Aún queda tiempo

Para ciertas cosas, siempre hay como.

AÚN QUEDA TIEMPO

Estaba sentado en el borde de la cama donde ella yacía muerta.

Cómo llegó temprano, preparó él la cena. Cuando vino, ella estaba de mal humor y cenaron en silencio. Dejaron los platos para el día siguiente y los dos se fueron a dormir.

Ya en la cama, él intentó un acercamiento pero ella le rechazó con brusquedad. Terminaron discutiendo agriamente. Él se dejó llevar por el rencor y la ira y perdió la noción del tiempo. Ella murió justo después de poner en entredicho su virilidad. Le pareció que aquello era alguna clase de justicia divina.

Era una pena. Había calculado que en el tiempo que tardara en hacer efecto el veneno, habría podido echar un último polvo. Al fin y al cabo, si era una zorra era porque tenía el cuerpo como para serlo.

Sí, el cuerpo... el cuerpo inerte que yacía en la cama y que aún estaba caliente. Lo pensó dos veces y se dijo a sí mismo que todavía quedaba tiempo para ese último polvo.