría pena o algo así.

Caminamos para tomar el camión mientras platicabamos. Su sonrisa me encantó, al parecer disfrutaba de mi euforia, y quize creer que nunca había tenido esta experiencia al igual que yo, y no se lo he preguntado jamás. Jamás preguntó a donde ibamos pero me sentí obligada a decirle y a mentirle jiji.

-Te invito a mi casa, no hay nadie y preparo un café exquisito mmm.

Mentí en la parte del café claro, pues pensé que no me vería en la necesidad de demostrar el talento que pregonaba.

Cuando llegamos la llevé directo al sillón en la sala, tomando su mano y acariciandola mientras me sentaba. Ella sonrió y me dió un beso de imprevisto.

-Tal vez no lo sepas, pero cobro estas sesiones preciosa. - Soltó derepente la aclaración mientras me cerraba un ojo.

No supe que hacer porque mientras saboreaba su lapiz labial en mis labios sus palabras llegaban lentamente a mi cabeza.

Aahh, mmm, perdón, yo solo... - No terminé la frase del beso que me plantó nuevamente.

Nos besabamos ardientemente,acariciaba su espalda y ella me tomó por la cintura. La detuve un momento para ir por un vaso de agua, ella rió un poco en voz baja y me pidió uno para ella. A mis espaldas se levantó mientras servía el agua y comenzó a inspeccionar el lugar, aunque no hay mucho que inspeccionar jeje. Al regresar puse los vasos en la mesa de centro y me senté, ella seguía de pie mirandome y dí un sorbo a mi vaso. Me puso algo nerviosa nuevamente, pensé que se había enojado por la pequeña pausa, pero al bajar la mirada, por un lado del cierre resaltaba un bulto que se veía perfecto en el pantalón pegadísimo.

-Eso esperabas ver en la escuela, ¿cierto? - Y me sonrió

Me atreví a tocarlo rápido y esondí mi rostro jugando con ella, que se empezó a cubrir mientras yo intentaba tocárselo. Entre risas y el juego me pidió tiempo para tomar agua, ambas lo hicimos y regresamos a lo que estabamos. Besos cortos y rápidos, me separaba de vez en cuando para verme, lo que me exitaba, paseaba la lengua por mi boca y la introducía para pelearnos de boca a boca. Se sentía tan rico y ella sabía que lo disfrutaba. Nos acariciamos por todas partes y en poco tiempo se convirtió en experta entre mis pompas. Las tocaba perfectamente bajo la falda, cuando de pronto las apretó y me puso de rodillas en el sofá. Me seguía besando y tocando, apretaba mis nalgas y levantaba mi tanga para soltarla en un sonido que nos exitaba. No paraba de mirarme y comencé a desabrocharle el pantalón para bajarlo un poco y sentir su piel como ella lo hacía. Me asomé para ver su ropa interior, una tanga diminuta y de color rosa, me prendió tanto que seguí tocandola con más pasión, acariciandola, mordiendo sus labios, manteniendo una mano que se enredaba en sus cabellos dorados y la otra en el trasero sensual que tenía. Resistí un poco antes de abandonarme por completo, coloqué mi mano en su nuca e inconcientemente le dí una nalgada que resonó fuerte y exitante. Me miró por un segundo como recordando que ya lo había echo antes y se abalanzó contra mi cuello, haciendome gemir un poco con el roce de sus labios. Nos fuimos desvistiendo una a la otra, las blusas volaron con los sostenes siguiendolas, nos apretamos por los pechos en un abrazo, cacheteamos de pecho a pecho, riendo, me tomó por la nuca y me sambulló entre ellos mientras los movía, hice lo mismo pero no con el mismo impacto, pues no son tan grandes :)

La tomé del cabello con delicadeza pero en señal de que me gustaba jugar rudo pero sin dolor, la levanté y se bajé el pantalón de un solo tirón. No dejé de ver sus ojos y nos tocamos. Intenté bajar mi falda pero me tomó por la muñeca "No te atrevas" y me sonrió tiernamente. Me alejó un poco después de un beso y me dijo que lo viera, bajé mi rostro y ahí estaba, salido por una parte tan largo como era aún en reposo. La besé de nuevo mientras acomodaba semejante cosa dentro de la minúscula tanga rosa. Me decidí y me arrodillé rápidamente para exitarla deprisa.

Por fin la tuve de frente como aquel día, solo que esta vez no había nadie, la miré y era tan grande como la recordaba y aquella tanga no hacía más que dejarme ardiendo, porque era tan pequeña que sus huevos asomaban por ambos lados partidos por el hilo, y la verga no cabía de tan gorda y larga que estaba. Su cabeza se asomaba un poco y bajé su tanga para liberarla sobre mi rostro, que al tocarlo hizo un sonido tan gracioso como perverso, del cual reímos. La miré enamorada hacia arriba, aún con su pene entre mis ojos y comencé a lamerle los huevotes y a meterlos uno por uno a mi boca, porque ambos no cabían en ella. Se lamía los labios como aquella vez y me soltó una cachetada, de esas que suenan pero no duelen, y me tomó por los cabellos como antes. Lentamente su miembto resbaló por mi carita hasta llegar a su destino, que abrí con esmero para que pudiese entrar. Su sabor era indescriptible, más sabroso que hacía unos cuantos días, a la mejor porque esperaba tener aquello que llenaba mi pico casi por completo. Comenzó a meterlo rapidamente, sintiendo satisfacción por verme hincada y a su merced, ah, y no olvidemos, por los sonidos que me arrancaba al ahogarme con su dote. Sin soltarme del cabello tomó con su mano al animal que ya se extendía en toda su longitud y estaba tan duro como una roca, y comenzó a darme golpecitos en los cachetes, mientras repetía si me gustaba. Cuando intentaba responder, apenas se abríaa mi boca, me introducía la verga y la movía en mi interior. Me esmeré en decirlo y me atragantaba, quedando a medio camino de decirle que me encantaba, lo metía hasta el fondo y tosía, me separaba y volvía a preguntar. Llegó a tanto su exitación que se colocó con las piernas abiertas en "V", justo por encima mío (ya que soy pequeña).

-Abre la boca universitaria, te voy a enseñar algo que no verás en la escuela.

Lo cuál hice gustosa por aquella nueva posición y me ensartó tan rico que no nos importó que me ahogara. ¿Te gusta?, ¿Te gusta chiquita?, y yo respondía "guop, guop" aaaaaaaa, me emociono tanto al recordarlo. Me cogía de nuevo por la boca, pero esta vez con más emoción y más rápido, por mi parte solo me aferraba a sus nalgotas y le pegaba en ellas. Se detuvo por un momento que pensé me daría sus jugos para tragar, pero la sacó lentamente y se sentó otra vez en el sillón.

-Ven, como perrita en cuatro patas.

Eso hice mientras levantaba su vara de adiestradora con lo que me estaba entrenando.

-De pie y flexionate en "L".

La obedecí colocando mis manos por detras, la falda se levantaba en mis nalgas que podía sentir el aire fresco entre mis piernas, en mi vagina, mientras me acercaba a su pene enorme. Me clavó su magnífica macana mientras me decía ferozmente que levantara el culo, y yo comía y comía hasta el fondo toda la carne que crecía entre suss piernas de mujer.

-Ya me vengo corazón, no quiero que los tragues, dejalos caer de tus hermosos labios. - Dijo con esfuerzo

No la metió toda esta vez, sino que me dejó a medio camino para comtemplar como se vaciaba y escurría su verga en mi boca. "Aahh, aahh, ahh" repetía y se venía. Fue tanto chorro que mis ojos se volvieron para atrás, blancos que no pude ver como caín sus fluídos.

-Limpiala morena.

Y lo hice con gustoso placer, lentamente para aprovechar el momento, porque después partiríamos. Enfundada aquel trozo de verga gorda en mi boca jugué al sube y baja que debía ser la gloria para ella. La tomé con mis manos y, cual estrella porno, succioné para sacarla con un fuerte "pop", la acaricié por un lado de mi cara y tragué los vestigios de su eyaculación.

Me miró tierna y me pidió un abrazo, así descansamos un rato eterno y placentero. Veía su cosa relajada y me encantaba, con sus piernas abiertas y rendida ante mis técnicas.

-Quiero ser tuya, por eso mismo te busqué.

Se quedó pensativa unos segundos antes de responder.

-Me gustas, creo que debemos intentarlo, pero hay muchas cosas que debes de saber.

Para cuando terminamos de hablar ya estabamos en el metro, con todo lo que decidimos para nuestra relación.

Nos despedimos y quedamos de vernos al día siguiente, en el mismo lugar, solo que a diferente hora que era a la que me tocaba salir de la escuela.

Realmente estoy enamorada y me gusta compartir esto con ustedes, así que espero que les haya gustado esta nueva historia. Seguiré subiendo más cuando tenga tiempo, les mando un beso y mucha suerte.

Hasta la próxima :)