Auditorio

Ya quisiera que algo así pasase en mi casa...

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En un súbito arranque de pasión y atrevimiento, salieron desnudos al patio interior del edificio. Pronto, sus jadeos rebotaban contra las paredes y se introducían en todas las casas.

La solterona caduca del primero rezongó en voz baja por el descaro de la pareja, pero se asomó tímidamente de manera que nadie pudiese verla y deslizó su mano a su entrepierna.

En el segundo "a", la esposa de un matrimonio joven que acababa de ducharse llamó a a gritos a su marido y, mientras ella miraba por la ventana, él la poseía desde atrás. Frente a ellos, desde el otro apartamento, el viejito del segundo "b" se asombraba al notar como una erección punteaba en el pijama. Lo había intentado todo hasta entonces y nada había causado ese efecto.

En el tercero "a", un padre explicaba a su hijo adolescente que era así como tenía que hacer para convertirse en hombre. Enfrente, un hombre muy serio y circunspecto observaba la escena con los ojos entrecerrados. Tenía a su mujer entre sus piernas, engullendo su miembro.

En el cuarto "a", dos homosexuales sostenían una discusión. Uno de ellos había estado observando y el otro se había sentido celoso porque sospechaba que su amado era en realidad bisexual, cosa que no toleraba en absoluto. En el cuarto "b", las dos lesbianas, más tolerantes y abiertas, miraban curiosas y divertidas.

En el quinto "a", un joven pintor trataba de memorizar todo lo que veía para luego reproducirla en su lienzo en blanco. Y aunque en el quinto "b" no vivía nadie, todos aseguraban haber visto de reojo la sombra de una sombra en la ventana.

Tres días después, el hombre del tercero "b", a representación de los vecinos, llegó a un acuerdo económico con la pareja para que una vez a la semana repitiesen la escena del patio.