Autopista Caliente

Era un día de mucho calor y recogía a una mujer sudada y olorosa.

AUTOSTOP CALIENTE

Por Motivos de trabajo tuve que desplazarme a Logroño, era pleno Agosto y hacía mucho calor, no me gusta viajar solo en mi coche varias horas, así que no dudé en coger a una mujer de mi edad más o menos, que hacía autostop a la salida de una gasolinera. La tía, una morena bastante rolliza con una camiseta y shorts, sudaba de andar bajo el sol. Con el sudor, se le resaltaban las grandes tetas con manchas húmedas alrededor de los pezones. Tenía los sobacos peludos y húmedos. Por mi parte, yo tampoco iba muy seco, sobre todo porque con el aire acondicionado estropeado yo también sudaba. La tía dijo que se llamaba Lola, era de Logroño e iba hacia Barcelona, había quedado con unas amigas para pasar unos días en la playa. Notando su olor a sudor a sudor rancio, le pregunté por su perfume y que me gustaba mucho, preguntó si me ponían los olores corporales y le dije que me volvían loco y que me encantaba follar con mis mujeres sucias. Dijo que era una suerte haberme encontrado, que a lo mejor lo pasábamos bien juntos y contesté que me parecía que sí. Al cabo de un rato vi un área de descanso con árboles y me metí, parando el coche. Era el único coche que había. Me incliné sobre Lola y la besé, metiéndole la lengua mientras aspiraba su olor. Sobándole las tetas metí mi mano a la entrepierna. Lola tenía como pastoso el coño, lo que era señal de no habérselo lavado por lo menos ese día. Y peludo, muy peludo. Sin parar de besarnos y restregarle las tetas.

Ella por su parte me había sacado mi polla y me masturbaba con fuerza, la verdad es que con su olor que me sacaba de mis casillas, pues me vuelve loco el olor a sudor de mujeres cachondas, estaba a punto de explotar a si que le dije, que habría que parar en un motel o algo. Lola me dijo que encantada.

No había ningún motel cercano, pero paramos a tomar unos bocadillos en un bar., entramos al lavabo y nos besamos con lujuria, Lola me dijo, "Espera, mejor esperamos un poco. Entonces Lola se sentó a mear, me senté encima de ella y la meé en el coño, mezclando los pises y dándonos a chupar los dedos. Salimos más apestosos al coche y volvimos a buscar un motel. Por fin vimos uno, nos dieron una habitación aunque el recepcionista torció el gesto cuando notó su olor. En cuanto entramos a la habitación nos desnudamos, pude ver por fin sus sobacos peludos, "que vista", me lance hacia ellos para chuparlos y olerlos, me vuelve loco el olor de unos sobacos peludos de mujeres guarras, olía a gloria, ella se reía y decía "Chupa carbón que me excita mucho", mientras se quitaba el resto de la ropa y me desnudaba no sin mucha dificultad, pues yo no soltaba los sobacos y nos lanzamos a la cama revolcándonos como locos, excitados. Nos mordimos uno a otro como locos, Lola me montó la cara con su peludísimo chocho y empezó a menearlo mientras suspiraba; su sabor era una mezcla de sexo y meados mezclados con sus jugos por la excitación, sabía riquísimo, yo chupaba y lamía ese coño mientras la metía un dedo por el culo ella también me metía dos dedos en el ano y su lengua recorría mi polla. Había tenido experiencias con algún travestí y mi culo estaba acostumbrado a recibir. Empezamos a tirarnos pedos los dos y a lamernos los culos y volvimos a corrernos como locos.

Abrió su maleta y saco el consolador de arnés doble, se lo abrochó a la cintura y me dijo que me iba a destrozar mi culo, que había notado que le gustaba recibir pollas. Me folló fuerte mientras ella gritaba de gusto, pues a cada embestida que me daba se le clavaba en su coño pestilente, se corrió como una loca y yo estaba a punto de correrme, paró y se quitó el arnés, y sacando uno mas grande y gordo me dijo que la follara por el culo, se colocó a cuatro patas ofreciéndome el culo, yo sin miramientos la introduje la polla de plástico por el culo, ella gritaba de gusto, soltando pedos olorosos que inundaban la habitación.

Me coloqué en un 69 sin parar de follarla con el consolador por el culo, volví a meter mi cara en un coño peludo y mojado, ella empezó a dar unas convulsiones por el placer que su orgasmo fue brutal se le doblaron las piernas que dando tumbada encima mío con el consolador en su culo clavado, quieta, sin moverse, como muerta. Yo me tumbé a su lado inspirando el olor de sus sobacos abrazándola y acariciando su espalda, ella me sonrió y nos dimos un beso, nos quedamos quietos, pero ella que la verdad resulto ser una mujer sin fondo, me dijo con voz melosa que todavía no la había follado, que quería sentir mi polla en su coño, que quería recibir toda mi leche en su coño y que luego se lo chuparía y se lo daría a su boca.

Eso hizo despertar mi libido y mi polla reaccionó de golpe, ella se sentó encima mío clamándose la polla en su coño, se quedó muy quieta tumbándose encima, nos abrazamos y empezamos con un movimiento lento, casi sin movernos ella contraía los músculos de su vulva, eso aumentó mi placer, nos besamos sin prisas y nos acariciábamos, ella decía métemela cabrón, quiero sentirla toda ella dentro de mi coño, quiero toda tu leche, su olor a sudor me excitaba mucho y llego el momento en el que mi polla no aguantó mas y explotó en una cascada de leche que muy pocas veces me había ocurrido, salía llenando su coño entero, ella al sentir mi leche en su coño aceleró el movimiento hasta que explotó en un orgasmos muy intenso, nos quedamos quietos un momento, hasta que se levantó. "Ahora me vas a dar tu leche a la boca" y sentándose a horcajadas en mi cara dejó que chupara su coño, mi leche entraba en mi boca, casi no me entraba, entonces la agarre y la tumbe en la cama y nos dimos un beso apasionado, jugando con mi leche de su boca a la mía, hasta que nos tragamos todo, nos quedamos dormidos abrazados.

A la mañana siguiente ella había desaparecido, pero me queda el recuerdo de una mujer olorosa y guarra, pues el olor de la habitación me seguía recordándome a ella.