Aventura en el sexshop
Mi perra cumple mis ordenes y encuentra algo màs que lo que le ordene buscar.
Esta es una aventura de mi perra en una sexshop, esto ya tiene tiempo que ocurrio pero su recuerda perdura y es excitante el mismo.
Hoy he vuelto a salir sin ropa interior, aprovechando estos dias de calor que han llegado de pronto, porque en cuanto venga el frio otoñal sera imposible salir asi. De nuevo en el metro he jugado con la lasitud de mis piernas mientras finjo leer y de nuevo observo con deleite las miradas que se introducen por mi falda y encuentran mi sexo desnudo en la penumbra que lo protege. Disfruto con esto como nunca me imagine y ademas, he descubierto que estos juegos no me dejan indefensa ante nadie, soy yo quien tiene el control y si miro directamente al miron, éste se retira en desbandada y finge no haber hecho nada. Son mas debiles que yo.
Con estas ideas y con estas excitaciones he llegado a la oficina, sabiendo que a las doce tenia una reunion fuera de alli y haciendo planes para cuando terminase.
A la una y diez estaba en la calle, sin intencion de volver ya a la oficina.
He deambulado por el centro , viendo tiendas, comprando uons libros en el y acabando, como atraida por un iman, ante la puerta de un sex shop cercano. Porque tu lo querias y porque has inoculado en mi, como una especie de virus, este deseo insano por transgredir las normas de mi moralidad vacilante.
He pasado de largo, con la respiracion agitada y la sensacion de que todo el mundo que habia a mi alrededor sabia mis intenciones. he cruzado la Gran Via y he dado vueltas como un buitre sobre su presa, pasando una y otra vez por la mismisima puerta del sex shop diciendome a mi misma "esta vez si, esta vez entras".
Buscaba un momento en que hubiese menos gente cerca: absurdo porque el centro a la una y media de la tarde es un bullicio de gente. No me daba cuenta de que precisamente eso me conferia un anonimato que no habria encontrado en una calle semidesierta.
No se cuantas veces he rondado la entrada del sex shop hasta que he avanzado con pasos nervisoos hasta la puerta y he traspasado el umbral.
El silencio ha sustituido al ruido del trafico, tan solo una suave musica de fondo y un olor especial a ambientador de cine. Enseguida he captado el lugar. Al fondo un dependiente en un mostrador, a los lados vitrinas con revistas y objetos que aun no identificaba. y, lo que mas miedo me daba, varios hombres solitarios mirando, escogiendo, algunos al oir la puerta se han vuelto hacia mi y, aunque he procurado no mantenerles la mirada, he creido observar expresiones de sorpresa por ver a una mujer alli, o quizas esa es mi interpretacion.
Sin saber muy bien que hacer, pero intentando aparentar una seguridad que no tenia, me he dirigido a una estanteria y he empezado a mirar los objetos que se exponian. Enormes pollas que imitan al natural, de todos lo tamaños, bolas, vibradores... mi vista estaba clavada en esas cosas pero en realidad apenas miraba, tan solo intentaba por el rabillo del ojo localizar al resto de personas para poder sentirme segura. El corazon me golpeaba el pecho y tenia la respiracion agitada pero no queria dar la impresion de estar asustada.
Intentando controlarme, he caminado siguiendo la estanteria y asi he seguido hasta otra que contenia revistas; en un arranque de valentia y en mi afan de aparentar una seguridad que no tenia, he cogido una revista y la he ojeado.
escenas de sexo duro han aparecido ante mis ojos y, lo primero que he pensado es en lo que pensarian de mi esos hombres si me veian leer aquello.
Curiosamente ese pensamiento no me ha puesto nerviosa sino que, por el contrario, me ha hecho recordar el dominio que creia tener en las situaciones provocadas en el metro e incluso en la tienda de lenceria. En ese momento ademas, he recordado que seguia desnuda por dentro y por primera vez he sentido que la excitacion era mas fuerte que el temor o el pudor.
Deje la revista y tome otra que elegi por la portada ya que era de tematica sado. Ahi he visto mujeres atadas, con cuerdas cruzando de una manera muy estudiada su cuerpo, apretando sus pechos, recorriendo su sexo...
Ensimismada en lo que veia no me he dado cuetna de que alguien se acercaba hasta que lo he tenido al lado, se ha situado a mi derecha y ha tomado una revista y se ha puesto a leer cerca de mi pero sin acercarse demasiado. Por un momento he estado tentada de dejar la revista y cambiarme a otro lugar pero estaba como paralizada y me he quedado alli, ojeando la revista aunque en realidad estaba vigilando a mi vecino. Este seguia pasando las hojas de la revista hasta que, de una manera un poco brusca, me ha mirado y ha dicho "¿buen material, verdad?"
Era una estupidez, la frase no podia ser mas idiota y, como yo no he reaccionado, le he visto que se ponia algo nervioso y dejaba la revista en su sitio con clara intencion de irse. Otra vez me sentia que dominaba la situacion. bastaba ignorarle y toda su seguridad se deshacia como arena.
Sin pensarlo, te aseguro que sin pensar en lo que iba a hacer, y mientras el aun no se habia incorporado despues de dejar la revista, he dicho, en voz casi inaudible "hay de todo" ¿¿hay de todo?? si el comentario suyo habia sido tonto, este mio era absolutamente estupido. Ahi estabamos dos adultos, ambos claramente nerviosos, intentando aparentar una tranquilidad y una seguridad que ninguno teniamos..
Mi voz le ha pillado de sorpresa, esta claro que no esperaba ninguna reaccion positiva por mi parte y eso le ha dejado a medio incorporar, en un posicion algo ridicula por un breve segundo. pero poco ha durado esto porque inmediatamente ha debido pensar que tenia alguna oportunidad conmigo y, envalentonado por mi aceptacion, se ha acercado a mi al tiempo que decia " a ver...", y ha comenazdo a mirar lo que yo ojeaba, en ese momento una escena en la que una mujer atada , con los pezones pinzados y de rodillas se comia la polla de un hombre que la sujetaba brutalmente del pelo. Si lo hubiera preparado no habria elegido escena mas delatora de mis oscuros deseos.
"Vaya, no esta mal, veo que tienes gustos fuertes" me ha dicho ya con la clara idea de que yo estaba receptiva. No he contestado nada, tan solo he querido pasar la pagina para evitar esa escena pero el remedio ha sido peor ya que la revista continuaba con fotos aun mas fuertes.
Y claro, aparecio la frase mas topica que podia surgir, frase que yo no esperaba pero que al oirla, entendi claramente que era la unica posible en una situacion asi.
"¿Te gustaria estar asi? ... ¿o ya lo has probado?"
"No, no lo he probado", voz muy baja, mirada huidiza, mi respuesta negaba una parte de la pregunta pero al mismo tiempo parecia afirmar la otra parte.
"Pero te gustaria, verdad?" Se lo habia puesto en bandeja.
"Quizas" mi respuesta pretendia ser evasiva.
"¿Y que mas cosas te gustan de las que hay por aqui?" Dijo esto acercandose hasta rozarme, sus palabras salieron de su boca a escasos centimetros de mi oido, incluso senti su aliento en mi piel. tuve un sobresalto cuando senti su mano en mi espalda invitandome a moverme, el lo noto y dijo "tranquila mujer, no te voy a comer... o si" terminó riendo su propio chiste.
Me deje llevar, su mano en mis riñones dirigia mis pasos y yo, obediente, me movia guiada por el, avanzamos hacia otra estanteria cruzando la sala. senti las miradas del dependiente y de otro de los hombres, comprendi que ambos, que me habian visto entrar sola, entendian que me estaba dejando envolver por aquel hombre. Seguro que pensaban que era un puta y, al pensar esto y saberme caificada asi por alguien real, alguien de carne y hueso, me invadio una oleada de placer, de placer profundo y el poco pudor que aun tenia se esfumo.
No estoy diciendo que perdiera la cabeza y que no supiera lo que estaba haciendo, ni mucho menos. Mi persona habitual, yo, la de siempre, estaba tambien ahi, pero era una mera espectadora de esta otra personalidad, mucho mas inmoral, mas golfa.
Anduvimos despacio hasta la otra pared, donde estaban las bolas y mas alla los penes que imitaban perfectamente el natural. "¿Que tamaños eh?" decia en voz baja riendo. por primera vez sonrei y conteste afirmativamente. "¿Has tenido ya alguna de ese tamaño? digo de verdad" me pregunto ya totalmente relajado. "tan grande no" conteste como una automata. Aun mantenia cierta precaucion por controlar que el asunto no se me fuera de las manos. Me di cuenta de que no debia aparentar temor ni verguenza porque eso me quitaba fuerza e hice lo que en el metro me habia dado resultado, le mire directamente a los ojos y repeti con mas seguridad en mi voz "tan grandes solo existen en las tiendas", el sonrio pero note que los roles volvian a nivelarse, el habia captado mi decision, yo no era una presa indefensa.
"Pero seguro que en casa tienes alguna asi, como esta" dijo señalando la mas grande, exageradamente grande.
"Eso no sirve para nada, esta en cambio es mas real" le dije cogiendo una caja con una polla de un tamaño natural, llena de venas pero sin ese gigantismo que convertia a la otra en algo absurdo
No habia soltado mi espalda, al contrario, su mano tomaba mi cintura, com si fuesemos viejos amigos, mas bien como si fuese mi pareja, como a veces me lleva cogida mi marido; yo no habia evitado la primera aproximacion y tampoco habia hecho nada cuando senti como su mano se deslizaba hasta la posicion que tenia ahora.
"¿te gustan las bolas chinas?" me dijo mientras me llevaba enfrente de las cajas en que se exponian."
"No las he probado nunca" dije y me senti tonta por reconocer mi falta de experiencia, intente arregarlo torpemente "justamente he venido a por unas", era cierto, tu me las habias pedido, pero tampoco tenia planes concretos de comprarlas hoy, en realidad solo habia entrado para vencer mi miedo al sex shop pero mi intencion original era estar un momento y salir.
"Vaya, pues si quieres te ayudo a elegir" De nuevo se lo habia puesto " a huevo" como se suele decir. No espero mi respuesta y empezo a mirarlas, escogiendo algunas, preguntandome si el tamaño era bueno para mi o las necesitaba mas grandes. Sus ojos no dejaban de recorrer mi figura y a estas alturas su mano en mi cintura ya palpaba mi cadera y yo temia que se hubiese dado cuenta de que no llevaba bragas.
Estaba muy excitada y a la vez muy nerviosa por lo que pudiera pasar. En ese momento me di cuenta de que en mis manos seguia la revista de sado y la deje sobre unas cajas, "¿No te la vas a llevar? Parecia gustarte" dijo el, yo no conteste y el la cogio diciendo "venga, esta te la regalo yo". Deberia haber rechazado, haber dicho algo, pero me limite a callar, de nuevo perdia el dominio de la situacion y me mostraba pasiva.
"Oala hubiera aqui probadores para estas cosas" dijo en plan de broma, "asi sabrias que talla de bolas necesita tu..." me miro a los ojos intentando adivinar que efecto tendria en mi lo siguiente "...coño".
Calle, le mire a los ojos, por un momento el debio penasar que me habia ofendido, que le iba a parar los pies, pero deje pasar la oportunidad y lo interpreto como una batalla ganada, senti como me acercaba a el con su brazo, "seguro que lo tienes estrechito, pero elastico, verdad? y se adapta bien a estas bolas" me dijo en un susurro mientras su mano comenzaba a acariciar descaradamente mi nalga. cerca como estaba de mi note su mirada entrando por mis escote. "Tienes un cuerpo precioso, ya veras como te gusta caminar con esas bolas puestas, hacen un efecto brutal..." entonces dijo algo que me desarmo ".. aunque para llevarlas puestas por la calle hay que ponerse bragas, princesa, si no quieres que se te salgan en medio de la calle" dijo mientras sobaba mi culo y mi cadera, buscando la certeza de que iba desnuda. Me sonroje, lo se, el calor que senti en la cara no era normal y eso me dejo aun mas indefensa ante el, que ya tomaba el control mucho mas seguro de si mismo y de mi entrega.
"Aunque creo que si las vamos a poder probar" dijo, llevandome hasta la caja "pongale esta a la señorita" dijo en voz alta lo que hizo que otros cientes miraran hacia la caja, el dependiente marco el precio, lo metio en una bolsa y me pregunto a mi y no a el, "efectivo o tarjeta" NO habia dudado de quien iba a pagar aquellas bolas. "efectivo" dije en voz tan baja que tuve que repetirlo. recibi las vueltas y tome la bolsa, me iba a dirigir a la salida cuando el me volvioa tomar de la cadera y me dijo " vamos a seguir viendo juguetes, no tengas prisa".
Me deje llevar mas al fondo, mientras caminabamos me dijo " ya veras como si vas a poder probarlas hoy", empece a sentir que habia perdido el control de la situacion y que aquello estaba poniendose feo, toda la excitacion desaparecio y me quede solo con el miedo que me atenazaba el cuello. estaba en una situacion en la que tampoco podia protestar, todo el mundo habia visto como mi acompañante era aceptado por mi y como me llevaba cogida, magreandome sin que yo protestara ¿que iba a hacer ahora, ponerme digna?"
Entramos en un ancho pasillo con puertas a uno y otro lado, en alguna que estaba abierta vi un sillon negro, bastante grande y una pantalla con un ranura para monedas, Eligio una de las mas alejadas de la entrada y me hizo pasar, sin violencia pero con dominio. Entramos y cerro la puerta tras de si. "Habra que echar unas monedas, si no nos van a echar" dijo, era evidente que queria que pagase yo y, como una automata, sintiendome como una puta desvalijada por su chulo, abri el monedero y saque dos euros, "mete mas ,eso no va a durar nada", no se ni cuanto saque, en monedas de uno y dos euros y se lo di en lugar de echarlo en la ranura. ese gesto me hizo sentir degradada, le estaba dando mi dinero y el no me trataba como a una señora, sino como a una puta.
Nada mas caer las monedas se apago la luz y se encendio la television.
Iluminados solo por la luza de la pantalla, aquel homnbre se dejo de preambulos y comenzo a abririme la camisa hasta descubrir mis pechos desnudos, "ya lo sabia yo, ya lo sabia" decia nerviosamante mientras me apretaba los pechos.
Yo estaba como drogada, como si no fuera dueña de mi cuerpo, sentia sus manos en mi cuerpo, una manos desconocidas, unas maneras de tocar diferentes a las de mi marido que por eso mismo me excitaban de una manera incontrolable.
Busco mi boca para besarme y yo intente evitarlo pero no estaba dispuesto a ceder una vez que me tenia, con fuerza pero sin violencia sujeto mi cara y metio su lengua en mi boca. Cedi, deje de resistirme y recibi ese beso, mi boca se abrio por el impetu que ponia y note su lengua explorando la mia, buscando en mi paladar, poseyendome. Mi camisa cai por mis brazos y sus manos acariciaban mis hombros haciendo que mi camisa, totalmente abierta, cayese aun mas. intente que no cayese al suelo, que no se manchase ni arrugase y en ese moneto el demostro un primer gesto de correccion, recogio mi camisa y la colgo en un colgador en la puerta. me miro desnuda de cintura para arriba y dijo "que pechos mas bonitos tienes", extrañamente me senti halagada.
Seguia besandome, y yo le besaba, ya no me limitaba a deajrme besar, instintivamente habia comenzado a corresponderle y el se dio cuenta y se encendio aun mas. Alternaba sus besos en mi boca, mi cuello mis pechos, mientras sentia como su mano acariciaba mis muslos cada vez mas arriba, obligandome a separarlos hasta que senti sus dedos en mi pubis. estaba nervioso y me hizo daño "Con cuidado" le pedi, me escuche decir aquello y pense que parecia una profesional. Hurgo mas despacio entre mis labios, con poca maestria, hasta que note como un dedo se deslizaba en mi interior que estaba completamente lubricado "El lo noto y me dijo al oido mientras me mordia el cuello "Estas empapada zorrita" me volvio loca ese comentario y solo atine a repetir "si, si, si"
Intentaba desabrochar el cierre de mi falda pero no era capaz, temi que me la rompiera y acudi en su ayuda, solte el automatico y baje la cremallera, me incorpore y saque la falda. estaba completamente desnuda alli, en una cabina de un sex shop , con un desconocido que empezaba a bajarse los pantalones.
Vi su polla iluminada por la luza del televisor, era la primera vez que veia otra desde que me case. En ese momento, mil pensamientos, algunos absurdos se me vinieron a la cabeza, entre otras cosas, hice una comparacion rapida con la de mi marido y con las que habia visto en la tienda. totalmente absurdo, ¿como podia pensar en eso en aquel momento?
Me guio la mano derecha a su polla y comence a tocarsela, que sensacion tan extraña y tan nueva, su tacto era diferente, su forma era distinta, incluso su dureza era diferente a la de mi marido, comence a mover la mano, masturbandole mientras el me tocaba por todas partes. pero estaba muy excitado, se levanto y me hizo sentarme a mi sola en el sillon. se tumbo sobre mi como pudo tropezando con su pies contra la base del televisor. Su cuerpo olia a a colonia, menos mal y su aliento en mi rostro definia a un hombre pulcro.
Me separo las piernas y yo me deje hacer, estaba casi tumbado sobre mi, buscando la manera de ponerse para poder penetrarme, por un instante pense en el sida, ya que un embarazo era imposible por mi DIU, pero ese pensamiento solo duro un segundo porque enseguida note la presion de su polla en mi sexo, no lograba sujetarse sobre mi y acertar al tiempo. Me sorprendi a mi misma tomando su polla y guiandola a mi coño, erea yo la que buscaba ser penetrada, ese gesto me delataba, no era que me estuviesen forzando, yo tomaba su polla y la llevaba a mi interior.
Entro, facilmente, deslizandose en mi encharcado coño. Comenzo a moverse nerviosamente y se corrio casi inmediatamente. Decir que yo esperaba otra cosa seria lo logico, pero yo no esperaba nada en realidad, estaba viviendo aquello como si no fuera real. Le aguante sobre mi mientras se reponia, descansando, con la respiracion muy agitada mientras notaba como su polla se aflojaba y se desizaba fuera.
Empece a recobrar el sentido de la realidad y me empece a asustar. ¿Y si el encargado sospechaba, y si nos echaba de alli?. Podia ser un escandalo.
Cuando se recupero y se incorporo volvio a decirme lo bonita que era, el cuerpo tan precioso que tenia y que la proxima vez seria mejor, como si fuera a haber una proxima vez pense yo. Cogio papel higienico de un rollo que colgaba de la pared y que no habia visto hasta ese momento y me dio un buen trozo, mientras el se limpiaba la polla yo, sin ningun pudor ya y como si fuese algo normal en mi, me limpie susemen de mi coño como pude, recordando que en mi bolso llevaba una bragas.
Yo daba por acabado todo y entonces el cogio la caja de las bolas "quiero ponertelas" dijo, yo inicie una decidida negativa y entonces, en lugar de forzarme o ponerse pesado, solo dijo "por favor", con una expresion casi infantil en su rostro que me sorprendio, un hombre de mas de cuarenta años, suplicando como el niño que pide un caramelo. ni termine mi protesta, solo le mire, con las piernas abiertas, mientras abria la caja y sacaba aquellas bolas sujetas por una cuerda, pense que eran demasiado voluminosas pero no dije nada, el se acerco a mi, con aquello en la mano y con un cuidado y una delicadeza que no habia demostrado hasta entonces, aplico la primera bola contra mi resbaladizo coño y presiono, parecia no entrar pero de pronto la presion vencio la resistencia y se colo de un golpe, senti la presion en las paredes de mi vagina, no era molesta, note la siguiente bola en mi entrada y esta entro mas facilmente, asi hasta cinco, le mire todo el tiempo, mientras metia en mi coño aquellas bolas. Me quede alli, desnuda, con las piernas abiertas iluminada por el televisor mientras aquel desconocido, absolutamente fascinado, llenaba mi coño con unas bolas chinas ¿quien era esa mujer que estaba alli?¿era yo?
Era yo, claro que era yo, por supuesto que si.
"¿Te gusta?" me pregunto "No lo se, no me molesta" le dije. Era como si nos conociesemos de toda la vida. Notaba mi sexo lleno,tirante, pero no me dolia.
"ya veras cuando camines con ellas como te gustara, cada paso, cada esaclon, te dara un placer increible".
Saque mis bragas del bolso y les coloque un slavaslip que llevo siempre de repuesto. No habia cogido sujetador hoy y me comence a vestir cada vez mas nerviosa y con mas prisa por sali de alli. El se termino de vestir en silencio y abrimos la puerta dejando la pelicula en marcha.
Al sair al pasillo me senti avergonzada, temia que al salir a la sala todos sabrian lo que habiamos hecho., antes de salir me arregle el pelo como pude y limpie mi cara por si algo delataba sus besos.
Era evidente que al vernos salir de la zona de cabinas, los pocos clientes que habia imaginaron todo lo ocurrido y mas. Con la mirada baja, sintiendome observada, me dirigi a la puerta y salimos juntos. Otra vez el miedo de encontrarme con algun conocido o ser reconocida desde un taxi o desde el autobus. El miedo me atenazaba y lo unico que queria era alejarme cuanto antes de la puerta del sex shop. Mientras, mi cabeza no paraba de reptir "que he hecho, que he hecho".
Cruce la calle y de pronto le oi hablar a mi lado, algo habia estado diciendo y no le habia oido, le mire y le dije que se fuera, "toma mi telefono al menos" me dijo y me tendio un papelito que cogi y guarde en el bolso con la intenicon de tirarlo cuando se hubiese ido. Queria huir de esa situacion, alejarme de aquel hombre cuanto antes y perderle de vista para siemrpe.
"¿Me llamaras?" me pregunto cuando ya me alejaba de el, " No se, si, quizas" le dije para quitarmelo de encima.
"No, no lo haras" dijo con una expresion de tristeza en la cara que me sorprendio, solo dije "adios", no espere su respuesta y sali andando, casi corriendo, mirando de vez en cuando por si me seguia.
No tenia, ni tengo, la mas minima intencion de mantener ninguna relacion con aquel desconocido, tan solo queria alejarme cuanto antes.
Eran las dos y media, tome un taxi, mientras me llevaba a mi casa, mientras me devolvia a la seguridad de mi vida diaria, ibapensando en todo lo sucedido y poco a poco el sentimiento de culpa, de suciedad, de ser una perdida iba haciendo mella en mi.
El traqueteo del taxi, los baches, me devolvieron a otra realidad, a la de las vibraciones que surgian en las bolas que invadian mi coñoy que se trasladaban a las paredes de mi vagina; era com si cada bache recibiera una respuesta, como un eco que duraba y duraba y se extendia por mi sexo.
La sensacion era cada vez mas fuerte hasta hacerla insoportable de controlar alli, en el taxi. cada vez que sentia un bache, temia y esperaba la oleada de vibraciones que nacian en el interio de las bolas y que se extendia por mi cuerpo como si fueran fuegos artificiales, apenas se habia apagado el pultimo, nacian los siguientes producidos por otro bache.