Atracción Mutua - 4

Las cosas entre Silvia y Raúl habían quedado por fin claras, pero cuando más tranquilo estaba Raúl, Silvia volvió a aparecer, y esta vez llevaba una tentadora oferta para él

ATRACCIÓN MUTUA- 4

Sobre veinte días después de todo esto anterior, estaba en la cafetería del edificio de la empresa, comiendo tranquilamente, cuando se presento en ella Silvia. No hice el menor gesto pero no la perdí de vista, estuve vigilándola con el rabillo del ojo, vi como elegía que comer, como avanzaba con su bandeja por entre los diversos platos del buffet para elegir. Después de pagar, con deliberada lentitud se puso a mirar en todas direcciones, pensé que sin duda para encontrar un sitio libre, algo que en plena hora punta de comidas difícilmente iba a encontrar y con la lentitud que actuaba, menos aún. Para mi relativa sorpresa, fijó su vista sobre mí, en sus labios creí apreciar el incipiente inicio de una sonrisita irónica que se quedo en eso, en incipiente nada mas, en cuando vio que yo de golpe clavaba fijamente, y ya sin disimulo ninguno, mis ojos en ella. Avanzó decidida hacia la mesa donde me encontraba, y sin mediar palabra o pedir permiso, se sentó frente a mí, para sorpresa de todos los que se dieron cuenta.

  • Creo que hoy tendrás mas visitas que de costumbre a tomar café en tu despacho -dijo Silvia en tono irónico dándome a entender con ellos que me tenía más o menos controlado.

  • Me da que vas a tener razón –respondí en un tono que dejaba claro que no me preocupaba que me controlara-, después de esto me van a venir para que les cuente lo que pase en esta mesa mientras comemos.

  • ¿Y qué crees que pasara? –dijo irónica.

  • Pues no lo sé, eso dependerá de ti según me está pareciendo...

  • ¿De mi? ¿Y eso porque? –preguntó divertida.

  • Porque supongo que antes o después me tendrás que contar que es lo que quieres de mi humilde persona... ¿O de verdad crees que me trago que has venido aquí a comer en plena hora punta, cosa que nunca has hecho, y solo por casualidad te has entretenido lo justo con tu comida, como para no tener muchas más opciones validas que no fuese sentarte en otro sitio que ese en el que ahora estas sentada? –le devolví el mismo tono irónico.

  • Ciertamente, veo que de verdad eres inteligente y según parece, también observador. Si, es cierto, he hecho tiempo para que las dos mesas que había libres o los otros sitios en mesas para dos se ocupasen y poder tener un pretexto viable para sentarme contigo de forma que podamos hablar sin levantar…  "sospechas" –dijo con una sonrisa en los labios.

  • Bueno, y dime, ¿de qué quieres hablar?, ¿algún problema con alguno de los chicos de los que te di el curriculum? –pregunte serio.

  • No, para nada, de hecho ya he recurrido a un par de ellos y todo ha funcionado como la seda. Incluso me han felicitado porque según la dirección, las dos clientas en cuestión se marcharon encantadas y hablando maravillas de mí como anfitriona. En todo caso, debo de darte las gracias por tu ayuda –dijo haciendo un gesto de agradecimiento.

  • No tiene importancia, son amigos míos y un contacto como tú también a ellos les venía bien. Entonces si no era por eso, dime, ¿qué es lo que querías?

  • Pues de que te invito a cenar esta noche, me llamas a las ocho o cuando llegues a casa, y te digo donde quedamos...

  • No veo problema en ello, aunque no deja de ser una forma un tano rebuscada de invitar a cenar a un chico, pero me tendrás que dar tu teléfono, ¿no crees? –pregunté sonriendo.

  • No creo que haga falta, después de nuestra noche y la conversación que mantuvimos después, supongo que harías lo que yo contigo, averiguar donde vivo y cuáles son mis teléfonos, de modo que llámame...

  • Vaya, que honor, me has investigado –dije en tono irónico.

  • Claro que si Raúl, y sé que lo sabes de sobra –me replicó algo sarcástica-. Digamos que me gusta saber con quién me acuesto, más aún si se trata del hombre que me folló de aquel modo. Sé que tu también indagaste sobre mi... por mucho que tu tengas tus fuentes aquí adentro, yo también tengo las mías... Uhmmmm... lo cierto es que aquí no se come nada mal... –dijo mirándome sonriente.

También yo sonreí para mí, lo cierto es que me enteré cuando empezó a indagar en serio sobre mí tras la conversación sobre nuestra nochecita de sexo, me hizo muchísima gracia que me investigara, lo que por cierto, provocó que también yo a mi vez, lo hiciese con ella, tal y como había dicho, era totalmente cierto que tenía todos sus datos. Comimos hablando tranquilamente de cantidad de cosas, luego nos despedimos, cuando llegué a mi despacho, en plan gracia le mande un mensaje a su móvil para confirmarle que la llamaría, me contesto a su vez, con un...: "Raúl, eso no lo he dudado ni por un momento".

Efectivamente fue tal y como ella dijo, los habituales en pasar por mi cuartito y que todavía estaban en horas de trabajo, se pasaron para enterarse de porque se había sentado Silvia conmigo. Lo cierto es que por única respuesta les dije que solamente lo había echo porque era el único sitio que había libre, y que además también era donde compartir mesa con la menor cantidad de gente posible...

Riéndome les dije también que, en este caso, dado que mi mesa era solo para dos comensales, yo había sido el afortunado de contar con su radiante presencia. Se echaron a reír con mi contestación, puesto que sabían que yo era de los pocos tíos de la empresa que la seguía ignorando por completo, tras su radical cambio para mejor y no estaba babeando tras ella. Dos de las compañeras incluso aventuraron que ellas en su lugar, también se hubiesen sentado conmigo, puesto que les cayera bien o no, al menos sabrían de sobra, que no intentaría molestarlas con intentar ligármelas mientras comíamos, todo mirando a los otros con una sonrisita irónica. Cuando les dije guiñándolas un ojo y poniendo cara de chico malo, que quien decía que no lo hubiese intentado, fue cuando todos estallaron en carcajadas con la broma. Esto termino por distender el ambiente y que pasase todo lo referente al hecho para cambiar a otro tema distinto como conversación.

Cuando llegué a casa me pegue una buena ducha y llame a Silvia, estaba intrigado por lo que quisiese de mí, porque la verdad, lo de solo cenar conmigo no me lo tragaba. Acudí al sitio donde me citó en mi moto, era un restaurante un tanto coqueto y la mar de tranquilo. Las mesas estaban bastante separadas y obviamente por su composición, casi en exclusiva para dos comensales, parecía el perfecto sitio para la romántica cena de una parejita... Cuando entré, ella ya estaba allí esperándome, por lo que sin más me senté a la mesa tras darla dos besos en la mejilla, a modo de saludo.

  • Vaya, que restaurante mas íntimo, además que sexy y atractiva que vienes, pareces que busques una presa...  ¿Es que piensas seducirme? -dije en todo de coña

  • Uhmmmm... pues no te creas que no me apetecería –puso gesto coqueto-, que no, realmente no me importaría seducirte como a un colegial virgen y aprovecharme de ti luego en mi casa... No estaría mal ver sin alcohol por medio, que es lo que de verdad sabes hacer, no fuese que aquello tan increíble que recuerdo solo sea por el efecto de las copas que me tomé -terminó Silvia en tono zumbón, no pude evitar reírme.

  • Bueno, ¿y qué es eso de lo que querías hablarme, mi muy bellísima Silvia?

  • Veras, se trata de algo relacionado con mi ex marido...

  • Pues mira ya que sale la conversación, la verdad es que tengo curiosidad por eso, ya que sacas el tema... ¿qué es lo que os pasó? –pregunte con ganas de pinchar un poquito.

  • ¿Y a ti con tu novia? –respondió rapidísima con otra pregunta.

Vi como se puso a la defensiva en el acto según hice mi pregunta, fue algo en broma, pero me pareció que se la tomaba en serio y que aún le escocía. Considere que el mejor modo de recuperar la buena sintonía quizá fuese contarle algo sobre lo que me había preguntado, aunque no tuviese muchas ganas de ello, pensé que medio en broma o no, ciertamente fui yo quien empezó con las preguntas incomodas, por lo que decidí responderle.

  • Pues nada, pasó que como mi entonces novia, no sabía a qué me dedicaba en ciertos aspectos, por pura suerte para mi, acudió con unas amigas al club donde trabajo. Mis amigos me llamaron enseguida para hacérmelo saber y que fuese a por ella antes de que hiciese alguna estupidez con alguno de mis otros compañeros, porque según ellos, estaban empezando a “exaltarse”.

  • ¡¡Joder!!, pues vaya compañeros, supongo que cuando fuiste la pillarías en faena, ¿no?... -vi como se sobresaltaba al darse cuenta de lo que acababa de preguntarme-. Perdona, lo siento, no es asunto mío lo que ocurriera...

  • No pasa nada, lo cierto es que no, les dije a mis compañeros que hiciesen lo que harían normalmente con cualquier otra clienta, pero que quería saber que ocurría. Me mandaron esa misma noche unas imágenes en video de ella y dos de sus amigas follando con cuatro de los chicos.

  • ¿No la intentaste parar? –me pregunto sorprendida.

  • No, ¿para qué?, para que hiciese lo mismo luego en otro lugar donde no me enterara...-dije encogiéndome de hombros-. Eso sí, cuando la dejé, hice que sus padres, con los que me llevaba de cine, la viesen follando con los cuatro tíos en la grabación, para que no hubiese luego dudas de porque rompía con ella. También entregue copias del video a los novios de las otras dos.

  • ¡¡¡Ostias que historia!!!... ¿supongo que aún siendo así te jodería su infidelidad? –preguntó claramente asombrada.

  • Como no te haces una idea... La verdad es que la relación no es que fuese muy bien de todos modos, teníamos problemas desde hacía un tiempo, pero sí, me jodío sobremanera, por eso la deje haciéndola todo el daño que pude con sus padres, que la tenían en un pedestal como una hijita modelo.

  • Yo pillé a mi marido en mi cama con una puta rubia de bote de su trabajo, follando los dos como cerdos. Aunque la verdad, ya hacia más de dos meses que había contratado un detective para que le siguiese... Sospechaba que me engañaba desde hacía un tiempo...

  • Y le pillaste cuando te informaron de su forma de operar, ¿no? –aseguré, más que pregunté.

  • Si, pero eso fue una estupidez por mi parte, como bien me machaco luego mi abogado. Realmente fue por el enfado de saber que me llevaba engañando los siete años de casado, y con diferentes mujeres, según los informes de la investigación de los detectives. Mientras yo estaba en babia trabajando como una esclava para abrirme camino, y poder aportar dinero con el que mantener su negocio, el muy hijo de la gran puta me los ponía a pares con toda la que se le cruzaba por delante... Lo cierto es que quería sacudirle de ostias y pillarle infraganti en pleno acto..., además por supuesto de quedarme con la mitad de su negocio que había logrado sacar adelante con mi esfuerzo... Que por cierto –dijo con un tono de rencor-, tras el divorcio vendí mi parte a su más directa competencia por un muy buen pico..., espero que se lo quiten.

  • Entiendo... -vi como estaba de enojada, de forma que decidí cambiar de tercio-. Mejor será que volvamos al tema original y me expliques para que me has citado aquí...

  • Si, será lo mejor –aceptó-. Mira Raúl, quiero contratarte para que me acompañes a canarias unos días, que vengas para estar allí conmigo...

Me quede mirándola fijamente, pensando en que debía de haberla escuchado mal, era imposible que hubiese dicho lo que acababa de entenderla decirme..., no podía ser verdad, de ningún modo, para nada. Me había dicho al principio que tenía que ver con su ex, y ahora me saltaba con que quería que le hiciese compañía en canarias, y por lo que entendía, contratándome como chico de compañía... Pensé que cuando le explique que había trabajado de ello, debía de haberme malinterpretado…

  • Mira Silvia, no es que no me gustes o no me apeteciera volver a follarte hasta reventarte de nuevo llegado el caso... –le admití con sinceridad-. Pero es que no hago ya ese tipo de trabajos... Mira, créeme que cualquier tío estaría encantado de pasar unos días en canarias contigo, de verdad... –expliqué con calma y tratando de parecer relajado.

  • Creo que no me he expresado bien Raúl... Intentare explicarte el porqué de pedirte esto. Teníamos..., bueno, realmente aún tengo con mi ex marido, un doble apartamento en propiedad durante quince días todos los años, ya sabes, en una multipropiedad... y por algún motivo, ninguno nos acordamos de él cuando firmamos el divorcio y no se incluyó... Ahora él piensa ir quince días con su putòn rubio... algo que se ha encargado muy mucho de que yo me enterase... le faltó tiempo al cabrón para decírmelo atraves de mi abogado para que no apareciese por allí –terminó apretando los dientes.

  • Sigo sin entender...

  • Déjame terminar, por favor, le ofrecí venderle mi parte, cosa que se negó. Luego le ofrecí ir siete días cada uno, repartirnos la propiedad de ese modo para no coincidir y poder aprovecharlo ambos, pero se negó de nuevo... –resoplaba más que respiraba-. Para terminar dijo que iría los quince días porque también de este modo eran de él y no pensaba dejármelo para mi sola, que como era doble, con usar cada uno, uno se solucionaba... Así que quiero ir también mis quince días de vacaciones y ocupar mi mitad del apartamento... Pero necesito alguien que me acompañe, y tú eres perfecto para ello. Además –dijo sonriendo con malicia-, antes de pedirte nada, ya he comprobado que por suerte los dos coincidimos en las vacaciones para poder ir juntos sin tener porque andar con cambios...

  • Joder, pero tendrás algún amigo al que puedas echarle el guante, ¿no? –dije sorprendido, intentando asimilar lo que me había contado.

  • Claro que sí, pero los conoce a todos y sabría que no pasaba nada entre nosotros... Te quiero a ti conmigo... Raúl, tienes un cuerpazo de infarto, no te conoce, y quiero darle en los morros con que yo también soy capaz de iniciar algo con otra persona o por lo menos, de atraer a alguien mejor que él... Pero sobre todo eso, joderle todo lo que pueda a ese hijo de puta... –dijo con clarísimo odio en su voz.

  • Vamos, ¿que lo que quieres es darle celos conmigo para ver si vuelve? –intenté que se calmara aunque obviamente sin pensar bien dos veces lo que le pregunté.

  • No, no le quiero de vuelta ni en pintura, pero sí que quiero darle celos, joderle las vacaciones y de paso su relación con su puta rubia del trabajo... Quiero ponerle ante los cuernos a un tío que parece una estatua griega, y ante los ojos de la puta esa, a un semental que le haga replantearse muchas cosas y volver a desear lo que no es suyo... Además, que me gustaría que si pudieses, con la rubia…, pues bueno, ya me entiendes… –insinuó

  • Claro -asentí, por supuesto que entendía lo que quería que hiciese con la rubia-, ¿y que se supone qué pretendes sacar con todo esto? -le pregunté con voz suave.

  • En realidad nada, salvo el placer de darle por culo un rato -su voz estaba cargada de rabia-. Él hijo de puta ha querido que supiese que iba a ir con su zorra para joderme, y quiero devolverle el favor... Por eso quiero contratarte..., solo como compañía, aunque si pudieses hacer algo con ella me encantaría. Pero realmente, venir conmigo seria sin obligación de nada mas, solo con tu compañía sería bastante..., por favor Raúl... –clavó sus ojos en mí.

  • Vale, hagamos una cosa Silvia. Acepto lo que me pides, pasare esos días de mis vacaciones contigo, y como único pago lo que quiero es que mis billetes de avión corran por tu cuenta, en todo lo demás iremos a medias. Veremos cómo podemos joder entre los dos a tu ex... y quizá también, yo a la Rubia -sonriendo le guiñe un ojo haciéndola sonreír, poniéndome luego serio-. Eso sí, quiero aclararte de antemano que si voy y surge la ocasión de volver a follarte como ese día, lo pienso aprovechar, no voy a dejarte escapar, quiero que eso también lo tengas en cuenta y que no te llames a engaño conmigo.

  • ¿Entonces? –me pregunto Silvia un tanto ansiosa…

  • Adjudicado, seré tu chico de compañía en Canarias, seré tu asalariado, con esperanzas e intención fija de pillarte por banda –le guiñe un ojo

  • Sinceramente no creo que ocurra nada entre nosotros –repuso coqueta, devolviéndome el guiño-, pero no veo ningún problema con ello, créeme que ni el más mínimo, a que si surge, nos liásemos a follar otra vez... Siendo luego tan discretos con ello como la vez anterior, se entiende... –mientras me lo decía se pasó la lengua por los labios como relamiéndose.

  • Jajajajaja, aquí sí, allí creo que dependerá mucho de lo fuerte que grites cuando te folle bien follada... "cariño" -le dije.

Cuando me escucho el cariño en el tono zumbón que empleé, Silvia se partía de la risa, incluso se le saltó alguna que otra lagrima por ello. La pura verdad es que me estaba empezando a dar morbo todo esto. Tenía claro que si había sido ella la que decidió el asunto del divorcio cuando le pilló, puede que su ex no estuviese del todo preparado aún para ver a su anteriormente mujercita, con otro hombre... Mucho menos aún para saber que este se la estaba follando en sus mismos morros..., y podéis creerme que eso de follàrmela era algo que tenía muy en mente para lograr conseguir, en estas vacaciones inesperadas.

Por otra parte quizá ella aún no hubiese superado del todo el llegar a ver a su ex marido con otra en sus morros, algo que me podía ser también muy útil para poder volver a follàrmela otra vez. Empezaba a darme cuenta, que la cuestión real para mí en estas vacaciones, era follarme a Silvia de nuevo.

Según me explico tenían dos apartamentos individuales que estaban juntos, por lo que corriendo una simpe pared hecha de laminas de madera por unos carriles a tal efecto, se convertían ambos apartamentos en uno solo pero doble... Ahora cuando llegásemos, esa pared estaría cerrada, y en cada lado estaríamos una pareja... podéis suponer que con ese tipo de pared se escucharía todo lo que sucediese en el apartamento de al lado... no sabéis bien el morbo que me daba la situación que se podía plantear en esas condiciones. Por eso fue por lo que le especifique a Silvia que si se daba la ocasión de follàrmela no la desaprovecharía, porque tenía más que claro que estas se darían... luego no quería malas interpretaciones por su parte y que fuese consciente en todo momento de lo que había, si ella se ponía a tiro me la pensaba follar con todas sus consecuencias.

Cuando al mes siguiente íbamos los dos de camino hacia canarias, en el avión, que estaba terminando de recibir el embarque, no sé bien como surgió la conversación, pero Silvia que había comprado billetes en primera me hizo un observación sobre una pareja que viajaba dos asientos delante pero en el otro lado del avión, yo no estuve de acuerdo con su apreciación y terminamos con una conversación de lo más surrealista.

Ella opinaba que parecían una pareja en plena luna de miel, y yo le dije que no, que sin duda esos dos eran un lio, y que ambos debían de tener sus propias parejas, lo cierto es que me había fijado en el aeropuerto, porque la chica era realmente preciosa, y allí permanecían mantener una distancia entre ellos, que ahora de repente había desaparecido, aunque esto no se lo dije a Silvia. No quedó muy conforme, pero en un momento dado la chica se levanto y se fue hacia atrás con el teléfono en la mano mientras este sonaba. Silvia se levanto con la escusa de ir al baño para intentar escuchar con quien hablaba, ya que le dije que seguro que era su pareja quien llamaba... Cuando regresó vi que volvía algo mosca, por lo visto había acertado de pleno con esa chica, o al menos, con quien hablaba por teléfono antes de que una de las azafatas le pidiese que apagase el móvil de una vez y se sentase para el despegue, pues era efectivamente su novio por lo que pudo oír.

En primera irían un total de quizá diez mujeres de una edad más o menos joven, Silvia me preguntó, en ese momento no supe bien si curiosa o tramando algo, si solo con verlas sería capaz de saber con cuál de ellas tendría ocasión de echar un polvo rápido durante lo que durara el viaje hasta canarias. Empezó a retarme con ello, os aseguro que no pretendía hacer nada pero llego un momento en que logro tocarme la moral de verdad. No podría deciros como fue que termine apostando con ella, que si lograba follarme a alguna de las presentes en primera, luego ella estaría a mi completa disposición durante las vacaciones... al final aceptó, pero quedamos en que el que perdiese estaría a disposición del otro para lo que fuese, y en eso se englobaría todo, sexo entre nosotros incluido exigió ser ella quien decidiese quienes de entre las mujeres del avión entrarían en la apuesta. Pero la cabrona de Silvia decidió que únicamente lo haría una, por lo que a quien tendría que tirarme era precisamente a la chica de la que estubimos hablando anteriormente los dos, y que iba con el "amante". Lo cierto es que cuando me di cuenta de lo que pretendía con esa exigencia, logré maniobrar en esa dirección, ya que cuando Silvia regreso conmigo y me conto lo de la chica, dejo caer dos datos muy importantes sin darse cuenta, el nombre de ella junto con el de su novio y que este no debía saber donde iba de verdad, mientras que yo había oído en la puerta de embarque el nombre del tío con el que estaba ahora... Unos datos que me podían ser de lo más útil, y que ya de inicio me colocaba con cierta ventaja que de tratarse de cualquier otra mujer del avión.

La suerte en cierto modo se alió conmigo, ya que por un lado hubo algunas turbulencias lo que hizo que no quitasen la señal de desabrocharse los cinturones hasta media hora después de haber despegado, lo que me permitió tomarme tiempo con la negociación con Silvia. Luego por otro lado, durante estas, una de las azafatas me sonreía muy discretamente cada vez que pasaba por mi lado, pero procurando que Silvia no la viese, sin duda pensando en que ella era mi novia o mi mujer, cosa que aproveche para hacer que Silvia se diese cuenta y dirigirla sobre la persona que mas difícil viese. La idea era que pensase que una chica con su amante, seria la opción más segura para ella, y más complicada para mi, especialmente tras darse cuenta del tonteo de la azafata.

Tras concertar la apuesta entre nosotros espere la ocasión propicia. Cuando vi que esa misma azafata estaba sirviendo bebidas, justo casi llegando donde mi objetivo, me fui hacia delante, justo en dirección contraria para preguntar a una de sus compañeras por los servicios, que amablemente me indicó... Aproveche para cambiar de pasillo y situarme en el de ellos, cuando llegue donde la azafata de las sonrisitas, le di una palmadita en el culo que la sobresaltó, derramando un poco de bebida sobre la chica... Me disculpe con ellas dos por mi torpeza al chocar, ante la mirada picara de la azafata, que ante mi osadía parecía estar más que dispuesta a pasar a mayores. Les di mil disculpas a ambas por mi torpeza, procure que al moverme se me notasen un poco los músculos aprovechando que llevaba una camisa muy finita, algo que en seguida me di cuenta que logre sin el menor esfuerzo, ya que las dos, disimuladamente me dieron un repaso de arriba a abajo que no os digo.  Me puse en camino al servicio, indicándole la azafata, a la perjudicada la conveniencia de limpiarse un poco el jersey que llevaba, añadiendo luego más para mí que para ella, que cuando terminara con las bebidas se acercaría por allí por si necesitaba algo para la mancha.

La chica sin enfadarse ni nada se levanto camino del servicio para limpiarse yendo tras de mí, me di cuenta por el reflejo al mirar discretamente hacia las ventanillas, que iba mirándome el culo según avanzábamos. Abrí la puerta del de caballeros, ella sonriéndome paso por detrás de mí y abrió la de señoras. Fue entonces cuando con las dos puertas abiertas, impidiendo que nadie nos viese o molestase, ya que abrían cada una en dirección contraria a la otra, dejándonos a los dos en medio, que la dije que cuando hablase con su novio, al que llame por su nombre, le saludase de mi parte, indicándola también como a modo de broma, que ya hablaría yo con él por teléfono cuando llegásemos para decirle que como se le ocurría dejarla ir solita de viaje a Canarias con un amigo tan guapo como el que iba... Todo esto en plan de buen rollo y como en broma, pero se puso pálida...

Entonces me pido que por favor no dijese nada de nada..., fue el momento que había estado esperando. Cerré la puerta del servicio de caballeros y la metí dentro del de señoras conmigo detrás, cerré la puerta con el pestillo y cogiéndola de la cadera la senté sobre el lavabo... metiendo la mano bajo su falda y tirando de sus bragas... la cosa estaba clara aún sin mediar palabra, y vi que ella la entendió perfectamente, abriéndome por su parte el botón del vaquero y la cremallera aceptando de ese modo lo que le iba a costar mi silencio...

Cuando vio salir mis 21.5cm en pleno apogeo abrió los ojos como platos... creo que en ese momento se olvido de todo lo que tuviese en la mente, rápidamente dirigió sus manos sobre ella empezando a acariciarla y a mirarla con ganas. Le aparte las manos, me puse un preservativo con su ayuda ya que caso me lo arranco de la mano para ponérmelo corriendo, luego apunte la cabeza de mi polla a la entrada de su coñito y fui metiéndosela despacio mientras la besaba, ahogando de ese modo el gemido que soltó al sentirse perforada. Empecé como siempre hacia, moviéndome despacito, la chica parecía muy caliente, me abrazo con fuerza, jadeando y susurrándome en la oreja que me diese prisa para que no nos sorprendiesen, haciendo también comentarios la mar de brutos sobre el tamaño de mi polla y como la estaba abriendo en canal, pensé sonriendo para mí que si en lugar de ser yo quien estaba allí llega a ser Dikembe se desmalla al ver su misil. Cuando sintió como aceleraba el ritmo y aumentaba la fuerza de mis embestidas, me pidió que le diese a un más duro.

Cuando sentí sus primeras contracciones, busque de nuevo sus labios y entonces sí que empecé a follàrmela a lo bestia, ahogando sus gemidos de nuevo con mis labios. Cuando se corrió no pare para nada, seguí fòllandomela como si nada, ella solo un poco después se volvió a correr por segunda vez casi en seguida, supuse que por el morbo de la situación. Pero eso sí, tuvimos que dejarlo porque si no seguro que nos pillarían. Yo no me corrí, pero a cambio como compensación le dije que me quedaba con sus braguitas como trofeo, también evidentemente como prueba ante Silvia de que lo había logrado, a lo que no puso la menor objeción. El problema es que cuando ella salió no había nadie, pero cuando fui a salir yo solo un par de segundos después de meterme en el de caballeros, me encontré de frente con la azafata de las sonrisitas, siendo esta vez ella quien me empujo dentro del servicio, otra vez al de señoras que ella misma mantenía abierto.

Ahora paradójicamente me encontraba en el bando contrario, era la azafata quien quería follar, y de una forma nada sutil, me medio amenazo con montar algún espectáculo con lo que había sucedido con la otra pasajera, argumentando que seguro que a mi pareja no le haría la menor gracia de saberlo. Ni me lo pensé un solo momento. Me saque la polla poniéndome de nuevo una gomita, también la azafata abrió los ojos con sorpresa al ver el tamaño, ni os digo cuando la hice darse la vuelta y ponerse frente al espejo apoyada en el lavabo. Le quite el tanga que llevaba metiéndole la polla por el coño de un solo empeñon, mientras le tapaba la boca con la mano. Estuve fòllandomela sin piedad de ningún tipo desde el principio, todo lo duro que podía, no podía retirar la mano de su boca, aún con ella puesta hubo un instante en que pensé que la escucharían. No tardo mucho en correrse por primera vez, luego sin parar para nada, o bajar el ritmo seguí dándola hasta hacerla llegar próxima al segundo, y fue entonces cuando viendo que le gustaba que le dieran muy duro, saque mi polla de su coño, metiéndosela de un solo empeñon también por su culito... Introduje la cabeza y poco a poco fui apretando, pese a dolerme un poco hasta que la tuvo por completo en su interior. Suerte que mi mano pudo ahogar casi por completo el alarido que soltó al sentirse abierta de esa forma tan brutal.

Como dije, me había dado cuenta de que a esta mujer le iba un puntito de dolor, así que tras metérsela así y empezar a follàrmela como un animal por el culo, haciéndome daño alguna vez incluso yo mismo, empecé a besarla y morderla con ganas, hombros, brazos, lóbulos de las orejas, los labios... al final no aguantó mucho, corriéndose como una perra con mi polla encajada en su culo, del que manaba un pequeño hilillo de sangre al habérselo rajado un poquito. Pero cuando yo me fui del servicio, se quedo allí adentro arreglándose más satisfecha que la ostia del polvazo que acababa de echarle.

Creedme que eso no es que yo lo diga, eso es lo que ella misma me dijo cuando me iba y le pregunte algo preocupado por su culo. Me tranquilizó, diciéndome lo que os he dicho, que había sido la ostia y pese a las consecuencias para su culo, no se arrepentía de nada. Para enmarcar fue la cara de Silvia cuando le pase de forma disimulada las bragas de la chica y el tanga de la azafata, que también me quedé, por lo mismo que con la otra, porque no fui capaz de correrme...

Silvia aceptó que había ganado la apuesta y aceptó también que yo decidiese desde ese momento que hacer los dos en esos quince días, obviamente, sin que por ello dejásemos de joder a su marido como primera prioridad... Mi primera orden fue clara, en tono malicioso le dije de devolverme mis trofeos y darme también sus braguitas como otro trofeo mas... No la quedo otra que entregármelas, pasando un apuro de la ostia para poder quitárselas allí mismo sin que nadie se diese cuenta. Más tarde aproveche que no las llevaba para hacerle un dedo mientras al oído le contaba cómo me había follado a las otras dos y como lo había conseguido..., no tardo mucho en correrse con mis manejos. Me divirtió ver como trataba de que no se notase nada de lo que sucedía con ella, sobre todo cuando se corrió.

Cuando llegamos al aeropuerto, y en esos quince minutos que tardaríamos en recoger nuestras maletas, hice que me acompañase a uno de los servicios de caballeros que vi que estaba vacío y limpio, concretamente uno para minusválidos, en el y haciendo uso de mi triunfo de la apuesta, hice que me chupase la polla indicándola que luego se tragase toda la leche. Creí que me costaría más que aceptase o incluso que se echase para atrás, pero para nada, se puso a ello enseguida, esmerándose y haciendo que me corriese en un plazo ciertamente asombroso para tratarse de mí... Me di cuenta en el acto que no era la primera vez que me pasaba con ella, esa era la segunda vez que me corría mucho antes de lo que era habitual en mí, lo que me dejo un poco preocupado.

CONTINUARA