Autocaravana: primero la madre… ¿Después la hija?

Llegan días inesperados, porque rompe mis esquemas y mi idea de cómo quería pasar estos días. Pero hay que adaptarse.

Aunque tanto Jesús como su mujer querían volver a estar otra noche juntos, prefería dejar un espacio, no quería que me absorbieran mi espacio. Lo entendieron y preferí fijarme en otras parejas, que por cierto con dos fue un fracaso estruendoso, en una por el marido y en otra por los dos, que no es necesario contar.

Un día en una de mis salidas mañaneras, mis cálculos fallaron y no llegaría a tiempo a comer, por lo que decidí quedarme a tomar algo en el pueblo y acudí al sitio que más me gustaba, pero estaba hasta la bandera y con el hambre que llevaba, me iba a encaminar a otro sitio no tan bueno, cuando observe que en una mesa estaba sentada Sonia, sola y sin compañía. No me lo pensé y me acerque a su mesa. La verdad que fue un “atropello” porque no le di mucha opción, me senté y ella encogió los hombros.

Gonzalo el camarero y compañero de ella ya me había puesto al día sobre ella. Coincidimos en varias cosas, pero fundamentalmente en que los dos habíamos pasado por un mismo suceso que marca para el resto de la vida. Estaba sin maquillar y se le veían unas bolsas tremendas debajo de los ojos, porque eran algo más que ojeras. Al sentarme trato de aparentar normalidad y forzaba una sonrisa, aunque la note más nerviosa de lo normal. La verdad que su aspecto era agradable, era guapa y hablaba poco.

También la entendía, porque es difícil por no decir imposible encontrar a alguien que logre entenderte. Poco a poco fui “escarbando” y ya se soltó del todo, necesitaba explayarse. Deje que hablara y hablo, hablo y hablo. No quise interrumpirla en ningún momento, dejaba que soltara todo lo que llevaba dentro y de pronto paró, me miró y me dijo… “Perdóname, no sé cómo he sido capaz de contar todo esto a un extraño” , si eso le causó sorpresa, más se la causó cuando hable yo. Porque no le conté nada mío, me limité a decirle cómo veía y sentía lo que ella había contado, después de más de media hora, con cara de asombro y de desconcierto total…

- No sé qué decirte, nadie me había entendido antes, ni mi propia familia, es alucinante viene un extraño y me entiende en todo y más. Es que ni mi psicóloga… ¿Cómo puede ser?

- Pues que habremos sintonizado. (No quise contar nada que no fuera necesario)

- Es algo más que sintonía, tal vez tengas mucha intuición.

- Pues ya que hablamos de intuición… ¿Por qué te pusiste tan nerviosa cuando me senté? Porque se te noto mucho, igual que no has parado de estar mirando para un lado y para otro.

- Lo dicho mucha intuición y observador. Problemas que se podían avecinar y no quiero que te vieras inmerso en ninguno por mi culpa.

- Vaya… ¿Qué problemas?

- Con mi ex marido. Que nunca entendió que lo pudiera dejar y desde que lo hice me puteo todo lo que pudo, como no le basta, lo sigue haciendo.

- Pero cuéntame, que me entere… (Tuve que insistir un poco, porque esta parte la desconocía)

- Él es de aquí, yo soy de… (Un lugar de Mallorca, pensé ) me vine enamorada, deje mi trabajo, bueno unas prácticas y no me lo pensé. Un chico de buena familia bien situado y se creía que me había comprado. Se sigue entrometiendo en todo y con dos chicos que he tenido un acercamiento, nada más, que no ha habido nada más, aunque si lo hubiera habido a él no le importaba. Se metió de alguna manera y no pudo haber nada.**

- Pues si ellos se amilanaron… es que no te merecían. Pero me pregunto… ¿Si no eres de aquí, si no tienes nada que te una a esta tierra, porque no vuelves con tu familia?

- Porque mi familia es muy especial y… o no he elegido bien o la culpa del divorcio es mía. Es mi cruz con mi familia, más bien con mi señora madre. Y aquí lo que estudié poco me sirve, pero no se me caen los anillos trabajando en lo que sea y si le jode a mi ex, más me gusta mi trabajo.

- ¿Qué estudiaste?

- ADE y estuve haciendo unas prácticas que dejé a medias. Más de diez años y he trabajado siempre para los negocios de mi marido, pero no en lo mío. Ahora con el tiempo veo que fui un florero, porque nunca tuve ningún poder de decisión en nada, ni en comprar un paquete de folios.

- Vamos que se te han acumulado todos los infortunios.

- Jajaja… (Risa sarcástica) ya terminaran, porque digo yo que se terminaran.

- Si te saliera una oferta de trabajo en lo tuyo, donde fuera… ¿Aceptarías la oferta?

- ¿Sin experiencia y en lo mío? Imposible, no creo en los milagros.

  • No me has contestado.

- VALE… Juguemos a los imposibles. SI ACEPTARÍA.

  • Pues cuenta con ese trabajo, porque tengo un amigo que estaba detrás de contratar a una persona como tú. Lo único que sería en Valencia o Alicante.

- ¿Te estás quedando conmigo? (Muy seria ) Porque ya te he dicho de donde soy y eso es de Valencia. Pero si me estas tratando de camelar para llevarme a la cama, te has confundido del todo conmigo. Me habías causado una buena impresión, pero después de esto, creo que has caído muy bajo.**

  • No lo voy a tener en cuenta, porque pensándolo bien puede resultar muy extraño, pero no me estoy quedando contigo y el sitio que me habías dicho pensaba que era de Mallorca porque hay un sitio que se llama igual o muy parecido. Ahora te pregunto y voy en serio… ¿Cuándo te podrías incorporar al trabajo?

- ¿De verdad me estás hablando en serio?

  • Muy en serio.

- Tengo que terminar de solucionar unos asuntos legales con mi ex, lo que tarde el abogado que tengo en solucionarlo, que no es que se dé mucha prisa.

Terminé la conversación, me levanté, pagué lo de los dos y me despedí de ella. Por la noche nos veríamos, pero ya no sería lo mismo, porque ella estaría trabajando. De camino al camping llame a un amigo de Valencia, que ya nos habíamos hecho muchos favores mutuos y de todo tipo. Cuando me cogió la llamada… “Amigo, necesito que contrates a una mujer que tiene ADE y que lo hagas para “YA”?” , se echó a reír y lo primero que me pregunto si era una “amiguita”, mi contestación fue tajante, no ni lo será, pero tengo mucho interés en que la contrates. Sabía antes de llamarle que lo iba a hacer, como ya lo había hecho yo con él. Lo siguiente que me contesto… “Te mando el contrato y la forma de contactar con mi jefe de RR.HH. si ves algo que no te guste me lo dices. Que rellene sus datos y me lo devuelves” así quedamos.

La siguiente llamada la hice al despacho de abogados que nos llevaban todos los temas legales. Les pregunté cómo hacer para que pudieran representar a Sonia ellos o por medio de otro despacho que fueran un poco más diligentes que el que ella tenía. Me dijeron que no había ningún problema que ellos se encargaban, lo único que necesitaban los datos para solicitar entre otras cosas la venia al abogado que lo estaba llevando. Les dije que les mandaría un mail y la última llamada a mi amigo el inmobiliario, para que consiguiera un piso amueblado para tres o seis meses. Que se olvidara de la fianza y esas cosas. A regañadientes aceptó pero me decía una y otra vez, si se queda de okupa lo pagas tu. Me eché a reír y le dije lo que a los demás, yo no había hecho nada, todo había sido por medio del que la contrató para trabajar, de mi ni un comentario.

Sabía que era un cúmulo de mentiras, pero no quería que se sintiera obligada a nada. Una de las cosas que teníamos claro mi amigo y yo, que podíamos contratar a una persona a petición del otro, pero si en seis meses no respondía bien, se marchaba igual que había venido. Para quien se pregunte cosas lo voy a aclarar, es una mujer que me gusta, tiene buena conversación, en lo poco que hemos hablado hemos conectado y congeniado, físicamente esta potente y si… tiene un culo bonito. Pero lo que me ha sucedido con ella es como si fuera un déjà vu y no quería saber nada más, con ayudarla me bastaba, no me gustan las “señales” ni las similitudes. En los días siguientes, pocos días. Le mandé copia de todo y que fuera a ver unos abogados en concreto. Cuando vio que no era ningún engaño, su cara ya había cambiado.

Verla con esa sonrisa ya me valía. Hasta le cambió el humor y un día, me miraba la espalda descarada e insistentemente. Pensé que me había manchado o algo y cuando la pregunté con una sonrisa me dijo… “Estaba mirando si llevabas alas” me hizo gracia. Quería hablar de unas cosas conmigo y al día siguiente tomamos un helado juntos. Me pregunto varias cosas sobre mi vida y cómo había conseguido todo, lo lamente mucho, no le mentí pero tampoco le dije toda la verdad. Que tal vez sea peor. En agradecimiento quiso invitarme a cenar al día siguiente que libraba y rechacé la invitación. Se quedó bastante cortada y me subí al camping. Cuando llegue me lleve una gran sorpresa. Porque estaban esperándome Victoria y su mujer, Tiano y Adriana, Marina e Ignacio. Aguante hasta la respiración y más cuando Victoria después de los saludos me dijo… “Y no te extrañe que aparezca Ray que se quedó con las ganas” . No sabía si dejarme crecer las venas y ahorcarme, termino riéndose y me dijo que solo se quedaban Ignacio y Marina que ellos continuaban su marcha, que eran mas de hotel. Me dijeron al que se iban y estaba a media hora o un poco más. Como venían cansados quedamos para el día siguiente y reserve un sitio para cenar, porque no querían madrugar. Esta sorpresa fue el día 30 de julio que era viernes.

Lo siguiente que hice fue ayudar a Marina e Ignacio a instalarse. Por la mañana me levante sin hacer ruido y cuando me iba a ir, sin querer los vi durmiendo, pudiendo ver el pantalón corto de pijama de marina que se le había metido entre sus nalgas y dejaba a la vista una visión perfecta. Ya me fui malo esa mañana. Regrese antes de comer y estaban todavía durmiendo, increíble que alguien pudiera dormir tanto. Pero me había equivocado Ignacio no estaba metido en la cama, andaba pululando por el camping. Ignacio me comento… “No te he podido enviar WhatsApp, Victoria nos ha dicho que para contactar contigo llamarte, mensajes de texto de toda la vida o por el chat de Gmail, porque habías desconectado WhatsApp, line, telegram… que llevas unos siete meses desconectado… ¿Por qué? si se puede saber” y no le justifique nada, le dije que manías.

Se levanto por fin Marina, aun sin estar arreglada, recién levantada era una mujer preciosa. En el camping había movimiento y por lo que me conto Ignacio mucho movimiento, era día 31 y había gente marchándose y otros llegando. Dije de ir a comer y Marina nos pidió unos minutos, que al final fueron cuarenta minutos de reloj.  Nos fuimos a comer, se los presente a Gonzalo y le dije que los tratara igual que a mí. Estábamos sentados tomando un aperitivo mientras traían la comida cuando me dice Ignacio… “¿Qué te pasa… has visto un fantasma?” y no me dio tiempo a contestar porque se acercaban Leyre y Paco con sus hijos, saludándome muy efusivamente y diciendo que habían decidido hacerme caso con ese camping. No recordaba haberles dicho nada de venir. Terminamos el saludo con un a ver si nos vemos pronto y continuamos comiendo con una buena conversación. Menuda sorpresa, pensé dos días dos sorpresas y que pasaría el día uno…

Por la noche fuimos a cenar temprano y al llegar en una mesa estaba Sonia sola. Mientras los demás ocupaban sus sitios me acerque a saludarla y ella me dijo… “Gracias por todo. He aceptado el trabajo y he comunicado aquí que me marcho en cuanto pasen los días de cortesía. Pero son tan majos que me han dicho que me podía ir cuando quisiese que siempre me he portado muy bien. Así que ya mismo me voy. Gracias de nuevo.” Me alegre por ella, tenía un brillo distinto en sus ojos y se lo dije… “Nada de gracias, VIVE, DISFRUTA y sobre todo SE FELIZ, a mí no me debes nada” y entonces me comprometió un poco… “Dime tu móvil que te hago una perdida y ya tienes mi número. Oye y en que trabajas tu para tener la caravana que tienes y conseguirme trabajo en un soplido” , mi respuesta no iba a ser muy diplomática e iría con una mentira acompañada de una verdad a medias… “La autocaravana no es mía, es del otro hombre con el que he llegado, soy autónomo y por eso conozco a mucha gente. Lo del móvil… dejemos que si nos tenemos que encontrar nos encontremos y si no, que todo nos vaya bien ¿No te parece?” apretó los labios y movió su cabeza afirmativamente, luego me fui a mi mesa.

Moví un poco la silla, no mucho, lo justo para quedar de espaldas a Sonia. Mientras hablaban y pasado un rato el pensamiento se me fue a otro sitio. Se estaba produciendo la tormenta perfecta, en un mismo sitio estaba Sonia y Marina que me atraían como la miel a las abejas. Adriana también, porque no mentiré sexualmente es una mujer que me atrae muchísimo, lo que pasa que tanto Sonia como Marina son las que me pueden hacer perder la cabeza. Pero para rizar el rizo, estaban también Leyre y su hija Irate que ya era mayor de edad. Mucha tentación para una sola persona. Me saco de mi ensimismamiento la mujer de Victoria y Tiano que me decían… “Parece que a la mujer que has saludado antes tiene problemas” giro la cabeza y hay un tío con una actitud de alteración, alteración que a Sonia le ponía cara de asustada. Supuse que era su marido, bueno su ex. Dude hasta que vi que le agarraba la muñeca de forma brusca. Me levante y me acerqué a la mesa.

De forma muy educada… “Caballero ( por decirle algo ) no creo que a Sonia le guste su compañía, así que por favor suéltele la mano” el tío me miro, la miro y le decía… “Tío es mi mujer y nadie te ha invitado… Que… ¿Este es otros de los que te tiras zorra?” y en ese momento, con los dedos pulgar e índice, le agarre en la zona de la clavícula y aprete, él se quejó de forma ostensible, le indique que se levantara, no dejaba de protestar y lo lleve fuera de la terraza… “No te compliques la vida, ya no eres su marido, déjala vivir y dedícate a vivir tú también” y él se puso a amenazarme… “No sabes quién soy yo, te vas a enterar, esto no se va a quedar así…” dijo de todo y se marchó. Sonia estaba muy nerviosa y Victoria y los demás la habían invitado a sentarse en nuestra mesa, al sentarme se fue llorando a los aseos, las mujeres fueron detrás con ella. Parecía que todo se tranquilizaba y el dueño del sitio, se acercó a pedirnos disculpas y que iba a haber llamado a la policía. Le indique que ya estaba todo solucionado.

Eso creía yo, porque ya habíamos acabado la cena nos estábamos riendo cuando aparece el “susodicho” con dos más. Tiano e Ignacio se alteran y quieren ir a por ellos, les indico que sigamos a lo nuestro, que no les hagamos caso y ya se cansaran, aunque sabía que no se iban a cansar, porque el ex tenía un ataque de cuernos enorme y se creía el dueño del lugar. Esta vez fue más rápido el dueño, salió a hablar con ellos y los conocía, porque les llamaba por su nombre y bastante serio les decía que llamaría a la policía si persistían en su actitud. No le hacían ni caso y estaba alterando al resto de comensales de las otras mesas. Las amenazas subieron de tono y no me quedo más remedio que ir a hablar con ellos porque empezaban a arrojar cosas. No permití que nadie me acompañara y al final todo se relajó. Nos subimos todos al camping menos Sonia que se marchó a su casa y antes de irse nuevamente me dio las gracias, algo que le reproche, porque no tenía que hacerlo. Ese fue el último día que la vi, porque luego no coincidimos.

Fuimos a tomar algo y ver la música en vivo, que además esa noche hubo un mago haciendo sobre todo trucos de magia con cartas. No es que me hubiera quedado muy animado después de lo sucedido en la cena, pero había que ser positivo. Esas situaciones me aceleran y me cuesta volver a mi situación de “reposo” mental. La adrenalina se me dispara y el “animo” se me sube, que al estar con mujeres tan atractivas me aceleraba más. Paco, Leyre y familia estaban bastante cera de mi autocaravana, porque habían alquilado una caravana y les había tocado bastante cerca de la mía. Ahora estaban también cera de nuestras mesas, porque iban todos, para que los hijos vieran la actuación del mago. A el niño se le veía con ganas de ver la actuación, a la hija asqueada y con ganas de no estar allí, la madre que me echaba una mirada complaciente de vez en cuando. El resto de la mesas eran de gente nueva, salvo dos mesas.

Veo que Irate la hija, discute con sus padres se levanta y se va. Poco después me disculpo, digo que voy a estirar las piernas y vuelvo. Fui en dirección a las caravanas, me la encontré fumando y se asustó. Estaba enfadada porque su caravana estaba cerrada y le dije que podía quedarse en la mía. No dudo nada, se vino conmigo y venia quejándose de estar allí, que no quería, que no había ningún amigo… le cedí el paso una vez que abrí la puerta y subió. Paso delante y menudo culito más rico, apretado en esos pantaloncitos diminutos, que dejaban al aire parte de las nalgas. Le pregunte si quería beber algo y esta fue su respuesta, dando unos golpes con su mano al asiento… “Si no recuerdo mal, aquí es donde te tiraste a la puta de mi madre con el consentimiento del ciervo de mi padre, por lo que he visto luego” , me sonreí y no le gusto… “¿Pero qué es lo que te ha molestado en verdad? Porque tus padres son adultos y seguro que no han cambiado con respecto a tú hermano y a ti…” y esto le congestiono tanto, que se levantó para irse y se paró de pie en la puerta… “Es muy fácil verlo bien no siendo tus padres…” seguí en defensa de sus padres y convencido le respondí… “Vamos a ver, el día que bajamos de la ermita te quejabas a tu madre de que tu chico no te dejaba… ya sabes, que pasa tu madre y tu padre quieren gozar y no sentirse como tu… ¿Dónde está el problema o el mal?” , se quedó callada y luego se sentó de nuevo.

No quise decir nada mas, deje que sus pensamientos se asentaran. Se quedó mirándome y le pregunte… “Por tu cara veo que me has entendido y lo has entendido… aparte de con tu novio, ¿Con cuántos hombres has estado? Si quieres no me respondas, te la respondes a ti, eres muy joven para estar ya encerrada en una relación que no te satisface” y no decía nada, entonces le dije que si quería se podía quedar allí y cuando se cansara, que cerrara al salir y me iba a marchar cuando me pidió que no lo hiciera… y se puso a tratar de seducirme y no lo hacía mal. No me di por aludido y eso le ponía nerviosa, hasta el punto que me pregunto… “¿No te gusto? ¿Es que te gusta más mi madre?” y le respondí lo que no se esperaba… “Eres muy bonita y por lo que intuyo estas muy bien, pero no se trata de quien está mejor, que lo estáis las dos. Se trata de quien es mas puta y mas dócil, no creo que ganes a tu madre” eso le indigno mucho, no sé si por decir que su madre era puta, o porque se sintió de menos en mi apreciación.

Se levanto desafiante preguntándome que tenía que hacer. Me senté ya que había estado todo el tiempo de pie, sonreí y no dije nada, lo deje a su imaginación. Se fue hacia la puerta le puso el seguro y nerviosa, empezó a desnudarse. Me dejo la boca abierta, porque lo hizo como una profesional del striptease, no me lo había esperado. Las tetas eran mucho mejor que las de la madre, pezones como los de ella grandes y marrones. Lo siguiente fue moverse sugerentemente hacia mí, sin dejar de mirar a mis ojos, me hizo abrir mis piernas y se colocó entre ellas, me dio la espalda y tenía su culito a un palmo de mi cara. Lo fue bajando poco a poco, podía ver un tanga diminuto y subía el pantalón de nuevo. Así varias veces hasta que ya no me aguante mas y azote su culo, que estaba duro como una piedra. Se agacho del todo, sin doblar las piernas para quitarse el pantaloncito, dejándome la visión de un culito perfecto y un coñito apetitoso. Que solo estaba tapado por una porción de tela mínima. Con el tanga hizo lo mismo y ahora se veía su coñito plenamente y sin un pelo.

Lo único que dije… “Y que no te hayan follado bien… para matarlo. Seguro que el culito está todavía sin estrenar” ella con voz ahora mimosa me decía que tenía razón en todo. Le pregunte si seguía con su novio mientras ya tocaba sus muslos por la parte de dentro y me soltó un gran… “SIIIIII… UUUHHHMMMMMM…” porque estaba muy cachonda. Le decía que no me gustaba follarme a ninguna mujer comprometida si no era sabiéndolo la pareja y ella protestaba echándose para atrás, hacia mi cara. Si pensaba que me iba a controlar poniéndome su coñito en la cara se había equivocado. Mi mano izquierda la puse de cando y la subí hasta su coñito, que me la empapo, la pasaba de adelante hacia atrás y viceversa, se movía sin parar, fue cunado quise dejar mi impronta. Con mi mano derecha azoté su nalga derecha, se quejó y le di otra más fuerte, se volvió a quejar y si estuve hasta que se dejó de quejar, cuando mi mano ya chorreaba, porque chorreaba, hice que se apartara y se pusiera de rodillas entre mis piernas.

Era una delicia de muchacha porque no hacía falta decirle nada. Ya estaba menos nerviosa y mas cachonda. No llevaba cinturón lo que le facilito desabrochar mi pantalón. Le facilite que me los quitara y me quede desnudo de cintura para abajo. No pudo disimular porque arqueo sus ojos al ver mi polla. Se lanzo como si estuviera hambrienta y se la metió bruscamente en la boca… “Tranquila, tranquila… poco a poco” y le explique cómo tenía que hacerlo. Primero que lamiera bien y así lo hizo, luego continuo sin necesidad de decirle nada y fue impresionante como se la metía casi toda en la boca, le agarre la melena, como si fuera una coleta, porque me ponía muy cachondo verla follándose ella misma la boca. Chorreaba saliva y me llenaba la polla, después de un buen rato, la aparte y me puse un preservativo. Su cara era de niña buena, de ser suavecita y la coloque a cuatro patas, después mi polla entro en un coñito que aun estando super mojado, era estrecho y se notaba muy bien al entrar.

Empecé con suavidad pero no tarde nada en follarla con ímpetu, pero no con todo el ímpetu del que soy capaz. Hasta que de nuevo agarre de su melena, porque tenía la cabeza agachada y quería ver su reflejo en el cristal, tire con fuerza se quejó un poco y a continuación empecé a follarla con toda la fuerza de la que soy capaz. No dejaba de gemir, de grita y de decir… “Dios… que bruto… que bueno, AAAHHHHHHH… ahora entiendo a mi madre… te lo suplico no te pares ahora… AAAHHHHHHH… JODER, JODER… QUE ME VIENE, AAAAAHHHHHHH…” mientras se corría le azotaba el culo y ella gozaba sin más, no me pidió que parara que la dejase descansar, quería mas y se movía para incitarme, aproveche para ir preparando su culito, al meter mi dedo pulgar, se resistió un poco, se quejó diciendo algo que no entendí, pero no me dijo que me quitase. En eso no era como su madre, que lo tenía bien preparado.

Me estire un poco y cogí un lubricante, empecé a ponérselo en el culito y ella viendo lo que iba a pasar… “Carlos por favor, eso sí me da un poco de miedo y si lo dejamos para otro día… porfi…” y no quise meterla miedo, seguí jugando con mis dedos y logre meterle hasta dos a la vez, eso le relajo un poco, ver que por el momento no iba a hacer lo que yo quería. Jugando con mis dedos y sin dejar de follarla volvió a correrse. Después de un buen rato me corrí y cuando gritaba, dándole unas embestidas brutales, algo que me suele pasar cuando empiezo a correrme, que penetro fuerte y en profundidad, ella se corrió de nuevo, fue muy cachondo oírnos mutuamente en una corrida. Curiosamente ahora se puso nerviosa, no quería que nos pillaran sus padres. Quería irse corriendo, le dije que se quedara tranquila y saliera cuando quisiera, que yo los entretendría. Al regresar a la mesa dije que me había despejado del todo. Los padres de Irate no tenían prisa, porque no hicieron amago de levantarse.

Nos fuimos cada mochuelo a su olivo y quedamos para comer al día siguiente. Nos quedamos hablando un buen rato junto al coche de Victoria y casi hacemos una tertulia en condiciones. Al llegar a la autocaravana, me tuve que poner un pijama de verano, camiseta de manga corta y pantalón corto ancho. Para que no se escandalizasen mis invitados. Cogí un libro, café helado que tenía preparado por mí y Sali fuera, a la fresca, para leer un poco. Luego salieron los dos, Marina me dio las buenas noches y ni bajo de la autocaravana. Él se quedó conmigo y nos pusimos a hablar de las olimpiadas. Hasta que dio un giro a la conversación…

- Todos dicen que eres muy sincero y directo. Por eso te quiero preguntar… ¿Te caemos bien? ¿Qué piensas de nosotros?

  • Se te ve que eres noble y para que lo entiendas, que eres un tío de puta madre y ya te lo dije, no es solo mi opinión.

- ¿Y Marina?

  • A pesar de que con ella estoy algo más de tiempo, es más distante, pero muy buena trabajador y buena gente.

- Pues tu a mí me caes también de puta madre y por eso… ¿Te puedo contar algo y hacer una pregunta de hombre a hombre y que quede entre nosotros?

  • Buffff… Ignacio has dicho todo lo que no me gusta. Lo de hombre a hombre y que quede entre nosotros. Es el momento en el que te tengo que decir que no puedes contarme nada, porque por el tono y lo que has dicho debe ser algo muy persona, que seguramente no deba sabe y lo de la pregunta es alguna que me comprometerá. Es que no entiendo a las personas que preguntan así, se pregunta o no se pregunta y se aguanta uno con la respuesta si es que la hay.

- Me has dejado planchado. Porque necesitaba soltar lo que llevo dentro y pensé que eras la persona apropiada.

No quise dar pie a que me hiciera la pregunta, por eso me quede callado y retome la conversación en el punto de los JJ.OO., Ignacio no de muy buena gana siguio el tema. Hasta que se lanzó…

- Mira tengo un problema de salud, que da igual el que sea, pero que afecta a mi hombría y que crees que puedo o debo de hacer, porque también le afecta a mi mujer… ¿Qué harías tu?

  • Ves… por lo que no quería saber. Este tipo de conversaciones se tienen con íntimos amigos y reconoce que no lo somos. Pero ya que lo has expuesto, lo primero es hablar con tu mujer y luego acudir a un especialista que hay muy buenos, lo que ni hay que hacer es encerrase en uno mismo, que no es una vergüenza. Porque además supongo que a Marina no le hará ninguna gracia que me lo hayas contado.

- Perdón… Se que nunca has estado en una situación de estas, perdona y si lo he hablado con Marina y si he ido a médicos, pero nada. He conseguido algo con la pastillita azul, pero ha sido un breve espejismo. Dicen que es psicológico.

  • Hay ya no sé qué decirte. Es una putada, pero seguro que se solucionara, lo mismo es debido al COVID-19, que ha pasado factura a todos, aunque en algunos casos no nos hayamos dado cuenta y no hay nada que perdonar, me he visto en situaciones similares y alguna más delicada.

- Tengo una teoría sobre lo que me sucede. Puede sonar disparatada, pero si me equivoco por lo menos ayudo a mi mujer. (Se quedó callado esperando que preguntase o dijese algo, pero preferí quedarme callado ) Como te decía… he pensado que si veo a Marina enrollarse con alguien, puede causar un efecto potenciador en mi libido y si no, pues por lo menos ella quedará satisfecha. ¿No te parece?**

  • En este punto no tengo nada que decir ni opinar, salvo que lo mismo sería bueno irnos a dormir. Porque últimamente me están sucediendo muchos déjà vu y eso quiere decir algo, como las señales que te van apareciendo en algunos momentos…

- No soy supersticioso… y por eso como tú has sido claro lo voy a ser yo.

  • Déjalo, déjalo… NO HACE FALTA… DE VERDAD…

- Me gustaría que ese hombre que estuviese con Marina fueras tu. Que reúnes todos los requisitos que creo que debe de reunir un hombre para estar con ella, por lo menos lo que he visto, lo que no he visto pues eso se verá y dicho esto, quiero…

  • ( Le interrumpí y no le deje continuar ) Ignacio esta conversación termina aquí, en este momento. Conozco poco a tu mujer, pero te aseguro que no le gustara, eso por una parte, por otra parte nunca mantengo relaciones de tipo sexual con personas que trabajan conmigo.

- ¿Es que no es tu tipo Marina?

Ni me moleste en contestar lo deje allí solo y me fui a dormir. A la mañana siguiente me levante y seguí con mi rutina particular. Acorte esa rutina porque quería ver algunas pruebas de los JJ.OO. y llegue pronto, me cambie y me fui a ver las pruebas en un TV gigante que tenía el camping. Pude ver que Adriana y Victoria estaban en una mesa con sus parejas. Les hice un gesto con la mano y ellos se vinieron a ver conmigo la TV. Victoria no dejaba ni el móvil ni el portátil. No lo entendía y mientras su mujer hablaba con Adriana. Luego apareció Marina que se sentó con ellas e Ignacio no apareció, lo hizo mas tarde y actúe como si no pasara nada, se quedó más relajado. Me fije que tenían una conversación un poco agitada Victoria y Marina, ante la atenta mirada de Adriana. De mi hablaban, porque de vez en cuando se les escapaba una mirada en mi dirección, cruce los dedos para que Ignacio no le hubiera contado nada a su mujer y esta estuviera enfadada. Victoria me hizo una señal para que fuera a donde estaba y fui…

- Carlos tenemos un problema que puede ser muy grave.

  • No te quedes a medias, suelta lo que sea.

- Hay tres que han avisado que se marchan a trabajar a otro sitio y lo han hecho para comunicar los quince días.

  • ¿Quiénes son?

- R, T y M.

  • Pues si nos han jodido, no me lo esperaba de ellos, sobre todo de T. Pero ya sabes lo que digo siempre, no hay indispensables. Después de comer, con tranquilidad lo vemos.

- Espera que hay más.

  • ¿Más…?

- Si que me han avisado que lo mismo con ellos se marchan entre diez o doce más. De sus mismos departamentos.

  • Pues hay que saber si es verdad o no, porque si es verdad, nos han hecho un roto considerable. Sobre todo porque en Murcia hay que estar a primeros de septiembre y hay que preparar personal ya mismo. Porque iría yo y a Córdoba tengo que pensar quien va, hasta que pueda ir yo.

- Estoy tratando de confirmar la información, pero de momento no puedo.

  • Da igual, voy a trabajar pensando que es cierto y tener todo preparado. A Murcia voy yo, serán dos o tres semanas. Córdoba se puede retrasar una semana y enviar a un equipo antes.

- A Córdoba pueden ir los que fueron contigo a Chequia.

Como estaba Marina presente, no quise decirle que la veía todavía un poco verde. Marina tuvo varias ideas mientras hablábamos y no fueron malas, todo lo contrario. Nos fuimos a comer y no quise que se hablara del asunto. Sonó el móvil de Victoria, se levantó se apartó de nosotros y estuvo hablando un buen rato luego cuando se sentó quiso contarme lo que le habían dicho y no la deje, porque quería que tuviéramos una comida normal con una buena sobremesa. Estaba nerviosa y con cara de cabreada. Le dije que me contase y me dijo solo… “CONFIRMADO HAN SIDO DOCE” lo dijo muy solemne. Eso suponía que mis vacaciones se acababan. Victoria quería regresar conmigo a Valencia, le dije que no, porque a ella no le afectaba. No era nada de su competencia. Cuando estoy bajo presión, pienso más rápido y me fluyen los pensamientos mejor, lo que hacía que empezase a organizar todo. Le dije a Ignacio que si le venía bien llevar el la autocaravana a Valencia, eso sí, cuando acabase las vacaciones, ya que la estancia estaba pagada. El sí fue inmediato, marina se ofreció para lo que fuera tanto a Victoria como a mí. ella no tenía un mes de vacaciones, le correspondían menos y le dije que los acabase.

Ignacio no dejaba pasar la ocasión y con todos su morro, dijo… “Que si Marina tiene que acompañarte, por mí no hay problema, ya me encargo de llevar yo a esta preciosidad (Por la autocaravana ) de vuelta a Valencia” y le eche una mirada que no continuo con el temita. Esa tarde veríamos todo lo que se podía hacer entre Victoria, Adriana, Marina y yo. Estuvimos cada uno por su lado aunque estuviéramos juntos, analizando la situación y llego un momento que dije que ya estaba bien, Victoria ya me tenía los horarios de distintos vuelos para Valencia. Mi intención era reservar un vuelo para el día siguiente y Marina seguía insistiendo en que si era necesario suspendía las vacaciones y me negué. Nos fuimos a cenar y en el camino me encontré con Leyre que iba en busca de su familia, me pare un momento con ella y me hizo una proposición… “Si te apetece podíamos vernos esta noche y…”** me lo decía con una mirada pícara y le respondí que si me podía escapar de mis amigos, por supuesto que sí y llegando al restaurante, me paro la hija, que no me hizo una proposición tan directa pero entendí que quería que nos viéramos.

Durante la cena y aunque estaba hablando con todos, me daba vueltas en la cabeza y el culito virgen de la hija me atrajo más y como no sabía si me marchaba al día siguiente, en cuanto pude le hice una seña a la hija para que se viniera a los aseos. Me levante y fui al aseo, no quería hacer nada en ellos, quería solo hacerle una pregunta, se la hice acariciando su culito y hablándole al oído… “Putita nos veremos si este culito me lo vas a dar, si no… buscare con quien irme a follar y que si me lo de” no me respondió, estaba dudando y sabía que ella estaba pensando que su madre me lo daría. Una vez que se sentó en su mesa, miro varias veces y cunado le deje claro que la veía, me hizo una señal afirmativa. Mas tarde me dio la sensación de que Irate al terminar de cenar provoco un enfado para irse. Una vez que nosotros terminamos de cenar y yendo de camino a la zona de música, dije que me había venido algo a la cabeza e iba a ver un par de cosas, que me esperasen que regresaba cuando lo hubiera hecho.

Fui hacia mi autocaravana y no había rastro de Irate, cuando llegue estaba fuera en una de las hamacas. Me senté enfrente de ella y no se cortaba, hacia movimientos descarados con sus piernas y me di cuenta que no llevaba nada debajo. No conforme con eso y creyendo o que no me había dado cuenta o que no era suficiente, se metió una de sus manos por debajo de su camiseta y se acariciaba descaradamente las tetas. Seguí impasible y entonces con mucho arte se levantó como si fuera accidental la camiseta y se veían sus tetas con los pezones totalmente erectos.

Me levante abrí la puerta y me eche a un lado, Irate paso por delante y acaricie su culo, se quedó a medio subir y ahora le acaricie el coñito que estaba ya a punto. La notaba bastante más nerviosa esta vez, pero estaba aún más decidida. Porque en cuanto cerré la puerta se agarró a mi cuello y nos morreamos con mucha calentura. Me aparte de ella y me empecé a desnudar, Irate no se movía hasta que me desnude del todo, entonces ella se quitó la falda que llevaba y la camiseta, porque no llevaba nada más. La lleve a la cama y la tumbe, para que se relajara del todo no la deje hacerme nada, me dedique por completo a ella. Le lamí y le comí todo el cuerpo, especialmente los pezones, porque el coñito solo lo acaricie. Evite una vez que se corriera y ahora si me puse a comer su coñito, la pena que nada mas pasarle mi lengua se vino para sorpresa mía, lo que no me impidió continuar como si no se hubiese corrido.

No me costó tenerla a mil de nuevo y cuando note que se corría de nuevo me pare en seco, sacándole una protesta. Así se lo hice varias veces, por eso la última vez tuve que parar más tiempo y cuando su respiración volvía a estar más relajada, inicié otro ataque y me incorpore un poco, para penetrármela de manera contundente. Menuda manera de gemir y de exclamar placer. Estaba boca arriba y puse sus piernas por encima de mis hombros, para que sintiera de manera más profundas mis penetraciones. La follaba intensamente y cuando le veía la cara, como colocaba la boca, me relajaba, se desquiciaba y en un momento dado, ella se empezó a tocar para que le viniera el orgasmo deseado. Le quite violentamente la mano y me miro con “odio” porque se percibía su necesidad de correrse de nuevo.

Ahora deje de follarla, le hice que se pusiera boca abajo. Otra vez entro en juego mi lengua y fui lamiendo su espalda, sobre todo la columna vertebral. Una vez que llegue a su culito, lamí y mordisquee sus nalgas, para luego abrir sus nalgas y comerle el culito, que estaba empapado de sus propios líquidos. Cogí un tarro de lubricante, se lo fui poniendo sin prisas, con mucha tranquilidad, porque como la iba a follar primeramente con mis dedos, quería que no se tensionara, que se diera cuenta de que iba a ser algo cuidado y no buscando solo mi placer. Cada vez se relajaba mas, no por estar follando su culito con mis dedos, me olvide del resto. Le hacía girar la cabeza para poder besar su boca, como también le comía el cuello, los hombros, los lóbulos de la oreja, no descuide nada. Iba a follarme su culito en ese preciso momento y ella ya estaba lubricada y mi polla también, porque aunque el preservativo va lubricado, lo lubrique más.

A pesar de haberla relajado, estaba un poco rígida, se veía perfectamente en la tensión de sus piernas. Introduje un poco de mi polla, lo justo para que quedase encajada y no se resbalase a cualquier sitio por la lubricación. Soplaba y la relajaba, viendo que no continuaba, que me quedaba quieto bajo el ritmo de sus resoplidos y otra vez se fue quedando tranquila. Le daba algún azote, mas con sonido que con dureza, los distanciaba uno de otro. Eso la distraía y otra vez avance un poco más. De nuevo los resoplidos y esta vez los azotes cambiaron de intensidad. Protestaba algo y no resoplaba. Acariciaba su cabeza, agarraba su pelo y le daba pequeños tirones. Eso le gustaba, porque gemía muy suavemente.

En la autocaravana estaba abierta a medias una de las ventanas, que aunque mirasen no podrían vernos. Por eso, al estar abierta, oímos como Leyre su madre llamaba a la puerta de su caravana para que la abriese. Al principio con suavidad y luego con mala leche. Entonces Irate exclamo… “Mierda tengo yo las llaves…” en ese momento se movió con brusquedad y mi polla entro algo más. Dio un pequeño grito, mas de sorpresa que de dolor. Fuera de mi autocaravana había luz, por lo que debieron de pensar que estaba dentro. Llamaron, Irate se puso en tensión y fue cuando aproveche para seguir follándome su estrechito culito. Irate con un susurro me dijo… “Que malo que eres, eres el diablo…” y seguí metiendo mi polla, ella mordió la almohada y contrario a lo que se pueda pensar, mientras oía a su madre llamarme, levanto su culito y mi polla entro al completo.

De todas maneras, la follada era suave y con pequeñas paradas, para que su culito se adaptara a mi polla. Oímos otra voz esta vez era su padre que le preguntaba si había encontrado a su hija, ella le decía que no y fue sorprendente lo que dijo el… “Carlos tampoco estaba en su mesa, lo mismo se ha llevado a la niña y se la está follando por cualquier sitio” , Leyre muy sarcástica le responde… “¡JA! A Carlos le van las mujeres de verdad cariño, no niñatas inexpertas… Jajaja…” , en ese momento la hija me decía… “Fóllame sin miedo, dame duro todo lo que puedas, que se jodan el cornudo y la puta…” y oímos como sus voces se iban alejando. Aumente mi follada y no es que aguantara, es que participaba con un movimiento de culo bestial, cuando sacaba un poco mi polla, ella cimbreaba hasta que se la metía, en algunos momentos era ella quien me follaba. No me llegue a correr pero ella si lo hizo y lo único que ya llevábamos demasiado tiempo, que sumado a pequeñas molestias que tenía, lo dejamos. Me quedaba satisfecho con lo que había pasado, me conformaba, ella una vez se vistió me dio un morreo y luego me dijo… “Eres increíble, me has hecho muy feliz y te lo digo de verdad, contigo he aprendido lo que es un buen orgasmo” , me alegro el brillo de sus ojos y como movió antes de bajarse su culito provocándome, que lo remato levantándose la falada u dejándome ver su culito. Me cambie y decidí acostarme, tenía intención de hacerme una paja pero me quede traspuesto. Me desperté con el ruido que hicieron Marina e Ignacio, que me llamaron, no respondí y de mi habitación solo podían ver la puerta que era de fuelle prácticamente cerrada, que así estaba siempre. Luego le decían a alguien que no estaba y se dieron las buenas noches, supongo que eran al resto de los amigos.

- ¿Dónde se habrá metido Carlos?

  • A mí que me dices, quien mas lo conoces eres tú, que trabajas con él. Pero seguro que estará follando con alguna o algunas por ahí, que menudo golfo que es.

- Siempre estás pensando lo mismo.

  • Jajaja… seguro que te lo tirarías. ¿Por qué no me negaras que no está buenorro?

- No empieces.

  • No me quieres contestar porque sabes que tengo la razón.

- Mira Nacho, es verdad que está muy bueno, pero aun así no es mi tipo y seria con el último hombre que tuviera algo, antes me enrollaba con una tía. Nunca hay que tener nada con alguien del trabajo… ¿Cómo es ese refrán…?

  • Jajaja… donde tengas la olla no metas la polla. Pero lo que dices no te vale, por lo menos a ti. Que eres una que eres demasiado cachonda y cuando estas cachonda no ves y ya te has enrollado con otra tía… así que eso…

- Eso fue de niñas y desde que estoy contigo no he hecho nada.

  • ¿Pero a que te lo tirarías?

- Que pesado… ¡QUE NO!

  • ¿Y si estuvieras muy cachonda…?

- En presencia de él no estaré nunca cachonda.

  • Jajaja…

- Ríete lo que quieras.

  • Por eso te querías ir de viaje con el… que eres muy zorra.

- Que no… lo he dicho porque es un gran problema lo que hay y puede repercutir en todo. Solo he pensado eso.

  • Tranquila, que por mí no hay problema, que sabes que no me importaría que te lo tirases, eso sí, siempre que luego me lo cuentes o mejor aún, poder veros a los dos.

- IGNACIO… eres un enfermo. Siempre igual, ya me preocupas. ¿Quién en su sano juicio va a querer ver a su mujer con otro tío?

  • No soy un enfermo, lo mismo eso me desbloqueaba y volvía a funcionar a pleno rendimiento.

- YA ESTA BIEN… NO VOY A HABLAR MAS DE ESTO.

  • Solo te pido que lo pienses, que no digas no sin ver todo en conjunto.

- Que NO… déjame…

Por la rendija pude ver como se iban desnudando y pude ver el cuerpo perfecto de Marina. Ignacio empezó a tontear con ella, que se dejó caer sobre la cama y el metió su cabeza entre sus piernas. Debía de comer bien el coño, porque desde el primer contacto empezó a gemir. El lamio muy poco, levanto la cabeza y después de mirarla… “Que puta que eres, es hablar de tu jefe y te pones chorreando…” ella con una mano llevo su cabeza a su coñito diciéndole… “Calla y haz lo único que puedes hacer, mariconazo…” , se lo dijo con intensidad, no era la Marina puritana que conocía. Cada vez subía de tono el momento, porque se veía como se movía y como le decía… “Siiii fóllame bien…” veía como él le metía varios dedos mientras seguía comiéndole el coñito y luego con más énfasis… “SIIIIIII… FÓLLAME EL CULO TAMBIÉN… NO TE PARES AHORA” y después tuvo una corrida brutal, pero brutal. Y paso de un momento super cachondo a maldecir.

- ¿Se me habrá oído mucho? (Voz preocupada )**

  • Que va y no estés ahora con mala cara.

- Es que me quedo a medias, no te voy a mentir, necesito algo mas y no hemos traído a mi pequeño “osito”.

  • Te dije que te trajeras alguno y no me has hecho caso, algo que no he entendido.

- Pues no lo entiendes porque no quieres. Como me voy a traer ningún “juguete” aquí y que por lo que sea Carlos lo vea, me muero de vergüenza. (Ignacio rebuscaba buscando algo )**

  • Pues mira además de tu “osito” (Consolador de color carne, de uno 18 cm. y vibrador) también te he traído estas dos cosas… (Un succionador de clítoris, color cobre claro y un plug anal de tamaño normal)

- Eres imbécil… ¿Cómo se te ha ocurrido? (Muy enfadada )**

  • Bueno pues lo guardo y mañana los tiro, ya compraremos otros al llegar.

- NI SE TE OCURRA… ya que los has traído pásamelos y eso sí, vigila que no llegue y me pille.

Empezó con el succionador de clítoris y se acercó su marido, que le coloco el consolador y fue dándole intensidad, sacándole buenos gemidos a Marina, para rematar y con la colaboración de ella, le introdujo el plug anal sin ningún problema. A Ignacio solo se le puso un poco morcillona, pero muy poco. Ella gemía pero de forma contenida. Hasta que su marido que la debía de conocer muy bien le dijo que se iba fuera por si llegaba yo poder entretenerme. Una vez que cerró la puerta Marina cambio. Soltaba de todo por su boca… “Cabrones follarme, no dejéis ningún agujero sin tapar, vamos hijos de puta… como necesito una polla, por favor, que alguien me folle…” y otras buradas dirigidas a su marido. No me pude aguantar y no quise salir a follármela, me hice una paja viéndola. Porque tuvo varias corridas y que manera de correrse, era una autentica hembra en celo. Entro su marido y ella abrió sus piernas, él sabía qué hacer y antes de comerle el coñito le dijo metiéndole los dedos en el coño… “Un día me lo comeré lleno de leche de otro tío” ella gimió brutalmente, no le dijo nada y le llevo con su mano a que se lo comiera.

Me tuve que aguantar para que no se me oyera, pero mi corrida fue tan brutal como las suyas. Se acostaron después de limpiar y guardar todo Ignacio. Tarde en dormirme y lo hice cuando oí sus respiraciones relajadas. Me desperté porque oí unos susurros. Preguntándole Marina a su marido cuando había llegado, que ella no me había oído. Ignacio decía que él tampoco me había oído. Lo único que Marina se quedó mosqueada, porque parece ser que tiene el sueño ligero. Zanjándolo su marido… “No siempre te vas a enterar, nos acostamos tarde y siempre te enteras de todo, menos aun después de la sesión de…” y ella le dio un pellizco por lo que dijo.

Me levante como si nada, actúe como siempre y dije que me iba a ver los JJ.OO. que hoy no saldría, ya que si encontraba vuelo me marcharía ese día. No pudo ser había un vuelo muy temprano y antes de las ocho de la mañana estaría en Valencia. Ese día todo fue muy normal, el ofrecimiento de Marina seguía en pie y mi posición seguía siendo la misma. Me hacía gracia que ella estuviera nerviosa, porque seguro que le seguía dando vueltas a la hora en la que llegue y no se atrevía a preguntar. Quien sí se atrevió fue Ignacio, que como quien no quiere la cosa me pregunto… “Anoche sobre las cinco de la mañana oí a alguien tropezar fuera… ¿Eras tu? Porque lo oí entre sueños y no sé si era mi imaginación o que” , Marina que parecía que no estaba pendiente de nuestra conversación, estiro bien las orejas… “Pues seguro que no era yo, porque llegue como muy tarde a las cuatro y media. Que vosotros estabais plenamente dormidos, ni os inmutasteis” , Marina bajo hasta los hombros, imagen inequívoca de haberse quitado un peso de encima.