Autobdsm

Yo solito, con mis agujas...

autoBDSM

domingo

Ultimamente, un par de años, me excitan sobremanera algunos vídeos sobre bdsm y otros (estos casi más) bisexuales con hombres y mujeres en acción. Cuando hay opción de búsqueda escribo trío bisex y fantaseo siendo uno de los hombres que penetra y es penetrado...el hombre al que se folla una pareja, que puede que sea usado pero también recibe su parte de placer en la tarta...

Ya sé que la mayoría, la inmensa mayoría, son montajes y más falsos que un euro de madera pero las pelis del cine también y no es de esto de lo que quería hablar.

De esto sí: vivo solo hace unos años y mi sexualidad se ha quedado en bricolage (ya sabes: hágalo vd. mismo) así que los vídeos colaboran.

Tengo varios en los que se ve como se clavan agujas traspasando la piel casi siempre de los pechos de alguna mujer que parece disfrutar con ello...la pregunta siempre era la misma ¿se lo haría yo a alguien? ¿dejaría que me lo hicieran a mí? Y volvía a verlos y me excitaba otra vez y más bricolage...en uno de ellos, una mujer se aplica a sí misma varias “torturas” Tiene una tabla con chinchetas sobre la que se sienta o presiona contra sus pechos. En cierto momento rodea sus pechos presionándolos con cinta adhesiva que pasa por detrás de la espalda y al ser grandes forma un pliegue en cada seno dejándolos como si fueran los labios de la boca mordiendo un lápiz atravesado.

Ella misma se clava una aguja en el superior que cruza la porción de piel y se clava nuevamente en el de abajo dejando atrás la cinta adhesiva. Después coloca una goma elástica desde la parte superior de la aguja -la que se pone en la jeringuilla- y la inferior, la punta saliendo por el segundo pliegue del pecho...repite la operación cuatro veces y una vez que se ha colocado dos agujas en cada seno presiona contra ellos la tabla de las chinchetas un par de veces… la mujer jadea más de placer que de dolor y mi excitación crece.

La mujer del vídeo se clava más agujas, hasta que tiene cinco en cada pecho, entonces corta, entre ambos, la cinta adhesiva y ahí queda clara la función de las gomas elásticas que se ha ido colocando: que las agujas no se escapen y mantener el doble pinchazo en cada teta. Otra vez la tabla de las chinchetas y otra vez crece mi excitación… suelo atrasarlo hasta la primera aguja y masturbarme mientras se clava una tras otra… pero ayer no. Ayer decidí hacerlo, al menos intentarlo.

Mi práctica más aproximada había sido colocarme unas pinzas en los pezones para masturbarme con ese punto de dolor completándolo a veces con un dildo anal.

Por suerte tenía una jeringuilla en casa y me preparé. Fuí al espejo y aunque me sobran unos kilos, mi pecho es de varón, tengo que mirarlo desde arriba y forzando la mirada, por eso el espejo. No encontraba la posición,había que pellizcar para levantar algo de piel para atravesarla… encontré que el bajovientre, junto encima de la ingle era perfecto para el entrenamiento así que tomé un pellizco y me clavé la aguja que entró y salió limpia y….placenteramente.

Si. Placenteramente.

La extraje y sin dudarlo un momento me la clavé al otro lado. No fue una explosión de placer pero sí una experiencia que ya deseaba repetir.

La facilidad con la que me había clavado dos veces me dio la decisión necesaria para clavármela junto al pezón. Una vez en cada uno y hacerme fotos con la aguja clavada…. Y con una aguja entre el vello púbico me pincé los pezones y me metí el dildo… claro que me masturbé: Fue la paja del año.

Satisfecho. Feliz seguí con mis otras ocupaciones. Por la noche al acostarme miré las fotos y me estuve acariciando un ratito pensando en lo que había hecho. Sorprendido de que no hubiera sino una puntita de dolor y una vez atravesada la piel, placidez y deseo de repetir…

Lunes

En la farmacia y compré tres jeringuillas. Estaba muy excitado así que me recomendé calma. Me preparé una infusión y mientras la tomaba pensé en colocar un espejo portátil en la mesa y hacerlo allí. El espejo, obviamente más pequeño que el del baño, sólo reflejaba una parte de mi cuerpo y me pareció mejor.

Tranquilamente preparé las agujas y me desnudé. Haría lo mismo que el día anterior pero multiplicado por tres… Deseaba sentir el pinchazo, la punta de la aguja abriéndose paso en mi piel y verla salir al otro lado. Lo hice, primero sobre la ingle derecha y después sobre la izquierda me clavé las tres agujas… me gusta ver cómo sale un par de centímetros más abajo de donde se ha clavado y con el vello púbico esto no es fácil pero en el pecho sí.

Recoloqué el espejo y sin prisa ninguna, disfrutando de lo que estaba haciendo sujeté el primer pellizco de piel tirando del pezón derecho y al lado de la areola clavé la primera aguja: esta vez sí la vi salir (no tengo vello en el pecho) disfruté un instante de la visión y repetí la operación al otro lado del pezón. ¡Dos agujas! Mi sexo reclamaba caricias y se las di pero era más urgente atender a mi “autotortura” (metira, la tortura es para causar dolor a otro y yo me estaba dando placer, un placer desconocido para mí aunque sospechado, pero las agujas...dan algo de miedo) Clavé la tercera al lado de una de las anteriores, más o menos paralelas… ¡tres! Hice una foto. Disfruté un momento de la visión y las retiré con tanto cuidado como al clavarlas.

Al otro lado repetí la operación. Las mismas tres veces. Los tres pinchazos. Las tres veces ver cómo la punta de la aguja salía al otro lado cruzando la piel hasta que, al otro lado, en el espejo, sin pensarlo, obedeciendo al deseo del momento me puse una pinza en el pezón y la erección que venía insinuándose se hizo presente. No había que pensar, sólo hacer. Lamentando no haber comprado seis jeringuillas me pincé el otro pezón y así, pinzado y clavado fui a buscar el dildo anal y me lo puse en su lugar. Me masturbé tan despacio como pude intentando prolongar el placer cuanto pudiese… estuvo muy bien. Tan bien que hoy buscaré tiempo para repetir…

¿Por qué os cuento todo esto? Por dos razones.

Primera: Tras la experiencia del domingo busqué en internet escribiendo en el buscador “clavar agujas en el pecho” y con ese título y otros parecidos (cómo torturar las tetas con agujas, es uno de ellos) estuve leyendo comentarios de quien lo hace habitualmente y todos hablan del miedo a las agujas… que desaparece en cuanto sientes la primera. Podéis pensar que yo soy muy resistente al dolor: no lo soy. Por eso estoy tan sorprendido.

Segunda:

No quiero hacer esto sólo. Busco pareja, mujer formada, madura, (50 o por ahí ¿45? vale, ¿60? también) que quiera compartirlo y si ya sabe, mejor, aceptaré su guía y me dejaré llevar por todo el bdsm que sepa enseñarme o logremos descubrir

También aceptaré una pareja (hombre y mujer) bisexual que me tomen como aprendiz y si les gusta el bdsm -en principio suave, ya habrá tiempo- mejor que mejor.

En ningún caso sumisos ni exclavos -aunque si nos apeteciera también podríamos jugar a eso- cada uno procurando el gozo del otro y así tendrá más para sí mismo

Me he apuntado a una página de contactos bdsm. Creo que es una tomadura de pelo. Los primeros días llegan montones de contactos “tienes un nuevo mensaje privado” que no puedes leer hasta que te haces socio premium (de pago obviamente) siguen llegando mensajes que ahora sí puedo leer y contestar… como si no.

Espero que narrando esta experiencia os animéis a responder, a intentarlo…. dejo el mail. Tras cambiar algunos mensajes sabremos si podemos complementarnos… Doy lo mismo que pido, seriedad, discreción… todo consensuado. Nunca pido nada que yo no esté dispuesto a dar, a hacer, antes, después o al mismo tiempo

Muy Importante -al menos para mí- :No me vale todo ni cualquier cosa. Hay límites. He visto vídeos en internet de una brutalidad más que notable. No quiero eso ni te lo haré aunque me lo pidas.

Quiero explorar la zona donde el placer y el dolor se mezclan y se confunden… pero sin perder la sonrisa y el respeto por uno mismo y por el otro.

Te imagino colocando la aguja sobre mi piel y con una sonrisa apretar y atravesar la piel...y otra vez...ahora te lo haré yo.

Así que “tienes que hacer” no puede existir ¿quieres hacer?¿quieres que hagamos? Sí. Y decidimos.

Y como no todo el rato vamos a estar en la cama, también soy buen conversador.

Creo que he dejado el mail a la vista, por si no, es éste : sucre@ gmx.com