Atrévete a quererme. - 5

You've got the best of both worlds… [Tú tienes lo mejor de ambos mundos]♫♪

Sus ojos lentamente se fueron cerrando mientras caía de rodillas frente a Angelique quien aún estaba en shock y estática. El cuerpo de Mackenzie cayó completamente al suelo bocabajo a los pies de la chica quien veía con horror al sujeto que tenía una sonrisa de victoria en su rostro.

Angelique con lágrimas en los ojos se arrodillo frente al cuerpo inmóvil y solo veía con tristeza el rostro inexpresivo de Mackenzie.

Aquel desconocido seguía apuntando al cuerpo mientras daba pasos atrás queriendo acercarse a las escaleras.

  • ¡Aquí tengo otro! – Gritó el sujeto eufórico sin apartar la mirada de las dos chicas.

  • Tienes que irte… - Decía Mackenzie en un hilo de voz – Es peligroso que te quedes – Murmuró dolida mientras apretaba la mano de Angelique – Vete, corre y no te detengas – Angelique no iba a dejarla y ese pensamiento Mackenzie pudo oírlo – Por favor… Vete, cuando corra hacia él tienes que irte por la salida de emergencia que está en el laboratorio…

Mackenzie contó hasta tres y se levantó rápidamente. Iba acercándose peligrosamente al hombre y este volvió a disparar pero ella fue más rápida y movió su cuerpo a un lado. Con rapidez lo agarro de los hombros y ambos cayeron al centro de las escaleras descendiendo algunos pisos abajo.

Angelique aprovecho la oportunidad e hizo exactamente lo que Mackenzie le había dicho. Cuando logró salir del colegio corrió al estacionamiento que estaba completamente vacío y veía como unos tres sujetos arrastraban a Caroline quien estaba sujeta de las piernas y los brazos con unas largas cadenas y grilletes dorados. Su cuello traía un collar eléctrico el cual le provocaba profundos cortes y de ellos salía un líquido similar al que salía del cuerpo de Mackenzie cuando fue herida.

Rápida y sigilosamente se ocultó detrás de un auto mientras veía por debajo del auto todo lo que sucedía.

  • « ¿Secuestradores? » - Se preguntó a ella misma en voz alta con los gritos dolorosos de Caroline como fondo.

Miró como estos sujetos apuntaban a su alrededor como si alguien estuviera detrás de ellos pero Angelique no veía absolutamente nada. Uno de ellos cayó al suelo hacia atrás como si hubiera recibido una patada en el pecho. Los otros dos armados seguían viendo a su alrededor apuntando con sus armas.

Angelique profundizo su mirada y vio una sombra detrás de uno de los sujetos y veía como la escalofriante sombra le rompía el cuello con facilidad. El ultimo sujeto asustado comenzó a disparar a un punto no fijo, volvió a mirar a su alrededor para después salir corriendo hacia la puerta del instituto pero antes de que lograra entrar algo lo agarro del pie. Era una enorme mano con largas, puntiagudas y afiladas uñas.

El hombre pedía ayuda desesperadamente mientras era arrastrado hasta los arbustos en donde su voz no se oyó más.

Un chico apareció en una vieja camioneta roja, se bajó de ella rapidamente con unas pinzas para cortar en sus manos y se acercó a Caroline quien aún gritaba adolorida. El chico sin tocar las cadenas fueron cortadas por las pinzas y el collar con sus ejercitados brazos la partió a la mitad. Angelique enseguida recordó quien era el chico, era el hermano de Mackenzie, Shawn.

Veía como Shawn cargaba con sumo cuidado a Caroline y la colocaba en la caja de la camioneta para después colocarle una enorme lona negra encima. Angelique estaba por levantarse cuando sintió a alguien detrás de ella, al voltearse había un hombre apuntándole con una ballesta.

  • Déjala a ella – Gritó Mackenzie detrás del hombre.

El sujeto asustado volteo lentamente y ahí, Angelique vio a una chica distinta. Sus ojos eran grandes y dorados. De sus parpados resaltaban con fuerza unas venas negras dándole aquel aire aterrador a ese rostro. Su piel era más pálida, era como si toda su sangre se hubiera pasado a los labios los cuales los tenía en un color rojo fuerte, rojo sangre. Los dientes de Mackenzie eran blancos, largos y puntiagudos, como si se tratara de los dientes de un tiburón.

Angelique y el desconocido miraron a la chica que tenía en frente con miedo y en shock, pero eso no detendría al desconocido quien aprovecho la oportunidad y disparo cuatro veces. Mackenzie logro esquivar los dos primeros pero no los dos últimos los cuales se habían incrustado en su clavícula y la otra cerca de su tórax.

Mackenzie lo agarro del hombro y comenzó a asfixiarlo con su brazo hasta dejarlo inconsciente, su cuerpo no resistió el peso y cayó al suelo con el sujeto a su lado.

  • Mack – Suspiró Shawn acercándose a su hermana – Ya estoy aquí, resiste – Suplicó mientras la cargaba. Levanto la mirada y vio a Angelique – Ven conmigo – Angelique asintió y ambos corrieron a la camioneta. Colocaron a Mackenzie junto con Caroline y subieron a la camioneta para irse sin mirar atrás.

Angelique sentía miedo, confusión y aún estaba en shock, ¿Qué se supone que había visto? ¿Esos ojos dorados? ¿Los largos dientes? ¿La terrorífica mirada? ¿Por qué estaban dirigiéndose hasta las afueras del pueblo?

Entraron a una zona residencial, pasaron el parque infantil y la camioneta se adentró al bosque por un camino deteriorado y muy complicado. Las llantas cruzaban con dificultad entre las grandes raíces de los árboles y las afiladas rocas enterradas en la tierra.

Llegaron a una rustica cabaña de dos niveles y la camioneta se estaciono en la entrada de la puerta trasera. Ahí, Angelique vio a Bradley acompañado de una anciana, ambos con rostros llenos de preocupación.

La camioneta al detenerse, Shawn bajo de la camioneta y junto con Bradley, bajaron a las chicas quien agonizaban de dolor. Angelique aún estaba en la camioneta, ¿Debía irse? Lo único que conseguiría seria perderse en el bosque, ¿Debía entrar?

  • « Síguelos » – Un susurró retumbo en el bosque. Angelique miró a un alrededor y no había nadie, se asustó pero quería dejarlo pasar. Se sentía segura dentro de la camioneta – « Entra a la cabaña » - La voz regreso nuevamente. La chica, con algo de miedo… Se bajó de la camioneta y dirigió su mirada a la caja, y ahí había una gran cantidad de líquido negro, espeso y brillante.

Con pasos pausados fue caminando hacia la cabaña hasta lograr entrar a la cocina en donde enseguida escucho lejanos gritos desgarradores que retumbaban detrás de una puerta de madera. Sutilmente, la fue abriendo y los gritos se hicieron más fuertes. Bajo las escaleras con sumo cuidado y al llegar al final de estas, camino por todo el pasillo que apenas estaba iluminado y los violentos gritos eran más fuertes.

Angelique quedó estática al ver como la anciana, con unas largas y puntiagudas pinzas iba extrayendo el perno que se encontraba en el tórax de Mackenzie quien estaba acostada en una camilla metálica mientras Bradley aseguraba con fuerza las cadenas de los grilletes que tenía en las muñecas y tobillos.

Giró su cabeza hacia el otro lado de lo que se puede llamar “habitación” y vio a Caroline con una bolsa de sangre en sus labios mientras Shawn la sostenía en el aire, vaciando todo su contenido en la boca de la chica quien estaba inconsciente.

  • ¡Necesito tu ayuda aquí! – Gritó Bradley tratando de sostener las cadenas. Shawn asintió y miro a Angelique.

  • Me ayudas, por favor – Angelique dudosa se acercó a la camilla de Caroline – Quiero que sostengas esto hasta que la bolsa quede vacía, cuando eso pase, agarras otra bolsa en esa nevera – Apuntó al congelador que estaba a unos metros de ellos – Y la abres con estas tijeras, la pones en sus labios y deja que la sangre fluya… - Angelique asintió nerviosa ante la penetrante mirada del atractivo chico.

Había pasado más de una hora después de todo lo sucedido, Caroline se había recuperado exitosamente al igual que Mackenzie quien venía con deleite un líquido rojo que había en una botella de cristal transparente. Angelique miraba con extrañeza el contenido de la botella mientras con un pañuelo húmedo limpiaba sus manos que se habían manchado de sangre, “¿Qué es eso?” “¿Sangre?” “Pero, ¿Por qué tomarlo?” eran algunas de las muchas preguntas que pasaban por la cabeza de la bella chica pero su mirada dudosa fue interrumpida por los hermosos ojos de Mackenzie quien la miraba fijamente mientras limpiaba la gota de sangre que bajaba por la comisura de sus labios con la yema de su pulgar derecho.

Mackenzie, sin apartar la mirada de su asustada “amiga” se levantó de la camilla y camino lentamente hacia ella hasta quedar en cuclillas frente a ella.

Levantó su mano con intenciones de acariciar su brazo pero Angelique asustada, se hizo a un lado evitando el roce de Mackenzie.

  • No tengas miedo – Susurró con intenciones de acariciar su mano – No te hare daño, puedes confiar en mí – Mantenía el mismo nivel de voz mientras con sus dos manos, acariciaba lentamente la mano de Angelique. Ambas se miraban fijamente a los ojos – Quiero que olvides todo lo que viste hoy, cuando te pregunten donde estabas, dirás que en la biblioteca pública, terminando un ensayo de Historia, ¿Esta bien?

  • Sí – Asintió mirando fijamente los hermosos ojos de Mackenzie.

  • Bien – Suspiró levantándose – Te llevare a casa, vamos – La ayudo a levantarse y ambas salieron de la cabaña mientras eran acosadas con las miradas de todos.

Durante el camino no se habló más, Angelique se dedicó a mirar por la ventana del auto mientras era acosada por la penetrante mirada de la conductora quien con sus lentes de aviador puestos, tenía fija su mirada en el anillo dorado que tenía algo escrito en persa.

  • « ¿Quién carajo le dio ese anillo? » - Esa preguntaba retumbaba en su cabeza.

El silencio era perturbador para ambas siendo la radio el único que evitaba que fuera aún más incómodo.

♫You've got the best of both worlds… [Tú tienes lo mejor de ambos mundos]

You're the kind of girl who can take down a man… [Eres la clase de chica capaz de derribar a un hombre]

And lift him back up again… [Y levantarlo de nuevo]

You are strong… but you're needy [Eres fuerte, pero estás necesitada]

Humble… but you're greedy [Humilde, pero codiciosa]

And based on your body language [Y basándome en tu lenguaje corporal]

And shoddy cursive I've been reading… [Y la mala calidad de la cursiva que he estado leyendo]

Your style is quite selective… [Tu estilo es bastante selectivo]

Though your mind is rather reckless [A pesar de que tu mente sea bastante imprudente]

Well I guess it just suggests [Bueno supongo que tan sólo sugiere]

that this is just what happiness is… [Que esto es lo que es la felicidad]

And what a beautiful mess this is! [¡Y qué bonito desorden es éste!]♪

El auto se detuvo en la esquina de la casa de Angelique. Ambas voltearon a verse pero Angelique aparto la mirada a pesar de no poder ver los ojos de su chofer detrás de esos vidrios oscuros. Y con nervios en las manos agarro su bolso y sus libros, levanto la mirada para ver a Mackenzie pero ella solamente miraba por la ventana mientras sus manos apretaban el volante.

Mackenzie al ver a Angelique bajarse del auto miro hacia el frente viendo el sol tratando de ocultarse a lo lejos de la calle sintiendo como los calientes rayos de luz tocaban su mentón y cuello. Suspiró al sentir el golpe de la puerta cerrarse y apretó los ojos.

  • No – Susurró negando con su cabeza y al abrir los ojos, una lagrima mojo su mejilla. Se bajó rápidamente de su viejo Fastback y sin cerrar la puerta del conductor rodeo el auto a paso rápido y se colocó frente a Angelique quien la miro con extrañeza – Perdóname – Susurró en un hilo de voz mirando los hermosos ojos celestes de Angelique los cuales, veía en ellos un poco de la esencia de su amada Ailén.

  • ¿Por qué? – Al terminar de decir esto. Mackenzie con sus dos manos, agarro el rostro de Angelique y le dio un pequeño, un inocente beso en su frente.

  • No quiero que te suceda nada… - Dijo en voz baja a ras de su piel. Abrió sus ojos y se separó solo un poco de ella encontrándose a Angelique con los ojos cerrados quien comenzó a abrirlos, despacio. Mackenzie se quitó sus gafas y la miro fijamente sin soltar su rostro – No me conoces… Nunca me has visto, yo no existo… Olvidaras el beso y te olvidaras de mí – Susurró al ver asentir a Angelique detenidamente – Ve a casa – Angelique asintió y parpadeo varias veces para después mirar con extrañeza a Mackenzie, se dio la vuelta y comenzó a alejarse de ella y del auto con dirección a su casa.

Mackenzie respiró hondo. Se colocó sus gafas y volvió a subirse al auto. Apretó el volante y giró la llave encendiendo el auto y la radio. Apretó el acelerador y manejo a más de 70km/h hasta pasar frente a la comisaria en donde reconoció a más de uno de los que estaban ahí reunidos en el estacionamiento.

Regreso a la cabaña y ahí estaban sus hermanos haciendo una fogata frente al lago. Bradley no era su hermano de sangre pero lo quería como si así fuera. A Caroline, nunca la amo, pero si le tuvo cariño y aun le tiene pero era un cariño distinto que cuando estaban en una relación, ahora era un cariño amistoso y se sentía agradecida por haberla apoyado durante tantos años… Su abuela, su mayor tesoro, la única que ayudo a superar la trágica muerte de sus padres.

  • ¿Qué haremos ahora? – Suspiró sentándose en el tronco a un lado de su abuela.

  • Escondernos, solo hasta que ellos se vayan – Respondió su abuela.

  • Estoy harta, abuela… - Miró a su abuela con el ceño fruncido – Harta de escondernos, harta de huir de esos matones, huir de Eda…

  • ¡Debemos encontrar el collar! – Dijo Bradley alarmado.

  • Solo así podrás romper el único lazo que te une a Eda, sin collar… Ella no más tendrá poder sobre ti – Suspiró la anciana con algo de tristeza en sus palabras.

Mackenzie tan solo pronunciar o escuchar el nombre “Eda” no podía evitar que tuviera un nudo en su garganta y lágrimas en los ojos.

23 de mayo de 1683

Una semana, solo una semana fue lo suficiente para que Eire y Ailén comenzaran a sentir atracción, una por la otra pero ninguna daba el siguiente paso… Hasta ahora.

Ailén, con fastidio oía a su madre hablar con la madre de su prometido amenamente sobre la boda del año, la boda del siglo en el inmenso comedor del castillo.

  • Madre – Susurró obteniendo la atención de ambas mujeres atractivas – Iré a dar una vuelta por el castillo – Su madre asintió y ella, con ayuda de un sirviente, se levantó de su silla y salió del comedor para dar toda la vuelta por el pasillo saliendo por un pequeño pasadizo que llevaba a la cocina. Saludo a todos los cocineros quienes se encontraban cenando y salió al patio trasero. Se fue al invernadero y ahí la encontró a ella, recostada arriba del árbol que estaba abundante de manzanas rojas y brillantes.

  • ¡Hey! – Gritó Ailén a lo lejos mientras se acercaba – Te vas a caer – Rió deteniéndose debajo de la rama en la que estaba sentada Eire.

  • La que se cayó fue otra – Carcajeó Eire quitándole la sonrisa del rostro a Ailén – Estoy jugando… ¿Quieres una? – Preguntó enseñando la manzana que apenas había mordido.

  • Sí, pero bájate de ahí. Quiero ir la cascada – Eire sonrió. Bajo otra manzana y se dejó caer al suelo cayendo parada – ¿Cómo es que no te has roto nada? – La miró de arriba abajo y Eire se echó a reír.

  • Soy atlética, solo eso… - Encogió de hombros mientras le pasaba la manzana a Ailén – Vamos – Sonrió agarrando su mano y a paso rápido al alto muro cubierto de enredadera. Eire con su mano izquierda aparto algunos tallos de la planta dejando en vista un pequeño túnel.

Ambas entraron, no sin antes volver a esconder la entrada debajo de las hojas verdes. Caminaron en la oscuridad unos momentos hasta que salieron encontrándose el bosque. Eire volvió a agarrar la mano de Ailén y la arrastro en silencio entre los arboles con mucha precaución con las piedras hasta que escucharon el tranquilo sonido de la cascada a lo lejos. Apresuraron sus pasos tropezándose torpemente con algunas ramas hasta llegar a la cascada. Eire se quitó sus botas y ayudo a Ailén a quitarse sus majestuosos zapatos altos mientras intercambiaban miradas. Caminaron debajo de la cascada sentándose en las piedras redondas y lisas metiendo sus pies bajo la fuerte agua que descendía del desnivel del cauce viendo a través del agua la luna llena brillar acompañado de poderosas estrellas y el oscuro cielo. El sonido de ranas, lobos, búhos, grillos eran los sonidos se apoderaban de la hermosa naturaleza nocturna.

Había pasado una hora aproximadamente en donde se dedicaron a admirar la belleza del paisaje en silencio mientras mecían sus pies adelante hacia atrás.

  • Debemos volver – Susurró Eire poniéndose de pie.

  • Eire… - Susurró con un nudo en su garganta.

  • Dime… - Uso el mismo tono de voz que Ailén mientras se arrodillaba frente a ella.

  • Yo… Eire… Yo no quiero casarme – Dijo volteando a ver a su compañera encontrándose con la verde y brillante mirada de ella – No lo amo – Miró los labios de Eire y regreso su mirada a sus verdes ojos – Nunca lo amé, y jamás podré hacerlo… Me enamore perdidamente de otra persona y tengo miedo de que pueda sucederle algo – Eire bajo la mirada y volvió a subirla encontrándose con la cristaliza mirada de Ailén.

  • No llores, por favor, no llores – Musitó limpiando con sus frías manos, las lágrimas de Ailén.

  • No puedo evitarlo, siento que le engaño y me engaño a mí misma por guardarme esto… No quiero sentirme así, no quiero tampoco que le suceda algo – Abrazó con fuerza a Eire – Tengo miedo.

  • No lo tengas – Susurró en su hombro – Yo estaré aquí para ti, siempre… En las buenas y en las malas - Ailén se separó un poco de ella y la miró.

  • ¿Lo prometes?

  • Lo prometo.

  • Te amo – Murmuró con lágrimas descendiendo con fuerza.

  • Te amo – Agarro su rostro y la besó, un pequeño e inocente beso en los labios.

  • ¡HEY! – Gritó Caroline frente a Mackenzie quien tenía la mirada perdida en la enorme llama de la fogata.

  • Dime – Murmuró sin apartar la mirada de la fogata.

  • ¿No entraras a dormir? – Mackenzie rió mudamente.

  • Yo no duermo, Caroline, ¿Recuerdas? – Volteó a verla dejándola ver sus enormes y brillantes ojos dorados.

  • Sí – Murmuró – Son las cuatro de la madrugada, ¿No entraras?

  • No… Ve a descansar – Decía regresando su mirada al fuego – Yo estaré aquí, no te preocupes – Caroline se quedó parada unos segundos en silencio observándola, se veía callada, sus ojos llenos de tristeza y nostálgica y podía escuchar sus latidos rápidos pero su respiración se mantenía tranquila.

Caroline la miró con tristeza y se retiró de nuevo hacia la cabaña dejando a Mackenzie, nuevamente sola.

  • Vamos, vete a dormir – Un susurró se escuchó la parte oscura de la habitación asustando a la joven mujer quien se encontraba en la computadora a oscuras.

Un sueño repentino invadió su cuerpo, apagó su pc y su lámpara de escritorio. Se metió bajo las sabanas y miro el techo unos minutos.

  • Cierra los ojos… – La voz volvió a susurrar – Ahora – Ordenó. La mujer obedeció como entrando a un estado de trance – ¿Sientes esto? – Los susurros siguieron, la mujer solo respiro hondo – ¿No? Espera a que me acerque otro poco – El subconsciente de la mujer estaba en alerta, un pequeño movimiento de la cama comenzó a inquietarla – Quiero que ahora sientas esa pequeña brisa a un lado de tu oído, que viaja a tu alrededor de tu cuello y desaparece para erizar tu piel… Ahora quiero que te voltees sin abrir los ojos – La mujer lo hizo con lentitud mientras trataba de abrir los ojos pero era como si pesaran una tonelada, sus intentos eran fallidos – ¿Sientes mi mano rozar tu espalda por encima de la camisa? Sabes, no soy humano… por eso tengo todo el poder sobre ti, creo que para ti es solo… - Calló unos segundos – ¿Cómo lo llaman ustedes los mortales? Ah sí, sugestión... Déjame decirte que soy real, estoy justo encima de ti y lo sabes… - Rió – Sabes que no vengo para un buen propósito y mi único cometido esta noche es gozar de tu miedo y alimentarme de ti – Un suspiró salió de los labios de la mujer – Oh, ahora me recuerdas, ¿Verdad? Ahora quiero que te voltees – La mujer apretó las sabanas y se dio la vuelta quedando sobre su espalda nuevamente – Soy tus peores miedos y tus más grandes pesadillas, prometí que nos veríamos pronto y ahora quiero que me conozcas… Ya puedes abrir los ojos – La mujer abrió los ojos soltando lagrimas que mojaron enseguida su cabello. Lo único que veía era una persona encima de ella pero traía puesta la capucha de un suéter negro haciendo que sea difícil reconocer su rostro dejando que solo se vieran unos enormes y dorados ojos – Hola – Una brillante y puntiaguda sonrisa resplandeció en la oscuridad macabramente.

aurora la diosa (ID: 1363822) Me carga la... hasta hoy me dí cuenta que el capitulo se repetía, lo siento y poco a poco lo iras descubriendo, tranquila mujer XD Gracias por tu comentario♥ Saludos y espero que este sea de tu agrado :3

*LloydZiegler (ID: 1429065) Scheiße, Scheiße... Jajaja, tranquila, lee este y me cuentas que tal XD Saludos♥*

**cintiuspame (ID: 1403172) AYAYAYAY♥ Gracias por tu comentario y dare mi mayor esfuerzo para que te siga atrapando XD Saludos!! :D****

**Les deseo un excelente año a todos los autores & escritores :3 Ya saben, comenten y valoren ese seria un buen regalo de Santa.****

**Maldito panzón, no me trajo nada este año :,C****

**Posdata, Link de la hermosa canción ( http://www.youtube.com/watch?v=vIj42LYUOO4 )****