Aventura en el metro
Una mañana desperté caliente, me voy a trabajar con ropa ligera y tomo el metro de la CDMX, en el transcurso una metida de mano espectacular finalizando con la follada que un viejo me dio en el vagón
Les traigo el primer relato que escribí, de hecho como muchos saben este fue el primer relato que escribí y a mucha gente le gusta, el primero que hice público en TD y mis anteriores blogs, si mal no recuerdo lo escribí hace como 12 años y en el relato una aventura de cuando tenía 23 años, como podrán ver tiene muchos errores de redacción y recuerdo que hasta había pedazos en que parece que es relatado por una tercera persona, trate de corregir dichos errores y otros de ortografía. Espero que nuevamente lo disfruten mucho y recuerden dejar sus comentarios, mientras mas sucios mejor jeje esa es mi motivación para seguir escribiendo, en lo personal me gusta más leer sus comentarios k sus correos pues en los comentarios plasman lo que están sintiendo al momento de leer y en los correos hacen intentos absurdoa por ligarme y no dicen lo que les pareció y despertó el relato, así k por favor más comentarios x favor.
Hola como están? Les contare una aventura k me paso en el querido metro de la ciudad de México hace un par de años, comenzaré por describirme hace un poco, soy rubia, ojitos color miel, con una colita riquísima, tetas chiquitas pero firmes, creo que lo mas rico y atractivo de mi cuerpo es mi trasero, tengo piernas firmes debido a desde muy pequeña mis padres me inculcaron a practicar siempre algún deporte, en ese entonces tenía 23 años… debido a que tengo un bonito cuerpo me encanta vestirme provocativamente y siempre me las arreglo para tener vergas duras pegadas a mi trasero y me encanta que me manoseen.
Hace dos años que sucedió esto que les voy a platicar (cuando escribí el relato habían pasado dos años, ahorita que lo vuelvo a publicar ya pasaron 9 años) no tenia auto y tenia que tomar el metro para llegar a mi trabajo que quedaba a un par de horas de mi casa, hasta el otro lado de la ciudad, siempre que tenia que tomar el metro me metía en los vagones para hombres (aun lo sigo haciendo) ya que en México debido a estos manoseos, han separado vagones para hombres y mujeres en las horas pico.
Esa mañana en cuanto desperté me sentía muy caliente no se por que, tal ves tuve un sueño subido de tono o algo así, desde que desperté tenia una calentura lujuriosa increíble, mientras me bañaba se me ocurrió que quería una aventura en el metro para bajar mi temperatura, me vestí sexy como de costumbre, con un vestido azul celeste medio transparente q apenas me cubría las nalguitas, sostén blanco se denotaba a través del vestido, una tanguita igualmente blanca y zapatos de tacón alto, salí lo mas pronto posible de mi casa ya que mientras mas temprano tomas el metro mas lleno va. Ya se pueden imaginar una preciosa chica caliente subiéndose al vagón de los hombres una mañana donde el metro va lleno.
El metro tardo un poco en pasar el anden ya estaba lleno y cuando paso el metro iba tan lleno que ni siquiera hice el intento por subirme, así deje pasar un par de trenes mas hasta que llego uno con un poco de espacio para subirme, Al subir yo también varias personas mas subieron detrás de mi, de hecho puros hombres jeje, me empujaron para poder entrar ellos y quede justo a la mitad del vagón rodeada y apretadísima de puros hombres, frente a mi quedo un chico que llevaba abrazado su portafolios, era mas alto que yo y su portafolios quedaba justo a la altura de mis pechos, cuando el metro avanzo y llego a la siguiente estación increíblemente entro aun mas gente apretándome aun mas, al chico del portafolios lo empujaron mas y al moverlo se giro un poco moviendo mi vestido de su lugar y rozando mis pechos, al seguir su marcha el metro el chico aprovechaba por rozar mis pechos diciéndome:
- Perdona, pero están empujando de atrás…
Yo siendo una chica comprensiva, le di una sonrisa con un ‘no te preocupes’.
Esta respuesta solo le hecho leña al fuego y de inmediato comencé a sentir una lluvia de manos sobre mis piernas y mis nalguitas.
Me agarraban el culo con palmas abiertas, no tardaron casi nada en levantar mi vestido y meter manos por debajo de este, metiendo dedos entre mis cachetes y los que podían introducían dedos en mi conchita, haciendo a un lado la fina tanguita blanca, Comencé a respirar hondo para evitar gemir en voz alta. Eso es lo que estaba buscando desde que desperté, la lujuria de ser atacada por incontables manos por todo mi cuerpo, mi vaginita de inmediato se humedeció, varias manos empujaban mis muslos, queriendo abrir mis piernas, y poco a poco lo iban logrando, el chico de enfrente se dio cuenta de lo k pasaba por debajo y de mis gemidos ahogados, pero el no podía hacer nada dado que estaba abrazando su portafolios, intento bajarlo pero como en cada estación entraba mas y mas gente la cual nos apretaba mas y mas no podía hacerlo, el chico no pudo soportar mas y descaradamente volteo ambas manos sobre mis pechos masajeándolos sin ninguna intención de ser disimulado, masajeo mis pechos por enzima de mi vestido, e intentaba sacar mis pechos del vestido pero no podía. Una persona que iba detrás de mi se percato de eso y deslizo los tirantitos de mi vestido por mis hombros quedando este arrugándose en mi cintura mientras levantaba las nalguitas para dar mejor facilidad de acceso, las manos se entre-chocaban tratando de acariciar, agarrar, apretar, sobar mi rico y apretadito cuerpo que gozaba con cada caricia sobre mi piel y dentro de mi conchita que iba de totalmente húmeda, alguien detrás de mi, no estoy segura si bajo mi vestido, desabrocho mi bra dejándolo caer al suelo y dándole acceso libre y sin problemas al chico del portafolios a mi pechos que sin dudarlo un segundo comenzó a pellizcar y acariciar mis rozados pezones.
Con el sostén en el suelo y mi vestido arrugado en mi cintura entre cerraba mis ojitos al sentir dedos diferentes invadir mi conchita, sobar mis labios vaginales y meterse por toda mi rajita. El que estaba directamente detrás sobaba y apretaba mis nalgas como si se fueran a desaparecer en cualquier momento, dedos entraban y salían de mi panochita con increíble rapidez, un pulgar frotaba mi clítoris aplicando una presión deliciosa que me llevaba al cielo, no pude gemir bajito con mis ojitos bien apretados mientras una onda de éxtasis barría con mi cuerpo, era un banquete los hombres que me rodeaban.
Mas de uno quiso ensartarme un dedo en el culo, pero por alguna razón, quizás la difícil posición de las manos no pudieron, onda tras onda de orgasmos me invadían, así disfrute y goce a lo largo de del trayecto de 10 estaciones alrededor de media hora, aquellos tipos se dieron un festín proporcionándome la mega-manoseada del siglo, varios me susurraban obscenidades y me decían lo puta que era, que era la perra caliente mas rica del mundo y que era una deliciosa hembra que me quieran meter la verga por todos lados, etc… Cuando el metro estaba por llegar a la estación donde tenia que transbordar de línea, comencé a decirles a duras penas entre gemidos que ya por favor me dejaran, ya tenia que bajar, la gran mayoría de las manos se apartaron y el chico soltó mis pechos, aun que algunos aun seguían masajeando mi culito y mis piernas, como pude medio acomode mi vestido, y me dispuse a bajar, la gran mayoría de las personas transborda en esa estación hacia otra línea que pasa por el centro de la ciudad, así que no fue nada difícil abrirme paso para bajar puesto que entre todo ese mar de gente solo hay que dejarse llevar por la corriente para salir del vagón, mientras salían muchos me fueron nalgueando y diciéndome obscenidades, yo no seguí el recorrido, espere en el anden a que toda la gente se fuera hacia la otra línea y aproveche para acomodar bien mi ya arrugado y mojado vestido, cuando estaba acomodándolo me percate que no llevaba mi bra, supongo que se quedo en el vagón tirado, por lo cual mis pezones se notaban por debajo de mi vestido, arregle mi tanguita q estaba como un trapo mojado, puse mi vestido en orden y me dirigí a la otra línea.
Iba con mis piernas como gelatina después de tantos orgasmos y con mis pezones erectos como la goma de un lápiz debajo del vestido medio transparente, cuando llegue a la línea el anden estaba repleto y los trenes que llegaban peor aun, estuve esperando como por 20 minutos a que pasara un metro "decente" en el cual me pudiera subir pero nada, hasta que enviaron un metro completamente vacío para la estación, de igual manera me subí en los vagones para hombres, pero a pesar de los 20 minutos que me sirvieron de descanso aun iba muy agotada por la acción de hace un momento, afortunadamente pude alcanzar asiento y me recosté sobre la ventana cerrando mis ojos para tratar de dormir un poco ya que el recorrido de esa línea es aun mas largo que la otra.
Iba media dormida cuando sentí a alguien sentarse a mi lado y poner una mano sobre mi muslo, lo mire y era un viejo de unos 65 años, al ver su mano arrugada, su cuerpo viejo, gordo y feo, me dio asco. Antes de poder quitar su mano, el viejo me dijo:
- Iba detrás de ti en el otro vagón, yo fui el que te desabrochó el sostén… y me quede con ganas de meterte mi pito.
Y fue subiendo la mano por el muslo. Al escuchar eso, por la sorpresa no le dije nada y mas por el morbo que otra cosa lo deje seguir.
El viejo subía su mano por debajo del diminuto vestido y al tocar mi tanguita, dijo con voz de triunfo:
- Sabia que seguías mojada puta…!
El escuchar al vejete decirme puta, hizo que me excitara de nuevo y sin querer abrí mas las piernas, una sonrisa malévola se formó en la boca del hombre.
- Así es putita…. Abre esas piernas putita…
Los dedos gordos del viejo se posaron sobre la tanguita y comenzó a sobar mis labios vaginales y clítoris lentamente, por encima de la fina tela.
Me recline de nuevo sobre la ventana a disfrutar de las caricias que me daba.
Las manos de mi acompañante no se estaban quietas, subían y bajaban por mis muslos, de vez en cuando sus dedos se posaban sobre mi vaginita, pero siempre por encima de la tanguita blanca…
La estación donde bajaba se acercaba era la penúltima estación y me puse de pie, el viejo rápidamente tiro de mi brazo hacia abajo diciéndome:
- Si te levantas te golpeo como la puta que eres!!!
Me dio algo de miedo y se quede en el asiento quieta, de repente la situación había cambiado por completo. Unos segundos atrás yo era la chica que teniendo piedad de aquel vejete, permitía que este la sobara a placer, ahora el viejo me tenia amenazada con una golpiza si se movía de ahí…
Mientras llegábamos a la ultima estación el viejo no paraba de amasar mi muslo y sobar mi conchita, al llegar a la ultima estación, las pocas personas que habían se marcharon dejandome con el señor a solas, las puertas se cerraron, me sentía prisionera de aquel hombre, tenía miedo y no me atrevía a decir nada.
Aquí era donde el tren se metía en los túneles oscuros hasta salir de nuevo al anden.
Apenas el tren comenzó a moverse hacia la oscuridad el viejo me sacó del asiento y me puso de rodillas encima de este dándole la espalda. El viejo empujó mi espalda de la hacia enfrente haciéndome que empine aun mas su culito hacia él, apreté los ojos sabiendo lo que se venia. Escuche el cierre del pantalón y sentí las gordas manos del viejo subirme el vestido hasta la cintura y bajando mi tanga, dejando mi conchita totalmente expuesta a él.
Una mano gorda me tomó de la cintura fuertemente mientras sentía la cabeza de su verga ponerse entre mis labios vaginales, respire hondo, el viejo gordo me la iba a meter. Sin mas miramientos, me enterró la verga entera hasta las bolas haciéndome gemir como una perra en celo, el viejo gemía y gruñía obscenidades mientras enterraba su miembro una y otra vez en mi conchita.
Lo único que se escuchaba en el vagón eran los fuertes gemidos que salían de mi boca, los gruñidos del vejete y el jugoso mete saca de una verga entrando y saliendo de mi conchita empapada acompañado de el distinguido SPLAT SPLAT SPLAT SPLAT de la pelvis del viejo sobre mis nalguitas.
El viejo sabia que tenía poco tiempo para disfrutar de mi cuerpo y tomándome de los hombros con ambas manos, empujó su verga aun mas profundo con fuertes embestidas haciéndome gemir aun mas y mas.
El señor me agarró de los hombros y comenzó a darme embestidas fuertísimas….
El caso era que el viejo me tenia agarrada de los hombros me metía la verga sin piedad, me tenia de rodillas con mi espalada arqueada dándole toda mi conchita en bandeja de plata, las embestidas eran brutales y yo tenia las manos bien sujetas al respaldo del asiento. Esto se añadía al increíble morbo que tenia al sentirse usada como un juguete sexual por este viejo, quien pronto con alaridos anunciaba que se corría.
Afortunadamente el viejo se había puesto un condón y evitó tener mi conchita inundada de semen del viejo.
El sudor del vejete me caía en los cachetes de mi culo mientras sentía el miembro duro q me acababa de penetrar a duras embestidas hacerse nada dentro de mi conchita, el respirar del viejo era como si hubiera corrido una maratón y lentamente se salió de mi, rápidamente arregle mi ropa justo antes de salir a la fuerte luz de la primera estación.
La severa cogida no duró más de 5 minutos, pero el morbo de haber sido manoseada a placer por tantos hombres, y luego ser usada como putita personal era increíble, y para sellarlo con broche de oro, antes de salir del vagón el viejo me dijo:
-Abre la boca puta…
Y me metió el condón usado en mi boquita diciendo:
-A todas las putas como tú les gusta masticar chicle… y dándome una palmada en las nalgas bajo la mirada de los que entraban el señor se fue.
Como una buena perrita sumisa, mastique el condón como un chicle y trague todo el juguito que salió de él.
Llegue a la estación donde tenia que bajar y tome el camión a mi trabajo, ahí si pude dormir jeje.
Espero les haya gustado mi relato, dejen sus comentarios por favor, es muy rico y excitante leerlos .