Aventura con mi prima en el chalet (2)

Marta le pide a su primo un favor, esa misma noche suceden cosas más subidas de tono.

Perdonen por la tardanza, sé que el anterior relato dejó a muchos con la intriga, prometo ser más regular.

A la mañana siguiente me desperté, después de aquella increíble paja viendo el culo de mi prima.

Mi primo ya se había levantado, eran las 11 pasadas, me dirigí a la cocina para hacerme el desayuno y me llevé una grata sorpresa.

Allí estaba mi primita apoyada en la encimera con un short gris que igualmente marcaba su culo a la perfección, intentando alcanzar el cola-cao de la estantería de arriba.

  • Desventajas de ser bajita - le dije en tono de broma mientras ella se giraba - trae que te ayude.

Sin ningún esfuerzo alcancé el cola-cao y se lo di, mi prima era bastante bajita, rondaría el metro sesenta, mientras que yo rozaba el metro noventa.

  • No te burles de mi altura anda - y me dió un pequeño golpe en el brazo - ¿Te acabas de despertar?

  • Sí, anoche dormí bastante mal la verdad.

  • Yo también, no soporto los ronquidos de mi padre, ojalá poder dormir sola - dijo con una voz muy quejica.

  • Jaja, Jorge (mi primo) y yo tuvimos que cerrar la puerta, aquello era insoportable - dije riéndome.

  • Ya... oye Dani... - dijo mientras ponía su mano en mi brazo.

  • Dime Marta - así se llamaba mi prima.

  • ¿Puedes hacerme un favor? - puso cara de mimosa y mi rabo se revolvió.

  • Sí claro, ¿qué pasa?

  • ¿Puedes pedirle a Jorge que duerma con mis padres? No quiero dormir mal - dijo mientras pasaba su mano por su cabeza a modo de cansancio.

  • Emm… sí claro ¿pero tú dónde duermes? - dije mientras mi sangre se bifurcó hacia mi entrepierna poco a poco, imaginando su respuesta.

  • Pues... ¡contigo! - sonrió -, hacemos intercambio, que se coma él todos los ronquidos, jaja - rió.

“Ojalá me comas tú la polla”, pensé.

  • Perfecto, pues ahora se lo comento a Jorge - dije mientras mi erección era bastante notable, aunque con la inocencia de una chica de 14 años dudé si se dió cuenta.

  • Gracias Dani, ¡eres el mejor! - y me dió un abrazo breve, mientras que parte de su abdominal rozó con la punta de mí polla.

Tuve que convencer a Jorge regalándole una skin del Fortnite para que aceptase el intercambio, por suerte no se percató de mi gran interés en que aceptase.

Tenía muchas ganas de dormir con Marta, de poder ver su enorme culo más de cerca, y quién sabe si de poder tocarlo aunque fuese de forma disimulada.

La deseaba de una manera que llegado un punto no sé si podría controlar mis impulsos, yo sólo quería follármela.

Y me daba igual que fuese un tabú, me la sudaba completamente que hacerlo entre familiares estuviese mal visto, me daba igual si mis padres o mi familia se enterase, independientemente de las consecuencias, me daba completamente igual su edad, yo sólo veía un cuerpo.

Yo únicamente quería disfrutar con Marta, y a ser posible que ella disfrutase también conmigo, mantener una relación en secreto, o fugarnos juntos si nuestra familia no lo aceptaba.

Y entre tanta fantasía y película montada en mi cabeza, cayó la noche.

Me duché y cené con todos, compartimos varios temas de conversación y de nuevo los continuados bostezos dieron eco a una invasión de todas las camas del chalet, a excepción de la mía.

Mi prima y yo estábamos completamente desvelados, y decidimos ver una peli que había empezado en la tele.

Estábamos los dos completamente solos en el sofá, el resto estaba durmiendo, aunque mi primo Jorge seguramente estaría jugando con el móvil.

  • Que película más aburrida - dijo Marta tras bostezar.

  • Calla, que yo la he visto y ahora se pone interesante - me lo inventé, quería pasar más tiempo con ella.

  • Espero que tengas razón, si no me voy a la cama - dijo recolocándose.

A pesar de que eran las 2 de la madrugada en ningún momento tuve en cuenta que sobre estas horas las películas que suelen emitir tienen menos filtros de lo habitual, y una escena de sexo se proyectó unos minutos después.

  • ¿Te referías a esto? - dijo Marta sorprendida.

  • Sí - dije riéndome, quise calentar mínimamente el ambiente, yo mismo estaba sorprendido con la situación.

  • Serás guarro, que soy pequeña para estas cosas tío.

  • Pero que mentirosa, si estarás más enterada del tema que yo - quise ver hasta que punto Marta sabía sobre sexo.

  • Bueno, si que es cierto que tengo conocimientos, pero... ¡Ahg! ¿Por qué coño tengo que hablar de esto contigo? - se irritó mientras estaba sonrojada.

  • Joder ni que fuese un desconocido, pensaba que teníamos confianza para hablar de cualquier cosa - intenté llevar la conversación por mi lado.

  • Ya, pero sobre estas cosas suelo hablar con mis amigos, no sé porqué. - dijo Marta, que el hecho de nombrarle el tema del sexo a su primo había sembrado dudas en su confianza.

  • Te invito a que te abras, siempre me cuentas todas tus cosas, pero sobre temas sexuales nunca me has dicho nada. - quería indagar más.

  • Vale vale, me abro, pero de piernas no eh - soltó una carcajada - perdona, aunque no lo parezca estoy muy salida.

  • Yo también mujer, cualquier persona de nuestra edad diría yo. - se me revolvió un poco el pene al imaginar a mí prima abierta de piernas.

  • Bueno, ¿que quieres saber? eres libre de preguntarme - dijo abriéndome miles de posibilidades, pero a su vez creando un temor a preguntarle algo inadecuado o incomodarla.

  • Tampoco quiero incomodarte ni nada Marta...

  • No Dani, tenías razón cuando has dicho que no suelo abrirme con estos temas, no tengas miedo, preguntame lo que quieras, hay confianza.

Quise empezar preguntándole algo suave, y también a su vez proponerle algo nuevo a su idea.

  • Vale, pero lo hacemos por turnos, tu también me preguntas a mí, ¿Te parece? - Marta asintió rápidamente - Guay, em... ¿Eres virgen?.

  • Sí, no he tenido la oportunidad de tener sexo con nadie.

  • Tampoco hay prisa, eres joven.

  • Tienes razón, pero no te miento si te digo que tengo ganas de probar que se siente, - se me empezó a poner morcillona al oír eso - y tú, ¿Eres virgen?

  • Nah, ¿No te acuerdas de mi ex Alba? la perdí con ella.

  • ¡Pero si durasteis 1 semana! - dijo Marta riendo.

  • Fue una semana intensa la verdad, ¡me toca! , emmm ¿Ves porno?

  • Todos los días diría, a veces si tengo mucho sueño no, bueno y aquí tampoco por razones obvias.

  • Bueno, ahora que duermes conmigo si te apetece ver porno pues me lo dices y yo me voy más tarde a dormir - dije con toda la naturalidad del mundo.

  • Si claro y dejo la cama empapada - mí polla dió un respingón.

  • Con el calor que hace es normal sudar - dije haciéndome el tonto.

  • No me refería al sudor, tontaina - Marta se dio una palmada en la cara a modo de desaprobación.

  • Ya lo sé, pues hazlo en el baño, hay pestillo

  • ¿Lo dices por experiencia acaso? - dijo Marta poniendo un tono de pillina.

  • Bueno... Sí, ¡oye eso cuenta como pregunta!

  • No chavalote, me sigue tocando a mí

  • ¿Chavalote? A veces no sé si tienes 14 años o 23... Hablas como si tuvieses muchos más años.

  • eso lo tomo a elogio - y sonrió - gracias Dani.

Y entonces me dió un beso en la mejilla, algo que yo no esperaba para nada, de hecho pegué un pequeño brinco, y hasta ella lo notó.

  • Joder, para una vez que soy cariñosa contigo

  • Pues por eso mismo, no me lo esperaba - y me reí.

  • Oye Dani, ya seguiremos con las preguntitas, que tal si vamos a dormir, estoy cansada.

  • Vale, ves llendo, yo apago la tele y cierro con llave la casa.

Entonces Marta se levantó, y tal y como dije apagué la tele, recogí un poco el salón y cerré con llave, aunque me percaté que mi padre no estaba en el salón cuando a el le tocaba dormir ahí, y me lo encontré roncando en la terraza.

Tras despertarlo y mandarlo para dentro me fue para el cuarto, y al entrar justo vi como Marta se bajaba el short gris y dejaba al aire su increíble culo, con la misma lencería que la noche pasada.

  • Ey Marta - dió un salto ya que hasta ahora lo me había escuchado - buenas noches.

  • Descansa Dani, y no ronques tu también.

  • Prometido.

Estaba bastante cansado, y todavía quedaban 4 noches más, no tenía mucha prisa y quería ir poco a poco, así que decidí dormirme, eso sí, sin echar un vistazo a ese culo, y de reojo ver como una pequeña montañita llamada pezón se dejaba ver debajo de su sujetador.

Me dieron muchas ganas de pajearme, pero me contuve, y tras un rato me quedé dormido.

Eran ya pasadas las 5 de la madrugada, y abrí los ojos lentamente, el calor era insoportable, y casi al instante entendí porqué.

Estaba completamente pegado al culo de mi prima, y mí polla se asfixiaba en mi calzoncillo, dura como una piedra estaba estancada entre esas dos nalgas tan suaves y jóvenes.

Ella por su parte, dormía plácidamente, así que me aparté con cuidado, la sensación era muy placentera, pero tuve miedo de que de seguir en esa posición, se despertase.

Ese calentón había que soltarlo de alguna manera, así que empecé a masturbarme lo las sigilosamente que pude.

Y, en un arrebato de lujuria, acerque poco a poco la punta de mí polla a su culo, hasta que entraron en contacto.

Su nalga era como la piel de un bebé, y debido al sudor mi polla se deslizaba con suma facilidad.

Sin pensarlo dos veces y olvidando el miedo a que se despertase empecé a hacer un movimiento de sube y baja, muy lentamente, mientras que con mi mano bajé un poco más y la coloqué sobre la calidez de su vagina, la cual sobresalía más abajo.

Estuve así como unos 15 minutos hasta que me corrí.

Tuve mucho cuidado de no mancharla, ni a ella ni a las sábanas, pero un chorreton había caído en sus braguitas, y no me percaté.

Al girarme del lado contrario para seguir durmiendo, escuché a Marta moviéndose y lo siguiente que pronunció me dejó congelado en el sitio.

  • Oye Dani, ¿Que estabas haciendo?