Aventura fetichista

una profesora particular me enseño el arte del fetichismo y la ropa interior hasta volverme loco.

Hola, me llamo Santiago y vivo en Buenos Aires, Argentina. En esta historia real quiero contarles lo que desperto en mi el fetichismo, ese maravilloso arte del cual no me imaginaba fuera tan excitante. Tengo 18 años y una profesora particular me dio la primera lección. La lencería de una mujer es lo mas delicioso que hay, siempre y cuando la mujer sea sexy como la que luego les voy a describir.

Hace algunas semanas estaba buscando un profesor o profesora particular para que me diera clases de física, me recomendaron muchos pero un amigo me comento de una muy buena profesora llamada Elisa, que vive en el barrio de Núñez, cerca del estadio de River Plate. Al escuchar donde vivia esta profesora me imagine lo caro que me saldrian sus sevicios.

Fui de todas maneras, y fue como me lo habia imaginado, la casa donde ella vivia era casi una mansión, sin nada que perder toque el timbre de la casa desde las rejas de la casa, en un momento me atendio una mujer y me pregunto que necesitaba, yo le dije que estaba buscando a la profesora Elisa porque necesitaba apoyo en física.

Esta mujer se acerco a la reja y me hizo pasar a la casa, era muy lujosa. Me llevo al living y me dijo que la profesora bajaria en un momento, supuse que esa mujer era un empleada.

Esperé en el living mientras miraba las pinturas y adornos que ella tenia, en ese momento entro al living una mujer sumamente hermosa.

Santiago: ¿profesora Elisa?

Elisa: hola, como te llamas?

Santiago: Santiago y necesito apoyo en física de sexto año.

Elisa: tenes el programa o alguna carpeta?

Santiago: si

El corto dialogo que mantuvimos como presentación fue muy cortante, Elisa tenia el cabello recogido hacia atrás con un rodete, llevaba puesto un traje con una pollera que no llegaba a sus rodillas, es mas alta que yo y sus piernas son largas y bellísimas, su imagen es la de una mujer de clase alta, parece una ejecutiva. Su forma de hablar es seca y cortante, como muy relajante.

Nos sentamos y mientras ella ojeaba mi carpeta, yo no podia dejar de mirar su hermoso rostro especialmente sus riquísimos labios rojos.

Elisa: bien, te voy a cobrar 100 pesos por toda la materia, podremos terminar en 15 dias.

Santiago: me parece bien.

Elisa: podes volver mañana a la hora que desees.

Santiago: a las nueve y media le parece bien?

Elisa: si

Ella me dijo que volviera al otro dia y ese dialogo fue de la manera mas cortante, no me daba lugar a una conversación. Me fui pensando en la perfecta mujer que habia conocido, sin estar mucho tiempo con ella deseaba poderla besar en algun momento.

Volvi al otro dia, fue lo mismo, me atendio la empleada, me hizo esperar en el living y al rato bajó Elisa, vestida con otro traje femenino y una pollera negra bastante corta. Volví a desearla, pero tal vez era un sueño imposible coger una mujer asi.

Empezó la clase, ella me explico unos ejercicios de física con su delicada voz susurrante y sus labios muy cerca de mi. Cuando me termino de explicar, me dijo que hiciera unos ejercicios yo solo. Luego Elisa se puso de pie y empezo a caminar por toda la sala mientras yo trataba de hacer los ejercicios, pero el taconeo de sus zapatos taco aguja me exitaba muchísimo, no me podia concentrar.

Después de caminar de aca para alla, Elisa se sento en el sofa del living, relajando su espalda sobre el almohadón y cruzo sus hermosas piernas, ella se miraba las uñas de sus perfectas manos y yo la miraba de reojo sin levantar mi cara. En ese momento sono el timbre de la casa, Elisa no se movio del sofa, sin embargo se escuchaba una conversación en la sala que esta antes del living entre la empleada y una voz masculina, en ese momento se abrio la puerta del living y entro un hombre mayor nada atractivo, tendría unos 60 años, no tenia pelo, era mas petizo que Elisa y era algo gordo. Este se saludo con Elisa acercándose al sofa y se sento al lado de Elisa, un silencio desesperante reino en la sala, Elisa y el viejo no se dirigían la palabra, ninguno de los dos me miraba pero yo si a ellos, sabia que algo iba a pasar.

El viejo tomo la iniciativa, agarro una mano de Elisa y empezo a besarla y lamerle los dedos, se acariaba su cara con la mano de Elisa, no paraba de lamerla. Elisa simplemente lo observaba con su mirada indiferente sin resistirse, cuando dejo de besar su mano, el viejo acerco su boca a la cara de Elisa y la beso muy despacio en la mejilla y fue acercándose a sus labios, Elisa accedio a los besos del viejo sin oponerse, los besos no eran desesperados, era muy suaves y ruidosos, muy excitantes y el viejo lo disfrutaba. Elisa parecia no sentir nada, solo se dejaba llevar, no se como una mujer tan hermosa como ella soportaba que la poseyera un viejo gordo y petiso como ese.

Mientras el viejo besaba ahora la boca y el hermoso cuello de Elisa, la mano del viejo desprendia el saco de Elisa, exponiedo asi las hermosas tetas de Elisa, ella se puso de pie y se quito el saco dejando ver su erótico corpiño blanco, luego volvio a apoyar su delicioso culo sobre el sofa, el viejo bajo mas sus labios hasta que rozaron el corpiño y empezo a chupar y morder los pezones de Elisa por encima del corpiño, luego se lo quito y siguió succionando las tetas de Elisa, las agarraba con su mano y la exprimía muy lentamente, el viejo se amamanto de las dos tetas de ella, dejando sus pezones bien duros y rojos.

Yo estaba muy exitado, ellos no me tenian en cuenta. El viejo ahora se inclino sobre el estomago de Elisa y empezo a lamerlo y acariciarlo, besaba y chupaba su ombligo hasta dejarlo bien rojo mientras recojia la pollera de Elisa.

El momento mas deseado llegó, el viejo se inclino aun mas sobre la bombacha blanca de Elisa, el viejo le abrio las piernas lo mas que pudo, desde la silla yo podia contemplar la hermosa bombachita de ella, empezo a masturbarla un rato con los dedos, y luego empezo a lamer la bombacha de Elisa, el viejo se puso frente a ella acomodándose entre las hermosas y largas piernas abiertas de ella, empezo a besar sus lindas y redondas rodillas siguiendo con los muslos y la enrtrepierna, diciéndole lo mucho que la deseaba.

Después de comerse la entrepierna de Elisa, el viejo volvio a masturbar a Elisa paseando toda la palma de la mano sobre la bombacha de Elisa, el viejo la tomo del culo y de un tiron acerco el cuerpo de Elisa a su cara, el viejo ahora paseaba toda su cara sobre la bombacha, luego empezo a besarla muy despacio y a lamerla por todo su centro, Elisa lo miraba de igual manera que al principio, sin gemir, Elisa empezo a acariciar la cabeza del viejo mientras este le acariciaba el estomago y las tetas y su boca no paraba de morder, besar, lamer y comer la bombacha de Elisa. Luego el viejo se la corrio a un lado y empezo a lamer muy despacio la concha de Elisa, sus piernas bien abiertas hacian la comodidad del viejo, la lengua del viejo se deslizaba desde abajo hasta llegar al clítoris donde se detenia a besar y succionar, los besos del viejo en la concha de Elisa eran muy ruidosos, Elisa empezo a gemir pero muy despacio, como queriendo evitarlo, el viejo no paro de mordisquear el delicioso clítoris y los gemidos de Elisa se hicieron mas notorios.

Cuando termino de comer la concha, el viejo se bajo los pantalones y saco su pija apoyándola sobre la cara de Elisa que seguia sentada, pero ahora gemia. Sin usar la manos, Elisa buscaba la pija del viejo con la boca, muy suavemente la introdujo en su boca besándola en la punta antes, Elisa succionaba la pija del viejo muy despacio, nada era brusco. Mientras lo masturbaba con sus manos, ella seguia lamiendo la punta de la pija del viejo, y este le seguia masajeando las tetas. En el momento en que Elisa empezo mordisquear con sus hermosos dientes la pija del viejo, este acabo.

Desparramando la leche por todo el piso y sobre la cara de Elisa, el viejo se subio los pantalones mientras ella se limpiaba, el viejo se acosto entre las piernas de Elisa y empezo a besarla.

Viejo: me encantas Elisa, te amo, sos la mejor mina del mundo (mientras la besaba)

Elisa: me estas aplastando.

Viejo: ¿acaso no te gusta?

Elisa: andate, volve otro dia.

El viejo se despido con otro beso muy ruidoso en los labios de Elisa, y ella se comenzo a vestir. Yo estaba muy excitado, hasta pense que tendría participación en la joda. Ella se termino de vestir y se acerco a mi por mi espalda, apoyando su menton en mi hombro me pregunto con voz muy susurrante y sensual.

Elisa: terminaste los ejercicios?

Santiago: este...si, creo que estan bien.

Santiago: quien era ese señor? (pregunte tímidamente)

Elisa: mi vecino

Santiago: su vecino?

Elisa: si, todo esto que acabas de ver es porque soy exhibicionista del fetichismo.

Santiago: en serio? Y ese señor es fetichista?

Elisa: claro, esta loco por mi ropa interior, la adora.

Santiago: ah (no supe que decir)

Elisa: te gustaria probar el arte del fetichismo?

Santiago: me encantaria.

Elisa: bueno, te espero mañana.

Por fin, se me dio, cualquier cosa con tal de poder apretarme a esa mujer. Aunque no es cualquier cosa, pude descubrir lo que hace a una mujer hermosa y sensual, su ropa interior le da forma al cuerpo y la hace mas deseable.

Volvi al otro dia a la misma hora, me atendio la empleada, me dijo que esperara en el living y Elisa ya bajaria. No podia esperar ver a esa preciosa mujer, parece una actriz del cine pornografico, es extremadamente hermosa, y ahora podria tenerla.

Pasaron los minutos y empece a escuchar el taconeo de sus zapatos a través de la puerta y me comence a exitar. La puerta se abrio y entro Elisa con el mismo peinado, un traje blanco escotado que me dejaba ver su corpiño y sus tetas, una pollera mucho mas corta que mostraba sus deliciosas piernas bronceadas, y sus riquísimos labios rojos humedecidos me llamaban a besarla.

Ella se me acerco mirándome fijamente a los ojos, Elisa es mas alta que yo, mi boca llega justo a su menton, cuando la quise besar ella retrocedio hasta llegar al sofa donde sento su precioso culo, todavía no abria sus piernas. Me pidio que me acercara a sus piernas y que las acariciara, no demore, pero hice las cosas muy despacio para poder disfrutarla, empece a rozar mis manos por sus rodillas y sus muslos, fui bajando hasta llegar a sus zapatos, se los quite, y después de darle un suave beso en su pie ella puso un caramelo entre los dedos de sus pies y me dijo que me comiera. Yo empece a lamer el caramelo y mi lengua jugaba entre los deditos de Elisa, me pidio que se los limpiara para que no quedaran melosos, deje sus pies todos mojados, fui subiendo por sus pantorrillas con mi lengua hasta llegar a sus rodillas, después de besarlas las separe muy lentamente y pude ver la hermosa bombacha negra de Elisa. Ella no se reia, no hablaba, solo me miraba con sus mirada relajante e indiferente, ahora Elisa tenia las piernas bien abiertas, yo me acomode entre ellas y fui acercando mi boca a la de ella, ella seguia resistiendose echándose hacia atrás, cuando su espalda toco el respaldar del sofa no pudo huir, me recoste sobre su pecho y ella me tomo de la nuca y me acerco a su boca. Por fin pude disfrutar de esos hermosos besos que tanto deseaba darle, empece a besarla por las mejillas de manera ruidosa, siguiendo por sus labios y su menton, besaba muy despacio sus labios, luego introduje mi lengua en su boca y empece a jugar con su lengua y sus dientes. Después de comerme sus labios, baje a su largo cuello lamiéndolo y besándolo hasta dejarle un chupon bien rojo. Le desprendi y le quite su saco, su hermosas tetas quedaron expuestas, antes de poder besarlas, Elisa saco otro caramelo y recorrio todo su corpiño negro con el, no pude aguantar y empece a mordisquear y lamer muy despacio el hermoso corpiño justo en sus pezones, se lo baje y empece a amamantarme de sus deliciosas tetas grandes y redondas, succionaba y pellizcaba sus deliciosos pezones hasta que quedaron bien duros y rojos. Baje por su estomago besándolo y lamiéndolo y me frene en su ombligo a jugar con el dejándolo mojado.

Luego le quite la pollera a Elisa y contemple un rato su bombachita, cuando quise besarla, ella saco otro caramelo, lo chupo un rato con su deliciosa boquita y empezo a pasearlo por toda la bombacha, luego volvio a meterselo en la boca. Me devore su entrepierna a besos.

Elisa: besame en la bombacha, por favor, cometela.

Cuando ella dijo esto, no pude esperar. Empece a besar muy despacio la bombacha negra de Elisa, recorriéndola por sus tiras hasta llegar al centro, mi lengua se deslizaba por la deliciosa bombacha melosa por el caramelo. Elisa dejo caer el caramelo dentro de la bombacha y me pidio que lo buscara con la boca y me lo comiera, sabia que ella disfrutaba como yo jugaba, lamia, besaba, mordia y acariciaba su bombacha.

Empece a buscar el caramelo y cuando lo encontre empece a chuparlo envuelto con la bomchita, luego se la corri a un lado y empece a lamer la riquísima concha de Elisa, la mezcla del caramelo y sus deliciosos jugos eran la perfecta combinación. Mi lengua parecia enterrarse en la dulce concha que me permitia su exploración, descanse mi boca en su clítoris succionándolo y dándole mordisquitos y ella empezo a gemir mientras me acariciaba el pelo.

Después de comerme su deliciosa concha, ella me quito los pantalones y empezo a chuparme la pija besándome en la punta, su boquita empezo a succionarme muy suavemente, su lengua me recorria todo el tronco, y jugaba en la punta, sus manos me seguían masturbando y yo trataba de no acabar, antes queria cojerla.

Después de chuparmela un buen rato, ella se dio vuelta quedando en cuatro patas, y apuntándome con su precioso y redondo culo.

Elisa: queres besarlo?

Santiago: claro que si.

Empece a besar los hermosos y carnosos cachetes de su culo, muchas veces hasta dejarlo rojo por mi lengua. Introduje mi lengua en la raya de su culo y empece a hurgar en su ano.

No aguante mas y ella tampoco. Elisa no habia cojido con el viejo, pero me dijo que queria que yo si la cojiera. Ella se dio vueltas de nuevo y me dijo que me pusiera un preservativo, le dije que no tenia, Elisa saco uno del bolsillo de su saco y me dijo que me lo pusiera.

Cuando me puse el preservativo, empece a frotar mi pija sobre su clitoris y a pasearla alrededor de su concha sin penetrarla, cuando sus gemidos se hicieron mas fuerte porque ya no podia aguantar la excitación, la penetre muy suavemente para poder disfrutar del mejor sexo con esa mujer. Sus piernas rodeaban mi espalda y me impedían separarme de ella, deslice mi mano sobre sus pechos y con los dedos de mi otra mano empece a acariciar su clítoris que parecia que iba a estallar de lo rojo e hinchado que estaba minetras la cojia, Elisa ahora no escondia sus gemidos, sus manos me tomaron de la nuca y me apreto contra sus tetas que parecian dos almohadones. Suspirando sobre sus tetas finalmente acabe. Cuando me intente levantar para empezarme a vestir, ella me sujeto de una mano y me abalanzo sobre ella y yo cai entre sus hermosas piernas. Por fin Elisa me dio una dulce y sensual sonrisa.

Elisa: no te ibas a despedir?

Santiago: claro que si.

Estuve entre sus piernas besándola en sus labios, sus mejillas y su cuello, descansando de lo vivido.

Elisa: te gusto lo que es ser un fetichista?

Santiago: me encanto (dije suspirando)

Elisa: sin embargo no todos aprecian el arte del fetichismo, todos creen que son cadenas, latigos, azotes, pero no ven la sensualidad de lo que le da forma al cuerpo de una mujer.

Santiago: yo si.

Estuvimos besándonos un buen rato, Elisa ya no era cortante ni indiferente, sus caricias hacian de ella una mujer tierna y cariñosa. Me tuve que ir, pero volvi a ver a Elisa y con el tiempo me converti en su chico mimado, pero antes que eso, su chico fetichista.