Aventura en la tienda
Continuan sus aventuras de mi perra ahora le ordeno ir a una tienda y exhibirse como puta.
Su aventura en un probador de una tienda ella disfruta ser exhibida como una puta y se excita al saber que los hombres la quieren poseer, es una zorra bien guarrra.
Ayer me tome la tarde libre, comí en casa y me dispuse a intentar cumplir lo
que me pides en tu correo, NO puedo evitar pensara constantemente que esto que vivo y que te escribo acabara publicado por ti y eso me hace vivirlo mas intensamente, pensando como te lo describiré después para que, quien lo lea, sienta envidia de ti. Ese es mi objetivo: hacer que seas admirado por lo que has conseguido de una mujer decente, de una esposa intachable, de una universitaria madura, sensata... que se entrega irracionalmente a ti.
Quería que me exhibiese como una puta y toda mi atención se concentro no en evitarlo ni en luchar contra esa orden sino en hacerla de la manera que menos me comprometa. Tenia que buscar una zona que no sea habitual para mí ni para mis amistades, una zona alejada, pensé una a una en todas las personas con las que no quisiera encontrarme; a lagunas la deseche porque a la hora que pensaba salir estarían trabajando, a otras las elimine porque conozco por donde se suelen mover.
Me moví por la Gran Vía, Princesa y sus bocacalles, mire varias tiendas pero no olvidaba lo que tu querías de mi "LA ROPA MAS GUARRA QUE PUEDAS ENCONTRAR". Si pensaba en ello me sacudía el miedo y la vergüenza axial que decidí no pensar y solo imaginar como te lo contaría, como escribiría este mensaje.
Ha vuelto el calor , por fin hace tiempo de primavera otra vez después de una semana santa fría y lluviosa, asì que pensé en comprar una camiseta de tirantes y una falda corta, no tenia ni idea de que elegiría pero a medida que iba tomando decisiones la excitación se iba apoderando de mi y sabia que llegado le momento eso podría mas que mi sensatez y mi pudor.
La tercera o cuarta tienda en la que entre me dio la sensación de que era la adecuada, y así fue: una tienda pequeña, antigua, apenas reformada, en una bocacalle de la Gran Vía, En el mostrador un dependiente de unos cuarenta y tantos años, quizás mas, que leía el periódico cuando entre. La tienda vacía a las cinco de la tarde, cosa normal en dìa de diario. Al verme entrar dejo el periódico y note el típico recorrido visual por toda mi anatomía, esa maniobra típicamente masculina que siempre me ha hecho pensar que los hombres piensan antes con el sexo que con el cerebro. Pero esta vez lo deje pasar, evite fulminarle con mi mirada y camine hacia le mostrador dejando que sus ojos recorrieran todo mi cuerpo.
Te diré como me vestí: Tuve en cuenta que, si llegaba a hacerlo, me tendría que desnudar y vestir con rapidez en algún baño así que elegí ropa que fuera fácil de quitar, un jersey finito de cuello alto y manga corta, negro, una falda abotonada al costado, por media pierna, medias de presión al muslo, zapato de medio tacón y una chaqueta ligera.
Le di las buenas tardes al dependiente y me dirigí a las estanterías a mirar, oí como salía de detrás del mostrador y se acercaba a mi; A medida que avanzaba mi corazón se fue acelerando, sabia que se acercaba el momento en el que el que le tendría que decir que tipo de ropa buscaba y no sabia como hacerlo. Pero al tiempo que se aceleraba mi corazón, el resto de mi cuerpo comenzó a reaccionar también; Como un flash recordé tus palabras: "NO SOLO ERES MI PUTA SINO QUE VOY A EXHIBIRTE COMO MI PUTA".
Tu puta, esas palabras que masculle en voz muy baja fueron como un latigazo de placer, tu puta, exhibida, viendo miradas sucias, escuchando quizás palabras soeces, sucias, que no habría admitido nunca antes de ser tuya, antes de ser tu puta.
"¿Buscaba algo en particular?" me dijo desde detrás el dependiente, yo le dije que no tenia ninguna idea en concreto, inmediatamente me arrepentí, esa no era la mejor manera de mantenerle aconsejándome y corregí, le dije que quería algo ligerito para unos días de playa; era una buena excusa pero me alejaba de la imagen de puta que tu quería que diera; ya vería como lo arreglaba
Antes de que me contestase, localice en una estantería una blusa de tirantes muy ligerita, con un estampado bastante vulgar, una prenda que jamás se me habría pasado por la cabeza comprar; la tome en mis manos y la extendí para verla, entonces el me dijo que era un modelo recién llegado, (mentira), "¿Tendrá mi talla?" pregunte instintivamente sorprendiéndome a mi misma porque lo habitual habría sido que yo misma buscase; El ya estaba a mi lado y sentí su mirada en mi torso, calculando y también recreándose, era evidente. me mantuve pacientemente, sin dar ningún signo de molestia; el rebusco entre el montón de camisetas y Eligio una que abrió y me mostró: Si, era mi talla pero sabia bien lo que querías y, además, era la excusa perfecta para que quedara claro que clase de mujer tenia en su tienda, así que le dije "mejor una talla menos" el respondió de una manera muy profesional, sabia perfectamente cual era mi talla e intento hacérmelo ver, yo le conteste "ya, pero es que me gustan mas ajustadas". Supongo que el rubor debió ser evidente pero afortunadamente cuando sentía el calor en mis mejillas el estaba vuelto hacia las mis tetas buscnaod una talla menos y para
cuando se volvio quiero creer que ya me había recuperado. la extendió ante mi y aun dudo "no se si va a ser algo estrecha", buscando mi aprobación al comentario "No creo", conteste y la coja en mi brazo, le pedí ver minifaldas playeras, insistí de nuevo en ese termino porque no sabia como pedir una mimfalda excesivamente corta para una mujer de 36 años.
A partir del momento en el que le habia cambiado la talla a la camiseta crei notar un ligero cambio de actitud. No estaba segura de si era mi imaginacion o realmente me comenzaba a mirar de otra manera.
me hizo seguirle a otra estanteria donde se apilaban camisas, blusas y colgaban perchas con faldas. Eligio el mismo dos modelos, una tableada, no demasiado corta y otra de vuelo algo mas corta, tome la de vuelo y me la sobrepuse para ver su largo, me mire en un espejo, la falda me llegaba por medio muslo, quizas algo mas. La situacion ya me estaba haciendo efecto y sabia bien lo que debia hacer: O zanjaba el tema y me iba o seguia adelante, por otro lado sabia que una ocsa era comprarlo y otra ponemerlo, eso me dio valor y le dije "me probare esta, pero busco algo mas... no se... (no sabi de verdad como decirlo), algo mas atrevido.
¿atrevido? no era eso lo que queria haber dicho, pero ya estaba dicho.
Sonrió, esa sonrisa fue una declaracion mas clara que si lo hubiera dicho con palabras, aun asi continuo "ya veo, seguro que tenemos algo que le encaje" dijo mirandome directamente a las caderas. Se dirigio al almacen, mientras me quede sola desee que nadie entrar en esa tienda, me imagien por un momento que entraba mi cuñada, o una de mis compañeras, comence a asustarme y emepce a sentrir los primeros sintomas de panico, el estomago encogido, las pulsaciones, el latido del corazon, la repsiracion agitada.
"ERES MIPUTA y TE VAS A EXHIBIR PARA MI"; Tusa palabras volvieron en mi ayuda y ahogaron ese conato de panico justo cuando el dependiente, con la misma sonrisa desagradable en su cara y su mirada tralandrando mis ojos salio del almacen con una especie de faja de lycra negra. "¿Quizas eso o no te he entendido bien lo que querías?" ¡habia comenzado a tutearme! Estaba claro que ya no me trataba como una señora. Mire la falda, escasa, mínima, estrecha. jamas hubiera pensado comprar una cosa asi, pero me quede mirandola, como si estuviera decidiendo cuando en realidad lo que hacia era pensar que decir.
No me dio tiempo, "deberias probartela, seguro que con esa camiseta te queda perfecta" y sin darme opcion a contestar, me cogio la camiseta de las manos y se dirigio a un probador.
Le segui como una automata, sin abrir la boca, se quedo en la entrada esperando a que pasase y cuando estaba dentro me dio las prendas y corrio la cortina sin fuerza, dejando adrede una amplia rendija.
Yo deberia haber cerrado, en realidad yo deberia haber abandonado el probador, poner alguna cosa y haber salido de allí, pero ya no era dueña de mis actos, tan solo era una muñeca actuando bajo tus deseos.
Estuve qjuieta dentro del probador unos segundos, mirando la ropa, mirando la rendija que daba hacia el lado contraio a la puerta y al mostrador. Si me iba a mirar tendria que situarse en las estanteria donde habia cogido la primera falda
Tome aire un par de veces, colgue mi bolso en un apercha de la pared, me quite la chaqueta y la colgue en le mismo sitio; sin dejar de mirar a la rendija, comence a deabrochar mi falda y la doble sobre el asiento del probador, note como cambiaba la luz reflejada en el espejo y le vi en la estanteria, figiendo colcoar la ropa, mirando por el rabillo del ojo, el corazon se me iba a salir del pecho, comprendi que estaba viendo mis nalgas apenas cubiertas por mi braga. me entretuvce algo mas en colocar la flada en el asiento, espiandole, hasta que vi como se confiaba y miraba abiertamente.
me incorpore y dude un segundo antes de quitarme le jersey, ¿debia ponerme antes la falda y evitar qeudarme en ropa interior? sabia que eso no era lo que tu querias, ademas a estas alturas tampoco era lo que yo queria. Cogi con mis manos la cinturilla del jersey y tire del el haxcia arriba sacandolo por la cabeza; cuando recupere la vision, le vi mirandome, le vi como instintivamente desviaba la mirada y como volvia a mirarme a pesar de haberse visto pillado por mi; seguramente penseo que si no me habia preocupado de cerrar la cortinilla es que no me iportaba demasiado. Evite su mirada; ahora era yo la que habia sido pillada mirandole, estaba xdescubierta; senti una sensacion de peligro creciendo dentro de mi.
Tome la falda y me la embuti como pude; era una talla un poco pequeña, estaba claro, pero quise verme con ella. Apenas me llegaba a la mitad de l muslo, sentada seria imposible llevarla, cogi la camiseta y me la empece a poner.
pero ya no era dueña de mis actos, tan sollo me dejaba llevar por los impulsos que nacian d emi propia excitacion, ñluchando con mis miedos pero perdiendo la batalla una y otra vez, anulada, sobrepasada por los acontecimientos.
Esa camiseta no admitia sujetador, lo sabia y tras un segundo de dudas, la volvi a dejar en el asiento y eche mis manso atras hasta encontrar el broche del sosten. No queria mirar al espejo, no queria saber si estaba o no alli enfente mirandome, solte el enganche e hice deslizar la prenda por mis hombros, liberando mis pechos, fue entonces cuando mis ojos se cruzaron con los suyos refeljados en el espejo. deje el sujetador en el asiento y lo hice: me erguí isn verguenza, sin pudor, sin intentar ocultar mi desnudez, entonces tome la camiseta y me la puse.
La imgen que vi reflejada en el espejo nol era yo, reconocia mis rasgos pero ni la ropa que llevaba ni la expresion de mi cara eran mias, mi rostro, mi mirada eran la de otra mujer.
"¿Que tal?" oi a mi lado y me sobresalte; el depdneidnete habia abierto sin aviso la corftina y se asomaba apoyqado en el marco del probador mirandome de arriba abajo.
Me volvi, no se por que, pero me parecio absurdo hablarle de espaldas; le mimre pero sus ojos estaban clavdos en mis pechos apretados por la estrecha camiseta. "Una talla mas necesitare" dije casi sin voz.
"No creas" volvio a tutearme, "te queda justo como tu querias", se acerco a mi, entrando dentro dle probador, me coloco el trirante d ela camiseta, bajo un poco la cinturilla, la centro y elimino asi unas arrugas; sentia su repsiracion muy cerca; mientras yo me mantrenia con los brazos caidos, sin reaccionar, dejandome hacer. note sus manos en mis caderas, alisando la falda hacia abajo, se agacho y la tomo por el borde inferior, tocando mis muslos con sus dedos y tiro de ella un poco, "ahora esta bien, perfecta"; dijo desde abajo mirandome, volviendo a alisar la falda con sus manos en una caricia descarada que recorria mis caderas. A medida que yo no reaccionaba el se envalentonaba; sus manoseos disfrazados de intentos de colocar bien la ropa se trasladaron a mi cintura, alisando la camiseta, luego volvio a coger los tirantes, los estiro, los coloco recorriendolos con los dedos de adelante hacia atras, rozandomis hombros, mi espalda y el nacimiento de mis pechos.
Reaccione y le dije que me iba a probar la otra falda. Se aparto sonriendo "Como quieras" dijo, en una frase que tenia mas de un sentido. Volvio a ser el quien cerro la cortinilla y al igual que la vez anterior, la dejo semiabierta, no mas que antes.
respire hondo, intentando controlar mi ritmo cardiaco. temblaba, no me habia dado cuenta hasta ese momento. Otra sensacion se me hizo evidente por primera vez: estaba humeda.
me quite la falda, arrastrando inveitablemente mi braga, cuando la deje en el suelo y me disponia a colcarme la braga bien, oi desscorrerse la cortina al tiempo que escuchaba "Mira, he elegido otra camistea que te ira muy bien", me incorpore de un salto del susto y colcoque como pude mi braga, dejando la falda en el suelo, "ya lo recojo yo, no te preocupes" dijo entrando en el probador y agachandose a escasos centimetros d emi pubis, tomo la falda y sin levantarse, la desenrollo y la doblo sin aparatarse de mi, podia ver su mirada fija en mi braga, podia sentir su aliento en mis muslos, pero no me aparte; se levanto y sin dejar de mirarme a los ojos me dio la camiseta, blanca, semitransparente, pequeña. le tenia casi pegado a mi, con sus ojos clavados en los mios, yo isn ser capaz de bajar la mirada, sin ser capaz de contrrolar lo que sucedia.
"¿necesitas ayuda?" dijo al tiempo que cogia los tirantes de la camiseta que aun llevaba puesta y los deslizaba lentamente por mis hombros, calculando hasta odnee l eiba a dejar llegar. No reaccione, los tirantes bajaban ya por mi brazo y comenzaron a arrastrar a la camiseta que empezaba a presionar contra mis pechos, se dio cuenta y deslizo sus dedos hasta la tela, rozando mis axilas, acercandose a mis pechos, la estiro levemente y descendio dejando mis pechos desnudos ante el, la camiseta quedo enrrollada en mi cintura mientras sus manos se apoderaban de mis pechos, sin violencia, sin presion, como en una caricia, comenzo a decir cosas como " desde que entraste supe a loo que venias, conozco a las mujeres como tu, insatisfechas en casa, deseando que alguien las trate como lo que son, unas putas" Por primera vez oia esa palabra dirigida a mi, tu me la habias escrito muchas veces pero aun n adie me habia llamado asi, mis oidos por fin lo escuchaban.
Las cosas se aceleraron, cerro la cortina tras de si y me quito la camiseta; cuando cogio el borde d emi braga y comenzo a bajarla logre decir "no, no", pero ya era tarde.
Cuando me tuvo desnuda, cuando sus dedos hurgaron en tod mi cuerpo, salio rapidamente del probador y qme quede alli, sinreaccionar. Le oí echar una llave y enseguida le vi. De nuevo, me cogio de la mano y me dijo "ven", salí desnuda a la tienda, alarmada por que se me podía ver desde la calle, aunque apenas hubo tiempo: estábamos en la trastienda, yo sentada en un sofá al que me había dirigido el, que ahora se desnudaba nerviosamente, mirándome y sonriendo, regodeándose ante lo que tenia ante el.