Aventura en carnaval

Con el disfraz puesto follo con mi novia...pero luego resulta que ...

Después del desfile vespertino, viene la cena regada por abundante vino y licores. Más tarde llega el baile y el desenfreno.

Todos los miembros de la comparsa llevamos el mismo disfraz. Las mujeres una tunica hasta los pies de color dorado, en la cabeza un tocado simbolizando la moneda y la cara tapada con un antifaz. Los hombres lo llevamos de color plateado y el tocado simboliza el euro.

Amparados por el anonimato del disfraz y animados por el alcohol dejamos aflorar nuestras debilidades e instintos. A mi novia y a mi, nos gusta "jugar" y aprovechamos cualquier ocasión para gozar de nuestros cuerpos. Yo le meto mano cada vez que puedo y ella disfruta frotando sus nalgas contra mi sufrida polla, que paciente debe esperar a que lleguen momentos de intimidad.

Cuando bailamos juntos, me aprieto todo lo que puedo y ella me sigue la corriente dejándose acariciar, eso si...con mucho disimulo para que nadie se fije en nosotros.

Después de bailar una canción de mucho movimiento que nos ha llevado lejos de donde esta el resto del grupo, logro atraparla por detrás y la abrazo con fuerza.

Le hago sentir contra sus nalgas la dureza de mi miembro, y le meto mano a las tetas. Sin decir ni una palabra, trata de desembarazarse de mi abrazo.

-       "Me tienes a tope... no creo que pueda esperar hasta el final del baile... como siga asi me voy fuera y me hago una paja", le digo al oído, mientras trato de acariciar su cuerpo por encima de la tela.

No dice nada y finalmente se deja hacer. Aprovecho para dar rienda suelta a mi pasión por ella y trato de conseguir el máximo de caricias en el menor espacio de tiempo. Ella se va animando y responde a mis besos cada vez con más intensidad.

Se muestra nerviosa y deseosa de ir rápido… al asunto. Resulta extraño pues normalmente le gusta recrearse en las caricias y en el morbo de las situación que creamos entre ambos.

Le acaricio los pechos con ambas manos y le doy besos en el cuello. Ella busca ansiosa el bulto de mi polla y resopla cautiva de una gran excitación.

Ajenos a la gente que nos rodea, y protegidos por el anonimato y la discreción que nos da el bullicio, nos acariciamos como dos posesos que temen que se acabe su tiempo antes de conseguir el objetivo.

Entre empujón y empujón, sin haberlo buscado nos encontramos en un pasillo semi oscuro y más tranquilo. Aprovecho para apoyarla contra la pared, la beso apasionadamente y aprieto mi cuerpo contra el suyo para hacerle sentir el tamaño de mi miembro.

Súbitamente nuestro apoyo cede y nos precipitamos al interior de una estancia oscura y llena de trastos que chocan contra nuestros pies. Con la escasa luz localizo una mesa grande. Dejo a mi novia sola un instante. Vuelvo hacia la puerta. La cierro y la estancia queda completamente a oscuras. Enseguida encuentro los brazos de ella que me buscan en la oscuridad.

Nos fundimos en un abrazo y casi en volandas la llevo hasta la mesa. Le levanto la larga túnica y le acaricio las nalgas. Sin darle tiempo a poner ninguna objeción, le quito las bragas y hago que se apoye en el borde de la mesa con las piernas bien abiertas.

Me levanto mi túnica, meto la mano dentro del boxer, tomo la verga y la saco apuntándola directamente hacia la entrada del coño de mi novia.

Aprieto con fuera y la clavo hasta el fondo. Debes estar muy excitada pues ha entrado con más facilidad que de costumbre. Empiezo a bombear con fuerza haciendo que se emita un chasquido cada vez que mi pubis golpea contra sus nalgas.

De vez en cuando, paso la mano sobre sus nalgas y su pubis. Se debe haber rasurado pues siento que tienes menos pelitos y en zonas muy localizadas. Otro día me dedicare mi tiempo a deleitarme con la visión de tu coñito rodeado de pelitos bien recortados.

Vuelvo a la carga, sus gemidos se hacen roncos y trata de reprimidos. No entiendo porque, y sigo dándote fuerte, tal y como sé que a ella le gusta. Alternando todos los ritmos, todas las profundidades y todas las intensidades.

Presos de la excitación y el morbo de la situación, no tardamos en alcanzar nuestro clímax. Grita durante unos instantes vencida por el placer y yo me corro sobre tus nalgas pues se ha retirado rápidamente de la posición donde te tenia sometida.

Recompone su disfraz, me besa apasionadamente en la boca y me dice:

-       "volvamos que nuestros amigos nos deben estar buscando..."

Antes de que me termine de vestir abre la puerta y sale de la habitación. Con la luz que ha entrado desde el pasillo he localizado sus bragas en el suelo. Me agacho a recogerlas. Son de color azul con ribetes negros. Es la primera vez que llevas unas de este color y me las llevo como un trofeo.

De un salto, salgo de la habitación tras de ella, pero no la encuentro.

Me siento desorientado, ¿dónde se has metido?...¿cómo ha desaparecido tan rápido? ¿por qué no me espera si vamos juntos?.

Por fin la localizo al final del pasillo. Me acerco a ella alegre y satisfecho, con las bragas en una mano como prueba de nuestro encuentro con ganas de pedir un rescate si las quiere recuperar.

-       "¿dónde te habías metido?", me preguntas irritada llevo quince minutos esperándote!",

-       "Entonces...tu... lo de antes....", balbuceo.

-       "¿qué quieres decir?... anda no te enrolles y volvamos a la fiesta", dice ella.

Aprieto con fuerza las bragas que tengo en la mano y me pregunto de quien deben ser.

Deverano.