Autopista de placer
Un viaje en auto. Una mujer. Un hombre y una fuerte atracción sexual.
Algún tiempo atrás conocí a alguien con quien desde el primer momento en que nos vimos, tuvimos mucha "piel".
Durante algún tiempo estuvimos saliendo y además de divertirnos y pasarla muy bien juntos, nos llevábamos mas que bien en la cama. Nuestros encuentros, eran siempre muy ardientes y nunca era uno igual al anterior. Realmente disfrutábamos mucho de estar juntos...
Por alguna razón, dejamos de vernos durante un tiempo bastante largo.
Él comenzó su noviazgo con la que es hoy su esposa. Por esa razón, no nos vimos por mucho tiempo, aunque seguimos escribiéndonos y así nuestros calientes encuentros, se convirtieron en cada vez más calientes "encuentros virtuales" . Realmente existía entre los dos una tremenda tensión sexual.
Después de bastante tiempo, decidimos encontrarnos nuevamente. Pero esta vez, sólo como amigos.
Pasó a buscarme con el auto por mi casa. Fuimos a cenar. Charlamos mucho durante la cena y siempre estuvo presente esa sensación, ese "no sé que" que hace que a veces no sepas ni que decir para llenar los "tensos" silencios y evitar las profundas miradas...
Pero ese era nuestro acuerdo, ser simplemente amigos.
La cena terminó, la charla se prolongó dentro del auto y la tensión era cada vez mayor. Sus manos siempre terminaban rozando "sin querer" alguna parte de mi cuerpo , haciendo que el acuerdo que teníamos entrara de a poco en el olvido.
Lo cierto es que le pedí que me llevara de vuelta a casa. Esa era una escapatoria segura. Una vez en viaje, ya nada mas podía pasar....
Arrancó el auto. Comenzó el viaje... un viaje cargado de insinuaciones. En cada semaforo, me hacia alguna caricia o intentaba besarme... Hasta que dejé de resistir y respondí a sus caricias y sus besos. La situación nos sobrepasó. .. Cada semáforo en el que parábamos, tenía un rojo más subido de tono, cada uno era traspasar aún más ese límite imaginario que habíamos trazado. Hasta que el límite desapareció...Viajábamos por la autopista , pagamos el peaje y fue ese el preciso momento en que cruzamos el límite. Cuando nos quisimos dar cuenta, ya era tarde, ya no había nada más que decir. Sólo había que actuar. Ni mis manos ni las suyas podían permanecer quietas cuando estábamos juntos. Los dedos de su mano derecha, se deslizaban suaves por mi entrepierna, debajo de mi minifalda. Mis dedos jugueteaban en su entrepierna, mientras al tiempo que acariciaba su dura virilidad, bajaba el cierre de su pantalón. Seguí masajándolo suavemente, pero controlando que no llegara a su expresión final.
Él , mientras tanto había corrido un poco mi tanguita para poder acariciar mi húmeda cuevita y luego subía para acariciarme los pechos por entre medio del escote de mi remera.
Por un instante me preocupé porque las personas de los otros autos podía llegar a vernos, pero la excitación pudo más y la preocupación se borró de mi mente.
Fue ahí donde me incliné hacia él, con una mirada cómplice y pícara. Con ambas manos tomé su pene erecto, dejándolo totalmente a la vista. Mis labios fueron a su encuentro y junto con mis manos no dejaba de acariciar todo su sexo. Podrán imaginarse todas las sensaciones que él tuvo y las que yo tuve....Me excito sólo al recordarlo....
Dentro de ese auto, todo era gozo y placer extremos.
Paramos el auto algunos metros después del peaje, justo en la banquina, y fue ahi donde nuestro acuerdo se rompió. No pudimos contenernos más, la atracción ya nos había hecho perder la razón...
Reclinamos el asiento y él se tiró encima mío. Nos besamos intensamente. Nuestras lenguas se entrelazaban y nuestras manos no dejaban de recorrer nuestros cuerpos. Él me había sacado la tanguita y mi cuevita estaba muy mojada. Me quitó la remera, me quitó el corpiño. No paraba de besarme las tetas y pasar su lengua por todo mi cuerpo. Sus dedos jugueteaban dentro de mi cuevita que estaba cada vez más mojada. Los dos estábamos muy excitados, jadeando, sudando...
Le dije que lo quería dentro mío. Le rogaba que me la metiera... Hasta que por fin lo hizo.
Sentí entrar y salir su erecto y gordo pene dentro de mi conchita mojada, que estaba deseosa de comérselo. Entrando y saliendo, metiendo y sacando. Acelarando el ritmo, luego más lentamente.
Esto era lo máximo. La combinación perfecta: su pene y mi conchita. Gemíamos, gritábamos... húmedos de excitación dentro del auto.
Perdimos la razón , perdimos el conocimiento.... Tuve un orgasmo... y luego otro...
Cuando él estaba por acabar, sacó su pene de mi cuevita y me acabó en la panza, en mis tetas... regando todo mi cuerpo con el líquido del placer. Ufff!
Lo hicimos dentro del auto, en medio de la autopista , con los efectos de las luces de los autos que pasaban a mucha velocidad por al lado de nuestro auto, con la adrenalina circulando a gran velocidad por la autopista de nuestros cuerpos, con los los vidrios empañados por nuestra ardiente amistad....
No volvimos a vernos...
Nota: Donde quiera que estés , si estás leyendo esta historia, sabrás que te recuerdo ...