Aventura de Carnaval

En plena epoca de lujuria un hombre solitario encuentra casualmente una hermosa mujer dispuesta a ser complacida. Sin saber que habia encontrado una magnifica oportunidad para conocerce.

aventura DE carnaval

La siguiente historia sucedió hace poco menos de 10 meses, en época del carnaval. Sucede que en el sitio donde radico existe una gran fiesta dura varios días, los días principales son el sábado y el domingo de carnavales, valga la redundancia, ya que por las principales calles de la ciudad atraviesan músicos y danzantes ovacionados por miles de personas provenientes de diferentes regiones del país e incluso de otros. Esta fiesta incita a la lascivia como muchas otras de carnaval es posible ver mujeres con vestimenta ligera, piernas y bustos de todos los tipos y particularmente movimientos de baile muy eróticos.

Todo empezó un día domingo mientras sentado en amplias ay altas graderías veía sólo a miles de personas bailando y expresando felicidad al límite. De pronto, observé que una mujer de unos 25 años, cabellos castaño, tez clara y 1.73 mtrs., trataba de lograr algo más que un saludo de un varón muy bien parecido, quien se encontraba muy enfadado por la insistencia tan torpe. Yo no podía creer la resistencia del hombre hasta que aparecieron varios de sus parientes, la mayoría de ellas mujeres para separar definitivamente a la osada mujer. Sentí lástima por ella, tuve muchas ganas de consolarla, pero luego pensé que ese asunto no era de mi incumbencia, que probablemente era problema de novios disgustados o amores mal pagados.

Por unos minutos seguí con la vista la dirección que tomaba esta mujer hasta que se entremezcló con la muchedumbre. Solo y sin amigos continué bebiendo una lata de cerveza, una vez que se acabó ésta decidí buscar otra, al no encontrar decidí salir de la calle de los espectáculos y buscar una tienda o un vendedor ambulante. Ya fuera me di una sorpresa al ver a la mujer que 15 minutos atrás había causado un espectáculo público, para muchos, indecoroso. Como se encontraba sola y en mi camino me atreví a dirigirle la palabra sin ningún tipo de miedos. Ella fue amable conmigo, me dijo que retornaba a la fiesta desde Argentina, ella radicaba por ahí desde hace varios años y que la estaba pasando muy bien. Noté que estaba un poco ebria y que se encontraba desinhibida, casualmente por esos minutos se hizo patente los efectos del alcohol, hasta ahora no se lo que sucedió en los minutos siguientes, lo cierto es que unos 20 a 30 minutos después estábamos abrazados frente a frente en la puerta de una casa, a la vuelta de la esquina donde nos conocimos, no se en qué momento empezó la confianza, a esas alturas ya le ayudaba a dirigir su mano dentro mis pantalones para que toque mi tieso miembro.

Era una mujer apetecible, era hermosa y además de tener un espectacular cuerpo. Yo no soy un adonis, de ninguna manera, mas bien soy delgado y bajo de estatura; sin embargo a mi no me interesaba la diferencia, es mas es una de mis fantasías sexuales más frecuentes, hacer el amor con mujeres considerablemente más grandes que yo incluso en edad.

Yo estaba dispuesto a hacerla mía ese día, así es que decidí acercarme a un hotel, ella decía que no estaba dispuesta pese a ello me seguía gustosamente. Aunque sé que por la fiesta de carnaval los hoteles, alojamientos y otros similares se encuentran copados no perdí la esperanza para lograr una habitación.

Ingresamos a un hotel y como lo suponía no había habitaciones a disposición, el empleado me advirtió además que sería imposible encontrar uno en toda la ciudad. Yo no podía llevarla a mi casa, por las fiestas estaba muy llena, como todas las casas de la ciudad, cuando el desánimo se me veía me dijo que necesitaba usar el tocador para hacer pi pi, como no había uno cerca decidimos retornar al hotel para solicitar el pequeño favor. El empleado del establecimiento aceptó gustosamente prestarnos uno, la seguí hasta entrar juntos a un pequeño reducto. Lo primero que hicimos fue besarnos afanosamente, una de mis manos tomó su cintura mientras la otra se metía para tocar uno de sus voluptuosos senos y abrir paso a mis labios. Pese a la calentura usé todos mis conocimientos y experiencia para dar caricias con manos y lengua, de modo que ella no se resistiera a mis embestidas de macho lujurioso, pese a su leve embriaguez respondía muy bien a las suaves caricias, a los rasguños que gusta mucho a las mujeres, a los lengüetazos sobre su pezón y a algunas palabras dulces que exaltaban su belleza e inteligencia.

Sabía que no había tiempo, sabía que debía portarme como un verdadero experto, para entonces no pensaba colmar mis deseos, sino mas bien los de ella para luego controlar la situación y tener un largo rato de buen sexo con una hermosa mujer dispuesta a complacerme. 3 minutos de haber empezado decidí bajar a su sexo, dibujando figuras desde sus senos, pasando por su abdomen, hasta que ella dijo: ¡para...!, necesito usar el inodoro, es urgente. La solté y de inmediato se bajó los pantalones y se sentó apresuradamente, ese espectáculo me dejó mucho más excitado, aproveché la posición para bajarme los pantalones, ella la agarró sin problemas para darme suaves succiones, nuevamente se paró habiendo dejado todo mi sexo sin los fluidos provocados por la fuerte excitación. Nos besamos, le di la vuelta, logré que se agachara para introducir mi pene, ella se separó aun poco y dijo: "no, no... me dejarás embarazada, ni siquiera nos conocemos", a lo que respondí –No creo que logremos acabar, muy pronto tocarán la puerta, de lo contrario votaré fuera– Con estas palabras ella se quedó conforme y me ofreció otra vez su gran y blanco trasero, así moví las caderas a toda velocidad, mientras ella las movía en círculos, sabíamos que no teníamos tiempo, pero también sabíamos que no dejaríamos que esto se termine ahí. Como había previsto, tocaron la puerta, nos despegamos y salimos raudamente. Para entonces ambos estábamos completamente dispuestos a tener sexo en las siguientes horas, ella propuso ir a mi casa, a otro hotel... yo insistía que no era posible, hasta que se me ocurrió ir a un motel, un lugar al cual nunca había recurrido, a este lugar van solo parejas no formales exclusivamente para tener sexo por una o dos horas, solamente.

Una vez ahí, entramos a la ducha juntos solo para toquetearnos un poco y sacarnos el olor de excitados, ella salió antes que yo. Salí de la ducha me acerque a la cama y me encontré con un bello espectáculo, ella tenía en cabello suelto, estaba completamente desnuda con las piernas abiertas y ansiosa por recibirme, estaba realmente hermosa. Por etiqueta, la besé efusivamente, la abrasé y acaricié con toda pasión, era mi princesa a quien dedicaba esporádicamente breves oraciones de amor, recorrí todo su cuerpo con mis manos y lengua -sin llegar a su clítoris, vagina y ano- trate de darle las mejores caricias de este mundo para que pacientemente llegue a explotar de gozo. Ella se encontraba perdida hasta que con voz entrecortada me dijo: ¡Ya, ya, apúrate... hazme el amor!. Hasta ese momento había dejado que sus piernas se cerraran, para evitar que su sexo toque el mío, cuando me reveló su deseo, aun sobre ella junté mis pies, puse en medio de los de ella, alcé mis caderas para abrir sus piernas con mucha fuerza, pasé mi glande suavemente por sus labios vaginales, repasé tres veces, introduje la cabeza del glande a la vagina del mismo modo para luego meterla toda y bombear a toda velocidad, mientras mi lengua daba sin reparo placer a sus pezones. En poco menos de un minuto ella llegaba al orgasmo, acompañado de fuertes gemidos y una alegría inocultable decía: ¡... que rico, que rico!.

Una vez acabada tenía previsto abrasarla y continuar con besos en los labios y frente, sin embargo fue ella quien me besó, me abrazó y me dio las gracias por el placer sentido. Se echó en la cama y me dijo: "...te toca, te mereces soy toda tuya...". Aprovechando el momento para decirle "...te gustó mucho, o crees que puede ser mejor...", ella respondió: "Nunca tuve una aventura como esta, pero tampoco tuve un gran orgasmo como este, tus atenciones meticulosas me han llevado a esto, nunca pensé que esto sería posible". La verdad es que mis intenciones eran otras, es decir ganarme un placer entrando por la puerta de atrás de ella. Entonces la repliqué –si deseas placer inmenso, orgasmos encadenados, tienes que ayudarme con mi lascivia-, ella respondió: -No entiendo-. Así tuve que explicarle que es un orgasmo encadenado, como iría a proceder desde ese momento y la relación de la lascivia con mi capacidad de dar mas placer, la expliqué que debía darme un gran placer para que yo deje de ocuparme en darme placer con ella y concentrarme en proporcionar orgasmos concadenados con toda mi capacidad, solo con la ayuda de manos, lengua y el mango de un cepillo de pelo. Con solo oírlo ella se puso otra vez excitada y dijo, "te daré caricias tan buenas como me la diste", a lo que respondí: "No, quiero entrar por tu puerta de atrás", me miró a los ojos y dijo "Entiendo, creo que te lo mereces". De inmediato la puse de bruces, besé sus nalgas, lo succioné, sin dejar de acariciar persistentemente, abrí sus nalgas para encontrar su dorado ano y darle pequeños lengüetazos, deseaba que esa experiencia sea para ella algo placentera, no violento, así es que metí un dedo húmedo hice círculos para expandir su ano, apliqué mucha más saliva para meter dos dedos y casi de inmediato procedí a introducir suavemente mi duro palo.

Ella se quejaba de dolor, pese a que entraba suavemente, lo saqué para aplicar mas saliva aplacar el dolor e incrementar mi placer, ella me pedía que continué. Nuevamente le introduje, esta vez a fondo, el placer que sentí fue inmenso tanto que en menos de un minuto solté toda mi líquido en el fondo de ese precioso tesoro.

Estaba con una mujer con cuerpo de ensueño estaba feliz por haber cumplido una fantasía, por si fuera poco, ella me pedía muchas más de mis atenciones. Tras entrar a la ducha, continuamos con lo pactado... Esa noche ella recibió los mejores orgasmos de su vida, aunque esto es otra historia, de acuerdo a ella un hombre común, pero listo, atento y educado puede hacer mucho más que un gran macho con una herramienta grande...", Ahora yo entiendo que tiene mucha razón, es más tengo entendido de que los machos con herramientas grandes son los pocos y que estos "atributos" va más en provecho del placer de ellos que de ellas.

Ella se quedó en la ciudad por una semana, terminó con su novio, y nos dispusimos a salir de la cama solo para comer y dar algunos paseos por la ciudad. Por entonces decíamos que lo más valioso para el sexo es el tiempo, porque pacientemente se puede llegar a estados insospechados, ella me prometió atender más a este aspecto de la vida, además de que algunas vez retornaría para tener nuevas aventuras conmigo.

Desde entonces no la he visto, curiosamente nunca nos ocuparnos de dejar direcciones donde encontrarnos, ni siquiera correo electrónico, irónicamente el día que nos conocimos no tuvimos tiempo para preguntarnos nuestros nombres, el segundo día me puso el nombre de un dios egipcio de la fecundidad, yo elegía para ella el de una estrella. Por el momento espero que retorne para este próximo carnavales o espero que lea este relato para que tome contacto: artuzuamon@gmail.com "Te espero en el reloj a hrs. 20:00, el viernes de carnaval"

Amon

artuzuamon@gmail.com