Aún la sigo esperando...

Un cine porno, un joven retraido, una mujer, unos tacones, y gemidos enmudecidos por la función...

Mi nombre es Martín y soy un muchacho callado, retraído, aunque en confianza y con los amigos siempre me muestro confiado y bromista. Tengo 24 años, estoy por terminar la Universidad. Pronto seré un Ing. Civil, y a pesar de estar en el tercio superior de su facultad, no tengo novia y las chicas a las que conozco siempre se interesan para que les haga la tarea. Poco me importaba ya que con que se acerquen esta bien, poderles oler su perfume y en mi mente hacerles el amor.

Novias solo tuve un par en la época del colegio, en la universidad los lentes y mi cara de "monguito" como me llama una de mis mejores amigas, me habían alejado del lado femenino. Tengo otra pasión, las películas pornos, no las veo en su casa, sino que siempre me voy a los cines pornográficos, me gustaba ver las películas y hacer una paja "al aire", la sensación de exhibicionismo me excita, voy cada media semana.

La media semana había llegado, y una cita con una "paja" a penumbras y jadeos acompasados de otros pajeros anónimos, sonidos de cierres, y gemidos callados por el ruido de la escena de la famosa película "cinco dedos de placer". Pedí entrada y me fui al primer piso, porque bien sabido era que en los palcos del segundo piso los "chicos" se divertían a lo grande, en ese cine a la hora de las películas todo era consentido, mientras nadie te fuerce todo estaba bien...

Tenia media hora en la sala, la película estaba a media caña, no me parecía muy buena, pero había una mujer preciosa, su tipo de mujer, pelo negro largo, trigueña clara, de bustos grandes y de estatura media hasta podría decirse pequeña (las chatas me calientan la entrepierna).el ruido de unos tacones me hizo perder el interés en la película que estaba viendo, volteo a ver que por la penumbra de la entrada aparecía una mujer de pelo negro, y con tacones grandes, un vestido crema y un escote muy pronunciado, la miro, pero ella no tomo mucha atención de mis miradas. No distinguí del todo su rostro, pero me pareció una mujer atractiva. La extraña y exuberante chica se sentó en las filas del final, como tratando de ver la película sin que nadie la moleste o quizás para poder ver las demás filas, que en ese día escasamente había gente, dos parejas, una chica sentada en la fila de adelante sola, ella y Martín...

La película iba por la mitad, y yo a pesar de tener el guevo muy duro, haciéndome una carpa en el pantalón me detenía a sacárselo por la Srta. de atrás, sentía que me observaba y que no me quitaba la vista de encima, tenia los brazos y las manos quietas, mis codos presionando los soportes de las bancas...

La película estaba en su clímax cuando el perturbador sonido de los tacos se oyó, y se acercaban a mí, no me podía mover, no tenia idea de que es lo que ella podría acercarse a pedirle y por la parte de atrás, una butaca atrás me dijo "te la puedo mamar??" y asentí con la cabeza, se paseo por delante de las butacas y el sonido de los tacos me hacían temblar las piernas, no sabia que pensar, pero aun así de estar nervioso, la entrepierna estaba aun mas abultada y gritando por salir de su encierro. La chica se sentó en una de las butacas contiguas, y gracias al cielo el cine era antiguo y el espacio entre la fila de adelante era mayor, pudo arrodillarse al costado del asiento, poner sus manos en mis rodillas, y sobar mis piernas, yo en cambio no podía emitir sonido alguno, y mis manos aferraban con fuerza los brazos de las butacas. Cuando la Srta. Logro bajar el cierre del pantalón y con una mano liberar la verga de su encierro esta salió orgullosa y erecta, una mano fría es la que se poso en el tronco de mi falo, sentí un escalofrió recorrer desde allí, pasando por el vientre y llegar a todo el cuerpo... las dos manos estaban sobre ella ahora y sus labios de color rojo intenso rozando el glande hinchado, yo seguía con las manos aferradas ahora con mas fuerza a las butacas, y no podía creer lo que sentía y veía, la anónima chupadora estaba allí, arrodillada con la verga en la boca y gozándola, no quería que se detenga, la vista la tenia nublada y mis jadeos se callaban con el sonido de la película.

Por fin mis manos dejaron de estar tensas y con una de ellas pude acariciar su pelo, ella al sentir mi caricia me miro por una fracción de segundo y volvió su cabeza hacia mi entrepierna... no dejaba de mamar, y yo estaba llegando al limbo, cerca de Dios, sus uñas se iban metiendo en mis piernas y por ese momento agradecía haberme bañando antes de salir de casa, ella no dejaba de chupar y de apretar con una de sus manos mis guevos, los que sentía hinchados, y apunto de descargar, no lo quería hacer, tenia que hacer de ese momento mas largo e intenso y relaje mis piernas, pero aun así no podía lograr sentirme relajado, ella no pronunciaba palabra y yo tampoco las diría, no tenia la necesidad de hablar, mis palabras eran ahogadas por mis jadeos. Su lengua recorría mi verga dura, de arriba abajo, sus manos jugaban con la parte de mis huevos fuera del pantalón, mis piernas las sentía con cosquilleos, podía oír los jadeos de ella, acompasados con la mamada, ella lo estaba gozando... sus movimientos se hicieron mas rápidos y pude ver como una mano de ella, se metió en su entrepierna y ahora era su cuerpo el que se movía al compás de su boca, de arriba abajo... yo acariciaba su pelo, cuando sentí que de mis entrañas algo iba nublando mi razón, sentía como sus labios apretaban con fuerza mi verga, pero ella no perdía el ritmo, la mano que tenia el su chuchita también se movía aceleradamente, y ese momento de éxtasis llego... deje de pensar en ese momento, mi razón de perdió y por cortas fracciones de tiempo, llegue a cielo, cuando eso paso seguía ella allí, besando mi verga, y bebiendo lo que de ella brotaba, mi verga estaba que perdía la dureza, pero ella no dejaba de mamar, cuando vio que nada quedaba (eso imagino) se puso de pie, veía que tenia la mano que estaba en su chucha en la boca, se puso de pie, se me acerca y me dio un beso. Pude ver su rostro por un momento, y se marcho. Regrese a mirarla, no dijo nada, al salir de la sala pude ver que se acomodaba el pelo y el vestido y así sin mas se marcho. Yo me quede atónito con lo pasado, mi pantalón quedo allí, abierto por un momento mas, con mi verga ya dormida y con el sonido de la película porno de fondo.

Nunca supe su nombre, no me dijo nada... ni un hola, ni un adiós o en el mejor de los casos un "nos vemos". Desde ese día a pesar de todo, llego al cine a la misma hora, el mismo día, esperando verla aparecer con su vestido largo y esos tacones que anunciaban que se acercaba.

*Gracias a los que me leen. Un abrazo fuerte y si tienen algo que comentar bueno o malo, háganlo. Ciao.