Aventura con el profesor de autoescuela (6)
Después de aquella noche...la mañana siguiente.
La mañana siguiente
Me desperté bastante incómoda, había dormido en mala postura y me dolía todo. Al abrir mis ojos contemplé a Paco, totalmente dormido y yo abrazándole... ¡No lo podía creer!, nos habíamos quedado profundamente dormidos. ¡Dios mío!, mi novio probablemente se habría levantado y no me habría visto en la cama, y no eran horas de bajar a casa como si nada pasara.A esas horas ningún lugar de fiesta quedaba abierto como para montarme una historieta.
Me levanté lentamente para no despertar a Paco, miré el reloj de mi teléfono móvil, eran casi las diez de la mañana y para colmo, tenía seis llamadas perdidas de mi chico. ¿Qué hacer?. Pensé en vestirme y largarme de allí sin dejar rastro, pero me dije a mi misma: voy a despedirme de Paco como es debido.
Me tumbé a su lado besándole el cuello y bajé lentamente parando en sus pezones, Paco seguía dormido al parecer y continué poco a poco hasta llegar a sus testículos. Los succioné levemente y lamí todos los rincones de sus íngles, luego metí su pene en mi boca y comencé a succionar lentamente hasta que acabé proporcionándole una mamada digna tan solo de una gran actriz porno. Miraba a su cara, Paco tenía los ojos completamente cerrados, yo escupía encima de su glande y la metía fuertemente y con rapidez, una y otra vez en mi boca, chupaba fuerte a la vez que la sacaba y metía sin parar, masturbando con mis manos su tronco con total habilidad. Mis dedos recorrían sus testículos de vez en cuando acariciándolos con la yema y continuaba dándole buena caña con mi boca.
Paco estaba ya despierto, su cara de satisfacción lo decía todo, le había gustado el despertador que le había preparado. Me cogió de la cabeza apretándomela con fuerza, pero yo continuaba sacándola y volviendola a meter en mi boca, una y otra vez, como una furcia incontralada. Me sentía zorra, me sentía bien, su glande entre mis labios me proporcionaba una sensación increíble de poder, en ese momento, su polla era solo mía y podría estar chupándosela como a mí me gusta hasta que ya no pudiese aguantar.
Paco continuaba apretando mi cabeza, jadeaba como un loco e intentaba tocarme por todos los lados, yo le apartaba las manos y seguí mamando sin dejar de mirarle a los ojos, me excitaba ver como los cerraba, como echaba su cabeza hacia atrás y no aguantaba el morbo de la situación, mi ritmo no cesaba y Paco soltó un jadeo evidente, coloqué mi boca bien abierta mirándole y me lo echó todo en ésta. No dejé que ninguna gota cayése fuera, lo quería todo para mí. Tragué poco a poco mirándole y dejé entreabierta mi boca, para que Paco pudiese contemplar sus fluídos por mi lengua.
Se quedó mirandome extasiado, suspirando todavía y alucinando. Mientras estaba tan atónito por la manera de despertar que había tenido, yo continué ésta vez con su ano, lo lamí por todos sus alrededores, por dentro, clavaba mi lengua y luego seguía por los lados, proporcionándole todavía más placer. Paco tenía ya el pene blandito, pero yo continué. Me gustaba lamer su culo y continuar dándole placer aunque ya se hubiese corrido. Así estuve un ratito, a Paco le encantaba, suspiraba añadiendo algún gemidito que me encantaba oir.
Al poco tiempo, Paco me acarició la cara y me incorporó a su lado...
-Ha sido genial Paula- (me dijo)
Le sonreí y me fuí a buscar mi ropa, me vestí y en el salón le dejé una nota para cuando se levantase de la cama.
Tu si eres genial Paco, un besazo. Tu alumna (escribí en ella)
Me acerqué a la puerta de su cuarto y le miré, ya que estaba tumbado todavía en la cama, le dije que me marchaba y que le fuera bien.
Esa tarde
Fuí a casa, me di una ducha, me eché la siesta un rato y me levanté algo tarde. Por la noche a eso de las nueve, me llamó Carmen por teléfono y quedamos para tomar algo en una terraza. Me puse unos vaqueros ajustaditos, zapatillas y un top de sport que marcaba bastante mis pechos. Ya en la terraza, Carmen y yo estabamos hablando de diversas cosas que habíamos hecho y al momento vi el coche de Paco que bajaba, miré disimuladamente ya que Carmen no le había visto. Al pasar por donde estábamos nosotras, me percaté de que iba con una chica, no sé si fueron celos o que pero...Carmen se quedó mirándome un tanto extrañada.
-¿Te pasa algo?. Te has quedado blanca- (me dijo)
-No, nada tia, es que estoy un poco espesa-
-¿Estás bien?-
-No, me voy a casa-
-Pero... si hemos quedado con las demás para salir- (dijo)
-No me encuentro bien, ya os llamaré mañana, pasarlo bien-
Me levanté y Carmen se levantó conmigo para no quedarse allí sola.
-¿Te llevo a casa?- (me dijo, ya que habíamos ido hasta allí en su coche)
-No da igual, me voy andando que quiero despejarme- (le dije con estupidez)
En vez de ir a casa, cogí el coche que lo tenía aparcado en la paralela a mi casa, lo puse a todo lo que daba, me puse a llamar a todos mis contactos masculinos por teléfono, todo el "banquillo" (como dicen mis amigas). Quedé con uno de el banquillo, aunque no tenía ni putas ganas de verle. Estaba lloviendo, hacía muy mal tiempo pero me encaminé hacia el pueblo del chico con el que había quedado. Me paré en su casa super mosqueada, realmente no sé porqué, pero no tenía cara de muy buenos amigos cuando me abrió la puerta.
Nada más abrirme, le miré, no sé ni de qué manera pero me dijo:
-¿Te pasa algo Paula?-
-No- (dije secamente)
Me abalancé besándole con rapidez, con furia, como una salvaje, no me importaba hacerle daño, Arturo (mi amigo) me decía que me tranquilizase, yo no podía, tenía la cara de esa mujer que acompañaba a Paco grabada en mi mente. Desnudé a Arturo rápidamente, le besaba muy fuerte, produciéndole hasta dolor y el me tocaba suavemente, me deshice de su ropa, de la mía y después de meter su polla en mi boca tan sólo una vez, me la hinqué con fuerza en mi coñito, que estaba mojado pero de pensar en el cabrón de Paco follándose a su "amiguita".
Le follé en un plis-plas, retorciéndome de gusto y me corrí enseguida porque Arturo siempre ha pecado de tener una polla enorme y muy juguetona, aunque ni se movió, solo me colqué encima y le follé rápidamente y haciendo círculos dentro de mí con su polla. Arturo no tardó mucho más en comenzar a correrse, ni si quiera habiamos puesto un preservativo, yo estaba tan mosqueada que todo me daba igual, se empezó a correr y cuando yo noté humedad en mi coño por su semen la saqué y le dije de todo menos bonito.
-¿Estás tonto o qué?- (le grité)
-Joder tia, pensaba que lo habías hecho aposta-
-¡Que te follen tio!-
-Lo siento Paula-
Me vestí y me largué, me sentía sucia, llegué a casa y me di una ducha, mi novio estaba en el salón y tan solo le dije hola. Después de ducharme y lavarme bien, por lo mal que me sentía. Me acosté y al día siguiente fuí a planificación familiar para no tener nada de Arturo dentro de mí durante nueve meses. Ya no supe nada de Paco, ni de Arturo y ... ¡Que les den por el culo!.
(¡Estoy enfadada!)
Paula