Aventura con el profesor de autoescuela (5)
Mi profesor de autoescuela es un cabrón nato con las mujeres, le gusta jugar con ellas y hacerlas sufrir... pero a mí también me gusta jugar de vez en cuando.
Visita inesperada
Una mañana me levanté bastante excitada, había soñado con Paco y la verdad es que tenía ganas de volver a verle y sentirle dentro de mí. Me di una ducha y me dispuse a vestirme, no sin antes mandarle un sms para explicarle mi situación...
*Estaba ahora mismo en la ducha después de un sueño húmedo contigo, me encantaría que estuvieses aquí dándome placer. Estoy desnuda y pensando en ti.
Que pena que tenga que ir a trabajar.*
Me pusé un pantalón blanco bastante ajustado y marcadito, unas sandalias y una camiseta con el vientre al aire, de ésas que aprietan el pecho y lo elevan hasta la garganta. Salí de casa y entré en la panadería de enfrente a comprarme algo para almorzar (como todos los días). Al salir de la tienda, vi a Paco que pasaba haciendo prácticas y me sonrió saludando con la mano, le saqué la lengua y le saludé como cualquier otro día.
Llegué a la tienda donde trabajo, encendí las luces y al momento de haber entrado, Paco pasó por la puerta sonriendo, todos los días la misma cantinela, parece que le guste esa calle. Estuve toda la mañana haciendo cosas, tenía un montón de trabajo ese día, pensaba que no terminaría nunca con todo y para colmo, Paco venga a darse vueltecitas por la puerta sonriendo y yo ya reía por no llorar, cada hora u hora y media volvía a pasar sonriente, con sus gafas de sol y su brazo en la ventanilla saludando como si fuera el Papa.
Llegaron las dos del mediodía, yo iba a cerrar la tienda y Paco terminaba a esa hora sus prácticas también. Le vi llegar cerca de donde está la tienda y aparcar el coche. Salió del vehículo y se dirigió hacia la puerta (donde yo estaba cerrando), andaba rápido y no sabía exactamente que quería, ya que nosotros ante los ojos de la gente solo nos conocemos de la autoescuela. Me miró a los ojos con una de sus miradas y me lo ví venir...
-Paco... ¿tú por aquí?-
-Necesito comprarme desodorante.Es que... no me queda- (me dijo sonriendo maliciosamente)
-Pues fijate que me pillas cerrando- (le dije entrando hacia dentro)
-¿Ah si?-
Mientras decía su última frase me agarró por la cintura desde atrás y me dió la vuelta, le sonreí y le besé, Paco me cogió del trasero mientras me besaba y comía mi cuello con auténtica furia. Me deshice por un momento de él cerrando la puerta con llave para evitar la sorpresa de algún cliente tardío. Volví a acercarme a Paco y agarré su camiseta del cuello con fuerza. Le llevé tirando de ella, haciéndole un gesto de "ven" con la otra mano y mirándole con cara de perra.Le llevé hasta el cuadro de la luz encendiendo así solo las necesarias para poder estar allí.
Me deshice de su camiseta, lamí todo su torso y luego fuí a por su espalda chupando lentamente cada centímetro, acaricié su pecho desde atrás mientras le lamía. Paco mantenía sus ojos cerrados y suspiraba dándome a entender que estaba gozando con eso. Bajé mis manos sin dejar de lamerle la espalda y la nuca y desabroché su pantalón con delicadeza bajándolo hasta los tobillos, luego bajé mi cabeza hacia sus piernas y lamí el interior de sus mulos desde atrás, todo estaba siendo suave hasta el momento, Paco suspiraba y me acariciaba la cabeza con sus manos. Volví a subir para morder sus lóbulos y le susurré...
-Tenía ganas de verte hoy-
-Me tienes todo el día pensando en lo que habrás soñado- (me dijo)
Acaricié sus piernas con mis manos y volví a bajar para continuar besándolas, Paco acarició mi cabeza e intentó llevarla hasta su miembro que estaba completamente duro, pero yo quería saborearle un poco más y le negué con la cabeza. Paco suspiraba cada vez más fuerte, se deshizo de mi camiseta tirando hacia arriba y tocó mis pechos agachándose un poco. Lamí su entrepierna y sus testículos hasta succionarlos con mis labios ejerciendo algo de presión con mis manos en el tronco del pene y fuí lamiendo poco a poco pero no progresivamente, sino dando lametazos. Al pasar la lengua por la punta de su glande noté el sabor de su líquido preseminal y eso me encantó, lo que me hizo desencadenar una succión en el glande de Paco intentando sacarle algo más de jugo.
Paco, cachondo perdido, me levantó de los hombros y comió mi cuello con ganas de nuevo. Me elevé al mostrador sentándome encima de éste y Paco se subió, me tumbó y se colocó encima de mí con destreza. Apartó mis pantalones con rapidez y quitó mi tanga de hilo de su camino para poder penetrarme. Levantó mis piernas colocándolas sobre sus hombros y metió la firmeza de su miembro hasta el fondo de mi vagina, solté un suspiro inmejorable, entró perfectamente y Paco bombeó suavemente para continuar haciéndolo más fuerte.
Mordía los brazos de Paco para no chillar, no podía con el placer que me estaba haciendo sentir, todo era perfecto, la vista se me nublaba y cuando conseguí ver con claridad, veía la cara de Paco, esa cara que tanto morbo me da y que me hace correrme conforme la siento cerca. El morbo de la situación y la cara de Paco me estaban haciendo sentir una explosión de placer, de deseo y de mil sensaciones en mi interior, mi cuerpo se tambaleaba, me estaba enganchando el pelo con la caja registradora pero nada podía parar mi excitación, que claramente, era máxima.
Después de correrme, vi el pene de Paco entrando y saliendo con todos mis fluídos pegados al tronco, eso me calentaba todavía más, me sentía muy puta, era su puta una vez más. Paco empezó a bombear más fuerte, suspiraba jadeante y diciendo barbaridades con respecto al polvo que estábamos echando. Oímos la persiana de la tienda que se abría, al mirar hacía la puerta que a Paco le quedaba justo enfrente, el susodicho dejó de bombear saliendo rápidamente de dentro de mí. Me giré y vi a Isa (mi compañera) allí plantada ante la puerta mirando asombradísima. Me puse de pie y me vestí, Paco también lo hizo y me acerqué a ella, Isa estaba blanca. Miré con cara de inocencia y ella me miraba todavía con la boca abierta.
-Hola Isa- (dije avergonzada)
-Me he dejado el móvil, pensaba que te habrías ido a comer-
-mmm, sí, me iba a ir pero...-
-Cojo el teléfono y me voy tia, tranquila no se lo voy a decir a nadie-
-No, si estaba vendiendo un bote de desodorante- (bromeé)
-Si, claro, si ahora lo llaman así- (me respondió Isa riendo)
Se acercó al mostrador, donde estaba Paco allí plantado y mirándola sonriendo pero algo asustado.
-¡Hola!- (le dijo Isa con énfasis)... -¿quién eres tú, otro más de Paula?- (añadió)
-Hola, no sé si soy otro más...pero soy Paco-
-Adiós Paco- (le dijo Isa guardando el móvil en el bolso y sonriendo como la más simpática del planeta)
Isa cerró la puerta riendo y se fué. Me acerqué al mostrador y Paco me miró como enfadado y avergonzado a la par...
-¿Otro más?... ¿te tiras a cualquiera?- (me dijo en tono autoritario)
-Eso lo habrá dicho de broma hombre- (le dije yo)
-Ya-
-Bueno... ¿terminamos?- (le dije acercándome a él e insunuándome un poco)
-No, ya terminaremos cuando tengas un hueco en tu agenda para mí- (me dijo largándose sin más)
-¡Nunca me han rechazado!- (chillé yo hacia la puerta)
Cerré la tienda y me fuí a casa a comer, Paco me había mirado en tono despectivo cuando salía de la tienda y eso no me pintaba nada bien. Ahora si que no estaba el horno para bollos, yo no tenía porqué darle explicaciones a Paco. Si alguien merecería una explicación sería mi novio, o al menos, así lo veo yo. Paco ya no pasó más veces ese día por la tienda, le vi por la calle en alguna ocasión cuando terminé de trabajar pero giró la cara.
A los dos días subí a su casa, toqué al timbre y me mandó a freír espárragos, como aquel que dice. Estaba nerviosa, Paco en realidad me gustaba mucho y ya no sabía que sentía, ¿sería solo el morbo de que me estaba ignorando y la negación de hacerme suya o un sentimiento algo más fuerte? no lo sé todavía.
Unos días más tarde, Paco pasó por la puerta de mi trabajo, miró y sonrió, todo volvía a ser como antes pero yo no entendía porqué. Ese día por la noche me mandó un sms bastante extraño, me pidió que fuese a su casa con una falda muy corta y sin ropa interior a una hora en concreto. Pensareis que soy tonta pero sin más preámbulos, me presenté allí acatando sus normas a la hora impuesta por él. Quizás por el deseo inconsciente que tenía de que me estuviese sometiendo a un nuevo juego, una innovación por parte de Paco.
Al llegar la puerta estaba abierta y Paco justo al lado de ésta, metí el coche en el jardín y me hizo un gesto con la mano con la intención de que parase cerca de la entrada. Paré el coche en el lugar donde me había indicado y salí de éste. Paco se acercó lentamente mirándome, me dió la vuelta agarrándome por los hombros, sin ni si quiera saludarme ni besarme como siempre hacía. Quitó su camiseta y me la puso en los ojos tapándomelos con ella, cogió mi mano y me llevó lentamente por el jardín. Llegamos al salón, Paco me apoyó en el sofá y cogió fuerte mi cara entre sus manos, noté algo apoyado en mi boca... era su pene todavía blando.
-Chupamela- (me ordenó)
Me quedé algo indignada por lo que estaba sucediendo, aunque la metí en mi boca y empecé a lamer suavemente. Paco apretaba mi cabeza con fuerza y me marcaba el ritmo, que fué subiendo continuamente hasta acabar follándome la boca y produciéndome bastantes arcadas por ser él quien controlaba la profundidad, yo seguía lamiendo e intentaba no dejar su ritmo.Siguió un rato hasta que la tenía bien dura; para luego apartarse y meter sus dedos en mi coño que estaba bastante al descubierto porque la falda era corta y no llevaba nada debajo. Me cogió de los brazos y me puso de pie, yo no veía nada y eso todavía me excitaba más, porque en realidad, de no ser por sus jadeos y reconocer su voz, no sabría quién era el hombre al que le estaba haciendo una felación.
Levantó mi falda un poco con su mano y posó su pene en la entrada de mi vagina, comenzó a restregarme el pene por el piercing a modo de brocha y yo me iba mojando cada vez más, él por su parte estaba jadeante y venga a suspirar porque se estaba auto-estimulando con mi pendiente vaginal. Me colocó dándole la espalda a cuatro patas y se me deshizo el nudo de la camiseta que Paco me había puesto en los ojos, cayéndose así ésta en el sofá. Miré hacia atrás y pude contemplar su cara de goce, él, al ver que se me había caído el supuesto antifaz, apretó mi cabeza y la agachó contra el sofá con fuerza. Se movió rítmicamente una y otra vez estirando mi pelo a modo de galope y cuando soltó un suspiro bastante sonoro unido a un "ostias", la sacó y sentí todo su semen recorriendo mi espalda. Posó sus manos sobre mi espalda y lo restregó todo por ésta.
Me levantó y me acompañó hasta el baño sin mediar palabra, nos metimos en la bañera y nos besamos lentamente. Salimos del baño después de habernos dado una ducha, en la que habíamos estado casi todo el tiempo besándonos tiernamente. Fuimos a la habitación y nos tumbamos en la cama abrazándonos, Paco solo me miraba pero no decía nada...
-¿Qué te ocurre Paco?¿estás enfadado conmigo?- (le dije con cara de buena)
-Paula... tu eres "mi puta", ¿no decíamos eso?¿solo me consideras otro más?- (me dijo mirándome a los ojos)
-Claro que soy tu puta y no te considero uno más, para mi eres mi único e insustituible chulo, jeje- (le expliqué)
-No sé, quizás llegué a pensar que solo era uno más y por eso me puse así-
-Pues enfadate más veces porque me ha encantado la sorpresita de hoy, era extraño pero cerdo- (le dije sonriendo)
-Bueno, ahora te toca disfrutar a ti "guarra"- (me dijo entre risas)
-Hala, que cabrón- (le reñí)
Me comió el cuello con furia y bajó hasta mis pechos, me los magreó bien y los lamió sin cesar mientras me masturbaba con sus dedos, fué abriendo paso lentamente para meterme así tres dedos y estimular mi clítoris con el pulgar. Estaba jadeando como una zorra y totalmente empapada sintiendo sus caricias en mi intimidad, bajó su cabeza y me estimuló con la lengua fuertemente, así hasta que alcance un orgasmo totalmente magistral y me quedé bastante atontada. Procuré acariciarle al terminar de correrme, Paco se dejó hacer y volví a lamerle, cuando ya estaba su polla completamente preparada otra vez para entrar, me puse en cunclillas sobre él y le follé como mejor me salió. Paco clavaba sus uñas en mi culo y espalda y yo le metía caña a más no poder, sudorosa pero sin querer parar, continué hasta que me empujó tumbándome sobre la cama y colocándose así sobre mí con la polla cerca de mi boca.
Me lo echó todo encima de la cara, por la boca, por todos los lados sentía su leche caer y lamía cada gota que me quedaba por los labios, acariciándome también el cutis que lo tenía todo lleno de semen. Así pues, concluyó nuestra sesión de sexo, quedándonos los dos dormidos hasta la mañana siguiente que le desperté con una mamadita de agradecimiento, pero que eso os lo contaré en el próximo relato para no extender mucho éste.
Espero que os haya gustado. Una vez más, gracias a tod@s por leerme.