Aventón

Hacer buenas obras, como llevar a una mujer a su casa en un día lluvioso siempre trae cosas muy muy buenas.

El final del verano siempre es un lio de clima, tardes sofocantes, humedad alta y lluvias en la noche, ir a la universidad por las tardes en esos dias suele ser muy aburrido.

Salgo del estacionamiento de la universidad pasadas las 10 pm, doy vuelta en la esquina y paradas esperando el colectivo hay varias personas, entre ellas Maritza, la mas puta, cachonda y sensual chava de la universidad, se rumora que su empleo de medio tiempo como edecan es una fachada de su trabajo como prostitua de alto nivel.

Me detengo frente a ella, bajo la ventanilla.

Hola, quieres que te lleve?

No es mucha molestia? –Responde cubriéndose de la incipiente lluvia.

Para nada, sube – Abro la puerta desde dentro

Gracias. –Entra al auto, sacude el agua que quedo en su gabardina,

De nada – Arranco de nuevo el auto.

Ya nos conocíamos? –Pregunta, mientras se pone cómoda en el asiento, desbrocha la gabardina azul marino, dejando a la vista sus largas piernas enfundadas en mallas negras, una blusa transparente y chaleco negro que marcaba muy bien sus redondos pechos.

Si, no te acuerdas, en la fiesta de Karla, estabas con tu novio.

A si, ya recuerdo. Te molesta? – Señala un cigarrillo .

Adelante, a donde te llevo?.

Toma al Norte en la autopista yo te digo por donde. – Daba las primeras bocanadas a su cigarro, hundiéndose en el asiento.

Pasaron varios minutos de platica insulsa, la autopista se vaciaba conforme avanzábamos, al hacer un cambio de velocidad rocé su rodilla que estaba recargada en la palanca de cambios -Perdón –dije mientras hacia el cambio, ella no respondió, dejando su rodilla en la misma posición, hice tres cambios seguidos cada vez el roce era mayor, hasta que decidí dejar mi mano en su rodilla, a ella no le molestaba.

Su actitud de "no pasa nada" y la suavidad de sus pierna me exitan muchísimo, ella lo nota y se acomoda empujando las caderas hacia el frente tratando de recostarse en el asiento separando sus piernas, mi mano recorre suavemente la rodilla y el muslo en su cara exterior, luego en la cara interior del muslo, lentamente me acerco a su sexo, lo acaricio con dos dedos, la malla es tan suave y tan ajustada que parece una segunda piel aterciopelada, movimientos circulares extraen un gemido de sus delgados labios carmesí.

Se desliza hacia el frente del asiento poniendo sus rodillas sobre el tablero del auto, la humedad de su cuerpo ha traspasado la malla, esta gozando de lo lindo, sus gemidos la delatan, subo la mano para acariciar su pechos, pero ella la toma y la mete dentro de su malla, no hay tanga, una panocha con poco pelo es lo que mis dedos encuentran, ardiente, empapada, jugosa y palpitante, separo sus labios con dos dedos, un largo y duro clítoris a la entrada de su vagina quiere ser acariciado, lo froto con mis dedos, ella muerde sus labios y acaricia sus precios senos, el dedo medio entra en su cavidad, luego el dedo indice su respiración es mas agitada a cada segundo, las piernas le tiembla mientras mis dedos entran y salen frenéticamente, una estrenduoso "SI............." sale de su boca al tiempo que sus caderas se contraen, los muslos dejan de temblar y mi mano es bañada en un almibar delicioso.

Se desploma en el asiento, tratando de recuperar la respiración, chupo los dedos de mi mano, el sabor de su intimidad me hace volar, la erección que tengo provoca dolor por lo ajustados de los jeans, los desabrocho para liberar el tremendo animal que ha crecido en mis calzones, acaricio la cabeza morada que parece respirar por el ojo, una mano extraña también acaricia mi verga, en movimientos suaves ascendentes provoca que vea estrellas en el camino, sus afiladas uñas se clavan en la punta de mi pito rasguñandolo a lo largo hasta llegar a la base "Hora de Pagar" dice Maritza mientras su boca se abre para tomar un gran bocado de mi miembro, su capacidad para engullir me sorprende pues lo mete hasta el fondo, lo chupa y lo succiona lo lame, primero pausadamente para acelerar rapido y luego detenerse para volver a empezar, lame, chupa, succiona y muerde mientras sus manos se hacen de mis huevos apretando en la base del tronco para que dure mas la erección, "Me vengo, me vengo, me vengo..." entre gemidos logro decir, ella acelera el ritmo, soltando mis huevos dejando que en su boca le estalle todo el semen contenido por semanas de celibato, ella traga sin chistar ese ardiente liquido, le gusta, no deja una sola gota.

Se acomoda en el asiento, prende un nuevo cigarrillo, fumándolo a grandes bocanadas.

Gracias – le digo casi al llegar a su casa.

No me gusta deberle nada a nadie -Responde apagando el cigarrillo.

Mmmm. Podemos vernos pronto? – Una nueva erección se hace presente de solo mirarla.

Tal vez necesite que alguien me lleve el sabado.

Ok. Paso el sabado.