Aventura en la sierra

Sali a tener una aventura y vaya si la tuve.

Como dos platos se abrieron mis ojos cuando me la entregaron, era gris plata y llevaba varios meses tras ella, por fin era mía, mi nueva moto, una maquina tipo custom de 500 cc.

Ese fin de semana planee una aventura en solitario, saldría a viajar por la sierra con mi moto, en plan acampada. Salí el viernes de trabajar, llegué a casa sobre las 15:30, me duché, almorcé algo, y comencé mi viaje, llevaba aproximadamente una hora de camino, cuando divise las primeras montañas, el paisaje era precioso, tanto que me descuide un segundo, y casi me salto un control de la policía local.

Por favor, hágase a un lado apague el motor y baje del vehículo –

Obviamente obedecí, el agente se acercó con la libreta y el bolígrafo en las manos, miraba la moto con desconfianza.

¿nueva? –

Asentí, con la cabeza, pero el policía desconfió y paseo alrededor de la moto mirándola meticulosamente.

La documentación, por favor –

Entregue todos los papeles de la moto, y mis documentos, los reviso, fue a su coche, hablo por radio un corto rato, y volvió.

Parece que hay un problema, haga el favor de seguirme. –

Se subió al coche, arrancó y se dirigió al pueblo, no sin antes recordarme que aun tenia mis documentos, con resignación le seguí, entramos en un pequeño pueblo, no eran más de dos o tres calles muy empinadas y desiertas, claro, serian alrededor de las 17:00 y hacia calor, así que no me extrañó demasiado.

Llegamos a la comisaría, era pequeña, y vieja, al entrar distinguí una habitación rectangular, con un mostrador en el centro ubicado de una pared hasta casi tocar la otra, pasamos por ese hueco, y nos dirigimos hacia una puerta situada al fondo, al principio pensé que era su despacho, pero al entrar vi que eran las celdas

Pero, ¿qué problema dice que hay?, ¿es que va a encerrarme?-

Me sonrió, y me hizo entrar en una de las celdas, en total había tres, una situada a la izquierda y dos a la derecha, yo entre en la primera de ese lado, y cerró la puerta.

Pero, no he hecho nada, ¿por qué me encierra? - proteste

Cálmese, pronto se le aclarara todo – contesto

Justo un segundo después de que el policía dejara la zona de las celdas, note como algo se movía tras de mi, me giré, y pude ver como en la litera había alguien acostado, abrió los ojos, se sentó se desperezo y se puso de pie, vino hacia mi, dio un par de vueltas alrededor mío, me miro fijamente.

Vaya, vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? – sacó una navaja – Quítate la ropa. –

¿Cómo? – pregunte asustado

Inmediatamente recibí un rodillazo en los huevos que me dejo k.o.

¿me has oído ahora? - preguntó aún sabiendo la respuesta

Me quedé completamente desnudo en la celda con ese tío, que por cierto, era el doble de grande que yo, me cogió por el pelo me llevó hasta una de las paredes de la celda, y allí me ató con mi propio cinturón, de espaldas a él, con la cara entre los barrotes, de pie, y con las manos en alto, casi tenia que estar sobre las puntas de mis pies.

Hace mucho que no echo un buen polvo, debo de tener los huevos a reventar de leche, y eso es incomodo, ¿verdad? –

Eso me lo dijo al oído mientras acariciaba suavemente mis nalgas, al notar que estaba depilado, volvió a acercárseme al oído.

Veo que te has preparado para mi, pues has tenido suerte, hoy te vas a llevar toda mi leche guardadita en tu culo. –

Al decir me soltó un azote en el cachete derecho del culo.

¿verdad? – preguntó

Y ZAS¡, otro azote, comenzó a alternar azotes con esa pregunta. En una de esas abrí los ojos, y pude ver al policía mirando desde la puerta, pensé que estaba salvado.

Tu, estúpido, para ya. – le increpó

Aún no está a punto – protesto este

Míralo bien, hace ya rato que esta así – puntualizó señalándome.

Automáticamente miró mi polla, y yo hice lo mismo, tenia una erección de caballo, no sé a que pude ser debido, pero no más de diez azotes me habían puesto como una moto, percibí al tipo colocarse tras de mi, note su miembro apoyado sobre mis nalgas, la intuía grande, y la sentía caliente, tanto que casi quemaba; con extrema facilidad separo mis glúteos dejando al descubierto mi esfínter, y así poder más fácilmente colocar la punta de su glande y presionar, lo tenía tan asumido que me relajé, me dejé llevar y hacer.

Poco a poco, su gran verga fue entrando en mi, hasta que note su pecho contra mi espalda, y sus testículos sobre mi culo, se detuvo, solo un rato, y comenzó a bombearme despacio. Por mis mejillas caían dos finas líneas de lagrimas, lloraba mientras un desconocido me mantenía las manos atadas y el culo lleno, pero no lloraba de pena, ni de dolor, ni siquiera de rabia, lloraba de vergüenza, una vergüenza por que no me recordaba a mi mismo protestando, quejándome ni pataleando, no lo recordaba por que no lo había hecho, también lloraba de miedo, miedo de que parase de que dejase de hacerme lo que me estaba gustando tanto, lloré hasta que descubrí que ese era el mejor sitio del mundo para que sucediese eso, lejos de todas las personas conocidas, con gente a la que seguramente no volvería a ver.

Al descubrir eso mi llanto se tornó sonrisa, y esta a su vez en jadeos de placer, mi pelvis se acompaso con su cintura, así me follaba más profundamente. El policía se acerco, aún por fuera y me soltó las manos, así pude adoptar una postura más inclinada que hacía que los dos disfrutásemos más.

Cuando mejor me lo estaba pasando, cogió el tipo este y me soltó dos embestidas fuertes y profundas, dejándomela incrustada en lo más profundo de mi culo, sentí su polla hincharse, y soltar una enorme cantidad de leche en mi interior, se separó de mi y se sentó en el suelo jadeando, me giré, y me abalancé sobre él.

No puedes dejarme así, ahora no. – protesté metiéndome su flácida pero aún de buen tamaño polla en la boca.

Jamás había chupado una, notaba el sabor del semen, y descubrí que no me desagradaba, es más, casi podía decir que me gustaba, la metí por completo en mi boca, jugué con ella con la punta de mi lengua, la lamí por completo, pero no hubo modo, estaba más que acabada, al menos de momento.

¡!Vamos¡¡ joder, cabrón, quiero más, necesito más polla, me gusta como me has follado, por favor sigue. – desesperado quedé de rodillas en el suelo, el estaba frente a mi tumbado con los ojos cerrados.

Me sentía como una puta, me cogió, me partió el culo, me relleno de leche y me dejo tirado, y yo estaba sobre el suelo sintiendo el semen brotar de mi abierto culo sobre mis muslos pidiendo más polla a gritos.

Vaya, a la putita le va la juerga. – dijo una voz detrás de mi

Me giré, y vi entre las sombras otro tío del cual no me había percatado hasta ahora, estaba tas los barrotes, en la otra celda, lo miré, me sonrió, se saco la polla y la apoyo contra las rejas.

Ven zorrita, se buena conmigo, no te arrepentirás –

Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, la sensación de convertirme en la puta de estos dos, hacía que hasta mi esfínter latiese, y ahora que eran eso, dos, podía pasar varios días siendo follado sin parar.

Me acerqué, cuando estuve a su altura me volví dándole la espalda, pegué el culo a los fríos barrotes y separe mis nalgas con las manos; me acaricio un poco, y me metió dos dedos, los llevo a mi boca, y los lamí lentamente, repitió esta operación varias veces, hasta que mi ano y muslos estuvieron relativamente limpios.

Posó una mano sobre mi espalda, e hizo una leve presión invitándome a inclinarme más, comprendí, y le facilité la tarea, colocó la punta de su polla en la entrada de mi culo, con un solo empujón pude sentir sus huevos chocar contra mi, apenas sacaba su verga de mi culo y volvía a embestirme, era como si quisiera perforarme a conciencia, de hecho era lo que hacía, me la metía con tal violencia que si no me llega a tener sujeto por la cintura habría caído de cabeza al suelo.

Paró en sus embestidas tan solo para follarme moviendo mi cuerpo, me empujaba hacia delante sacándome su polla, y de seguido tiraba de mi hacia el volviendo a clavármela.

Duro entre veinte y treinta minutos y termino con una caliente corrida sobre mi espalda.

Estaba agotado, pero había merecido la pena, no sabia yo que mi culo podía hacerme tan feliz, cavilando sobre lo sucedido me quede profundamente dormido, cuando desperté, no había nadie en las celdas, ni en la mía, ni en la contigua. No sabía cuanto tiempo había dormido, estaba desnudo y comenzaba a hacer frío, por la pequeña ventanita pude ver que ya se había hecho de noche.

-¿Hola? – pregunte en voz alta

Se abrió la puerta, y entró el policía, o el que se hacia pasar por tal, iba desnudo, y estaba gordísimo, al menos tenia una enorme barriga, sinceramente, daba asco; abrió la celda y pasó, llevaba la porra en la mano derecha, y la polla en la izquierda.

A ver putita, ahora te follaré yo, de momento chúpamela un rato-

Sin dudarlo ni un momento me arrodillé ante el y comencé a lamerle la polla lo mejor que supe, no era muy grande, pero de tamaño aceptable, bastante gruesa, no llevaba ni diez minutos en la tarea, cuando me dijo:

Para, para perrita, ponte a cuatro patas, te voy a ensartar como a la puta que eres, a ver lo que aguantas –

Me situé en la posición que me pidió, e inmediatamente sentí su polla presionando mi esfínter, no lo forzó, solo insistió hasta que mi culo le cedió paso abriéndomelo por completo, sentí su vello tocar mis nalgas, y así supe que había enterrado totalmente su verga dentro de mi, se detuvo un segundo y comenzó a bombear. Joder, como me gustaba, y ya no solo que me estuvieran follando, si no el como me trataba, era una experiencia que dudo se repitiese, así que tenia que aprovecharme y disfrutarlo a tope.

Buscaban una puta, pues yo seria la mayor de todas, conseguí, a duras penas, mantenerme en equilibrio y poder usar una de mis manos, acaricie mi nalga derecha y me di un azote tan fuerte como pude.

Vaya, ¿te gusta eso?, deja que te ayude –

Recibí su cachete mejor que el mío, ya que al no esperármelo mis glúteos estaba flojos.

Hummmm¡¡¡, así, eso es, fóllame y azótame tanto y tan fuerte como quieras, seré tan puta como quieras, si, sigue, más, dame más.-

Las palabras brotaban de mi jadeante boca sin pensarlas eran automáticas, como si siempre hubiesen estado allí, el continuo azotándome y taladrándome el culo tal y como yo le pedía, terminando con una espectacular corrida dentro de mi, que me derribo al suelo con el encima, rodó a un lado saliéndose de mi su preciado trozo de carne, quedo bocarriba, y poco a poco se durmió, yo llegué hasta su polla y la lamí, pero solo un rato por que casi a la nada, me quede dormido también con su polla apoyada en la mejilla.

Al despertarme volvía a estar solo tenia el culo totalmente abierto y de el brotaban hilitos de semen, las nalgas completamente rojas de los golpes, la celda estaba abierta, salí, y me asome a la calle, el pueblo estaba desierto, en medio de la plaza había un pozo y al lado mi moto, mis papeles y mi ropa, saqué agua me lavé, me vestí y me marché del pueblo.

Al cabo de un mes volví al pueblo, pero no pude ni acercarme, ya no estaba, no existía, solo había agua, todo el valle era un pantano.