Aventura. Parte 3

Cada encuentro es más caliente que el anterior

Iba a camino a verlo. Nerviosa, ansiosa, deseosa.

La noche anterior había soñado con él...

Desperté con ganas de él.

Fui un poco más cómoda. Colaless pequeños, medias de red, portaligas. Todo en negro.

Quería que me desearas en cuánto me vieras.

La ropa que llevaba debajo, también hacía que me sintiera más caliente.

Llegué con unos minutos de retraso, pero aún tenía paciente.

Me acerqué a una vitrina y me acomodé la ropa sutilmente.

Miro y él ya estaba ahí esperándome.

-Hola - le dije. Y sonreí.

Él me saludó y subió tras de mí.

Esperaba que se pudiera ver mi culo con apenas un hilo de colaless.

Entré en al consulta y me senté.

Me preguntó cómo había estado. Le conté lo que había sucedido en el último mes, porque él me esperaba hace 15 días atrás y no nos pudimos ver.

-Te extrañé. - Le dije mientras él preparaba mi licencia médica.

Cuándo terminó, me dijo:

-Yo también te extrañé. Pensé en ti y fantasee contigo.

-¿Si? Anoche soñé contigo. - Le dije mientras me acercaba a él y levantaba mi vestido.

Él se estaba bajando el pantalón, sentado aún en su silla.

-Mmmm. Vienes preparada. Que rica.

Ven, chupamelo.

Me arrodillé ante él y procedí a chuparle el pico. Ya estaba duro y grande. Sus manos temblaban de nervios, de caliente, de ansiedad, de deseo hacía mí.

Le chupaba el pico y lo sentía más grande en mi boca.

-¿Así que soñaste conmigo?

-Si. Le respondía con su pico en mi boca.

-¿Qué soñaste?

-Que te chupaba el pico, que me dabas por el culo con tu pico enorme.

-¿Te gustaría que te diera por el culo?

-Me encantaría. Traje condones.

Me levanté y saqué un condón de mi cartera para ponérselo en su pico.

-Ese no me queda, es muy chico. - Decía mientras se reía.

-Es que fueron los únicos que encontré jajajaja. Eran unos condones fluorescentes que había comprado en un sex shop la primera vez que fui a verlo.

-Ven - me dijo- acá tengo.

Abrió una puerta y había una pequeña oficina un tanto desordenada. Entré y cerró la puerta.

Con los pantalones abajo, abrió su mochila y sacó un condón, mientras yo le chupaba el pico.

-¿Quieres que te lo meta por el culo?

-Si, lo quiero en mi culo.

Le paré el culo y me apoyé en el escritorio.

Se puso el condón y me escupía el culo.

Me metía los dedos en el culo para que estuviera abierto para él.

Suavecito metió la puntita de su pico en mi culo y luego lo metió más y más.

Sentía su pico duro, tieso, erecto, salir de mi culo. Mientras, yo estaba con mi rostro pegado en el escritorio y él me daba por detrás.

Sentía mi culo abrirse y sostener su pico con mi agujero.

A pesar de abrirme tanto el culo con la mano, tenía mí agujero duro, firme y apretado.

Él se apretó la base de su pico y lo sacó.

-Voy a cambiar condón.

Yo no pude aguantar y mientras sacaba el nuevo condón, le chupaba el pico cómo perra en celo.

Se puso el condón, me dio vuelta y me lo metió por la zorra.

Estaba desesperada, quería sentirlo todo dentro, me di vuelta y le dije que se sentara en una silla.

Me ubiqué encima de él y me metí su pico.

Estábamos ahí, en esa pequeña oficina, culeando en una silla. Yo me movía suave y fuerte. Él me tenía por el culo y me pasaba la lengua por las tetas. Me miraba la cara de caliente, culeando sobre él.

Estaba tan caliente, que a los pocos minutos, tuve varios orgasmos sobre su pico. Gemí muy fuerte y él me tapó la boca con su mano, ya que había más gente en las oficinas continuas.

-Chupame el pico.

Me arrodillé, él se sacó el condón y le chupaba el pico desesperadamente.

Le lamía las bolas y el culo, le chupaba el pico con mi lengua completa en el mientras me lo metía todo a la boca.

-¿Te gusta mi pico?

-Me encanta.

-¿Te gusta chuparlo?

-Me encanta chuparlo.

-¿Por qué?

-Porque es duro. Porque es tieso. Porque es grande. Porque es tuyo.

En cuánto le dije eso, él cerró los ojos y se dejó llevar en un orgasmo potente. Su semen estalló en mi boca, y el gimió despacito con los ojos cerrados, la boca apretada, la cabeza hacía atrás.

Seguí chupando su pico, metía mi lengua entre su glande y lo lamía todo. Sentía cómo se volvía a erectar en mi boca.

-Para por favor, para.

No podía dejar de chupar su pico. Era algo casi hipnótico.

-Podría chupartelo por horas.

-¿De verdad? ¿Tanto te gusta mi pico?

Yo sólo chupaba y lo miraba a los ojos.

-Para por favor. - Me decía mientras reía.

Paré y me incliné hacia atrás para quedar con la zorra expuesta, abierta y las tetas afuera de mi vestido.

Me masturbaba y él me miraba. Tenía la zorra empapada, acuosa. Me metía suavecito los dedos y me acariciaba el clitoris.

-¿Te gusta masturbarte?

-Si, pero más me gusta chuparte el pico.

Y le seguí chupando el pico.

-Pero déjame descansar jajaja.

-No puedo. Tu pico es exquisito. Me encanta. Me vuelve loca.

-Jajaja

-¿Nunca te habían dicho que tu pico es exquisito?

-No, nunca. Eres una golosa.

-Golosa de tu pico. Quiero que nos veamos en otro lugar.

-¿Qué lugar?

-Un motel. Así podré chuparte el pico por horas.

Seguía sin dejar de chuparle el pico mientras le decía eso. Lo lamía suave, desde sus bolas hacia arriba.

Lo miraba gozar y me excitaba aún más.

Tenía la zorra mojada arrastrando en el suelo, sentía el roce de la alfombra en mis labios y el culo abierto. La boca llena de su pico.

-¿Tienes paciente después?

-Si, de hecho ya debe estar afuera.

-Que espere así cómo debo esperar yo.

-Para por favor.

-Déjame lamerte las bolas.

Él se masturbaba frenéticamente mientras le la mía y succionaba las bolas.

-Que rico sería que otra chica te chupara el pico y yo te lamiera las bolas.

-Ufff, que rico. - Me decía mientras se quejaba.

-O que le dieras por el culo y ella me lamiera la zorra. ¿Te gustaría?

-Me encantaría.

-Pero primero, te quiero solo para mí.

Me tragué todo su pico y lo acariciaba con mi lengua dentro de mi boca. Rápidamente, comencé a meterlo y sacarlo de mi boca cómo si me culeara la zorra.

Estaba en extasis, acababa una y otra vez al chuparle el pico. Él gimió y sentí unas gotas de semen en mi boca.

-Tengo paciente. - Me dijo.

-Podemos seguir otro día.

Me olí las manos pasadas a pico y zorra.

-¿Quieres lavarte las manos?

-No, prefiero irme con tu olor en las manos.

De hecho, me encanta el efecto de la mascarilla porque así puedo ir oliendo mi aliento pasado a tu pico y semen.

-Jajajaja.

Le dejé mi número escrito y lo abracé.