Atrapada

Es curioso como la mente guarda los recuerdos y el corazón te hace revivirlos de una manera…, no sé cómo explicarlo, es como si estuviesen grabados con fuego.

ATRAPADA

Es curioso como la mente guarda los recuerdos y el corazón te hace revivirlos de una manera…, no sé cómo explicarlo, es como si estuviesen grabados con fuego. Un fuego que al reavivarse vuelve a prender las llamas de la pasión, vuelve a reavivar el calor, las ganas de ti, las ganas de sentirte de nuevo.

Estoy completamente desnuda, tumbada en la cama y te echo de menos, echo de menos tus manos, el tacto de tus dedos, tu olor, como me hacías sentir, como me hacías el amor; no paro de pensar en ti, en tu pelo negro, en tus ojos color de miel, en la belleza de tu cuerpo y de tu cara, porque me sigues gustando mucho, muchísimo…, estoy atrapada.

Me siento atrapada en tu mundo, en la manera que tienes de ser, ¡eres increíble!, nunca he conocido a nadie así, me embriago de ti; recuerdo cada caricia, cada palabra, recuerdo el sabor de tu boca…, por eso estoy llena de deseo y voy acercando mis manos a mi sexo; mi caliente, ardiente y húmedo sexo.

Voy por mis piernas, subiendo despacio…, suavemente me empiezo a tocar el coño con los dedos… ¡Uhhhhh!, que sensación de libertad, que gusto el poderte recordarte, creo que voy a disfrutar con esto y no me queda más remedio que conformarme. ¡Que dura es la vida!

Coloco mi dedo índice en la parte superior del clítoris y hago pequeños círculos en él para comenzar a lubricarme, aumento la presión, continuo frotándome, continúo amándome como solamente tus sabias hacerlo, haciendo una lectura minuciosa de toda mi piel con las yemas de tus dedos; suavemente me doy palmaditas en el chocho pensando en ti y no puedo evitar excitarme mas y mas con el sonido que produce mi mano al chocar contra el flujo de mi coño.

En mi mente pasan miles de imagines de nuestras folladas en los sitios más inimaginables; me acuerdo de todas y cada una de las veces que hemos follado, en azoteas, en parkings, en el campo al aire libre, en sucios callejones, en todos y cada uno de los rincones de esta casa, en los servicios de los cines de nuestro centro comercial preferido… ¡nos comíamos el mundo!

Me tienes atrapada igual que aquella vez en la parte de atrás del coche, en aquel descampado, apenas 50 metros nos separaban de la carretera; una carretera en la que miles de luces de coches pasaban buscando ansiosamente llegar a su destino y nosotros, en cambio, lo único que ansiábamos era llegar al final de nuestra pasión para calmar nuestra sed de sexo, nuestra sed de deseo.

Si me vieras ahora…, aquí en mi cama…, totalmente desnuda…, frotándome el coño, totalmente lubricada, deseándote, deseando tu polla; me acuerdo de su sabor y de su textura, de su aroma sexual sin precedentes.

Me gustaba mucho comerme tu polla, saborearla, beber de ella, hacerte vaciar en mi, ver tu cara de autentico placer, verte gozar con cada lengüetazo, como disfrutabas con el calor que mi boca te proporcionaba.

Me estoy poniendo más y más…, ahora…, muy despacio…, me meto un dedo en mi coño, un dedo que muevo a placer dentro de mí, Uhhhh!, estoy disfrutando con cada recuerdo.

Recuerdo como me gustaba rodear tu miembro con mi mano y apretarlo con suavidad mientras te pajeaba dándote el placer que tanto te gustaba. Mis movimientos eran cada vez más enérgicos estimulando todo el cuerpo de tu pene. Cuando sentías tu orgasmo un poco antes de eyacular, yo ya sabía que no debía parar y seguía masturbándote incluso después de derramar tu leche, haciéndote sentir ese orgasmo que te inundaba de placer…, incluso si seguía dándote placer una vez te acababas de correr, no podías evitar reírte lleno de felicidad.

Me tienes atrapada y ahora con mi mano izquierda me aprieto mi pecho mientras recuerdo todo esto, mojo mis dedos con la saliva de mi boca y me la restriego por toda la areola del pezón…, lo tengo sensible, lo tengo excitado; en mi pezón siento la saliva que acaban de traerme mis dedos de mi cálida boca y con ella hago dibujos alrededor, moviéndolo suavemente, dándome placer; separo el dedo poco a poco y un tímido hilillo de saliva se estira y se estira hasta que ya no puede más y se acaba partiendo cuando la separación entre mi dedo y mi pezón es total.

¡Qué frágiles somos cual hilillo de saliva…! Mi coño no puede aguantar mucho más y desearía que fuese tu polla la que me liberara de esta prisión en la que me tienes atrapada.

Desearía sentir tu esperma saltar al vacío que hay en el interior de mi ser. Cuantas veces me has pedido correrte dentro de mí, y como buena amante, cuantas veces te lo he permitido.

A todo esto, abro mis ojos y ya no puedo contenerme más, así que, me derramo sola en mi cama, una cama vacía sin ti que nota tu ausencia, una ausencia que me atormenta; una cama en la que acabo apretando las sabanas con mi mano, con fuerza, como si fuese tu culo, un culo perfecto, no dejándote salir de mi hasta que me hayas entregado tu regalo más preciado…, todo tu semen. Solamente hay un lugar para tu semen y ese lugar es dentro de mí.

Recuperada del clímax al que acabo de llegar creo ver tu cara…, ala que digo:

Es lindo ver tu cara de nuevo; dime; ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que estuvimos aquí? Te ves tan diferente que antes pero sigues siendo la persona que yo quiero. He estado guardando estas últimas palabras para un último milagro, pero ahora no estoy seguro, no puedo salvarte porque tú no me dejas, tú solamente me atrapas como nunca he sido atrapada.

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